Buch lesen: «Pensamiento educativo en la universidad»

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Pensamiento educativo en la universidad

Pensamiento educativo

en la universidad

Vida y testimonio de maestros

Volumen III

Facultad de Educación

Fabiola Cabra Torres

Editora académica



Reservados todos los derechos

© Pontificia Universidad Javeriana

© Fabiola Cabra Torres, editora académica

Primera edición: Bogotá, octubre de 2020

ISBN (impreso): 978-958-781-483-5

ISBN (digital): 978-958-781-484-2

DOI: http://doi.org/10.11144/Javeriana.9789587814842

Conversión ePub: Lápiz Blanco S.A.S.

Hecho en Colombia

Made in Colombia

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Corrección de estilo: Julián Naranjo Guevara

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Fotografías: Carmen Villegas Villa

Pontificia Universidad Javeriana | Vigilada Mineducación. Reconocimiento como Universidad: Decreto 1297 del 30 de mayo de 1964. Reconocimiento de personería jurídica: Resolución 73 del 12 de diciembre de 1933 del Ministerio de Gobierno. Prohibida la reproducción total o parcial de este material sin la autorización por escrito de la Pontificia Universidad Javeriana.

Las ideas expresadas en este libro son responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente la opinión de la Pontificia Universidad Javeriana.

Pontificia Universidad Javeriana. Biblioteca Alfonso Borrero Cabal, S. J.

Catalogación en la publicación

Pensamiento educativo en la universidad: vida y testimonio de maestros

editora académica Fabiola Cabra Torres; colaboradores Mary Bermúdez Gómez [y otros doce]; presentación Jorge

Humberto Peláez Piedrahita, S. J.; prólogo Luis David Prieto Martínez; prefacio Félix Antonio Gómez Hernández.

-- Primera edición. -- Bogotá: Editorial Pontificia Universidad Javeriana, 2020.

Incluye referencias bibliográficas.

ISBN : 978-958-781-483-5

1. Educación superior - Historia - Colombia 2. Profesores universitarios - Relatos personales 3. Aproximación interdisciplinaria en educación 4. Educación - Colombia I. Cabra Torres, Fabiola, editora II. Bermúdez Gómez, Mary, colaboradora, III. Peláez Piedrahita, Jorge Humberto, S. J., Presentador IV. Prieto Martínez, Luis David, prologuista V. Gómez Hernández, Félix Antonio, prefacio VI. Pontificia Universidad Javeriana. Facultad de Educación

CDD 378 edición 21


inp20/04/2020

CONTENIDO

Presentación

P. Jorge Humberto Peláez Piedrahita, S. J.

Prólogo

Luis David Prieto Martínez

Prefacio

Félix Antonio Gómez Hernández

Agradecimientos

Introducción

Fabiola Cabra Torres

Educación humanística

P. Sergio Bernal Restrepo, S. J., in memoriam

Por Mary Bermúdez Gómez

Educación en ingeniería

Luis Felipe Silva Garavito, in memoriam

Por Carlos Julio Cuartas Chacón

Educación y pedagogía

Simeón Moreno Ortiz

En conversación con Jaime Hernando Sarmiento Lozano

Educación teológica

Olga Consuelo Vélez Caro

En conversación con Rosana Elena Navarro Sánchez

Educación en historia

Claudia Silvia Cogollos Amaya

En conversación con Rafael Antonio Díaz Díaz

Educación en artes escénicas

Robert Eugene Rosenberg

En conversación con José Alejandro Convers Elías

Educación jurídica

Gustavo Zafra Roldán

En conversación con Jorge Gaitán Pardo

Educación contable

Hernando Bermúdez Gómez

En conversación con Eduardo Jiménez Ramírez

Educación en odontología

Camilo Javier Bernal Vélez

En conversación con Claudia Patricia Rivero Márquez

Educación en enfermería

Martha Cecilia López Maldonado

En conversación con Hilda María Cañón Abuchar

Educación médica

Albis Cecilia Hani Amador

En conversación con Raúl Antonio Cañadas Garrido

Educación en microbiología

Janeth del Carmen Arias Palacios

En conversación con María Fernanda Gutiérrez Fernández

Colaboradores

PRESENTACIÓN

La publicación del tercer volumen de la colección Pensamiento educativo en la universidad. Vida y testimonio de maestros nos ofrece una nueva oportunidad, igualmente grata, de reconocer a otro puñado de hombres y mujeres que han sobresalido por su labor docente en nuestra Alma Mater, y también nos permite reflexionar sobre los ideales que inspiran esta noble actividad humana.

Todos sabemos que la educación tiene un papel determinante en el desarrollo de un país y en la consolidación de su cultura, y ello cobra mayor relevancia en tiempos convulsionados como los que vivimos hoy en día. Sin embargo, sus efectos no son inmediatos y solamente se pueden apreciar con el paso del tiempo: se trata de la siembra que hoy se hace con la esperanza de recoger mañana cosechas abundantes.

Ahora bien, la educación se asienta fundamentalmente en los profesores, esas personas que comparten gustosamente lo que saben, y por eso aceptan salir al encuentro de un grupo de alumnos expectantes que podrán entusiasmarse en las clases, descubrir y analizar temas desconocidos hasta entonces, aprender y crecer como seres humanos. De esta forma, las nuevas generaciones se preparan a su lado para asumir mañana otras responsabilidades, haciendo realidad sueños e ilusiones forjadas en la juventud, con miras a transformar el mundo.

Es enorme el impacto que tienen esos grandes profesores, que se hacen inolvidables y merecen ser llamados maestros. Junto a su saber, al conocimiento que han logrado aquilatar, se hallan esas cualidades que los convierten en personas que inspiran y provocan, que animan y despiertan la curiosidad de sus alumnos. Esta es la forma como un profesor se acredita, se hace a un buen nombre, a la vez que se gana el cariño y el respeto de discípulos y colegas.

Los doce maestros que son protagonistas de este volumen —entre ellos el padre Sergio Bernal Restrepo y el doctor Luis Felipe Silva Garavito, ya fallecidos, a quienes se rinde homenaje in memoriam— han dejado huella perdurable en diversos entornos de la vida universitaria. Su vida y testimonio, reseñados en estas páginas, son un gran ejemplo para las nuevas generaciones.

P. JORGE HUMBERTO PELÁEZ PIEDRAHITA, S. J.

Rector

Pontificia Universidad Javeriana

PRÓLOGO

Pensamiento educativo en la universidad. Vida y testimonio de maestros, valiosa publicación de la Facultad de Educación, hace un merecido homenaje a nuestros profesores en el Día del Maestro. Esta obra se ha construido a partir de conversaciones, documentos y de anécdotas que nos permiten asumir plenamente un legado que se sustenta en nuestros rasgos distintivos: una sólida formación integral construida día a día mediante la vivencia plena del sentido de comunidad educativa, de la cual formamos parte estudiantes, profesores, personal administrativo y egresados.

Cada uno de los testimonios incluidos en esta obra es una magnífica referencia a la esencia de vivir pedagógicamente la vida universitaria, que se expresa en las acciones que compartimos porque nos preocupamos por los otros y por el bien social; en el cultivo permanente del respeto, la tolerancia y la confianza; en el interés por una formación compartida, que se manifiesta en un diálogo continuo, cuyo suministro es ilimitado y fruto de la confianza en que el propio interés está conectado con el interés de los otros. El sentido de comunidad educativa se configura gracias a la preocupación de los maestros por el bien formativo de sus estudiantes y por la admiración que los aprendices sienten por la voz sabia de los enseñantes, que invita siempre a la excelencia humana y profesional, a la fundamentación humanística, a la sensibilidad social y a una espiritualidad abierta al pluralismo.

Con esta obra se hace un sentido reconocimiento a maestros javerianos que, con su ejemplo y su buen actuar, han llegado a ser modelo para sus estudiantes e incluso para colegas en esta maravillosa vocación por la docencia. Hombres y mujeres, laicos y sacerdotes que con pasión, amor, dedicación, responsabilidad, disciplina y excelencia han ofrecido buena parte de su vida a la construcción de la interioridad en los estudiantes; llenos de maravillosas posibilidades y de proyectos de vida en los que les es legítimo soñar con ser uno de los mejores para el mundo.

Los maestros que comparten su sabiduría a través de estas páginas viven la docencia desde una profunda transformación al dejar de ser el centro del proceso de formación para llevar de manera activa al estudiante a ser el actor principal, el constructor de su conocimiento y a propiciar su formación integral. Se destaca su preocupación por ser ejemplos de vida, de cultura, de modo de ser ético y de ver posibilidades reales de participar en la reconstrucción del país y de aportar a su proceso de reconciliación. Es decir, no se quedan en cumplir con unos contenidos programáticos sino que además dan mucho más, haciendo que sus estudiantes vean cómo desde las profesiones o disciplinas en las que se están formando pueden aportar al logro de la nueva Colombia que todos queremos.

Ahora bien, las acciones, los logros, el ejemplo de los maestros que reciben homenaje no son efímeros ni habrán impactado solo a algunas generaciones de profesionales, sino que, como bien anota el padre Alfonso Borrero Cabal, S. J.,

la obra del maestro persiste más allá de los linderos del tiempo y del espacio. Distante o ausente, su obra perdura. Muerto, el maestro influye aun en quienes nunca lo conocieron. Con el hombre, cuando muere, se enmudece su cultura personal. La del maestro desaparecido persevera, como recuerdo eficaz.

Al traer al recinto del corazón el recuerdo agradecido hacia estos maestros estamos también construyendo un importante patrimonio académico que nos compromete con el mejoramiento continuo en búsqueda de la excelencia, con el fin de inspirar y reconocer las prácticas de quienes enseñan y evalúan; al igual que asegurar y alentar las mejores actuaciones de quienes, como dice el Proyecto Educativo Javeriano, son artífices de su propia formación.

A partir de la lectura de esta obra esperamos propiciar conversaciones entre profesores, estudiantes, maestros, aprendices y gestores educativos en las cuales se reflexione sobre las experiencias de quienes enseñando han construido su propio saber pedagógico, es decir, sus propios aprendizajes.

LUIS DAVID PRIETO MARTÍNEZ

Vicerrector Académico

Pontificia Universidad Javeriana

PREFACIO

Las rápidas transformaciones que viven las sociedades en la actualidad —en los órdenes de lo cultural, lo científico y lo tecnológico— interpelan a los sistemas educativos por respuestas y soluciones a nuevos interrogantes y problemas, frente a los cuales las estrategias conocidas ya tienen poco o nada que aportar.

Estas demandas recaen de manera directa sobre las instituciones educativas, en particular sobre las universidades; porque se espera de ellas, por una parte, que preserven los conocimientos que se consideran válidos y rescindan aquellos que no; por otra, porque se confía en su capacidad para crear nuevo conocimiento y transferirlo.

Como las transformaciones mencionadas se suceden cada vez de forma más rápida y brusca, las universidades se están viendo apremiadas a reinventarse y reestructurarse como en ningún otro momento de su historia. Así pues, se corren demasiados riesgos en este proceso; por tal razón, deben acudir a mecanismos que los reduzcan y aumenten las probabilidades de cumplir sus propósitos. En este sentido, las universidades deben mantener un delicado equilibrio entre experiencia e innovación y entre las exigencias externas y las aspiraciones surgidas de su seno.

Este tercer volumen del libro Pensamiento educativo en la universidad. Vida y testimonio de maestros, se constituye en excelente ejemplo de la búsqueda y el logro de los equilibrios mencionados; pues en sus páginas, a través de las entrevistas y los in memoriam, se nos informa de cómo lograron los maestros elegidos —por su trayectoria educativa y aportes a la sociedad— poner en diálogo su experiencia personal y profesional con el ejercicio innovador en la docencia, la investigación y el servicio; de igual modo, se nos muestran los puentes que construyeron entre las demandas de la sociedad y las aspiraciones propias de la institución universitaria en la cual desempeñan o desempeñaron su vocación. Delicados equilibrios sostenidos sobre un espíritu de dedicación, compromiso y coraje.

Los aprendizajes que podemos derivar de la lectura del libro son muchos y variados, lo que da fe de que la selección de los maestros fue idónea y de que desde la palabra escrita seguirán enseñándonos por largo tiempo.

FÉLIX ANTONIO GÓMEZ HERNÁNDEZ

Decano de la Facultad de Educación

Pontificia Universidad Javeriana

AGRADECIMIENTOS

La realización de este proyecto contó con el apoyo de muchas personas a quienes queremos agradecerles su generosidad y entusiasmo para llevar a cabo esta obra que ofrecemos a la comunidad universitaria del país. Al comité que asesora el Proyecto Vida y Pensamiento Educativo de Maestros y Maestras Universitarios: Félix Antonio Gómez Hernández, decano de la Facultad de Educación; Carlos Julio Cuartas Chacón, asesor del secretario general (Rectoría); Esteban Ocampo Flórez, coordinador de Cardoner (Vicerrectoría del Medio Universitario); Jorge Alberto Zárate Durán, secretario de la Facultad de Educación; y al profesor Jaime Hernando Sarmiento Lozano, director del Departamento de Formación.

A Mary Bermúdez Gómez, profesora titular de la Facultad de Medicina por su apoyo en la elaboración de la semblanza del P. Sergio Bernal Restrepo. Al ingeniero Carlos Julio Cuartas Chacón por la semblanza de Luis Felipe Silva Garavito.

A los diez profesores que nos colaboraron en la realización de las entrevistas y la revisión de los guiones. Ellos son: Jaime Hernando Sarmiento Lozano (Facultad de Educación), Rosana Elena Navarro Sánchez (Facultad de Teología), Rafael Antonio Díaz Díaz (Facultad de Ciencias sociales), José Alejandro Convers Elías (Facultad de Artes), Eduardo Jiménez Ramírez (Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas), Jorge Gaitán Pardo (Facultad de Ciencias Jurídicas), Claudia Patricia Rivero Márquez (Facultad de Odontología), Hilda María Cañón Abuchar (Facultad de Enfermería), Raúl Antonio Cañadas Garrido (Facultad de Medicina) y María Fernanda Gutiérrez Fernández (Facultad de Ciencias).

Así mismo, agradecemos al profesor Óscar Julián Cuesta Moreno, profesor y líder del Grupo Formación, Subjetividad y Políticas de la Facultad de Educación por sus valiosos aportes en la revisión de textos y contenidos del manuscrito; a Andrea Santamaría, asistente del Departamento de Formación, por su labor como asistente editorial del proyecto; a Laura Camila Bernal Montoya, profesional de Comunicaciones de la Facultad de Educación, por su apoyo en la grabación audiovisual del proyecto; y a Carmen Villegas Villa por los retratos fotográficos de este tercer volumen.

De igual forma, agradecemos al Archivo Histórico Javeriano por facilitarnos el acceso a registros valiosos. Y, finalmente, a la Editorial Pontificia Universidad Javeriana por su apoyo y coordinación editorial.

INTRODUCCIÓN

Este tercer volumen de la serie Pensamiento educativo en la universidad. Vida y testimonio de maestros es el resultado de un ejercicio de narración de trayectorias biográficas de profesores universitarios, que se construye en torno a conversaciones sobre la enseñanza y el maestro en la universidad contemporánea. Como en los volúmenes anteriores, la indagación se basó en entrevistas orientadas a explorar la historia de vida y trayectorias intelectuales de los maestros; su comprensión acerca de las nuevas generaciones de jóvenes; el sentido que le atribuyen a la docencia; algunas de sus preocupaciones y propuestas para la construcción de país con base en la enseñanza universitaria y su compromiso con la transformación social.

Los maestros que reciben homenaje han dejado un testimonio viviente entre sus discípulos y colegas que ha trascendido a las comunidades educativas. Ellos son: P. Sergio Bernal Restrepo, S. J., in memoriam; Luis Felipe Silva Garavito, in memoriam; Simeón Moreno Ortiz; Olga Consuelo Vélez Caro; Robert Eugene Rosenberg; Silvia Cogollos Amaya; Hernando Bermúdez Gómez; Gustavo Zafra Roldán; Camilo Javier Bernal Vélez; Martha Cecilia López Maldonado; Albis Cecilia Hani Amador; y Janeth del Carmen Arias Palacios.

El significado de ser maestro universitario, la dimensión política de la enseñanza, la pedagogía como acompañamiento y la enseñanza que construye país constituyen los temas centrales de este volumen. A continuación, se presenta un acercamiento a los testimonios que nos compartieron los maestros entrevistados que engloba elementos transversales presentes, en los cuales se puede apreciar cómo su actividad científica y formativa ha ocupado un lugar central en su proyecto de vida. Ante todo, son intelectuales comprometidos con los desafíos de su tiempo.

EL SIGNIFICADO DE SER MAESTRO

El maestro universitario tiene un doble rol que se configura en el cruce de la profesión de origen y la docencia: ser experto en su disciplina y fundamentalmente ser un educador que propicia experiencias de formación humana. Su identidad se ha construido en torno a su vocación educativa y de servicio a la sociedad a través de la enseñanza y la investigación. Más aún, la vocación es un requisito humano de su actividad docente.

En la tradición universitaria el sentido y papel del maestro depende de los modelos educativos en los que desarrolla su labor pedagógica. De acuerdo con la misión educativa de la Pontificia Universidad Javeriana, el profesor no solo es un profesional comprometido, sino que también ha de

[c]aracterizarse por su competencia académica y su idoneidad profesional; saber inspirar y motivar a los estudiantes en el marco de los valores que promueve la Universidad; investigar y comunicar pedagógicamente sus conocimientos y ser capaz de crear caminos con perspectivas realistas de acuerdo con las necesidades del país. Ser consciente de que su tarea educativa supera el ámbito puramente teórico y tiene una dimensión ética; poseer una actitud comprometida con la investigación y abierta a la realidad; y realizar un esfuerzo continuo de actualización científica, pedagógica y profesional1.

Acorde con estos rasgos, podemos decir que la tarea del profesor universitario no es meramente informativa, no se limita a la transmisión cultural, sino que se revela como una práctica social con impacto en la transformación de las comunidades. La labor del profesor es, al mismo tiempo, conservadora y disruptiva: lleva al sujeto a un encuentro con la cultura, pero en ese encuentro se abre el intersticio de la transformación de la tradición para que el mundo no siga siendo el mismo. El significado de ser maestro expresado en los testimonios recuerda que la tarea formativa está impregnada de experiencia y madurez, de responsabilidad y alteridad, de momentos para compartir la vida y de entregarnos al otro:

Para ser profesor […] se necesitan muchos años de vida, de vocación, de experiencia [...]. Ese oficio de maestra, que para mí es y que ha sido el más importante en mi vida, es algo que se va madurando a través de los años (S. Cogollos Amaya).

Creo que ser maestra es como darte tú misma en aquello que estás enseñando [...]. Es como la vida que se sigue dando y que se sigue revitalizando en una misma, en primera instancia (O. C. Vélez Caro).

[…] Es una profesión cargada de satisfacciones, no solo tiene la facultad de ayudar a los alumnos a desarrollar su máximo potencial, porque ese es uno de nuestros objetivos y logros, sino que también podemos contribuir a mejorar la calidad de educación en nuestra Universidad (A. Hani Amador).

Para mí, ser profesora universitaria ha sido mi vida. La enseñanza de la microbiología es un pretexto para entrar en contacto con el otro, para tocar el corazón del otro [...]. Para mí es tener la oportunidad de compartir experiencias de vida con los estudiantes, es compartir una manera particular de hacer las cosas [...]. ¡Entonces, ser profesor universitario es respeto, es optimismo, es confianza! (J. Arias Palacios).

Lo único que sé es que fue mi vida entera: oportunidades para incrementar la lectura, escribir para unas escasas publicaciones, compartir espacios de la vida universitaria, participar en algunas investigaciones de campo, y emprender largos viajes por el mundo, eso sí, todo hecho con pasión (S. Moreno Ortiz).

Ese contacto permanente con los estudiantes lo alimenta y le permite a uno ser cada vez más humano. Intervenir de alguna manera en la vida de otro ser humano es una responsabilidad y una oportunidad que lo obliga a uno cada día a ser mejor (C. Bernal Vélez).

Además de ayudar a desarrollar el potencial humano de las personas, implica el reto de construir sociedad, para ello es indispensable poner a dialogar el aula con la realidad del entorno, acercarla a la diversidad social, y no pasar por alto que el aula está incrustada en una realidad histórica que organiza el sentido en los sujetos que ingresan a este espacio. Así lo expresan algunos docentes:

Mi docencia universitaria ha sido una docencia basada en las realidades, porque siempre he estado metido entre las cosas de la profesión para después venir a la Universidad a enseñarlas y nunca he creído en los profesores que no tienen un contacto con la realidad. La academia es una burbuja en la que uno puede inventar mil cosas, pero hay que salir a embarrarse, además porque la Colombia que vivimos es muy diversa (H. Bermúdez Gómez).

Para mí la docencia representa la parte yang, es decir, la estructura, la organización y también la disciplina de seguir estudiando, de encontrarme en un papel donde tengo que liderar algo. No puedo negar que la docencia me ha dado, no solo un estatus, sino una felicidad, que yo pueda tener un efecto positivo en la sociedad, creo que es algo muy positivo (R. E. Rosenberg).

Ser maestro implica vivir en la condición de aprendiz permanente y reconocer el privilegio que otorga la relación pedagógica como crecimiento mutuo, como lo señala uno de los testimonios: "ser maestro es un llamado del alma, antes que una profesión" (S. Moreno Ortiz).

LA ENSEÑANZA COMO ACTO POLÍTICO

Paulo Freire, pedagogo brasileño, defendió la idea de una pedagogía liberadora y de poner en práctica una educación que transformara la estructura de la sociedad, nos enseñó que toda educación es un acto político porque puede ser emancipadora en la medida en que se da en el diálogo que reconoce en el otro sus propios saberes, concepciones, valores y subjetividades; y porque permite que el sujeto se enfrente con su realidad, de tal manera que tenga consciencia de sí y de las aparentes determinaciones que imponen futuros domesticados, para así problematizar lo dado y abrirse a lo inédito viable.

En los testimonios de los maestros está presente un ejercicio autorreflexivo y comprometido con la formación del pensamiento crítico de los estudiantes, con la igualdad educativa y la transformación social, que refleja el sentido político de la enseñanza universitaria:

En primer lugar, yo siento un compromiso porque los estudiantes se transformen ellos mismos y transformen la sociedad en búsqueda de un mundo mejor; que sean capaces de acercase a la realidad y puedan identificar esa realidad en la que están y se den cuenta de qué es lo que funciona y qué es lo que no funciona, y cómo pueden contribuir [...]. Las generaciones han cambiado porque el mundo ha cambiado. Hoy hay mayor empoderamiento, mayor consciencia de sí mismo y de sus capacidades en los procesos de transformación (S. Cogollos Amaya).

Yo creo que no es solo un tema de disciplina sino, sobre todo, mi propia obsesión con la igualdad en una sociedad que es muy desigual en distintos niveles. Pienso en estudiantes que vienen de excelentes colegios, al lado de algunos que han estudiado en colegios no tan buenos, cuyo capital cultural es diferente. Con frecuencia me pregunto si la terminología que uso, de pronto, una persona no la va a entender. Esa es una angustia constante para mí, pero eso mismo me motiva a ser más creativo. Es un reto y yo me pongo frente a ese reto cada día (R. E. Rosenberg).

Se trata de enseñarles que el conflicto te toca a ti, indirectamente, en tu formación. Por cierto, les organizo el trabajo de campo llevándolos a los museos. La última visita fue a la exposición El Testigo. Memorias del conflicto armado colombiano, de Jesús Abad Colorado, para que vean qué ha sido el conflicto en el país, cuando todavía se discute si en Colombia hubo conflicto. Estamos volviendo otra vez a la tesis de que aquí lo que hubo fue unas bandas criminales. Entonces, los muchachos ven eso y se impactan, las fotos de Jesús Abad Colorado muestran algo tenaz (G. Zafra Roldán).

Hay que mencionar, además, que la enseñanza, en tanto acto político, se ofrece como una intencionalidad liberadora. Así, por ejemplo: “La historia no solamente es constructora de conocimiento, sino que su enseñanza es liberadora” señala una profesora; de igual modo, se señala que en la educación teológica: “La fe no puede ser ajena a los problemas de justicia social, que la fe se comprometa con la transformación de la sociedad, que la fe no sea de capilla sino de vida, este es el horizonte liberador” (O. C. Vélez).

Por otra parte, el sentido de la enseñanza también alude el cultivo de la insatisfacción por el presente, a labrar la esperanza y al “derecho al delirio”, en palabras de Eduardo Galeano. Como lo narra uno de los maestros entrevistados: “No solamente se requiere de una formación profesional enfocada hacia una educación que prepare para el mundo del trabajo, que a la postre resulta gris y muy pragmático; sino estimular para que el sueño y la ilusión estén presentes en el ser humano” (S. Moreno Ortiz). También nos lo recuerda el padre Gerardo Remolina:

La acción política de la universidad consiste en proyectar su saber sobre la sociedad para transformarla. Esta proyección ha de realizarla de diversas maneras. En primer lugar, conociendo la realidad en que vive y generando nuevos diagnósticos. Este conocimiento no puede ser un saber abstracto, sino concreto4.

Lo dicho hasta aquí nos acerca al legado de las pedagogías críticas, en cuanto la educación como praxis emancipadora es fundamental para la construcción de sociedades más inclusivas y justas; parten del reconocimiento incómodo de que la sociedad se sostiene sobre promesas modernas incumplidas, como la igualdad, la libertad y la fraternidad.

En este escenario, el papel del maestro universitario es el de un intelectual de la cultura con la capacidad de incorporar de manera reflexiva y crítica en los procesos de formación, los grandes temas vigentes de la sociedad global y local; de convocar a nuevas generaciones desde el conocimiento del país y sus problemáticas más acuciantes; contribuir al uso ético y creativo del conocimiento con sentido social; y desarrollar en los estudiantes el pensamiento crítico, la capacidad de problematizar y desnaturalizar las desigualdades. Todo ello propiciando un proceso de transformación social mediante el compromiso de personas conscientes y críticas.

VIVIR LA PEDAGOGÍA COMO ACOMPAÑAMIENTO

La experiencia educativa que propician los maestros entrevistados acontece en un clima de aprendizaje donde prima el gesto de acompañar y cuidar al otro en el proceso de formación. Ellos refieren a aspectos que consideramos fundamentales y significativos porque contribuyen al proyecto y misión institucional de formación integral en la Universidad.

Algunos de los maestros entrevistados consideran como elementos fundamentales de la pedagogía universitaria las relaciones no jerarquizantes, el discernimiento, el acompañamiento, el cuidado del otro y el compromiso vivencial con lo que se enseña:

En el ámbito educativo el maestro mismo debe ser muy respetuoso con el estudiante y no violentarlo. Nosotros los maestros, desde nuestra posición privilegiada de conocimiento, algunas veces planteamos jerarquías que son leídas por los estudiantes como agresión. Ellos requieren sobre todo de una orientación crítica que los confronte y los conduzca al estudio y a la investigación, más que de una agresión (S. Moreno Ortiz).

Creo que con el discernimiento continuo uno tendría que ayudar a que los alumnos entiendan el mensaje, tampoco que se crean todo lo que tú dices, pero que también te presten atención y disciernan sobre eso que tú les dices, los otros autores, los otros profesores, y hagan su síntesis personal (O. C. Vélez Caro).

Con respecto a los estudiantes, también ha sido una experiencia increíble, sobre todo con esa figura de consejería que existe en la Universidad, que no es solamente una consejería académica sino una consejería de vida, de las problemáticas de los estudiantes. Entonces, más en la carrera que en la maestría somos consejeros. Nosotros invitamos a los estudiantes cuando tienen problemas y tenemos una ventaja frente a otros programas en la Universidad y es que esta no es una carrera grande, entonces uno puede tener una relación más individual y además lo hacemos, así estemos llenos de trabajo (S. Cogollos Amaya).