Parches del alma

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Parches del alma
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Proaño, Marie

Parches del alma / Marie Proaño. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2020.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: online

ISBN 978-987-87-0533-0

1. Autoayuda. I. Título.

CDD 158.1

Editorial Autores de Argentina

www.autoresdeargentina.com

Mail: info@autoresdeargentina.com

Imagen de portada: Ayelen Galzerano

Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723

Impreso en Argentina – Printed in Argentina

Este libro esta dedicado a todas las personas que sufren enfermedades tanto físicas como mentales. A todas las niñas, adolescentes y mujeres que hayan sufrido algún abuso sexual, físico, verbal y que a raíz de esa situación se encuentran enfermas. A todas las mujeres que se encuentran desaparecidas y a la gran cantidad de mujeres que ya no están con nosotros para poder contarlo.

Por todos ellos y ellas, los invito a sacar sus parches del alma.

El cuerpo tiene memoria y el alma grita no lo olviden.

Dedicado con mucho amor,

Marie Proaño

Renacer

¡Renacer!

Así como el ave Fénix alza el vuelo luego de su propia destrucción y vuelve de la muerte sacudiendo sus cenizas.

¡Renacer!

Volviéndose Otra, retomando la vida con más fuerzas, renovada y con una gran sabiduría.

¡Así volví, de este largo viaje! ¡Soy una guerrera! ¡Volví fortalecida y resiliente a Vivir!

Marie Proano

Prólogo I

Mientras pensaba en compartir mi historialuego de un largo tiempo de meditación, aprendizaje y búsqueda.

¡¡Decidí escribir!!

Mi enfermedad y mi dolor es una problemática que en estos últimos tiempos se ha incrementado y afecta a una gran parte de la población mundial.

La idea es poder transmitir mi experiencia de vida a todas las niñas, adolescentes, mujeres adultas, niños, padres y madres, que hayan pasado o estén pasando por esta situación de tormento, por eso lo dedico al mundo y muy especialmente a la mujer, por el despertar de las mujeres todas.

A ti que desconoces del tema, a ti que lo estas pasando y no sabes que hacer, para los que te rodean y no saben cómo ayudarte, a quien mi historia pueda ayudar y motivar.

De esta manera formar una cadena de bendiciones en la que nos podríamos sostener unos a otros.

Prólogo II

Conocí Parches del alma antes que a Marie.

Lo primero que me llamo la atención fue el termino Parches y como Marie lo utiliza a través de toda su escritura, lo usa como nosotros diríamos tapar, obturar, esconder, y a medida que leía su libro, me fui dando cuenta que lo que Marie parchaba era su dolor, su soledad ante él y el abandono, entonces me pregunté cuanto para una pequeña niña, frágil e inocente que desde muy temprana edad tuvo que comenzar a vivir, a afrontar y a callar.

A medida que lees, comienzas a entender el porqué de su desgarro, sus crisis de ansiedad, y sus ataques de pánico. Y su búsqueda insaciable para calmar ese dolor y su angustia, en la religión, en médicos, psicólogos y psiquiatras, hasta que ella misma y a través de su propio recorrido descubrió que el amor y solo el amor, era su cura definitiva.

Escribir sobre el dolor no es fácil, es un proceso íntimo y solitario, desnuda su fragilidad, sus emociones simples y complejas y pone al descubierto lo más profundo de su vida.

Conociendo luego a Marie pude darme cuenta que ella ante esa aparente fragilidad, esa increíble sensibilidad que la abarca, es una gran mujer, con mucho coraje, una guerrera de la vida, que se animó para ayudar a aquellas que no pueden hacerlo, a hablar de sus más íntimos dolores.

Marie ya obtuvo por anticipado el premio enorme de formar una familia, ser una madre responsable y reparar su historia sin juzgar a nadie, ella sola junto a su esposo aporto a la construcción de una vida distinta, llena de amor y de luz.

La vida ya la premio, ahora le deseo el mejor de los éxitos con su libro y que Dios y el Universo la premien también, porque creo sinceramente que ella si se lo merece.

Mucha suerte Marie y muchas bendiciones para tu vida, tu familia y este nuevo hijo que pronto volara por el Universo y deseamos que quien lo lea tome conciencia del terrible flagelo que una niña debe atravesar ante el abuso y la violación.

En nuestros países muchas veces no es común que se respete el dolor ajeno, sin embargo, para Marie el transitar por la vida con este compañero de viaje llamado dolor, le ha sido positivo, ha salido fortalecida, contra corrientes y mareas y hoy es el resultado de esa propia construcción de la cual ella ha sido su única protagonista.

¡Adelante Marie! ¡Mis mejores deseos para Parches del Alma y suerte!

Lic. Juana Koslo

Periodista y Psicoanalista

Introducción

Dios me a dado su gracia para recuperar

los años que perdí

Cada cicatriz que tuve, la parche durante toda mi vida, pero no la sane.

Hasta el día en que toque fondo y tome conciencia de que necesitaba sanar el alma, lo cual me llevo mucho tiempo entender y creer.

Realice una búsqueda espiritual, que me llevo por muchos caminos, algunos acertados, otros errados.

Cuando empecé a practicar la meditación, me ayudo a abrir mi mente, a reencontrarme con mi yo interno y a fundirme en ese silencio universal creador.

Aprendí a amarme y a respetarme.

Logré entender desde un lado más espiritual todos mis miedos, los que me perseguían, tuve que aprender a soltar, dejar ir, sanar, perdonar y agradecer para sentirme realmente libre, pero la libertad la sentí cuando supe la verdad del todo que nos rodea.

Nunca parches una herida, sin antes haberla sanado, porque un día los parches de tanto dolor en tu alma van a salir volando quedando al descubierto todo ese dolor guardado, dejando a la intemperie toda tu mente, acaparando todo tu sistema nervioso, expresándose de muchas formas, al punto de llegar a creer que estas volviéndote loca de la misma desesperación, este es el preciso momento en que el miedo se convertirá en tu enemigo más cercano sin darte cuenta que ese enemigo eres tú mismo, que tú tienes el poder para crearlo y para desaparecerlo también.

Tu mente crea, lo que tú le ordenas.

Toda mi experiencia de vida formó a la mujer que hoy soy: emprendedora, que aprendió a amarse a sí misma y a dar amor a los demás, y a esa mujer que siente dentro de esa paz interior que hoy tiene, una gran fortaleza.

Quiero que sepas que a veces, nosotros arrastramos cosas que nunca contamos y a las cuales parchamos sin darnos cuenta y que al guardarlas se acumulan en nuestra alma, como un desecho toxico y va dejando una herida muy profunda, la cual nos lleva a tener muchos desordenes emocionales a lo largo de nuestra vida.

Mi niña interior se manifestaba de muchas formas.

Marie Proano


¡Yo soy Marie Proano!

Dedico este libro a todas aquellas personas que han sufrido abuso de todo tipo, a todas las personas que por una u otra razón sufren desórdenes mentales, a mi familia, especialmente a mi esposo y a mis hijos pilares y apoyo de mi transformación, ya que sin ellos esto no hubiera sido posible y mi historia no hubiera sido contada. ¡Gracias!

Agradecimientos

Decidí escribir este libro sin ser escritora, no tenía ni idea como o quien me ayudaría en el camino, pero tenía muy claro que, si mi deseo era contar mi historia y de esta manera llegar a ti y de alguna forma poder ayudarte a no cometer mis errores, tenía que lanzarme a la pileta sin saber nadar y el universo pondría en el camino las personas indicadas para guiarme en esta experiencia nueva para mí.

En este viaje fui guiada en todo momento por seres de luz por lo que estoy completamente agradecida, de que Dios los haya puesto en mi camino, ellos iluminaron mi camino y recibí mucha ayuda de los siguientes seres de luz en la tierra.

¡Gracias! A mi esposo que siempre me ayudo en todo.

¡A mis hijos por tanto amor!

¡A mi madre y mis hermanos!

¡A Hilda Díaz!

A la Lic. Juana Koslo quien sin conocerme se tomó el trabajo de hacer todas las correcciones del libro, dándome los mejores consejos y su guía, una excelente profesional y gran ser de luz.

Al Sr. Jorge quien se interesó por lo que me pasaba y me puso en contacto con la Lic. Juana Koslo.

A la Lic. Cristina mi psiquiatra, quien por muchos años me viene acompañando en este camino con mucho amor desinteresadamente a sido de gran ayuda en este camino

A Carolina Coronel, fotógrafa creadora de todas las fotos del libro, amiga que desde el primer momento abrió su corazón conmigo y trabajo aportando muchas ideas y se puso la camiseta de mi historia.

 

Silvia Joteff amiga espiritual.

Ayelen Galzeraro Artista que diseño portada del libro.

A Dalia Mina Diseñadora gráfica ecuatoriana ALIKA MODA de Elena Torres quien me presto con mucho amor indumentaria para las sesiones de fotos.

Sol Rodríguez community manager gracias ser de luz por ayudarme y encargarte de las redes.

A mi amiga Fernanda Oramas quien me daba aliento cuando me veía a punto de bajar los brazos.

A mi vecina Elizabeth quien siempre abrió su puerta para ayudarme.

Y a todos los amigos que me acompañaron en este camino Gladys González, Nataly Villamar, Tixa Camera, Ricardo Stabrasky.

¡Gracias a todos por todo!

Capítulo I

"Parchar, no es sanar,

es alimentar enfermedades en tu cuerpo"

¿Que son los trastornos de ansiedad?

Esta enfermedad es muy seria, hay que tratarla como tal.

Quienes la padecen sufren demasiado, ellos se encierran en su red y se paralizan, las personas que sufren de crisis de ansiedad, pánico, realmente sienten que se van a morir, es literal.

Esta es una aflicción tanto mental como física, estas enfermedades siempre tienen un por qué, y algo que las detona, haciendo de sus vidas un infierno.

Los trastornos de ansiedad se caracterizan por presentar un miedo o ansiedad intensa, una preocupación excesiva.

Estos trastornos generan un importante malestar y afectan al funcionamiento habitual de la persona, tenga la edad que tenga.

Estas crisis de angustia en muchos casos, aparecen a raíz de lo que estamos pensando y se manifiesta bruscamente en nuestro cuerpo, es un episodio muy traumático que produce una ansiedad extrema, la sensación de miedo a morir en ese preciso momento: nos aumenta la frecuencia cardiaca, la respiración, también suele aumentar la presión arterial, se produce la hiperventilación, sudoración, nuestras pupilas se dilatan, los niveles de glucosa en sangre aumentan, la actividad cerebral se incrementa notablemente, nuestro flujo sanguíneo se acelera.

De esta forma el cuerpo se prepara para una batalla imaginaria, la fuente es tu mente, pero el núcleo es un problema sin resolver, esto te puede pasar una vez en la vida o puede ser un problema crónico.

Una misma persona puede tener varios trastornos de ansiedad al mismo tiempo y no es extraño que tenga otros trastornos del ámbito de la salud mental.

¡Esta es mi historia!

Como el destino me llevo a encontrarme con esta enfermedad cara a cara.

Mi nombre es Marie nací un 20 de junio de 1979.

En Guayaquil Ecuador.

Vengo de un barrio humilde de la ciudad de Guayaquil, teníamos una casa muy precaria estaba construida a base de caña y madera, yo tenía un perro pastor alemán que siempre estaba conmigo cuando yo era pequeña.

Cuando tenía cerca de dos años de edad, mi padre y mi madre se separaron debido a los celos enfermizos de mi papa, en ese entonces mi madre estudiaba enfermería y a su vez tenía un grupo de danzas afro ecuatorianas, mi padre no soportaba la idea de que mi madre saliera tanto, la golpeaba y la insultaba si llegaba tarde.

Un día mi madre se cansó de todos sus maltratos y se fue de casa cansada de la vida que llevaba con mi padre, entonces por un tiempo me quedé con el ya que no le permitió que me llevara con ella.

Lo que generó, tiempo más tarde, una disputa por mi tenencia.

Después de unos meses mi padre ya tenía otra mujer y un día me llevó a la casa de mi tía, hermana de mi padre, y finalmente, fue ella la que decidió llamar a mi madre para decirle, que yo me encontraba en su casa y que ese era el momento justo para reunirse nuevamente conmigo. Mi madre, casi sin pensarlo, fue a buscarme y me llevó con ella.

Así comienza una vida de lucha para mi madre con sus tres hijos, Washington, Esteban y yo.

Nos Fuimos a vivir a la casa de un tío de mi madre, primo del papa de mi mama.

Este tío tenía una casa grande de dos pisos, nada parecido adonde yo había vivido.

Recuerdo haber permanecido siempre en aquella gran casa y aunque iba de un lado al otro, siempre volvía ahí. Mi tío era casado y tenía 5 hijos.

Pasado el tiempo, siendo yo apenas una niña, recuerdo que en esta casa vivían dos hombres que eran amigos de la familia, uno se llamaba Rafael y el otro Gasquin, tendrían alrededor de 25 o 30 años a decir verdad no lo sé con exactitud.

Desde mis 3 a 5 años, lo recuerdo tan claramente como si hubiera pasado hoy, estos hombres abusaban de mí de muchas formas, tengo el recuerdo muy latente de mi vestidito color beige que llegaba hasta mis rodillas y mi gran inocencia, digna de una niña de apenas 3 años.

Estos hombres, tocaban mis partes genitales metiendo sus dedos uno a uno en mis partes íntimas haciéndome doler, se masturbaban delante de mí, me acariciaban, me hacían tocar y besar sus zonas genitales, me tomaban de la cabeza y hacían presión hasta llegar a sus partes íntimas me decían que era un chupete, los veía totalmente desnudos, tengo la foto grabada en mi mente! ¡de sus enormes penes! tanto así que podría hacer un retrato de cómo eran.

En casa nadie se daba cuenta de lo que estos perversos hombres hacían conmigo, aun no entiendo como nadie se dio cuenta nunca de semejante atrocidad, yo no sabía que ellos me estaban haciendo daño no era consciente de lo que hacían conmigo, siempre me llamaban por separado a veces en el baño que quedaba en el patio,

otras veces en la parte de abajo de la casa que tenía dos habitaciones donde aún no había nadie en ese entonces,

la verdad nunca sabré si hubo penetración o no, pero crecí creyendo que no era virgen y me volví desconfiada de los hombres, cuando un hombre se me acercaba me sentía acorralada, me ponía nerviosa, siempre fui una niña muy tímida y temerosa.

Mientras crecía, este recuerdo silencioso vivía muy latente en mi interior y me preguntaba cómo podía alguien ser tan cruel para dañar así a una niña,

para destruir su inocencia, pero la vida seguía girando.

¡Y a su alrededor estaba ahí penetrante mi dolor!

Así prosiguió mi vida y nunca pude olvidar ni sus nombres ni sus actos.

Capítulo II

Cuando el pasado te visita,

los parches comienzan a aflojarse.


Pasado el tiempo mi madre trabajaba como enfermera cama adentro, cuidaba adultos mayores y la veía poco tiempo mientras mis primas se ocupaban de mí.

Pero el recuerdo amenazante de aquellos dos hombres siempre permaneció en mi mente. Como una grifería mal cerrada gota a gota…

Tuve momentos en los que quise contar lo que me había pasado con aquellos hombres, necesitaba sentirme protegida, amada, y no abandonada, pero el miedo al rechazo, a que no me crean, la vergüenza, la culpa, no me dejaban abrir la boca entonces seguía guardando silencio.

Cuando llegó el tiempo de concurrir al jardín, comencé a presentar problemas de concentración, yo no entendía nada, tanto que me llevaron a un aula de recursos especiales para ayudarme con las tareas porque me distraía mucho.

y sin que nadie se diera cuenta yo me encerraba en el baño del jardín para tocar mis partes íntimas, yo me hacía lo mismo que aquellos hombres me hacían a mí.

Me comportaba como una niña que prefería siempre jugar sola, me gustaba hablar con las plantas, era una persona muy distraída, temerosa, soñaba con tener una Barbie, que nunca pude tener…

¡Como mi mamá también era artesana me hizo una muñeca de trapo que me regalo de sorpresa para una Navidad! ¡Me puse muy feliz! ¡Sabía que mi madre no podía comprarme una Barbie, pero hizo una muñeca de trapo para Mí!

Puedo asegurar que no cambiaría la madre que tengo por nadie, doy gracias a Dios porque sea mi madre ella hizo todo lo que pudo, confió y fue muy fuerte.

¡Los años siguieron pasando! y Yo continuaba en silencio!

A los ocho años tomé a Dios como protector y Padre, con el cual pasaba horas a solas hablando frente al espejo, Él fue mi motor, El me otorgo esa fuerza que viene desde otro lugar para soportarlo todo.

La esposa de mi tío era evangelista y me enseñó a orar. Recuerdo que un día le dije: ¡Madrina siento que soy alguien especial para Dios! Ella me miro, pero no me respondió nada, ¡creo que no entendió lo que quise decir!

Un día le pedí a Dios algo importante y le dije que si lo cumplía nunca más dudaría de su existencia. Pasaron diez minutos y había cumplido lo que le había pedido. En ese momento no lo podía creer y así comenzaron las charlas con Dios y aunque no me respondía, yo sabía que Él estaba conmigo escuchándome.

Cuando cumplí doce años, mi madre viajó a Colombia y no la pude ver durante un mes y medio, su ausencia me afectaba de tal manera que me sentía muy triste, ¡siempre me sentí sola!

Mi papá nunca me visitaba ni se preocupaba por mí.

¡Nunca le pude expresar a mi mamá lo que sentía pues con verla ya era feliz!

A mis trece años invitaron a mi madre, con su grupo de danzas afro, a Chile y ella me comentó que solo se iba por un mes. Cuando ella me comunicó que había decidido irse por un tiempo breve, me puse triste, muy triste.

Era tanta mi tristeza. Tanta mi angustia. ¡Tanto dolor!

No quería que mi madre se vaya y ella me dijo con estas palabras: “Marie, sufra un poquito más”.

En aquel momento yo desconocía el poder que tenían las palabras y entonces ella se marchó en busca de un futuro mejor. Así como hacen muchos para dar un mejor futuro a sus hijos.

Me sentí huérfana en ese momento y las palabras que mi madre me dijo fueron literales y no sufrí un poquito, sino que sufrí de a gotas como una tortura, tragándome mis lágrimas, me hubiera encantado decirle a mi mama en ese momento, no me dejes mami, no quiero ser lastimada otra vez y contarle todo mi secreto, tengo miedo de estar sin ti te necesito por favor, quédate conmigo, yo te amo, pero no lo hice, lo parche y seguí guardando silencio.

La familia con la cual me quedé, me permitió estudiar, me dio un techo, y comida, pero eran muy estrictos conmigo realmente y en cierto modo no los culpó pues no sabían el secreto que me mataba por dentro.

Sufrí mucho en esa casa, me castigaban constantemente, para ellos todo lo que yo hacía era malo, me pegaban con palos de escoba en mi espalda, si sacaba malas notas en el colegio me castigaban en el mismo colegio delante de mis compañeros y en casa no me era permitido ver la tele ni salir y si tenía piojos me sacaban a la vereda del barrio para sacármelos y que todos mis amigos supieran que yo tenía piojos, un día fui a acompañar a una amiga al bazar lo que acá le llamamos librería, a comprar unas cosas para el colegio, el lugar quedaba a 4 cuadras de la casa, yo me olvide de avisar y cuando volví a casa me estaban esperando para castigarme por no haber avisado, me agarraron entre tres, mientras dos me sostenían, la otra persona tomo un periódico lo prendió fuego y lo puso en mis pies, querían quemarlos mientras yo gritaba y lloraba y peleaba para que me suelten y escupía el diario y lo pisaba para que no me quemen los pies, podía ver como se encendía ese diario y mis pies peleaban para no ser quemados y escuchaba sus voces diciendo esto te pasa por callejera, vaga de mierda!

Yo sabía que no había hecho nada malo, al final logré apagar el fuego, me pegaron, me cachetearon y rompieron mi labio y me fui a llorar al cuarto, donde la angustia invadía mi alma y solo encontraba consuelo hablando con Dios.

También tenían la mala costumbre de revisar las cartas que yo enviaba a mi mama, donde le contaba lo que me hacían, mi prima las leía delante de mí y me pegaba por contar la verdad y no enviaba la carta, como poder olvidar momentos tan feos, pero doy gracias a Dios que ya pasaron quizás en el afán de protegerme creyón que esa era la mejor manera de criarme.

A decir verdad, no saben cuan equivocados estaban y del gran daño psicológico que estaban causando a mi alma, creo que nunca tomaron conciencia de eso, en un país que en aquellos tiempos los profesores te golpeaban con palos en las manos si no llevabas la tarea, creo que todo era parte de una idea en conjunto de la misma sociedad lamentablemente, no me paso solo a mi sino a muchos niños y jóvenes.

 

Pasado un tiempo, por esas cosas de la vida, a mis catorce años volví a ver a uno de estos hombres en la calle, yo iba con mi prima él iba con su mujer e hijas. ¿Quieres saber lo que sentí? miedo, terror y rabia! Mi prima lo saludo, yo ni lo mire quería matarlo literalmente, ¡por desgraciado! por ser un maldito pedófilo que destruyo mi inocencia!

Quise contarle a mi prima en ese momento, pero no me anime, sentí mucho miedo de contarlo no sabía cuál sería la reacción de ella si se lo decía, preferí callar. Entonces cuando callas parchas, gran error, sin saber, que con el pasar de los años este hecho me traería grandes problemas en vida adulta. Este secreto vivió conmigo por muchos años.

En esta etapa de la adolescencia empecé a defenderme, me volví rebelde, pensaba en irme de la casa, ya no me dejaba golpear, me defendía, sentía rabia y estaba dispuesta a defenderme como sea, pero no permitiría que me lastimaran más, cuando iba a otras casas de gente conocida sabía que no iba a tener lo que ellos me daban vivienda, estudio y comida. Finalmente, decidí quedarme con ellos ya que, por lo menos, me permitían estudiar. No era una chica de salir mucho, salía dentro del barrio, pero no más allá y solo con permiso, me daban horarios para volver a casa.

De qué manera puede actuar una niña que fue abusada sexualmente y que ese maldito recuerdo estaba envenenando su alma. Tenía Rabia…

Cuando cumplí mis quince años fue muy triste yo soñaba con mi fiesta ese gran vestido de princesa mi madre me había prometido que el día de mis 15 ella vendría y yo le creí entonces ese día fui a clases estaba ansiosa esperando la llegada de mi madre, volví a casa esperando encontrar alguna sorpresa de mi madre, pero nada, solo un gran vacío y un gran silencio, entonces me senté en la escalera a esperarla, ¡cual cenicienta a su Hada madrina! Nunca llego, llore, es inimaginable todo lo que llore, ¡fue tanto que forme un océano dentro de mí!

Pero mi madre lloraba por mi a cientos de kilómetros de distancia.

Ella después me llamo por teléfono diciéndome que se le había complicado venir, no estaba pasándola bien económicamente, yo creí entenderla, yo era tan solo una adolescente con mucha falta de amor, con mucha rabia y un miedo muy grande.

En vista de mi gran tristeza decidieron hacerme una fiesta en casa con mis amigos, algo muy sencillo, Estuvo lindo y lo pase bien.

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