Cincuenta medias verdades de una pelirroja (y su marido)

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Cincuenta medias verdades de una pelirroja (y su marido)
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© Manuel Barahona Prats

Diseño de edición: Letrame Editorial.

Maquetación: Juan Muñoz

Diseño de portada: Rubén García

Supervisión de corrección: Ana Castañeda

ISBN: 978-84-1114-044-7

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación, en Internet o de fotocopia, sin permiso previo del editor o del autor.

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Hace veinticinco años me casé con una mujer maravillosa de la que sigo enamorado. Una pelirroja excepcional con la que, además de formar una familia, hemos llevado a cabo muchas pasiones juntos, entre ellas la de viajar por el mundo. En estos veinticinco años hemos hecho más de cien viajes a cincuenta países diferentes. Y en todos ellos hemos disfrutado de experiencias reales e imaginarias que queríamos compartir con las personas que más queremos.

Durante el confinamiento empecé a escribir estas historias de los viajes, con la inestimable ayuda de la familia que han sido unos estupendos guionistas, correctores y grafistas. Los países que aparecen son todos en los que hemos estado de verdad, los personajes son también muy auténticos, como podréis descubrir, las historias cuentan cosas que nos pasaron o que nos podrían haber pasado, con un final que se puede escoger. Son cincuenta historias. Cincuenta medias verdades.

Con todo el cariño para los que vais a leer algo de este libro y dedicado a la mujer de mi vida, con mucho amor, el día de su cincuenta cumpleaños.

El marido de la pelirroja

12 de julio de 2021

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1. Un masái visionario en Kenia (Pili y Jorge)

2. Accidente en las Seychelles (Sonia y Joaquin)

3. Casting en Austria (Josep)

4. Maletas extraviadas en Tailandia (Bea y Rafa)

5. Un taxi en Colombia (Seli)

6. Emergencia en Egipto (Mari Carme y Toni)

7. Las flores holandesas (Joaquim)

8. La profecía maya en Mexico (Nuria y Toni)

9. Misterio en la hacienda argentina (Olga y Jaume)

10. Nuevos bolsos en China (Asunción y Antonio)

11. El tipo del Vaticano (Txell y Pep)

12. Una heroína en Budapest (Montse y Quim)

13. Peligro en Suecia (Rosa y Mario)

14. La broma a una modelo en Estonia (Eli)

15. Violación en San Petersburgo (Txell y Gemma)

16. Detenidas en el aeropuerto de Copenhague (Carles)

17. Secuestro en Portugal (Norma y Raimon)

18. Descubrimiento millonario en Grecia (Ana y Alberto)

19. Popularidad en Gran Bretaña (Cati y Jordi)

20. Desaparición en Praga (Laura y Pau)

21. Historias de maquis camino de París (Rafela y Pere)

22. Mucho arte en Turquía (Begoña y Juan Carlos)

23. Setas en la Toscana (Cristina y Jordi)

24. Amor en Dubái (Amelia)

25. Robo en Andorra (Eva y Miguel)

26. Elegancia en Varsovia (Conce y Albert)

27. Sangre en Berlín (Quim)

28. Jaque a la Unión Europea en Bruselas (Alicia y Xavi)

29. Operación inmobiliaria en Bucarest (Rosa y Robert)

30. Tiendas de pinturas en Australia (Carmina y Manolo, Tere y Rafa)

31. Dos rombos en Nueva York (Maite y Posti)

32. Aventura canadiense (María y Marta)

33. Ciclismo en Marruecos (Aurora, Ana y Fernando)

34. Coleccionismo en Singapur (Sara y Agus)

35. Tratos en Catar (Cristina y Xavi)

36. Aventura extrema en Las Maldivas (Elsa y Xavi)

37. Negociación en Irlanda (Sonia y Toni)

38. Magia animal en Sudáfrica (Xeta y Nil)

39. Artistas en Montenegro (Lola, Farners, Miquel y Pere)

40. Perdidos en Bosnia (Marta y Jose)

41. Infidelidad en Croacia (Águeda y Gonzaga)

42. Nuevo barco en Malta (Flor y Carlos)

43. De autocaravanas en Nueva Zelanda (Sandra y Marc)

44. Un hospital de campaña en las Fiyi (Carme)

45. Tensión en el Machu Picchu (Raquel y Juanjo)

46. En Suiza treinta años después (Maribel y Lluís)

47. En globo por Liechtenstein (Anna y Carles)

48. Descubriendo el cava en Mónaco (Marta y Luis, Gemma y Pep)

49. La sorpresa de San Marino (Kike)

50. Sueños en la capital de España (Sara, Manel, Pol y Jan)

1. Un masái visionario en Kenia

Cuando la pelirroja y su ya marido aterrizaron en el aeropuerto de Nairobi, nada hacía presagiar que ese viaje a Kenia de luna de miel iba a estar tan cargado de fuertes emociones. El primero de los hoteles en el que se instalaron fue un precioso resort cerca del lago Nakuru. El primer día se levantaron muy temprano y al ir a desayunar se encontraron con Jorge y Pili, unos buenos amigos de Barcelona que estaban también de safaris por el país. Les hizo mucha gracia encontrarse a tantos kilómetros de casa, estuvieron charlando un buen rato y vieron que iban a coincidir en el safari del día en el que se visitaba un poblado masái.

El recorrido hacia el poblado con el jeep del safari los dejó a los cuatro perplejos. Un simpático conductor llamado Joram les contó las primeras historias sobre la sabana africana. Acababa de amanecer. Jirafas, cebras, leones, el color del cielo, las acacias, sonidos especiales… les hacían entender por primera vez qué era eso de la magia africana. Estaban los cuatro embelesados contemplándolo todo.

Al cabo de dos horas llegaron al poblado masái. Los recibieron una multitud de niños sonrientes que los ayudaron a bajar del jeep. Tenían todo preparado para enseñarles el poblado y explicarles su forma de vivir. Joram traducía todo lo que les iban contando. Justo cuando acababan de empezar a mostrarles cómo cazaban, y mientras hacían un ejercicio de saltos y cantos muy curioso, apareció un masái de muy avanzada edad dando gritos y señalando con cara de enfado a Jorge.

Los cuatro se quedaron perplejos, mientras Joram intervenía para decirle al viejo masái que se tranquilizara. Los gritos subieron de tono y el masái cogió un cuchillo y se acercó peligrosamente a Jorge. La cara de pánico de Joram hacía presagiar lo peor. Miró a Jorge y a sus tres acompañantes y les dijo muy afligido que el masái quería matar a Jorge porque los dioses le habían informado la noche anterior de que un terrible cazador de elefantes que iba a ser muy infiel a su esposa iba a visitar el poblado y, sin duda, por su mirada solo podía ser él. Al oír esas palabras, el marido de la pelirroja se puso las gafas de sol. No es que tuviera miedo, quería ayudar a su amigo, pero pensó que era una buena forma de proteger su mirada para evitar malentendidos y concentrar el problema en una persona más que abrir la posibilidad de extenderlo a dos.

Final 1 (Woody Allen). El poblado quedó en silencio. El viejo masái cuchillo en mano seguía con sus intenciones. Y viendo que aquello solo podían resolverlo ellas, la pelirroja y Pili tomaron la iniciativa. Había que improvisar algo. La pelirroja sacó de su bolso un periódico que traía de España y vio que en la portada del mismo aparecía la foto del rey Juan Carlos I. Pili miró a la pelirroja y se dirigió desafiante al viejo masái con unas palabras improvisadas que luego pasaron a la historia: «Te has equivocado de persona y este de la foto será el cazador de elefantes infiel a su esposa». Y de forma totalmente sorprendente el viejo masái dejó el cuchillo, tomó el periódico y tras observar con detenimiento la foto del rey asintió y miró al cielo. El marido de la pelirroja se quitó entonces las gafas y dio una palmadita en la espalda al viejo masái para acabar de tranquilizarlo, apuntándose el último tanto de la salvación.

Final 2 (Santiago Segura). El viejo masái empezó a reír a carcajadas. Les dijo a los cuatro turistas que les dieran sus relojes y que se largaran del poblado. Y fue en ese momento cuando la pelirroja y Pili tomaron la iniciativa. Se abalanzaron sobre el masái y con la ayuda de Joram detuvieron al maleante que llevaba tiempo robando a los turistas de la zona. El marido de la pelirroja intervino entonces atando las manos del viejo masái y llamando a la policía, apuntándose así el último tanto de la salvación.


2. Accidente en las Seychelles

El amanecer en la isla era muy especial. Él se despertaba siempre antes que ella y le encantaba contemplarla en silencio mientras dormía. Su cara llena de pecas y su cabellera pelirroja eran especialmente graciosas a esa hora de la mañana con los primeros rayos de sol entrando por la ventana. Este era un viaje muy deseado y lo estaban disfrutando mucho en compañía de Joaquin y Sonia, dos buenos amigos a los que conocían desde hacía muchos años.

 

Desayunaron juntos los cuatro. Ese día iban a desplazarse hasta la Isla Curieuse, famosa en las Seychelles por ser una reserva natural de grandes tortugas y otros animales en peligro de extinción. Llegaron en el primer barco muy temprano. Tanto que el vigilante del parque les indicó que debían esperar más de una hora hasta la apertura. Para hacer tiempo decidieron acercarse hasta un viejo jeep que debía ser el del vigilante. Como todos los coches en la isla, era un modelo inglés con el volante a la izquierda. Tenía las llaves puestas. Demasiada tentación para los chicos —especialmente para Joaquin—, que con su cara de pillo y una gran sonrisa miró a Sonia. Esta le devolvió una mirada que significaba «ni se te ocurra», o algo por el estilo aun peor.

Joaquín se subió al coche, lo arrancó y con el marido de la pelirroja al lado (con cara ya de aventurero asustado) salieron a toda velocidad, dando unos golpes de volante que no hacían presagiar nada bueno. La pelirroja y Sonia cambiaron sus expresiones de «ni se os ocurra» por la de «vale, os vais a enterar», que todos sabemos que suele traer peores consecuencias en el mundo de la pareja.

Al poco de salir se dieron cuenta de que no iban a poder ir muy lejos. El camino de tierra por el que circulaban era cada vez más angosto y en una curva cerrada… chocaron de frente con una extrañísima gran tortuga de color blanco. El impacto fue muy fuerte, y la tortuga salió despedida cayendo a un acantilado. Luego supieron que se trataba de Copita de Nieve, la única tortuga albina del mundo que tenía ciento veinticinco años de vida y que era la estrella del parque.

Final 1 (Steven Spielberg). Volvieron rápido y contaron lo ocurrido a sus respectivas. Con cara de mucho enfado Sonia y la pelirroja se subieron al coche y los cuatro volvieron al lugar del accidente. El silencio cortaba el ambiente. Bajaron como pudieron el acantilado hasta el lugar donde estaba la tortuga. Localizaron al animal malherido. Sonia, una excelente médico que siempre llevaba consigo su kit de urgencias pudo salvar a la tortuga. Tuvieron que volver varios días hasta que se recuperó del todo. Hoy sigue siendo el reclamo más importante del parque con un excelente estado de salud.

Final 2 (Quentin Tarantino). Volvieron rápido sin contar nada de lo ocurrido a nadie. Al día siguiente Joaquin y el marido de la pelirroja volvieron al lugar del accidente y pudieron localizar a la tortuga que estaba malherida. Desde lo alto del acantilado le lanzaron comida. Lo repitieron varios días y la tortuga milagrosamente sobrevivió al accidente. Hoy es el espectáculo del parque por ser la única tortuga albina del mundo con un curioso logotipo de la marca jeep en su caparazón.


3. Casting en Austria

Cuando la llamaron para decirle que debía pasar el casting final en Viena, sus ojos chispeantes brillaron más que nunca. Estaba más cerca de que le dieran el papel de su vida. Interpretar a Sissi la emperatriz en la segunda entrega de una trilogía de películas protagonizadas por la pelirroja Romy Schneider con tanto éxito en su época, era más que un sueño para ella.

Viajaron todo el día en su Volkswagen polo y llegaron a Viena a última hora de la noche. Su marido que, como siempre, la acompañaba a todos los castings estaba más pensativo que de costumbre. Le encantaba que a su esposa la hubieran preseleccionado para interpretar a una de las mujeres más bellas del siglo xix. Sabía lo que le ilusionaba el papel y la quería muchísimo, pero le incomodaba un poco la idea de que el casting tuviera que ser con un apasionado beso final. Era algo celoso. «¿No podían hacer los castings sin toqueteos ni besos finales?», pensaba. Y además con Josep, ese actor catalán de raíces italianas que se hacía llamar Giuseppe Masi, con fama de seductor, de voz profunda y mirada penetrante que encantaba a las mujeres aunque a él le recordara más a Jesucristo.

Al día siguiente llegaron temprano al Palacio de Hofburg. El escenario escogido para el casting no podía ser más fastuoso. Era una de las salas principales del palacio, una habitación con dos cuadros estupendos de Sissi y su marido el emperador Francisco José, un gran espejo al fondo, un tocador… y una gran cama de época, de esas con cortinaje incorporado. El director le pidió a la pelirroja que ¡¡¡se desnudara y que esperara al actor en la cama!!! Al marido le cambió la cara y un sudor frío recorrió su cuerpo. Esto no iba a ser solo un apasionado beso final, se trataba de una escena de cama en toda regla. Sin saber muy bien cómo, se contuvo y no dijo nada. Salió de la sala, se sentó cabizbajo en un banco del pasillo y cerró los ojos. Era demasiado para un hombre no muy moderno en esas cosas.

Al cabo de unos treinta minutos, que a él le parecieron dos horas, el director y su asistenta salieron al pasillo. Le informaron que el actor Giuseppe Masi no iba a poder asistir al casting, al parecer había tenido un percance con uno de los caballos de sus hijas y debían posponerlo para otro día. «¡Qué lástima!», dijo con una leve sonrisa que no encajaba muy bien con unas palabras que le salieron del corazón: «Si les vale… yo actué en obras de teatro en el colegio».

Final 1 (Woody Allen). Hicieron el casting. Y los escogieron a los dos para las escenas de cama. La pasión que le pusieron impresionó al director. Giuseppe tuvo que conformarse con las escenas más planas y el marido se puso las botas con su querida pelirroja en una película que fue récord de taquilla durante muchas semanas.

Final 2 (Bernardo Bertolucci). Hicieron el casting. Y ocurrió lo impensable. El director quedó impresionado de las dotes interpretativas del marido y lo seleccionó para su película. Reescribiría el guion. Un final con el emperador declarando su homosexualidad y amando con locura con escenas de cama a este nuevo y prometedor actor tenía el éxito asegurado.


4. Maletas extraviadas en Tailandia

Los gritos se oían desde el otro lado de la calle. Y eso suponía gritar mucho porque en Bangkok no hay una calle tranquila. Todo ocurrió tan rápido que dejó perplejos a los cuatro. La pelirroja y su marido estaban encantados con ese viaje a Tailandia con sus amigos Rafa y Bea, y no podían creer lo que estaba sucediendo.

Todo había pasado muy deprisa. Habían aterrizado en Bangkok el lunes por la mañana. En el aeropuerto les informaron que las maletas se habían extraviado, que las habían localizado y que las mandarían directamente al hotel en cuanto llegaran. Pasaron dos días sin noticias de sus maletas y a la mañana siguiente recibieron una extraña llamada. Debían acudir a buscarlas a una comisaría ubicada en el centro de la ciudad.

Allí se dirigieron. Rafa con su perfecto inglés y sus exquisitos modales se encargó de todo. Le pidieron los pasaportes, los billetes de los vuelos, el comprobante de la facturación de las maletas… y las fueron entregando. Primero a Bea y al marido de la pelirroja sin ningún problema. Luego a la pelirroja que tuvo que explicar antes por qué llevaba dos maletas para un viaje de una semana. Aunque la expresión del marido era más de «qué me vais a contar a mí», entre los dos explicaron que una era para la ropa y la otra para los zapatos a razón de seven days, seven shoes que los policías no acabaron de entender.

A Rafa no le entregaron su maleta. Lo hicieron entrar a un despacho interior junto a dos policías con cara de pocos amigos. Se sentaron en una mesa enfrente de él con una lámpara vieja que lo iluminaba y sacaron una caja de pastillas que Rafa reconoció enseguida. ¡¡¡Eran sus pastillas para la intolerancia a la lactosa!!! Y ahí empezó la trifulca. El policía acusaba con vehemencia a Rafa de la entrada de drogas en el país. Rafa pasó de la sorpresa inicial a explicar que se trataba de un error. Los policías no estaban por la labor y la conversación fue subiendo de tono hasta llegar a grito limpio. Los gritos se oían desde el otro lado de la calle. Aquello no podía acabar muy bien.

Final 1 (Woody Allen). De repente la pelirroja abrió su maleta de los zapatos, cogió los Manolo Blahnik que eran los del tacón más afilado y en compañía de Bea entraron al despacho en el que Rafa estaba siendo interrogado. Las dos tenían una actitud amenazadora que sorprendió a los policías y al marido de la pelirroja que estaba intentando, por las buenas, hablar con el jefe de la comisaría en una sala contigua. La reacción de los policías no pudo ser más sorprendente, los dos a la par se quedaron mirando fijamente los zapatos reconociendo al momento que eran originales, y eso en Tailandia tenía mucho valor. Se miraron el uno al otro y sonrieron. El acuerdo para salir de allí con la maleta de Rafa a cambio de los zapatos fue muy rápido. Todo quedó en un susto. Podían seguir disfrutando los cuatro de ese viaje tan deseado.

Final 2 (Quentin Tarantino). Rafa vio que no iba a poder convencerlos de que eran sus pastillas de intolerancia a la lactosa. Se puso sus gafas de sol, sacó su cartera y les ofreció los quinientos dólares que llevaba. Lo aceptaron. Rafa puso una condición, debían consumir juntos la preciada droga, Rafa por vía oral y los dos policías por vía nasal. Todos cumplieron.


5. Un taxi en Colombia

Eran las tres de la madrugada. La noche había sido muy divertida. Ir a esa fiesta en la sala del Mister Babilla con ese toque pirata había sido un acierto. Cartagena de Indias era a finales de los noventa una ciudad llena de historia y de diversión en una Colombia aún convulsa, que empezaba a superar una larga etapa de crudos enfrentamientos internos. A pesar de ello, la pelirroja y su marido habían organizado el viaje con la hermana de este, Seli, con la que tantos buenos ratos habían pasado y que tenía muchas ganas de conocer el país.

Los tres pidieron un taxi a la salida de la sala de fiestas. La pelirroja, con los ojos muy chispeantes no paraba de reír. Y entre risas y alborozos subieron al taxi para volver al hotel. Con la charla animada y el jolgorio tardaron en darse cuenta de que no les llevaban al destino que habían solicitado.

En una calle de poco tráfico y casi sin luz el taxista se detuvo. Dos hombres armados vestidos de militares salieron del portal de una casa baja y entre gritos y amenazas hicieron salir a los tres turistas del coche. Les llevaron a la zona trasera de la casa. Les quitaron la ropa y los maniataron. El marido de la pelirroja se resistió a que le pusieran el pañuelo en la boca. Lo había visto solo en las películas y pensó que si algún día le hacían eso moriría de un ataque de ansiedad. El tortazo que le dieron le hizo cambiar rápido de opinión. Su esposa y su hermana lo consolaron. No solo no iba a morir, sino que igual hasta esto le permitía superar su claustrofobia para siempre.

Tras un rato inacabable de maltratos, insultos, lloros y mucho mucho miedo, los tres se quedaron a oscuras en un cuarto sombrío lleno de humedad. Era sin duda un secuestro en toda regla. ¿Pedirían rescate? ¿Los matarían? La pelirroja de ojos ya no tan chispeantes empezó a llorar mientras su marido, el más asustado de los tres, le acariciaba el pelo. Seli y su hermano se cogieron de la mano.

Final 1 (Woody Allen). Fue justo al amanecer cuando se abrió la puerta del cuarto. Y apareció sonriente el guía del viaje junto a los dos hombres vestidos de militar y el taxista. Sus caras sonrientes nunca podrán olvidarlas. «Ya se lo anticipé amigos —dijo el guía—, en mi agencia de viajes de aventuras siempre hay una sorpresa final que hace de la experiencia un recuerdo inolvidable». La cara de los tres turistas después de una noche de insomnio era todo un poema. El guía y los aprendices de actores sonreían sin parar, ellos no tanto.

Final 2 (Quentin Tarantino). Y justo en ese momento se iniciaron los temblores. Cayeron cascotes del techo, se abrió una gran grieta en el suelo y todo se llenó de polvo. Fue un terremoto de los más virulentos que se recuerdan en el país. Murió muchísima gente, pero la pelirroja, su marido y la hermana de este sobrevivieron y pudieron escapar de un secuestro que recordarían para siempre.


6. Emergencia en Egipto

 

Viajar a Egipto era un sueño hecho realidad para una licenciada en Historia del Arte como Carme, la querida hermana de la pelirroja a la que tanto se parecía. Lo organizaron entre las dos. Era el primer viaje juntas y con sus maridos, y querían que todo saliera a la perfección. Carme y Toni eran una pareja muy culta a la que les apasionaba Egipto, y la pelirroja y su marido estaban convencidos de que lo pasarían muy bien y aprenderían muchas cosas con ellos.

Pronto descubrieron la magia de ese viaje. El encanto de las pirámides de Gizah, navegar por el Nilo desde Luxor, las puestas de sol, los templos, las explicaciones de los guías… Todo era maravilloso y lo estaban disfrutando de lo lindo. Los días habían transcurrido muy deprisa, y ya solo les faltaba culminar el viaje con la imprescindible visita a Abu Simbel, que requería un largo desplazamiento en autobús.

Llegados a Abu Simbel, cuando empezaban el recorrido por el templo de Ramsés II, Toni empezó a encontrarse mal. Se apoyó en una pared con sombra para tomar un poco de agua, la cara la tenía muy pálida y notaba fuertes molestias en sus partes traseras que no le permitían casi ni estar sentado. Preguntaron por un médico o una farmacia y el guía les dijo que no había ninguno cercano. Su estado fue empeorando. El guía les informó que los hospitales más cercanos estaban a más de tres horas en el autobús que los había traído.

Carme miró a su hermana, su hermana miró a su marido, su marido miró al cielo con cara más de duda que de seguridad… y de forma instintiva, los tres corrieron hacia una vieja avioneta que habían visto a su llegada a Abu Simbel. Montaron a Toni como pudieron, encendieron los motores y con las nociones básicas de aviación aprendidas por el marido de la pelirroja en la mili pudieron despegar y volaron hasta Asuán. El vuelo fue todo un milagro a lo Indiana Jones que siempre recordarán.

Final 1 (Steven Spielberg). Una ambulancia los estaba esperando a su llegada a Asuán. Toni fue llevado al hospital y atendido con éxito. Tuvo que recuperarse y estar en el país otros diez días más, que fueron aprovechados por los cuatro para acabar de visitarlo y empezar a organizar el siguiente viaje.

Final 2 (Alfred Hitchcock). La avioneta nunca aterrizó en Asuán y se perdió la pista a los cuatro. Dicen las malas lenguas que las dos hermanas y el cuñado salvaron milagrosamente a Toni durante el vuelo, que desviaron la avioneta hacia otro destino mágico y que siguen viajando por el mundo.


7. Las flores holandesas

Joaquim se había ganado a pulso el premio del Ayuntamiento de aquel año. Se lo habían dado por su excelente labor al frente del grupo de jardinería con chicos discapacitados. Era muy querido por todos ellos y por todos lo que lo conocían porque era un gran tipo. El premio de aquel año no podía ser más acertado, un viaje a Holanda, el país de las flores. El viaje incluía una visita a Keukenhof, el parque floral más grande y más conocido del mundo, en el que sería recibido por los responsables del mismo. Estaba encantado con poder realizar ese viaje y decidió hacerlo en compañía de su hermana pequeña, la pelirroja con la que había compartido tantas travesuras de niño, y su marido.

Tras varios días en Ámsterdam conociendo la ciudad, llegó el día de la visita a Keukenhof. Habían leído sobre ello y habían visto algunas fotos, pero tenían muchas ganas de contemplar en vivo los más de siete millones de tulipanes y otras plantas del lugar. Cuando llegaron, se dieron cuenta enseguida de que lo que veían no se correspondía con la información y las imágenes que tenían. Había muy pocas flores, eran todas de un tamaño pequeño, crecían bastante deterioradas y les faltaba colorido.

Pasaron al interior de la zona de recepción y les atendió el máximo responsable del parque floral. Tras darles la bienvenida e informarlos de que el mismo alcalde le había llamado para contarle la concesión del premio, les pidió disculpas por el estado de las flores. Les explicó que, de forma extraordinaria, las flores no estaban creciendo y madurando como siempre. Llevaban varios meses analizando la situación y no acababa de encontrar la solución. Joaquim, su hermana y su cuñado escuchaban con atención.

Al instante, Joaquim recordó un remedio que utilizó en una ocasión que le permitió madurar unos palosantos. Hizo un par de llamadas a sus padres y, con el permiso del responsable del parque, se puso manos a la obra. Se dirigió a la zona de cuidados de plantas que estaba al lado de la recepción y ante la antena mirada de todos mezcló varios productos en un gran recipiente y ordenó que lo aplicaran a las plantas. El responsable del parque pidió a los tres visitantes que se quedaran unos días allí para ver los resultados.

Final 1 (Sidney Pollak). A los pocos días las flores habían crecido y tenían los colores más vivos que nunca. El responsable del parque estaba eufórico y no sabía cómo agradecerle a Joaquim el milagro que había obrado. Llamó al alcalde para informarle de lo sucedido, este al president de la Generalitat y como estaban en coalición el tema se comentó en el Consejo de Ministros y la noticia acabó teniendo una gran repercusión en ambos países. Tanto que los presidentes acordaron renombrar el famoso parque como «Parque Floral Keukenhof-Tió» y organizar una ceremonia con Joaquim de gran anfitrión a la que asistirían, por supuesto, los monarcas de ambos países.

Final 2 (Alfred Hitchcock). Pasaron varios días y el remedio no hizo su efecto. Todo lo contrario. Las flores acabaron muriendo y una extensa plaga acabó con buena parte de la flora del país. Aquello fue el inicio de la “crisis de las flores holandesas” de la que el país nunca se recuperó. Catalunya tomó el relevo de la industria floral mundial. Solo Joaquim y su hermana la pelirroja saben si aquel remedio utilizado para las flores en aquel viaje fue algo fortuito o intencionado.


8. La profecía maya en México

Subir las escaleras de la pirámide de Kukulcán era todo un reto para una mujer embarazada de siete meses. Pero ahí estaba ella. Con su gorra inconfundible que cubría su melena pelirroja y con una mano en su prominente barriga ascendía peldaño a peldaño. Cogido de la otra mano, su marido la observaba admirado. Era un atardecer delicioso.

Cuando llegaron a la cima y contemplaron las vistas de Chichén Itzá, una aureola de magia los envolvió. Había valido la pena. La península del Yucatán, México y la cultura maya no dejaba de sorprenderlos. Se sentaron un rato para tomar un poco de agua y descansar mientras seguían disfrutando de los detalles de todo lo que los rodeaba. Apoyados en una piedra, acurrucaron sus cabezas el uno contra el otro y ahí fue cuando notaron que algo no iba bien.

Unas voces tenues los despertaron en medio de la oscuridad. Eran como palabras sueltas inentendibles que llegaban desde varios sitios. Se encendió una antorcha al fondo y pudieron ver la silueta de dos personas que se acercaba a ellos. Llevaban una máscara de un color verde estridente que les cubría la cara y gritaban cada vez más mientras se iba acercando. Eran un hombre y una mujer. La pelirroja los reconoció enseguida. Eran Nuria y Toni, una pareja conocida a la que habían perdido la pista desde que se fueron a vivir a Chile, que decían que habían sido captados por una secta que operaba en América Latina. La pelirroja apretó la mano de su marido y él la miró para tranquilizarla, aunque estaba más asustado que ella. Tras la pareja se arremolinaban veinte personas más, vestidas todas igual y con las caras pintadas de diferentes colores. Al llegar a ellos, uno que portaba una antorcha dio un salto y gritó lo primero que pudieron entender: «Bienvenidos a la secta de Pacal el Grande. Sois los elegidos para la profecía del inicio del tercer milenio». Lo que ocurrió después quedó para siempre en la memoria del matrimonio. Prometieron no contarlo a nadie a cambio de salir con vida. Y así ha sido desde aquel mes de febrero de 2001 hasta hoy.

Les predijeron que una pandemia asolaría el mundo en el año 2020 y que ambos adquirirían un don, un poder especial, si hacían una llamada al líder de la secta el día de su cincuenta cumpleaños. El marido cumplió los cincuenta en el año 2019. Y aunque nunca creyó en estas cosas, iba a hacer la llamada desde una masía del Penedés cuando la entrada del regalo de su Vespa en el celler con sus amigos le hizo olvidarse de todo. La pelirroja cumple los cincuenta el año 2021. En cuanto a la pandemia…

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