Buch lesen: «En pos de la humanidad», Seite 9

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—Bueno —accede Titania—, ¡pero a dormir contigo! ¡Vale!

—Sí… Claro que sí —responde Hydra muy sorprendida por el tono de Titania, es muy lista y parece que sospecha cosas. Por la tarde Hydra va a buscar a Rea.

—Hola Titania me llevo a Rea, todos nos están esperando en mi apartamento.

—Vale Hydra —responde Titania con resignación. Hydra y Rea con mucha ilusión se dirigen al apartamento de Top a medio camino Hydra exclama:

—Mira Rea allí está Top. —Este se acerca a ellas, se le ve desde lejos que está contento.

—Top no nos devuelvas a Rea muy tarde, nos la traes y tú te vas. ¿De acuerdo?

—De acuerdo, Hydra —responde Top.

Top y Rea caminan felices al apartamento cuando llegan Top abre la puerta.

—Pasa Rea. —Ella entra y detrás Top que cierra la puerta, al fin solos, les embarga la emoción en sus estómagos sienten como si se echaran a volar miles de mariposas Rea mira fijamente a Top y lo abraza muy fuerte.

—Top, estaré un año sin verte, lo quiero todo de ti.

Hace rato que se ha hecho de noche, Top y Rea no aparecen, Hydra ya se preocupa oteando el camino por donde han de llegar Sepna anuncia.

—Mira Hydra por allí llegan. —En efecto sin prisas y muy felices se acercan Top y Rea.

—Hola Hydra, hola Sepna —saluda Top.

—Hola Top —le contestan mirándole fijamente.

—Bueno que yo ya me voy ¿eh?

—Vale buenas noches Top —le contestan las tres riendo. Parece que esta vez Top no se va tan molesto.

Cuando han cerrado la puerta Rea levanta sus brazos girando su cuerpo en varias vueltas.

—¡Síííííí! Soy muy feliz con Top. —Y de repente se pone seria—. Y esto se acaba —se lamenta Rea—, tengo miedo de que Top se vaya a buscar consuelo por otros ámbitos lejanos a nosotras, me aterra pensar que le pueda gustar la convivencia con otra.

—Bueno… Bueno —le responde Sepna—, esto no tiene por qué pasar.

—Confió en vosotras para que no pase —responde Rea.

—¿Y qué podemos hacer nosotras Rea? —le pregunta Hydra.

—Hacer lo que sea, no me importa con tal que no desee convivir con otra —contesta Rea con decisión.

—Rea, lo que propones es muy fuerte —le indica Hydra.

—Creo que te entiendo —interviene Sepna.

—Pero luego no te enfades ¿eh? —Hydra y Sepna ríen con gana, Rea no ríe. Sigue preocupada—. Rea no te preocupes solo haremos lo justito para que pierda presión y no estalle. ¿Vale?

—Gracias Sepna —le agradece Rea.

—Y tú Rea. ¿Qué vas a hacer durante este largo año? ¿Eh?

—Pues no lo sé —responde Rea.

—Mira —observa Hydra— nosotras cuidamos de Top. ¿Y quién cuidará de ti? —Rea no sabe qué responder, las tres ríen.

Sepna, para no marcharse se ha traído un catre de campaña para dormir con ellas.

La noche se hace corta comentando entre risas cómo cuidar de Top. De pronto Rea se ha puesto muy seria.

—Hydra en tres días será la fiesta de despedida, el día antes quiero pasar la noche con Top, hasta el mediodía, porque después de la fiesta ya tendré que estar con mis padres esperando que el transporter nos venga a recoger.

—Bueno Rea —se ríe Hydra— esta petición tendremos que ensayarla para que salga bien.

Ha pasado otro día, mañana es la fiesta de despedida.

Son las nueve de la mañana, Rea se despierta.

—¡Rea es muy temprano queremos dormir un poco más! —protesta Hydra.

—¡Claro que sí! —añade Sepna.

—Perdón —les pide Rea—, pero esto es tan pequeño que a la que me he movido os he despertado. Esta noche no dormiré con vosotras y no os despertaré.—Habla con ilusión.

—Vale Rea ya me has quitado el sueño —responde Hydra—, esto tenemos que planificarlo.

—Yo tampoco tengo sueño os ayudo a planificar —se ofrece Sepna con entusiasmo.

—Empecemos pues —propone Hydra—, vamos a llamar a Styx y a Top para que vengan a recogernos y luego nos vamos a desayunar al local, allí nos lo pasaremos bien hasta el mediodía.

—Puede que encontremos a Calisto y a Muan, porque tendrán que organizar la fiesta —sugiere Sepna.

Rea propone:

—Podemos comer todos juntos.

—Vale más que no —asegura Sepna—, porque Titania pensará que te tiene mucho tiempo perdida de vista y querrá verte después de comer.

—Es verdad —reconoce Rea—, tengo que ir a comer a mi casa.

—Y luego —planifica Hydra— yo te vengo a buscar y le pido a Titania que te deje dormir en mi casa. —Rea mira sonriente a Hydra y a Sepna y exclama:

—¡Cuánto sabéis! ¡Sois geniales!

—Y hay cosas importantes —avisa Hydra—, estarás con Top desde las cinco de la tarde de hoy hasta las once de la mañana de mañana. Si Top tiene la nevera vacía ¿qué pasara? —Rea se queda pasmada. Hydra y Sepna ríen con ganas.

—No te preocupes Rea —propone Sepna—, cuando venga Top hablaremos con él y después de desayunar iremos con él a comprar, las cosas que te gusten a ti.

—¡Vale! —contesta Rea divertida—. No pasa mucho rato cuando se oye a Sepna.

—Mira por allí viene Styx.

—Y por allí viene Top. —Cuando llegan Hydra abraza fuerte a Styx y claro, Rea abraza a Top. Sepna piensa muy seriamente: «Esto no puede ser tengo que buscar a alguien para mí». Ya camino del local Hydra saca la conversación.

—Top ¿cómo tienes el apartamento? —A esto contesta Rea.

—Lo tiene muy bonito, Top ha mejorado mucho. —A él se le nota la satisfacción.

—¿Y la nevera? —dispara Hydra. Top se demuda, en esto no había pensado, por su expresión Hydra deduce—. Vaya… Que está vacía ¿verdad Top? No pensarás que Rea solo come besos. ¿Verdad?

—No te preocupes Top —interviene Sepna—, después de desayunar te acompañamos a comprar todo lo que le guste a Rea.

—Sí… sí, claro —accede Top—, en esto no había pensado… Tengo bebidas. —Top se acerca a Rea—. Oye iremos a comprar y pide lo que quieras.

—Top ¿ya tienes créditos? —le pregunta ella con voz muy queda.

—Claro que sí cariño, sin ti no salgo y he ahorrado mucho, quiero que pidas lo que quieras.

—Top cariño —le dice Rea conmovida—, cada vez que abres la boca me emocionas. —Lo abraza y lo besa.

—Ya está bien, que hemos de ir de compras —interviene Hydra.

Ya en el local desayunando esperan ver a Calisto y a Muan, pero no aparecen, ya los verán mañana.

Todos acompañan a Top a comprar. Top está contento y feliz, solo piensa que tiene que aprender cómo decirle las cosas a Rea, porque esto de «Cariño lo que tú quieras» ella se lo aplica al pie de la letra y resulta ruinoso.

Después de comprar ya es casi mediodía. Hydra comenta.

—Ahora sí seguro que os lo pasareis bien del todo. —Ríen con ganas.

—Top, Styx, Sepna y yo acompañamos a Rea a su casa y tú coges tu compra y te vas a la tuya.

—Sí, Hydra y ¿cuándo nos vemos? —pregunta Top.

—A las cinco de la tarde nos podemos encontrar como siempre.

—Bueno… —Top se lo está pasando bien y es reacio a irse.

—Adiós Top lo despide Hydra para decidirlo

—Adiós a todos hasta luego Rea, se despide Top

—Hasta luego —lo despide Rea lanzándole un beso

Son casi las cinco de la tarde, Hydra va a buscar a Rea, lo tiene fácil, es la última noche que Rea pasará con sus amigas, Oberon y Titania están muy complacientes.

—Hasta mañana mamá, hasta luego papá —se despide Rea.

—Hasta mañana Rea, hasta mañana Hydra —las despiden Titania y Oberon. Como ya es habitual a medio camino las espera Top ansioso.

—Top —le recuerda Hydra—, mañana a las doce en el local con la cara lavada y sin ojeras.

—Vale Hydra —se ríe Rea. Se va con Top cogidos de la mano. Cuando Rea entra en el apartamento se queda maravillada—. ¿Top esto lo has hecho tú? —Se refiere a una mesa con comida y bebida de lujo presentada con gusto.

—Claro Rea. ¿Quién va a ser? —Rea se sienta en la mesa y va a pillar algo.

—¡No! ¡No! —le prohíbe Top—, acabas de comer y esto es para cenar. Rea sonríe con resignación

Al día siguiente en el local Hydra está nerviosa, pasan quince minutos de las doce y Top y Rea no aparecen, si tardan y Titania le pide explicaciones no va a saber qué decir, son las12 y 25 minutos.

—Mira Hydra por allí aparecen. —Los divisa Sepna. En efecto despacito y felices llegan Top y Rea cogidos de la mano. Hydra suspira.

—Menos mal.

Hydra y Sepna a la que pueden pillar a Rea sola la abordan.

—Oye Rea cómo te ha ido.

—He comido de maravilla —les contesta Rea

—¿Pero cómo se puede ser tan materialista? —le contestan ellas muy frustradas.

—Aquí os digo que la comida muy bien, «lo otro» lo hemos de hablar mucho rato por el comunicador.

—Vale Rea. —Y se ríen las tres. Rea está muy feliz.

La comida transcurre triste, en la fiesta anterior había la alegría de la llegada de Rea y la de sus padres y en la de ahora se celebran dos despedidas.

En la sobremesa Eris y Namaka les recuerdan.

—Estamos seguros de que en unos años nos volveremos a ver en algún lugar del espacio, brindo para que así sea.

Todos levantan su copa con un silencio total. Son las cinco de la tarde, nadie tiene prisa excepto Oberon y Titania.

—Lo siento —les anuncia Oberon—, nos tenemos que ir, mañana temprano nos recoge el transporter y tenemos mucho que hacer.

—Y pasado mañana de madrugada nosotros —hablan nostálgicos Eris y Namaka.

Titania y Oberon se acercan al grupo de Top y Rea.

—Vamos Rea tenemos que irnos. —Top Hydra Styx Sepna Titania y Oberon los nombran a medida que les dan un abrazo. Rea que ha estado hasta entonces visiblemente tranquila se abraza a Top y rompe a llorar así están varios minutos.

—Rea despídete de Eris y Namaka —le manda Titania.

Rea se separa despacio de Top y se dirige a Eris y Namaka, los abraza llorando, piensa que no los verá más.

Titania pasa su brazo por los hombros de Rea y se despide.

—Hasta pronto un año pasa deprisa. —Rea y Top no se pierden de vista mientras pueden.

Top se siente solo y esta anonadado, le aterroriza la idea de entrar en su apartamento y sentirlo tan vacío, no cree que pueda resistirlo. Sepna hace rato que lo está observando y se da cuenta de lo que le ocurre, se acerca a él.

—Top, Hydra y Styx tienen muchas cosas que decirse.

—¿Te acompaño a tu apartamento y me invitas a comer algo? Porque… no os lo habréis comido todo, ¿verdad?

—Te invito Sepna —le dice Top con una sonrisa triste—, y gracias porque me da miedo estar solo.

—Lo comprendo —le dice Sepna—. ¿Vamos?

Cuando Top abre la puerta del apartamento, Sepna contempla un auténtico campo de batalla, la cama esta deshecha, la ducha con toallas por el suelo, a la mesa se le adivina un buen gusto en su preparación.

—Oye Top parece que en comer no os habéis entretenido mucho —observa Sepna al comprobar que manjares muy buenos están sin tocar. Top sonríe, se sienta en el sofá y Sepna se sienta a su lado.

—Sepna —reflexiona Top—, es increíble cuando alguien se marcha la sensación de vacío que te produce yo no me atrevía a entrar solo, gracias Sepna.

—No te preocupes Top —le dice ella con voz emocionada— lo hago muy a gusto.

—Oye Sepna pasado mañana de madrugada un transporter recogerá a los padres de Calisto en la terraza de su casa, Calisto y Muan seguro que estarán con ellos y van a sentir esta horrible sensación de vacío. ¿Qué te parece si tú, yo, Hydra y Styx les hacemos compañía esta madrugada?

— Magnífica idea Top ya hablaré yo con ellos. —Sepna mira a Top con dulzura—. Eres todo sensibilidad —le dice abrazándolo y dándole un beso.

En la fría madrugada del día 12 de enero del año 6002 están sentados en la terraza Eris, Namaka, Calisto, Muan, Top, Styx Hydra y Sepna, esperando que llegue el transporter.

Eris tiene cuarenta y ocho años es de talla media, complexión normal, pelo liso y rasgos orientales. Es investigador en propulsores.

Namaka tiene cuarenta y ocho años, talla media, guapa de complexión fuerte pero femenina pelo rizado, ojos negros y rasgos latinos. Es investigadora en programación.

Eris les habla emocionado.

—Top, Hydra y compañía jamás olvidaremos este gesto vuestro de estar, en estos momentos a nuestro lado, nos vamos más tranquilos sabiendo que estáis aquí con Calisto y Muan. Namaka y yo os queremos.

Se oye el zumbido de los gravitores del transporter, poco después se despliega la rampa a los pies de Eris y Namaka, todos están en silencio, los miran a todos y suben por la rampa, la rampa se cierra, instantes después miran absortos al transporter iluminado que se aleja hacia poniente, cuando el transporter desaparece se miran entre sí y rompen a llorar.

* * * * *

Eris y Namaka ven por el ventanal del transporter a Calisto y a su grupo de personas tan querido y cuando el transporter asciende ven absortos cómo empequeñecen hasta confundirse con la gran masa verde de la ciudad.

—Eris —habla Namaka con voz muy trémula—, siento una gran congoja.

—Yo también, espero que se nos pase.

A media mañana el transporter llega a destino.

—Mira Namaka ya estamos descendiendo. —A ella sumergida en sus emociones le ha parecido un viaje muy corto. Ven cómo se abre la rampa. Un robot con dos asientos acoplados les manda.

—Bienvenidos sentaos el doctor Fermión os espera.

El robot les lleva hasta el despacho de Fermión, delante de la mesa de despacho, desacopla los asientos, se va, y los deja allí sentados.

—Eris —confiesa Namaka—, estoy muy emocionada. —Transcurren unos minutos y aparece Fermión.

—Fíjate Eris, en tantos años prácticamente Fermión no ha cambiado —se sorprende Namaka.

—Es increíble —asegura Eris. Fermión se acerca a saludarles.

—Hola Namaka —le da la mano y la abraza. Igual hace con Eris. Les habla Fermión.

—Imagino vuestro estado anímico, y quiero haceros unas reflexiones, sé que estáis muy preocupados, especialmente por vuestro hijo Calisto. Pensad que el ser humano, por ley de vida, está muy condicionado para soportar la pérdida de sus ascendientes, padres, abuelos, etc. pero no lo está en absoluto por la pérdida de sus descendientes. A vuestro hijo Calisto le haremos llegar informaciones sobre vosotros de que estáis bien. El soportará muy bien vuestra ausencia y vosotros conoceréis continuamente noticias de Calisto.

»Y ahora os voy a dar una sorpresa. —Eris y Namaka están callados y atentos—. Estos serán vuestros anfitriones. —Tau y Sharon aparecen. A Namaka se le escapa un grito de sorpresa.

—Pero estáis muy bien —dice Namaka sorprendida.

—Esto es increíble —razona Eris— tenéis tres años más que nosotros y no aparentáis más de treinta. —Tau y Sharon se van acercando, Sharon abraza a Namaka, que llora de alegría y luego a Eris. Fermión los interrumpe.

—Yo os tengo que dejar, Eris, Namaka bienvenidos, durante dos días vuestros anfitriones serán Tau y Sharon, pronto nos veremos. —Una vez se ha marchado Fermión, inician una animada conversación que la empieza Sharon.

—Oye Namaka. ¿Estáis en contacto con Rea y con sus padres, Titania y Oberon?

—Sí, hemos estado juntos hasta el último momento, cuando nosotros nos incorporamos a la zona cero hacía solo dos días que ellos habían salido a su nuevo sector.

—¿Han cambiado su residencia? —pregunta Tau.

—No de ninguna manera solo es temporal por motivos profesionales —contesta Eris.

—Hemos de hablar con Fermión, Tau él me prometió que cuando llegara a la Tierra vería a mi muñequita y llegamos en diciembre del 6000 y estamos en enero del 6002 y todavía no la he visto.

—No es que Fermión se haya olvidado —le razona Tau—… Tú sabes que hemos tenido muchos y delicados cambios desde que llegamos a la Tierra y esto lleva su tiempo.

—De todas maneras se lo recordaré —insiste Sharon— aprovecharé que hemos de ver a Ovidio para que le pida una entrevista.

Fermión los recibe en su despacho.

—Sí ya sé lo que queréis, lo prometido es deuda —les concede Fermión— desde el día 10 de enero de 6002 que Oberon Titania y Rea están en su destino provisional de trabajo. Voy a pedir que les rebajen de actividades el día 14, ya he averiguado su dirección y pongo un trasporter de la zona cero a vuestra disposición.

—¿Y cuándo los veremos? —pregunta Sharon impaciente y emocionada.

—Lo organizaré para que el día 14 de enero estéis allí —les promete Fermión

—¡Gracias Fermión! —contestan los dos.

—No creo que tenga que recordaros discreción, sentido común y gran responsabilidad.

—Desde luego que no —aseguran ellos.

Las nueve de la mañana del día 14 de enero del año 6002 Tau y Sharon están a la puerta del apartamento de Rea, Titania y Oberon.

(*) Profundamente emocionados… Llaman con sus nudillos…

(*) Sigue en capítulo V

CAPÍTULO IV

(Viaje a Titán)

Siete de la madrugada hora de la Tierra, de un día a principios de abril del año 5998.

En la sala del edificio lunar los pasajeros a Titán, papá, mamá, Sharon, Tau, Judit, Noé, Abraham, Sara, Isaac y David ven aparecer a través del amplio ventanal la nave interplanetaria procedente de la Tierra posándose con su centro, en una plataforma circular construida sobre el suelo lunar, la nave es un gran disco de cien metros de diámetro y se le aprecian tres estratos. La nave se detiene a seis metros del suelo y despliega seis patas telescópicas y equidistantes, de su centro desciende un cilindro de diez metros de diámetro con ventanas circulares que se apoya sobre la plataforma lunar.

—Bien ya podemos embarcar —les informa Fermión—, os acompañaré para mostraros la nave por dentro. —Un robot les acerca un vehículo, una vez todos instalados les traslada a una gran sala que hay dos pisos debajo de la plataforma lunar.

—Apeaos y seguidme —les ordena Fermión, llegan hasta un ascensor que les traslada al primer piso bajo la plataforma—. Seguidme —les ordena Fermión, los lleva hasta una plataforma circular de diez metros de diámetro con tres columnas repartidas en su periferia—. Debéis manteneros en el centro de esta plataforma —les indica, cuando están todos reunidos, la plataforma asciende hasta coincidir con la base del cilindro de la nave, el techo de la sala se cierra y el conjunto asciende hasta el interior de la nave—. Ya estamos dentro de la nave en el primer estrato —anuncia Fermión—, estas formas cilíndricas que veréis repartidas son los súper gravitores hay ciento cincuenta en esta nave, en este estrato se encuentra la unidad de gestión de todos los residuos, los depósitos y la purificadora de aguas la unidad de purificación acondicionamiento y oxigenación del aire y presurización de la nave, el almacén de todo lo necesario para la supervivencia humana, totalmente automatizado, los acumuladores de energía, los sistemas de mantenimiento de la nave todo está robotizado y también una zona blindada que no os afecta en absoluto, en los tres estratos veréis grandes sectores cerrados, son almacenes para el transporte de suministros a las colonias espaciales. ¿Alguna pregunta? A nadie se le ocurre qué preguntar—. Ahora colocaos aquí sobre esta plataforma —les indica Fermión— y ascenderemos al segundo estrato. —Llegados al segundo estrato Fermión les ordena—. Seguidme. —Y los lleva a un amplio salón con ventanales al exterior, una barra de bar con dos robots domésticos de servicio, mesas y sillas formando una zona de comedor y una zona de tertulia y relax con confortables sofás y butacas todo convenientemente anclado para soportar los vaivenes de la nave en caso de que los haya—. Aquí podéis oír música, en la barra los robots os servirán las bebidas que queráis y para desayunar, almorzar y cenar el robot os presentará una carta electrónica, pulsáis lo que os apetece y automáticamente desde el almacén hasta la cocina se activan una serie de acontecimientos para confeccionar el menú deseado, que os será servido por el robot. ¿Alguna pregunta? —les pide Fermión.

Como a nadie se le ocurre qué preguntar…

—Sigamos les indica Fermión, entran en otra sala amplia y con ventanales—. Estamos en el gimnasio, hay todo tipo de aparatos con resistencia extensométrica y dispone de duchas y de yacusi. Sigamos. —Les lleva a otra sala—. Esta es la sala de conferencias está dotada de todo tipo de equipos de audio y de video y de una completa biblioteca—. Y ahora —prosigue Fermión—, os mostraré vuestras habitaciones, hay veinte, todas iguales, amplias con un ventanal al exterior cama doble y un completo cuarto de baño. En este estrato también tenéis una completa enfermería y en caso necesario papá y mamá tienen amplios conocimientos médicos y experiencia. —Llegan a un amplio pasillo circular jalonado de puertas por un lado—. Aquí tenéis la habitaciones escoged la que queráis tenéis una hora y treinta minutos para instalaros y desayunar luego reuniros en el salón para ir al tercer estrato. —Como siempre termina Fermión—. ¿Alguna pregunta? —Y siguen sin saber qué preguntar. Fermión se despide con un «hasta luego».

—Vamos por las habitaciones ¿no? —propone Sharon—. Hay veinte y somos ocho no puede haber problema. ¿Verdad? —Empiezan a caminar por el pasillo, a la que alcanzan la primera puerta. Isaac exclama.

—Yo me quedo esta.

—Yo me quedo con la siguiente —dice Abraham— para estar a tu lado.

—La siguiente es mía —anuncia Sara.

—Y yo la que sigue —dice Noé—, para estar a tu lado Sara

—Nosotros, Sharon y yo cogeremos la última porque está cerca del salón. —Judit enseguida anuncia.

—Y yo la contigua a la vuestra.

—Y yo la siguiente para estar a tu lado —decide David.

Resuelto el tema de las habitaciones propone Sharon.

—Tau vamos a desayunar tengo hambre.

—De acuerdo yo también tengo hambre. —Se dirigen al salón seguidos por todo el grupo, todos tienen hambre. Al llegar Sharon elige una mesa.

—Tau sentémonos aquí. —Eligen el desayuno que el robot les sirve en unos instantes—. Mira Tau —observa Sharon—. Judit ya no nos acompaña está sentada en una mesa con David.

—Pues claro, es lógico ¿no?

—Sí —añade ella—, pero fíjate los otros cuatro del grupo están en otra mesa.

—Sí Sharon creo que ya se han establecido los «equipos» para el resto del viaje.

Después de desayunar se van a la habitación, ella se detiene ante el ventanal.

—Mira Tau qué bonito es el paisaje lunar desde esta perspectiva, quiero contemplarlo el rato que pueda. —Tau la abraza.

—Me quedo contigo. —Y así absortos con el paisaje llega la hora de la convocatoria.

Están todos reunidos en el salón en silencio, la curiosidad les enmudece y puntual llega Fermión.

—Seguidme vamos al ascensor para acceder al tercer estrato.

Una vez en el tercer estrato Fermión se despide.

—Ahora papá y mamá os hablarán de este estrato y os darán las instrucciones necesarias porque vais a despegar, ¿alguna pregunta?

—Sí —contesta Sharon—. ¿Viaja alguien más de los que estamos aquí en esta nave?

—Sharon… ya sabes que sí —le contesta Fermión—, hay tres convictos que han embarcado en la Tierra y están confinados en la zona blindada, no tenéis que preocuparos en absoluto. ¿De acuerdo? ¿Algo más? —Nadie responde—. Pues bien yo me apeo de la nave, pero os dejo en buenas manos, las de papá y mamá. Hasta pronto, suerte y buen viaje —les desea Fermión. Papá y mamá se dirigen al grupo.

—Sentaos en estas butacas por favor. —Todos obedecen y empieza mamá.

—En este estrato solo estaréis en las fases del despegue, del vuelco y del aterrizaje. Aquí se encuentra el cerebro de la nave, todo el sistema computerizado de navegación, la central de comunicaciones y los sistemas de defensa si fuera necesario, también dos naves de emergencia con capacidad cada una para todo el personal humano de la nave, también hay unos aseos por si alguien los necesita, dentro de quince minutos vamos a despegar deberéis ocupar vuestras butacas y abrocharos los cinturones.

—Y tendréis que permanecer así —continua papá— durante ochenta minutos, que se tardará en establecer la aceleración de crucero pasaremos de la gravedad de la luna de 1,67 m/seg a la terrestre de 10 m/seg para todo el viaje.

»Los que habéis estado unos meses en la Luna, os encontrareis durante unos días muy torpes y pesados. En quince minutos os quiero sentados en estas butacas y con los cinturones abrochados.

Han transcurrido los quince minutos, aparecen papá y mamá.

—¿Dispuestos? —preguntan después de verificar la situación de todos.

—Pues vamos a despegar.

Papá y mamá se sientan ante los amplios paneles de control y los empiezan a manipular, al momento se oye el zumbido de los súper gravitores y el de los apoyos telescópicos al plegarse.

—Sharon ya nos estamos elevando.

—Sí Tau cada vez noto más mi peso.

—Esto es normal ya te acostumbrarás.

—¡Oh! qué pena Tau a lo que me había acostumbrado es a pesar poco.

—Y a que tus tetas y tu culo se mantuvieran erguidos ¿eh? —le pregunta Tau con voz muy baja y divertido con sonrisa maligna.

—¡Oh! Tau a veces eres realmente odioso —le contesta ella con voz baja y rabiosa.

—Vale y tú odias las verdades —sigue Tau jocosamente.

—Tau… Un día hablaremos de ti —le contesta ella amenazadora, con la misma voz baja y rabiosa.

—No por favor me rindo —le contesta Tau en voz baja y muy divertido.

Luego todo está en silencio todos pendientes de sus sensaciones. A los ochenta minutos del despegue mamá comunica.

—Maniobra de despegue terminada con éxito, hemos alcanzado la aceleración de crucero, podéis levantaros.

—Qué horrible sensación Tau… Me cuesta levantarme.

—Tienes razón a mí también, vamos a la habitación a descansar hasta la hora de comer. —Entran en la habitación, antes de llegar a la cama Tau contempla la magnífica vista del firmamento.

—Mira Sharon cuántas estrellas, en cuanto nos alejemos del resplandor de la Luna y de la Tierra que nos matizan la visión, el espectáculo ha de ser maravilloso.

—Vale Tau, yo esperaré tumbada para verlo, porque me cuesta llevarme a mí misma. —Ya no se acuerda de la Tierra, se deja caer en la cama y en vez de un suave aterrizaje experimenta un soberbio batacazo—. Me siento aplastada —protesta.

—Sharon; has vivido cuarenta y ocho años en la Tierra y solo tres meses en la Luna, te acostumbrarás rápido a tu nuevo peso.

—Tau pon el avisador a las 14h para ir al comedor, dice Fermión que siempre nos regiremos por el horario de la Tierra.

—Sí es lo mejor porque yo también tengo sueño y solo no me despertaré —asiente Tau.

Las horas pasan plácidamente hasta que se dispara el zumbador. Sharon se estira y se despereza hasta que consigue incorporarse.

—Tau levántate ya tenemos que ir al salón.

—Vale, vale, ya voy a mí también me cuesta levantarme. ¡Caray! —protesta él. Caminan despacio por el corto trecho hasta el salón.

—Mira Tau como tú dices los «equipos» se mantienen. —En efecto Tau puede ver a los cuatro omegas en una mesa, a Judit y a David en otra y claro en otra estarán él y Sharon.

—Sí, Sharon y fíjate en la barra están papá y mamá. —En efecto papá y mamá observan su llegada divertidos, están esperando que estén todos para hablarles.

—¡Un momento de atención! —reclama mamá—, ahora que estamos todos es importante organizar vuestras actividades para estos cuarenta y cinco días de viaje, la primera y muy importante actividad es el ejercicio físico, la gimnasia, sobre todo para vosotros Tau y Sharon que tres meses en la Luna habrán debilitado vuestro esqueleto y mermado la fuerza de vuestros músculos. Se practicara sin excusas diariamente de 8 a 10h de la mañana, tendréis profesores holográficos, de 10 a 11 desayuno, de 11 a 14h, en la sala de conferencias visionar como ilustración autodidacta de cada uno, estudiando la enorme información acumulada sobre Titán que disponemos, de 14 a 17h, comida y descanso, de 17 a 19h conferencias de papá y mamá, de las 19h en adelante ocio y cena. Esto es lo que haremos a partir de mañana, os repartiré un recordatorio de este programa a cada uno. ¿Alguna pregunta?

—¿Todo esto es obligatorio? —pregunta Abraham.

—Sí es obligatorio —contesta papá secamente.

—¿Y si no me da la gana? —pregunta Isaac riendo y con él todo su grupo.

—No hay problema —contesta papá riendo también—, en esta nave disponemos de algún espacio en el que podréis hacer lo que os dé la gana. —Y sigue riendo papá.

Isaac, Abraham y su grupo ya no ríen, lo han entendido todo perfectamente.

Durante la comida papá y mamá permanecen sentados en la barra, no les gusta que se hayan formado tres grupos tan definidos, aunque de momento no haya signos de hostilidad.

—Veremos —le comenta mamá a papá en voz baja— no llevamos ni un día de viaje.

Después de comer Tau y Sharon vuelven a la habitación.

—Voy a descansar un rato y después quiero ir al yacusi para sumergirme y sentir que peso menos.

—¡Vaya con el peso Sharon!, eres muy pesada ¿sabes? Pero te acompañaré —dice Tau mientras esquiva ágilmente un proyectil en forma de almohada.

—¡Oh sigues odioso Tau! —le grita ella muy convencida.

Después de haber descansado plácidamente más de dos horas cogen sus toallas y se encaminan al yacusi.

—Vamos a las duchas Tau. —Bajo los chorros de agua deslizándose por sus cuerpos Sharon comenta—. Esto es una gozada Tau.

—Más gozada será sumergirnos en el yacusi y parecer ingrávidos.

—Pues vamos allá. —Sharon se lo imagina y le coge la prisa. Se sumergen en las burbujeantes aguas hasta el cuello y la felicidad es completa.

Al rato ven aparecer a Judit con su toalla al cuello y sus sugestivos andares, viene sola, a Tau le encanta contemplarla.

—¿Qué miras Tau? —le espeta Sharon.

—Nada pienso en ciencia —le contesta divertido.

—¿Qué ciencia? —inquiere ella curiosa.

—Me pregunto qué comerá Judit para que la gravedad no le afecte a las tetas. —Tau se ríe.

—Pues que tiene veintiún años. ¡Tontaina!… Obseso más que obseso —le contesta Sharon con genio.

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