Inteligencia Emocional Y Storytelling

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Inteligencia Emocional Y Storytelling
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Inteligencia Emocional

Y

Storytelling

Paula G. Eleta

Juan Moisés de la Serna

Editorial Tektime

2021

“Inteligencia Emocional y Storytelling”

Escrito por Paula G. Eleta y Juan Moisés de la Serna

1ª edición: julio de 2021

© Paula G. Eleta, 2021

© Ediciones Tektime, 2021

Todos los derechos reservados

Distribuido por Tektime

https://www.traduzionelibri.it

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Índice

Prólogo

Nota sobre los autores

Capítulo 1. El Storytelling

Capítulo 2. Emociones

Capitulo 3. El cerebro emocional

Capítulo 4. Inteligencia Emocional y Storytelling

Capítulo 5. Alcances de la narración de historias

Prólogo

A través de los siglos, las historias contadas han acompañado la vida de mujeres y hombres de todo el mundo, ayudándoles a enfrentar dificultades y miedos, desde los primeros años de sus vidas, independientemente de su condición social, cultural o étnica. De hecho, la narración de historias representa un elemento imprescindible de la sociabilidad.

Contar historias es, por lo tanto, un apoyo significativo no sólo para la construcción de la identidad personal, sino también para la identidad cultural. Además, las historias ofrecen una variedad de significados para hacer frente a las dificultades de la vida diaria.

Esto sucede porque, cuando realizamos un discurso narrativo, ponemos en marcha importantes mecanismos de reflexión; y en muchas situaciones se trata de comparar nuestros pensamientos, para expresarlos adecuadamente sobre aspectos que ni siquiera habíamos pensado con anterioridad.

En los siguientes capítulos profundizaremos sobre cómo se relaciona la storytelling con el desarrollo de la inteligencia emocional. Además, queremos mostrar al Storytelling como una actividad divertida y al mismo tiempo una herramienta interesante en los ámbitos de la comunicación, educativo y terapéutico. De hecho, también representa una metodología que conlleva emociones, eventos y/o fantasías y las explica según una lógica de significado.

La narración de cuentos facilita la participación, en un sentido inclusivo, a través de la experimentación de múltiples lenguajes expresivos que permiten captar por contraste y diversidad los conocimientos, habilidades y necesidades individuales y grupales tanto de niños como de jóvenes y adultos.

Un aspecto realmente interesante que queremos destacar de esta metodología es su utilidad en contextos escolares para fomentar la participación crítica y activa en la comunicación, permitiendo a los alumnos reflexionar, pensar, en un clima estimulante que les permita experimentar su propia forma de actuar con respecto a los contenidos a aprender.

Básicamente, en este libro pretendemos destacar la importancia de devolver el tiempo y el espacio a la narración, ya que representa para los humanos un medio eficaz para expresar sus emociones. Debido a sus características, la historia se puede realizar en presencia y/o de forma remota pero no se puede improvisar, de hecho, es fundamental programarlo con método, competencia y dedicación.

Por último, queremos señalar que este texto, que es de carácter divulgativo, es el primero de una serie de publicaciones que profundizarán en el tema y en los distintos ámbitos de aplicación.

Nota sobre los autores

Paula G. Eleta

Paula nació en Buenos Aires, Argentina, y vive en Italia desde 1990.

Se graduó en Sociología en la Facultad de Sociología de la Universidad de Buenos Aires y obtuvo un doctorado en Sociología y Políticas Sociales en el Departamento de Sociología de la Universidad de Bolonia.

Durante más de 15 años ha estado involucrada en la formación, consultoría, diseño y gestión de intervenciones educativas complejas de carácter innovador. Es profesora universitaria y también colabora con diversas instituciones y grupos del sector público y privado y en el sector terciario (tanto en Italia como en el extranjero) y también se desempeña como Diseñadora Social.

Entre los temas que aborda, están los procesos interculturales/inclusivos, el uso de lenguajes expresivos alternativos en el ámbito educativo y formativo (en particular el teatro de figuras y la narración), la construcción de redes de colaboración (escuela - familia - comunidad), la gestión de procesos participativos y la continuidad educativa.

Fue invitada a Italia y al extranjero para dar conferencias, seminarios y discursos y publicó en Italia y en el extranjero. A la fecha cuenta con 20 artículos publicados en las principales revistas (educación, cultura, bienestar) y 6 libros publicados en diferentes idiomas. Para más información sobre el autor: www.raconte.it

Juan Moisés de la Serna

Juan Moisés es Doctor en Psicología con maestría en Neurociencia y Biología del Comportamiento. Profesor universitario.

Hoy en día, su investigación se centra en los posibles factores que influyen en el COVID-19 y las complicaciones psicológicas y neurológicas a corto y largo plazo después de la infección por SARS-CoV-2 en humanos.

Según researchgate.net, fue el autor más leído en España en 2020.

Divulgador científico con más de treinta libros publicados sobre temas de Psicología y Neurociencia. Autor en 2020 de las siguientes obras: “Aspectos psicológicos en tiempos de pandemia”; y “Personal sanitario en tiempos de pandemia. Una perspectiva psicológica”

Capítulo 1. El Storytelling

La narración de historias es una práctica antigua de la humanidad y representa un elemento generativo en las sociedades y la sociabilidad.

Tal es así que, a través de los siglos, las historias contadas han acompañado las vidas de mujeres y hombres de todo el mundo, ayudándoles a enfrentar dificultades y miedos, desde los primeros años de sus vidas. Según investigaciones recientes, son las historias las que nos hacen humanos, ya que el lenguaje habría evolucionado principalmente para permitir el intercambio de “información social”.1

Son muchos los ejemplos que podemos rastrear a lo largo de la historia, en los que los más grandes pensadores y filósofos también fueron grandes narradores, lo que hoy sería llamado “comunicadores”. En otras palabras, como humanos nos desarrollamos socialmente a través de historias, que dan forma a nuestros cerebros y nos ayudan a integrar mejor la información del exterior.

Cabe señalarse que en muchas investigaciones se ha observado que los niños tienen predilección por el rostro humano frente a cualquier otro objeto que se les presente, esto es así porque mirar la cara sirve no solo para identificar a la persona sino también para reconocer sus emociones, ya que a través de las distintas expresiones faciales somos capaces de conocer e interpretar lo que siente el otro en ese momento.

El desarrollo del lenguaje se produce más tarde, con el crecimiento de las estructuras gramaticales de la propia lengua y el aprendizaje se ve favorecido por narrativas cortas. Las primeras historias tienen una estructura sencilla que nos ayuda a madurar ideas y emociones, así como a aceptar la noción de tiempo, es decir, a entender que unas cosas pasan antes y otras después.

Los primeros acercamientos al conocimiento nos acompañan por el resto de nuestras vidas y los grandes oradores y los buenos maestros permanecen grabados en nuestra memoria y sus historias, reales o ficticias, proporcionan una guía para nuevos descubrimientos, para nuevas emociones… avanzando hasta donde el orador quiera llegar.

La narración siempre se ha combinado con un tiempo y un espacio peculiares, lo que ha hecho del acto narrativo un momento especial capaz de ayudarnos a dar respuestas a muchas de nuestras preguntas, así como de dar sentido a nuestra existencia.

Hoy nuestras vidas están marcadas por la velocidad. Stephen Bertman (Bertman, 1998) para explicar nuestra forma de vida, ha conectado las expresiones de ‘cultura del tiempo’ y ‘cultura del espacio’. Tales expresiones ayudan a comprender la naturaleza de la condición humana en la “modernidad líquida”, donde se renegocia el significado del tiempo (Bauman, 2003).

Sin entrar en este fascinante tema, queremos limitarnos a indicar que hoy el tiempo de ocio es “esquivo” y el espacio para compartir y escuchar al otro es cada vez más limitado, sin embargo, siempre hay tiempo para una buena historia.

 

La narración sigue ofreciendo momentos de gran emoción, pues nos encanta y nos permite detener la actividad diaria. Es un momento “especial” donde se crean vínculos entre lo ordinario y lo excepcional, entre la realidad y la fantasía.

De hecho, todos contamos historias (de forma individual o colectiva) y con ellas describimos nuestras vidas, nuestras emociones y también lo que nos gustaría hacer, ser o llegar a ser.

Se narra alrededor del fuego, frente al cielo estrellado, en la oscuridad, en el coche, en el aula. Lo hacemos en presencia, por voz, por escritura, por imágenes; en las redes sociales, en la web (en vivo, diferido, etc.). Utilizamos Instagram, FB, Linked-In, Tik-tok, YouTube, sitios de reuniones, etc.

Sobre la base de lo que se ha explicado, cabe señalar que aquí queremos destacar la importancia de devolver el tiempo y el espacio a la narración, porque representa para los hombres un medio eficaz de expresar sus emociones.

En última instancia, el discurso que transmitimos siempre está lleno de emociones. En otras palabras, amamos, deseamos, odiamos o somos indiferentes a situaciones o personas y es por eso por lo que nos expresamos, transformando así el discurso en algo más que una descripción de los hechos, enriqueciéndolo y dándole “color” y contenido emocional.

Son estos diálogos externos e “internos” los que determinarán en gran medida nuestra motivación, es decir, el motor que nos llevará a actuar de cierta manera, a conseguir lo que nos gusta o alejarnos de lo que no nos gusta, y todo ello en base a lo que “nos decimos a nosotros mismos”. Por ejemplo, si nuestra narrativa es negativa sobre nuestras habilidades, a pesar de las buenas “intenciones” de lograr un objetivo, no intentaremos alcanzarlo guiado por esas ideas.

Por otro lado, las historias ofrecen una variedad de significados para hacer frente a la vida, capaces de ayudar a las personas a reducir el miedo. De hecho, el tiempo y el espacio narrativo pueden ofrecer a los individuos nuevas oportunidades para la autoexpresión, para el encuentro entre sí, para la apertura a lo nuevo, donde los prejuicios pueden ser amortiguados y los conflictos / malentendidos pueden ser resueltos.

La inteligencia emocional por su parte le da a la persona la capacidad de cambiar su discurso interno sobre lo que sucedió, está sucediendo o sucederá, de una manera que nos facilita aceptar situaciones que ocurren, especialmente cuando el resultado no depende de nosotros.

Como se destacará más adelante, una persona con una inteligencia emocional desarrollada será capaz de superar los traumas experimentados con mayor facilidad, también gracias al uso de la terapia, que puede actuar sobre la modificación del diálogo “interno” con respecto a los eventos que sucedieron (situaciones que han puesto en peligro a la persona) y que pueden afectar su vida de forma significativa. Gracias a esta reestructuración del discurso interno la persona puede llevar una vida “más normal”, superando situaciones traumáticas.

Esto se debe a que cuando escribimos un discurso narrativo, ponemos en marcha importantes mecanismos de reflexión, porque en muchas situaciones se trata de comparar nuestros pensamientos, para expresarlos adecuadamente sobre aspectos que ni siquiera hemos pensado.

Por ejemplo, si alguien nos pregunta cuál es nuestra posición sobre el conflicto árabe-israelí, hasta entonces puede que no nos hayamos detenido a reflexionar sobre ello, o puede que no tengamos una posición clara. Sin embargo, cuando respondemos, tomamos una postura y esa respuesta determinará las decisiones futuras sobre este asunto, porque la mayoría de las veces preferimos mantener una cierta coherencia interna. Por lo tanto, si hemos dicho que estamos de acuerdo con la política de Israel en el caso de los asentamientos, probablemente aplaudiremos los intentos de paz que se están produciendo en este sentido; Por el contrario, si creemos que la causa Palestina tiene una base histórica, apoyaremos los movimientos que tratan de liberar a los palestinos de la ocupación. Todo depende, en parte, de una decisión en un momento dado generada por una narrativa interna que regirá nuestro comportamiento futuro.

De hecho, la narración de historias es un medio por el cual tratamos de poner en orden nuestros pensamientos, nuestras experiencias diarias, nuestras historias y recuerdos y darle sentido.

Ahora está claro que la narración no es competencia exclusiva de escritores profesionales (novelistas, historiadores, periodistas). Hay muchos modos narrativos para representar eventos reales o ficticios, a través de metáforas, palabras, imágenes, sonidos, canciones. Esta actividad se refleja no sólo en muchos testimonios antiguos del hombre, sino también en la comunicación diaria de hoy.

Además, cabe señalar que, ante situaciones inciertas e inesperadas, las historias pueden ofrecer esperanza, dar sentido a los acontecimientos o simplemente dar lugar a la curiosidad. Como dice Storr, los narradores “crean un momento de cambio inesperado que capta la atención de sus personajes y, en consecuencia, la del lector y el espectador”. “Los hombres tienen sed de conocimiento insaciable. Los narradores saben aprovechar estos instintos creando mundos, pero buscando revelar al lector lo que hay que saber” (Storr, 2020, p. 3-7).

El interés en una historia de otros puede aumentar especialmente en momentos de cambio en nuestras vidas. Ya que la narración se nutre del capital narrativo, de la vida personal y/o grupal y, en consecuencia, representa una herramienta válida para construir espacios transformadores y también espacios de comunicación efectivos, llenos de significado, emociones e imaginación!

Si bien hasta ahora hemos hablado de “emoción” aún no hemos definido lo que queremos decir con este concepto. En el próximo capítulo se esbozarán sus características y se profundizará en el hecho de que es importante dar espacio a las emociones.

Referencias

Bauman, Z. (2003). Modernidad líquida. Fondo de Cultura Económica: México.

Bettelheim, B. (2003). Il mondo incantato. Uso, importanza e significati psicoanalitici delle fiabe. Milano: Feltrinelli.

Bruner, J. (1988). La mente a più dimensioni. Roma: Laterza.

Bertman, S. (1998). Hyperculture. The Human Cost of Speed. Westport, Conn: Praeger.

Bondioli, A. (2000). Gioco e educazione. Milano: Franco Angeli.

Barrett,L.,Dunbar,R., &Lycett,J. (2002).Human evolutionary psychology.Princeton University.

Eleta, P.G. e Henderson, P. (2013). Young Watson And The Warrior’s Sword. Ed. - Kindle Edition e in versione cartacea: Milano.

Fabbroni, F. e Faeti, A. (1983). Il lettore ostinato. Firenze: La Nuova Italia.

Levorato, M.C. (2000).Le emozioni della lettura. Bologna: Il Mulino.

Merletti, V.R. (1998). Raccontar storie. Milano: Mondadori

Mingoia, E. (1997). Nel mondo delle fiabe. Roma: Nuova Era.

Smorti, A. (1994).Il pensiero narrativo. Costruzione di storie e sviluppo della persona. Firenze: Giunti.

Storr, W. (2020). La scienza dello storytelling. Come le storie incantano il cervello. Torino: Codice. (Storr, W. (2019). The science of storytelling. William Collins: London U.K.)

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