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El amor y los tres registros en la enseñanza de Jacques Lacan

El amor y los tres registros en la enseñanza de Jacques Lacan Amor imaginario, amor simbólico y amor real.

Daiana Soledad Romero

Índice de contenido

Portadilla

Legales

Prólogo, Gabriela Basz

Introducción

1. Pasión de amor El valor de la imagen

Lo imaginario en la experiencia psicoanalítica

El estadio del espejo

La identificación imaginaria como causa psíquica

La otra cara del amor

“Yo o el otro”

La agresividad

Los celos

El amor pasión

Elección de amor narcisista, elección de amor anaclítica

Articulaciones en torno al amor pasión

El amor pasión en la joven homosexual

2. Don de amor Los tres registros en los inicios

La estructura de la palabra y el lenguaje

Lo imaginario y lo simbólico

El registro real

Amor al padre

Lo que del padre tiene que ver con el amor

El paso por el Edipo

¿Qué es el falo?

El amor entre los sexos

Don de amor

Dar lo que no se tiene

La comedia entre los sexos

Del Edipo al amor

Del Edipo al amor en Juanito

Del Edipo al amor en la joven homosexual

Del Edipo al amor en Dora

3. El amor en torno a un vacío

El registro real en los ´60

“La Cosa”

Objeto perdido freudiano

¿Qué ética?

El objeto en el amor

La sublimación

El amor cortés

El objeto en el caso de la joven homosexual

Amor y transferencia

La metáfora del amor

Discursos sobre el amor

Ágalma en el otro

La transferencia, el inconsciente, la repetición y la pulsión

Amor, deseo y goce

El objeto a

El amor entre goce y deseo

El objeto A en los discursos

4. Hay el amor Los tres registros en la última enseñanza

Lo real en la última enseñanza

La relación entre los tres registros en la última enseñanza

Lo real y la práctica psicoanalítica

Los goces y el amor

Un amor que no desconoce lo real

Dos modalidades de goce

Del uno al otro

El nudo borromeo y el amor

El nudo borromeo a partir del tres

El amor según el registro que hace de medio

Dos medios decires…

Amor síntoma y amor sinthome

Amor síntoma

Amor sinthome

Síntoma y amor sinthome en Joyce

Conclusiones

Bibliografía


Romero, Daiana SoledadEl amor y los tres registros : en la enseñanza de Lacan / Daiana Soledad Romero. - 1a ed. - Olivos : Grama Ediciones, 2022.Libro digital, EPUBArchivo Digital: descarga y online ISBN 978-987-8941-07-31. Psicoanálisis. I. Título.CDD 150.195

© Grama ediciones, 2022

Manuel Ugarte 2548 4° B (1428) CABA

Tel.: 4781–5034 • grama@gramaediciones.com.ar

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© Daiana Soledad Romero, 2022

Diseño de portada: Gustavo Macri

Imagen: Lucía Calabrino

Hecho el depósito que determina la ley 11.723 Queda prohibida la reproducción total o parcial de este libro por medios gráficos, fotostáticos, electrónico o cualquier otro sin permiso del editor.

Digitalización: Proyecto451

AGRADECIMIENTOS

A mis amores, Ulises, Simón y Luciano.

A mi Director de Tesis, Fabián Schejtman, por guiar y acompañar este recorrido.

A Marita Salgado, por alojar mis “historias de amor” y posibilitar relanzar el deseo con el que llevé a cabo el trabajo de escritura.

A Gustavo Stiglitz, por señalar que “la voz” es algo de lo que todavía me puedo apropiar.

A Gabriela Basz, por el hermoso prólogo que me regaló.

A mis amigas, amigos, familiares y afectos, gracias a quienes salgo, de vez en cuando, de mi soledad para establecer un lazo que hace la vida más linda.

Prólogo Gabriela Basz

El libro de Daiana Romero El amor y los tres registros en la enseñanza de Lacan. Amor imaginario, amor simbólico y amor real, es en sí mismo amoroso. Amoroso porque implica un riesgo, una aventura. Interesada desde siempre en las cuestiones del amor y los lazos, una vez decidida a escribir su tesis de maestría Daiana se embarca en los laberintos del amor. Y lo hace con el riesgo de marcar por dónde quiere ir. Nos propone, así, que diferentes formas de amar pueden desprenderse de la enseñanza de Lacan, según el predominio de cada uno de los registros: imaginario, simbólico y real. He leído estas formas como variaciones acerca del amor. Y pienso que las mismas están anudadas entre sí. Si “La pasión de amor” nos enseña acerca de la ilusión de complementariedad, esta ilusión no es menos importante como condición de posibilidad del amor en la última enseñanza. Si “El don del amor” nos ayuda a localizar la lógica fálica, ésta será central en las fórmulas de la sexuación. Si “El amor en torno a un vacío” nos orienta en relación a la causa del deseo y a la diferencia sexual, esto será clave para bordar lo real del amor, el “Hay el amor”. Y viceversa. Quiero decir, las variaciones como tales conmueven nuestras certidumbres, no podemos concluir…

Estas variaciones implican elaborar todo un recorrido alrededor de un tema (el amor), mostrarnos sus disarmonías, sus problemas, sus puntos de fuga. Dejándonos a su vez entrever que los diferentes aspectos imaginario, simbólico y real del amor pueden anudarse y desanudarse: estar unidos, separados, presentarse de forma más pura o combinarse de forma permanente o transitoria. Se trata ni más ni menos de la variedad de la vida amorosa.

Las variaciones acerca del amor presentes en este libro nos muestran que el amor vela y a la vez es signo de la relación sexual que no hay. Por esto el amor de transferencia es el motor de toda cura orientada desde el psicoanálisis. Porque se pone en juego un lazo social distinto, que no desconoce en lo que “hay”, la huella del imposible tratado por Lacan en su enseñanza. El amor de transferencia trabaja con el vacío, la contingencia, pero también con la ilusión y con el cuerpo.

Desde el comienzo del psicoanálisis, el amor. Bienvenidos a una nueva lectura que se adentra en sus laberintos.

Introducción

La temática del amor ha sido abordada desde distintas perspectivas en todos los tiempos. Disciplinas tan disimiles como la literatura, la historia, la religión o hasta la biología, por nombrar solo algunas, lo han tenido como centro de sus desarrollos. Pues el amor, aunque difícil de conceptualizar, hace al ser mismo del hombre. Siempre me ha interesado la cuestión del amor y el modo en el que los seres hablantes establecen lazos. Me pregunto cómo se juega el amor en las amistades, en las parejas o en las familias, cómo es ese delgado hilo entre el amor y el odio, a qué se deben las vicisitudes a la hora de amar, por qué a veces el amor estabiliza y otras veces desestabiliza. Y fundamentalmente, qué papel juega el amor en el contexto de la experiencia analítica. Anteriormente indagué la cuestión de forma secundaria: lo femenino y el amor, el amor en la dialéctica del deseo, el amor de transferencia.

Esta vez el amor constituyó el eje de mi investigación. Teniendo como objetivo la escritura de mi Tesis de Maestría en Clínica Psicoanalítica cursada durante los años 2013-14 en el IDAES de la Universidad de San Martín me embarqué en esta hermosa experiencia. Me inquietaba poder dar cuenta de las diversas formas de amar, de los mecanismos inconscientes presentes en la elección de los objetos de amor, de las dificultades en el establecimiento de los lazos y, principalmente, del amor en juego en el dispositivo psicoanalítico. El título del trabajo, El amor y los tres registros en la enseñanza de Jacques Lacan: amor imaginario, amor simbólico y amor real, fue producto de un intercambio con el Director de mi Tesis, el Dr. Fabián Darío Schejtman, título que ordenó y orientó lo que estaba por venir. El objetivo consistió, entonces, en el estudio del amor a partir de la herramienta misma a través de la cual Lacan avanza.

Partí de la idea de que la enseñanza de Lacan puede ser dividida en etapas, cada una de las cuales se caracteriza por su interés particular en alguno de los registros. A esa idea le siguió otra, la intuición de que las variadas definiciones del amor que él va formulando resultan del modo en el que en cada momento piensa los registros y sus relaciones. Siguiendo esta argumentación, y de acuerdo a los últimos desarrollos de Lacan, planteé la siguiente hipótesis: “Es posible considerar que las diversas presentaciones del amor en la enseñanza de Lacan son el resultado de un modo de anudamiento en el que están en juego los tres registros”. Desde esta perspectiva, al decir “amor imaginario”, “amor simbólico” y “amor real” no hago más que ubicar el registro cuya prevalencia conduce a alguna de las formas de amar consideradas.

Dividí la enseñanza de Lacan en cuatro momentos. Llamé al primer momento “Los antecedentes de la enseñanza de Lacan” (1932 a 1953) y denominé “Pasión de amor” a la forma de amar que predomina en este periodo. El amor imaginario es un tipo de amor idealizado en el que se destaca el espejismo de la imagen y la ilusión de complementariedad. Allí desplegué, fundamentalmente, la agresividad propia de los lazos especulares y las modalidades de elección de objeto de amor narcisista y anaclítica. Pero también, la teoría del estadio del espejo y los efectos formativos de la imagen en la constitución del yo, el cuerpo y la realidad; la función de lo imaginario en el dispositivo psicoanalítico; la concepción del aparato psíquico según modo en el que se juega lo imaginario; y el amor pasión en un historial freudiano.

Llamé al segundo momento “El inicio propiamente dicho de la enseñanza de Lacan” (1953-1959) y denominé “Don de amor” al modo característico del amor durante esta etapa. El mismo queda ordenado en torno a la lógica fálica que rige el encadenamiento significante, lógica del Nombre del Padre, y la falta se hace presente en el corazón de la relación amorosa. Situé, principalmente, el enlace entre el amor y el padre, la relación entre el amor y la asunción de la castración y la definición de amor como “dar lo que no se tiene”. Pero también, las características de la estructura del lenguaje en el inconsciente; la relación entre simbólico e imaginario en un análisis; las primeras nociones de lo real; el padre y la constitución subjetiva; la significación fálica y el falo significante; el estatuto del objeto; las posiciones sexuales “hombre” y “mujer”; el amor y el deseo; y el amor en “Juanito”, “La joven homosexual” y “Dora”.

Llamé al tercer momento “La etapa intermedia de la enseñanza de Lacan” (1959-1969) y denominé “El amor en torno a un vacío” al estilo de amar en el que se hace evidente su articulación con el objeto a, causa del deseo. El traslado neurótico de dicho objeto al Otro da cuenta de una forma de amar que no toma en cuenta la diferencia sexual. En este momento analicé, detenidamente, el amor cortés, el fenómeno de la transferencia y el amor como medio entre el goce del Uno y el deseo. Pero también, la introducción del registro real por medio de “la Cosa”, la ética del psicoanálisis, el concepto de sublimación, la metáfora del amor, el mito del nacimiento del amor, el concepto de ágalma, el deseo del analista, los conceptos de automaton y tyché, la estructura del deseo y de la angustia, la relación de cada sexo con el objeto y el objeto a en los discursos.

Llamé al cuarto momento “La última enseñanza de Lacan” (desde 1970) y denominé “Hay el amor” a la dimensión real del amor que sabe hacer con la ausencia de relación sexual. Desarrollé, esencialmente, el amor como suplencia, el amor como anudamiento según el registro que hace de medio y el amor como síntoma o sinthome. Pero, también, consideré las características generales del nudo borromeo; la père-versión paterna; el concepto de nominación; la interrogación sobre la práctica analítica a partir de la noción de real como imposible lógico; el inconsciente en su vertiente de elemento suelto; las fórmulas de la sexuación; el goce femenino; el amor como encuentro; lo imposible, lo posible, lo contingente y lo necesario en el amor; el amor apasionante; las vicisitudes del amor en la época actual; y el amor sinthome en Joyce.

El libro tiene al amor como centro y nudo de los desarrollos que se despliegan a continuación. No obstante, no todo está dicho. El trabajo invita, más bien, a seguir pensando. Varias cuestiones esbozadas siguen generándome a mí misma gran inquietud. Me pregunto cómo pensar el amor en la época actual cuando lo simbólico desfallece y ya no opera ordenando y regulando los lazos, cuáles son las formas de amar que se presentan y cómo abordarlas, ¿es el goce de los cuerpos y la ausencia de relación lo que queda en evidencia?, ¿es el espejismo de la imagen lo que impera? Ahora bien, haciendo cierta abstracción del tema principal, pienso que la investigación en sí misma puede considerarse como un trabajo introductorio a la enseñanza de Jacques Lacan, pues se encuentran nombrados y explicados los conceptos principales y su evolución a través del tiempo. Espero que la lectura resulte tan fascinante como me resultó a mí el estudio y la escritura de los temas.

CAPÍTULO I
Pasión de amor
El valor de la imagen

Lacan ingresa en el campo psicoanalítico casi dos décadas antes de lo que él ubica como el inicio de su enseñanza. Durante estos años se produce para él el encuentro entre la psiquiatría y el psicoanálisis, y el camino a Freud se presenta como una necesidad. Esta etapa empieza con su tesis de doctorado sobre el caso Aimée en 1932 y concluye a inicios de los ´50, cuando puede precisar la estructura del lenguaje funcionando en el inconsciente y es capaz de releer los escritos técnicos de Freud a partir de la herramienta conceptual que constituyen sus tres registros. Al recopilar sus escritos en 1966, Lacan junta en el apartado “Dos” del libro los artículos establecidos en dicho período. Comienza con un breve texto titulado “De nuestros antecedentes”. En relación a ellos dice “No es pues ceder a un efecto de perspectiva el ver aquí ese primer delineamiento de lo imaginario, cuyas letras, asociadas con las de lo simbólico y de lo real, vendrán a adornar mucho más tarde, justo antes del discurso de Roma, los potes, para siempre vacíos por ser todos tan simbólicos, con que haremos nuestra triaca para resolver los azoros de la cogitación psicoanalítica”. (1) En este apartado, ubicaremos los desarrollos que Lacan realiza inicialmente.

En la primera parte, nos serviremos del escrito “Más allá del principio de realidad” para ubicar la puesta en juego del registro imaginario en el dispositivo psicoanalítico. Examinaremos: el otro imaginario con el que el sujeto dialoga, el lugar desde el cual el analizante se expresa, el proceso de la identificación, la noción de “complejo” y la crítica de Lacan al principio de realidad freudiano. Indicaremos en el Seminario 1 y en el Seminario 2 el modo en el que Lacan retoma estos planteos.

En la segunda parte, nos detendremos en la teoría del estadio del espejo, comunicada por Lacan por primera vez en 1936. Para abordar este punto, tomaremos el escrito “Acerca de la causalidad psíquica” y el texto “El estadio del espejo como formador de la función del yo [je] tal como se nos revela en la experiencia psicoanalítica”. Estudiaremos: la introducción del narcisismo a la teoría libidinal, la nueva acción psíquica que constituye la identificación imaginaria, los efectos formativos de la Gestalt en los animales y el valor de anticipación funcional que toma la imagen en el hombre. Indagaremos alguna de estas articulaciones en el Seminario 1 y en el Seminario 3.

En la tercera parte, nos interesaremos en el escrito “Acerca de la causalidad psíquica”. Analizaremos: la concepción general del aparato psíquico según modo en el que se juega lo imaginario; la crítica que Lacan realiza a la teoría del órganodinamismo de Henry Ey; y la causación de la locura como resultado de una identificación sin mediación.

LO IMAGINARIO EN LA EXPERIENCIA PSICOANALÍTICA

Cuando la estructura del lenguaje y la palabra constituyan el eje de la experiencia y el análisis tome una dirección hacia el Otro con mayúscula, el orden imaginario será considerado el registro que obstaculiza el despliegue de lo simbólico, desde el que se espera la llegada de una palabra reveladora. (2) Sin embargo, muy tempranamente Lacan se percata de la presencia de lo imaginario en el dispositivo psicoanalítico y de la importancia en saber maniobrar con él. En el texto “Más allá del principio de realidad” Lacan explica que en el análisis el sujeto se dirige al oyente en condición de interlocutor. Convoca al analista a mantener la situación en los términos de una conversación, pero este último se rehúsa. Ahora bien, en los casos en los que el paciente continúa el relato, es posible percibir que el sujeto, lejos de dirigirse a quien está presente, se dirige “a algún otro, imaginario, pero más real: al fantasma del recuerdo, al testigo de la soledad, a la estatua del deber, al mensajero del destino”. (3)

El sujeto habitualmente habla con su yo y, a medida que lo hace, no solo manifiesta a ese otro con quien habla, al mismo tiempo revela el lugar desde el cual se expresa. De esta forma deja ver la imagen o las imágenes que lo sustituyen a él mismo, pues no es unívoco. Lacan explica “Con su imploración, con sus imprecaciones, con sus insinuaciones, con sus provocaciones, y sus ardides, con las fluctuaciones de la intención que le dirige y que el analista registra, inmóvil, pero no impasible, comunica a éste el dibujo de esta imagen”. (4) Lacan recuerda que fue Freud quien, primero, supo hacer un uso genial de la noción de imagen. Este último mostró esa función al descubrir en la experiencia el proceso de la identificación. Un hombre puede desarrollar, por ejemplo, una identificación parental y, así, transmitir en su conducta no solo los rasgos que dan cuenta de la forma particular de sus relaciones humanas sino también la situación actual en la que se hallaba en ese momento el progenitor con quien se identificó. Debido al hecho de que el sujeto desconoce la imagen que presenta con su conducta, la tarea del analista consiste en hacer que el sujeto se anoticie de ella. (5)

Lacan concluye de lo anterior que la personalidad de un hombre refleja las identificaciones que ha realizado en su vida. El comportamiento individual lleva la marca de relaciones psíquicas típicas en las que se expresa una estructura social. (6) Dichas relaciones psíquicas fundamentales han sido definidas “complejos” y por esta vía “se instauran en el psiquismo las imágenes que informan a las unidades más vastas del comportamiento, imágenes con las que el sujeto se identifica una y otra vez para representar, actor único, el drama de sus conflictos”. (7) El título del escrito “Más allá del principio de realidad” alude a la metapsicología freudiana, la cual Lacan critica. El “principio de realidad” freudiano no da cuenta del modo de estructuración del mundo. Pues la realidad se conforma del mismo modo que el yo, es decir, a partir de la serie de identificaciones imaginarias constituidas.

En el Seminario 1 Lacan vuelve sobre algunos de estos planteos. Establece que la relación hablada, flotante, con el analista tiende a producir en la imagen de sí del analizante variaciones suficientemente repetidas, suficientemente amplias, aun cuando sean infinitesimales y limitadas, como para que el sujeto perciba las imágenes cautivantes que se encuentran en la base de la constitución de su yo. (8) Ubica que la primera fase del análisis consiste en el paso de lo que del yo le es desconocido al sujeto. (9) Se trata de realizar “el número de vueltas necesarias para que aparezcan los objetos del sujeto, y para que su historia imaginaria sea completada”. (10) En el Seminario 2 Lacan dice “Hay una inercia de lo imaginario que vemos intervenir en el discurso del sujeto, inercia que enturbia este discurso y hace que no me dé cuenta de que, cuando le deseo el bien a alguien, le deseo el mal, cuando lo amo, es a mí mismo a quien amo, o cuando creo amarme, en ese preciso momento amo a otro”. (11) Ahora bien, a lo planteado en los inicios, Lacan agrega que “una vez nombrados y reintegrados los deseos sucesivos, tensionarios, suspendidos, angustiantes del sujeto, sin embargo, no todo está terminado”. (12) E indica que lo imaginario “debe trasladarse al sistema completado de los símbolos. Así lo exige la salida del análisis”. (13)