Buch lesen: «El verso y los hados»

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EL VERSO Y LOS HADOS

© Asensio Liarte

Diseño de portada: Dpto. de Diseño Gráfico Exlibric

Iª edición

© ExLibric, 2021.

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ISBN: 978-84-18730-50-4

ASENSIO LIARTE

EL VERSO Y LOS HADOS

A mis queridos amigos, quienes han influido en mi decisión de dar a conocer mis pensamientos versificados. Muchas gracias a todos por su amable insistencia, así como por leer los humildes escritos de este amante de la literatura. Nunca podré llegar a agradecéroslo bastante.

EL AMOR

Es el amor verdadero

lo más antiguo del mundo,

pues siendo un amor sincero

es el amor más profundo.

Existe el amor filial,

el que sienten los hermanos.

Es amor muy especial,

el que anima a los humanos.

Está el amor pasional,

que es el amor más fecundo,

distinto al amor filial.

Este es el que mueve este mundo.

Cuando alguien se enamora

entra en estado de trance.

Una fuerza arrolladora

hace aflorar el romance.

Siempre ha existido un amor

minoritario y distinto,

un amor con el dulzor

de las pasas de Corinto.

Amor entre dos personas,

que por eso es especial.

Aquí mandan las neuronas,

amor homosexual.

Hay amores extrahumanos,

amores excepcionales.

Son amores muy mundanos,

amor por los animales.

Siendo el amor más sublime

que existe sobre la tierra,

este es aquel que redime,

amor que una madre encierra.

Olvidaba el desamor,

este es el amor opuesto,

un amor desolador,

el amor que yo detesto.

EL BUEN GUAJE

Se llama Víctor Manuel

y Posada de apellido.

No trabajó en el Musel

porque a Madrid se había ido.

Lo conocí en La Coruña;

fue a resolver un problema

y, como el que una espada empuña,

cortó de un tajo el edema.

Él en Asturias nació,

allá en la cuenca minera.

Allí su oficio aprendió

en medio de vida austera.

Hasta donde yo me sé,

los clientes lo apreciaban.

Era eficiente per se

y a él lo solicitaban.

Cuando él al tajo llegaba

ya lo estaban esperando.

Toda la gente pensaba

que era don solucionando.

La verdad es que resolvía

gran cantidad de problemas

y la clientela decía

que lo quería en sus cadenas.

Las cadenas de montaje

de la industria del motor,

los problemas de ensamblaje.

En su actuar, el mejor.

Como persona, excelente;

con vivo genio y figura,

defensor hasta la muerte

de una eficiencia segura.

No aguantaba a los gandules,

ni a los vagos vividores,

ni a los cretinos azules,

ni a los taimados traidores.

Detractores los tenía,

como suele suceder,

pues le tenían manía

por su recto proceder.

Para mí fue una gran suerte

a él en mi equipo tenerlo.

Lo defendí hasta la muerte

por no querer yo perderlo.

Y este es parte del bagaje,

escrito con gran tropel,

de un honrado amigo guaje

llamado Víctor Manuel.

EL PÉRFIDO CARADURA

Si todos fueran honrados,

tanto como un ermitaño,

seríamos salvaguardados

todo el día y todo el año.

La honradez es relativa,

cada cual la que conviene.

Cada uno la mantiene

según convenga a su vida.

Yo no puedo discernir

quién será mejor persona,

si será el que en su vivir

a su prójimo perdona.

Pero como colofón

he de decir que prefiero

a un médico farfullero

que a un político mangón.

LA LLUVIA

En marzo ha llovido mucho,

en abril también lo hace,

contento se encuentra el rucho,

también la vaquilla pace

y retoza y salta el chucho.

Parece que el trigo crece

por doquier y sin ambages,

a mí bien me lo parece.

Del trigo vendrán los haces

y es lo que el pueblo merece.

Son tierras de pan llevar,

como se dice en Castilla,

pues al trigo cosechar

sigue la gran maravilla

de los panes hornear.

Viva el pan que nos da vida,

viva el sufrido labriego,

viva la mies conseguida,

viva el bravo lebaniego

con su limpia frente erguida.

LA CARTA

La carta es papel escrito,

llamada también misiva.

Tiene un valor exquisito

para el receptor, lo admito,

y también para el escriba.

De la carta yo conservo

dentro, muy dentro de mí,

un indeleble recuerdo

con más valor que un rubí.

Ahora la carta es historia

tal como antaño existía,

pero sigue en la memoria

de todo aquel que escribía.

Las nuevas tecnologías

a la carta arrinconaron

y a fe que la relegaron

a grandes minusvalías.

Con «Facebuc» y el «Guasap»

tenemos dos soluciones

con las que comunicar

todas nuestras intenciones.

Qué emoción, qué sobresalto

cuando una carta llegaba.

El corazón daba un salto

si era carta de la amada.

Pues el hombre también era

objeto de la emoción

cuando carta recibiera

venida por avión.

Y no te quiero decir

el valor tan importante

de una carta recibir

escrita por el amante.

En este caso es verdad

que el género da lo mismo.

Lo que importa es la bondad

que hace frente al cataclismo.

Puede ser hombre o mujer

el que la carta recibe.

Siempre es el mismo placer

el que su mente concibe.

La carta también tenía

una misión especial

cuando la carta venía

de aquel, tu país natal.

Estaba la carta urgente,

que casi siempre traía

la noticia impertinente

que la vida ensombrecía.

Hay una carta esperada,

a veces con impaciencia.

Es una carta añorada

que nos habla de una herencia.

Hay otra carta que nunca

recibir nadie quisiera.

Es aquella que te anuncia

el amor que se perdiera.

Cuando el hijo está en el frente,

mucho es su carta esperada

por la madre que se siente

por su hijo abandonada.

Hay una carta oficial

con una sorpresa oculta.

No es una carta normal,

esconde dentro una multa.

La carta no deseada,

de contenidos funestos,

es la carta malhadada,

la de pagar los impuestos.

También recibimos cartas

de farragosas lecturas,

pues no son simples pancartas.

Estas son las de facturas.

Cartas que ya no nos llegan,

pues son cosas del pasado,

y los modernos alegan

que este mundo ha cambiado.

Tal vez sea lo adecuado

aceptar la situación.

Yo me siento anonadado

y no cambio de opinión.

La carta yo reivindico,

de belleza indiscutible,

pues la carta es preferible

a ese Twitter tan cortico.

Cuando una carta leía

avanzaba con fruición,

pues la carta me traía

indescriptible emoción.

No me importaba que fuera

una carta alegre o triste.

Es igual de quién viniera,

pues la emoción siempre existe.

Tenemos, pues, otras cartas

que no se envían por correo.

Con tus manos las repartas,

pues son cartas de recreo.

Se utilizan en los juegos,

son los llamados de azar.

No son aptas para ciegos

y suelen arruinar.

Una carta portentosa,

que no es ninguna mandanga,

es la carta milagrosa

que está escondida en la manga.

Los tahúres la manejan

con maestría infinita.

Sobre la mesa la dejan

y al contrario lo despista.

Hay también un viejo dicho

de resultado presunto,

cartas que no son capricho:

las cartas en el asunto.

Si tú quieres mi consejo,

cuando el juego tú repartas

nunca seas el pendejo

que siempre enseña sus cartas.

Y recuerda lo que dije,

no imites al oso panda,

pues tu suerte yo predije

con carta oculta en la manga.

Hay más cartas, no lo dudo,

que aquí yo no especifico.

Mi ignorancia yo no eludo,

mi saber no magnifico,

pero el tema es macanudo.

LA DEHESA

Bonita Naturaleza,

espléndidos animales

los que habitan la dehesa

de encinas y alcornocales.

Supón que es Extremadura

este frondoso paisaje.

Naturaleza tan pura

tiene un antiguo linaje.

No me resulta halagüeño

ver como su gente emigra,

pues a pesar de su empeño

su tierra así los denigra.

Algún día llegará

en que esta tierra despierte

y allí resplandecerá

como cerezos del Jerte.

Me dicen que no es posible,

que el problema es de sus gentes

y lo único factible

es hacerse dependientes.

Mi colega no se explica

cuáles son los motivos

para que en tierra tan rica

no se cuide a sus nativos.

Por fortuna, cada poco

nacen más nuevas empresas,

poniendo muy bien el foco

afuera de las dehesas.

Mas no se debe olvidar

que la tierra es generosa

y permite cultivar

la vid y la bella rosa.

Su jamón de pata negra

se encuentra entre los mejores

y en el comercio se integra

sin complejos ni rubores.

LA DEUDA

La deuda, concepto duro,

es la lacra de la Tierra.

Necesario es un conjuro

que, derribando este muro,

nos aleje de esta guerra.

En mi modesta opinión,

arreglo tiene el entuerto

y encontrar la solución

es resucitar al muerto.

Cada quien le debe a otro;

ese otro, a otro más,

resultando que al final

no pagaremos jamás

y seguirá el alboroto.

Todos los países tienen

su deuda viva y creciendo.

Con más deuda se sostienen

y así se van manteniendo.

La situación es global,

es un círculo vicioso.

La solución es mortal

como el abrazo del oso.

Como suele suceder,

todos queremos cobrar,

pero ¿cómo resolver

si nadie puede pagar?

Y si A le debe a B

y también B debe a C,

al final lo que se ve

es que Z debe a A.

¡Pardiez! Lo solucioné.

Si la deuda se condona,

nadie tendrá que pagar

y así se podrá llegar

a que todo se perdona.

Veamos el caso de España,

cien por cien de su PIB.

Deuda que come su entraña

y nunca podrá devolver.

Nos comen los intereses,

la deuda sigue creciendo

y van pasando los meses

y el lío sigue in crescendo.

Comencemos, pues, de cero.

Nadie se podrá endeudar.

Cada cual con su dinero

se tendrá que manejar.

Los grandes acreedores

son países industriales

que prestan a los más pobres,

que compran sus materiales.

Para seguirles vendiendo

algo deberán hacer,

compartir su dividendo

y el comercio ennoblecer.

Pero el caso no es tan simple.

La solución que yo apunto

como música de timple

me suena a mí en este asunto.

Todos queremos tener

cosas igual que el vecino.

Imposible es mantener

el desarrollo del chino.

Dentro de muy poco tiempo

seremos diez mil millones.

Yo me daré por contento

si se evitan los ladrones.

Si todos queremos ser

como son los australianos,

difícil permanecer

al nivel de americanos.

¿Consumir es la receta?

Requiere muchas materias.

Nos matarán las miserias,

pues solo hay un planeta.

Pues ¿qué podemos hacer?

¿Mantener las diferencias?

Repartir lo que tenemos

o confiar en las ciencias.

En cualquier caso, señores,

esto es una reflexión

que, expresando mis temores,

está exenta de pasión.

Ya sé que suena a quimera

y qué le vamos a hacer,

pues es esta una manera

de expresar mi displacer.

Ya no debo dar más pistas,

no se vayan a enfadar

los sabios economistas

que saben cómo acabar.

LA DIMISIÓN

Nos dijo que se quedaba,

que ella no se iba a ir.

Fue la suerte malhadada

que la obligó a dimitir.

Otro caso ha eclosionado,

va por el mismo camino.

También dice: «Yo no cedo».

A ver qué dice el destino.

Mintiendo se soluciona

el tan enconado entuerto,

pero todo evoluciona,

pueden tenerlo por cierto.

Creo que la ha mirado un tuerto

y la verdad no perdona.

Se la llevarán al huerto

o quizá hasta chirona.

Quien perdió sigue expectante,

pues él quiere hincarle el diente

al odiado contrincante

y si el otro se lo consiente.

Parece que pintan bastos,

pues la justicia interviene

con resultados nefastos

para el que la culpa tiene.

Todos los medios afines

apoyan al gran patricio

hasta cantando maitines

en su propio beneficio.

La cátedra me parece

que es un filón de enchufados,

pero allí lo que acontece

es que es tierra de cuñados.

Esto, si es lo que nos dicen,

tiene una pinta fatal.

Puede que los penalicen

por delito electoral.

Baraka tienen algunos,

esto parece de chiste.

Los enchufes oportunos

dan al canario su alpiste.

Me apuesto lo que tú quieras

a que, como livianas pajas,

esta mezquina quimera

queda en agua de borrajas.

LA ESCASEZ

Tú sabes que no te quiero,

pues sé que te estás gastando

gran cantidad de dinero

en cosas de contrabando

que vienen del extranjero.

Sabes que no somos ricos,

pues no tenemos dinero

ni en la hucha de los chicos,

ni dentro de un agujero,

ni en lo alto de los picos.

Cuánto lo siento, cariño,

el no poderte querer.

No me hagas ningún guiño,

pues lo que debes hacer

es buscarte otro pardiño.

Si no te gusta esta casa,

donde el dinero es poquico,

donde la pasta es escasa,

pues márchate a Puerto Rico.

LA ETERNA ANDALUCÍA
ALMERÍA

Conocida fue Almería

por su pobreza ancestral.

Ahora nadie lo diría

que aquella tierra baldía

se convirtió en ejemplar.

Fueron sus minas de oro,

sitas en Rodalquilar,

una riqueza que el moro

siempre supo aprovechar.

El mar sirvió de sustento

a las familias costeras.

Peces fueron su alimento

y sus comidas primeras.

Principios del siglo veinte,

la gran hambruna invadió

y, si la historia no miente,

la inmigración los salvó.

Hoy las cosas cambiaron,

la horticultura prospera.

La hortaliza y la verdura

dejan de ser aventura,

siendo actividad puntera.

Almería, la pobre aislada,

solo a Murcia estaba unida,

y hoy está comunicada

por aire y por autovía.

Hace años que es el mármol

extraído en Macael

como los frutos de un árbol,

y blanco el de Olula es.

Me estoy refiriendo al mármol.

El turismo hoy la elige,

sus playas hermosas son,

y no encontrarás quien dice

que la tierra que Dios bendice

es más pobre que un ratón.

Aguadulce con Roquetas,

Vera y Garrucha son zonas

que si eres turista respetas

como el niño a las palomas,

como el agua a las macetas.

Los llaman el mar de plástico,

extensos invernaderos.

Este es un hecho fantástico.

Sin duda, son los primeros

por su proceder didáctico.

Han sabido aprovechar

la oportunidad que brinda

desalar agua del mar

para sus predios regar

y ostentar huerta tan linda.

La llaman huerta de Europa

por proveer de verduras,

que las crían en estopa

y cuando ya están maduras

las consume hasta la tropa.

Mientras el norte se hiela,

son de aquí las hortalizas.

Gustan a la clientela,

pues son sanas y macizas,

tersas como una mozuela.

Pueblos de las Alpujarras

tú los debes visitar.

En ellos puedes comprar

las jarapicas de marras

y en sus calles pasear.

No me digas que Almería

es como una cenicienta.

Es tierra de gran valía

que labora cada día

y desde que el sol alienta.

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82 S. 4 Illustrationen
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9788418730504
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