En pos de la humanidad

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En pos de la humanidad
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Letrame Editorial.

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© Josep Martínez Alcalá

Diseño de edición: Letrame Editorial.

Maquetación: Juan Muñoz

Diseño de portada: Rubén García

Supervisión de corrección: Ana Castañeda

ISBN: 978-84-1114-823-8

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación, en Internet o de fotocopia, sin permiso previo del editor o del autor.

Letrame Editorial no tiene por qué estar de acuerdo con las opiniones del autor o con el texto de la publicación, recordando siempre que la obra que tiene en sus manos puede ser una novela de ficción o un ensayo en el que el autor haga valoraciones personales y subjetivas.

«Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47)».

PRÓLOGO

Hay momentos en la historia en los que el presente es tan inverosímil que resulta difícil traducirlo a la ficción. Es entonces cuando la literatura se ve obligada, o bien a resguardarse en el territorio conocido del pasado, o bien a aventurarse a dar un salto hacia un futuro que vuelva a dejar espacio a la imaginación. El que atravesamos hoy en día es sin duda uno de estos momentos: el mundo paralizado por una pandemia, la amenaza constante de nuevos conflictos bélicos a gran escala, y el —al menos en apariencia— inevitable colapso ambiental que cada vez está más cerca. Cualquier ficción que busque hoy abordar el porvenir incierto de la humanidad deberá por fuerza estar atravesada por las grandes preguntas del género de ciencia ficción y de la narrativa distópica: ¿hasta cuándo seguirá siendo compatible la vida como la conocemos con el crecimiento demográfico descontrolado y el agotamiento de los recursos energéticos de la Tierra? ¿Cuáles son las ventajas y los riesgos del acelerado avance de la tecnología? ¿Qué retos inesperados traerán el desarrollo de la inteligencia artificial y la exploración espacial? ¿Llegará el momento en el que la vida en nuestro planeta sea insostenible y tengamos que buscar un nuevo hogar? Como auguró Stephen Hawking: «Los humanos debemos salir de la Tierra si queremos sobrevivir como especie». Y si llega el caso, ¿seremos los únicos ahí fuera que lo estemos haciendo?

Todos estos interrogantes se abordan en la novela En pos de la humanidad eterna, donde la raza humana ha logrado sobrevivirnos otros tres milenios, en apariencia enmendando los errores y excesos que a nosotros, lectores presentes, parecen estar conduciéndonos a la desaparición. El alivio momentáneo que sentimos en las primeras páginas por poder imaginar un futuro esperanzador empieza no obstante a enturbiarse según avanza la lectura. Algunos de los personajes humanos que se nos van presentando siguen alimentando su ambición recurriendo al engaño, la corrupción, la traición y la mentira; las relaciones interpersonales parecen seguir tintadas de los mismos sesgos de género, etc. Muchos humanos del año 6000 parecen tan incapaces como nosotros de escapar a ciertas pulsiones. Como el título de la novela sugiere, quizás la humanidad logre ser eterna; sin embargo su autor no nos permite olvidar que siempre es difícil, incluso en el espacio que nos presta la ficción, imaginar a un ser humano del mañana diferente del de hoy, desprovisto de maldad y trabajando por vivir en armonía con sus semejantes. Al completar la lectura, será tarea del lector resolver si el haber sobrevivido, esta eternidad, supone una bendición o una condena. Quizás concuerde con Luis Yslas Prado cuando dice: «así que esto era el fin del mundo: seguir aquí».

Clara Martínez

CAPÍTULO I

(Tiempos felices)

Las 7 a. m. de un día de principios de septiembre, el sutil zumbido del comunicador alerta a Top, nombre familiar que le puso su progenitor que se dedica a ciencias del átomo.

—Hola Rea estoy contento de oírte aunque estoy medio dormido, es la primera noche que ocupo mi burbuja ya tengo doce años y tengo que aplicar todo lo que me han enseñado para ser autosuficiente y vivir con independencia, bueno perdona. ¿Cómo estás tú?

—Yo estoy bien —contesta Rea con voz alegre— y tú no te preocupes si te sientes desbordado ya sabes que puedes recurrir a tus padres.

—Esto no lo haré nunca —contesta Top con arrogancia— me sabré valer de sobras por mí mismo.

—Bueno no te enfades —le contesta Rea con voz conciliadora— estamos en septiembre yo en diciembre cumpliré doce años y me asignarán mi burbuja, tú me ayudarás con tu experiencia. ¡¡¡Ja, ja!!! —Se ríe Rea.

—Bueno no te rías —contesta Top pero ya muy serio— nos tenemos que ver para preparar todos los temas de primer nivel de esta primera fase.

—Vale —responde Rea ya sin reírse—. ¿Te parece mañana a las nueve en el roble del parque?

—Pues vale en el roble del parque hasta mañana corto y me voy a la ducha.

Top se contempla en el espejo de la ducha, es alto, moreno, delgado pero fuerte y nervudo, su pelo rizado le da un inconfundible toque latino. Todo lo contrario de Rea, rubia algo pecosa, con grandes ojos color acero y algo menuda luce un cuerpo delgado y fuerte con un toque nórdico se adivina en ella una hermosa mujer en un futuro muy próximo.

Son las 7h 30 minutos a. m. suena la alarma del despertador, pero el titánico esfuerzo de esta máquina solo consigue que Top se dé la vuelta en la cama y siga durmiendo. A las 8h 10 minutos abre los ojos como platos mira el reloj y se sobresalta ipso facto se despierta del todo. Rea lo espera a las nueve, se ha de duchar, desayunar, coger los apuntes y salir disparado al roble del parque, que está muy cerca cuando paseas sin prisas, pero muy lejos cuando no tienes tiempo. Se levanta de un salto sin poder evitar que un pie siga liado en la sábana y le haga perder el equilibrio, para no caer se agarra donde puede ocasionando en el pequeño hábitat un auténtico desastre, se arregla como puede, recoge sus apuntes, se encarama a su bicicleta y empieza a pedalear con fuerza sacando de su cuerpo y de su bicicleta el mayor rendimiento. En realidad está feliz e ilusionado, Rea es su amiga y compañera de la primera fase de los estudios, desde bebés hasta los doce años y hace una semana que no la ve.

Ya distingue el viejo roble y la figura de Rea sentada, son las 9h 10 minutos.

A su altura se apea de la bicicleta, Rea le mira fijamente

—Perdona Rea llego tarde.

—Ya lo sé. ¿Qué te ha pasado? —responde ella fingiendo enfado.

Top responde con sinceridad.

—Me he dormido es la segunda noche que duermo en la burbuja y no me acostumbro a que no venga mamá a despertarme.

La cristalina risa de Rea le avergüenza le irrita y hace que se arrepienta de su sinceridad.

—Así que te vales de sobra. ¿Eh? —le recuerda Rea con ironía. Él ya muy serio quizá buscando el consuelo y la compasión de Rea le explica con voz compungida su pequeño desastre.

—Verás al levantarme deprisa mi pie se lio en la sábana perdí el equilibrio y al intentar agarrarme a algo, tumbé la percha de pie. —Rea empieza a escucharle con ojos tristes pero ahora chispean alegres, imagina la escena y trata de no reír él sigue contando.

—La percha impactó en el largo mango del cazo con mi sopa de calabaza que estaba en la cocina y la sopa salió catapultada en todas direcciones.

Aquí Rea ya no puede controlar sus carcajadas lo intenta pero no puede reprimirlas.

—Eres muy cruel —le espeta Top molesto— tengo un gran problema y tú te ríes. —Rea lo contempla divertida secándose las lágrimas de la risa y le pregunta maliciosa.

—Oye ¿y estas manchas anaranjadas en tu sayo?

—Sopa de calabaza —responde él muy serio. A Rea otra vez le ataca la risa y entrecortadamente como le permiten sus irreprimibles carcajadas le propone su ayuda.

—Mira, vamos a tu burbuja y entre los dos lo arreglamos todo, tú también me ayudas siempre y de paso la veré.

—De acuerdo —contesta él con un mohín maléfico. Rea sufrirá un poco el motivo de su risa

El camino desde el roble a la burbuja para Top ya superado el estrés de las prisas es un agradable paseo para los dos charlando de mutuas vivencias y recuerdos y casi sin darse cuenta llegan a la burbuja. Top abre la puerta y Rea contempla desde el umbral el espectáculo. Se le quitan las ganas de reír y tiene un destello de arrepentimiento por su generosa oferta de ayuda

—Bueno —exclama Rea con voz resignada—. Manos a la obra. La burbuja es un hábitat de una sola pieza que integra una cama individual con cinco grandes cajones en su parte inferior, un armario ropero, un escritorio con dos cajones y una estantería, una cocina con alacena, nevera y lavadora todo en mínima expresión y también un cuarto de aseo con inodoro, lavabo y ducha todo en un espacio muy pequeño con la filosofía de las caravanas de siempre y una percha de pie como galán de noche y principal colaboradora del desastre. Rea contempla el entorno todo manchado de sopa de calabaza incluso la guitarra, el instrumento preferido de Top, y pregunta curiosa.

—¿Cómo te las has apañado, teniendo un armario y cinco cajones para que toda tu ropa tenga su ración de sopa?

—Verás —responde él con tono de lógica—. Todo estaba amontonado porque no me decidía lo que tenía que colgar en el armario y lo que tenía que colocar en los cajones.

 

Rea le contesta con tono comprensivo:

—Ya veo ya… Bueno empezaremos por lavar toda la ropa y así tendremos espacio para limpiar lo demás, que aquí no se ha salvado nada. —Y mientras se hacen lavadoras una tras otra van limpiando techo, paredes, suelo, muebles, etc. etc.

Al rato Rea suspira satisfecha.

—Ya casi hemos terminado solo falta tu ropa Top dámela.

—Y qué me pongo —responde él muy turbado— si todo está mojado.

—Pues no te pones nada —le responde Rea divertida.

—Es que me da un no sé qué —contesta el casi asustado.

Rea le responde enérgicamente.

—¿Pero qué tonterías dices? Desde que nos conocemos y nos conocemos de siempre, en playas y piscinas nos hemos visto desnudos. ¿Qué te pasa?

—Sí pero… —responde él muy cohibido—. Allí estamos todos desnudos pero aquí es diferente, tú estás vestida.

—Porque yo no me he rebozado con sopa de calabaza. ¡Dame tu ropa ya! —La voz de Rea es imperiosa y no admite discusión. Top se quita la ropa despacio, Rea la va recogiendo y metiéndola en la lavadora, ya desnudo Top se sienta en la cama acurrucado, Rea no entiende por qué pero le parece que se siente humillado esto la hace sentir triste e incómoda y decide.

—Mira cuando termine la lavadora pones la ropa a secar, yo me voy y mañana nos vemos para estudiar. ¿Quieres que venga aquí a tu burbuja? Y así no rompes nada.

—Vale —le contesta él muy bajito.

Son las 9h de la mañana Top ya está duchado, aseado y toda la burbuja en orden, espera con ilusión la llegada de Rea para desayunar juntos. Aparece Rea rigurosamente puntual como si quisiera resaltar alguna diferencia con alguien. Top que no pilla el detalle, amable y cortés la invita a sentarse.

—Siéntate mientras yo preparo el desayuno para los dos —le dice jovial. Rea se levanta de un salto y le contesta con alegría.

—Déjame que te ayude y lo preparamos entre los dos me hace ilusión. —En realidad le aterra la innata predisposición que tiene Top para los desastres, los produce de forma innata y natural—. ¿Qué vamos a preparar? —pregunta Rea muy intrigada.

—Tengo leche, azúcar, compuesto de cereales, pan tostado, mantequilla, mermelada y zumo de naranja —responde Top con tono de suficiencia.

—Todo esto me encanta —contesta Rea con énfasis de entusiasmo para darle coba e infundirle confianza.

El almuerzo transcurre en silencio los dos tienen más hambre que ganas de hablar. Una vez han terminado, Top recoge la mesa y anuncia…

—Voy a fregar los platos. —Rea lo observa divertida le diría muchas cosas para hacerlo mejor, ella siempre en su casa ha participado intensamente junto a sus padres en las tareas domésticas, está segura de que no quedarán muy limpios, pero calla, Top ya está contemplando su obra la mar de satisfecho. Ella se alegra de no haber dicho nada. En la sobremesa Rea pregunta inquisidora.

—Top hoy es el tercer día de tu nueva vida aquí en la burbuja. ¿Qué tal te sientes? —A Top le gusta que le haya hecho esta pregunta, queda pensativo y se dispone a contestar.

—Verás las clases de autosuficiencia parecen muy fáciles pero en la práctica no lo son tanto, me gustaría haber prestado más atención cuando nos lo explicaban, el hábitat de la burbuja es pequeño pero mantenerlo en orden no es fácil en este pequeño espacio dejas algo fuera de su lugar y ya parece un gran desorden y todo lo demás que hay que saber, te duchas y nadie recoge tu ropa sucia si te descuidas o está todo sucio o está todo en la lavadora y no tienes qué ponerte luego está el menú diario desayuno almuerzo y cena tienes que elegirlo cocinarlo y luego fregar los platos y además ordenar la cocina esto siempre después del desayuno, el almuerzo y la cena todo un rollo. Yo en mi casa, con mis padres, lo veía todo fácil ellos lo hacían todo entre los dos, yo colaboraba como podía y siempre estaba todo a punto y perfecto.

Rea lo escucha divertida con una sonrisa socarrona piensa que a Top le estaban pasando factura las comodidades y atenciones que le prodigara su mamá en casa.

—Y lo peor —continua Top— es administrarte nos han enseñado en esta primera fase a sumar, restar, multiplicar y dividir, suficiente para calcular lo que podemos gastar y conseguir que los créditos que nos ingresan en el implante cada treinta días no se queden cortos, pedir ayuda es una penalización, luego están los cuidados médicos para pequeñas dolencias, como hacerte un corte o quemarte un dedo o un dolor de cabeza, en el curso te explican lo que tienes que hacer y las medicinas que tienes que comprar, claro cuando llega el caso igual no te acuerdas, con lo fácil que era «mamá me duele la cabeza» por ejemplo y mamá te lo solucionaba. Claro que si hay algún problema grave de salud no es problema, el implante lo detecta lo transmite y aparecen los de urgencias.

Rea seguía con su sonrisa enigmática como la Gioconda.

—No te rías —le espetó él— en diciembre tendrás tu burbuja pero yo ya seré un experto y me reiré de ti.

—Eres muy malo —le contesta Rea con su mordaz ironía.

—Y tú muy mala —le contesta el con tono amable—, porque sabes que te ayudaré.

—Top quisiera comentarte algo. —Rea se ha puesto pensativa y nerviosa—. En la clase sobre el tema del conocimiento de la propia personalidad y la convivencia con la sociedad a la que no estuviste porque te llevaron a mostrarte tu burbuja, tuvimos un conferenciante muy especial el doctor Fermión director general del instituto del espacio que abarca las investigaciones en robótica, inteligencia artificial, cibernética, biónica y también biocomputación, entre otras, nos contaron que es un gran sabio cuando lo vi me impresionó y hasta me dio miedo es mayor de setenta años alto muy delgado con el pelo cano largo y despeinado y cuando te mira parece que pueda penetrar en lo profundo de tu mente. He oído comentar a mis padres que nadie sabe nada de los voluntarios que han ingresado en este instituto para participar en las distintas áreas de investigación, nadie ha vuelto a saber de ellos, se dice que el motivo puede ser el que este instituto se encarga también de organizar el relevo de los colonos que están en la Luna, en Marte, lunas de Júpiter y Saturno, se sabe que la estancia del ser humano en estos lugares no debe ser superior a un año por el nefasto efecto en el organismo humano ocasionado por la diferente gravedad.

»El doctor Fermión nos reiteró la importancia de este tema y para reforzarlo nos esquematizo un poco de historia. Y con voz solemne nos habló del gran desastre que empezó a principios del segundo milenio donde la destrucción ambiental producida por la estúpida gestión de los recursos de la Tierra estuvo a punto de acabar con la vida y el planeta.

»Fue motivado por falta de un funcionamiento lógico de la sociedad humana de entonces por culpa de la mentalidad que imperaba, la inmensa mayoría de individuos no se identificaban como base de la sociedad, se sentían profundamente desarraigados incluso se desconocían a sí mismos. A partir del tercer milenio, nos contó, se tuvo conciencia que los animales de cualquier especie saben de forma genética quiénes son, cuál es su personalidad básica y cómo deben relacionarse con el conjunto de su especie, consiguiendo la armonía y estabilidad social de la especie. Algunos ejemplos de sociedades radicalmente perfectas son las abejas, las hormigas y las avispas.

»Y que los seres humanos no nacen con estos conocimientos, tienen que aprenderlos.

»A partir de entonces mejoró la sociedad humana, se regeneró el planeta y las especies de la biodiversidad, animales y plantas, además se ha sabido mantener el nivel demográfico de cuatro mil millones de humanos y se ha conseguido un gran avance científico y tecnológico.

»Nos dijo muy solemne que por esto el tema era tan importante. Seguidamente nos propuso un tema de convivencia, advirtiendo que a nosotros nos parecería muy simple pero a él le interesaban nuestras respuestas. El doctor Fermión Nos eligió a dedo a mí y a mis amigas Hydra, Sepna y a mi amigo Styx y empezó con el relato.

»Viajamos en un transporte local, con aforo completo y todos de pie, muy juntos, uno de los viajeros pisa el pie de otro y no se disculpa. El doctor preguntó. Si fuera tu pie Sepna, ¿qué harías?

»—Me retiraría despacio para no estar al lado de un maleducado —respondió Sepna.

»—¿Y si fuera el tuyo Hydra?

»—Le diría: me acabas de pisar ve con más cuidado —respondió Hydra.

»—¿Y si fuera el tuyo Styx?

»—Yo le diría con energía: no me vuelvas a pisar.

»—Y tú Rea. ¿Qué harías?

»—Le diría: disculpa he puesto mi pie debajo del tuyo, no te preocupes que estaré muy atenta para que no vuelva a ocurrir.

»—Y si te vuelve a pisar pero esta vez se disculpa alegando el movimiento y la proximidad —pregunta el doctor Fermión entre divertido e intrigado. Rea contesta rápido.

»—Pues al ratito le daría un gran pisotón y le diría. Disculpa tengo los mismos problemas que tú y me pondría de manera que mis pies no estuvieran al alcance de los suyos. —El doctor Fermión la escuchaba atentamente e hizo un gesto divertido de aprobación seguidamente resumió:

»—Como veis un caso tan simple y cuatro diferentes respuestas, todas correctas pero de acuerdo a la personalidad de cada uno.

»Top, el doctor mientras hablaba tenía sus ojos fijos en mí y yo sentía escalofríos, al terminar la clase le oí. «Rea acércate», yo me quedé helada, pero me acerque a él y me preguntó:

»—Pronto y durante un año estarás sola e independiente en tu burbuja y serás dueña de tu tiempo libre. ¿Verdad?

»—Sí doctor —le respondí. Él me propuso que podía participar en charlas que organiza su instituto para orientar a qué ciencia te quieres dedicar, me preguntó si ya lo sabía, le contesté que sí, a la investigación genética de los alimentos, él me miró fijo un rato y dijo para sí:

»—Ya lo veremos.

»Me da mucho miedo Top —confiesa Rea alterada. Top la contempla preocupado mientras su cabeza discurre velozmente buscando algún argumento que la tranquilice, al fin lo encuentra.

—Oye Rea es la primera vez que nos preocupamos de estas cosas, ahora me acuerdo de que nuestros amigos Calisto y Muan participan desde el comienzo de su segunda fase en estas charlas del instituto y están terminando su tercera fase. Tienen diecisiete años la segunda y tercera fase dura tres años cada una o sea hace cinco años que asisten y están bien nos vemos con ellos muchas veces, en los conciertos y en los deportes, se ven felices y contentos, pronto los volveremos a ver y tendremos una charla sobre el tema verás que no hay nada terrible y nada que tenga que preocuparte hasta entonces olvídalo y hablemos de otra cosa.

—¿De los estudios? —pregunta Rea intrigada.

—No —respondió Top— esta primera fase la tenemos superada en realidad el examen es la burbuja, demostrar que con lo que te han enseñado y has aprendido eres capaz durante un año de vivir independiente y de integrarte en la sociedad yo lo superaré y tú también Rea, que de esto sabes más que yo. Lo que quiero es hablar de ti, tus padres les comentaron a los míos que os tendréis que ir a otro sector lejano durante un año por motivo de las actividades de tus padres y tú no me has dicho nada. —El tono de Top era de disgusto.

—No te he dicho nada porque aún no es seguro —se defiende Rea. Top le expone sus preocupaciones.

—Esta segunda fase es mucho más complicada que la primera y para mí es muy importante tener cerca una persona de mucha confianza para comentar los temas, si te vas no tendré a nadie y a ti te ocurrirá lo mismo.

—Yo si me voy —le contesta Rea— adonde vaya no voy a conocer a nadie, estaré un tiempo en encontrar a alguien que me inspire algo de confianza y tú aquí lo tienes mejor. Sabes hablaremos con Hydra es amiga de los dos seguro que te podrá ayudar.

—Pero no es lo mismo Rea —le contesta él con impaciencia—. ¿Has visto los temas del primer año de la segunda fase? Será fuerte en matemáticas dicen que es básico para entender las ciencias, las tienen como el idioma con el que Dios escribió el universo, esto no me preocupa no necesito a nadie, pero luego está el segundo nivel de autoconocimiento y convivencia que incluye los temas en primer nivel de atracción íntima entre humanos, el erotismo como arte de atracción, conocimiento físico del propio cuerpo, la química del sexo y mucho más. —Rea palidece, no había tenido esto en cuenta cuando le recomendó a Hydra por confidente.

 

Hydra es una morena muy guapa, hace ya tres meses que ocupa su burbuja, tiene casi seis meses más que Rea, entre los doce y trece años en las niñas empiezan a ser notorios los atributos femeninos y Hydra los tenía muy notorios.

Rea sigue pálida, imagina a Hydra y Top en la burbuja debatiendo estos temas, se pone enferma y pide a su suerte no tener que marcharse y ahora se da cuenta de que Hydra miraba mucho a Top, se ha quedado tan pálida quieta y callada que Top le pregunta angustiado.

—Oye ¿qué te pasa? ¿Te encuentras bien?

—Estoy perfectamente —le contesta ella reaccionando. Top se queda en silencio y pensativo la noticia de que Rea podía marcharse le ha trastornado un poco, al final encuentra algo que decir.

—Oye te vayas o no, quiero que nos prometamos que estaremos juntos en la celebración del año nuevo que además será el inicio del sexto milenio y del siglo LXI, para algunos es el undécimo milenio, porque cuentan los años desde que se tiene noticia del primer escrito. Será una gran fiesta y quiero estar contigo.

—Lo intentaremos Top —contesta Rea emocionada.

—Bueno estamos en septiembre y hasta finales de diciembre no te vas a ir, seguro que estaremos juntos —calculó Top contento—, ahora lo importante es tener un encuentro con Calisto y Muan para que nos expliquen lo de las clases del doctor Fermión y te quedes tranquila.

—De acuerdo Top —contesta Rea—, contactaré con Muan que es muy amiga mía para vernos.

Las 10h de la mañana de un domingo de la tercera semana de septiembre Top espera la llegada de Rea, que llega puntual, a las 10h 30 minutos han quedado aquí, en la burbuja con Calisto y Muan ellos también pasaron la experiencia de la burbuja y les gusta recordarlo. Top ha puesto la mesa de la burbuja en el exterior afortunadamente hace un día espléndido y buena temperatura, si tuvieran que estar los cuatro en el interior de la burbuja estarían muy apretados e incómodos.

Muy puntuales llegan Calisto y Muan en sus bicicletas, Top y Rea han preparado la mesa con refrescos y aperitivos.

Los recién llegados están contentos de estar allí la burbuja les trae muy buenos recuerdos. Se saludan jovialmente, Calisto le pregunta a Top.

—¿Cuánto tiempo hace que estas aquí?

—Desde primeros de mes.

—Top, al principio es duro pero después te gustará —asevera Calisto.

—Eso espero —responde Top.

—Bueno sentémonos —propone Rea, ya instalados Rea ya no puede aguantar más para contar el asunto que le preocupa y empieza dirigiéndose instintivamente a Muan en quien tiene más confianza—. A primeros de septiembre el doctor Fermión nos dio una conferencia en la escuela y me propuso ir a las charlas que organiza su instituto y no sé por qué a mí me da miedo.

—¿Qué dices? —interviene Calisto— te felicito porque algo muy bueno vería en ti el doctor para proponértelo, ¿sabes que asistir a estas charlas está muy solicitado? Y muy pocos son aceptados yo las hice porque mi padre, cuando tenía tu edad fue seleccionado por el doctor y el abogó por mi madre para asistir juntos y cuando yo cumplí doce años ellos estaban ya estudiando en el instituto y mi padre también abogo por mí y yo lo hice por Muan o sea que puedes estar muy orgullosa Rea no pierdas la oportunidad.

Rea se queda perpleja y sorprendida pensando. ¿Qué tendría ella de especial que ella misma no hubiera descubierto?

—Además —siguió Calisto— asistir a estas charlas es condición indispensable para que superadas las tres fases, con dieciocho años puedas incorporarte a estudiar en el instituto del espacio.

Top queda muy preocupado si no conseguía que le aceptaran a él en las charlas a los dieciocho años no tendría a Rea a su lado. Como si adivinara los pensamientos de Top Rea apunta solemne.

—Cuando hable con el doctor Fermión le diré que acepto si acepta también a Top.

—¡Caray! —exclama Calisto escandalizado— eres muy valiente poniéndole condiciones al doctor en un asunto que le sobran los candidatos. —Top muy afectado por la decisión de Rea le aconseja.

—Veo que esto es muy importante para ti Rea no lo hagas.

—De ninguna manera voy a cambiar de opinión —sentencia Rea.

—Pues a ver qué pasa —comenta Calisto. Viendo a Rea que seguía pensativa le pregunta.

—¿Y qué más te pasa? —Rea le contesta.

—Desde hace dos años hay algo que me inquieta, me preocupa y a veces me ocasiona pesadillas. Mis padres tienen dos buenos amigos, Tau y Sharon, como mis padres también trabajan en el instituto espacial nos visitaban mucho yo los conozco desde que nací, con ellos fuimos juntos muchas veces en viajes de excursión y vacaciones los quiero mucho y ellos también a mí, me llaman Muñequita son mayores que mis padres ahora tienen cincuenta años. Hace dos años se despidieron de nosotros, tenían que incorporarse al laboratorio de investigación espacial o zona cero del instituto y no he vuelto a saber nada de ellos, mis padres me cuentan que los programas de investigación son tan apretados que no tienen tiempo de ir a ninguna parte, me dicen que no me preocupe que están bien pero yo no entiendo que no puedan venir a verme y tengo mucha pena.

Calisto y Muan se miran a los ojos por un tiempo que a Top y a Rea les parece interminable luego Calisto después de respirar hondo un par de veces dirige su mirada a Rea y con voz seria le expone.

—No tienes que preocuparte Rea ingresar en la zona cero es voluntario y puedes ir de colono en cualquier asentamiento que elijas de nuestro sistema solar, puede que a estas horas tus amigos se lo estén pasando bien en Marte o en Titán a muchas personas les atrae esta experiencia y confieso que a mí también.

—Y a mí —añade Muan contenta. Rea ya más tranquila expresa con un suspiro.

—Sí, tiene que ser maravilloso.

—Además —sigue contando Calisto—. El año que viene Muan y yo cumpliremos dieciocho años y entraremos a estudiar en el instituto, mis padres como nosotros también ingresaron con dieciocho años, ahora con cuarenta y ocho han pedido incorporarse a la zona cero, están impacientes e ilusionados. —A Rea y a Top se les abren mucho los ojos y la boca por la sorpresa. Calisto se dirige a Top.

—Tus padres desde los dieciocho años tienen sus actividades en el instituto. ¿Verdad?

—Sí, yo siempre los he visto trabajar allí —responde Top.

—Esto te permite pedirle al viejo doctor que te acepte en las charlas y evitamos que Rea lo desafíe —termina Calisto divertido. Rea se dirige a Calisto y a Muan con mirada agradecida.

—Creo que habéis acabado con mis pesadillas, gracias.

—No tienes por qué darlas —responde Muan—, ha sido un placer ayudarte. —Top interviene.

—Creo que me habéis dado una solución a un problema gracias también.

—Te digo lo mismo que a Rea —le contesta Muan— ha sido un placer. —Calisto propone—:Esta tarde hay un concierto en el local de actos del sector y esta mañana lo están preparando algunos son amigos míos me gustaría verlos. ¿Queréis acompañarnos? —Top y Rea asienten contentos, Top sugiere.

—Entre todos recogemos la mesa en un momento y nos vamos. —Muan y Rea se miran y al momento deciden.

—Dejadlo, esto lo arreglamos entre Rea y yo —dice Muan. Al poco rato ya en sus bicicletas pedalean hacia el local de actos. Al llegar encuentran una gran actividad de jolgorio y alegría, aparcadas las bicicletas les falta tiempo para incorporarse. Rea está feliz, pero por poco rato hasta que descubre algo alejada a Hydra charlando alegre con sus amigos. Top también la ve y le propone a Rea.

—Oye allí está Hydra, puedes aprovechar para pedirle que me ayude cuando tú te vayas. —Rea se demuda, había terminado con una pesadilla y se le crea otra pesadilla peor.