Un domingo cualquiera

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Un domingo cualquiera
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UN DOMINGO CUALQUIERA

© Domingo Eluchans, 2021

© Pehoé ediciones, noviembre 2021

Pehoé ediciones

San Sebastián 2957, Las Condes

Santiago de Chile

ISBN Edición impresa: 978-956-6131-33-5

ISBN Edición digital: 978-956-6131-17-5

Diagramación digital: ebooks Patagonia

www.ebookspatagonia.com info@ebookspatagonia.com

La reproducción total o parcial de este libro queda prohibida, salvo que se cuente con la autorización del editor.


Esta narración está dedicada a Isabel Barreda Camus, en la que hemos integrado una aventura que es incorporar la pintura de Carlos Faz Camus, que adquirimos de su hermano Alfredo Faz Camus, ambos tíos de ella y de gran amistad familiar.

Desde hace 40 años tengo este cuadro de Carlos Faz, pintado alrededor del año 1950, que es una de las maravillosas obras que dejó este excepcional artista, que murió en plena juventud.

Sin que haya en mis relatos una intención predeterminada de colgarse de esta obra de arte, que veo todos los días, ha ocurrido que sus temas tienen decenas de lugares, de expresiones, y de protagonistas que resultan ser una inspiración positiva de las letras que intento exponer, aún cuando pueda serlo en forma oculta e inadvertida.

Agradezco entonces el poder compartir con los lectores, ciertas fascinantes realidades de este cuadro, que mi escritura les permite llevar en su propia carpeta.

Mi aprecio y gratitud a Juan Pablo Sallato Carmona, que con su cultura literaria y su pluma, contribuyó mucho a estos relatos.


El mayor cariño a Maria Cristina Cruz, con quien he trabajado durante años y que me ayudó a la composición del libro



I. Las mujeres del presidente

La secretaria de la presidencia es, tal vez, el cargo más relevante del palacio.

Es la persona más cercana a las funciones del presidente, conoce y maneja su agenda, recibe los llamados de la familia y debe entenderse con su señora, quien, a su vez, es considerada la persona más compleja de la estructura del poder.

I.1 La primera dama

Blanca fue elegida por el presidente como su mujer, con quien compartiría una existencia, formando familia y educándola, y teniendo una plena vida conyugal. Se enamoraron con intensidad, sin profundizar en sus proyecciones.

Es probable que esta hermosa mujer, de temperamento y dinamismo, sea la compañera indicada para la vida, desde la ilusión oculta de la madre de Carlos, en la presidencia.

¿Alguien le propuso, en su caso y como proyecto de vida, el dedicarse a la política? ¿Hacer campañas y obtener votos? ¿El dar a conocer, de manera pública, sus opiniones y posturas ideológicas? ¿El conducir su quehacer para nutrir una figura impuesta, o al menos, determinada por las circunstancias?

Para qué decir de la subordinación al marido, a sus creencias e imágenes, a su rol y a las obligaciones asumidas.

Y con un costo personal y de la prole. Una madre que consintió e hizo suya la causa y los embarcó en el ejercicio de los deberes del padre, a quien considera ser un hombre señalado, llamado por el destino.

Sin protagonismos ni apariencias, su intrínseca prestancia la hacía sentir el puntal de su marido; sin advertir que ese hombre había mutado, consumido en su nueva filiación con la soledad intrínseca del poder.

I.2 La secretaria de Palacio

Rosa venía con el presidente de hace años, en sus oficinas profesionales.

Con bastante fundamento, consideraba ser su compañera diurna, conocedora de su temperamento, sus inquietudes y sus gustos.

Sabía que él podía discernir sus conceptos fundamentales de las cosas superfluas. Sin embargo, para su sorpresa, en esta nueva actividad reconocía al hombre maduro en su esencia, acompañado de un joven infantil ―sino primario―, en sus reacciones a comentarios adversos, noticias contrarias y cuestionamientos ajenos.

Lo veía durante el transcurso del día y luego, en candente movimiento de cintura, se despedía del presidente cuando, sin compañía, se refugiaba en su sala sin ventanas ni mayor decoración. Con su sillón reclinable, una mesa de lectura y el cielo de cristal que iluminaba el atardecer y las luces de la noche.

En esos momentos reflexivos se encuentra de verdad consigo mismo y con sus tribulaciones. Y, si bien no logra un cabal ordenamiento de los conceptos, reúne los elementos que se decantaran durante el transcurso de sus sueños.

I.3 La madrugada

A una hora tardía, dejaba la sala de meditaciones para

reunirse en su casa con Blanca, a quien adoraba ―a su manera―, y la tildaba como su compañera de amanecida que traía las ideas despejadas para cada jornada. Lo que, en efecto, contribuía en el curso de la mañana.

A mediodía, su secretaria Rosa ya recuperaba protagonismo y lideraba la dinámica subsiguiente.

II. La protesta estudiantil

Los personajes confunden su propia naturaleza ―o capacidades, más bien―, con sus proyecciones. Lo que los lleva a creerse las historias dibujadas por su entorno.

En la reunión de gabinete de esa tarde, consideran llamar a plebiscito para resolver las reformas educacionales de prebásica y de institutos tecnológicos, propuestas por el gobierno y rechazadas en el congreso.

El dialogo en la sesión:

Presidente: Debemos insistir en el inicio y conclusión del proceso de formación, entregando los instrumentos básicos durante la mayor capacidad de comprensión en niños, desde dos o tres años, hasta la formación académica y técnica, para que les permita realizarse y trabajar.

La ministra de Educación formaba parte del gobierno desde su inicio, hace ya tres años, y había sido rectora de la segunda mayor universidad del estado.

La ministra Marianne tenía experiencia, en consecuencia, y agregaba las perspectivas recientes tras un magister en la universidad de Europa del Norte, inmediatamente ante el gabinete. Hermosa y de gran carisma, había conducido la problemática universitaria en términos razonables. Se puede decir que recogió la experiencia de los países nórdicos, de buenos rendimientos, que aportan contenido académico y sobre todo, una estructura funcional abocada principalmente a la formación del profesorado.

Ministra Marianne: Es de general aplicación, según lo reflejan los altos índices de aceptación, el acrecentar una formación psicológica a los maestros que tienen a su cargo abrir el pensamiento de quienes, a su vez, determinarán su vida en base a los conocimientos adquiridos en la educación superior y en el mundo universitario.

Presidente: El rezago, entonces, quedó en la educación primaria, que seguía postergada en arduas controversias. Sin pretender profundizar el contenido del debate, este relato recogió la inquietud actual del equipo de la ministra.

Ministra Marianne: En este enfoque, se critica que la cuestión deba entenderse y evaluarse simplemente en el ámbito en que se reúnen niños y adolescentes con hombres y mujeres de décadas anteriores; quienes se consideran estar formados para que los alumnos aprendan ciencias, raciocinios numéricos e idiomas; terminar su colegiatura y quedar capacitados para un futuro universitario.

Inesperadamente, a mitad del periodo escolar, se rebelan los estudiantes precoces tomándose casi todos los centros académicos de su colegio fiscal, de alta calificación formativa.

Los académicos fueron interpelados por su falta de visión y los alumnos, vistiendo sus uniformes, se pusieron lentes oscuros como emblema. Para sorpresa, algunas profesoras se integraron a la protesta estudiantil.

Como si no fuera suficiente, el cuerpo del profesorado en masa inició una marcha callejera contra los estudiantes que, con su toma y sus protestas, paralizaron la escuela a la cual no pueden ingresar.

Los jóvenes replican que esto es un absurdo, equivalente a decir que los chicos abusan de los grandes; que los débiles dominan a los poderosos; y que los seguidores enjuician a sus líderes.

El gobierno tomó conocimiento de esta compleja situación, quedando en manos de la destacada ministra Marianne. Y, una vez evaluado el escenario y los conceptos principales del debate, citó a su despacho únicamente al grupo minoritario de profesores y académicos integrados a la protesta de los estudiantes.

La ministra vestía, como le era usual, traje de pantalón y chaqueta, marcando su temperamento. Y vaya sorpresa... Los pocos profesores presentes también portaban los lentes oscuros que se sacaron iniciada la sesión.

Los convocados expresan, en síntesis, que los profesores de su línea apoyan a los estudiantes en masa y que desean compartir con las autoridades sus tres demandas, que son: comprensión, comprensión y comprensión.

 

•Comprensión, por nuestra parte, de las ciencias que nos enseñan.

•Comprensión, por el profesorado, del resultado en el proceso formativo. Así, si se enseña moral, ver si eso me aporta o me frustra; si se enseña medicina, si me responsabiliza o me sesga; si es idiomas, si me abre interés por el mundo o me encierra en mi tierra. Concluyendo en que no basta con la recepción del mensaje si no se logra una convicción integral y reciproca de lo que se entrega y lo que se recibe.

•Comprensión, entonces, del proceso de madurez del educando.

Quedó en la reflexión de la ministra, “¿Cuántas veces, de ida y de vuelta, nos reprochamos con el presidente? En el ámbito de la comprensión, en que pienso que debió oírme y él, a su vez, que no debí ponerlo ante esa exigencia”.

III. Las horas más difíciles

Rosa: Presidente, lo llama la primera dama. Me insiste en interrumpirlo.

Presidente: Páseme el llamado a mi oficina.

Blanca: Caro, llevo rato esperando que me llamaras de vuelta, tenemos una situación grave, debes venirte a la casa…

Presidente: ¿Qué ocurre? Por favor, estoy en reunión de gabinete.

Blanca: Es íntimo.

El presidente volvió a la sala de reuniones y continuó la sesión de gabinete hasta tratar todos los asuntos de la tabla.

Luego, más tarde, interrumpió sus conexiones y siguió su rutina en su sala privada de reflexiones. Regresó a casa, como habitualmente, a medianoche.

Durante el camino, Luis, que conducía el auto ―su adlátere por décadas―, le informó de los sucesivos llamados de la señora Blanca, que estaba con visitas.

El presidente había evaluado, en su intimidad, que el supuesto drama no requería de su inmediata atención.

Sus dos hijos hombres estaban en la universidad y seguían viviendo con sus padres.

Considerando que los hechos trágicos se informen al instante, como la posible muerte de su madre ―su padre ya no vivía―; que el secuestro o desaparición de alguno de los hijos habría sido informado por los servicios de protección del gobierno o policiales; que alguna enfermedad no se agravaría en un par de horas; y que la posible partida de la casa, la ciudad o más lejos, de alguno de los niños, razonablemente tomaría varias sesiones en la intimidad de la familia.

Otras circunstancias, más personales del presidente, consideraba que no estarían en inminente urgencia familiar.

“Será, tal vez, algún episodio de intriga... que se irá despejando”, pensaba al momento de cruzar el portón de su casa, protegido por guardias que impedían el acceso a decenas de periodistas atiborrados frente a la reja, con micrófonos y cámaras que se abalanzaron a las ventanas del vehículo oficial.

En la puerta de entrada estaba precisamente su madre, con cara afectada y un tanto severa. Tras el porche, ya adentrada, estaba Blanca, vestida de negro y llorosa, con sus hijos rodeándola.

Lo que le resultó más impresionante fue ver, tras años, a su hermano, ingeniero comercial y luego sacerdote de orden religiosa tradicional, sentado en la banca del hall, asistido por su hermana en común. Y con quién tenía un permanente vínculo ―no así con el presidente―, desde la infancia, por su obsesión por su madre.

Hasta su información, seguía en Roma a cargo del Banco del Vaticano.

IV. La familia presidencial

Hace una semana, apareció Pedro en Santiago, en la casa de su hermana Teresa, bajo secreto de mantener en reserva su llegada.

Tampoco podía compartir con su madre, Luz, la crisis en que se encontraba, por el desprestigio a toda la familia Carmona y a los más expuestos, como su hermano Carlos y toda su familia.

Había concluido, en estos días, la investigación al balance del Banco del Vaticano, la que establecía una enorme extracción de fondos a favor de diversas entidades religiosas de países de Sudamérica. Se hallaban registradas como gastos reservados del Vaticano.

Para sorpresa de las auditorías anuales, esta cuantía se había duplicado año tras año durante la última década.

No se habría originado esta investigación profunda de no haber sido por la circunstancia de que el propio Palacio Vaticano, en los dos últimos años, había reflejado un déficit cuantioso por aumento de los gastos, aportes y donaciones; los que no podían cubrirse con sus ingresos que, a su vez, se mantenían en forma flat, sin aumento.

Con esta disconformidad en los balances, urgía entonces una Investigación al banco encabezado por Pedro, en Roma.

Durante esta década, también había mantenido estrechos lazos con la jerarquía de su orden religiosa, Los Hermanos Contemporáneos, que está establecida en todos los países de Sudamérica.

Pedro había sido enviado tanto a Argentina como a Brasil por largos años, antes de llegar a Roma, por lo que mantenía con ellos sus relaciones y compartía su vocación con los institutos tecnológicos y científicos que requerían de cuantiosos financiamientos en diversos países, que excedían en mucho los límites de las donaciones libres de impuestos.

Los recursos de esta índole los ingresaban como fondos a rendir, en partidas que involucraba responsablemente a sus administradores, con quienes Pedro mantenía una estrecha amistad, porque compartían en profundidad el misterio de la orden.

Los Hermanos Contemporáneos manejaban y, a través del Banco del Vaticano, financiaban el aparato académico de la formación del hombre nuevo, del hombre universal; que, proveniente del planeta Tierra y bajo este patrocinio, formaría los viajes planetarios en la búsqueda de nuevos hermanos con quienes establecerían sucursales humanas.

La razón conceptual sería evitar que estos hallazgos fueran liderados por el mundo científico e integrados por los hombres lejanos de la fe; que no creen en el Dios, rector del universo.

Consideran tanto sigilo para evitar una analogía con las Cruzadas de la Fe, puesto que se develaría, en su logro, como una conquista planetaria de la mano de Dios.

La circunstancia, entonces, es que Pedro manejó dineros que quedarían fuertemente cuestionados y, desde luego, suspendidos; quedando, esta, como una operación del diablo que no cumple con los conceptos esenciales del mensaje evangélico.

En lo que concierne a Pedro, estas infracciones delictuales lo someterán a juicio y probablemente también a los procesos del Vaticano.

En su país, Chile, pringa a toda la familia y arrastra al presidente de la Republica.

La extraviada hermana Teresa se le plegó, desplazando inesperadamente a su madre al bando de Carlos, porque el orgullo de un hijo en el poder neutraliza el amor incondicional por su retoño. Y Pedro lo presintió al ver a su hermana vestida de color purpura y a su madre de negro y con velo, al igual que Blanca.

En este escenario tan sorprendente, el presidente atinó a bajarse del auto y prender su teléfono, en el que estaba Rosa conectada.

Rosa: (a viva voz) Presidente, el ministro del Interior, ante la interrupción de la programación en todos los canales al ser dada la noticia de acusación de la más grave estafa en esta década en la comunidad europea, cometida por ejecutivos del Banco del Vaticano… guiados por su silencio.

Se expresa con temple y empoderada, como se ha visto en otras complejas circunstancias.

Rosa: Deme sus instrucciones…

Silencio del presidente.

Rosa: Le mandé a su correo un resumen ejecutivo preparado por el ministro y le recomiendo que lo lea antes de encontrarse con las versiones e inquietudes… antes de enfrentar a su familia.

En estas dos horas he contestado varias llamadas de la primera dama... ¿me escucha, presidente?

Su reacción ha sido muy agresiva.

Le estoy mandando la lista de los llamados recibidos, varios de ellos de nuestras embajadas en el exterior.

Debe prepararse, jefe, también me pidieron explicaciones los dos niños. Su reacción es de incredulidad, de preocupación por el padre y luego, les surgió el temor a perder sus postulaciones a la universidad de New York.

El presidente no emitió palabra y, al ingresar a la casa, tomó a su madre de la mano y se encerró con ella en su escritorio.

Teresa había abrazado a Pedro y se retiraron al segundo piso. Verlos subir, ella con su túnica purpura y él de sotana negra, hacia brotar imágenes del film del Código Da Vinci, en las escaleras del interior de los recintos del Vaticano; temiendo que se repitiera la escena de los disparos.

Rosa se dirigió a la residencia del presidente, vestida de traje gris y pañuelo de colores en el cuello, donde fue recibida por los dos hijos y por las expresiones de Blanca de evidente molestia.

Primera dama: Estamos en familia. Es una situación compleja que yo no estoy dispuesta a compartir con terceros.

Rosa: Tengo que protegerlo de la andanada de periodistas y políticos…

Primera dama: Eso, desde tu despacho. Y te recuerdo que, en la residencia, yo soy la mujer de la casa…

Rosa: No, señora. No proyecte su nombre con tanta simpleza ni blanquee las cosas sin antes hacer un diagnóstico del problema y buscar soluciones. Y, en esa función, le recuerdo que yo soy la mujer a cargo…

Primera dama: Mira, Rosa, en mi concepto tú debes colorear los jarrones del Palacio. Déjame a mí, precisamente, darle al presidente un luminoso despertar…

Rosa: Pues bien, me quedaré porque yo aliviano su carga, lo que le permite conciliar el sueño y que antecede al despertar del próximo día...

El presidente guardó silencio y nunca habló en público de este episodio.

Fue precisamente Rosa, como vocera, la que decoró el cierre informando que Pedro fue repatriado a Roma con restricción de regresar al país; e informó a la comunidad que los hijos del presidente viajaron a USA acompañados por la primera dama para ingresar a la NYU, donde fueron acogidas sus postulaciones.

Teresa nunca más fue recibida en la residencia presidencial; donde se estableció, en forma permanente, Luz, la madre del presidente.

Rosa agregó, a su cargo, el de vocera oficial del Gobierno en situaciones muy relevantes del período presidencial, las que están tomando mucho vuelo.

V. La reelección

Un poco antes de terminar el tercer año de gobierno, se inician los procesos de campañas presidenciales, que se celebran al final del cuarto año.

V.1 El sistema electoral

Entre los temas más relevantes de la campaña anterior, estaba la modificación del sistema electoral en las siguientes materias:

1- Separar el calendario de las elecciones, pues convoca a una decisión simultánea de elegir al presidente de la República y a los integrantes de ambas cámaras del congreso; y, en un lapso cercano, llama también a elección nacional de alcaldes y concejales comunales.

Es decir, prácticamente de una sola vez, se nombra a las autoridades políticas del país, sin reelección presidencial, imponiéndose las mayorías que, aunque legítimas, suelen ser turnos que llevan a administraciones pendulares.

2- Las elecciones municipales se harán cada cuatro años, uno antes del final del gobierno; lo que significa, tres años después de iniciado el periodo y uno antes de su término. Así, será como una evaluación del gobierno actual y un presagio del siguiente.

3- Todos los cargos serán reelegibles solo por una vez, pudiendo postular, después de ello, a otra función con igual limitación. Podría darse entonces, en escala ascendente, que un ciudadano llegue a ejercer dos veces los siguientes nombramientos: concejal, alcalde, diputado, senador y presidente de la República. Claro está, si la salud y la fortuna le alcanzan para ello.

La reforma fue aprobada prácticamente por unanimidad en base a estabilizar los gobiernos. Así, el periodo presidencial de cuatro años puede extenderse otro tanto. Y, a los dos años, habrá una renovación del Congreso conservando un periodo de ocho años para el Senado y de cuatro para diputados; con elecciones cada cuatro años de la mitad del senado, según división regional, y del total de los diputados; y así sucesivamente.

El calendario quedó de la siguiente manera:

1- Año 2020: Elección Presidencial

2- Año 2022: ½ Senado y Diputados

3- Año 2023: Elección Municipal

4- Año 2024: Elección Presidencial

V.2 La nueva campaña

La propuesta de la campaña, para el año 2020, fue una profunda reforma al contenido de la educación preescolar y básica, donde la ministra recogió, en esencia, los postulados de las protestas del 2018 ―cincuenta años después de la del 68―, que venían a reivindicar, en su base, las proclamas juveniles.

 

La campaña actual trata, más bien, de acoger las razones científicas contemporáneas que hacen un llamado muy fuerte a nutrir la capacidad de “comprensión” de la infancia temprana.

Los pilares del aprendizaje fueron vestidos hermosamente con dos eslóganes.

“Si te encumbras a los 2, vuelas hasta los 200

Lo que adquieres a los 2 años, será tuyo hasta los 200…”

Se inició el debate con las otras dos candidatas mujeres, siendo la primera vez que se da esta composición.

La representante de la izquierda es de profesión psicóloga, se ha desempeñado en el sector público y tiene una formación cultural relevante.

La doctora Garbo formó familia con un ciudadano sueco de quien heredó su apellido, director del floreciente cine de Europa escandinava, con quien vivió algunos años en Estocolmo, donde educaron a su hijo único. Regresó con su madre a Chile, siguiéndola también Alexander para estudiar Psicología.

La otra candidata es la hermosa diputada Camilla, del partido comunista, quien ha tenido una destacada participación en el ámbito de los movimientos estudiantiles, de donde proviene.

Se trata, entonces, de la más difícil campaña en que se enfrentan dos mujeres como candidatas, frente a la reelección del actual presidente, de derecha.

En una primera imagen, se pensaba que la izquierda, yendo dividida en dos, sería una derrota. Pero con el avance de la campaña, esta aprehensión se fue diluyendo.

En los relevantes debates aflorarán sus personalidades y determinarán el resultado.

La doctora Garbo es la mejor candidata, con visión de mundo y sensibilidad contemporánea, eleva el nivel de las contiendas; carismática, con prestancia europea y expresiones latinas, resulta en un armónico conjunto ―como si viéramos imágenes del exterior― que arrastra a los electores.

La diputada Camilla es un aporte predecible, quedando el dilema en manos del presidente Carlos Carmona, que proyecta su exitosa administración, requiriendo un nuevo periodo para consolidarla.

No había agresividad ni divergencias radicales. Era simplemente lo más difícil: dar forma y contenido. E interpretar ese espacio donde confluyen las esperanzas de lo necesario, de lo evidente, de lo natural, del sentido común y del centro de la mirada política.

VI. Los debates

La cuestión se resolvería, según los pronósticos, en el debate en televisión de los tres candidatos al cierre de la campaña, conducido por tres periodistas: dos mujeres y un hombre; en igual composición que los postulantes. Y conforme al sorteo, se repitió el orden de que ellas partían primero.

El programa abrió con un espacio de opiniones libres de los candidatos, para continuar luego con las preguntas que les fueron preparadas para cada uno, en orden del sorteo.

Y así comenzó.

Doctora Garbo: Comparto plenamente las reformas estructurales que están llevando al país en una proyección contemporánea, que recogen grandes experiencias educacionales y en el orden político, de países del primer mundo, como son aquellas a las que postuló este gobierno.

Las diferencias que tenemos están en los tiempos y en nuestra determinación inmediata de realizarlas sin subordinarlas al presupuesto y holgura financiera del Estado.

Podemos seguir trabajando con el presidente, en la medida en que las corrientes políticas que representamos contribuyan a materializar nuestros postulados en los tiempos más inmediatos, acordando, desde luego, en las fuentes de financiamiento con incremento de ingresos fiscales.

Diputada Camilla: Quiero agradecer los postulados y mensajes de los candidatos que me acompañan, la doctora Garbo y el presidente Carlos Carmona, los que reflejan en forma contundente que son más de lo mismo y que no tienen una propuesta que se haga cargo de las demandas sociales.

Las nuestras, en cambio, han logrado rescatar, en las últimas décadas, las afrentas que ellos han conducido y es el momento de que tomemos las riendas que movilicen al país.

Presidente Carlos Carmona: Qué bueno que provenga de sus propias palabras, sin que sea necesario interpretar a la diputada Camilla. Ella lo que quiere es agitar, intervenir el ritmo de la gobernanza, movilizar a la comunidad, intervenir en la vida de las personas bajo una supuesta capacidad superior. Sin una real comprensión, a veces, de las propias circunstancias, según las apreciaciones individuales.

Les recordaré una sabia reflexión de quien, sentado en un lugar público, tenía cubierta una herida en la pierna con una plaga de moscas. Un altanero paseante las agita para alejarlas, imputándole su falta de aseo, a lo que el modesto viejo le contesta, “Qué error cómo me ayuda. No se da cuenta de que estas moscas están satisfechas y ya no me hacen daño. Al echarlas, va a lograr que vengan otras nuevas a reabrir mis heridas”.

Voy a recoger la formidable propuesta de la doctora Garbo de gobernar en conjunto, en miras a postulados afines que tenemos en beneficio del país.

Propondremos de inmediato una consulta plebiscitaria simultánea con la elección presidencial, que consulte una reforma a la constitución creando el cargo permanente de vicepresidente de la República; y que resulten elegidos como presidente y vicepresidente, las dos primeras mayorías. Las que podrían, con aplicación inmediata, asumir en las mismas fechas de investidura que establece la actual constitución.

Ambos cargos, en el orden que el electorado lo determine, permitirán de una vez y con proyección de futuro, tener un gobierno con abrumadora mayoría y afinidad, dejando en las páginas de la historia las permanentes contiendas que nos mantienen en constante desarmonía.

El hombre que se dirige hacia las constelaciones planetarias debe tener, al menos, la fuerza que le permita conquistar por ahora las tierras a su cargo.

El que las dos primeras mayorías electorales asuman los cargos de presidente y vicepresidente de la República, formando un gobierno vigoroso, no importa un régimen parlamentario, por cuanto se mantendrá la separación de los poderes, con un Ejecutivo independiente del poder legislativo y con una vasta representación de los ciudadanos.

Podremos tomar en serio, con la casa guarecida, el viajar a Marte.

En forma inesperada, interviene dentro del público el conocido alcalde Valenzuela que representa a la facción más reaccionaria del espectro electoral, que quedó fuera en la primaria presidencial:

Alcalde Valenzuela: Pido la palabra, señoras, moderadores y señor rector que dirige el panel; para así complementar este debate con una mayor representación ciudadana, deseo compartido también por los candidatos.

Los tres aludidos asienten, concediendo la venia a su intervención.

Alcalde Valenzuela: Hemos prestado mucha atención a los postulados del presidente, que invoca a su favor el resultado de su administración.

Que no se atribuya ese mérito, pues proviene de la aplicación de nuestros postulados durante el régimen que salvó al país…

Ha llegado, entonces, la hora en que la ciudadanía nos reinstale en el desempeño de las políticas sociales.

Presidente Carlos: Acudo, en este diálogo, a relevantes citas de reflexiones de personajes históricos o de reseñas populares.

Esta trata de quien dejaba bienes y experiencias a sus dos hijos, premiando a aquel que defendiera lo suyo y se pusiera en la situación del otro, igualando sus oportunidades…

Entonces los somete a una prueba de habilidad.

La herencia consistía en dos caballos, uno para cada hijo, y en la administración de la hacienda familiar representada por un saco de oro dejado a los pies de la colina del predio que les pertenece. El que corresponderá a aquel hijo cuyo caballo, corriendo a toda velocidad, llegue último al rescate del tesoro.

Los hijos desecharon iniciar una carrera que cumplía con la exigencia de correr a todo galope y llegar segundo; por lo que optaron, entonces, en ponerse en la situación del otro y seguir en forma rigurosa la exigencia, que solo se lograba intercambiando el caballo. De tal forma, el caballo propio, conducido por otro titular, se desbocaría a objeto de que llegue en segundo lugar.

Cientos de veces, nuestras propias ideas no deben necesariamente quedar bajo nuestro control. Es posible, más aún, que su concreción en otras manos tenga mayor mérito y una percepción más eficiente que las del creador primigenio.

Es por lo mismo que, escuchando al alcalde, quien aspira a tomar las riendas del manejo de la contingencia, es que podemos evaluar en esta instancia cómo se han desplazado los roles de una eficiente concurrencia democrática.

Podrá ser una simple metáfora, un refrán quijotesco, una fantasía, o probablemente, una natural expresión ciudadana.