Hechizo digital

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Hechizo digital
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HECHIZO

DIGITAL

“¿Estamos los cristianos usando la tecnología para transformar al mundo o la tecnología está transformando a los cristianos de formas poco saludables? Especialmente desde la era de Franklin y Jefferson, cuando las invenciones y los procesos tecnológicos para organizar cosas se convirtieron en un estilo de vida, los cristianos han tenido la necesidad de prestar atención a estas preguntas. Las reflexiones de Tony Reinke acerca de los teléfonos inteligentes ofrecen consejos útiles sobre cómo el día de hoy las personas necesitan estar alerta al impacto de las nuevas tecnologías.”

George M. Marsden, Profesor de Historia Emérito Francis A. McAnaney. University of Notre Dame

Hechizo digital es un libro increíblemente convincente y profundamente inteligente. Los teléfonos inteligentes se han convertido en parte de nuestras vidas, pero Tony explora la devastación del alma y la mente humana debido a la devoción a la tecnología. Él nos llama no solamente a examinar nuestro uso de los teléfonos inteligentes sino también a examinar los motivos que nos impulsan. Este libro es necesario para nuestra generación, para recordarnos que nuestros hábitos de comunicación se meterán en el camino de nuestro anhelo más grande: la gloria de nuestro Salvador que satisface nuestras almas.” Jackie Hill Perry, poeta, artista hip-hop

“En contraste con la televisión que domina la sala moderna, los teléfonos inteligentes son típicamente mucho menos evidentes a la vista. Quizá por su discreción, sorprendentemente pocos han dedicado una buena reflexión al efecto que esta tecnología omnipresente está teniendo en nuestras vidas. En este libro, Tony Reinke desconecta estos dispositivos de la penumbra de nuestra conciencia crítica y los somete a la luz de la búsqueda de la sabiduría cristiana. El resultado es un análisis efectivo de las consecuencias que están teniendo sobre nuestras vidas, acompañado de consejos prácticos y prudentes para dominarlos. Este es un proceso bien pensado y oportuno acerca de un tema profundamente importante, un libro que debería ser recetado a cada cristiano que sea dueño de un teléfono inteligente por el bien de nuestra salud espiritual.”

Alastair Roberts, teólogo, bloguero

“El libro de Tony Reinke Hechizo digital es uno de los libros más importantes que un cristiano del siglo XXI podría leer. Altamente recomendable.” Bruce Riley Ashford, Rector y Profesor de Teología y Cultura, Southeastern Baptist Theological Seminary

“Para muchos, el teléfono es un objeto de ansiedad en aumento, cansancio y dependencia. El prudente Tony Reinke nos guía a encontrar de forma práctica la libertad del teléfono sin que tengamos que arrinconarnos en un monasterio en algún lugar de Montana. Si quieres saber cómo dirigir tu tecnología y tu vida con Cristo y Su reino, lee el libro.”

Russell Moore, Presidente de la Comisión de Ética y Libertad Religiosa de la Southern Baptist Convention

“Si te sientes intranquilo acerca de la relación constante con tu teléfono (e incluso si no, pero te preguntas si deberías), encontrarás que Tony Reinke es un guía confiable acerca de cómo debemos evaluar el impacto de nuestros teléfonos sobre nosotros y sobre nuestras relaciones personales. Un libro maravilloso que ataca un gran tema con un lenguaje claro y convincente.”

Trevin Wax, Jefe de Edición, The Gospel Project, autor de Counterfeit Gospels [Evangelios falsos] y Holy Subversion [Santa subversión]

“Dos cosas me impactan de este libro. Primero, Reinke escribe con mucha humildad, se incluye dentro de la narrativa para ayudarnos a verlo no solo como un maestro, sino también como un compañero en la lucha. Segundo, no es una carga de culpabilidad acerca de lo que no se debe hacer. Tony nos sigue impulsando a la gloria de Cristo e incluso nos ayuda a imaginar nuevas formas de glorificar a Dios a través de nuestras tecnologías digitales. Útil, esperanzador, humilde e inspirador, Hechizo digital es un libro para estos tiempos y sabiduría para las generaciones futuras.” Trillia Newbell, autora de Enjoy, Fear and Faith [Disfruta, temor y fe] y United [Unidos]

“La imagen lo es todo, y para una mujer que ha construido su identidad en la arena de cómo es aceptada en línea, la inevitable desilusión se sentirá como una colisión. Pero hay un mejor camino, una mejor forma de usar nuestros teléfonos para servir desinteresadamente, para glorificar a Dios en nuestras relaciones y reflejar a Cristo con nuestro comportamiento. Para esto, debemos evaluar nuestras pantallas brillantes y entrenar nuestro discernimiento para encontrar la diferencia entre los hábitos impulsados por los deseos de nuestra época y el camino de la fe encendido por la Escritura. Cada capítulo de este libro es como una notificación correcta en nuestras vidas. Detente, lee, procesa y aplica con precaución.”

Gloria Furman, autora de Missional Motherhood [Maternidad misionera]

“Como adolescente y usuaria de un teléfono inteligente, necesitaba este libro. Tony Reinke es convincente y reprensivo, sin embargo, continuamente muestra gracia para con nosotros. Mi generación necesita este libro, porque necesitamos usar la tecnología correctamente. Si no lo hacemos el costo será muy alto. Hechizo digital debería ser una lectura obligada para todos los usuarios de un teléfono inteligente, especialmente para nosotros los más jóvenes.” Jaquelle Crowe, autora de This Changes Everything [Esto lo cambia todo]

“Tomó más de una generación para que el extraño ‘carruaje sin caballo’, aún con toda su magia y horror, se convirtiera en el ‘auto’ común y sin originalidad. Pero el dispositivo que alguna vez llamamos ‘teléfono inteligente’ ha alcanzado el estatus de ‘teléfono’ – una necesidad diaria y habitual – con tanta rapidez que nos ha dejado con poco tiempo para reflexionar sobre el verdadero poder que tiene sobre nuestras vidas. Tony nos ofrece una visión cristiana diferente sobre las pequeñas maravillas en nuestros bolsillos, resaltando su utilidad, estética y poder, pero también aplicando sabiduría divina y precauciones bien estudiadas para ayudarnos a los lectores a usar nuestros teléfonos sin que seamos usados por ellos.”

John Dyer, autor de From the Garden to the City: The Redeeming and Corrupting Power of Technology [Del huerto a la ciudad: el poder redentor y corruptor de la tecnología]

“Experimenta teología práctica en su más fina expresión mientras Tony aplica un entendimiento extensivo de las Escrituras a un entendimiento extensivo de nuestra cultura, dando como resultado una guía bellamente escrita y balanceada sobre los peligros y las oportunidades en la palma de nuestras manos. Sí, nuestros teléfonos nos han cambiado para mal, pero este libro nos cambiará, y cambiará el uso que hacemos de nuestros teléfonos para bien.”

David Murray, pastor, autor, Profesor de Teología Práctica y del Antiguo Testamento del Puritan Reformed Theological Seminary.

“Entre más disponible e influyente se convierte cualquier cosa, los cristianos deberíamos pensar con más precaución acerca de ella. En este libro lleno de sabiduría, Tony Reinke nos ayuda a hacer justo eso con nuestros teléfonos inteligentes. Sin la necesidad de descender a la tecnofobia o a la paranoia, nos enseña las diferentes formas en las que los teléfonos están cambiando nuestras vidas, resaltando tanto los problemas como sus soluciones. Un libro serio y oportuno.”

Andrew Wilson, autor, conferencista, Pastor de enseñanza en la King’s Church London.

“Rara vez un libro es tan sorprendentemente práctico, como rico teológicamente. En una era donde diariamente somos arrastrados a un vórtice digital, Tony Reinke nos advierte sobre las implicaciones y nos desafía a examinar si nuestros teléfonos han desplazado nuestra prioridad espiritual en Cristo. Con una honestidad inmutable, Reinke nos comparte sus propias luchas con la tecnología, y al hacerlo, nos mueve a una postura de reflexión, oración e incluso de arrepentimiento. Constantemente comprometedor y con aplicaciones inmediatas, Hechizo digital es un libro obligado en nuestros tiempos. Kim Cash Tate, autor de Cling: Choosing a Lifestyle of Intimacy with God [Aferrado: Escogiendo un estilo de vida de intimidad con Dios]

Publicado por:

Publicaciones Faro de Gracia P.O. Box 1043 Graham, NC 27253 www.farodegracia.org

ISBN 978-1-629461-71-7

Agradecemos el permiso y la ayuda brindada por Crossway para traducir e imprimir este libro, 12 ways your phone is changing you, al español.

12 Ways Your Phone Is Changing You Copyright © 2017 by Tony Reinke Published by Crossway

a publishing ministry of Good News Publishers Wheaton, Illinois 60187, U.S.A.

This edition published by arrangement with Crossway.

All rights reserved.

© 2019 Publicaciones Faro de Gracia.

Traducción al español realizada por Giancarlo Montemayor; edición realizada por Paula Bautista Rodriguez; diseño de la portada y las páginas por Francisco Hernández. Todos los Derechos Reservados.

Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada en un sistema de recuperación de datos o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio—electrónico, mecánico, fotocopiado, grabación o cualquier otro— excepto por breves citas en revistas impresas, sin permiso previo del editor.

©Las citas bíblicas son tomadas de la Versión Reina-Valera ©1960, Sociedades Bíblicas en América Latina. © renovada 1988, Sociedades Bíblicas Unidas, a menos que sea notado como otra versión.

Utilizado con permiso.

Prólogo por John Piper

HECHIZO

DIGITAL

 

Tony Reinke

12 maneras en las que tu dispositivo te está cambiando


Para Karalee

“Todas las cosas me son lícitas,”

mas no todas convienen.

“Todas las cosas me son lícitas,”

mas yo no me dejaré dominar de ninguna…

“Todo me es lícito,”

mas no todo edifica.

-Apóstol Pablo

Contenido

Prólogo

Prefacio

Introducción: Un poco de teología acerca de la tecnología

1 Somos adictos a la distracción

2 Ignoramos nuestra carne y sangre

3 Anhelamos aprobación inmediata

4 Perdemos nuestra alfabetización

5 Nos alimentamos de lo procesado

6 Nos convertimos en lo que le damos “me gusta”

7 Nos volvemos solitarios

8 Nos sentimos cómodos con nuestros vicios secretos

9 Perdemos nuestro propósito

10 Tenemos miedo a quedar fuera

11 Nos volvemos áspertos con los demás

12 Perdemos nuestro lugar en el tiempo

Conclusión: Viviendo inteligentemente con los teléfonos inteligentes

Epílogo

Agradecimientos

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Prólogo

Por John Piper

Los teléfonos inteligentes son peligrosos, como el matrimonio, la música y la cocina gourmet – o como cualquier otra cosa que pueda convertirse en un ídolo. También son muy útiles, como las armas y las navajas de rasurar y el cannabis medicinal – o como muchas otras cosas que te pueden arruinar la vida. Personalmente me gusta mucho el matrimonio, y uso una navaja de rasurar todos los días. Así que estoy de acuerdo con Tony Reinke en su ferviente entusiasmo por el mundo de la tecnología moderna que está transformándose constantemente.

Pero yo nunca hubiera podido escribir este libro. No tengo la paciencia, y no leo lo suficientemente rápido ni tan ampliamente. Tony ha hecho más investigación para este libro que para cualquier otra cosa que haya escrito. Y esos otros libros no fueron fáciles de escribir. Su compromiso de mantenerse informado y ser justo demandó una atención considerable a las sutilezas y una responsabilidad persistente a la bibliografía cada vez más nítida. Añade a esto el regalo de una teología perspicaz y este libro se convierte en algo que muy pocas personas hubieran podido escribir. Ciertamente yo no hubiera podido.

Pero sí tengo una pequeña ventaja al reflexionar sobre los teléfonos inteligentes. Tengo setenta años. Esta es una ventaja por dos razones. Una es que he sido adulto durante toda la revolución informática – desde el principio. La otra es que puedo percibir la venida de la eternidad en el horizonte.

Tuve mi primer trabajo real como maestro en 1974. Tenía veintiocho años. La primera computadora personal fue presentada en 1975. Era todo un kit. A mí no me gustan los Kits. Me gusta esperar. En 1980, me convertí en pastor y dejé la academia. Virtualmente ninguna iglesia usaba computadoras en 1980. Más bien eran juguetes caros y calculadoras lujosas.

Pero las cosas empezaron a ponerse serias muy pronto. IBM produjo su primera computadora personal en 1981 y la revista Time llamó al año 1982 como “El Año de la Computadora”. El precio era una limitante. Pero me interesaba por una razón principal: escribir. El precio mejoró en 1984 y el 16 de junio se puede leer en mi diario: “Ayer compré una computadora. IBM PC, 256k de memoria RAM, disco doble por 1 995,00 USD”. El monitor fue un extra. El disco del sistema operativo (DOS 2.1) costó 60,00 USD.

Veintitrés años después el iPhone fue creado. La computadora y el teléfono ahora son uno. En poco tiempo más cambios. Llamar. Enviar mensajes. Mantenerme al día con las noticias. Jugar Scrabble con mi esposa. Y leer mi Biblia, guardar versículos, memorizar sobre la marcha. A pesar de todos los abusos y toda la devastación que trae la distracción, las horas desperdiciadas, la autopromoción narcisista, y la degradación pornográfica, veo a las computadoras y a los teléfonos inteligentes como regalos de Dios – como el papiro y el códex y el papel y la imprenta y las impresoras de distribución masiva.

Si vives el tiempo suficiente, oras prudentemente y mantienes tu concentración en la imperecedera Palabra de Dios, te ahorrarás ser esclavo de lo novedoso. Con el tiempo, podrás observar como sucede algo maravilloso. Puedes ver como la fascinación presuntuosa da lugar al uso modesto. Puedes ver como un juguete se convierte en una herramienta; una manía convertirse en un compañero de trabajo; un soberano en un sirviente. Citando las palabras de Tony – y su propósito – puedes ver el triunfo de una eficiencia útil por encima de un hábito sin sentido.

Ojalá pudiera darle a cada adulto joven una probadita de la eternidad que crece en intensidad a medida que entro a mi octava década. Una conciencia feliz acerca de la realidad de la muerte y la vida después de la muerte es un libertador maravilloso de los caprichos y de lo vacío que es teclear en una pantalla. Digo “una conciencia feliz” porque, si todo lo que tienes es miedo, tu teléfono inteligente seguramente es una de las formas con las que te escapas de pensar en la muerte.

Pero si te regocijas en la esperanza de la gloria de Dios porque tus pecados han sido perdonados a través de Jesús, entonces tu teléfono inteligente se convierte en una especie de mula de carga amigable en tu camino al cielo. A las mulas no se les usa por su estética. Simplemente hacen el trabajo.

El trabajo no es para impresionar a nadie. El trabajo es para resaltar a Cristo y para amar a las personas. Es por ello que fuimos creados. Así que no desperdicies tu vida adornando a tu mula. Cárgala con el peso de mil obras de amor. Haz que pise las alturas de las montañas de la adoración.

Si eso suena extraño para ti, pero quizá atractivo, Tony te será muy útil y te hará bien en las siguientes páginas. ¿Dónde más encontrarás a un iPhone ligado a la Nueva Jerusalén? ¿Dónde más alguien será lo suficientemente sabio para decir que “nuestra necesidad más grande en la era digital es contemplar la gloria del Cristo invisible en el brillo tenue de nuestras Biblias pixeladas”? ¿Dónde más encontraremos la alabanza adecuada en nuestras aplicaciones de la Biblia junto con la confesión honesta de que “ninguna aplicación puede darle vida a mi comunión con Dios”? ¿Quién más está escribiendo acerca de los teléfonos inteligentes con la convicción de que “la imaginación cristiana se está muriendo de hambre por alimento teológico sólido”? ¿Y quién más va a enfrentar el supuesto anonimato de nuestros pecados ocultos con la verdad de que: “No existe tal cosa como el anonimato. Es tan solo una cuestión de tiempo”?

Sí. Y el tiempo es corto. No lo desperdicies haciendo desfilar a tu mula. Ponla a trabajar. Su Hacedor estará satisfecho.

Prefacio

¡Este maldito teléfono inteligente! Destructor de la productividad. Diez veces plaga de pitidos y zumbidos. Dispositivo sin alma con un hambre insaciable de poder. Hechicero de trucos digitales. Brazalete de vigilancia. Despilfarro de dinero. Atadura inescapable de trabajo. ¡Dictador, distractor, enemigo!

Sin embargo, también es mi incansable asistente personal, mi irremplazable compañero de viajes y mi conexión, veloz como un rayo, con amigos y familiares. Pantalla virtual. Dispositivo de juegos. Lastre de la vida diaria. Mi amigo inteligente, mi camarada al alcance, y mi colaborador siempre dispuesto. ¡Este bendito teléfono inteligente!

Mi teléfono es una ventana a lo inútil y a lo provechoso, lo artificial y lo auténtico. Algunos días siento que mi teléfono es un vampiro digital, succionando mi vida y mi tiempo. Otros días siento que es un centauro cibernético – parte humano, parte digital – mientras mi teléfono y yo nos fusionamos a la perfección en una colección compleja de ritmos y rutinas.

IPHONE 1.0

El mago de la tecnología Steve Jobs presentó el iPhone en la Expo Macworld el 9 de enero del 2007 como una pantalla “gigante” de 3.5 pulgadas de alta resolución sin necesidad de un teclado o de una pluma digital. A diferencia de los teléfonos inteligentes torpes de la época, Steve Jobs anunció: “Vamos a usar el mejor artefacto del mundo. Vamos a usar un artefacto con el que todos hemos nacido – diez de ellos. Vamos a usar nuestros dedos”. Desde ese momento la magia de la tecnología multitáctil presentó movimientos precisos con las yemas de los dedos sobre un dispositivo de bolsillo, acercando a los humanos más que nunca a una interacción más íntima con las tecnologías informáticas. Cuando Jobs anunció después, como un comentario aparte, “Ahora puedes tocar tu música”, la magnitud de la declaración fue demasiado mística para ser comprendida en el momento.1

Apple lanzó oficialmente el primer iPhone el 29 de junio del 2007, y yo compré uno ese otoño. Me maravilló la tecnología comprimida dentro de este brillante teléfono: un sistema operativo computacional legítimo, un nuevo iPod completamente rediseñado para mi música, un nuevo mecanismo para escribirle a mis amigos rápidamente, una calidad de video súper aguda combinado con un nuevo buscador móvil para conservar la vista completa de internet, un acelerómetro para detectar como toco y giro y volteo mi teléfono – todo en una pantalla con controles táctiles intuitivos guiados por los toques, movimientos y apretones de mis dedos.

En un viaje en carretera, unos días después del sagrado ritual de abrir la caja, me paré afuera de un lugar de descanso nevado en Iowa, desbloqué mi nuevo iPhone y respondí a mi primer correo electrónico rural. Sin cables. Sin esfuerzo. Fui enganchado, y también lo estaban millones de personas. En diez años, cerca de un billón de teléfonos iPhone han sido vendidos.

El teléfono móvil de Apple fue seguido por el de Android, y los teléfonos inteligentes se extendieron alrededor del mundo y en cada rincón de nuestras vidas. Ahora revisamos nuestro teléfono inteligente cada 4.3 minutos mientras caminamos.2Desde que obtuve mi primer iPhone, un teléfono inteligente ha estado a mi alcance 24/7: para despertarme en las mañanas, para mezclar mi biblioteca musical, para entretenerme con videos, películas y televisión en vivo, para capturar mi vida a través de fotos y videos digitales, para permitirme jugar el video juego más reciente, para guiarme a través de calles desconocidas, para ampliar mis redes sociales y para asegurarme cada noche que me despertará al día siguiente (siempre y cuando lo alimente con electricidad). Uso mi teléfono para mantener mi cambiante agenda familiar con sincronizaciones en tiempo real. He usado mi teléfono para investigar, editar e incluso escribir secciones de este libro. Uso mi teléfono prácticamente para todo (excepto para hacer llamadas, al parecer). Y mi teléfono va conmigo a dondequiera que yo vaya: a mi habitación, a la oficina, a mis vacaciones, y sí, al baño.

El teléfono inteligente agrupó bastantes tecnologías recientes3 para crear la herramienta de conexión social de mano más poderosa jamás inventada. Con nuestros teléfonos, nuestra vida entera es inmediatamente capturada y compartida. Así que no me sorprendió que los editores de la revista Time nombraran al iPhone el aparato más influyente de todos los tiempos, indicando que “fundamentalmente cambió nuestra relación con la computación y la informática – un cambio que probablemente tendrá repercusiones en las próximas décadas”4.

 

Oh, sí, las repercusiones. ¿Cuál es el precio de toda esta magia digital? Desde entonces he descubierto que mi omnipresente iPhone está corroyendo mi vida con distracciones – algo que los ejecutivos de Apple admitieron involuntariamente en la víspera del lanzamiento del Reloj Apple, promocionado como un ajuste tecnológico más novedoso y menos invasivo comparado con todo el ruido tecnológico provocado en nuestras vidas por el iPhone5.

Al momento que desempacaba mi primer iPhone ignoraba que Jobs estaba activamente protegiendo a sus hijos de sus máquinas digitales6.

¿Debería estarme protegiendo también?

LA GRAN PREGUNTA

Los creadores y comerciantes de los teléfonos inteligentes ejercen un gran poder sobre nosotros, y yo quiero saber que efecto tiene esta tecnología en mi vida espiritual. Como en toda área de la vida cristiana quiero aprender de la historia de la iglesia y de los ancianos en la iglesia. Mi primera entrevista de muchas en el camino de producir este libro fue una llamada al teólogo de setenta y cinco años David Wells (1939-). Su libro más reciente sobre la santidad de Dios estaba sorprendentemente lleno de mensajes acerca de la tecnología (un subtema relevante en cada conversación de hoy en día)7.

“Es solo desde mediados de la década de 1990 que la red ha sido ampliamente usada en nuestra sociedad, así que estamos hablando aquí de dos décadas”, me dijo Wells. “Y entonces nosotros – todos nosotros – estamos tratando de resolver qué es útil para nosotros y qué es perjudicial para nosotros. No podemos escapar de ello, y probablemente ninguno de nosotros quiere escapar de ello. No podemos convertirnos en monjes digitales”. Para mi sorpresa, Wells parecía personalmente familiar con las tentaciones: “No hay duda de que ahora la vida es mucho más distraída, porque recibimos sonidos y pitidos y mensajes de texto. Estamos, de hecho, viviendo con un universo virtual, paralelo, un universo que puede absorber todo el tiempo que tenemos. ¿Qué pasa con nosotros cuando estamos en constante movimiento – cuando somos casi adictos a un constante estimulo visual? ¿Qué es lo que esto está haciendo con nosotros? Esa es la gran pregunta”8.

Wells está en lo correcto – nuestros teléfonos son inestables, siempre están cambiando y siempre están moldeando nuevos comportamientos en nosotros. Hace muchos años, Jacques Ellul (1912–1994) proféticamente nos advirtió acerca de este peligro en la era digital escribiendo que “la impredecibilidad es una de las características generales del progreso tecnológico”9. La impredecibilidad de la era tecnológica lleva consigo un cierto nivel de inseguridad constante que nos empuja aún más lejos de la respuesta a la pregunta de Wells. No sabemos qué es lo que nuestros teléfonos inteligentes nos están haciendo, pero estamos siendo transformados, eso es evidente.

Posteriormente le envié un correo electrónico al consumado especialista en ética, escocés, cristiano, de setenta y un años Oliver O’Donovan (1945 -), para preguntarle si los cristianos deberíamos sentirnos incómodos acerca del aumento en las tecnologías de comunicación digital. “Las comunicaciones electrónicas son una pregunta para las nuevas generaciones más que para la mía”, admitió. “Son ellos los que realmente deben aprender a comprender los poderes y amenazas que representan, por una parte, a través de prueba y error, pero también, y principalmente, a través de recordar qué es aquello que tenía gran importancia antes de que la revolución en la comunicación comenzara”.

“Nadie ha tenido que aprender esto antes”, dijo acerca de las preguntas a las que ahora nos enfrentamos. ”Nadie puede enseñarle a la siguiente generación como aprender esto. Es un reto masivo a la inteligencia y a la conciencia, exclusivo para ellos. El peligro que enfrentan, por supuesto, es que las herramientas determinan la agenda. Una herramienta de comunicación es una herramienta para comunicar algo”. Luego hizo eco a la pregunta de Wells: “Los medios de comunicación no están tendidos por ahí pasivamente, esperando a que nosotros lleguemos y los encontremos útiles para algún proyecto que tenemos en mente. Ellos nos dicen qué debemos hacer y, más significativamente, qué queremos hacer. Existe una corriente en el canal, y si no sabemos nadar, seremos llevados por ella. Veo a alguien haciendo algo y yo también quiero hacerlo. Entonces me olvido de aquello que pensé que quería hacer”.

O’Donovan concluyó la entrevista con una advertencia notable: “Esta generación tiene asignada la singular tarea de discernir para qué son realmente buenos los nuevos medios de comunicación, y eso implica también, para qué no son buenos. Si lo hacen de forma superficial, las generaciones después de ellos pagarán el precio”10.

MIS PREOCUPACIONES

Quería escribir este libro en conversación con los ancianos de la iglesia, pero mis preguntas a Wells y O’Donovan me regresaron la pregunta como un boomerang: ¿Cómo es que nosotros, los que estamos más familiarizados con nuestros teléfonos inteligentes, podemos hacer lo mejor posible para esclarecer las consecuencias?

También me encuentro a mí mismo en una posición difícil – haciendo preguntas críticas acerca de cómo mi teléfono me está cambiando mientras trabajo de tiempo completo en línea y trato de elevar mis habilidades y mis experiencias para captar la atención de una audiencia virtual. A medida que el mundo en línea crece globalmente y de forma móvil, también se están abriendo nuevas oportunidades para el evangelio.

Hablando de forma general, el poder de la era digital para almacenar inteligencia humana e información objetiva no tiene precedentes (Wikipedia es tan solo un ejemplo de lo que está por venir). Cada cristiano tiene ahora oportunidades inigualables para ministrar en línea. El día de hoy, nuestros predicadores más prominentes pueden alcanzar a cientos de miles de personas a través de las redes sociales. Incluso el cristiano promedio puede hablar inmediatamente con una audiencia de doscientos a trescientos amigos en Facebook, un alcance que no tiene paralelo en la historia de la humanidad.

Así que siento el apretón de este Catch-22. Quiero volverme hábil en ganar la atención en línea (para Cristo), pero también quiero hacer preguntas críticas acerca de mi propio teléfono y de mis impulsos, mis hábitos y de mis presuposiciones.

MI INTENCIÓN

Este libro acerca de los teléfonos puede hacerse más grueso que una guía telefónica, así que para mantenerlo simple, debo de tratar solo lo esencial y navegar con precaución y brevedad. Mientras que algunos escritores dicen que nuestros teléfonos nos están haciendo cognitivamente más inteligentes y relacionalmente más conscientes11, otros advierten que nuestros teléfonos nos están haciendo superficiales, tontos y menos competentes en el mundo real12. En ocasiones, ambos argumentos suenan verdaderos, pero “en gran medida las redes sociales son lo que hacemos con ellas – rutas de escape o herramientas de transformación dependiendo de lo que esperamos de ellas y cómo las usamos”13. La pregunta de este libro es sencilla: ¿En la juventud de mi vida, cuál es el mejor uso para mi teléfono inteligente?

Para alcanzar este objetivo mi propósito es evitar ambos extremos: el optimismo utópico del amor a la tecnología y la distopia pesimista del miedo a la tecnología. O’Donovan está en lo correcto cuando dice que nuestra tentación es ver a alguien hacer algo y después simplemente copiar el comportamiento y perder de vista nuestro llamado personal y nuestras metas personales. En otras palabras, debemos preguntarnos: ¿Cuáles tecnologías ayudan a mis propósitos? ¿Y cuáles son mis propósitos en primer lugar? Sin una respuesta clara no podemos realizar ningún progreso de pensar en los pros y los contras del teléfono inteligente como cristianos.

Sin embargo, si tú tienes un teléfono inteligente, probablemente has abusado de él. Tal abuso es el producto de un sinnúmero de promocionales en revistas, libros de lamentos y poderosos videos que revelan cuán negativamente influye en nuestras vidas el uso excesivo de los teléfonos inteligentes. Un momento de culpa puede ser un fuerte motivador, pero no durará. Mientras el tiempo pasa y la culpa retrocede, regresamos a nuestros viejos hábitos. Esto sucede porque nuestras convicciones fundamentales son demasiado endebles para sustentar nuevos patrones de comportamiento, entonces lo que en ese momento parece “correcto” (apagar nuestros teléfonos) no es más que el producto de un momento de vergüenza. Lo que necesitamos es una nueva disciplina arraigada en un nuevo conjunto de prioridades para la vida, y empoderada por nuestra nueva vida de libertad en Jesucristo. Así que no puedo decirte que guardes tu teléfono, que lo regales, o que lo vuelvas a tomar después de una temporada de agotamiento. Mi propósito es explorar por qué te gustaría considerar estas acciones en primer lugar.