Excursión al hombre violento

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Excursión al hombre violento
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Marquez, Timoteo

Excursión al hombre violento / Timoteo Marquez. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2020.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: online

ISBN 978-987-87-0659-7

1. Ensayo Sociológico. I. Título.

CDD 301

Editorial Autores de Argentina

www.autoresdeargentina.com

Mail: info@autoresdeargentina.com

Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723

Impreso en Argentina – Printed in Argentina

A mi madre,

que desde su gran corazón me marcó el rumbo

de la bondad y la generosidad para transitar

por el camino de la vida.

A mi esposa,

una gran compañera que siempre está a mi lado

y me acompaña para seguir el sendero del bien.

A mis hijos,

que con el inmenso cariño y ayuda que me brindan,

son el soporte emotivo para el logro de todos mis objetivos.

A mis dos nietas, Emma y Guadalupe,

que son la alegría y el futuro en la historia familiar.

INTRODUCCIÓN

La violencia es una manera de actuar de muchas personas, quienes se apartaron del camino de la tolerancia, el respeto, la justicia, la honestidad, la verdad, además de muchos otros valores, o sea, salieron de la senda que siguen la gran mayoría de los seres humanos. Ingresar al mundo de los hombres violentos es una tarea harto complicada; considerando que hay dos tipos de violencia: los que desarrollan el maltrato de manera visible, como es el atropello de tipo físico, ya sea psicológico, ya sea oral, económico o de muchas otras formas. Otra es la violencia que se ejecuta a través de un maltrato invisible; esta es más difícil de detectar, aunque es la causante de los mayores daños en la sociedad, dado que las herramientas que se utilizan, en infinidad de casos, están bajo protección de leyes, o sea, muchas de este modelo de violencia son legales. Otras formas de este tipo son las que se aplican a través del poder, por ejemplo, quien es poseedor de bienes materiales y económicos condiciona a otros según su conveniencia y criterio.

En este trabajo, la referencia será particularmente la que desarrollan los hombres, quienes se apartaron y buscaron una forma diferente de resolver sus conflictos. De esa manera han logrado transformarse en hombres violentos; son ellos los que recorren el mundo esparciendo sufrimientos a mujeres, hombres, ancianos y niños, no permitiendo cubrir las necesidades esenciales que cada ser humano requiere para llevar una vida digna; las consecuencias van produciendo daños que se traducen en dolor, dolor en el alma, dolor en el corazón, dolor en el estómago, dolor en el hecho de existir de la gente; producen grandes despojos; generan abismales riquezas; son generadores de gran cantidad de enfermedades; generadores de una multitud de gente discapacitada; una gran variedad de adictos a diferentes tipos de adicciones; malas costumbres e incontables y distintos tipos de muertes. Humillaciones, atropellos, tanto a personas grandes como a chicos, que la gente padece son el resultado de las arbitrariedades, malos tratos, malas decisiones que ejercen muchos hombres, ya sean esposos, parejas, políticos, profesionales, deportistas, jueces, trabajadores, en detrimento de su propia familia y que también se extiende fuera de ella. La violencia de quienes tienen la responsabilidad de producir las condiciones para que la gente pueda tener posibilidades de desarrollo y crecimiento; la producción de desigualdad tan amplia entre unos y otros que a la vista algunos viven y disfrutan de una gran riqueza y bienestar, mientras otros solo pueden acceder a una alimentación de subsistencia y a ninguna comodidad e incluso muchos solo pueden aceptar una vida de total carencia. Ante la violencia las víctimas quedan paralizadas; el asombro que el ataque causa, las condiciones en que son oprimidas, las dejan sin capacidad de reacción, no pueden entender que esa persona que los tiene que proteger, que tiene que ayudarlas a conseguir una mejor forma de vida, se convierte en un ser irracional, irreconocible. El terror, el temor, la angustia, la confusión se apodera de todo el grupo que es receptor de los malos tratos; no es posible comprender las decisiones que aplican tanto a sus propios seres queridos como a los de su propia comunidad.

La gran mayoría de estas situaciones de violencia ocurren dentro de ámbitos privados, dentro de empresas, comercios, oficinas públicas, en los hogares, etcétera, donde el atacante goza de una gran impunidad. Cuando una mujer va a realizar la denuncia a la comisaría, es muy difícil que se la tomen, no les resulta sencillo denunciar por las preguntas que les hacen, agregado a las pruebas que tiene que demostrar. Una vez escuché a una madre decir: “Para que la policía tome la denuncia, hay que llegar con el cuchillo colgando”. En mi infancia, alrededor de los cinco o seis años, veo a un hombre que en la orilla del río (cerca de San Juancito), en la provincia de Jujuy, afilaba un puñal en unas piedras, me acerqué y le pregunté qué hacía y me respondió que estaba afilando su puñal; y para qué fue la siguiente pregunta, la respuesta fue paralizante: “¡Esta noche voy a matar a una persona!”. Quedé duro, no podía reaccionar, me fui caminando despacio por el campo casi temblando y sin mirar hacia atrás. Al otro día, con mucho temor pasé nuevamente por el lugar y había algunas personas reunidas, me acerqué con mucha cautela y vi que ese mismo hombre estaba muerto. Había fallecido apuñalado durante la noche. El recuerdo de esta espantosa situación quedó grabado en mi memoria y creo que nunca se va a borrar.

La violencia ocupa todos los espacios y tiempo por donde el hombre transite y en su largo caminar adquiere infinitas formas de mostrarse, desde lo psicológico, lo económico, lo físico, y muchas otras formas, que se producen en todos los niveles sociales. Cuando la violencia se desarrolla en la clase más alta de la sociedad, lo que comúnmente se denominan “sectores pudientes y de una formación intelectual más amplia”, las consecuencias y con ello los sufrimientos, y la cantidad de víctimas son aún mayores. Pero a la vez son las que menos se tienen en cuenta como actos violentos porque el poder los hace invisibles; quien acumuló una gran fortuna siempre tiene más posibilidades de ganar o de salir ileso, porque sus decisiones se tratan como falta de inversiones, falta de acuerdos en el parlamento, falta de leyes, políticas no acordes con las ideologías, necesidad de reducir personal, etcétera.

Este trabajo es un intento de explicar cómo se genera la violencia desde el entramado familiar en las distintas clases de la escala social y a partir de ahí cómo el sufrimiento se hace carne en la gente, que una vez naturalizado, inicia una nueva etapa de crecimiento exponencial de nuevos hombres violentos; donde no hay un límite para la crueldad y las formas precarias para vivir; todo se transforma en un caos social. Cada día se multiplican más el despojo y la escasez de recursos para algunos. Quien más sufre el atropello de los violentos es la gente que menos posibilidades tiene de conseguir formas dignas para vivir: los niños, las mujeres y los ancianos.

Lo que aquí expresé coincide con innumerables trabajos de muchos profesionales que investigaron, y además generaron un importante caudal de teorías y conocimientos; solo intentaré utilizar algunos de esos aprendizajes para contar las experiencias a través de mi largo recorrido por la vida; observando desde mi propia infancia el accionar de los hombres violentos; el hecho de haber padecido las palizas de un padrastro muy violento, haber sufrido los castigos de un hermano mayor, haber visto en muchas oportunidades los golpes hacia mi propia madre, también haber andado y trabajado durante muchos años entre personas violentas; vivir la actual realidad de una violencia inexplicable, que no tiene límites; el desenvolvimiento de muchos hombres violentos en la calle; las consecuencias de estas violencias en las familias; tanto de las víctimas como de los victimarios; haber visto el actuar de los violentos en la escala social más alta; en los lugares de trabajo; en centros de salud; en oficinas públicas; en campos deportivos. Es decir, quien aplica sus métodos violentos lo hace en todos los lugares por donde el hombre se desplace, es muy difícil encontrar un espacio en donde no haya producido algún daño o no se encuentre a un hombre violento.

Para intentar minimizar estas situaciones de violencia, creo necesario convertir el corazón del hombre, para ello es fundamental una nueva reeducación que los vuelva a transformar en ellos mismos y que abandonen el camino de alienación que les fue inscripto en su crecimiento desde el mismo momento de su gestación y, por ende, de su nacimiento.

También considero necesario realizar una propuesta para aliviar la tremenda carga que una gran parte de la sociedad padece, como resultado de las decisiones tomadas a través de muchos años de impunidad, por hombres pertenecientes a las más altas esferas de la escala social. Son muchos los padecimientos de las víctimas, son muchas las muertes, son muchos sus hijos que quedaron en el olvido, son muchas las familias sin historia. Hay una gran cantidad de hombres violentos que han amasado fortunas. Uno de ellos me comentó una vez: “Mi padre me dejó de herencia treinta propiedades, hoy tengo ciento cincuenta”. Lo expresaba con un gran orgullo y satisfacción.

LA VIOLENCIA

 

La violencia es tan antigua como la misma existencia del hombre. Se vino expandiendo y creciendo a través de los tiempos, adquiriendo diferentes formas, medios, e instrumentos para llevarla a cabo; desde peleas dentro de la misma tribu, para luego transformarse en guerras con otras tribus. Pasar por diferentes tipos de guerras, para llegar a hoy, en donde se puede utilizar la energía nuclear, poniendo en peligro no solamente a una pequeña parte de la sociedad, sino una contienda de consecuencias impredecibles para toda la humanidad.

De la unión de Adán y Eva al principio, de quienes nacieron Caín primero y Abel después, es que este flagelo se va desarrollando, abarcando todos los ámbitos del mundo, además de ir adquiriendo las más diferentes y múltiples características. Caín mató a Abel1. Caín era quien trabajaba la tierra y Abel era pastor. Un día Caín hizo una ofrenda a Dios de los frutos que la tierra le entregaba y también Abel hizo lo mismo, ofreció los primogénitos de su rebaño y de su grasa. El Señor miró con benevolencia a Abel y su ofrenda, pero no miró a Caín. Entonces Caín se irritó mucho e invitó a su hermano a ir al campo; cuando estaban allí le dio muerte.

Cuando, al fin, logré deshacerme de mis ilusiones con respecto a mis padres y ver claramente las consecuencias que sus malos tratos habían tenido en mi vida, abrí los ojos y me fijé en los hechos a los que antes no había dado importancia alguna 2 .

“Todavía hoy, a menudo se afirma que los niños no sufren ningún daño cuando se les pega, y son muchas las personas que creen que su propia vida es una muestra de dicha afirmación. Podrán creer esto mientras permanezca oculta la relación que existe entre las enfermedades que padecen en la vida adulta y los golpes recibidos en la infancia3.

“En mi infancia tuve que aprender a reprimir mis reacciones espontáneas a las afrentas —reacciones como la rabia, la ira, el dolor y el miedo— por temor a un castigo. Más tarde, en mi etapa escolar, me sentía incluso orgullosa de mi capacidad de autocontrol y de mi contención. Creía que esta capacidad era una virtud, y esperaba verla también en mi primer hijo. Solo cuando pude liberarme de esta actitud me fue posible entender el sufrimiento de un niño al que se le prohíbe reaccionar de manera adecuada a las heridas y experimentar su forma de relacionarse con sus emociones en un entorno favorable, para que más adelante, en su vida, en vez de temer sus sentimientos encuentre en ellos una orientación”4.

La violencia tiene dos vías principales, la primera es la violencia visible; esta se manifiesta en lo físico, cuando alguien es maltratado directamente a través de los golpes de puño, severos castigos y prohibiciones, insultos, amenazas y muchas otras formas que se pueden apreciar a simple vista. La segunda es la violencia invisible; aquí no es muy fácil de apreciar, puesto que muchas veces es hasta legal, por ejemplo: un juez que determina la absolución de un delincuente, un abogado que a través de la utilización de las leyes defiende a un delincuente hasta hacerlo parecer totalmente inocente; otro caso, cuando un empresario con el fin de lograr mayores réditos no paga a sus empleados los sueldos que merecen y especula con las ganancias y el esfuerzo del trabajador.

La violencia invisible se manifiesta de infinidad de formas, y son las más crueles, porque por lo general afectan a grandes poblaciones. Estas violencias invisibles calan muy profundo dentro del ser humano y, por sus consecuencias, resultan muy perjudiciales a la salud de las familias. Algunas pasan a engrosar o aumentar la población que vive en la miseria; otras desaparecen de la vida a una edad muy temprana; otras se ven en la obligación de migrar contra su propia voluntad a distintas regiones en búsqueda de un mejor porvenir, modificándose con ello toda la estructura o, en muchos casos, se produce hasta la desintegración familiar.

1 Genesis: Caín y sus descendientes. Sagrada Biblia.

2 Alice Miller. El cuerpo nunca miente, Tusquets, 2011, p. 37, 1.ª ed., 2.ª reimp. Buenos Aires, 2011.

3 Ibid., p. 42.

4 Ibid., p. 132.

LA FAMILIA

Una familia se origina a partir de la unión de dos personas, quienes sienten recíprocamente el deseo de atracción por la fuerza del amor; otras por malos tratos o expulsión del hogar y de muchas circunstancias que los hacen decidir por la convivencia unidos. En esa unión cada uno realiza aportes relacionados con lo vivido en sus familias de origen, que tienen que ver con lo cultural, los mitos, los usos y costumbres, con formas de comportamientos, con maneras de pensar y actuar, y se producen grandes entrecruzamientos, se mezclan distintas formas de vivir, de resolver problemas. Cada uno aporta lo que aprendió en el seno del anterior hogar, y esto tendrá como resultante una nueva familia con su propia idiosincrasia, con una nueva identidad y diferentes formas de encarar y continuar la nueva vida. Lo fundamental del aporte que cada uno pone en juego es la parte afectiva, lo emocional; cómo se desarrollaron las cuestiones afectivas de cada uno de los miembros en su grupo familiar anterior. En donde alguno o ambos pueden venir con cargas emocionales de gran generosidad afectiva y otros con heridas emocionales muy profundas, que probablemente sean el principio de arduos conflictos. Es decir, con heridas profundas que tendrán que saber sobrellevar, superar o resolver en esa unión.

Las heridas emocionales a veces no suelen aparecer durante la etapa del noviazgo, aquí cada uno vuelca en el otro lo mejor que tiene de sí mismo, o lo que racionalmente por conveniencia oculta. Aparece cuando la unión está consumada y en lo cotidiano comienzan a gestarse o aparecer pequeños inconvenientes. Si el diálogo es fluido y con buenas intenciones, todo será más fructífero, las cuestiones se irán procesando de la mejor forma y lograrán ir superando los inconvenientes, los cuales pasarán a ser parte de los recuerdos. La complementariedad juega un papel fundamental dentro del hogar y es imprescindible mantenerla. Complementarse significa en el entramado matrimonial que uno coloca para el bien de ambos todo lo que sus aprendizajes en la vida le enseñaron, mientras el otro miembro también realiza un aporte con total generosidad, que en definitiva va a servir para el crecimiento y enriquecimiento de ambos. Es decir, que los aportes que cada miembro realiza tienen que ver con lo que al otro le falta, por ejemplo: si a uno le gusta cocinar y al otro no, ahí habrá que tener estrategias acertadas para negociar la mejor solución. No confundir con suplementariedad, eso es otra cosa. Si se inicia una etapa de abandono de la complementación y se entra en la búsqueda de equilibrios, los inconvenientes comienzan a surgir irremediablemente; si cobran cierta intensidad, comenzarán a generarse muchos y grandes problemas. Porque la complementariedad permitirá cada día ir nutriendo positivamente la formación de un nuevo hogar.

Si la parte afectiva es sólida será el nexo más importante para superar los conflictos. Por esa causa es la célula básica en la construcción de la sociedad, es la unidad que será el fundamento de la evolución, el crecimiento y desarrollo social; en donde los resultados no serán como en las matemáticas, donde uno más uno es dos, sino que la suma de las capacidades y el aporte de cada uno de los miembros puede alcanzar una cantidad inconmensurable que estará por encima de todo. A los fines de los mayores logros, ambos cónyuges tienen que mantener una excelente relación y una dinámica que los deposite en el éxito como familia; tendrán que aprender a darle el sabor único a su propia comida, no precisamente el gusto de la comida de mi anterior hogar. Eso redundará, además del nacimiento y crecimiento de los hijos, en buenos ejemplos para poder alcanzar un desarrollo satisfactorio a todo el grupo.

La mejor preparación que conozco para la paternidad es la madurez, franqueza y conciencia en el adulto que emprende esta monumental tarea. Si el adulto se lanza a formar una familia sin tener madurez para ello, el proceso será infinitamente más complicado y azaroso, no necesariamente imposible, sino simplemente más difícil. Por fortuna, cualquier familia siempre está a tiempo para cambiar su vida, en cuanto los miembros que la componen lo estimen necesario y enfrenten la forma de hacerlo 5 .

La cuestión básica y elemental para que la evolución familiar sea fructífera se tiene que cumplir con las necesidades naturales del ser humano. Esto es la iniciativa para hacer siempre el bien a los demás, la participación solidaria de todos, puesto que es una condición instintiva de los seres humanos, el buen trato, el respeto, el deseo de que los otros en sus vidas cotidianas superen los conflictos con inteligencia y lleven un bienestar que sea digno. Adaptarse a esa nueva unión tiene como condición indispensable la capacidad de aportar, de dar lo mejor de cada uno, ser generosos con el proyecto de vida iniciado, ese es el camino más fácil, vivir dentro de los límites que la sociedad en su conjunto prioriza, como ser las normas y costumbres, sus leyes, tener un crecimiento espiritual acorde a la religión que cada matrimonio profese, manejarse en la vida por el buen sendero; salirse de él es ingresar en un camino de gran sinuosidad, donde cada día será más difícil hallar la mejor forma de resolver los inconvenientes que a diario se presentan.

La evolución de la familia es esencial. Continuamente tendrá que haber cambios y modificaciones para ir encauzando las circunstancias naturales de la diaria convivencia; el ir convirtiéndose es muy importante, dado que es fundamental para el progreso. Aprender a partir de los errores lleva a una nueva manera de vivir. Si no efectuamos estos cambios corremos el riesgo de quedar empantanados en la vida. Quedar empantanados significa atrasar, no seguir el desarrollo evolutivo de la sociedad; complica el deseo de ir hacia adelante en búsqueda de alguien que pueda brindar algún tipo de ayuda para mejorar. No tener en cuenta que los humanos nos solidarizamos entre todos para un mejor bienestar con formas sencillas y fáciles de realizar; no atesorar ni apreciar estas grandes cualidades naturales que la cotidianeidad humana ofrece, es mucho más difícil para vivir, dado que comenzarán a aparecer los inconvenientes y cada vez serán más complicadas las soluciones. No entenderlo así es quedar solos. Es imprescindible adoptar nuevos patrones de pensamiento, romper con los habituales6, que nos lleven a una mejor y más agradable forma de vivir.

Cuando se forma una pareja, la vida que comienza es totalmente diferente, dos grupos quedan con un integrante menos para dar origen a otro, que es una unidad esencial en la construcción de una familia, con nuevos objetivos, nuevos sueños, donde la carga emotiva es alta y, ante la llegada de un nuevo integrante como lo es un hijo, hay una carga emocional mucho mayor. Los sueños, las preocupaciones y las ansiedades crecen significativamente. Se forma un nuevo grupo familiar que tendrá la posibilidad de generar sus propios objetivos y deseos, desarrollar sus sueños, avanzar como una familia única que pasa a formar parte de la sociedad, con su propia identidad.

A medida que los sueños de la familia comiencen a desarrollarse, la realidad le presentará todo un abanico de obstáculos, que si están bien preparados para enfrentarlos no tendrán mayores inconvenientes. El nacimiento de un niño modificará todas las cosas. El grupo tendrá un nuevo miembro, que los obligará a replantear lo hasta aquí vivido, incluso se tendrá que modificar el proyecto inicial, puesto que la realidad es diferente a los objetivos y sueños proyectados. Cambia desde la economía hasta los espacios de tiempo de cada uno, lo mismo que el espacio físico dentro del hogar. Aquí es necesario que aparezcan, para beneficio de la crianza, la buena alimentación, la protección, el respeto; el cariño es el factor primordial en esta etapa de cuidado de los niños. Buscar la manera de proveer esto hará que el nuevo integrante, en todo el recorrido de su trayectoria por la vida, haga aportes positivos para la convivencia social.

Cuando un hijo llega hay que tener en cuenta que la madre tiene que tener todo lo necesario para el cuidado y protección del nuevo ser. El embarazo tiene necesariamente que transitar por un camino de tranquilidad, acompañamiento, atención sanitaria, educación, información respecto de la nueva vida que se está gestando. Aquí la responsabilidad del esposo adquiere una importancia relevante para atender y resolver todas las cuestiones inherentes a la protección de ambos. El Estado también tiene una parte que ofrecer, como lo es generar las condiciones de subsistencia de la familia a través del trabajo y cumplir con lo necesario para la protección integral del recién nacido, especialmente en los hogares de menores recursos económicos (derechos del niño). Otro aspecto es la alimentación, protección, afecto, cumplimiento del calendario de vacunación, apoyo en los procesos de socialización y libertad para el logro de una buena integración a la sociedad. Una libertad con acompañamiento o de guía de los mayores, cuando los niños están en la etapa de aprendizaje.

 

Formar a una persona no es una tarea sencilla, se comienza desde el mismo momento de la gestación, tener un buen trato para con la madre, acompañamiento, construcción de un ambiente óptimo para la generación de una nueva vida, por sobre todas las cosas tener el deseo y demostrar querer a ese embrión que se encuentra en proceso de evolución; las necesidades maternas cubiertas, poseer una vivienda digna, un trabajo para el sustento familiar; vivir en zonas de fácil acceso a la atención sanitaria; zonas habitables para los seres humanos; escuelas; sistemas de transporte urbanos y suburbanos que satisfagan todas las necesidades. Padres con capacidad para la guía, la enseñanza, la educación y un profundo deseo de hacer que sus hijos sigan por el buen sendero, en búsqueda del desarrollo personal. Cumplir con estas cuestiones hará que el niño al nacer tenga mejores posibilidades de llevar una mejor manera de vivir.

En la construcción del matrimonio, es necesario que ambos miembros conozcan qué son los celos. Estos son un arma muy destructiva dentro del entramado familiar; es imprescindible saber sobrellevar con buen criterio este tema para no caer en el maltrato, especialmente con la llegada de un hijo que comienza a ocupar un lugar importante dentro de la familia; en donde la madre pasa a ocuparse especialmente de la atención del niño. Llegado el caso de un segundo hijo los espacios se dividen aún más y hay que aplicar criterios adecuados, para así no dejarse llevar hacia una vida de maltrato. Hay que tener mucha tolerancia en la crianza de los nuevos miembros. Si un hombre sufre de celos y es descubierto por amigos y compañeros de trabajo, las complicaciones pueden llegar a ser catastróficas, dado que los de afuera se ocupan de realizar todo tipo de cargadas y burlas desestabilizando las condiciones emocionales del marido. No aplicar un conocimiento inteligente, sano en este caso, generará un conflicto de muy difícil solución familiar. Muchos matrimonios se han destruido, muchas mujeres han sido golpeadas y muchas mujeres han perdido la vida, también otras que ya son innumerables a diario pierden la salud como consecuencia de esposos celosos, que no supieron soportar o superar estos conflictos. Esta situación también la soportan los niños porque son quienes de manera involuntaria escuchan los reproches de su progenitor, miran las peleas sin entender lo que está sucediendo; otras tantas veces ven a su madre humillada y destrozada.

Las limitaciones a los maltratos pueden ser superadas a través de alguien del entorno familiar o de otra persona que se ubique del lado del niño y la víctima, le ofrezca su ayuda, acompañamiento afectivo, comprensión, protección o a través de profesionales especializados en el tema. De no ocurrir esto, el niño crecerá con un gran vacío interior que en el futuro, durante su adolescencia especialmente, buscará llenar con el cigarrillo, el alcohol, las drogas, etc., con dudas y una gran falta de seguridad de sí mismo que perdurará de por vida, eso lo llevará a cometer múltiples errores y maltrato hacia él mismo o hacia los de afuera. Es probable que caiga en la droga, malos hábitos y esto lo padecerá además de toda su familia, la sociedad, por las consecuencias que las adicciones traen. Su falta de desarrollo no le permitirá lograr un buen pasaje por la escuela primaria ni la secundaria, toda la trayectoria de su vida será seguramente de mucho esfuerzo y sacrificios. Las oportunidades pasarán de largo, no serán demasiadas y deberá transitar un camino muy cuesta arriba. En cualquier etapa de la vida esto se puede modificar si aparece alguien dispuesto a ser el soporte adecuado y necesario, especialmente el afectivo, la contención, donde tendrá que curar las heridas profundas que trae desde la infancia y ser un guía que le dé el ejemplo. De no ser así, sus heridas es probable que perduren abiertas de por vida.

“Somos seres emocionales que aprendimos a pensar, y no máquinas pensantes que sentimos”7.

Una familia es el eslabón fundamental en una sociedad que pretenda ser y existir. Un grupo familiar que compite con sus vecinos, además de cooperar y ayudarse mutuamente, trabajan para el desarrollo, el estudio, con el fin de lograr satisfacer todas sus necesidades. Generar con buenas ideas una evolución que potencie sus capacidades intelectuales, sus conocimientos, una adecuada formación, será un beneficio para el conjunto social. En un mundo tan complejo es necesario fortalecer los vínculos familiares para generar personas aptas para trabajar en las industrias, en la investigación, en la agricultura, en el deporte, en la ganadería, en la minería, en los servicios administrativos, en comercialización nacional e internacional, en salud, en planificación, en organizaciones y en todos los aspectos que el avance de la modernidad exige. Los nuevos tiempos requieren de personas idóneas, creativas, con una amplia capacidad para desarrollar nuevos avances en todas las áreas que la humanidad necesite para ir superando los obstáculos que van surgiendo. Sacrificio, esfuerzo, desarrollo de la inteligencia, criterio, visión para ver el panorama futuro, tener sueños, respetar a todos, saber que hay alguien por encima de nosotros y que en algún momento, al final de nuestra existencia, nos pedirá que rindamos cuentas. No es una tarea sencilla, pero si estamos bien entrenados, el camino es más fácil. Muchos pueblos lo han realizado y hoy disfrutan de sus grandes cosechas.

Considero conveniente en este momento citar una definición que me pareció la más completa de lo que es un matrimonio o familia, aquí las palabras del papa Pablo VI, que dice en su Carta Encíclica, Humanae vitae:

“El matrimonio no es, por tanto, efecto de la casualidad o producto de la evolución de las fuerzas naturales inconscientes; es una sabia institución del Creador para realizar en la humanidad su designio de amor. Los esposos, mediante su recíproca donación personal, propia y exclusiva de ellos, tienden a la comunión de sus seres en orden a un mutuo perfeccionamiento personal, para colaborar con Dios en la generación y en la educación de nuevas vidas.

”Es ante todo, un amor plenamente humano, es decir, sensible y espiritual al mismo tiempo. No es por tanto una simple efusión del instinto y del sentimiento, sino que es también y principalmente un acto de la voluntad libre, destinado a mantenerse y crecer mediante las alegrías y los dolores de la vida cotidiana, de forma que los esposos se conviertan en un solo corazón y en una sola alma y juntos alcancen su perfección humana.

”Es un amor total, esto es una forma singular de amistad personal, con la cual los esposos comparten generosamente todo, sin reservas indebidas o cálculos egoístas. Quien ama de verdad a su propio consorte, no lo ama solo por lo que de él recibe, sino por sí mismo, gozoso de poderlo enriquecer con el don de sí.