Pensamientos

Text
0
Kritiken
Leseprobe
Als gelesen kennzeichnen
Wie Sie das Buch nach dem Kauf lesen
Pensamientos
Schriftart:Kleiner AaGrößer Aa

SUSANA FLOMENBAUM

Pensamientos


Susana Flomenbaum

Pensamientos / Susana Flomenbaum. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2021.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-2086-9

1. Autoayuda. I. Título.

CDD 158.1

EDITORIAL AUTORES DE ARGENTINA

www.autoresdeargentina.com info@autoresdeargentina.com

Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723

Impreso en Argentina – Printed in Argentina

Dedicado con todo mi amor a mis hijos

Leandro Müller y Nicolás Dartsch.

Tabla de contenido

1  Cubierta

2  Créditos

3  Agradecimientos

4  Pensamientos Energía Respirando Meditando Reflexionar Qué es el ego Amor Visualizar Las señales La intuición Sanación El camino de la aceptación Que es la energia cuantica? Prueba y error El perdón Sentimientos El duelo El juzgar La salud Los milagros Estar acá El compartir El dolor Los deseos Lo natural ¿Cómo le pido al universo? Mis talentos La envidia El pasado Los proyectos

5  Pensamientos 2. da parte Biodecodificación cuántica Afinidades El gran yacente Qué relación quiero hoy Proyecto sentido ¡Ay, mi clan! Zona de confort Mitos y creencias Sobrepeso El placer Esterilidad o dificultad de tener hijos Las fiestas, benditas fiestas Dificultades en niñosSíntomas de los hijos Autismo Cómo se enferman nuestras mascotas La abundancia

6  Sinopsis

7  Índice

Agradecimientos

Agradezco con todo mi ser a la vida, que me dio tantas lecciones como aprendizajes, al universo que conspiró para que hoy pueda expresar todas mis reflexiones.

En particular a mis hijos que me enseñaron a aprender, y despertaron en mí el gran amor que soy.

A mi madre que me dio la vida, y que aún me alienta para escribir este texto.

A mis profesores y maestros, Elba Valente en grafología, Alicia Salituri en terapia familiar sistémica, a Ricardo Siracusa en reiki, a Claudia Luna en el coaching espiritual, a mi gran maestro de biodecodificación Ulises Lettos.

A mi amiga y gran admiradora Pamela Serra, acupunturista, a Paula Baccelli, instructora de yoga, por su gran ayuda.

Y a todas las personas, que fueron miles, que pasaron por mi vida a dejarme un mensaje, para que trascienda.

Pensamientos

Unos 60. 000 pensamientos recorren nuestra mente diariamente, somos conscientes solo de algunos de ellos, pero cada uno de aquellos en que reparamos producen en nuestro cuerpo una infinidad de reacciones, algunas son mecánicas y pueden llegar a activar nuestra supervivencia, en forma automática.

Estamos diseñados a la perfección, nuestro cuerpo es una máquina perfecta, donde órganos, células, fluidos, enzimas, etc., tienen una función que cumplen perfectamente, y cuando una no puede cumplirla, está preparada la suplente, pero es el cerebro el que manda, ordena, y nuestros pensamientos los que influyen en él.

Cuán importante es entonces lo que pensamos, que sean pensamientos reales, certeros, y no un conjunto de hechos que no son ciertos.

Y te preguntarás, ¿a quién va dirigido esto? A un loco, solo un loco tiene pensamientos irreales. Pues de ser así casi todos estamos locos.

Detente a analizar por una vez, en qué estás pensando en este instante, es posible que estés recordando algo feo que te sucedió antaño, o proyectando un mal futuro por cosas que te dan temor. O tu mente quedó atascada en algún hecho sucedido hace poco y eso te hace sentir nervioso e intranquilo. De ser así, tus pensamientos son irreales, no pertenecen al presente, el pasado ya fue, no existe, el futuro incierto tampoco existe.

También y ojalá así sea siempre, puedes estar recordando algo hermoso, o proyectando un mañana próspero y feliz, pero ¿todos los días de tu vida y siempre tus pensamientos irreales son positivos?

Cuando recordamos un hecho doloroso, angustiante, de fracaso, o de temor, se activan las defensas en nuestro organismo para defenderse y volvemos a sufrir totalmente estos hechos.

Lo mismo ocurre cuando tememos al futuro, y nos estresamos de solo pensarlo y activamos todas las herramientas de nuestro cuerpo para estar preparadas para un ataque inminente.

El cuerpo, nuestro cuerpo, no distingue si nuestros pensamientos son solo recuerdos, divagues, fantasías, el organismo actúa. Y nos deterioramos.

Y sepámoslo, que pasado ya fue lo que sucedió hace un instante, recién, solo el ahora es presente.

Al expresar sucedió, ya fue. Ya no es más.

Hazte de un espacio, para analizar, en qué piensas, tal vez estás viajando al trabajo, y ni te das cuenta de que si observas por la ventana del micro, tren, o vehículo en que estás, hay colores, árboles, flores, casas hermosas que recrean tu visión, o una lluvia copiosa que hace que te sientas bien al estar guarecido.

Estás perdido en tus pensamientos. Entonces analízalos, cuáles son reales (teniendo en cuenta lo escrito antes), cuáles no.

Son positivos, ¿son negativos?, ¿son útiles?

Comienza a analizar tus pensamientos, cada vez, y de esa manera también podrás controlarlos, y luego cambiarlos.

¿Para qué pensar en algo que ya pasó y sufrir por ello?, ¿para qué repetir ese sufrimiento?

Esto no quiere decir que no debemos analizar nuestros traumas, ni tampoco negar los sucesos, al contrario, en el lugar indicado y en el momento elegido, con control debemos desmenuzar las historias, trabajarlas y poder hacer un espacio en la mochila que más adelante tiraremos muy lejos. Tampoco quiere decir que no debamos prevenir el futuro y ocuparnos para que este sea sano y abundante. Me refiero a pensamientos que ni nos damos cuenta de que están pasando por nuestra mente, por eso, detente y pregúntate. ¿En qué estoy pensando?

 

Hasta lo más ínfimo, como por ejemplo, un pensamiento que se te cruza en la mente:

“Seguro que, cuando estoy llegando a la parada, se me va el colectivo. Ahí va, ¡se fue!

Y siempre te pasa igual, ya estás condicionado y siempre piensas lo mismo.

Haz un pequeño cambio, mañana, piensa: llegaré a la parada, y veré cómo viene mi autobús, y viajaré sentado.

De este mínimo cambio de pensar, empiezas a controlar tus pensamientos negativos, y cuando vivas en consecuencia, de ese cambio, o sea, por el ejemplo anterior, te encuentres viajando todos los días sentado en tu trayecto al trabajo, descubrirás la magia que puedes lograr controlando tu pensar y cambiando de negativo a positivo.

Este simple cambio fue mi primer paso, y recuerdo que me preguntaron: ¿lograste algo con esta filosofía de control?, al responder que hacía meses que viajaba sentada hacia mi trabajo, resultó gracioso, y mi interlocutor socarronamente me dijo: ¡¡¡Ah!!! ¡QUÉ ÉXITO!, pero para mí fue una prueba más que exitosa. Fue el primer paso hacia los grandes cambios.

O bien, estamos entrando al fin de semana no laboral, llegamos a nuestro hogar, y tenemos una larga lista de cosas en nuestra cabeza que queremos hacer o solo habíamos proyectado tirarnos en el sillón a leer, dormir una siesta o pasear por el parque, pero sentimos una intranquilidad que nos detiene, y es que seguimos en el allá, en lo que sucedió hace un rato, que no nos dejó bien parados en el trabajo, y entonces, no podemos desengancharnos de él, tenemos dos opciones, seguimos dándonos instructivos de acuerdo a lo que nos dice nuestro ego, reprochándonos lo que ocurrió y es como que no nos tomamos este fin de semana de descanso, o ponemos esos pensamientos recurrentes en stand by y relajamos, haciendo algo que nos agrade.

Seguramente luego nos demos cuenta de que ni era tan grave, y tenía una sencilla solución.

Los pensamientos están, existen y van y vienen, está en nosotros aprender a ponernos en silencio, respirar, concentrarnos en nuestra respiración, relajarnos, meditar, entrar en la quietud de ese silencio.

Este ejercicio hace que entremos en quietud, calmemos nuestra mente, de la maraña de cosas que pasaron o pueden suceder, por supuesto que siempre algún pensamiento pasará y nos distraeremos pero si estamos conscientes lo dejaremos ir.

Primero busca un lugar donde no te interrumpan, donde puedas estar cómodo/a, y relaja desde tus pies hasta tu mandíbula, tensa los músculos y luego deja ir, cierra lentamente tus ojos, respira profundo y exhala. Hazlo por un par de veces.

Luego respira normal, pero escucha el ruido de tu respiración, siéntela, cuando ingresa el oxígeno, y cuando exhalas, concéntrate en ella, respira, cuenta hasta diez y luego exhalas, luego cuenta hasta 9, y así hasta hacerlo por esas 10 veces.

Mueve los dedos de tus pies y manos, y abre los ojos despacio.

Por esos 10 minutos, si fue más, mejor, diste un descanso a tu cerebro, energizaste tus células, y practicaste una homeostasis de sanación curativa a todo tu cuerpo, de las emociones, relaciones, y situaciones tóxicas que pasaste ese día.

Energía

Tu conciencia es energía, es presencia, para algunos, alma, espíritu, esa energía fluye y conecta con otras energías.

Has notado, cuando estás en un lugar, una habitación, oficina, comercio, e ingresa alguien que tiene como suele decirse MALA VIBRA, mala onda, energía negativa, y te has dado cuenta de que se siente, cómo se te pega, y de acuerdo a tu propia energía, esta va a influir o no en la tuya.

De la misma manera cuando ingresa a un lugar alguien genial, con buena onda, con mucha energía positiva e invade el recinto, como si fuera un aroma de un perfume bonito y fuerte que queda impregnado en todas partes.

Pues tú haces lo mismo con los demás, en más o en menos, de acuerdo en qué estado de vibración te encuentres.

Si llegas a tu casa, de un humor pésimo, cuando entras, es posible, que si hay niños, lloren, si hay mascotas huyan, y que, si esto es repetido, si tienes plantas, se sequen.

O chocas con, por ejemplo, la mala vibra de tu pareja, se produce un cortocircuito que puede terminar en una gran pelea, sin haber abierto la boca.

¿Has notado que cuando las cosas salen mal tienden a salir todas mal? Tuviste un mal día, llegas a tu casa, sigues mal, tal vez discutes, se rompe un caño, se quema una lamparita, se cae un vaso, o no funciona el ascensor, te quedaste sin agua, o te das cuenta de que la luz se cortó porque olvidaste pagar la factura y te cortaron la energía. Y entonces solemos decir A MÍ ME PASAN TODAS.

¿Has notado que cuando la cosas salen bien tienden a salir todas bien?, se nos dan todas, y llegamos a sentir que somos poderosos, o también puede suceder que nos dé temor, y pensar por favor que no se corte, que no pase nada malo.

Cuando nuestra energía es positiva, cuando nuestros pensamientos son reales, certeros, alegres, estamos alineados con el universo, con la naturaleza, estamos tranquilos, contentos, y así naturalmente todo ocurre y es como debe ser.

Pero debemos aprender, y es sencillo pero no es fácil, ni instantáneo. Paso a paso debemos analizar primero esos pensamientos, e inculcarnos como un hábito, controlarlos.

Debemos expandir nuestra conciencia al presente, que es lo único y más valioso que tenemos, el ahora, y también debemos aprender a disfrutarlo.

Un buen ejercicio es tomar una hoja y escribir eso que estábamos pensando y no nos gustó, para luego en calma analizar su sentido, para saber para qué pensamos lo que pensamos.

Es igual que descubrir a alguien que nos miente, vamos a estar más atentos con lo que nos dice esa persona, y analizaremos sus dichos. Bueno, descubrámonos primero nosotros, y estaremos más atentos, y diremos: te pillé, pensamiento inútil, te dejo pasar y te cambio, no me haré mal a mí mismo y a los que me rodean.

Todos dialogamos con nosotros mismos, en realidad, dialogamos con nuestro ser interior, nos preguntamos si está bien o mal lo que hacemos. Pero ojo que el ego está siempre presente para recordarnos lo que debe ser, para decirnos más de esto, menos de aquello, eso está mal.

Tenemos muchos sistemas de creencias incorporados, que vienen del contexto donde crecimos, y de siglos de cosas que nos hicieron incorporar como absolutas, a nosotros, a nuestros padres, abuelos y tatarabuelos y más allá.

Y así esas creencias absolutas de cómo deben ser las cosas, sin ni siquiera cuestionarlas.

Es como las publicidades que vemos con estrategias que hacen que incorporemos un producto (imágenes subliminales), y no nos damos cuenta, es invisible a nuestros ojos, con estrategias de marketing logran millones de ventas, al incorporarse en nuestras mentes que son necesariamente absolutas.

Al expandir nuestra conciencia, logramos hacernos a un lado del manejo externo, del marketing, del ego, de las creencias limitantes, y reconocernos, para lograr vivir plenamente el viaje, por supuesto sin olvidar el destino.

Somos energía, todo ser vivo es energía, prueba de poner una planta, por ejemplo si tienes un POTUS, que es una de las plantas con más energía, cuyas hojas siempre están hacia arriba y crece con mucho vigor, ponle a su lado una planta, puede hasta ser otro potus que esté mal, caído, seco, con la hojas como tubo, y serás testigo de la magia, del milagro, de la realidad, de observar cómo esta otra planta absorbe o recibe energía positiva de su compañera y comienza a abrir sus hojas y a crecer sana.

Esto es igual para todos, puedes absorber la energía del otro o recibirla, y esta puede ser negativa o positiva.

Si tu ambiente diario es tóxico o negativo, es por supuesto difícil, no intoxicarse, por ello la importancia de saber de qué manera protegernos, y también proteger.

Respirando

Cuando tomamos conciencia de que estamos haciéndonos daño a nosotros mismos con pensamientos negativos, que no nos llevan a ningún lugar bonito, ya hemos realizado un paso gigante para expandir justamente nuestra conciencia hacia un camino de abundancia.

Pero, ¿cómo continuar? Porque pasados unos días seguramente olvidaremos esto y volveremos a proceder como toda nuestra vida lo hemos hecho.

Debemos salir de ese sistema de creencias, implantado en nuestro cerebro, esas ideas de sufrimiento, de esfuerzo, de culpas y remordimientos, de juzgar todo el tiempo, de creer, que solo hay una realidad.

Comencemos respirando, sí, respirando, ya sé que si no respiro muero, pero cuántas veces ante una situación de estrés, respiramos profundo y luego expiramos, para controlar nuestra ira, nuestro enojo o nuestra angustia.

Debemos aprender a hacerlo siempre, unos minutos, como un ejercicio que se transforme en hábito, respirar y solo pensar en ello, tomar una bocanada de aire profunda, por la nariz o por la boca, contener el aire, 1, 2, 3, 4, 5, y soltarlo lentamente, así 5 veces.

Notaremos cómo nos hemos relajado, y también si nos concentramos en el ruido de nuestra propia respiración, huimos 5 minutos de nuestro parloteo de pensamientos. Y oxigenamos nuestro cuerpo, templo de nuestra alma, de nuestra energía, de nuestro espíritu o de nuestra conexión con el universo, como quieras llamarlo.

Otro ejercicio de respiración más avanzado, consiste en inspirar por una fosa nasal, tapando la otra con el dedo, y largar el aire, tapando la primera, así 10 veces. Hay diferentes ejercicios respiratorios, que cada uno adapta a su propio bienestar físico.

Más adelante cuando ya estemos familiarizados con estos ejercicios y habiendo comenzado a sentir sus cualidades, aprenderemos a respirar, controlando nuestro oxígeno y llevándolo a nuestros centros de energía o chakras, y de esa manera recuperaremos vitalidad, así lo dicen los grandes maestros del yoga, extendiendo la vitalidad del practicante.

Respirando, nos oxigenamos, nos protegemos de un ambiente tóxico, protegemos a nuestro entorno, pero respirando con conciencia.

Cuántas veces ante una situación estresante, o intolerante, para poder contener un grito o no reaccionar mal, respiramos profundo y luego exhalamos. Es innato, pues bien realizado, como un ejercicio aprendido, nos ayuda a realizar una homeostasis, capaz de limpiar nuestro cuerpo y energía.

Puedes practicar yoga, puedes hacer reiki, puedes meditar.

Meditando

¿Qué es meditar?

Justamente es salir del esquema de nuestros pensamientos habituales, respirar, y entrar en la quietud del silencio.

Así explicado resulta tan simple y parece que no es nada y no nos lleva a nada.

Pero ni es tan simple ni tan complicado, y no nos lleva a la nada o sí nos lleva a la nada misma, logrando, paso a paso, sentir una sensación de paz interior, liviandad, y alegría inesperada.

Para mí la meditación fue el salvavidas, fue como estar en el mar, nadando entre las olas y de golpe tener un cansancio que no te deja moverte, sentir que ya no puedes, que quieres llegar a la playa y cada vez te vas metiendo más profundo, y cuando ya sientes terror y pánico porque te vas alejando y no tienes más fuerzas aparece un salvavidas, te metes dentro, descansas, respiras, y te dejas llevar por las olas a la costa, sin ningún esfuerzo, con toda la liviandad del susto y de la felicidad de volver a empezar y la seguridad de que estás a salvo, que nada pasó y sin embargo pasó todo.

La meditación siempre debería ir acompañada de una reflexión, de una visión, de una intención.

La intención siembra la atención cosecha..

Pero tenemos que tener muy claras nuestras intenciones, tan claras como que cuando logramos lo que tanto deseamos, no nos demos cuenta en ese momento de que no era exactamente lo que queríamos.

Es por ello por lo que es tan importante reflexionar, pero no sobre nuestros deseos solamente, sino sobre cada cosa en particular, reflexionar sobre cada acción que cometemos, reflexionar sobre nuestros dichos, reflexionar sobre nuestra forma de vida, reflexionar sobre la vida misma.

Debes encontrar primero un lugar, donde no seas interrumpido, ponerte en una posición cómoda, sentado, recostado, acostado, pero fundamentalmente sentirte plácido.

Luego relajar desde la cara, la mandíbula, los hombros, los brazos, la espalda, el estómago, las piernas, piensa y visualiza algo que te dé paz, cierra lentamente los ojos, y concéntrate en forma natural, cómo ingresa el aire en tus pulmones y cómo exhalas, en el ruido de tu respiración, hazlo al menos por diez minutos, y seguramente al principio te puede distraer algún pensamiento, ignóralo, y continúa. Así comienzas. Es el principio, son apenas unos minutos. Pero este ejercicio de meditación, solito, así respirando te hará saber la bondad de esta práctica. LA MEDITACIÓN.

 

Reflexionar

Nuestro cuerpo es lo más importante que tenemos, y por ende debemos cuidarlo, tanto o más, de lo que él nos cuida a nosotros.

El cuerpo habla, cada dolor, cada señal debemos escucharla, e interpretarla.

Y cumplir su deseo. Si tenemos apetito, debemos alimentarnos. Si tenemos sed beber. Si tenemos sueño, dormir. Algo tan obvio, pero que el ajetreo de la vida diaria, de la búsqueda del tesoro, el trabajo extenso, el devenir, hace que no cumplamos los deseos básicos de nuestro cuerpo y extendamos la necesidad o la engañemos, apetito, un caramelo, y seguimos, tomar algo rápido, y algún energizante que quite el sueño, y como estamos tan presurosos buscando el éxito o simplemente cumpliendo funciones para tener un sustento, debemos ingerir algún somnífero porque nos cuesta dormirnos, ya que cuando nuestro cuerpo nos solicitó dormir no lo hicimos, nos pasamos y luego queremos descansar y no podemos.

Ni hablar cuando el cuerpo avisó, y como no le hicimos caso, se enferma, ¿y cómo hacemos? Las obligaciones no nos permiten ESE LUJO, de enfermarnos, entonces rápidamente tomamos algún medicamento que el farmacéutico amigo nos recomienda y continuamos en la vorágine diaria.

Hasta que surgen complicaciones severas, que borran con todo, una enfermedad terminal, un ataque cardíaco, un ACV, etc.

Y sin darnos cuenta descuidamos nuestro tesoro más preciado, que nos alberga, nuestro cuerpo humano.

Cada pensamiento que tenemos tiene una carga emotiva, lo importante de esa carga no es su significado real o aparente, sino la serie de circuitos que se activan en todo nuestro cuerpo por orden del cerebro, es por esto por lo que debemos comenzar a cuidarnos nosotros mismos justamente de nosotros mismos.

He aquí la importancia de la meditación, y con ella la reflexión.

Antes de meditar, debemos poner en claro quiénes somos. Ponernos al desnudo ante nosotros mismos, y aceptarnos con amor, valorando nuestro ser más que nada en el universo.

Todas las mochilas del pasado, aquello por lo que transitamos e instauró dolor, desdicha,

Una infancia, atormentada, falta de cariño y cuidados, quizá hemos pasado hambre, desidia, guerras, tormentos, violaciones, malos tratos, y las peores cosas que puedas imaginar, y probablemente en nuestra adolescencia, pudimos ser afectados por burlas, o desprecios, también, tal vez se ha padecido de la pérdida de seres muy queridos, o ser abandonados por las personas que más amamos, ESO ES LA VIDA, de lo peor, a lo menos desdichado, pero eso es PASADO y pesado, y de nada sirve lamentarnos, lo que sí es útil es agradecer.

SÍ, aunque parezca odioso, aunque suene imprudente, de cada situación que hemos vivido en el pasado, ese hecho nos ha dejado una herida, pues la misma herida nos hizo más fuertes, y debes coserla con un hilo de oro, hoy es otra vida, es lo único que tenemos y podemos ver a ese niño o niña, a ese adolescente, y a este adulto, como un jarrón roto en mil pedazos pero enmendado en oro, y ese jarrón es el más bello jarrón, el más brillante, el más codiciado, el más valioso de todos los jarrones.

Tu vida es hoy, y así como analizamos nuestros pensamientos, debemos recurrir a una introspección real para sanar esos rencores, culpas, remordimientos, pesadillas que acechan nuestro presente, y perdonarnos y perdonar, para poder reflexionar de la gran abundancia que nos brinda todos los días el universo, y comenzar a vivir plenamente, de a poco, de un paso a la vez, pero está todo en nuestra resolución de sanarnos y comenzar de nuevo livianos, sin carga, con amor.