La Historia del Diezmo.

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La Historia del Diezmo.
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SIXTO ROMERO

LA HISTORIA DEL DIEZMO
Diezmos en las Iglesias Cristianas ¿bendición o maldición?


Romero, Sixto

La historia del Diezmo : Diezmos en las iglesias cristianas, ¿bendición o maldición? / Sixto Romero. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2021.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-2204-7

1. Historia. I. Título.

CDD 306.6

EDITORIAL AUTORES DE ARGENTINA

www.autoresdeargentina.com info@autoresdeargentina.com

Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723

Impreso en Argentina – Printed in Argentina

Prólogo

Diezmos en las iglesias cristianas, es una obra actual que intenta aportar información acerca de la cobranza del famoso porcentaje de las ganancias de los creyentes cristianos.

Encontramos infinidades de videos en you tube a cerca de este tema, algunos que respaldan las cobranza del conocido precepto, y otros que rechazan al mismo, y existe fehacientemente la pregunta instalada en un gran número de fieles cristianos acerca de si es correcto o no el aporte de este porcentaje de sus ganancias económicas en este tiempo que transcurre, habiendo transcurrido tanto tiempo de la introducción de las leyes judías las cuales sumaban 613, que según algunas posturas entienden la necesidad de seguir bajo tales preceptos, y sobre todo algunas ordenanzas las cuales declaran no tener límite de tiempo, argumentando que lo recibido por los líderes en la antigüedad no tiene tiempo de caducidad, y más si se lee la palabra: “INDEFECTIBLEMENTE”.

Y mientras tanto la contraparte declara que la mayoría de los preceptos y ordenanzas dejaron de estar vigentes con la llegada del Hijo de Dios a la tierra.

Escudriñando en la Biblia, buscando a cerca del tema, tanto en el nuevo, como en el viejo testamento inclusive e investigando fuera de ella, he recopilado información para traer luz acerca de este precepto histórico, presente hasta los días de hoy en las congregaciones cristianas en todo el mundo.

El diezmo

La palabra diezmo, en la etimología cristiana primitiva, se entendía por la décima parte de los frutos que provienen de los campos, prados, viñas, árboles y animales (productos, no dinero). Las primicias eran la primera parte de los frutos o ganados que ofrecían los judíos a Dios. (Los diez primeros o la décima parte de los productos para Dios, quizá evocando simbólicamente los Diez Mandamientos).

“En los primeros tiempos de la Iglesia, los Apóstoles y demás sacerdotes se mantenían con las ofrendas voluntarias de los fieles, las cuales eran numerosas y en algunas partes no sólo sufragaban para el sustento de los ministros y gastos del culto. Lo excedente de esas ofrendas la repartían a las personas mas necesitadas.”

No está muy claro en las escrituras el precepto de pagar los diezmos en el pueblo cristiano. En los cuatro primeros siglos en que hubo persecuciones a la Iglesia, no consta que se haya introducido la costumbre de pagar diezmos, ni estaban registradas entre las rentas eclesiásticas. Una vez cesada la persecución de la iglesia primitiva en los siglos IV y V, se encuentran algunos discursos pronunciados de Papas exhortando a los pueblos cristianos a efectuar el pago de este precepto (diezmo).

Empezó este, como un derecho, a principios del siglo VI y se reputaba por obligación rigurosa el diezmar. Según un sermón de San Cesáreo, Obispo de Arlés, se infiere que la costumbre se generalizó a finales del siglo VI. Sin embargo, en el occidente del país de Borgoña, en el año 585 reinado por Gontrano, se celebró el Concilio II Matiscolense, en el cual se mandó por el Canon V que se pagasen los diezmos como devengo de la Iglesia. A partir de aquí, se fue extendiendo la costumbre, que llegó a ser universal en todo occidente.

El diezmo en la Biblia
Antiguo Testamento

El impuesto llamado diezmo era la manera de sustentar la tribu israelita de Leví, que por designio de Dios no tuvieron herencias de tierras, sino que su herencia era el 10% de lo producido por los cultivos y los ganados de todas las otras tribus de Israel, es decir, sus ganancias eran el 10%, pues su labor era dedicarse a administrar el tabernáculo de Dios. El diezmo no solo era una obligación para el que lo daba (el pueblo judío), sino también para quienes tenían el deber de recibirlos y administrarlos (los ministros); entre algunos de sus usos obligatorios era el de ayudar a las viudas, huérfanos y extranjeros (Deuteronomio 26:12-13).

Recibido del producto de cada año, se llevaría el diez por ciento al alfolí; lugar destinado a guardar el grano de los cereales o la sal, y de allí comerían todos los sacerdotes y sus familias. El diezmo consistía solamente en alimentos o animales; la mención del alfolí no es casual; su fin era estrictamente social y alimenticio; este precepto antiguo ha causado distintas interpretaciones dentro del mundo cristiano. Algunos creen que se vive por la gracia y no por la ley, lo que hace que el viejo precepto quede caduco; otros creen que se debe continuar con esta observancia; varias ramas de las iglesias protestantes siguen con esta tradición. La congregación judía no diezma en la actualidad, puesto que se diezmaba en el templo de Jerusalén, el cual ya no existe, ni tampoco sus administradores están más allí.

Primer diezmo

El primer diezmo registrado en la Biblia fue el dado por el patriarca Abram (después llamado Abraham) al sacerdote Melquisedec en acción de gratitud, tiempo antes de que se instituyera el diezmo para los sacerdotes y levitas. Génesis 14:20, aunque solo lo hizo una vez, y no de sus bienes, sino de un botín de guerra.

El segundo pasaje bíblico que describe nuevamente a alguien dando diezmos es cuando Jacob, nieto de Abraham promete dar el diez por ciento de todo lo que el Señor le dé, (en Génesis 28, 22).

Aunque el Señor no le pide a Jacob en ningún momento el porcentaje de nada, el decide hacerlo a cambio de su protección y que le provea comida y ropa.

La aparición de la palabra diezmos la volvemos a ver en las ordenanzas mosaicas, donde el diezmo levítico se daba cada año (Deut. 14:22-29). Aparte del diezmo regular, era asignado otro diezmo en el año tercero destinado al extranjero, huérfano y viudas.

Cuando acabes de diezmar todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo, darás también al levita, extranjero, huérfano y viuda; y comerán en tus aldeas para saciarse. Y dirás delante de Jehová tu Dios: “He sacado lo consagrado de mi casa, y también lo he dado al levita, extranjero, huérfano y viuda, conforme a todo lo que me has mandado; no he transgredido tus mandamientos, ni me he olvidado de ellos.”

Deuteronomio 26.12,13. Versión Reina-Valera, 1960􏰀

El diezmo, que forma parte del antiguo pacto, se daba en animales y alimentos e iba al alfolí (granero del templo) Entendemos perfectamente que los diezmos eran dados en alimentos y animales, pero leemos también que si las familias que traían sus impuestos al templo vivían muy alejados del mismo, se les permitía vender estos productos y traer el monto del diezmo en dinero.

Nuevo Testamento

En el Nuevo Testamento Jesús habla del diezmo con judíos que aún seguían sometidos a la Ley de Moisés.

“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta, el eneldo y el comino, pero dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello”.

Evangelio según San Mateo 23.23.

Versión Reina-Valera, 1960

18; 11 El fariseo puesto en pie, oraba para sí de esta manera: “Dios, te doy gracias porque NO soy como los demás hombres: estafadores, injustos, adúlteros; ni aún como este recaudador de impuestos”.

18; 12 “Yo ayuno dos veces por semana; doy el diezmo de todo lo que gano”.

18; 13 Pero el recaudador de impuestos, de pie y a cierta distancia, no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: “Dios, ten piedad de mí, pecador....”

Versión Reina-Valera, 1960

En el nuevo testamento se habla de que el cristiano debe dar lo que ha decidido en su corazón como ofrenda, no de mala gana ni a la fuerza (2 Corintios 9:7)

7-Cada uno debe decidir en su corazón cuanto dar; y no den de mala gana ni bajo presión, porque Dios ama a la persona que da con alegría”

Versión Nueva Traducción Viviente

Y de acuerdo a sus posibilidades.

12-Todo lo que den es bien recibido, si lo dan con entusiasmo. Y den según lo que tienen y no según a lo que no tienen.

2 Corintios 8:12).Versión Nueva Traducción Viviente

Una pregunta que se ha instalado en casi todos los que nos identificamos como creyentes cristianos en este siglo es:

Si soy un convertido al cristianismo en estos tiempos que están transcurriendo, y no soy judío, genealógicamente no pertenezco a una descendencia de las 12 tribus antiguas de Israel, (gentil):

 

1 ¿debo dar o no, el tan conocido monto de las ganancias económicas de mi pertenencia, llamado DIEZMO, a alguna institución religiosa, ministro, sacerdote o persona con investidura religiosa...?

2 ¿Debo aplicar las leyes judías en mi vida para ser salvado, o pertenecer al cristianismo?

3 ¿O no debo regirme de ninguna ley existentes?

4 ¿Me orienta la Biblia acerca de estos temas?

¿Debemos cumplir las leyes mosaicas nosotros los gentiles creyentes!!!?

PREGUNTA: En Mateo 5:17-18 Jesús dice...

“No penséis que he venido para abolir la ley o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir. Porque en verdad os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una tilde de la ley hasta que toda se cumpla.”

No es difícil ver cómo Jesús cumplió las profecías de los profetas, pero ¿cómo cumplió la ley?

RESPUESTA: Primero necesitamos determinar lo que significa aquí cuando dice “ley”. A veces “la ley y los profetas” es una forma de referirse al Antiguo Testamento en general (Mateo 11:13; 22:40; Romanos 3:21); en Juan 15:25.

La mayoría del tiempo, sin embargo, cuando se refiere a algo en el Antiguo Testamento, se refiere al Pentateuco, la ley de Moisés. Ese parece ser el caso en este contexto, porque el siguiente versículo (Mateo 5:19) se refiere a los “mandamientos”, y versículos del 21 en adelante narra de varios mandamientos de la ley. Así que la pregunta parece ser:

¿cómo cumplió Jesús la ley de Moisés?

Creo que podemos identificar cuatro maneras en las que esto sucedió.

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