Jesús Martínez Rentería "Palillo"

Text
0
Kritiken
Leseprobe
Als gelesen kennzeichnen
Wie Sie das Buch nach dem Kauf lesen
Jesús Martínez Rentería "Palillo"
Schriftart:Kleiner AaGrößer Aa




Jesús Martínez Rentería “Palillo”.

Carpero por convicción, chiva por afición.

es una edición de la Universidad de Guadalajara.


José Trinidad Padilla López

Rector General

Raúl Vargas López

Vicerrector Ejecutivo

Jorge Briseño Torres

Secretario General

Gustavo A. Cárdenas Cutiño

Coordinador General Administrativo

José Antonio Ibarra Cervantes

Director General del Corporativo

de Empresas Universitarias

Sayri Karp Mitastein

Directora de la Editorial Universitaria

Jorge Orendáin Caldera

Coordinador editorial

René de León Meza

Coordinador de la serie

Vícthor Chávez

Diseño de forros e interiores

Primera edición electrónica, 2006

Textos © 2006, Romina Martínez

D.R. © 2006, Universidad de Guadalajara


Editorial Universitaria

Francisco Rojas González 131

Guadalajara, Jalisco 44600

www.editorial.udg.mx

MARTÍNEZ, Romina

Jesús Martínez Rentería “Palillo”, Carpero por convicción,

chiva por afición / Romina Martínez.

Guadalajara: Editorial Universitaria, 2006, 1ª edición

(Colección Jalisco, Serie Biografías)

ISBN 970-27-1066-9

1. Martínez Rentaría, Jesús 2. Jalisco – Historia.

792.7-cdd21


ISBN 970 27 1066 9

Conversión

Hipertexto – Netizen Digital Solutions

proyectos.mexico@hipertexto.com.co

+52 (55) 7827 7068

Noviembre de 2006

Imágenes de guardas tomadas de Guía Roji,

Ciudad de Guadalajara, México 2005.

Se prohíbe la reproducción, el registro o la transmisión parcial o total de esta obra por cualquier sistema de recuperación de información, existente o por existir, sin el permiso previo por escrito del titular de los derechos correspondientes.

Diseño epub:

Hipertexto – Netizen Digital Solutions

Jesús Martínez “Palillo”

es un hombre al que el público

hizo ídolo, pero que se empeñó

en seguir siendo ser humano.

JULIO ALEMÁN

Con voz ronca y fuerte Jesús Martínez Rentería, cuyo nombre como cómico carpero fue “Palillo”, criticó y denunció a los políticos priístas y a las formas de hacer política en la época que le tocó vivir. Así en sus sketches 1 se le oía decir:

Lo que tiene que soportar el pueblo desde hace tantos años por culpa de tanto desgraciado parásito social, tanta méndiga chatarra de la Revolución, que no son otra cosa que los desgraciados depravados de siempre, méndigos encueradores, asaltantes de la Constitución, méndigos sátrapas, degeneradores de la Carta Magna.2

Este cómico político surgió de las carpas y durante toda su vida fue un actor de lo que se conoció como teatro de revista. Podría decirse que fue el único actor que mantuvo la esencia de lo que fueron las carpas entre los años veinte y cuarenta en México. En Guadalajara durante estas décadas, según lo que he investigado, hubo más de cuarenta carpas. Fue una ciudad carpera por excelencia y el barrio de San Juan de Dios fue el lugar que albergó el mayor número de ellas.

Los espacios conocidos como carpas fueron lugares que podían ser de lona —como los circos—, o como una especie de jacalón de madera, que se instalaban por lo regular en los barrios. Había de distintos tamaños, las más chicas tenían cupo como para 100 personas, otras podían tener cerca de 500 localidades. Hubo algunas tan grandes que podían tener espacio para más de mil personas. Algunas eran muy pobres, su piso era de tierra, incluso los asientos eran hechos con costales. Su escenario era muy chico, había un hueco por debajo de las tarimas, el cual servía de camerinos para hombres y mujeres, y era separado por una tela o manta. Las carpas con mayores recursos tenían pisos de madera, camerinos para ambos sexos, además de contar con una compañía de actores y una orquesta, la cual podía tener a más de cinco músicos.3

El espacio era muy popular debido a que sus precios de entrada oscilaban entre los 10 y 15 centavos, y se ofrecían dos espectáculos por el costo de una sola entrada. Fue muy común que muchos empresarios utilizaran la “tanda”, cuya característica era que se ofrecían espectáculos teatrales de muy corta duración, lo cual les redituaba más que poner obras de más de dos horas. En este mismo tiempo podían tener hasta cuatro funciones de media hora cada una. Fue común, por ello, que afuera de una carpa estuviera un “gritón” que anunciaba “esta y la otra tanda por un solo boleto”.

El fenómeno carpero ha sido clasificado de acuerdo al tipo de espectáculo que se presentaba en su interior. De ahí que se hayan establecido periodos según el tipo de representación. Y se ha planteado que entre 1910 y 1920 en la carpa se presentaba una gran variedad de diversiones como la zarzuela, el teatro de revista, la comedia y cine, así como bailables, incluso “rifa de besos de las tiples”. Para las siguientes décadas se siguen dando en menor medida estas funciones, cobrando la variedad mayor auge. Ya en los años cuarenta tiene una mayor definición e identidad pues “el sujeto carpero, actores y públicos, pertenecen a la misma condición socioeconómica, con excepción de la población circulante venida de otros estratos sociales; es urbano pero ha cambiado usos, costumbres e ideas”. Para esta autora, es durante esta década cuando más se acentúa la “relación dialógica”.

Una de las características principales de este espectáculo fue precisamente la relación dialógica que los cómicos establecieron con el público. El juego de albures o de palabras hacia el actor y la manera en que éste podía “salir al quite” hacían que un cómico tuviera éxito o un rotundo fracaso. Fue esta la habilidad de “Palillo” ante su público lo que lo mantuvo durante más de sesenta años de carrera artística en escenarios siempre llenos. Una de las interpelaciones más comunes que le hacían a este personaje era sobre el equipo de futbol que más odiaba: el América. De ahí que, entre el público que asistía a verlo, de repente se oía que alguien gritaba “arriba el América”, y él contestaba “arriba de tu lomo, buey…”

Jesús Martínez “Palillo” vivió tiempos donde la elección política era un juego en el que siempre ganaban miembros del antiguo Partido Nacional Revolucionario (PNR), que posteriormente cambió su nombre a Partido de la Revolución Mexicana (PRM) para quedar como el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Incluso, a él le tocó la elección del primer presidente priísta Miguel Alemán Valdez en el año de 1946, y murió cuando tomó posesión el último presidente de este partido, el licenciado Ernesto Zedillo Ponce de León, en 1994. De ahí que este cómico hiciera de esta situación política parte de sus sketches, pues al referirse éstos sobre la “eficacia” de la democracia mexicana, decía que era tan buena que antes de tener los resultados ya se sabía quien era el presidente. Durante toda su carrera como cómico hubo doce presidentes.

Del Partido Revolucionario Institucional opinaba en sus sketches:

Fábrica de presidentes, senadores, gobernadores, diputados, burócratas, lambiscones, trinqueteros, guaruras, mordelones y ladrones que se metieron ahí. Porque desde que se fundó el PRI se fundó la corrupción, el despotismo, el amiguismo, el influyentismo, el trinquete, los sablazos, los impuestos criminales y anticonstitucionales, el maldito IVA… Se disfrazan de funcionarios y son los atracadores de nuestros impuestos y de nuestros sacrificios. ¿Dónde está el dinero de nuestros impuestos? Se lo clavan, van a retacarlos a los bancos del extranjero y todavía olímpicamente al terminar sus funciones salen con que: ¡Ay, que me juzgue la historia! Las mulas que se busquen la historia y nosotros sin tragar. 4


Palillio con otros artistas en el ruedo, fotografía de colección particular, se trata de una diciembre de una tarjeta postal de la Kodak Méxicana, LTD, probablemente de los años 1935-1940.

 

Cuando le preguntaron si había cambiado el chiste político, señaló:

Pues no. Creo que sigue siendo el mismo. Quizá sólo se cambien los nombres. A fin de cuentas, hay gente que también hace lo mismo. Y en algunos chistes, no hay que cambiar ni el nombre. Como en los de Fidel, que ya estaba aquí cuando yo llegué y que aún amenaza con asistir a mi entierro como dirigente de la CTM.5

El líder cetemista Fidel Velázquez fue nombrado secretario de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) en el año de 1941, sitio que dejó hasta el día de su muerte en 1997, tres años después del fallecimiento de Jesús Martínez “Palillo”. La importancia del humor político en México reside en que

Sie haben die kostenlose Leseprobe beendet. Möchten Sie mehr lesen?