Tras los pasos de Jesús

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Aus der Reihe: Carisma #6
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Tras los pasos de Jesús
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Ricardo E. Facci (ed.)

Tras los pasos

de Jesús


Hogares Nuevos Ediciones

Distribuye:

Asociación: “Hogares Nuevos”

Zona Urbana S6106XAE-Aarón Castellanos

(Santa Fe)- Argentina

e-mail: info@hogaresnuevos.com

www.hogaresnuevos.com


Asociación Hogares Nuevos Tras los pasos de Jesús / compilado por Ricardo Enrique Facci. - 1a ed compendiada. - Aarón Castellanos : Hogares Nuevos Ediciones, 2020. Libro digital, EPUB - (Carisma / 6) Archivo Digital: descarga y onlineISBN 978-987-8438-02-31. Vida Cristiana. 2. Ciencias Sociales y Humanidades. I. Facci, Ricardo Enrique, comp. II. Título. CDD 248.4

©Asociación Hogares Nuevos

Zona Urbana S6106XAE - Aarón Castellanos

(Santa Fe) - Argentina.

Con las debidas licencias. Queda hecho el depósito que establece la ley 11.723

Noviembre 2020

Industria Argentina.


COLECCIÓN

“Carisma”

1. 10 años de amor y evangelización

2. Cristo centro y eje de nuestras vidas

3. Hasta el confín de la tierra

4. Tiempo de siembra tiempo de frutos

5. Fecundos en el amor

6. Tras los pasos de Jesús

Presentación

Es una inmensa alegría presentar a los lectores y a todos los miembros de la Obra Hogares Nuevos, el libro "Tras los pasos de Jesús", que recoge una serie de conferencias y homilías enmarcadas en el contexto del seguimiento a Jesús.

La Primera Parte, nos invita a una actitud de profunda escucha, como condición indispensable del seguimiento.

La Segunda Parte, nos muestra la consecuencia de seguir a Jesucristo, que no es otra que asumir un rol protagónico en la misión de anunciarlo a los cuatro vientos.

La Tercera Parte, ayuda a un aterrizaje real en la cotidianeidad de las familias y las personas, dado que el seguimiento no puede quedarse en ideas bonitas para ser colgadas de un asteroide, sino debe estar encarnado en lo concreto de la vida diaria del hogar.

La Cuarta Parte, implica que quien va tras Jesús, logra descubrir sus huellas, por las que, podría continuar caminando, en un seguimiento cercano a Él, guía y orientador del camino. Son reflexiones realizadas en diferentes ámbitos de la Tierra Santa, la tierra que recorrió Jesús.

Ponemos en manos de María Reina de la Familia, Reina de Nuestro Hogar, este trabajo, deseando que pueda serle útil a todos los lectores y sus familias, especialmente, en el proceso de ir encontrando a Jesucristo, en sus vidas y hogares.

P. Ricardo E. Facci (ed.)

Introducción

Tras los pasos de Jesús

"Quien quiera seguirme que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga" (Mt 16,24)

"Tras los pasos de Jesús", implica un seguimiento muy profundo al maestro. Seguir de cerca a Jesucristo, es el objetivo principal de nuestro ser cristiano. Seguir incesantemente a Cristo. El deseo de seguir a Jesús es lo que da dinamismo a toda nuestra vida y familia. Un seguimiento que implica una llamada que Jesús hace para que se le siga. Lo importante es tener en cuenta que

La llamada parte de la iniciativa de Jesús. La llamada al seguimiento parte siempre de una iniciativa de Jesús. Si alguno pretende seguir por propia iniciativa es invitado a tomar otro camino (cf. Mc 5,18-20). De este modo, Jesús podrá decir más tarde: "No me han elegido ustedes a mí, sino yo a ustedes" (Jn 15,16). Nadie se hace a sí mismo discípulo. Es Jesús el que hace discípulos. El hombre puede ponerse en camino tras de Jesús, sólo después que Él se ha puesto a caminar por los senderos del hombre. Seguir a Cristo, es experimentar que uno ha sido conquistado. Así lo experimentó Pablo y los discípulos de todos los tiempos: sentir la llamada al seguimiento es sentirse "escogido, alcanzado y ganado por el Señor Jesús" (Fil 3,8-12). Por esta misma razón, el seguimiento culmina con la transformación existencial que da lugar a un nuevo yo: "No soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí" (Gál. 2,20).

La llamada es demostración del amor gratuito de Jesús. "Antes que fueses formado, en el seno materno, yo te conocí; antes que salieses del seno de tu madre, yo te consagré y te hice profeta" (Jer 1,5). La misma "confesión" hace Isaías (cf. Is 49,1) y Pablo (cf. Gál 1,15-16). "Dios nos ha amado primero" (1Jn 4,10), por eso la llamada, fruto del amor del Señor hacia quien llama, por lo tanto no se basa en los méritos de éste, es un don gratuito. Jesús pasa, ama y llama a los que él quiere (cf. Mc 3,13), cuando él quiere y como él quiere, "no en virtud de nuestras obras, sino en virtud de su propósito y de la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos eternos" (2Tim 1,9).

… La llamada es un acto imperativo, que respeta la libertad. La llamada es presentada siempre como una orden: "Vete", dirá el Señor a Abraham (cf. Gén 12,1), a Moisés (Ex 3,10), a Gedeón (cf. Jueces 6,14), a Amós (cf. Am 7,15), a Isaías (cf. Is 6,9). "Vengan", dirá Jesús a sus primeros discípulos (cf. Mc 1,17); "vengan y vean", dirá a los discípulos de Juan (cf. Jn 1,39); "sígueme", dirá a Mateo (cf. Mt 9,9).

La llamada siempre es para una misión determinada. Toda "llamada" es a servir y a la misión (cf. Rom 11,13; 12,17; 1Cor 3,5). "Ve 'dirá Yahvé a Moisés', yo te envío al Faraón para que saques a mi pueblo, a los hijos de Israel, de Egipto" (Ex 3,10); "Los haré pescadores de hombres" (Mc 1,17), dice Jesús a sus primeros discípulos. Es una llamada a dejarse implicar en el proceso de misión: "Me separó desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia -dirá Pablo-, para que le anunciase entre los gentiles..." (Gál 1,15-16). La misión es componente esencial de la llamada.

La misión está en función de las familias, es ardua y urgente. La llamada coloca al servicio de los demás, en nuestro caso, como miembros de la Obra, de las familias. Cuando uno es llamado, no lo es simplemente para alcanzar una perfección individual. El discípulo es llamado para utilidad pública: "Han recibido gratis, gratis deben darlo" (Mt 10,8). Tampoco "se enciende una lámpara para ponerla debajo de la cama, sino para que alumbre a todos los de la casa" (Mt 5,15). "Yo los he destinado para que vayan y den fruto..." (Jn 15,16). El trabajo por las familias es urgente: "Abraham, Abraham" (Gén 22,11); "Moisés, Moisés" (Ex 3,4); "Samuel, Samuel" (1 Sam 3,10). Dios parece tener prisa. La misión a la que llama a Abraham, Moisés y Samuel es urgente. La misión urge, no hay tiempo que perder en preparativos que podrían luego entorpecer la misión. La misión lleva siempre un aspecto de incomodidad, de desgaste y de coraje. Las lágrimas son frecuentes en los inicios y también durante la misión misma. La alegría se conquista después, en el esfuerzo por adecuarse a los compromisos más duros de la misión (cf. Mt 10,16).

Por todo esto, debemos decir que seguir a Jesús, mueve a buscar en lo cotidiano la voluntad de Dios y obedecerle. Seguir a Jesús mueve al despojo hasta del propio "yo", imitándolo dado "que se rebajó, obedeciendo hasta la muerte" (Fil 2,8).

Seguir a Jesús, lleva a asumir, como una de las prioridades más importantes de la vida el espíritu de oración. Seguir a Jesús motiva a la vida comunitaria y fraterna, sin ella es imposible seguirlo. Seguir a Jesucristo, motiva para ser en las familias y en el mundo instrumentos de reconciliación, paz y esperanza. Seguir a Jesucristo, el enviado del Padre, nos mueve, en fin, a proclamar en el mundo el Evangelio a todas las familias. Seguir a Jesús es participar de la dinámica discípulos y misioneros.

El seguimiento más de cerca de Jesucristo, caminar tras sus huellas, inspira, orienta y motiva nuestra vida y justifica el contenido de nuestra acción evangelizadora. Si el "seguir" a Jesús es la sustancia del Evangelio, el seguimiento de Jesús es nuestra última razón de ser y de existir. Desde un profundo cristocentrismo, Hogares Nuevos evangeliza para que cada familia camine tras los pasos de Jesús. Es el único modo de garantizar una familia feliz, proyectada hacia la eternidad.

Oración para el inicio de la lectura y reflexión de estas páginas.

Señor Jesús,

Queremos caminar tras tus pasos,

Que nos dan seguridad en nuestro accionar,

Solidez en nuestras debilidades,

Serenidad en las tristezas,

Multiplicidad del gozo en nuestras alegrías.

Queremos seguirte siempre,

No permitas, con tu gracia, que abandonemos el camino,

Perderíamos el sentido de nuestra existencia,

Quedarían nuestras vidas sin rumbo.

Ayúdanos a no desmayar jamás en tu seguimiento,

Sabemos que la corona de la vida, está al final del camino.

Amén.

I. Para seguirle, escuchar la realidad, juzgar desde su luz y actuar en consecuencia

Dios habla a través de la realidad que nos reclama. (VER)

Padre Ricardo E. Facci

Fundador y Presidente de Hogares Nuevos - Obra de Cristo.

 

Conferencia en las Asambleas Nacionales 2013.

Una de las claves para saber interpretar el paso de Dios por la historia, la humanidad y nuestra concreta realidad, es saber leer los signos de los tiempos. Lo que Dios quiere decirnos en este aquí y ahora. Saber descubrir la misión que Él nos encomienda, para poder aportar verdaderamente a la Iglesia, a la sociedad y a la humanidad.

Dios habla de muchas maneras, habla por la conciencia, por medio de sueños (Mt 1,24), de visiones (Hec 16,9), de profecías (1Cor 14,3), de predicaciones (Ecle 2,11), de su palabra escrita (Jn 5,39), de voz audible (Mt 3,17), de la voz interna (Is 30,21; Jn 14,26) desde la realidad cotidiana, desde aquellas situaciones que nos rodean, desde los signos de los tiempo, desde todos estos ámbitos podemos escuchar a Dios.

Lo que se debe tener claro, es que Dios está más interesado en hablar al ser humano, que éste en escucharle. Cuesta disponerse a escucharle, a leer su palabra y su voluntad en la creación, en los acontecimientos de la vida, en la intimidad del corazón. Dios ilumina la vida y la realidad donde se vive.

El signo de los tiempos que significa el grito de la familia pidiendo auxilio, hizo que nos diéramos cuenta que, desde hace 30 años, Dios nos pedía que trabajemos y salvemos la familia, desde un aporte como meros instrumentos en manos del Señor.

Como tantas veces hemos dicho, la familia navega en una frágil cáscara de nuez, en medio de un mar turbulento. Ella, tan cara a los sentimientos del hombre, es el ámbito donde nacemos, crecemos, desarrollamos y morimos, sobre todo, el ámbito donde el ser humano llega a una de las mayores realizaciones como persona. Nada aporta al ser humano como la construcción de una hermosa familia y nada le hace tanto daño, como la triste experiencia de la destrucción de su familia o de la ausencia de ella.

Desafíos de la familia.

El gran problema no es directa y principalmente la familia, sino un concepto antropológico, esto es, la concepción que se tiene del hombre.

Lo central de la institución matrimonial y del concepto de la vida, es la humanidad del hombre, de su vivir, de sus opiniones, de su estilo de vida, esto es lo que está sobre el escenario y su relación con la institución familiar tan querida por Dios, desde el comienzo de la creación, para su bien, su desarrollo, su plena realización en la historia, en el tiempo y en la eternidad.

La crisis en la concepción del ser humano enferma todo lo que él hace. Especialmente, por el individualismo, el hombre, ha perdido la capacidad de amar, del encuentro con el "tú", acción indispensable en la construcción de la familia. El hombre puede perder su "humanidad" y convertirse en inhumano. Se vacía así de su propio ser, de su dignidad. Se enferma porque el espíritu no puede vivir sin amor. Esa enfermedad del espíritu puede minar las raíces mismas de su ser y de su comportarse como humano.

La crisis ha tomado una magnitud y profundidad que atemoriza pensando hasta dónde el ser humano podrá dominarla y superarla. Es una amenaza constante. Se manifiesta en una crisis de la razón, de conceptos, de valores. El hombre se dispersa, pierde su integridad, su unidad, su verdad, su rostro se ensombrece, su mirada se vuelve recortada, miope, pierde la capacidad de contemplar el horizonte. El hombre se vuelve caricatura, porque pierde luminosidad en la que se refleja el esplendor del Creador, entonces se hunde en un mar turbulento, oscuro, de corrientes riesgosas, en las que puede encontrar aquellas que lo arrastren hacia profundidades muy oscuras, logrando que pierda la autodeterminación para ser feliz.

Descripción de la familia en la sociedad actual.

En este último tiempo, se han incrementado, de modo progresivamente alarmante, el número de divorcios y de separaciones conyugales. Aumento de matrimonios sólo por civil, y sobre todo, el incremento de parejas con uniones de hecho.

La cultura dominante, especialmente manifestada por los Medios de Comunicación Social, favorece las rupturas matrimoniales y la creación de nuevos vínculos maritales. Los efectos de las rupturas matrimoniales son muy graves y dañinos, especialmente para la educación e integración social equilibrada de los hijos. Efectos negativos económicos y psicológicos para los cónyuges y para los hijos.

Últimamente se habla de múltiples formas de familias, quitando el modelo tradicional que incluye a los papás (fruto de un matrimonio entre un varón y una mujer) y a los hijos.

No existen programas públicos, con apoyo gubernamentales, para la instrucción en la regulación natural de la fertilidad. Se promueve el aborto, las píldoras abortivas. La praxis de la esterilización quirúrgica. Por otro lado, avanzan en los diferentes países la fecundación artificial, generando acumulación de miles de embriones congelados, verdaderos bebés congelados

Existe una concreta discriminación de los verdaderos matrimonios, equiparándolos legalmente a parejas de hecho o de homosexuales, haciendo que aparentemente todo valga lo mismo, o peor aún, lo normal parece cosa del pasado, de minorías caducas, generando una verdadera confusión, especialmente en las nuevas generaciones.

Lo grave es que la familia "escuela del más rico humanismo" (G. et S. 52) es mirada con sospecha; ella fuente de una genuina personalización (en la que el hombre crece en su dimensión personal) es acusada como obstáculo a la realización humana, a su libertad. Y ésta, caprichosamente interpretada, le da la impresión de ser centro de todo, referencia de todo, norma. La libertad sin verdad, sin exigencias, sin responsabilidad, es un peligroso instrumento, como un juguete mortal. Curiosamente, mientras el hombre gana espacios de libertad, y su técnica alcanza niveles desconocidos, y la riqueza aumenta, en otros aspectos se empobrece, incapaz de mirar la miseria del mundo, y se ata a cadenas de esclavitud que él mismo se forja.

Se han generado una serie de pendientes resbaladizas. Pendientes muy riesgosas, especialmente, teniendo en cuenta que ya se inició la carrera posterior al tropiezo y el resbalarse. Las reformas educativas de los años '80, en la mayoría de nuestros países, han deslizado y resbalado hacia jóvenes sin puestos de trabajo y fracaso escolar; la introducción en la legislación del divorcio nos lanzó por una pendiente en la que el matrimonio, base de la familia, es algo que jurídicamente es irreconocible: no es indisoluble, ni heterosexual, ni abierto a la vida, sólo parece algo repudiable; la anticoncepción de los '60 condujo a la esterilización, al aborto, a la píldora abortiva, a la destrucción de tantos corazones de mujeres destrozados por haber asesinado a su hijo. Al eliminar los bebés mal formados en el vientre materno, conduce a eliminar recién nacidos, jóvenes mal formados, a la misma eutanasia. Una pequeña grieta acaba en ruina.

Mis amigos, la familia vive un tiempo difícil de grandes dificultades. Pero hay fuertes signos de esperanza, gracias a Dios, Hogares Nuevos es uno de ellos.

La realidad, para el caso de latinoamérica, podemos describirla desde las diferentes conferencias del Celam. Europa ha ido a un ritmo similar, simplemente fue abriendo caminos, mostrándose como modelo. Mirando el proceso de los mismos documentos generados, muestra la pendiente resbaladiza, de la que hablamos.

1968. Medellín.

Plantea la familia como un rasgo fundamental de la cultura latinoamericana, a pesar de que la familia se enmarca en realidades sociológicas sumamente diferentes. Señala a la familia, como la institución que más ha recibido los impactos de las transformaciones sociales. Pero no describe con más precisión y detalles las diversas realidades sociológicas y culturales en las cuales se ha encarnado de manera directa la idea de familia. Tampoco menciona la inestabilidad que genera el varón en la realidad familiar, dado que no asume su compromiso matrimonial en grandes sectores de la población latinoamericana, pero sí hace referencia a las consecuencias de esto: pocos casamientos, alto porcentaje de hijos ilegítimos y de uniones ocasionales, alto índice de disgregación familiar, incremento del hedonismo y erotismo que acompaña a la propaganda consumista. No hace referencia al efecto devastador de anti-valores invasores del hogar y que socaban los fundamentos de la vida familiar.

1979. Puebla.

Aquí ya aparece subrayado (Cfr. N° 57), el deterioro de los valores fundamentales básicos como elemento desintegrador de la comunión familiar.

Denuncia que hay familias que se disgregan y destruyen. Corroídas por el egoísmo, el aislamiento, el ansia de bienestar, el divorcio legal o las separaciones de hecho Por supuesto, menciona que hay familias que responden al ser verdaderas Iglesias domésticas, en cuyo seno se vive la Fe, y los hijos son educados en ella, acción sostenida por el buen ejemplo (cfr. N°90)

Hace referencia a un problema grave de muchas familias, como lo es la pobreza, que citando a Juan Pablo II, menciona los índices deprimente de insalubridad, pobreza y aún miseria, ignorancia y analfabetismo, condiciones inhumanas de vivienda, subalimentación crónica, entre otras (Cfr. 571) (Cfr. Ricardo Facci, Opción de los Pobres Latinoamericanos, Ediciones Paulinas, Bs. As. 1982)

También denuncia, que la familia aparece como víctima de quienes convierten en ídolos el poder, la riqueza y el sexo. Contribuyendo a esto las estructuras injustas, los medios de comunicación social, no sólo con sus mensajes de sexo, lucro, violencia, poder, ostentación, sino también destacando lo que contribuye a propagar el divorcio, la infidelidad conyugal y el aborto o la aceptación del amor libre y las relaciones prematrimoniales (Cfr. 573) Señala que contribuye a la desorientación de las conciencias, la falta de unidad de criterios entre los sacerdotes (Cfr. 574). Marca como un impacto negativo sobre la familia la pornografía, el alcoholismo, las drogas, la prostitución y la trata de blancas, como también, las madres solteras y los niños abandonados.

Subraya como positivo, entre otras cosas, el trabajo silencioso y constante de los movimientos a favor de la familia (Cfr. 580).

Los hechos que acusan la desintegración familiar ponen de manifiesto, de diversos modos, la auténtica índole de esta institución (cfr. GS 47), que no fue abolida ni por la pena del pecado original ni por el castigo del diluvio (Liturgia del matrimonio), pero que sigue padeciendo por la dureza del corazón humano (Cfr. 581).

1992. Santo Domingo.

Ya aparecen nuevos desafíos, se habla de la "cultura de la muerte". Los Obispos manifiestan ser testigos de las campañas anti-vida, sumado al egoísmo, el miedo al sacrificio y a la cruz, unidos a las dificultades de la vida moderna, generan un rechazo hacia el hijo.

Plantea el temor que genera el "terrorismo demográfico" que exagera la presentación del crecimiento de la población frente a la calidad de vida (Cfr. 219). Denuncia el "imperialismo anticonceptivo" que avanza a pasos agigantados.

Explicita el tema de la cultura anti vida, hablando de la masacre del aborto, la eutanasia de los niños recién nacidos, ancianos y enfermos estimados como inútiles, defectuosos, o "carga" para la sociedad. También señala que responde como cultura antivida la guerrilla, el secuestro, el terrorismo y el narcotráfico.

Comienza a denunciar cómo los problemas familiares se han vuelto un problema de orden ético-político, agravado por la mentalidad laicista y los medios de comunicación social (Cfr. 216).

2007. Aparecida.

Subraya que la familia es uno de los tesoros más importantes de los pueblos latinoamericanos y es patrimonio de la humanidad. Que una gran parte de la población está afectada por las difíciles condiciones que amenazan directamente a la institución familiar (Cfr. 432). A los legisladores, gobernantes y profesionales de la salud, los responsabiliza ante los crímenes abominables del aborto y de la eutanasia, pidiendo que sean conscientes de la dignidad de la vida. Ante la imposibilidad de frenar ciertas legislaciones anti familia y vida, pide que se favorezca la objeción de conciencia, y quienes no son coherentes con la fe que profesan, queden excluidos de la eucaristía (Cfr. 436). Aparecida ya está reconociendo un avance de las fuerzas del mal sobre la familia, desde las leyes y ciertos ámbitos profesionales.

Se ve claramente, cómo a través de las diferentes décadas, los documentos fueron plasmando la denuncia de un mayor ataque hacia la familia y una degradación creciente en ella. La sociedad al no defender la familia, se auto destruye, por el hecho de que ella es la célula básica del tejido social. Mis amigos, cuando las células se degeneran, hablamos de cáncer. La sociedad tiene cáncer, porque se enferman paulatinamente sus células básicas, las familias. Hogares Nuevos, debe ser como antídoto de este cáncer que avanza y destruye sin miramientos los hogares de la humanidad.

 

Las estadísticas podrían iluminar todo este tema, aunque es relativa su influencia, porque una cosa es un número y otra es encontrarnos con niños de papás divorciados, o una esposa abandonada, o un esposo que quedó sólo con sus hijos. Anímense a trabajar con sus comunidades, anímense a buscar rostros concretos en sus ambientes y pregúntense cuántos hijos sin sus papás casados, que viven solamente con uno de los dos padres, o con personas que conviven con su madre o su padre, o que están con su abuela, o su tía no es difícil, repasen los compañeros de sus hijos o nietos en la catequesis, en la escuela o el colegio ¿Cuántos anualmente, en tu parroquia, se casan por Iglesia? Allí se darán cuenta de todo lo que el Señor nos indica como tarea a realizar, misión a cumplir.

Debemos escuchar para comprender la dimensión del llamado de Dios. Una atenta escucha de la voz de Dios que se manifiesta en un pueblo que llora y se escandaliza por lo que le ocurre a sus familias, a millones de niños y jóvenes que han perdido la unidad de sus padres, a millones de jóvenes que con sus comportamientos en relaciones pre matrimoniales, sexo libre, alcohol, droga, están "capacitándolos" para destruir las familias que intentarán realizar, si es que llegan a iniciarlas. Dios se manifiesta en todo esto, no podemos cruzarnos de brazos y con mirada pasiva permitir que la humanidad se vaya cayendo a pedazos, que las familias se derrumben, que las verdaderas familias comiencen a ser absolutas minorías en nuestros países.

Si sabemos escuchar a Dios, nuestras bocas podrán salir al mundo a gritar, a modo de verdaderos y comprometidos profetas, las denuncias contra todo lo que ataca y debilita la familia, sobretodo, en una profunda dimensión profética, anunciar a cuatro vientos que el amor es lo principal en la vida del ser humano, todo lo puede, que es lo que da sentido a la vida del hombre, porque el amor es Dios. Negar el amor es negar a Dios. Negar a Dios es negar el amor. Dios es amor. El individualismo actual niega la persona, por lo tanto, la posibilidad del encuentro del "yo" con el "tú", en definitiva niega la posibilidad de amar, y de este modo, está negando a Dios. ¡Basta de propuestas que empequeñecen al hombre y a la familia!

Escuchemos a Dios, para que tengamos autoridad en nuestras palabras, que deben reflejar lo que nos está diciendo Él, a través de la realidad que palpamos.

Hogares Nuevos tiene un serio y enorme compromiso, mis amigos. Pero Hogares Nuevos no existe sin mi compromiso, sin tu compromiso. Aunque seamos dos los que queramos vivir como Hogares Nuevos, éste va a poder continuar con el accionar evangelizador de la familia; pero si la conciencia y el compromiso lo asumimos miles, los frutos serán diferentes. Cien podemos rodear un palacio legislativo en la lucha por una ley justa que ayude a la familia o para oponernos a una ley que degrade la vida familiar; pero si somos miles, podremos continuar con nuestra siembra de amor, familia por familia, y que tanto resultado nos ha dado, pero que debemos hacer crecer en progresión geométrica. Si uno logra hacer nuevo a tres hogares, esos tres podrán con nueve y así sucesivamente, hasta que todos queden renovados hasta el confín de la tierra. Si no nos comprometemos en luchar contra este cáncer de la sociedad, seremos víctimas de ella.

Nuestros países, europeos y latinoamericanos, con presencia de Hogares Nuevos, sufren temas preocupantes en relación a la familia, a través de legislaciones nacionales, de recientes decisiones judiciales, de políticas promovidas por la Naciones Unidas, que son verdaderas amenazas para la dignidad humana y la institución familiar.

Los Obispos, en diversas oportunidades, constatan la presencia de Movimientos laicales que aumentan en importancia y que tienen como finalidad el trabajo de la familia y de la vida de gran importancia tanto en el ámbito diocesano, como en el nacional, regional, internacional y mundial (Cfr. 3er Encuentro de presidentes de las Comisiones de Familia y Vida de las Conferencias episcopales de América Latina y el Caribe (22-12-2005). Somos un Movimiento concreto, Hogares Nuevos debe responder plenamente a este signo de los tiempos que Dios ha utilizado para sensibilizarnos ante las necesidades de la familia y nos envía a reconstruir las Iglesias domésticas, como a San Francisco, le pidió a través de la necesaria reconstrucción de San Damián, que reconstruya la Iglesia.