Iluminación oculta

Text
0
Kritiken
Leseprobe
Als gelesen kennzeichnen
Wie Sie das Buch nach dem Kauf lesen
Schriftart:Kleiner AaGrößer Aa

© Derechos de edición reservados.

Letrame Editorial.

www.Letrame.com

info@Letrame.com

© Pedro Jesús Carbonell Peñalver

Diseño de edición: Letrame Editorial.

ISBN: 9788418512261

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación, en Internet o de fotocopia, sin permiso previo del editor o del autor.

Letrame Editorial no tiene por qué estar de acuerdo con las opiniones del autor o con el texto de la publicación, recordando siempre que la obra que tiene en sus manos puede ser una novela de ficción o un ensayo en el que el autor haga valoraciones personales y subjetivas.

«Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47)».

Agradecimientos

Quiero agradecer y dedicar este libro a cada una de las personas que han ocurrido en mi vida, a toda la que se ha cruzado por mi camino o que incluso solo me ha dicho hola o me ha dedicado una mirada, a todas esas personas que han permitido que yo pudiera tener forma alguna. Especialmente agradecido si te dispones a leer este libro. ¡Gracias por tu tiempo!

También quiero agradecer a mi familia y amigos por haber estado ahí en mi camino y gracias a ellos tener una identidad o ser quien soy de alguna manera.

Y, por último, gracias a ti, mi alma gemela, por compartir tu vida conmigo de una forma incondicional y completa; a tu lado tengo la capacidad de reconocerme. Gracias por ser mi mayor maestra. ¡Gracias!

Prólogo

Ha llegado el momento de escribir este libro. Me gustaría mucho contar mi forma de ver la vida y de cómo consigo ver que todo nos afecta en ella para, de algún modo, llegar al máximo de personas posibles y que estas páginas nos hagan comprender todo, tratando de sentir así un estado de paz infinita que no podéis imaginar y que sí podéis experimentar.

El objetivo es que solo con el libro muchas personas mejoren su vida y que tú también logres hacerlo. Aunque sin expectativas por mi parte, tengo la sensación de que estas personas solo necesitan una ayuda externa para descubrir, o más bien recordar, su propia naturaleza interna, que ya saben, pero permanece olvidada. Quizás, con este libro en forma de llamada, pueda ser un buen momento para aprovechar. Habrá otras personas que no compartan mis escritos o posiblemente haya algunas cosas que lleguen más que otras: todo eso no me preocupa en absoluto, solo con que lo lean es el inicio de algo muy grande. Estoy totalmente seguro de que todos los que lean el libro de algún modo van a experimentar una mejoría en su vida, más tarde o más temprano.

Puede que no sea vuestro momento y no sintáis nada cuando terminéis con él. También puede que logre crear en vosotros un sentimiento muy intenso de querer avanzar sin tener miedo de las adversidades que se puedan presentar a través del camino, mirando a todos nuestros fantasmas a los ojos tan de cerca, que será algo muy especial entre tú y yo. Todo eso son solo opciones y lo cierto es que esto es solo el comienzo. Si lo leéis, pase lo que pase al final, estaréis comenzando un camino muy especial y en el que volver atrás dudo que lo consigáis, no por nada sino porque el estado de paz y de tranquilidad que alberga este conocimiento es tan grande que ya no vais a querer volver a la antigua vida, donde las preocupaciones y ansiedades eran protagonistas la mayoría de los días. A este proceso se le llama despertar.

Imaginad que sois Neo en la película Matrix: si recordáis la secuencia en la que Morfeo le da a elegir entre la pastilla azul y la roja, este fragmento sería lo más parecido a la elección de leer este libro o no. Para que la podáis recordar, os la dejo a continuación. Sé que esta secuencia ya se ha utilizado en muchas ocasiones para muchos temas distintos, pero es demasiado buena como para obviarla y me parece que encaja a la perfección:

MORFEO.—Supongo que ahora te sentirás un poco como Alicia, cayendo por la madriguera del conejo.

NEO.—Es posible.

MORFEO.—Puedo verlo en tus ojos: tienes la mirada de un hombre que acepta lo que ve porque espera despertarse. Irónicamente, no dista tanto de la realidad. ¿Crees en el destino, Neo?

NEO.—No.

MORFEO.—¿Por qué no?

NEO.—No me gusta la idea de no ser yo el que controle mi vida.

MORFEO.—Sé exactamente a lo que te refieres. Te explicaré por qué estás aquí. Estás porque sabes algo, aunque lo que sabes no lo puedes explicar, pero lo percibes. Ha sido así durante toda tu vida. Algo no funciona en el mundo. No sabes lo que es, pero ahí está, como una astilla clavada en tu mente, y te está enloqueciendo. Esa sensación te ha traído hasta mí. ¿Sabes de lo que estoy hablando?

NEO.—¿De Matrix?

MORFEO.—¿Te gustaría realmente saber lo que es? Matrix nos rodea. Está por todas partes incluso ahora, en esta misma habitación. Puedes verla si miras por la ventana o al encender la televisión.

Puedes sentirla cuando vas a trabajar, cuando vas a la iglesia, cuando pagas tus impuestos. Es el mundo que ha sido puesto ante tus ojos para ocultarte la verdad.

NEO.—¿Qué verdad?

MORFEO.—Que eres un esclavo, Neo. Igual que los demás, naciste en cautiverio, naciste en una prisión que no puedes ni saborear ni oler ni tocar. Una prisión para tu mente. Por desgracia, no se puede explicar lo que es Matrix. Has de verla con tus propios ojos. Esta es tu última oportunidad. Después, ya no podrás echarte atrás. Si tomas la pastilla azul, fin de la historia: despertarás en tu cama y creerás lo que quieras creerte. Si tomas la roja, te quedarás en el País de las Maravillas y yo te enseñaré hasta dónde llega la madriguera de conejos. Recuerda, lo único que te ofrezco es la verdad, nada más.

Introducción

A la mayoría de las personas que me conocen, no les sorprenderá que escriba un libro, ya que mi vida está llena de innovaciones y cambios. Casi todos esperarían que este tratara de inversiones en bolsa o de economía, pero cuando terminen de leerlo estoy seguro de que se alegrarán mucho del cambio realizado. Creo que este irá directo a la sección de autoayuda o, como a mí me gusta llamarla, autodescubrimiento o crecimiento personal.

Mi idea inicial, y comenzó siendo así, era escribir sobre bolsa, en especial sobre el trading financiero. De hecho, tengo una introducción de ocho páginas escrita sobre este tema, introducción que por el momento no llegó a más, ya que a medida que escribía me daba cuenta de que ese iba a ser otro libro más de bolsa en el que se ofrecen unos conocimientos y se explican determinados sistemas para intentar ganar dinero en los mercados financieros. Lo cierto es que durante toda mi trayectoria no conozco a nadie que esté ganando dinero por el simple hecho de haber leído un libro de bolsa. Para poder ganar dinero y obtener cualquier cosa en la vida existe una formación prioritaria que yo llamo evolución propia, formación que no nos han explicado en el colegio, formación que permanece más oculta de lo que debería; pero formación que poco a poco va llegando de una forma u otra a cada uno de nosotros y nos va facilitando el camino. Conocimientos más sencillos de lo que pueden parecer, los más sencillos del mundo de poner en práctica; pero los más difíciles de olvidar una vez son desvelados.

Si estás leyendo estas palabras es porque has decido tomar la pastilla roja, decisión que crees haber tomado tú, ya que piensas que eres dueño de tus decisiones y de tu mente. Sintiéndolo mucho, tengo que decirte que esto no es así: nos dejamos llevar por nuestra mente y, en este caso, por una acción del ego que podemos etiquetar como curiosidad. Mi propuesta es adquirir una serie de conocimientos a través de los cuales seamos capaces de decidir por nosotros mismos: estaremos seguros de que el camino por el que avanzamos es el correcto, independientemente de las condiciones adversas que se presenten en el mismo. Os propongo un modelo de despertar con unas bases muy antiguas, pero olvidadas en el tiempo; muchas de ellas ya las conocemos, pero no las ponemos en práctica y por eso quiero ayudarme a mí y a todos solidificando estas bases a través de estas páginas.

No os asustéis por lo místico del asunto, no pretendo ser misterioso y voy a contar todo con la mayor sinceridad y naturalidad posible. Lo único que pido es que leáis sin juzgar, sin emitir prejuicios: simplemente leed y dad rienda suelta a la imaginación, dejaos llevar a través de él como si de una historia fantástica se tratase, pero no olvidéis que estamos ante lo más real que existe y en el camino está descubrirlo juntos.

En primer lugar, quiero dejar claro que este no es un libro religioso. Para mí, la religión es algo que respeto mucho, pero que no comparto, ya que las normas, las reglas y los líderes no tienen cabida en la filosofía de vida que quiero transmitir. Sí os puedo decir que es espiritual: entendiendo la palabra como lo que es, sin darle un contexto religioso. Una persona espiritual es aquella que tiene una disposición a investigar y desarrollar las características de su espíritu; esta investigación implica la intención de experimentar estados especiales de bienestar como pueden ser la salvación o la liberación. De un modo más resumido, ser espiritual es llegar a tomar consciencia, ser consciente de la unidad que existe entre el cuerpo y el alma, y de la unidad total que tenemos todos y cada uno de nosotros entre sí. «No somos un cuerpo, somos espíritu y todos y cada uno de nosotros, juntos, formamos una unidad»: este es un objetivo que conseguir y mediante los conceptos que vamos a ir desarrollando vamos a darle forma al objetivo de vivir.

 

El libro se basa en muchas teorías y aprendizajes que he ido adquiriendo a lo largo del tiempo: algunas de ellas puede que ya las hayas leído antes, explicadas de otras formas, cosa que me alegraría mucho. Ofrece mi forma de ver y contar todo este enredado de posibilidades paralelas. En ningún momento voy a copiar nada ya escrito antes, excepto si es una transcripción como la película de Matrix, la cual mencionaré en cada momento. Todo va a ser una improvisación muy elaborada. Sobre todo, mis palabras van a contar mi forma de ver la vida en base a todo lo aprendido, leído y, lo más importante, experimentado.

Si a lo largo de estas páginas resulta que hay algo que no entiendes o no encaja con tu punto de vista actual, no te preocupes, continua leyendo: quizás más adelante puedas darle forma a ese asunto que se quedó con un sentido tan abstracto. Sigue avanzando, sumérgete en todos estos escritos que están aquí para ti, sácale todo el partido que tú veas necesario y vuelve a releer las veces que lo necesites. Este libro en forma de guía siempre te va a dar una información valiosa cada vez que vuelvas a releerlo. Ojalá puedas llegar hasta el final de él y recibir el regalo que permanece escondido aquí, sobre todo en esos capítulos finales de apertura interior y en el esperado capítulo final de iluminación. Se trata de abrir mi corazón a los lectores y que a través de mis palabras conozcan la única verdad, que no es otra que vivir en paz, obtener la salvación y abandonar el sentimiento de culpa y sufrimiento.

He de explicar que cuando yo escribo, la mayoría de las veces me siento como un canal: no influyo sobre las palabras escritas aquí, vienen a mi mente y según llegan las voy plasmando. Por eso, todo esto para mí es un crecimiento personal auténtico, ya que no solo estoy escribiendo sobre lo que ya conozco, sino que surgen muchas cosas nuevas las cuales puedo absorber, comprender e incluir en mi evolución cuando releo estos escritos.

En este libro, durante muchos momentos, parece que estoy diciéndole a la gente lo que tiene que hacer y cómo tiene que hacerlo.

Soy consciente de que al ser humano no le gusta que le digan lo que tiene que hacer y lo que no. Pero fijaros en que el trasfondo es otro; con esta comprensión seremos libres de todas las creencias antiguas de nuestro pasado. Por esta razón, dicha información necesita ser revelada y expuesta de esta forma, como si de un curso o formación se tratase. Aunque parezca que te digo cómo debes actuar trata de llegar al final, solo así podrás comprender todo y ser dueño de tu vida. Yo sigo siendo un alumno y cuando leo este libro necesito leerlo así, como un lector más, como si alguien ajeno a mí me estuviera dando las pautas para descubrir un mundo nuevo.

Una gran amiga, muy especial e importante en mi vida, me dijo una vez que haría algo grande siendo un pilar importante en la ayuda de otras almas y también me dijo que a lo largo de mi vida aprendería cosas muy complejas y de difícil entendimiento, pero tendría la capacidad suficiente de conseguir que se entendieran de una forma fácil a través de palabras simples.

Vamos a darle una oportunidad a este nuevo concepto de ver la vida: lean, aprendan, asimilen, llénense de sabiduría, experimenten y, cuando lleven un tiempo, pongan la atención en el pasado, por un instante, analizando qué vida les produce más paz y felicidad: la antigua, llena de problemas que no lograba comprender y de mucho sufrimiento debido ese desconocimiento, o la nueva vida, llena de sabiduría y conocimiento adecuados para la comprensión de todos los acontecimientos, pudiendo aprender de todo lo que ocurra a lo largo de la vida, ya sea considerado como bueno o malo. Mirar la vida con una perspectiva real y verdadera es lo único que ofrezco.

Capítulo 1

Descubriendo las reglas del juego

Si hoy fuese el último día de tu vida, ¿querrías hacer lo que vas a hacer hoy? Si la respuesta es no durante demasiados días seguidos, necesitas cambiar algo.

Steve Jobs

Como uno de mis maestros siempre dice, «la vida es un juego». Sí, la vida es un juego, pero de verdad, en el sentido literal de la palabra; el problema viene cuando nos olvidamos de esta frase y la vivimos en primera persona dejando que todos los problemas nos afecten directamente en nuestro interior.

Os propongo un Juego con mayúsculas y vamos a jugar como cuando éramos niños y nada nos preocupaba, salvo que en esta ocasión tengamos un cuerpo adulto: esa sería la única diferencia, sin la menor importancia.

Imaginad que estáis jugando a un videojuego en el que sois un personaje, un muñequito, avanzando por una serie de niveles. A este le ocurren cosas que no nos gustan y, además, muere en muchas ocasiones. Bien, si os fijáis en esa acción, hay un personaje a tener en cuenta que no forma parte del juego, pero lo vive: ese sería quien tiene el mando de la videoconsola y está jugando. En estos momentos, y aunque creáis que es de otra forma, ese muñequito que sufre, al que le pasan cosas horribles e incluso muere en muchas ocasiones, sois vosotros y el mando estaría en piloto automático controlado por vuestro ego. Estaríamos como en un estado de inconsciencia sin saber por qué pasan las cosas (en otro capítulo hablaré sobre el ego más detalladamente). Mi objetivo es que toméis las riendas de vuestra vida y seáis responsables de vuestros actos y pensamientos, consiguiendo a lo largo de una disciplina que se inviertan los roles y podáis ver la vida desde un plano en tercera persona y así manejéis a ese muñequito que, de esa forma, sería vuestra mente consciente.

Si os identificáis con él y pensáis que lo ocurrido es exterior a vosotros, como, por ejemplo, tener un accidente, recibir una denuncia, hacernos un corte cocinando, tener una discusión con alguien y otras muchas cosas que nos ocurren en la vida diaria, el muñequito sufrirá mucho y no entenderá nada. Pero si, al contrario, lo vives con otra perspectiva y consigues ser la persona que maneja el mando de la videoconsola, reduces el sufrimiento y vives las cosas comprendiéndolas tal y como vienen, viviéndolas tal y como son. El primer paso para poder superar estas pruebas es preguntarnos para qué me está ocurriendo esa situación, muy diferente a preguntarnos el porqué, cosa que siempre hacemos cuando nos ocurre algo: «¿Por qué a mí? ¿Por qué me ha tenido que pasar esto a mí?». No podemos negarlo, siempre andamos con este tipo de preguntas, en las que siempre somos la víctima y que no nos llevan a recibir ninguna respuesta adecuada.

No os culpéis por ello, es lo que de generación en generación hemos ido aprendiendo y son los hábitos adquiridos con el tiempo; es lo más normal del mundo, pero también es, en primer lugar, lo que nos separa de un cambio o evolución. Cuando preguntamos por qué, lo único que obtenemos es una respuesta lógica y racional la cual ya sabemos, pero es lo único que seguimos obteniendo, siempre una respuesta racional que nos deja en el mismo sitio donde estábamos antes del accidente sufrido. Si me hago un corte y pregunto el porqué, obtengo la explicación de la acción: «Me he hecho un corte porque se me ha resbalado el cuchillo y tenía que haber utilizado otra cosa o haber llevado más cuidado». Esto son solo sentimientos de arrepentimiento y culpabilidad que no nos van a llevar a conseguir ser el que maneja el mando de la videoconsola, sino que nos van a dejar siendo siempre el muñequito al que le ocurren cosas malas o buenas.

Cuando preguntamos para qué, estamos yendo más allá del problema en sí y la mayoría de las veces, a través de la intuición, determinaremos qué es lo que tenemos que aprender de esa acción que ha ocurrido. De esta manera, seremos más responsables de nuestros actos, tomaremos consciencia de lo que nos ocurre, aprenderemos o evolucionaremos de cada una de las cosas que nos suceden para que en un futuro cuando nos vuelvan a ocurrir hayamos aprendido más y más cada vez hasta que ese tipo de cosas dejen de aparecer o, si nos suceden, que por lo menos no nos afecten. Esta es la única forma de poder llegar a ser el que maneja el mando del videojuego, esta es la única manera en la que puedo llegar a ser el que controla mi vida. Me seguirán ocurriendo cosas que al principio me puedan parecer malas, pero siendo capaz de preguntarme para qué me van ocurriendo es como puedo llegar a comprender que lo malo también es bueno, ya que es esto lo que más y más rápido me puede enseñar y de donde más puedo aprender para poder dejar de sufrir en mi vida.

Es muy importante esto que estamos diciendo: lo primordial para poder avanzar y evolucionar en tu día a día es responsabilizarte de tus actos. No hablo de responsabilidad en el sentido de declararte culpable cuando has hecho algo mal, sino de responsabilizarte teniendo tu mente en la atención plena y analizando cuál es la conclusión y el beneficio que aprendo de cada una de las situaciones que vivo.

Normalmente, vamos siempre corriendo a todos los lugares y nos ocurren situaciones que etiqueto desde el principio como desagradables: estas las vivo y las sufro sin más y la mayoría de las veces no consigo sacar nada en claro o nada positivo. Por lo tanto, esa clase de situaciones me siguen persiguiendo sin entender para qué me están sucediendo y de esta forma mi vida seguirá en ese círculo de sufrimiento constante. Voy a poner una serie de ejemplos para explicarlo.

Imagina que eres una persona a la que no le gusta madrugar mucho. En este caso, la hora perfecta para levantarse de la cama sería las nueve de la mañana; pero tienes un trabajo que te obliga a levantarte a las seis para empezarlo a las siete, además de un trayecto de treinta minutos en coche para llegar al trabajo. Comienza el día y lo primero que piensas es: «Qué desgraciado soy, con lo bien que estoy en la cama y tengo que levantarme para ir a mi horrible trabajo». Fijaos en la dureza de los pensamientos, alucinante lo que se está proyectando simplemente con esta frase. No nos damos cuenta de la importancia que tienen nuestros pensamientos en el subconsciente. El universo oye todo lo que pensamos, la prueba de ello está en la experiencia vivida después de esa serie de pensamientos negativos; no me baso en otra cosa.

El primer paso no es cambiar nuestros pensamientos, sino ser conscientes de que estamos teniéndolos y darnos cuenta de las acciones negativas que ocurren a raíz de que estos aparecen. Este es el paso más importante bajo mi punto de vista. No pido cambiar nada de momento, solo darnos cuenta de nuestro paso por la vida a través de nuestros pensamientos. Parece fácil de hacer y lo es, pero nunca nos hemos parado realmente a analizar y observar nuestro interior.

Te levantas de la cama y te dispones a desayunar. Cuando te estás sirviendo un poco de leche se te derrama la mitad del vaso por la mesa. A continuación, intentas cortar una pieza de fruta y ¡auch!, te haces un corte en el dedo con el cuchillo. Además de eso, no te encuentras muy bien, ya que te duele la cabeza por quedarte viendo la televisión la noche anterior hasta tarde. De todas formas, te dispones a ir al trabajo y a mitad del camino encuentras un atasco en la autovía que te hace llegar diez minutos tarde. Entras en la oficina y ya estás pensando en la mala cara que tendrá tu jefe por haber llegado tarde y efectivamente, ahí está: te recuerda la importancia de llegar puntual. Le dices que no fue tu culpa, que fue por un atasco. En este caso, es verdad que sufres un atasco, pero otras veces se llega tarde por que sí y siempre está la misma excusa.

Vale, después del maravillosamente fatídico día de trabajo, lo único que sabes decir es: «Vaya día he tenido, mejor no haberme levantado de la cama. ¡Uf, qué mala suerte! Bueno, mañana será otro día». ¿Cómo?, ¿tienes un día horrible en el cual suceden situaciones que no te gustan, habidas y por haber, y te conformas diciendo que mañana será otro día?

Aquí está la importancia de preguntarse para qué, este es el momento perfecto para analizar e intentar ser tú el que consiga controlar tu vida o el mando de la videoconsola. De todas estas cosas que han ocurrido este día, se puede deducir mucho: por ejemplo, si te has cortado, ¿para qué ha sido?, ¿qué tienes que aprender de esta situación para que te haga avanzar en un futuro y no volver a vivir esa situación desagradable? Pues bien, te has cortado, ya que no te gusta madrugar y estás haciendo las cosas a fuerza de tu voluntad; vas medio dormido y te cortas para retrasar el momento de salir hacia el trabajo ya que lo que quieres es estar en la cama. Podemos sacar en claro muchas cosas sobre ese día, pero la más importante y que tenemos que cambiar, en este caso, y el problema de fondo podría venir relacionado con el trabajo.

 

¿Por qué nos permitimos vivir una vida que no nos gusta haciendo algo que no nos completa y cuando no queremos? Todos estos accidentes son avisos que se nos proponen para que tomemos medidas y cambiemos de una vez. Vamos a romper ese apego al trabajo y permitirnos evolucionar con el cambio. Quizás haya llegado el momento de tomar una decisión con respecto a tu trabajo, tratando de detectar qué hay en él que te está impidiendo estar cómodo y feliz, y si analizas todas las cosas por separado y realizas los cambios pertinentes en cada uno de los problemas continuando todo de la misma forma, produciéndote malestar y angustia en tu día a día, quizás entonces haya llegado el momento de dejarlo.

Es una decisión de cambio y, además, se nos está poniendo a prueba, una durísima gran prueba, ya que no hay nada planeado: no hay otro trabajo detrás, hay facturas que pagar y responsabilidades que atender. Pero no pasa nada: si somos capaces de tener la seguridad en nosotros mismos de que vamos a encontrar otro que nos realice y nos llene más, lo conseguiremos. Lo más importante aquí es tener fuerza de voluntad para derrotar a uno de nuestros mayores enemigos llamado apego para poder salir de nuestro arraigado estado de confort.

Con esto no digo que haya que abandonar el trabajo al primer día en el que no me encuentro cómodo o al primero que llego tarde, todo lo contrario, gracias a estos pequeños avisos de situaciones de malestar que nos van ocurriendo por el camino debemos de ser capaces de pararnos y ver qué cosas, aunque sean pequeñas, me pueden estar afectando a la hora de estar cómodo en mi trabajo, como, por ejemplo, que me hayan quitado algún beneficio extra en el sueldo, alguna relación tensa con un compañero, algún cliente al que estoy percibiendo como un poco pesado o del que no me gusta su forma de actuar, envidias que yo mismo pueda estar sintiendo por avances en otro compañero, etc. Todo esto es lo que hay que empezar a aceptar o cambiar desde el primer momento en el que se detectan avisos de malestar en el cuerpo físico y en el trabajo.

Párate, haz un listado incluso de todas las cosas que te están molestando y acéptalas primero para poder aplicar el cambio que necesitan. Normalmente, si conseguimos cambiar nuestra forma de ver las cosas, quizás nuestras situaciones cambien, por ejemplo, sintiendo más tolerancia por los demás o poniéndonos en el lugar de la otra persona, sabiendo que, posiblemente, esa persona no sabe hacerlo mejor, pensando en lo positivo dentro de una situación que juzgamos como negativa, prestando más atención a lo bueno o positivo de las situaciones en vez de enredarnos con lo negativo. Yo no puedo cambiar a la persona que tengo enfrente y por la que me siento mal en mi trabajo, pero lo único que sí puedo hacer es dejar de verla desde ese lugar de juicio desde el que la estoy observando. Cambiando mis pensamientos y mi forma de ver al otro, es la única manera en que se puede producir un cambio en el futuro o un milagro si queremos llamarlo así. Yo solo puedo tener la capacidad de cambiar mi mundo, yo solo puedo cambiarme a mí mismo: eso al final lo es todo y esto lo puedo conseguir cambiando mis pensamientos. Hay que recordar que nunca voy a poder cambiar a la persona que tengo enfrente: liberaos ya de ese pensamiento que solo nos lleva a un resultado doloroso. Solo tengo, única y exclusivamente, la capacidad de poder cambiar mi forma de pensar con respecto a todo lo que se encuentra fuera de mí. Si cambio mi manera de pensar, automáticamente todo cambia.

Vuelvo a darle una vuelta más a esto, ya que observo que siempre andamos por la vida por el camino más difícil. De verdad, es imposible poder cambiar a otra persona y querer que sea como a nosotros nos gustaría. ¿Por qué nos empeñamos en que esto sea así? Hacerlo no estaría muy alejado de la magia. No podemos pretender esto si queremos dejar de sufrir: no somos hechiceros que podamos cambiar la forma de actuar de las personas, solo tenemos que aceptarlo; pararnos en seco y aceptarlo de una vez. Lo único que podemos hacer nosotros para tratar de mejorar la relación con otra persona es mejorar la calidad de mis pensamientos hacia ella, sintiéndolos de corazón y exponiéndolos de una forma honesta. Tengo comprobado que el cambio llega a continuación de eso.

Si de todas formas esa persona no cambia, por lo menos vamos a dejar de querer cambiarla: tratemos de aceptarla tal como es y, si esa relación no es beneficiosa para nuestra evolución, el universo se encargará de que cada vez la relación sea más inexistente. Se trata de vibraciones energéticas y no con todo el mundo debemos de vibrar en la misma sintonía. No pasa nada si tengo que dejar de relacionarme con esa persona o poco a poco se va perdiendo esa relación de una forma automática.

Entonces y solo después de ese cambio en tu manera de ver las cosas hacia el exterior, solo después de haber cambiado la manera de proyectarte hacia lo externo es cuando puedes comprobar si eres feliz en tu trabajo o no, y es en este momento cuando tendrás la capacidad de poder decidir.

Si te siguen ocurriendo esas cosas tan desagradables, entonces es posible que sí sea el momento de cambiar de trabajo. Solo podremos estar seguros de ello si resolvemos el puzle pieza por pieza. Si directamente huimos del trabajo sin comprender nada, seguiremos estancados con ese problema y puede que en nuestro próximo trabajo, tarde o temprano, ocurran cosas similares. Sin darnos cuenta, nos veremos atrapados en otro círculo de acontecimientos problemáticos con respecto a él que no logramos superar ni comprender, pero siendo solo para esto para lo que se nos vuelve a presentar ese problema una y otra vez.

Poco a poco, iréis entendiendo todo esto un poco más. Ahora mismo puede parecer como: «Mira este qué fácil lo ve. Es muy fácil decirlo cuando no estás en el pellejo de la persona». Precisamente por este motivo, por ser tan fácil de verlo estando desde fuera, es por lo que puedo tener la capacidad de decirlo y de esta manera os animo profundamente a hacer eso mismo: os animo a que vuestros propios sucesos y conflictos los consigáis ver desde fuera, como si fueseis un espectador al que no le afectan los resultados de las acciones, como si salierais de vuestro cuerpo y consiguierais ver todo de una forma neutral o, por lo menos, ser conscientes de ello en las ocasiones que consigáis hacerlo así para que de una forma automática, cada vez más, podáis tener una visión más objetiva de vuestros actos.

De todos modos, ese pensamiento anteriormente mencionado que puede haber aparecido por vuestra mente es otro gran enemigo de nuestra evolución y se llama juicio. Se acaba de emitir un juicio hacia mí, y eso no os beneficia en nada. Los juicios son ideas preconcebidas sobre algo, ideas o creencias antiguas basadas en un estado anterior y ahora podéis tener la capacidad de no veros identificados con ellos; serán otro de los grandes temas a tratar más adelante. De momento, me basta con que quede claro que toda acción desagradable que ocurre en el camino tiene un aprendizaje para que no vuelva a ocurrir en el futuro y eliminar el posible apego a cosas o situaciones que puedan aparecer en esas vivencias. Y recordad que, aunque las situaciones vividas sean malas e incluso traumáticas, de todas y cada una de ellas se pueden sacar aprendizajes positivos, aunque pueda parecer lo contrario. «Todo es perfecto y necesario», y veréis que esto es así.