Suficientemente vivo

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Suficientemente vivo
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Holboll, Paul

Suficientemente vivo / Paul Holboll. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2020.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: online

ISBN 978-987-87-0546-0

1. Poesía Argentina. I. Título.

CDD A861

Editorial Autores de Argentina

www.autoresdeargentina.com

Mail: info@autoresdeargentina.com

Imagen de portada: Xavier Cugat

Para Cecilia, mi amor y musa de mi inspiración…

Para Marisa, quien fue mi bastón en el momento

más difícil de mi vida…

A Guadalupe y Delfina,

que son y serán siempre parte de mí…

PRÓLOGO

por XAVIER CUGAT

Paul y yo fuimos compañeros del colegio secundario en la ciudad de Mar del Plata. De aquellos años rememoro que, aunque compartíamos el aula a diario, no nos llevábamos en lo absoluto. Producto de la juventud y la torpeza, a menudo lo invitaba a pelear al salir de clases. Recuerdo que él me miraba y se reía… y luego caminaba tranquilamente hacia su casa. Pero un día en lugar de invitarlo a pelear lo acompañé hasta su casa. Cuando llegamos, casi sin mediar palabras en el trayecto, me preguntó para qué lo acompañaba y solo me salió: “vengo a tomar la leche a tu casa”. Y él nuevamente sonrió y abrió la puerta…. Grandeza!

Nuestra amistad nació ese día y me trajo hasta aquí, hasta este prólogo de su primer libro de poemas, donde me encuentro al Paul de siempre, comprometido, sincero, noble e inocente. Desnuda su corazón en cada poema. Sin miramientos. Y lo hace con la alegría de quien ama la vida aun con todas sus heridas. Y quien ama transforma en bellas a todas las cosas.

GRACIAS, AMIGO.

POEMAS (2019)

SUFICIENTEMENTE VIVO

Suficientemente vivo,

inmerso en un torbellino de emociones,

un palpitar acelerado

por un instante presente...

aunque ya pasado;

sentir, desear, pensar... lo imposible,

lo vivido... tan solo ayer, algunos siglos atrás,

el momento perfecto de aquel amanecer;

ese instante diferente; la pura magia,

con aroma y sabor a mujer...

la vida regalando un instante de perfección,

(chispazo perpetuo y borroso)

grabado a fuego en la arena y en el mar;

testigos directos de aquel momento;

los albatros también... artificios de luz,

en la noche perfecta.

La vida presente,

brindando un encuentro casual,

alguna vez imaginado por alguien,

para luego arrebatarlo sin más.... y sin menos...

¿soñante, soñador o soñado?

los tres sin ser nada ni nadie;

¿soy él o soy ella?

la realidad nos despierta y agobia,

transmitiendo su mensaje.

El frío en mi cuerpo,

el calor de un abrazo que revive,

el no querer que pase el momento,

que se evapora dejando huella.

Suficientemente vivo para sentir y vibrar,

aquel recuerdo mirando hacia el mar,

la música de una fiesta apagada,

dejada atrás, como todo...

la melodía de aquella noche,

como dulce voz de sirena,

en la oscuridad que contempla,

y el corazón que palpita;

¿el mío, el tuyo o ambos al unísono?

Una canción posterior... a dúo...

revive lo que ya nunca morirá.

Una historia breve, única y perenne,

como todas las que atraviesan el alma.

Un momento de coincidencia,

efímero y también eterno...

La vida te hace vibrar y cachetea el alma,

marea y sacude la modorra.

Una ráfaga de felicidad,

danza al compás de aquella fugacidad;

la locura de bailar y bailar,

¡aun sin saber!

Y que te elijan igual...

Por fin el dolor al despertar,

y el placer de volver(te) a soñar.

Al fin de cuentas, vivos estamos...

Ya suficientemente muertos

vamos a estar.


COMPAÑERA DE VIAJE

Una tarde refinada, de sol pardo,

el andar de un auto con rumbo cierto;

aquel que se pierde en un instante

momentos fugaces y delicados

sonrisas cómplices, plenas de calma

silencios que hablan,

que gritan y claman

extraños sentimientos ocultos

miradas que anuncian y callan

un atardecer que se vislumbra

como otros y tan diferente

la voz dulce que acompaña

tan cercana, pero a la distancia

en rara perspectiva.

El tiempo muere en el arribo

el hoy ya es pasado y alumbra,

febrilmente,

nostalgias del mañana

tristezas de tarde de domingo

y recuerdos de un apacible camino

de una ilusión lejana,

pretérito perfecto convertido en destino.

Vienen imágenes de un paisaje,

antes visto y ahora descubierto

de un modo (y un mundo) diferente

Más y más colas de zorro y otros detalles

paradójicamente acechando,

acosando una infructuosa mente

que pide que hable, pero también que calle

tiñendo el viaje que ha terminado,

tan efímero y perenne.

Su muy querida presencia

convertida ahora en ausencia

vuelta distante, lejana

se precia de haber sido

como se jacta también de haberse ido

aquella lejana y dulce voz

que vaya alguien a saber de dónde viene

una utopía tierna…

tan real…

extraída de un asombroso paraje,

como una quimera…

mi exótica compañera de viaje

EL LOCO QUE ESCRIBÍA (I)

Por y para ella escribía el loco,

mientras su alma moribunda yacía,

oprimido por la oscuridad de su celda;

su triste mirada vacía

que traspasaba, que agobiaba

penetraba en recuerdos borrosos,

arenosas realidades construidas

en un psiquismo endeble...

su musa pasada, ya perdida

lo angustiaba, lo hostigaba y carcomía.

Ahora, inmerso en su locura,

plagada de delirios floridos,

de voces crueles, acuciantes

que lo torturan, que lo marchitan.

El loco sigue soñando incesantemente

dentro de las paredes de su prisión

y en su sueño continúa muriendo

por un amor que no fue

que nunca pudo haber sido;

solo en su realidad caótica

construida sobre naderías,

en sus vagos momentos de lúcida nostalgia;

Lo que fue real ahora es fantasía.

Un destino esquivo, trágico

y pleno de melancolía,

apagado y carente de color

que le observa y susurra,

sonriendo con ironía…

a modo de voz,

arrasando desde afuera,

prensando cada vez más dolor.


El hombre escribe y escribe

en tanto al abismo mira,

escudriña y luego cae…

Su derrumbe se hace presente

en un cuerpo marchito,

en su carne viva.

La jornada se apaga,

viene una muerte anunciada,

la del loco que escribía,

quien reside en perpetua agonía,

desahuciado de su propia vida.

Llega su momento,

finalmente…

viviendo como vagabundo,

emerge una súbita energía,

la de un espectro y su algarabía,

que lo devuelve a su oscuro mundo.

EL LOCO QUE ESCRIBÍA (II)

(CECILIA NAVONE)

Canción

Estrofa canción:

El loco escribía

su triste mirada

se apagaba día a día.

Preso de un amor

que nunca fue

y ya no lo será jamás.

Por y para ella el loco escribía.

Recitado: Por y para ella escribía, el loco.

Mientras su alma moribunda yacía,

agobiado por la oscuridad de su celda;

su triste mirada vacía

que traspasaba, que agobiaba

penetraba en recuerdos borrosos

arenosas realidades construidas

en un psiquismo endeble;

su musa pasada, ya perdida

lo angustiaba, lo hostigaba y carcomía.

Estrofa canción:

El loco escribía,

su alma moribunda

en el vacío se perdía

voces que torturan, no se apagan,

lo persiguen

eterna agonía

Por y para ella el loco escribía.

Recitado:

Ahora inmerso en su locura

plagada de delirios floridos,

de voces crueles, acuciantes

que lo torturan, que lo marchitan.

 

El loco sigue soñando incesantemente

dentro de las paredes de su prisión

y en su sueño continúa muriendo

por un amor que no fue

que nunca pudo haber sido;

solo en su realidad caótica

construida sobre naderías,

en sus vagos momentos de lúcida nostalgia;

lo que fue real es fantasía

de un destino esquivo y trágico (como la vida).

Destino que lo observa y le habla,

a modo de voz, que arrasa desde afuera,

imprimiendo el dolor de tanta hipocresía…

Estrofa canción:

El loco escribía,

lo que fue real

hoy es fantasía

En su celda oscura

llora, grita, se marchita

nostalgias de un ayer

Por y para ella el loco escribía.

Recitado:

El loco escribía y escribía,

en tanto al abismo miraba.

escudriñaba y luego caía…

Su derrumbe se hizo presente en la carne

en un cuerpo marchito.

Una vida que se apaga,

una “muerte anunciada”,

la del loco que escribía.

Música:

El loco escribía,

por y para ella el loco escribía.

por y para ella el loco moría.

EL LOCO QUE ESCRIBÍA (III)

CECILIA NAVONE

(CANCIÓN)

15-7-2019

Estribillo canción:

El loco escribía

su triste mirada

se apagaba día a día

Preso de un amor

que nunca fue

y ya no lo será jamás

Por y para ella el loco escribía.

Estrofa:

Dentro —de las paredes— de su prisión

él sigue soñando por ese amor

borrosos recuerdos lo acompañan

en los momentos de lúcida nostalgia /

Inmerso —en su locura—, destino cruel

angustia que carcome todo su ser

en tanto al abismo él miraba

un cuerpo marchito

la vida que se apaga

Estribillo:

El loco escribía

su alma moribunda

en el vacío se perdía

voces que torturan

no se apagan

lo persiguen

eterna agonía

por y para ella el loco escribía.

Estrofa:

Todo es una mentira/ creencia irreal

el hombre desfallece, no quiere recordar

vuelve a perderse en su pasado

herido, agobiado, por no sentirse amado

(…)

Las horas pasaban sin respiro en el hospital

todo lo envolvía la soledad

en las sombras de la noche fría

el dolor y el espanto todo lo invadía

Estrofa canción:

El loco escribía,

lo que fue real

hoy es fantasía

En su celda oscura

llora, grita, se marchita

nostalgias de un ayer

Por y para ella el loco escribía.

Estrofa:

Su —alma dolida—, atormentada

ya nada sentía, ya no soñaba

se ahogaba en penas del ayer

llorando en su delirio

por esa mujer

(…)

Amante de un tiempo inerte, la vuelve a ver

su rostro sonriente lo seduce otra vez

le canta, lo llama, lo estremece

musa olvidada

su nombre es la muerte.

Final: El loco escribía,

por y para ella el loco escribía.

Por y para ella el loco moría.