Matrimonio: ¿El sueño de quién?

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Matrimonio: ¿El sueño de quién?
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Matrimonio¿EL SUEÑO DE QUIÉN?

Paul David Tripp


Publicado por:

Publicaciones Faro de Gracia P.O. Box 1043 Graham, NC 27253 www.farodegracia.org

ISBN 978-1-629461-82-3

© Copyright, 1999, por Paul D. Tripp. Todos los derechos reservados. All rights reserved.

Agradecemos el permiso y la ayuda brindados por P&R Publishing Company, P.O. Box 817, Phillipsburg, NJ 08865–0817.

© Copyright, Publicaciones Faro de Gracia. Traducido al español por Giancarlo Montemayor. La portada y las páginas fueron diseñadas por Benjamín Hernandez de Enjoy Media, Inc.

Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, procesada en algún sistema que la pueda reproducir, o transmitida en alguna forma o por algún medio –electrónico, mecánico, fotocopia, cinta magnetofónica u otro– excepto para breves citas en reseñas, sin el permiso previo de los editores.

© Las citas bíblicas son tomadas de la Versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina. © renovada 1988, Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso.

Contenido

Portada

Matrimonio, ¿es sueño de quién?

Publicaciones Faro de Gracia Otras obras de esta serie:

Matrimonio, ¿es sueño de quién?

¿Sueñas con el matrimonio? Si tuvieras que escribir tu sueño del matrimonio, ¿empezarías con…

“Si tan solo…”

“Si solo pudiera tener…”

“Si Dios me concediera…”

y terminarías con,

ENTONCES podría ser feliz”?

Muchos de nosotros estamos seguros de que sabemos qué necesitamos para ser felices. Sabemos qué es lo que queremos que Dios haga en nuestras vidas, en nuestros matrimonios y con nuestros cónyuges. Pero, en ocasiones, Jesús nos toma por sorpresa. Él tiene un plan diferente. En Juan 6, por ejemplo, un grupo de personas piensa que saben exactamente lo que necesitan de Jesús, pero él piensa diferente. En esta conocida historia, Jesús convierte el almuerzo de un niño en un banquete para cinco mil personas, ¡y sobró!

La multitud está maravillada. ¡Este Hombre es asombroso! Todos comienzan a murmurar, diciéndose unos a otros, “¡Este es el Mesías! ¡Ha venido! Tomémoslo y hagámoslo nuestro rey”.

Parecería que este es el momento adecuado para Jesús. ¿No vino a ser Rey de estas personas? ¿No es el Profeta de profetas?

Sí—pero notemos lo que hace Jesús. Se retira de su presencia y desaparece. La multitud lo busca con el propósito de proclamarlo rey. Pero Jesús no quiere ajustarse a los planes de la multitud. ¿Por qué no? ¿No fue para esto que vino a la tierra?

Milagros y señales

Veamos lo que hace a continuación. Juan 6:25 relata que Jesús cruzó a Galilea y la multitud lo encontró ahí.

Y hallándole al otro lado del mar, le dijeron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá?

Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis. Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre.

Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios?

Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.

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