Buch lesen: «Familia laboral»

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CUANDO LLEGA EL MOMENTO DE REFLEXIÓN EN TU VIDA

La pregunta «¿cuál es el momento de reflexión en tu vida?» no tiene una respuesta puntual acerca de edad, sexo o alguna otra característica. La respuesta te la da el momento de tu vida en que te cuestionas sobre todo lo que has realizado, preguntándote para qué servirá o a qué objetivo está contribuyendo; es entonces cuando cuestionarte si tu aporte es positivo, si agrega valor al país, a tu comunidad, a la sociedad, a tu familia, a tu persona se convierte en el punto de partida.

Lo importante del párrafo anterior es que para muchos son sólo sueños: lo que hay que lograr es que éstos se conviertan en realidad, sin importar cuánto tiempo tardes, procurando generar una sociedad próspera, más justa y más humana, y considerando en todo momento enfocarte en las personas.

De niño soñaba con contribuir a lograr una sociedad digna de lo que me habían enseñado hasta ese momento mis padres, hermanos, amigos y compañeros del colegio; ahora ese sueño es la difusión del concepto de Familia Laboral, información que como sociedad necesitamos divulgar y hacer que sea parte del crecimiento de los jóvenes en nuestro querido México.

En mi trayectoria profesional existen dos grupos empresariales que han influido en la definición del concepto de Familia Laboral:

Grupo BAL, que ha marcado mi perfil profesional desde que terminé mis estudios universitarios hasta la fecha, a través de mis mejores experiencias de trabajo en las minas (Grupo Industrial Peñoles) y en las tiendas departamentales (El Palacio de Hierro) por más de veintiséis años.

Grupo Bimbo, que influyó en la primera parte de mi vida a través de mi padre, quien laboró durante más de cuarenta años en esta institución y se convirtió en un ejemplo de la aplicación del concepto de Familia Laboral.

El aprendizaje en estas experiencias es que debemos estar agradecidos con la vida y con aquellos que han estado cerca de nuestro crecimiento profesional. De este grupo de personas, seguramente has aprendido que la forma de regresarle a la vida las cosas buenas que te ha dado es desarrollando valores en los que te rodean con acciones que contribuyan también a tu mejora. Por ejemplo, sin recibir pago, doy clases de alfabetización en mi círculo de influencia y así ayudo a que las personas terminen la preparatoria con los programas promovidos por el Gobierno Federal. Miles de personas podemos hacer esto, pero no lo hacemos por falta de iniciativa y de sensibilidad para lograr una mejor sociedad siendo mejores personas.

Una respuesta común ante esta situación es que una persona más competente suele generarnos miedo por sus conocimientos, porque sabe hacer y sabe ser mejor que yo, entonces no le enseño lo que sé para que esa ventaja me mantenga en mi posición. Ante este escenario me cuestiono qué país podemos construir si la competencia se da en un ambiente de confrontación y no colaboramos para que el otro sea mejor persona.

Seguir mostrando ese enfoque en nuestra sociedad es retroceder en el camino. Por eso, debemos desarrollar actitudes y comportamientos positivos en los demás, y generar competencia en un ambiente de colaboración en las empresas, organizaciones e instituciones; así ayudaremos a que otros alcancen sus metas, para que éstas, a su vez, contribuyan a lograr una sociedad próspera, más justa y más humana.

¿Y qué es una sociedad próspera, más justa y más humana? Primero, es que todos los ciudadanos en igualdad de circunstancias tengan la misma oportunidad de desarrollo favorable, especialmente en el ámbito económico y social; es decir, que exista un ambiente de prosperidad. Más justa se refiere a dar a cada persona lo que se merece y lograr que en todos los grupos donde participa busque que haya una distribución justa de los bienes y de la riqueza de acuerdo con su participación en el resultado final del negocio. Y más humana se refiere al trato hacia todos (habitantes, compañeros, vecinos, ciudadanos) como personas porque no son máquinas, números, letras o un activo fijo, sino seres humanos que sienten, piensan y muestran emociones en su conducta.

Un ejemplo en el objetivo de lograr una sociedad más justa y más humana es la USEM (Unión Social de Empresarios de México, A.C.). Ésta definió como su meta conseguir que cada vez sean más los empresarios conscientes de que las empresas son agentes de cambio social, de que lo que aprendemos y vivimos en nuestras empresas lo llevamos a nuestras familias y a nuestra comunidad. De esta manera, aplicar principios y valores no sólo es posible sino necesario y vital para lograr el éxito y el bienestar sostenidos de una compañía, de sus colaboradores y del país.

Esta organización es una promotora muy importante en México de la búsqueda de una sociedad más justa y humana, enfocada en la formación social, humana, fraterna y empresarial de mujeres y hombres de negocios para que las empresas sean altamente productivas y plenamente humanas en beneficio del país.

Su misión es unir, orientar y motivar a los dirigentes para que, a la luz del pensamiento social cristiano, se comprometan a su mejoramiento personal, a la transformación de su empresa y a contribuir a la construcción de una sociedad fraterna, más justa, más libre, más humana. Con su labor de formación a través del Curso de Formación Social (CUFOSO), entre otras muchas actividades, la USEM ha generado una red de líderes sociales empresariales dispuestos a cambiar al país compartiendo conceptos como solidaridad (ver por el bien común del otro), subsidiariedad (ayudar al otro a crecer con los recursos de que dispongo cuando él me lo solicite y no cuando yo digo), dignidad de la persona, bien común, destino universal de los bienes, justicia, empresa, utilidades, entre otros.

En este ejercicio, todos los miembros de la USEM son una familia que apoya a los integrantes en la consecución de sus metas, ofrece siempre ayuda sin esperar un beneficio a cambio, logra un gran impacto entre sus miembros —primero como personas— y se manifiesta en cada acción realizada por la asociación.

La gran diversidad de opiniones y la participación de personas entusiastas, con un fin común, solidarias, subsidiarias, con actitud de servicio y siempre dispuestas a compartir, hacen que la USEM sea la mejor experiencia social profesional en un país en el que los valores básicos en las personas se están perdiendo.

En este proceso de reflexión acerca de la vida, el proyecto de este libro era una oportunidad de contribuir a lograr una sociedad próspera, más justa y más humana. Debido a ello, inicié algunas interacciones con personas que son un ejemplo de vida, a las que les comenté mi objetivo y de las que obtuve, como respuesta, información muy valiosa para terminar su redacción.

Familia Laboral es un concepto que ha estado pendiente en la avenida de la vida, y hay que tener claro su significado para participar en el desarrollo de la sociedad. Su aplicación puede contribuir de forma positiva al clima laboral de una empresa y darle su lugar a cada uno de los elementos que lo componen es el primer paso para fortalecerlo.

Por todo lo anterior, tu objetivo debería ser examinar y adoptar las ideas relevantes para contribuir en tu círculo de influencia, tomando en cuenta que no se trata de una receta de cocina sino de una referencia para que personalices tu estrategia con base en información que ya fue probada y convertida en conocimiento.

Bajo este concepto, en la vida de las personas son muy importantes valores positivos universales como el amor, la paz, la familia, el trabajo y la amistad, cuya aplicación estamos olvidando y que hemos cambiado por otros como el egoísmo, el rencor, la envidia y el odio.

«La ciencia es maravillosa, es fecunda, pero no consuela; el arte recrea, eleva, pero no tiene propiamente la misión de consolar; el único que consuela es el amor» (Romano Guardini). En el ámbito laboral, ese amor se traduce en justicia, respeto, confianza y afecto, y hay que promoverlo en las personas como principio básico en el medio en que participan.

Otro aprendizaje importante en el desarrollo de conceptos en la sociedad es que culturalmente hemos generado la habilidad de construir demasiados muros y pocos puentes en nuestras relaciones personales; la sociedad nos ha dado los elementos para construir esos muros: desde un teléfono que nunca contestan; la señorita que no atiende y te hace esperar para que realices el pago de algún servicio, o que está platicando y desayunando en su lugar de trabajo; hasta no apoyar las buenas ideas empezando por nuestro propio hogar; por ejemplo, los hombres cuando están en casa no hacen ninguna tarea de limpieza, aunque es una responsabilidad de la pareja y de cada uno contribuir a su realización, y no un trabajo que corresponda sólo a las mujeres.