Manual para el cultivo de frutales en el trópico: Feijoa

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Manual para el cultivo de frutales en el trópico: Feijoa
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Manual para el cultivo de frutales en el trópico

Editor científico

Gerhard Fischer

Autores

Omar Camilo Quintero


© PRODUMEDIOS


ISBN: 978-958-57762-8-9

Primera edición: Octubre de 2012


Corrección de estilo:

Magdalena Arango


Producción editorial:

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Bogotá, D.C., Tel: (57 1) 893 7710

www. produmedios.org


Diseño:

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Table of Contents

Portada

Portadilla

Créditos

Presentación

1.1 Feijoa(Acca sellowiana Berg)

La fruticultura es descrita como una

mezcla armónica de ciencia y arte,

basándose, además del conocimiento

de la fisiología de la planta, en los

conocimientos de otros campos

como la geografía, la climatología, la

meteorología, la edafología, la

química, la física, la nutrición, la genética, la

patología, la entomología, la economía,

la comercialización y el manejo de los

recursos naturales.

Presentación

La fruticultura es, sin duda alguna, una de las actividades más emocionantes del ámbito agrícola. En todas las épocas, las frutas han jugado un papel muy importante en la nutrición del hombre. El hombre logró aprovechar las distintas especies silvestres y crear a través del fitomejoramiento continuo variedades más grandes y con mejores cualidades. Los antiguos romanos sabían sobre la poda, el injerto y el raleo de frutos, pero no comprendían porqué estas prácticas eran benéficas; sin embargo, aun ahora no existen explicaciones adecuadas para fenómenos de incompatibilidad de injertos y de resistencia a enfermedades.

La fruticultura es descrita como una mezcla armónica de ciencia y arte, basándose, además en el conocimiento de la fisiología de la planta, en los conocimientos de otros campos como la geografía, la climatología, la meteorología, la edafología, la química, la física, la nutrición, la genética, la patología, la entomología, la economía, la comercialización y el manejo de los recursos naturales.

Los árboles frutales son plantas perennes leñosas que deben producir cada año cosechas abundantes. Bananos, piñas, papayas y mangos son los frutos tropicales más conocidos en el mundo, pero hay otros, ya bien conocidos en los trópicos, que se vuelven cada vez más importantes en los mercados de otras zonas.

Inicialmente la explotación frutícola se limitaba tan sólo a la recolección de frutos silvestres, pero ahora la fruticultura es una actividad planificada y sistematizada por el cultivador y es una actividad rentable que complementa a la agricultura intensiva.

Los cultivos de frutales están en todos los continentes, y las particularidades de cada zona de cultivo exigen la implantación de cierto tipo de labores, como la poda, la fertilización y el riego, entre otras, con el fin de mejorar su productividad. En los últimos años el control del desarrollo del árbol con fitorreguladores, el control biológico de las plagas y demás mejoras fitosanitarias, así como la ingeniería genética, han contribuido a incrementar la producción de frutos y su calidad.

La importancia de los frutos en la dieta del ser humano se basa en su contenido de agua pura (75-95%), sus aportes de azúcares, ácidos orgánicos, vitaminas, sales minerales, fibra y otros componentes, como pectinas y pigmentos. En los últimos años, los frutos se han clasificado además como funcionales o nutracéuticos, por sus propiedades medicinales. En este contexto, la actividad antioxidante de ciertas sustancias presentes en los frutos –como los carotenoides, en los de color amarillo; la vitamina C, en cítricos, y la E, ennueces, y los bioflavonoides, en la mora– contrarresta enfermedades del hombre por su acción, en especial, sobre los radicales libres del oxígeno, siendo ésta una de las propiedades más valoradas por los consumidores actuales. Ejemplos de frutos con alta actividad antioxidante son el agraz y el arándano; otros son los cítricos, con un contenido alto de flavonoides con actividad antioxidante, anticancerígena, antiviral y antiinflamatoria, o las hojas de la uchuva, que muestran actividades antibióticas, antihepatotóxicas, antioxidantes y antiinflamatorias.

Aparte de las cualidades nutritivas y terapéuticas de los frutos, la cultura de las frutas se caracteriza por la importancia económica especial que le confiere a una región. Entre otras ventajas tenemos: elevada rentabilidad por unidad de superficie, empleo de gran cantidad de mano de obra, producción base para numerosas industrias, cultivo permanente, que valoriza la tierra en la que se planta y una producción apta para la exportación de frutas frescas y sus derivados.

Estos factores llevan a que mejore la calidad de vida de los fruticultores y sus familias y a que esta actividad juegue un papel importante en el producto bruto interno del país y de las regiones, como ocurre con la fruticultura chilena o en la región frutícola del norte del Valle del Cauca, en Colombia, en donde la fruticultura se constituye en motor del desarrollo económico.

La fruticultura representa para Colombia una fuente importante de crecimiento de la agricultura, de generación de empleo rural y de desarrollo con equidad para las distintas regiones, puesto que las frutas, además de asentarse en los diversos pisos térmicos, conforman a su vez una producción administrada con criterios de eficiencia y sostenibilidad en escalas que van desde los micro, pequeños y medianos productores hasta los grandes productores y empresarios.

En el contexto del crecimiento de la fruticultura y la comercialización de sus productos en las últimas décadas, no se debe olvidar que ésta es una actividad agrícola que requiere inversiones iniciales altas y que el cultivo pasa primero por un periodo improductivo o de baja rentabilidad, cuya duración, en el caso de los frutales perennes, varía entre tres y ocho años, según la especie, el cultivar y la tecnología aplicada. Esta situación le dificulta al pequeño productor la instalación de plantaciones comerciales, pero una solución para que las explotaciones de áreas limitadas no sean excluidas en la exportación de estos frutos podría ser la formación de cooperativas de productores.

El objetivo de este folleto es actualizar a los técnicos dedicados a la fruticultura sobre los desarrollos más importantes de las especies frutícolas en diferentes áreas temáticas, como son los recursos genéticos, la ecofisiología de las especies frutícolas y en las técnicas de manejo integrado del cultivo, de modo que les permita asesorar eficientemente a productores frutícolas de tradición y a nuevos empresarios que se vinculen a esta importante actividad para el logro de un desarrollo armónico y sostenible de la fruticultura colombiana.


Tomado de la Presentación del

Manual para el cultivo de frutales en el trópico

Editado bajo el sello de Produmedios

1.1 Feijoa

(Acca sellowiana Berg)

{1}Omar Camilo Quintero

INTRODUCCIÓN

La feijoa (Acca sellowiana Berg; antes Feijoa sellowiana Berg) pertenece botánicamente a la familia de las mirtáceas. Su centro de origen y distribución se encuentra en Sur América, específicamente en las zonas comprendidas entre el sur de Brasil, Uruguay, las partes altas del lado occidental de Paraguay y el nororiente de Argentina{1}.

La primera descripción botánica fue realizada por Berg, a partir de muestras colectadas por Sellow en Brasil en 1854. El nombre de feijoa es en honor del director del Museo de Historia Natural de S. Sebastián (Brasil), G. de Silva Feijoo{2}.

 

La feijoa es una fruta exótica en gran parte del mundo; sin embargo, por su buena adaptación y su agradable fruto, se siembra en Nueva Zelanda, Francia, Italia, Japón, Rusia, Estados Unidosy Uruguay.{3} La feijoa importada en Estados Unidos proviene de Bermuda, Chile y Nueva Zelanda{4}.

No se tiene un registro claro de cuándo ingresó la feijoa a Colombia, si bien desde 1937 Robledo la nombraba en su libro Lecciones de botánica{5}. El establecimiento comercial de cultivos se realiza en Cundinamarca, Boyacá, Caldas y Antioquia.

Para 2001, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural estimaba un área sembrada de 550 ha en Colombia. Posterior a este año, se tiene reporte del establecimiento de por lo menos 100 ha más cultivadas técnicamente.

La feijoa es una especie perenne y longeva, que crece como arbusto o árbol pequeño{6}. En condiciones subtropicales y estacionales presenta una cosecha anual, mientras que en zonas tropicales puede producir continuamente durante todo el año.

La feijoa es considera un cultivo promisorio para la región andina colombiana{7}, gracias a su excelente adaptación en las zonas entre 1.800 y 2.700 msnm. Su fruto tiene una fácil comercialización gracias a su agradable sabor y aroma, apetecido por los consumidores. Además, posee una gran versatilidad para su transformación industrial; del fruto se puede obtener más de quince productos derivados de muy buena calidad.

Los frutos de feijoa se caracterizan por su alto contenido de yodo (3 mg/100 g), fibra (1%), calcio (36 mg/100 g) y minerales (superiores a los de la guayaba y los del mango){8}.

Los trabajos realizados en el manejo técnico del cultivo, la selección de cultivares y los estudios de poscosecha de sus frutos son el soporte para nuevos agricultores que se interesen en el establecimiento de plantaciones tecnificadas de feijoa. La alta demanda de feijoa para exportación requiere de nuevos cultivos con variedades seleccionadas, como los cultivares 41 (Quimba) y 8-4, que aumenten la oferta de cosechas de buena calidad.

ECOFISIOLOGÍA

Altitud

El lugar de origen de la feijoa se encuentra a unos 1.000 msnm, en el sur del Brasil{3}, lo que explica su buena adaptación al clima frío colombiano.

La feijoa se siembra en Colombia desde los 1.500 msnm hasta los 2.800 msnm{6}, sin embargo, los mejores resultados económicos se obtienen entre los 1.800 y 2.700 msnm.

Hacia los 1.800 msnm el crecimiento de las plantas de feijoa es precoz y la respuesta a podas y fertilización es más rápida que en las establecidas en pisos térmicos superiores; no obstante, es altamente vulnerable a las especies de mosca Anastrepha spp. y Ceratitis capitata, las cuales ovopositan en los frutos. La convivencia de los cultivos de feijoa con plantas de guayaba (Psidium spp.) hace que los controles sean menos eficientes. Es importante recordar que en Colombia la guayaba es el hospedero más usado por las moscas para poner sus huevos.

Hacia los 2.700 msnm las primeras cosechas de las plantas de feijoa son posteriores a las de pisos térmicos inferiores. Cuando las feijoas empiezan a producir, las diferencias en crecimiento y producción no son significativas. El control de las moscas de la fruta, la mayor plaga que tiene la feijoa, es más sencilla por encima de los 2.000 msnm. Para establecer cultivos con tecnologías orgánicas, es recomendable hacerlo por encima de 2.500 msnm.

Por encima de 2.700 msnm el desarrollo del árbol de feijoa es muy lento, su follaje es pobre y su producción muy limitada. Para explotaciones comerciales de feijoa no se recomiendan alturas superiores a esta.

Temperatura

La planta de feijoa se adapta fisiológicamente a las estaciones de temperatura en condiciones subtropicales o templadas. Las bajas temperaturas del invierno no permiten la aparición de rebrotes y flores, y el aumento de la temperatura en la siguiente estación activa la brotación.{6}

Para Estados Unidos, se sugiere que las plantas de feijoa tengan más de 50 horas de frío (<7,2 °C) para una buena producción{9}, y de 100 a 200 horas de frío para garantizar floración y producción de frutos{6}. En el trópico, la planta responde al cambio de época de lluvias a sequía, a la poda{10}y a las fertilizaciones, para incrementar la floración y cuajado del fruto.

La planta de feijoa, por ser considerada un frutal subtropical, puede tolerar heladas{3}; resiste temperaturas hasta de -10 °C, pero los frutos y las flores presentan lesiones con temperaturas de -1 °C a las que estén expuestas durante más de una hora.

En Francia y la Unión Sovietica, las plantas de feijoa pueden resistir temperaturas hasta de -15 °C{6}. En Colombia, las heladas hasta de -4 °C no reportan daños significativos{11}, pero cuando las plantas son juveniles pueden causar la muerte.

En Tenjo, Cundinamarca, durante las heladas de 2007 de hasta -10 °C, el 50% de las plantas que tenían un año de establecidas perdió todo su follaje y solo rebrotó en la base del tallo; plantas de más de dos años de establecidas sufrieron daños leves y las de 10 años solo perdieron algunas flores. Esta reacción concuerda con lo descrito por Tocornal{12}, quien manifiesta que las plantas se hacen más resistentes a las temperaturas bajas a medida que el árbol madura.

La tolerancia a temperaturas extremas de las plantas de feijoa depende de sus reservas de carbohidratos y nutrientes{6}. Son vulnerables a temperaturas elevadas cuando se presentan con excesiva sequedad del aire; los rebrotes apicales se doblan y las hojas juveniles se entorchan.

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