Cromodidáctica

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Cromodidáctica
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© Norys Medina

Diseño de edición: Letrame Editorial.

Maquetación: Juan Muñoz

Diseño de portada: Rubén García

Supervisión de corrección: Ana Castañeda

ISBN: 978-84-1386-977-3

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación, en Internet o de fotocopia, sin permiso previo del editor o del autor.

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Para Manuela, Gabriel, Valeria, Aurora y Venecia, por cosas que solo el corazón comprende…

PRÓLOGO

CROMODIDÁCTICA, teoría y práctica para la enseñanza del color es un libro pensado para toda persona amante del arte y la creatividad, profesionales del diseño, pintura, estética, arquitectura, publicistas, psicólogos y docentes interesados en obtener herramientas para el aprendizaje y la enseñanza del color.

Nuestro objetivo es aportar, con exposiciones específicas sobre teorías del color conocidas, las formas prácticas para su aplicación y comprobación a través de propuestas de ejercicios sencillos de realizar con materiales comúnmente utilizados en clases de arte y pintura, lo cual le permitirá al lector una mayor comprensión e interpretación de las teorías expuestas y a su vez será capaz de construir, desde su propia experiencia práctica, una visión particular sobre el fenómeno del color.

Todo ello con el conocimiento de que el color, como elemento visual importante en toda obra plástica, de diseño, de moda o de ilustración, entre otros, aporta un alto grado de significancia. Por ello, conocerlo, palparlo, sentirlo y descubrir el color es determinante en el desarrollo efectivo de cualquier propuesta cromática; pero si esta experiencia perceptiva viene sustentada en el conocimiento práctico de las teorías del color, con seguridad estaremos hablando de la consolidación de un aprendizaje significativo cuya profundidad se hará visible en la concreción de proyectos cromáticos eficaces, independientemente del soporte o del contexto en el que este se desarrolle.

En este sentido lo invitamos a conocer y a empaparse de color con esta obra que le será útil y práctica.

Norys Medina

INTRODUCCIÓN

Vivir en un mundo culturalmente globalizado implica asumir el hecho de que el arte, en todas sus expresiones, ha pasado a formar parte sustancial de la sociedad; por tanto, se hace necesario cultivar una cultura artística y la forma de comenzar es reconociendo que el color, como elemento plástico desde todos los tiempos, es punto de atención para todo observador que busca escudriñar un mensaje a través de él.

Por ello, el estudio del color se convierte en tema fundamental para la formación artística de los amantes del arte y la creatividad en todas sus expresiones; sin embargo, hemos visto limitados desempeños en la parte práctica de aplicación del color, por lo que se requiere que esta formación incluya, además, el conocimiento amplio y el manejo teórico del color como evidencia de logro en el desarrollo de procesos creativos estudiados, analizados y experimentados. Esta inquietud nace luego de observar personas que, aún cuando tienen tiempo en actividades de diseño, ilustración, pintura, publicidad y estética, entre otros, no logran armonizar correctamente una gama cromática, lo que se traduce en resultados de baja factura y por ende en deducciones sobre deficiencias de base en el conocimiento del color; lo que a su vez nos ha permitido pensar en el hecho cierto de que si la enseñanza del color no tiene bases sólidas de sus teorías, su práctica y aplicación tampoco las tendrán.

Es en este punto donde esta obra sobre la cromodidáctica cobra sentido; porque su contenido está orientado a proveer las herramientas didácticas para la enseñanza y el aprendizaje del color, por tratarse este de un elemento plástico difícil de explicar a pesar de que sus conceptos y teorías más conocidas surgen de grandes descubrimientos científicos; por ello, reconocemos la naturaleza abstracta del color, así como el desconocimiento general que se percibe en las formas de enseñarlo; y es, en esta dirección hacia donde se dirige cada uno de los capítulos de esta obra sobre color.

En consecuencia, este libro tiene el propósito de convertirse en guía para la enseñanza y práctica del color, está orientado al desarrollo de un pensamiento crítico que permita el análisis y la reflexión, pero también el cuestionamiento. En este sentido, aportamos teoría y conocimiento de la técnica relacionada con el manejo del color y sus diversas posibilidades para aprenderlo, aprehenderlo y aplicarlo con efectividad en cualquier contexto, bien sea arte, estética, belleza, textiles, publicidad, entre otros.

Los temas se distribuyen en tres capítulos, al final de cada uno se ofrecen ideas sobre ejercicios prácticos orientados a contrastar o comprobar las teorías. Así mismo se propone la forma de evaluar y la secuencia de los ejercicios conjuntamente con la sugerencia de los materiales a utilizar.

Es importante acotar que esta obra se ha preparado concibiendo un nivel básico de aprendizaje del color; es decir, para la última etapa de nivel escolar y bachilleres de pregrado, por tanto, todos los ejercicios se proponen para ser realizados manualmente; sin embargo, si se manejan los programas tecnológicos de diseño, fácilmente se podrían realizar los ejercicios de manera digital.

CAPÍTULO I

Teorías del color, evolución

Teoría tricromática

Teoría de la síntesis aditiva

Teoría de la síntesis sustractiva

Colorimetría, nociones básicas.

Absorción y reflexión de la luz en cuerpos opacos

Ejercicios prácticos.

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«El conocimiento es luz… la luz es color»

En la cultura globalizada del mundo de hoy, la educación trasciende espacios y rompe los límites del desconocimiento y la ignorancia. Por tanto, educar es la única alternativa de solución a los problemas de la sociedad (Tobón, 2010). Ciertamente, es el momento de repensar los procesos educativos para reflexionar sobre lo que debemos corregir, lo que podemos mejorar o, simplemente, preguntarnos cómo podemos ayudar para solventar las distintas problemáticas del contexto educativo.

En nuestro caso, la respuesta podría estar en retomar planteamientos de investigaciones existentes y hacerlas realidad a través de prácticas experimentales, con aprendizajes adecuados que nos acerquen a escenarios científicos para valorar el conocimiento; es decir, en el tema presente sobre la enseñanza del color, el docente es quien lleva el compromiso de innovar y crear propuestas didácticas motivadoras que permitan retomar las teorías y el conocimiento existente, para llevarlas a prácticas reales que desencadenen en nuevas reflexiones orientadas a comprobar o contrastar lo ya escrito sobre color.

Por ello, presentamos en este primer capítulo, la interpretación de algunos autores sobre las teorías del color y tomaremos de ellas las premisas más importantes para proponer algunas prácticas experimentales con el objetivo de analizar y reflexionar sobre resultados obtenidos en comparación con las teorías.

Evolución de las teorías del color

El color en todos los tiempos ha sido tema de investigación de filósofos, científicos, artistas y creadores. De acuerdo a Guzmán (2011), Aristóteles (384-322 a. C.) fue uno de los primeros filósofos en investigar sobre el color; por mucho tiempo estuvo convencido de que los colores se constituían a partir de la mezcla de cuatro tonos y que los mismos se correspondían con los cuatro elementos de la naturaleza: así el tono ocre surge del elemento tierra, el rojo emerge del fuego, los verdes asociados al elemento agua y los tonos azules en correspondencia con los tonos del cielo. Esta creencia se mantuvo durante años y estuvo fundamentada en la experimentación basada en los elementos de la naturaleza con el fin de aportar una explicación racional sobre el fenómeno del color. (Fig.1)


Siglos más tarde, en Florencia, Italia, Leonardo da Vinci (1452-1519) convencido de que el color era algo propio de la materia, crea una escala de colores básicos y establece el blanco como color principal por ser el que representa «la claridad», «el día», «la luz» y es el que recibe a todos los demás colores. Así da Vinci coloca el amarillo como segundo color por su relación con los tonos de la tierra, asigna el verde a los tonos del agua, el azul por los tonos del cielo, rojo para el fuego y el negro para representar «la obscuridad», «la noche», «privación de la luz» y es el que rechaza todos los demás colores. (Fig.2)

Sin embargo, al cabo de un tiempo su práctica artística debilitó su propia teoría al comprobar que el tono verde, asignado por él como propio del agua, también surgía de una mezcla.

 

Asimismo, Fraser y Banks (2005) refieren la teoría de Isaac Newton (1642-1727) señalando que, tras desarrollar la ley de gravitación universal, este científico se interesó por la luz y el color. Para entonces se creía que color era igual a combinar luz más oscuridad y que la escala iba del rojo intenso (luz pura) hasta el azul y negro (obscuridad). Newton, en desacuerdo con esa teoría, argumentaba que si ello fuese cierto, toda cosa visible tendría que verse de colores y esto no es lo que sucede cuando vemos un papel blanco escrito con tinta negra; no se observan colores, sino que se ven tonalidades grises cuando se mezclan en la distancia el blanco y el negro (Fig.3).


A partir de ahí crece el interés de los científicos de la época por el tema del color y realizan distintos experimentos para determinar el misterioso origen del color. Así, al trabajar con el prisma (pieza traslúcida de vidrio en forma piramidal), observan que al incidir la luz a través del prisma, esta se convertía en luces de colores; por ello, muchos científicos concluyen que el prisma «coloreaba la luz».

Para Newton aquellas hipótesis que no pudieran demostrarse bajo la experimentación no tenían mayor valor, pues consideraba que se requería de resultados que permitieran explicar todas las manifestaciones del fenómeno investigado. Así, su preocupación inicial no era saber ¿cómo es la luz?, sino ¿cómo se comporta? (Tobón, 2010). Por ello, para comprender la teoría newtoniana sobre el color, es necesario conocer un poco acerca de sus estudios sobre el fenómeno de la luz y cómo llega a la demostración de sus hipótesis sobre la luz y el color.

Isaac Newton construye el concepto de rayo como una forma de luz; es decir, otorga una entidad matemática como la recta, a una noción física como el rayo para configurar toda su teoría del color; explicando, además, el fenómeno de la dispersión de la luz a través de un prisma. Él asevera que la luz consta de partes sucesivas y partes simultáneas, y que, en el mismo lugar, se puede detener un haz de luz que llega en un instante y dar paso al otro que llega inmediatamente después; y del mismo modo el haz de luz se puede detener en un lugar y dejar que pase en otro. A esa parte de luz que es detenida, o que se propaga sola, sin el resto de la luz, la llamó «rayo de luz» y la representa con líneas rectas. (Tomado de la Óptica de Newton, o tratado de las reflexiones, refracciones, inflexiones y colores de la luz).

Así lleva a cabo sus propios experimentos y utiliza el prisma colocándolo a una distancia mayor de la incidencia de la luz; para ello se encierra en una habitación a obscuras dejando pasar un rayo de luz por una ventana y coloca el prisma frente a ese rayo de luz. El resultado le confirma que el prisma «no colorea la luz», sino que descompone la luz blanca del exterior y la refracta en los seis colores del espectro, estos son: rojo, anaranjado, amarillo, verde, azul y violeta, los cuales se hacen visibles al incidir sobre un soporte cercano. Newton, con este descubrimiento establece un principio indiscutible: «La luz es color». Este fenómeno se contempla muchas veces cuando la luz se refracta en el borde de un cristal, o hasta de un plástico donde los rayos del sol incidan con fuerza. También cuando llueve y luego hace sol, las gotas de lluvia cumplen la misma función del prisma, descomponen la luz produciendo los colores del arco iris. (Fig.4)

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