Lo que esconden los sueños

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Lo que esconden los sueños
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NATKIM ELGUETA

parte iii

LO QUE ESCONDEN LOS SUEÑOS

más allá de la vida


Editorial Autores de Argentina

Elgueta Orellana, Natkim Martin

Lo que esconden los sueños : parte III / Natkim Martin Elgueta Orellana. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2020.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: online

ISBN 978-987-87-0870-6

1. Cuentos de Ciencia Ficción. 2. Narrativa Argentina. I. Título.

CDD A863

Editorial Autores de Argentina

www.autoresdeargentina.com

Mail: info@autoresdeargentina.com

Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723

Impreso en Argentina – Printed in Argentina

Dedicado a mis hijos Matías Alfonso e Ignacio León,

Nunca dejen de soñar.

PRÓLOGO

Todo lo que conocemos lo conocemos por medio de nuestros sentidos y éstos son intricadas aglomeraciones de células especializadas, sinapsis, leyes físicas y químicas dilucidadas o aún por explicar.. Ciertamente, con el conocimiento necesario se podría crear un Universo, una vida, un mundo en la mente de una persona y esa persona asumiría aquello como la realidad.

El mundo de los sueños siempre ha sido un misterio atractivo para el ser humano y desde los albores de la civilización, se le han adjudicado cualidades: primero mágicas, después proféticas, interdimensionales, paranormales, o se les considera portales. Desde Freud adquieren relevancia psicológica, como reveladoras de un “Ello” que busca manifestarse con la energía suficiente como para sobrepasar nuestras defensas y reveladoras de claves importantes; también se pueden encontrar interpretaciones netamente espirituales del fenómeno, etc.

“La vida es sueño y los sueños sueños son” decía un hombre de cuyo nombre reniego acordarme por razones de enigmático sentido de pertenencia.

Lo cierto, es que los sueños nos transportan a una realidad alterna o quizás, éstos, son la realidad vista con los ojos inexpertos del que recién nace a la vida y no logra interpretar como un todo lo que experimenta o darle un sentido mayor.

Del modo anterior, hay que leer la tercera parte y final de la saga “Lo que esconden los sueños: Más allá de la vida”.

Al menos, esa sería para mi la forma de acercarme al relato; fácil de leer, entreverado a ratos, pero, jamás desprovisto de imaginación y tampoco carente de la tensión necesaria que mantiene el interés. Se mantiene el lenguaje sencillo, ese que es reconocible por todos y que es el que más comunica.

Los hechos mismos que conforman la historia, no pueden ser interpretados de forma unívoca, por cuanto, una de las más brillantes características del mismo, es la lectura e interpretación individual de esta fascinante historia.

Ricardo A. Elgueta Soza

No fue fácil para Marcos volver a ver a su madre. Si bien solo han intercambiado miradas y algunas palabras, su presencia lo llena de angustia y curiosidad. Cecilia no se separa de Patricio, quien fue su segundo esposo y padrastro de Marcos.

Cuando solo quedan minutos para descubrir si se cumpliría la profecía, la gigantesca nave en que viaja Campusano, ubicada a cinco kilómetros de la turbina, abre su compuerta. Muchos se acercan a ella, saben que representa el poder del gobierno de Nueva Ginebra en este importante evento. Los neurocelulares transmiten en vivo, Campusano, acompañado de otros dos hombres y un contingente de soldados, bajan de la nave. Marcos cree reconocer a uno de ellos pero no pudo estar seguro.

Toda la familia está reunida, también los acompañan Maca, Coni y los padres de Alejandro.

Faltan dos minutos para el cumplimiento del plazo y el silencio es total. De pronto, un hombre se acerca de entre la multitud a Marcos. Todos centran su atención en él, ya que es la única persona que no viste una túnica ploma.

Richard Aniston: Marcos, no me conoces, pero soy quien recibió a Matías y a José en Nueva Ginebra. He viajado en el tiempo hasta este momento. Vean lo que ocurrirá, pero no permanezcan más de una hora aquí, ¿Lo entiendes?...... Dime si entiendes lo que he dicho.

Marcos se encuentra perplejo.

Marcos: Entiendo, ¿Entonces este no es el fin?

Richard se retira corriendo del lugar sin quitar su mirada de Cinthia.

Solo quedan segundos para el cumplimiento del plazo; 5, 4, 3, 2, 1, 0.

Capítulo I. Los últimos días

Terminada la cuenta regresiva el cielo se volvió oscuro. Una luna llena y roja como la sangre iluminó la tierra. La turbina comenzó a girar en su lugar a una velocidad indescriptible, mientras los ojos de Matías y José se abrieron para observar por unos segundos a su amada familia y posteriormente a la multitud. Gracias a la pantalla gigante y los dispositivos neurocelulares que transmitían en vivo para el mundo entero, todo ser humano pudo observar la escena. Los ojos de los arrieros ya no parecían humanos, un extraño brillo emanaba de ellos, un brillo que Marcos conocía, ya que lo había visto en una antigua novia a quien amó profundamente: Daniela.

Sin emitir palabra alguna, permanecieron sin moverse mientras la pecera se llenaba de agua. Una fuerza que provenía de la turbina los elevó hacia ella, sacándolos lentamente del agua que previamente los cubrió por completo, tal como el bautismo de las antiguas religiones. La compuerta se abrió para que los arrieros ingresaran y una vez dentro, la turbina, a una gran velocidad subió al cielo como un carro de fuego y desapareció.

De forma inmediata todo ser humano en el mundo volvió a sentir necesidad. El hambre, la sed y el frio (ese que cala hondo), se transformó en una tortura para todo ser vivo sobre la tierra. Los animales domésticos y salvajes que se encontraban en las cercanías de la multitud comenzaron a atacar con el objetivo de saciar su hambre. Las familias previamente unidas por el retorno de sus antepasados, no tardaron en luchar entre ellos para acaparar los escasos alimentos, abrigo y agua potable que se encontraba disponible.

Así pasó media hora; la violencia no parecía tener límites e invadía incluso a aquellos cristianos que habían ido a presenciar la llegada de su salvador. La fe se había perdido, se sintieron engañados, la única excepción fueron los índigos. El homicidio y el canibalismo se apoderaron de la escalofriante escena. Campusano, sus dos acompañantes y sus guardaespaldas, solo miraban el desastre sin ningún gesto de sorpresa.

Marcos le habla a la familia con desesperación: ¡Acaso este no era el fin!

Cinthia: No será tan fácil, nadie puede saber el día ni la hora, debe ser la última prueba.

Gustavo: tenemos que salir de aquí.

Camila: Gustavo tiene razón, ya no hay protección, lo peor de la oscuridad está por venir.

Mientras la multitud toma dirección hacia la ciudad de Los Ángeles, la familia retorna a la casa de campo de Pedregal.

En el trayecto fueron atacados y debieron defenderse. Marcos, Claudio y Alejandro golpearon salvajemente a dos individuos que intentaron asesinarlos.

Todos deseaban llegar pronto a casa. La sed, el hambre, el frio y el miedo, se volvían insoportables.

Cuando estaban a metros de llegar, un grupo de unas 15 personas entre hombres y mujeres, armados con palos y cuchillos, se acercaron con la intensión de apoderarse de la propiedad. Marcos y los suyos están en evidente desventaja.

Camila: Yo no asesinaré a nadie. Si este es el final, que así sea.

En el momento previo a ser atacados por la turba, se oye una ráfaga de disparos,

Manuel Rivas Cabezas: ¡Aléjense de ellos o disparo!

La turba poseída por el mal, la necesidad y la adrenalina no obedece y se abalanza sobre Manuel, quien sin miramientos dispara abatiendo a seis de sus integrantes. La muerte también había retornado. En ese momento los demás huyen.

Manuel: Rápido, entren, yo los cubro.

Marcos junto a Manuel son los últimos en entrar a la casa.

Todos se apresuran a reforzar puertas y ventanas en caso de nuevos ataques. Mientras están en eso, Marcela nota que en la casa ya hay gente; Dos personas. Cecilia Weldt y Patricio se encuentran parados en la escalera.

Manuel: ¿Marcos, los conoces? (Manuel los apunta con su arma). ¡Marcos! ¿Los conoces?....

Cinthia: ¡Dispara!

Gustavo: Baja el arma, es la madre de Marcos.

El ambiente es tenso, Marcela y Camila se miran sorprendidas, mientras Alejandro y Lourdes la reconocen de inmediato.

La presencia de Maca y Coni solo se traduce en sollozos y necesidad de contención; están aterradas.

(Manuel baja su arma)

Gustavo: ¿Qué haces aquí Cecilia?

Cecilia: Solo hablaré con Marcos, claro, en caso que él desee escucharme (Cecilia mira a Marcos).

Marcos: Hablaremos, pero no será ahora. Marcela, debemos proteger la casa y comer algo. Manuel, acompáñame arriba y escolta a mi madre y a Patricio.

Marcos le habla a Cecilia: Permanecerán en esta habitación, la que quedará con llave, si intentan salir, Manuel los matará. Yo no confío en ustedes.

Patricio: Gracias por darnos refugio Marcos. Sé que piensas que no lo merecemos.

 

Marcos baja las escaleras y se encuentra con Cinthia.

Cinthia: ¡Marcos!, Cecilia y Patricio nos matarán a todos, debes actuar primero o al menos sacarlos de esta casa.

Marcos no dice nada, pero comienza a extrañarse de la actitud de Cinthia.

Todos menos Patricio y Cecilia se reúnen en el comedor a cenar. Las provisiones permitirán abastecerse por dos días como máximo, lo que al menos les da algo de tranquilidad.

Todos sienten miedo, hasta los más valientes están aterrados. El clima de maldad se respira en el aire, es como si la protección que siempre ha estado ahí, de pronto desapareciera. No lograban sentir dicha protección ya que era tan familiar que se volvía invisible, pero al desaparecer, la percepción fue clara; ya no hay calma, calor o humanidad.

Alguien toca la puerta. Manuel deja su guardia en la habitación de Cecilia y Patricio y baja con su arma.

Manuel: Claudio, abre la puerta y aléjate.

Claudio sigue la instrucción. Logran notar que son tres personas, dos hombres y una mujer, todos a muy maltraer.

Claudio; Son mis padres, déjenlos entrar.

Manuel: ¿Quién es el otro?

Marcos: Es Richard Aniston. Lo conocí hoy, me advirtió del peligro; que entre.

Claudio y sus padres se abrazan y se retiran al living junto a Camila, Lourdes, Maca y Coni, mientras tanto Marcos invita a Richard y a Gustavo a su habitación para hablar en privado.

Marcos: ¿Qué haces aquí?, te escuchamos.

Richard: Hasta hace unos meses fui parte del equipo de científicos de CERC. Fui yo quien recibí a tu hijo José y a Matías en Nueva Ginebra. Además de ser la segunda autoridad de CERC, yo desarrollaba las tecnologías que permitirían realizar desplazamientos temporales. Solo a días de que tomara conciencia del real objetivo de CERC y de la importancia de tu hijo y de Matías, tuve éxito en enviar el primer objeto a través del tiempo; un neurocelular con su filmadora panorámica prendida, obteniendo a su regreso imágenes de diferentes momentos del tiempo. Lo sorprendente fue, que en uno de los viajes al futuro, (específicamente 2 meses en el futuro), el aparato se conectó a la red de información y descargó datos de noticias, videos y aplicaciones, por lo que al volver, pude ver en detalle la misión de los arrieros, la real naturaleza de CERC y las intenciones de Ralph Stevenson, quien posteriormente fue asesinado.

Luego de eso, debí viajar en el tiempo para ocultarme, ya que La Orden quería asesinarme. Tomé la decisión de viajar a mí era favorita, la que me permitiría dilucidar si somos producto del azar o del plan de un creador; y me trasladé al año 32 d.C. con el objetivo de ir a buscar a Jesús de Nazareth. Estuve 11 meses en ese viaje, ya que debí viajar a pié por varias semanas y lidiar con el problema del idioma. Lleve oro y joyas para el viaje, además de especias para hacer trueque y armas para protección. En mi viaje conocí a un pescador llamado Juan Pablo, quien había escuchado acerca del profeta de Nazareth y emprendí el viaje junto a él. Cuando al fin llegué a mi destino, todos hablaban de “Jechua din Zaret” (así se oía su nombre en arameo), y logré así asistir a su discurso en el Monte de los Olivos. ¡Todo es cierto Marcos!, el pan, el pescado, los milagros, la crucifixión, todo. Cuando Jesús terminó de hablarle a la multitud me acerqué a él, era imponente; alto, moreno, de rasgos árabes y una mirada profunda. Si bien me miró en varias ocasiones, cuando quise hablarle, dijo en mi idioma (Francés), “Se te ha permitido estar aquí, pero tú no perteneces a este lugar”, y luego invitó a Juan Pablo a ir con él. Yo me quedé hasta su muerte y resurrección.

El día de su muerte hubo un gran terremoto, no quedó piedra sobre piedra, la gente estaba muy alterada y violenta. La lluvia lo inundó todo, supe que era tiempo de irme pero quería esperar los tres días. Fue impresionante, Jesús no subió al cielo sólo en cuerpo, lo hizo en un aparato; en un aparato idéntico a La Turbina. En ese momento tomé el dispositivo y me trasladé al 10 de enero del año 2039 para ver que más ocurriría, pero el dispositivo falló y llegué al 27 de diciembre de 2038, es decir pasado mañana. Marcos, si quieres saber más debe ser en privado.

Gustavo se levanta y sale de la habitación.

Richard: Solo confiaré en ti. ¿Tú guardas en esta habitación un viejo dispositivo que anula señales de celular verdad?

Marcos: Si, ¿Cómo lo sabes?

Richard: Leí los documentos de tu hijo, donde se detallaba todo lo relacionado con su nacimiento. Busca el dispositivo y enciéndelo.

Marcos se levanta y saca del closet un aparato a todas luces arcaico pero útil para ese momento.

Richard: Tengo la hipótesis de que no pude viajar más adelante en el tiempo debido a que éste terminará. Cuando volví del pasado, traje algo conmigo. Es un fragmento de la túnica de Jesús de Nazaret (Richard saca un género de su bolsillo y se lo entrega a Marcos). Debes llevarlo contigo, tu eres el mensajero entre mundos, de eso estoy seguro. En dos días esta casa ya no estará en pie, habrá guerra y solo Manuel podrá protegerlos; él es el guardián. Campusano no es el enemigo, es sólo el sirviente y como él hay muchos.

Marcos: Hoy vi a Campusano acompañado de un hombre que creo conocer, pero no recuerdo quien es.

Richard: Campusano no es un ser humano, es un demonio. El hombre al lado de él, es el primer Ángel; Lucifer. Lo sé porque lo vi en mis dos viajes. Estuvo en la multitud en el monte de los olivos, en la crucifixión y estará también pasado mañana, en ese momento se revelará ante el mundo como el líder que es.

Marcos: Richard, ¿sabes algo de mi hijo, lograste verlo?

Richard: Si, ellos volverán pasado mañana y para ese momento ya nadie estará en esta casa. Una última cosa; Cinthia guarda un gran secreto y le diré que es momento de decírtelo, pero ahora duerme, debes descansar.

Marcos sale de la habitación, esta exhausto. Cinthia está en el pasillo esperándolo e insiste en que deben matar a Cecilia.

Cinthia: Marcos, ella es un demonio.

Marcos: Ahora no Cinthia, estoy cansado. Manuel está haciendo guardia así que no debes preocuparte.

Marcos va a la habitación y se acuesta junto a Marcela, quien llora y le confiesa que esta aterrada.

En la televisión informan de la proliferación del canibalismo y de la llegada de Campusano a Nueva Ginebra, quien en las entrevistas otorgadas a los medios de prensa, comenta que mañana a primera hora se reunirá de urgencia con todos los presidentes de G 7 (las siete potencias más poderosas del orbe), con el objetivo de implementar un plan de restauración del orden mundial.

Nadie tomó conciencia de la hora, pero siendo exactamente las 22:45, Marcos cae en el sueño profundo, de la misma forma en que solía ocurrir años atrás.

Mientras Marcos y Marcela duermen, Alejandro y sus padres, conversan junto a Camila en el living de la casa.

Alejandro: Padre, tengo la punta de lanza, te pertenece.

Alberto (Padre de Alejandro): Tú debes tenerla. Llévala contigo, el mito familiar dice que ese objeto será fundamental en la última lucha contra el mal.

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