El Ser Confinado: Diarios de una Pandemia

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El Ser Confinado: Diarios de una Pandemia
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LIC. NADIA CORINO

LIC. SANDRA ALTOLAGUIRRE

El Ser Confinado
Diarios de una Pandemia


Corino, Nadia

El ser confinado : diarios de una pandemia / Nadia Corino ; Sandra Altolaguirre.- 1a ed.- Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2021.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-1739-5

1. Relatos. I. Altolaguirre, Sandra. II. Título.

CDD 808.883

EDITORIAL AUTORES DE ARGENTINA

www.autoresdeargentina.com info@autoresdeargentina.com

Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723

Impreso en Argentina – Printed in Argentina

“Purifica tus ojos, y mira la pureza del mundo.

Tu vida se llenará con radiantes formas”

–RUMI

Agradecimientos generales

A las cien personas de todas partes del mundo que nos enviaron sus experiencias de pandemia, a los diferentes profesionales que aceptaron escribir para el apartado “miradas”.

A quienes realizaron los prólogos, Dr. Mónico Carbajal, Médico Psicoterapeuta y Máster Coach desde Caracas, Venezuela, Lic. Bárbara Abadi, prestigiosa psicoanalista, de Argentina.

A tantas personas que fueron faros para tomar las decisiones correctas, en cada paso que dimos hasta publicar la obra.

A la artista plástica Lis Lund, por predisponerse, desde el principio, con su amor por el arte a darle vida y color a este libro.

A los Medios de Comunicación por la difusión.

A nuestras familias, amigos y referentes que nos inspiran.

Agradecimientos especiales

A mis padres por darme la vida, por enseñarme y acompañarme de manera constante e incondicional; a la vida por haberme dado tanto. A mis hijas Amanda y Sara, que son el regalo más hermoso de este mundo; y a mi compañero de vida y de ruta Facundo, por todo el inmenso amor que sentimos día tras día.

NADIA

A mi hija Martina; a mi esposo Alejandro por la paciencia. A mis dos estrellas–guías:

Mi papá Raúl, por su bondad, su ternura.

Mi mamá Amelia, por su fuerza interior, su amor infinito

SANDRA

Índice de contenido

Portada

Créditos

Índice

Prólogos

Introducción

Ser Covid-19 positivo - Trauma y aceptación

Abrazos del Alma

Atesorando momentos

Mi amada compañía

“Emma: mi súper heroína”

Del control de carga, a sentir la carga

Nuestras reflexiones

Ser lo que hacemos - Creatividad modo Pandemia

Por el camino de los Sueños

El Don de hacer reír

Que no se pierda la marcha

El privilegio de poder adaptarse al cambio

Cidade Maravilhosa

Reglas firmes, pueblo obediente

Todo sigue igual

La Argentinidad

La verdadera vocación

Cocinando nuevas ideas

Ejemplo de vida y voluntad

Cuando uno está donde tiene que estar, la vida encuentra el camino

El vaso ¿se está llenando o se está vaciando?: crisis y oportunidades

Dar a luz un nuevo hogar

Mi hogar: escenario de la vida

Lo hermoso del Ser y el Tener: “SOS–TENERSE”

Reconstrucción

Nuestras reflexiones

Ser lo que pensamos y sentimos - Torbellino de emociones

El túnel

Por la Paz Mundial

Hasta encontrar mi lugar

Mi historia de liberación

Desde arriba todo se ve mejor

Relatividad

Madeja de emociones

Muerte y Resurrección

Covid-19 y el Destino

Ser yo o Ser payaso

Con aroma a muerte

Ella es magia

Cuando pase el temblor

A corazón abierto

Cuando todo se descontrola

De lo urgente a lo importante

Sentir miedo no está mal

Nuestras reflexiones

Ser niño, adolescente, ser joven - Una población vulnerable

Huracán dentro y fuera

Fragilidades

Cambio de planes

Fuerza interior

Un esfuerzo por ser feliz

Confinamiento adolescente

Que sean niños los niños

Simple, común y linda

Deseo de final

Nuestras reflexiones

Principios del Año 2021: la pandemia continúa

Ser en relación a otros (lazos) - El Amparo

Mis deseos

Experiencia en Tailandia

Apocalipsis

Protocolo covid-19 para enamorados

Vender todo y emigrar

De Nigeria a Escocia

El amor siempre nos salva

Vivencias en China

Casualidad, causalidad, destino: llámalo como quieras

Cambio de forma

¿Normal o natural?

Una escalera hacia el crecimiento personal

Darle lugar a lo nuevo

Una aventura entre pollos congelados

Injusticia

¿Desencuentro con otro, o reencuentro consigo mismo?

Un día sin reír es un día perdido

Entre el tango y el zamba

Tan sedientos de piel ¡y yo con la mascarilla!

Ser libres con los cinco sentidos a flor de piel

Ser como el junco

Construyendo lazos de amor

Distancia y proximidad

De dolores y de amores

Y todo pasa

Con el corazón dividido en tres

Nuestras reflexiones

Ser en cualquier parte del mundo - No soy de aquí ni soy de allá

Bucéfalo: La Pandemia en Motor home

Migrar en Pandemia

Luna de (hiel) miel

Aislados en la Isla

De viaje al interior

Viajar por Japón: ¡por culpa del Coronavirus!

De cuarentenaen cuarentena

Atrapados en el Hostel

¿Viajamos?

El saxo Viajero

Frenar para seguir viajando

Vivir diferente

Salir y llegar a Saturno

Soñar no cuesta nada

Cara o cruz: que sea lo que sea

¿Cuál es el camino correcto?

Nuestras reflexiones

Ser(es) espiritual(es) - Como la flor de loto

“Para qué”

La fuerza de la Oración

Volar, siempre volar

Una ventana, un bosque, una luz

Creando un nuevo entorno

Doble encierro

La salida es hacia adentro

Nuestras reflexiones

Miradas - Observadores diferentes

 

Liliana Llamas

Dr. Oscar Capalbo

Julia Takahashi

Leandro Taub

Steen Lerfeldt, 79 años, Pastor protestante danés

Zalmen Lipinski

Pr. Fernando Crabbé

Cristina Di Martino

Nuestra gratitud infinita: Sinergia Mundial

Sinopsis

Prólogos

Esta recopilación de narrativas, historias, y hechos reales nos trasladan al corazón de lo vivido en la experiencia, de seres humanos en pandemia.

Cada una de estas miradas de alguna forma, nos lleva a la reflexión, a una visión global de lo que es el mundo actualmente.

Observar con detalle cada historia, donde diferentes relatores proponen sumergirnos en la posibilidad de entender cómo el mundo va activándose de una forma variada y diferente, no tiene precio.

En la medida que entendemos que no sólo estamos hechos de un mundo físico, material, sino que además somos inspiración, estados de ánimos, almas interconectadas a través de nuestras distintas experiencias personales nos hace ciudadanos del mundo, habitantes con un solo propósito: Amarnos.

Las autoras van generando un aprendizaje importante para todos aquellos que vayan siguiendo la lectura, desde la esperanza e inspiración Nadia y Sandra, abriendo el contexto para sumergirnos. Luego historias nada fáciles al principio, pasando por momentos meditativos, de encuentros hacia “sí mismos”, saber que somos “seres creadores de esta conciencia colectiva”, entender lo que esencialmente nos sucede como seres humanos, sin olvidar que somos en esencia unAlmaque busca trascender, más allá de los confines de lo que implica nuestra materialidad. La magia que nos regalan otros relatos para encontrarnos con nosotros mismos a través de otros, el amor de quien trasciende de quien deja huella, para reconocer que somos seres trascendentes, únicos y con una huella muy especial, sobre todo cuando son mujeres, con esa fuerza de esperanza y la declaración poética que nos dejan. En la solapa “ser espirituales” y “miradas” la obra nos deja bendiciones, dulces y amargas y que cada quien tome de acuerdo a su experiencia, proponiendo un cambio de la cotidianidad con el involucramiento de Dios o la razón divina. Entender además que cada momento es un aprendizaje que nos empuja a ser más creativos, desde la aceptación, y sobre todo, que nos ayuda a salir de las distracciones y centrarnos en lo que es más importante. El camino hacia dentro que nos propone la obra, acerca del confinamiento y los confinados, el rescatar la soledad y el ánimo, vivir en la pura presencia, con detalles cortos y precisos de nuestra espiritualidad.

Esto también pasará y estaremos mejor de lo que estamos ante un espacio más solidario donde me pregunte“¿para que yo soy necesario?”.

“El ser confinado” nos muestra, además, en varios relatos, como la solidaridad del medio ambiente nos provee del contexto, para seguir creciendo con nuestra familia o afectos, algunos rodeados de naturaleza y con la disposición para guiarlos en el propio desarrollo personal.

Todos los textos escritos de una forma sencilla, articulada y directa, son historias que nos conectan con los infinitos mundos en los que nos encontramos, un multiverso cada vez más heterogéneo, y al mismo tiempo parecido a lo que compartimos cada uno, desde nuestra casa, desde nuestro país, desde nuestro continente.

Los narradores que vivieron en las diferentes circunstancias en la que se encontraban, plasman con su tinta, emociones, sueños, realidades, paralelas, cercanas y a la vez esenciales, generando comprensión de lo que actualmente vivimos, como integrantes de este gran “planeta escuela” llamado tierra.

Te invito a escribir tu propia historia a partir de lo que aquí podrás leer, seguro será de inspiración para seguir compartiendo nuestra vibra y experiencia en estos tiempos de pandemia.

MAYO 2021

Dr. MÓNICO CARVAJAL

Médico Psicoterapeuta, Máster Coach.

Conferencista y facilitador de grandes grupos.

Director de Red Talento, Instituto Eric Berne Venezuela y de la Confederación Mundial de Coaches.

La pandemia del covid-19 nos tomó por sorpresa. Lo que al principio parecía una enfermedad localizada en un solo país rápidamente se propagó por todo el planeta. El mundo quedó perplejo ante la vertiginosa circulación no sólo del virus sino también de las imágenes terroríficas, los miedos, las dudas, la falta de certezas.

La irrupción del covid-19 supone un episodio traumático debido a la alta intensidad del evento y a lo sorpresivo e inesperado de su aparición. No hubo tiempo para prepararse. Se trata de un evento que modifica la vida y los hábitos, que pone en jaque certezas, que amenaza la vida y la salud de todos. Los efectos que tendrá en cada sujeto son sin embargo singulares y dependen de los recursos psíquicos de cada quien, de su historia y sus marcas particulares. En cada sujeto impactará en función de su subjetividad, de su mundo interno y su fantasmática y pondrá en juego mecanismos de defensa singulares. Las respuestas no son anticipables ni generalizables. Sin embargo, ante la conmoción que ocasionó una pandemia que afecta la salud, la economía, la vida cotidiana, las relaciones geopolíticas, la forma de vincularnos entre nosotros, todos fuimos convocados a reaccionar y a responder de alguna forma.

Un episodio traumático requiere un trabajo de elaboración y la palabra es una herramienta privilegiada para este proceso, tal como nos recuerda Sandra al citar la idea de Freud sobre el valor terapéutico de la palabra. Por eso la propuesta de Sandra y Nadia reviste un interés y una apuesta de gran valor. En “El ser confinado” ellas dan la palabra, con lo generoso que supone este acto de “dar”, de ceder espacio, de ofrecer escucha. Alojan en sus textos el decir de cien personas, en un gesto que invita a los lectores a pensar sus propias palabras, su propio relato. Invitan a acercarse a las vivencias de otros y a las propias, como una forma de elaboración. De forma introductoria y casi como presentación, nos cuentan sobre ellas, quiénes son, cómo pensaron el libro y también algo sobre cómo atravesaron el primer año de la pandemia. Entrevemos que el proyecto de este libro ha sido también un sostén para las autoras, creado desde su deseo y como parte de su hacer con las circunstancias y vivencias propias. Luego ofrecen un espacio para que cien personas de distintos lugares del mundo, cada uno con su estilo, puedan decir algo sobre su experiencia en este tiempo tan extraño, tan incierto, tan abierto. Abierto por lo aún inconcluso de la pandemia, pero también por la posibilidad de que cada quien pueda hacer algo singular con lo que vive y vivió.

El trabajo de elaboración psíquica que posibilita una subjetivación y un cambio de posición subjetiva tienen como condición que haya una palabra de parte de quien padece que se dirija a otro. En el encuentro con un psicoanalista en un espacio analítico, a través del vínculo transferencial, se hace posible que a partir del padecimiento de quien consulta emerja una pregunta, un interrogante sobre su sufrimiento o sobre su posición en él. Un libro no es un espacio terapéutico ni analítico, y no pretende serlo. Aun así, ofrecer condiciones para el armado de un relato y una historización donde quizás había solo un estado de angustia y confusión, ofertar un otro a quien dirigir esa palabra sufriente o esa experiencia desconcertante, puede funcionar como punto de partida para que tenga lugar una elaboración subjetiva.

La pandemia genera pérdidas en términos de salud, de vidas, en términos materiales, vinculares, de proyectos y creencias. Es un tiempo de pérdidas y de duelos, en el que se escucha seguido la vivencia de abandono, de desamparo y de soledad. Nuevamente la convocatoria a escribir, a dejarse leer, es una apuesta a poner palabras a estas pérdidas, muchas de las cuales fueron abruptas, solitarias, sin despedida y sin prácticas simbólicas que generan condiciones más propicias para una elaboración de las mismas. La propuesta de Sandra y Nadia pone además el acento en otro aspecto que considero fundamental: el lazo con otros. Un proyecto que nace de un vínculo entre ellas, que habilita modos de ligadura con otros al incluir la palabra y el relato de cien personas en textos sobre los que intervienen, como forma de interactuar y de acompañar. Un libro con múltiples relatos y miradas que hacen lazo con el lector, quien al leer evoca sus propias experiencias y vivencias y dialoga internamente con quienes dan testimonio en sus páginas. Un libro escrito por muchos y para muchos, en un momento en el que fortalecer los vínculos muchas veces erosionados por la distancia, el temor, la sospecha, la desconfianza y la situación de excepcionalidad, es de vital importancia.

JUNIO 2021

LIC. BÁRBARA ABADI

Psicóloga, Psicoanalista,

Miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina

Introducción

Diciembre de 2019: en la “Era del conocimiento”, de lo previsible, del control, de la información globalizada, actualizada; en la era en que el ser humano nunca estuvo tan informado sobre infinidad de temas alrededor del planeta; en una era donde se permiten las guerras con sentido, el escueto sentido que cada parte le asigna; en un mundo en el que el capitalismo es el dueño de la economía occidental, en un mundo “avanzado”, emerge ÉL.

Y llega a las vidas de los habitantes sin ser visto, sin ser esperado, rápido, tiñendo todo el aire de temor, el temor que trae la incertidumbre, el quiebre de todos los seres humanos de este planeta que deben parar: parar de caminar, parar “de correr” diariamente en sus agitadas vidas, parar sus autos, sus rutinas,su hacer, y darle una nueva forma, un sentido nuevo a suestar siendo,replantear su forma de SER. Este insignificante protagonista manifiesta tempestuosamente su poder y nos paraliza en nuestro propio poder; basta de besos, de abrazos, de visitas, de reuniones, de fiestas, de cine, de deporte, desprovistos de tanto debimos darle un nuevo significado a nuestras vidas, o al menos intentarlo, una vida que transcurría en automático, para muchos sin preguntas, casi sin reflexiones y ante nosotros:la gran oportunidad, para quien quiera despertar, de escucharse, de re–pensarse, de reinventarse, de encontrar nuevos hábitos, motivos, que produzcan nuevas posibilidades, nuevos sentidos, bienvenido covid-19, es hora de aprender.

Su origen es ciertamente desconocido. Diciembre de 2019, Wuhan, República Popular China: animales hacinados en mercados. Misteriosa neumonía. El cuerpo humano no tuvo el tiempo suficiente para desarrollar defensas, pulmones, nariz y garganta paralizados, ganglios linfáticos, explosión de moléculas inflamables, colapso del sistema inmune, rápidamente se expande. Tailandia, Japón, Corea, Medio Oriente, Europa, el mundo entero está sumergido en una enorme confusión. América parecía distante, pero la amenaza llega fácilmente en este mundo global. De China a la Antártida en pocos meses, víctimas colapsando los hospitales, familiares sin acceso a las víctimas, los médicos, enfermeros, auxiliares de la salud “no podemos ayudar a todos, no podemos hacer más, no hay nada que se pueda hacer”.

Nuevos términos en el lenguaje habitual de las personas: cuarentena, confinamiento, aislamiento, distancia social. ¿Sólo el distanciamiento físico impuesto podría reducir la tasa de mortalidad?

Parálisis económica, desempleo masivo, personas susceptibles, los gobiernos idean estrategias para detener la propagación. Ante un virus nuevo nadie es inmune y científicos de todo el mundo entran en acción: experimentos, se revela el genoma, la vacuna podrá darle al cuerpo dosis atenuada del virus, ensayos clínicos, los desarrolladores de vacunas están esperanzados, pero no hay garantías en un primer momento. ¿Es nuestro comportamiento el que puede evitar la enfermedad? Se descubre que anticuerpos en el plasma de pacientes recuperados pueden ayudar a las víctimas a no morir. En algunos países desarrollados comienzan a idear códigos de ubicación para que la población se desplace, monitores de temperatura corporal, aplicaciones en los teléfonos celulares para identificar los trayectos que las personas efectúan, avisos inmediatos en caso de detección de covid-19para subir a los transportes públicos, todo se registra en el dispositivo móvil, todos con barbijos, alcohol en gel; pero otras culturas no tienen los medios ni los recursos para cumplir con el protocolo básico. Las diferencias sociopolíticas y culturales se hacen más visibles, las miserias humanas y la solidaridad también.

 

“El SER CONFINADO”. Cuando escribo SER me refiero a distintos aspectos de lo que nombramos comúnmente “YO”, la personalidad, el carácter, el temperamento, la mente, el ego, el cuerpo y el alma, entremezclados de forma imprecisa. Este SER se siente, en muchas ocasiones más cercano a su alma y en muchas más, confundido, alejado de la comprensión del espíritu y de su voz. El SER nos permite la transformación, pero no es posible hablar de ella, salvo que la personalidad que habitamos a diario emprenda el camino de abandonar antiguas conductas, viejos hábitos, creencias limitantes y todo el arsenal de obstáculos que existen en nosotros y nos impiden avanzar hacia nuestro propósito. El confinamiento obligatorio, impartido por los distintos gobiernos alrededor del mundo, o elegido por los aterrados seres por más de 365 días, es único en la historia de la humanidad, tanto en su forma como en su esencia.

En este libro pretendo ilustrar, humildemente, que más allá del país, de la nacionalidad, del color, del género, de las arrugas o de la juventud, los seres humanos fuimos atravesados por el mismo “mal”, pero con él surgen distintos dolores, se manifiestan diferentes miedos o se alcanzan nuevos logros u otros niveles de conciencia. ¿De qué depende? Las diferencias en “el impacto” que covid-19 produce en los protagonistas de este hecho histórico, es decir, de todas las personas de este mundo, tienen, a mi juicio, base en el nivel de conciencia con el cuál cada uno “llega a esta pandemia”, en beneficio de unos y en detrimento de otros, como un cristal que amplifica la visión y acelera el tiempo. La obligada inacción desde “el hacer”, nos propone tomar decisiones más profundas, que tienen que ver con “el ser” o no tomarlas, entonces, si es que pretendías ordenar o remodelar algún sitio de tu casa, así comenzó, si empezaste ese libro que dormía sobre la mesa de luz, si lo terminaste de leer, si te levantaste más tarde en la mañana o te acostaste con el control remoto en la mano, así comenzó; si es que elegiste retomar aquella actividad postergada que te hacía feliz, así comenzó; si es que caíste en la cuenta de que tu vida, tu tiempo y tu energía estaban malgastados en un trabajo u ocupaciones sin sentido, así comenzó; si es que elegiste reinventarte, transformarte, acercarte a tu pasión, así comenzó; si es que estabas en “la cima” de tu proyecto, o tu negocio tenía años de prosperidad económica y se desplomó, así comenzó; si es que decidiste que tu hogar se convirtiera en una cárcel, cansado de tus hijos alborotados, pretendiendo que todo esto pase rápidamente, rechazando a tu pareja, viviendo situaciones de violencia, angustia, presión, alejamientos, así comenzó; o te reencontraste con tu hogar y lo transformas en un cobijo de amor, armonía y protección para vos y tus afectos; si comenzaste a meditar, a hacer yoga, a respirar conscientemente, a rezar, si comenzaste la dieta o el entrenamiento que tanto habías postergado, quizá una terapia alternativa, si comenzaste a cocinar casero, o acudiste por primera vez, o sos reincidente de sustancias tóxicas, del alcohol, las drogas, intentando “ahogar” la impotencia, la soledad y el dolor; o incluso decidiste terminar con tu vida, así comenzó.

Los niños merecen unas líneas aparte, una consideración más, será porque tengo dos en casa. ¡Mis amadas Sara y Amanda! El hecho es que ellos fueron súbitamente despojados de su escuela, de su seño, de sus amigos, de las plazas, de los cines, de los encuentros, se les prohibieron los abrazos de sus abuelos y muchos de ellos, ni siquiera volvieron a visitarlos, despojados de los caprichos y regalos que siempre están presentes, o en sus upas, en sus manos, ellos se adaptaron más que nadie a que sus pequeñas vidas cambien repentinamente, con menos información que un adulto, y se merecen todos los aplausos, porque no importó si eran los más aplicados o los más rebeldes, tuvieron que obedecer las nuevas reglas, e incluso ir en contra de aquellas que les marcamos los adultos desde siempre: “ de ahora en más no podés compartir, es peligroso”.

¿Y los adultos mayores? Los asilos se convirtieron en uno de los lugares más inseguros para vivir los últimos años, los seres más vulnerables. Pacientes oncológicos, con neumonía, hipertensos, (y el listado se extiende considerablemente), aumentaron su vulnerabilidad; y si estaban en sus casas aumentaron su soledad, no más visitas de hijos, de nietos, sin tecnología, sin ruido en las calles. Muchos de ellos terminaron sus vidas sin el saludo final de sus seres más queridos.

Covid-19 es un virus del tipo coronavirus, existen desde hace décadas anteriores “versiones” de él, se caracterizan por tener en la superficie una especie de “picos” que sobresalen en forma de corona y afectan mayoritariamente el sistema respiratorio de las personas, ahora bien, paradójicamente, el hecho de que millones de personas en todo el mundo hayan sufrido afecciones en su sistema respiratorio, dificultad para respirar, y, como consecuencia, reducción de movimientos “en el hacer”, otorgó al gran hogar de toda la humanidad, a nuestra bendita Madre Tierra, al Planeta, una oportunidad única para inspirar, el planeta tomó una gran inspiración de aire fresco y puro, hacía años que no sucedía y era improbable que la humanidad toda se pusiera de acuerdo para permitírselo. Había alcanzado niveles alarmantes de polución y contaminación, derretimiento de glaciares, riesgo en la capa de ozono, y gracias al covid-19, en diferentes países, comenzaron a ver el cielo, sus calles atestadas de humo, smog y contaminación impedían a sus habitantes tomar contacto visual con el firmamento, la luna y las estrellas se ven con mayor claridad en diferentes partes del mundo, los animales comenzaron a expandirse, ganaron terreno y en esa nueva libertad incluso alcanzaron las ciudades, en algunos lugares del mundo podían verse ciervos en las plazas, en los océanos también pasaron cosas extraordinarias, decenas de tortugas, lobos marinos, y animales acuáticos “invadieron” las costas, lugares antes invadidos por turistas de forma continua y permanente, hoy las playas desoladas, sin residuo, sin latas, sin bolsas, sin desechos, los vehículos prácticamente se detuvieron, el combustible redujo su consumo a un nivel mínimo e histórico, el petróleo sufrió una histórica caída en el precio del mercado. ¿Qué nos muestra este fenómeno, qué hacíamos con la Naturaleza, qué hacemos por ella?

¿De algún modo este virus es la representación de nuestra conciencia colectiva?

Ante semejante hecho histórico se acrecientan las diferencias de criterios, políticas, económicas y culturales. La humanidad estaba sumida en la superficie, perdida ¿Es esta una oportunidad para cambiar el rumbo de las cosas?, ¿cómo es posible que aún no hablemos de políticas planetarias, de sistemas económicos globales, de la educación como un sistema general, a nivel mundial? Y es que los intereses económicos y egoístas son enormes, presidentes y representantes de varios países se mostraron como un payaso en una obra de teatro, llorando amargamente sus propios intereses y tiñendo con su maquillaje el escenario. ¿Será posible que este hecho histórico nos permita identificar nuestra potencialidad? ¿Nuestra posibilidad de transformación y desarrollo como seres más humanos? ¿Y aprendamos a vivir desde el amor y el respeto por la diversidad, sabiendo que todos somos uno en este Planeta, que no hay motivos para dividirnos, juzgarnos, enfrentarnos? ¿Quizá la vida humana del Planeta Tierra, entendida como un todo, tema inspirar y desconozca la manera de conectar con la plenitud de la vida? ¿Con el amor por la vida? ¿Podemos lograr como humanidad trazar un camino nuevo, de aprendizaje y crecimiento? Aprovecho este párrafo para traer a nuestra conciencia el término Esperanza, porque históricamente nos ha sostenido como humanidad, y permanece en el ADN de cada uno como una huella imborrable de generaciones que nos anteceden, cada uno con su propio concepto y su particular aferramiento, dándole un singular y único significado, ¿Cuál es la esperanza que abrigamos, la que de algún modo te impulsa a seguir?

En este libro y a continuación vamos a ocuparnos de las vidas de 100 personas, alrededor del mundo que sí cambiaron, su mundo cambió. Testigos y protagonistas de este momento histórico nos invitan a zambullirnos en su historia, pequeña para el mundo pero gigante para cada uno de ellos. Infinita gratitud por esta entrega, la entrega testimonial de una parte de sus vidas, antes y durante la Pandemia, covid-19. Además de brindarnos su tiempo y predisposición dejaron que “interviniéramos” sus relatos con conceptos de la ontología, la filosofía, del coaching, desde la psicología. Escribo en plural porque esta obra no hubiera sido posible sin la colaboración y participación de la Lic. Sandra Altolaguirre, amiga personal y ayuda incondicional en todo el proceso, desde la recolección de las historias, la transcripción, el aporte y la intervención desde su profesión, desde sus motivaciones para darlo a conocer, en fin, por poner a consideración su Ser, este es ahora Nuestro Proyecto. Aunamos nuestros saberes y conocimientos para enriquecer notablemente esta obra. Deseamos que estas páginas no sean sólo parte de un libro, que sean una experiencia inspiradora para el lector, porque están llenas de emociones, llenas de color, como la vida misma. Cada alma que escribe, cada corazón que siente, se une en esta Gran Humanidad que somos todos los habitantes de esta Tierra. Deseo que disfrutes del recorrido, tanto como nosotras de su creación, bienvenido.

Con la intención de que comprendas como lector desde “donde miro”, te cuento una pequeña parte de mi historia, vivo en el campo, con mi marido y mis hijas, ellas son la quinta generación aquí, estas son mis raíces, la naturaleza y el contacto con esa armonía son nuestros compañeros diarios, huerta, laguna, verde, azul y amarillo. Mis padres tienen una casa a veinte metros de la nuestra, mis tíos y primo hermano a cincuenta metros, una pequeña comunidad que pronto fue tomando otro sentido.