Ser paz en un mundo en conflicto

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INTRODUCCIÓN

“Necesitamos un mundo más pacífico, que se desarrolle a partir de familias, barrios y comunidades más pacíficas. Para lograr y cultivar esa paz, debemos amar a los demás, incluso a nuestros enemigos, como amamos a nuestros amigos”.

HOWARD W. HUNTER

Me siento agradecido por esta oportunidad de compartir con usted el propósito y los principios de la Comunicación NoViolenta (CNV) y darle ejemplos de cómo la están usando distintas personas de todo el mundo a varios niveles. Le mostraré cómo se utiliza con uno mismo y también cómo se está usando para crear relaciones de calidad con otras personas en el hogar, en el trabajo y en los esfuerzos encaminados al cambio social.

Ser paz es comunicarse sin violencia, el resultado práctico de aplicar los principios de la Comunicacion NoViolenta. Es un dar y recibir mensajes que se centran en dos preguntas muy importantes: ¿qué está vivo en nosotros? y ¿qué podemos hacer para enriquecer todavía más la vida?

Ser paz es una manera de conectar con los demás que permite que aflore nuestra compasión natural. En todo el mundo —desde familias con problemas hasta burocracias disfuncionales y países desgarrados por la guerra— no he visto un medio más eficaz de lograr una resolución pacífica de conflictos. De hecho, ser paz usando la Comunicación NoViolenta ofrece la promesa de reducir o incluso eliminar el conflicto en primer lugar.

Hacer realidad un cambio pacífico comienza trabajando con nuestra propia mente

Muchos coincidimos en que el proceso para hacer realidad un cambio pacífico comienza trabajando con nuestra propia mentalidad, con la visión que tenemos de nosotros mismos y de los demás, con la forma en que cubrimos nuestras necesidades. Este trabajo básico es en muchos sentidos el aspecto de la CNV que plantea un mayor desafío, porque requiere una gran honestidad y apertura, desarrollar ciertas competencias de la expresión y superar los aprendizajes profundamente arraigados que enfatizan el juicio, el miedo, la obligación, el deber, los premios y castigos y la vergüenza. Tal vez no sea fácil, pero los resultados hacen que valga la pena el esfuerzo.

La primera parte de este libro se centra en la mecánica del proceso de la CNV, planteando dos preguntas básicas cuyas respuestas no solo resultan un excelente resumen de la CNV, sino que además le ayudarán a entender en qué se diferencia la CNV de su concepción actual sobre cómo se pueden resolver las diferencias. Aplicar la CNV en su vida, en sus relaciones y en su trabajo para la resolución pacífica de conflictos implicará, casi con total certeza, algunos cambios bastante significativos en cuanto a su visión del mundo y a cómo opera usted dentro de él.

Todo lo que hacemos está al servicio de nuestras necesidades

Por ejemplo, uno de los conceptos básicos de la CNV —que todo lo que hacemos está al servicio de nuestras necesidades— no tiene corolario en el pensamiento prevaleciente. Cuando apliquemos este concepto a la visión que tenemos de los demás, nos daremos cuenta de que en realidad no tenemos enemigos; que lo que otros nos hacen es lo mejor que saben hacer para cubrir sus necesidades.

Podemos ayudar a los demás a ver formas menos dañinas y más eficaces de cubrir sus necesidades, pero no los culparemos, no los avergonzaremos ni los odiaremos por no ser lo que nosotros queremos que sean. Cuando somos paz con la CNV, lejos de quedarnos impotentes y vernos obligados a ejercer el abuso de poder sobre los demás para cubrir nuestras necesidades, empleamos una táctica que se conoce como “poder con”.

En la segunda parte de este libro se comentan los cambios que tienen lugar en nosotros mismos y en nuestra visión de los demás y del mundo cuando nuestra motivación es enriquecer la vida.

La tercera parte pretende apoyar al lector en sus intentos de ser paz, proporcionando para ello comentarios más avanzados sobre la aplicación de la CNV al cambio social. Le animo a formar equipo con otras personas que tengan valores parecidos a los suyos para hablar de cómo aplicar la CNV a su trabajo y compartir ideas sobre cómo cubrir sus necesidades cuando traten con personas que se muestren poco receptivas ante sus esfuerzos.

Además de lo que podría denominarse cambio “político”, también trataremos la aplicación de la CNV en otras áreas de la sociedad, como el ámbito empresarial y escolar. No es casualidad que la CNV esté diseñada de tal manera que el proceso básico de conexión con los demás —hacer observaciones claras, expresar y recibir sentimientos y necesidades y formular peticiones claras— resulte eficaz, sea cual sea el ámbito del cambio social al que se aplique.

Los orígenes de la

Comunicación NoViolenta

“Mi objeción a la violencia se debe a que, cuando parece hacer bien, es un bien solo temporal; pero el mal que hace es permanente”.

M. K. GANDHI

Empecé a buscar nuevas formas de comunicación a raíz de un par de preguntas que me habían rondado la mente desde la niñez. Mi familia se mudó a Detroit (Michigan) justo en el momento en que tuvieron lugar los disturbios raciales de 1943. En nuestro barrio, treinta personas fueron asesinadas en unos cuatro días. Tuvimos que quedarnos en casa esos días, no podíamos salir. Fue una enseñanza muy impactante para mí, que no era más que un niño. Fue una enseñanza dolorosa, pero también trajo a mi conciencia la idea de que este es un mundo en el que alguien podría querer hacerte daño a causa del color de tu piel.

¿Qué es lo que hace que algunas personas quieran hacer daño a otras?

Entonces, cuando fui a la escuela por primera vez, me di cuenta de que mi apellido podía servir de acicate a algunas personas que querían tratarme con violencia. De modo que, mientras crecía, en mi mente se repetía esta pregunta: ¿qué es lo que provoca que algunas personas quieran hacer daño a otras por cuestiones como su nombre, su religión, su origen o el color de su piel?

Afortunadamente, también estuve expuesto a la otra cara de los seres humanos. Por ejemplo, mi abuela tenía una parálisis total y mi madre cuidaba de ella. Y todas las tardes, un tío mío venía y ayudaba a mi madre a cuidar de mi abuela. Mientras la aseaba y le daba de comer, mi tío lucía todo el tiempo una bonita sonrisa en su rostro.

Así que, cuando era un niño, seguía preguntándome: ¿cómo es que hay personas como mi tío, que parece disfrutar al contribuir al bienestar de los demás, y, al mismo tiempo, otros seres humanos que parecen querer emplear la violencia unos contra otros? Cuando llegó el momento de tomar una decisión respecto al tipo de trabajo que yo quería realizar, pensé que me gustaría estudiar estas cuestiones tan fundamentales.

Nuestra naturaleza: contribuir al bienestar los unos de los otros

Empecé por elegir la psicología clínica para aprender todo lo que pudiera sobre estas dos cuestiones. Acabé con un doctorado, pero había ciertos límites en lo que me habían enseñado y las preguntas que me planteaba no encontraban una respuesta tan fácil como a mí me habría gustado. Yo estaba más interesado en entender cuál es nuestra naturaleza y qué aleja a las personas de sus tendencias violentas. Estudié por mi cuenta, después de graduarme, para intentar averiguar todo lo posible sobre por qué personas como mi tío disfrutan contribuyendo al bienestar ajeno mientras que otras parecen deleitarse haciendo sufrir a otros.

Llegué a lo que voy a compartir con usted por diferentes derroteros. El principal fue estudiar a las personas a quien realmente admiraba para ver qué las diferenciaba de los demás. ¿Por qué ellas disfrutaban contribuyendo al bienestar de los demás, incluso cuando estaban involucradas en situaciones de conflicto en que las personas que las rodeaban se comportaban de forma destructiva?

Hablé con personas así, las observé y aprendí lo que pude de ellas, de lo que ellas habían aprendido. Estudié aquello que las ayudaba a ceñirse a lo que verdaderamente creo que es nuestra naturaleza: contribuir al bienestar los unos de los otros. Estudié religiones comparadas para ver si podía aprender algo de las prácticas religiosas básicas. Estas religiones parecían estar de acuerdo en cierta medida acerca de cuál es nuestra naturaleza. Ciertas investigaciones, como la de Carl Rogers cuando estudió las características de una relación de ayuda, también me resultaron muy útiles.

Partiendo de todas estas fuentes di forma a un proceso basado en un deseo propio sobre cómo quería que se comportaran los seres humanos. Si puedo esclarecer ahora el propósito del proceso que estaba buscando, la mecánica del proceso cobrará más sentido cuando la presente. Esto es así porque la Comunicación No-Violenta es en realidad una integración de cierta espiritualidad acompañada de herramientas concretas para manifestar dicha espiritualidad en nuestra vida cotidiana, en nuestras relaciones y en nuestras actividades políticas. Por lo tanto, me gustaría comenzar esclareciendo la conciencia espiritual a la que yo trataba de servir cuando buscaba los recursos que presentaré más adelante.

El propósito de la

Comunicación NoViolenta

“Enseña a todos esta triple verdad: un corazón generoso, un lenguaje amable y una vida de servicio y compasión son las cosas que renuevan la humanidad”.

BUDA

La espiritualidad encarnada en la CNV existe no tanto para ayudar a las personas a conectar con lo divino, sino más bien para actuar movidos por la energía divina de la que hemos sido creados, nuestra energía natural de servicio a la vida. Es un proceso vivo para mantenernos conectados a la vida que hay en nuestro interior y a la vida que se manifiesta en otras personas.

 

Milton Rokeach, un investigador y psicólogo de la Universidad Estatal de Michigan, estudió ocho de las religiones básicas del planeta para ver si, en alguna de ellas, las personas que practicaban seriamente esa religión eran más compasivas que otras. Descubrió que las ocho religiones que estudió eran más o menos equivalentes en cuanto a compasión1.

Pero luego las comparó con personas que no pertenecían a ninguna religión y descubrió que ¡las personas que no se afiliaban a ninguna religión eran mucho más compasivas! Lanzó también una advertencia al lector en cuanto a la interpretación de estos datos, porque en cada religión hay dos poblaciones claramente distintas. Si se separaba un grupo minoritario (creo que era alrededor del 12 por ciento) de la mayoría, esta pequeña minoría era mucho más compasiva que las personas que no iban a la iglesia.

Por ejemplo, yo estaba trabajando en un pueblo de Palestina y, al final de una sesión, un joven me dijo: “Marshall, me ha gustado mucho tu formación, pero, ¿sabes?, esto no es nada nuevo; no te lo tomes como una crítica, pero es sencillamente islam aplicado”.

Me vio sonreír y me preguntó por qué sonreía.

Le dije: “Ayer estuve en Jerusalén y un rabino ortodoxo me dijo que era judaísmo aplicado. Y el responsable de nuestro programa en Sri Lanka, un sacerdote jesuita, piensa que es cristianismo”.

De modo que la espiritualidad de esa minoría más compasiva de cada una de las religiones está muy cerca de aquello a lo que trata de servir la Comunicación NoViolenta.

La CNV combina pensamiento y lenguaje

La CNV es una combinación de pensamiento y lenguaje, junto con algunos recursos para usar nuestro poder, diseñados para servir a una intención específica. La intención es crear la calidad de conexión con otras personas y con nosotros mismos que permite que brote nuestro impulso natural de dar a los demás. En este sentido, es una práctica espiritual: todas las acciones se llevan a cabo con el único propósito de contribuir deliberadamente al bienestar de los demás y de nosotros mismos.

El propósito principal de la Comunicación NoViolenta es conectar con otras personas de maneras que permitan que tenga lugar ese dar de manera compasiva. Es compasivo porque sale del corazón por voluntad propia. Ofrecemos servir a los demás y a nosotros mismos no por sentido del deber u obligación, no por miedo al castigo o por el deseo de una recompensa, no por culpabilidad o vergüenza, sino por lo que yo considero parte de nuestra verdadera naturaleza. Está en nuestra naturaleza disfrutar dándonos unos a otros. La Comunicación NoViolenta nos ayuda a conectar los unos con los otros al permitir que nuestra naturaleza se manifieste en cómo damos a los demás y cómo los demás nos dan a nosotros.

Nada produce más alegría que emplear nuestros esfuerzos al servicio de la vida

Cuando algunas personas escuchan que yo pienso que nuestra naturaleza es disfrutar dándonos los unos a los otros, se preguntan, estoy seguro, si no soy un poco ingenuo o si no soy consciente de la cantidad de violencia que hay en el mundo. ¿Cómo puedo pensar que está en nuestra naturaleza disfrutar de dar a los demás compasivamente, con lo que está sucediendo en el mundo? Créame, veo la violencia. Trabajo en lugares como Ruanda, Israel, Palestina y Sri Lanka.

Aunque soy bien consciente de toda esa violencia, no creo que esa sea nuestra naturaleza. En todos los lugares en los que trabajo, pido a los participantes que piensen en algo que hayan hecho en las últimas veinticuatro horas que haya contribuido de alguna manera a enriquecer la vida de otra persona. Después de que piensen durante un minuto, les pregunto: “Ahora, ¿cómo se sienten al ser conscientes de cómo ese acto ha contribuido a enriquecer la vida a alguien?”. Y todos tienen una sonrisa en la cara. Es universal: la mayoría de personas disfrutan al dar a los demás.

Cuando nos hacemos conscientes del poder que tenemos para enriquecer la vida, de cómo podemos servir a la vida, nos sentimos bien. A menudo continúo con la siguiente pregunta: “¿Puede alguien pensar en algo que resulte más gratificante en la vida que emplear sus esfuerzos de esa manera?”. He hecho esta pregunta en lugares de todo el planeta y todo el mundo parece estar de acuerdo. No hay nada mejor, nada que nos haga sentir mejor, nada que disfrutemos más, que emplear nuestros esfuerzos en servicio de la vida, contribuyendo al bienestar los unos de los otros.

Bien, si eso es así, entonces ¿por qué la violencia? Bueno, yo creo que la violencia proviene de cómo hemos sido educados, no de nuestra naturaleza. Estoy de acuerdo con el teólogo Walter Wink, que cree que desde los albores de la civilización —al menos ocho mil años atrás— se nos ha educado de una forma que hace que disfrutemos de la violencia. Este tipo de educación nos desconecta de nuestra naturaleza compasiva.

¿Y por qué se nos educa de esa manera? Es una larga historia. No entraré en ella nada más que para decir que empezó hace mucho tiempo con ciertos mitos sobre la naturaleza humana que caracterizan a los humanos básicamente como seres malvados y egoístas, y que aseguran que la buena vida consiste en que las fuerzas heroicas aplasten a las fuerzas malvadas. Hemos estado viviendo sumidos en esta mitología destructiva durante mucho tiempo, y esta mitología viene acompañada de un lenguaje que deshumaniza a las personas y las convierte en objetos.

Hemos aprendido a pensar juzgándonos los unos a los otros de forma moralista. Tenemos en nuestra conciencia palabras como correcto, incorrecto, bueno, malo, egoísta, desinteresado, terroristas, defensores de la libertad. Y relacionado con estos juicios hay un concepto de justicia basado en lo que “merecemos”. Si haces cosas malas, mereces un castigo. Si haces cosas buenas, mereces un premio o recompensa. Desafortunadamente, hemos estado sometidos a esta conciencia, esta educación defectuosa, durante mucho, mucho tiempo. Creo que este es el corazón de la violencia que hay en nuestro planeta.

La CNV nos acerca a nuestra verdadera naturaleza

La Comunicación NoViolenta, por el contrario, es una integración de pensamiento, lenguaje y comunicación que creo que nos acerca más a nuestra verdadera naturaleza. Nos ayuda a conectar los unos con los otros para que podamos volver a la forma de vivir que disfrutamos de verdad: contribuir al bienestar los unos de los otros. A lo largo del libro, a medida que voy mostrando cómo aplicar este proceso en nosotros mismos, en nuestras relaciones y en el trabajo por el cambio social, he incluido ejercicios para ayudarle a interactuar con las ideas que vaya aprendiendo, e incluso aplicarlas sobre la marcha.

Por ejemplo, comenzaré por pedirle que piense en una situación actual de su vida en la que alguien se está comportando de manera en que no le está enriqueciendo la vida. Esto podría abarcar desde una pequeña irritación que alguien le haya causado hasta algo importante que le está molestando sobre cómo se comporta esta persona. Pero escoja una situación real y le mostraré cómo la Comunicación NoViolenta puede ayudarle a crear una conexión en esa situación que llevará a que todas las personas involucradas puedan satisfacer sus necesidades, a que las personas actúen con el único propósito de enriquecer la vida los unos de los otros, lo cual ciertamente incluye satisfacer nuestras propias necesidades. Ahora que tiene a esa persona en mente, veremos cómo nos sirve la Comunicación NoViolenta.

En todos los lugares del mundo donde hago talleres parece que siempre hay alguien que tiene una situación con un niño de dos o tres años con la que quiere trabajar. ¿Y cuál es ese comportamiento de los niños que hace volverse locas a tantas personas? Cuando se le pide que haga algo, el niño dice cosas horribles, como por ejemplo “No”.

“Por favor, guarda los juguetes en su caja”.

“No”.

Algunas personas me cuentan que viven con su pareja y esta les dice cosas horribles, como “Me duele que hagas eso”.

Y algunas de las personas con las que trabajo tienen problemas mucho más graves y quieren saber cómo aplicar la Comunicación NoViolenta. En lugares como Ruanda, las personas tal vez se pregunten: “¿Cómo me comporto con mi vecino cuando sé que su familia mató a un miembro de la mía?”.

EJERCICIO:

Si quiere comprender el proceso de la Comunicación NoViolenta de una forma práctica, le sugiero que participe en los ejercicios que encontrará a lo largo de este libro. Cada ejercicio va incorporando lo aprendido en el anterior. Para beneficiarse de esta experiencia, puede comenzar pensando en una interacción con otra persona que no haya ido como a usted le habría gustado y sobre la cual le gustaría aprender cómo ser paz. Sea cual sea la circunstancia que ahora le venga a la mente, sea grande o no tan grande, escríbala o haga una nota mental de lo siguiente: una acción específica de esa persona que no enriquece su vida. Puede ser algo que hace, algo que no hace, algo que dice, algo que no dice. Ahora que ha anotado lo que esta persona hace que a usted no le gusta, téngalo en mente mientras lee el resumen sobre cómo aplicar la Comunicación No-Violenta cuando se comunique con esta persona.

1. El autor no se refiere a compasión en el sentido de lástima o piedad, sino a la capacidad de comprender la situación del otro reconociendo su humanidad.

PARTE I

La mecánica del

proceso para ser paz

“El agente de crecimiento y transformación más poderoso es algo mucho más básico que cualquier técnica: un cambio en el corazón”.

JOHN WELWOOD

CAPÍTULO 1

LAS DOS PREGUNTAS

“No te preguntes qué necesita el mundo. Pregúntate qué te hace cobrar vida y entonces ve y hazlo. Porque lo que el mundo necesita son personas conectadas a la vida”.

HAROLD WHITMAN

La Comunicación NoViolenta mantiene nuestra atención centrada en dos preguntas fundamentales:

Pregunta número uno: ¿qué está vivo en nosotros? (otras preguntas relacionadas son: ¿qué está vivo en mí? ¿qué está vivo en ti?) Bien, esta es una pregunta que las personas de todo el mundo se hacen cuando se encuentran, aunque no necesariamente empleen esas mismas palabras. En español es frecuente decir: “¿Cómo estás?”. Cada idioma tiene su propia manera de preguntar, desde luego, pero sean cuales sean las palabras pronunciadas, es una pregunta muy importante.

Decimos que es un ritual social, pero se trata de una pregunta muy importante porque, si queremos vivir en paz y armonía, si queremos disfrutar de contribuir al bienestar los unos de los otros, necesitamos saber qué está vivo en cada uno de nosotros. Es triste que, aunque la mayoría de personas hace la pregunta, no muchas saben realmente cómo responderla, porque no se les ha educado en un lenguaje de vida.

Realmente no se nos ha enseñado a responder a esa pregunta. La hacemos, sí, pero no sabemos cómo responderla. La Comunicación NoViolenta, como veremos, nos sugiere cómo podemos hacer saber a los demás qué está vivo en nosotros. Nos muestra cómo conectar con lo que está vivo en otras personas, incluso si no tienen palabras para expresarlo. De modo que esa es la primera pregunta en la que la Comunicación NoViolenta centra la atención.

La CNV nos muestra cómo conectar con lo que está vivo

La segunda pregunta —y está conectada con la primera— es: ¿qué podemos hacer para enriquecer la vida? (otras preguntas relacionadas son: ¿qué puedes hacer para enriquecer la vida? ¿qué puedo hacer para enriquecer la vida?) Estas dos cuestiones son la base de la Comunicación NoViolenta: qué está vivo en nosotros y qué podemos hacer para enriquecer la vida.

Ahora bien, casi todas las personas que estudian Comunicación NoViolenta dicen dos cosas sobre ella. Primero dicen: “¡Qué fácil es, qué simple! Lo único que tenemos que hacer es mantener nuestra comunicación, nuestro foco de atención, nuestra conciencia, en lo que está vivo en nosotros, en lo que enriquecería la vida. Es simple”. La segunda cosa que dicen es: “¡Qué difícil es!”.

¿Cómo puede algo ser tan simple y tan difícil al mismo tiempo? Bueno, ya le he dado alguna pista sobre ello. Es difícil porque hemos sigo programados para pensar y comunicarnos de una manera bastante diferente. No se nos ha enseñado a pensar sobre lo que está vivo en nosotros.

 

De modo que, si hemos sido educados para encajar en estructuras en las que unas pocas personas dominan a muchas otras, hemos sido educados para pensar sobre todo en lo que los demás piensan de nosotros (especialmente las figuras de autoridad). La razón es que si ellos nos juzgan malos, equivocados, incompetentes, estúpidos, vagos o egoístas, vamos a ser castigados. Y si nos etiquetan como buenos chicos o buenas chicas, buenos estudiantes y buenos empleados, entonces podríamos recibir una recompensa. Hemos sido educados para pensar en términos de recompensas y castigos, en lugar de pensar qué está vivo en nosotros y qué enriquecería la vida.

Se nos ha educado para pensar en términos de premios y castigos

Volvamos a la situación que le pedí que pensara, donde alguien se está comportando de una manera que a usted no le gusta. Veamos cómo sugiere la Comunicación NoViolenta que hagamos saber a esa persona lo que está vivo en nosotros en relación con lo que él o ella está haciendo. En Comunicación NoViolenta queremos ser honestos, pero queremos ser honestos sin usar palabras que impliquen error, crítica, insulto, juicio o diagnóstico psicológico.

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