Aplicación de métodos de control fitosanitarios en plantas, suelo e instalaciones. AGAO0208

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Aplicación de métodos de control fitosanitarios en plantas, suelo e instalaciones. AGAO0208 Luis Miguel Santos González

ic editorial

Aplicación de métodos de control fitosanitarios en plantas, suelo e instalaciones. AGAO0208

© Luis Miguel Santos González

2ª Edición

© IC Editorial, 2018

Editado por: IC Editorial

c/ Cueva de Viera, 2, Local 3

Centro Negocios CADI

29200 Antequera (Málaga)

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IC Editorial ha puesto el máximo empeño en ofrecer una información completa y precisa. Sin embargo, no asume ninguna responsabilidad derivada de su uso, ni tampoco la violación de patentes ni otros derechos de terceras partes que pudieran ocurrir. Mediante esta publicación se pretende proporcionar unos conocimientos precisos y acreditados sobre el tema tratado. Su venta no supone para IC Editorial ninguna forma de asistencia legal, administrativa ni de ningún otro tipo.

Reservados todos los derechos de publicación en cualquier idioma.

Según el Código Penal vigente ninguna parte de este o cualquier otro libro puede ser reproducida, grabada en alguno de los sistemas de almacenamiento existentes o transmitida por cualquier procedimiento, ya sea electrónico, mecánico, reprográfico, magnético o cualquier otro, sin autorización previa y por escrito de IC EDITORIAL;

su contenido está protegido por la Ley vigente que establece penas de prisión y/o multas a quienes intencionadamente reprodujeren o plagiaren, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica.

ISBN: 978-84-9198-254-8

Nota de la editorial: IC Editorial pertenece a Innovación y Cualificación S. L.

Presentación del manual

El Certificado de Profesionalidad es el instrumento de acreditación, en el ámbito de la Administración laboral, de las cualificaciones profesionales del Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales adquiridas a través de procesos formativos o del proceso de reconocimiento de la experiencia laboral y de vías no formales de formación.

El elemento mínimo acreditable es la Unidad de Competencia. La suma de las acreditaciones de las unidades de competencia conforma la acreditación de la competencia general.

Una Unidad de Competencia se define como una agrupación de tareas productivas específica que realiza el profesional. Las diferentes unidades de competencia de un certificado de profesionalidad conforman la Competencia General, definiendo el conjunto de conocimientos y capacidades que permiten el ejercicio de una actividad profesional determinada.

Cada Unidad de Competencia lleva asociado un Módulo Formativo, donde se describe la formación necesaria para adquirir esa Unidad de Competencia, pudiendo dividirse en Unidades Formativas.

El presente manual desarrolla la Unidad Formativa UF0007: Aplicación de métodos de control fitosanitarios en plantas, suelo e instalaciones,

perteneciente al Módulo Formativo MF0525_2: Control fitosanitario,

asociado a la unidad de competencia UC0525_2: Controlar las plagas, enfermedades, malas hierbas y fisiopatías,

del Certificado de Profesionalidad Instalación y mantenimiento de jardines y zonas verdes

Índice

Portada

Título

Copyright

Presentación del manual

Capítulo 1 Maquinaria de aplicación de plaguicidas: tipos, conservación y regulación

1. Introducción

2. Métodos de aplicación de productos fitosanitarios

3. Desinsectación, desinfección y desratización de instalaciones

4. Equipos de aplicación: funcionamiento de los diferentes tipos

5. Clasificación: espolvoreadores, pulverizadores, atomizadores, fumigadores, nebulizadores.

6. Principales máquinas y equipos

7. Preparación, mezcla y aplicación de productos fitosanitarios

8. Procedimientos de operación

9. Preparación, regulación y calibración de maquinaria y equipos de tratamientos. Puesta a punto

10. Preparación de caldos o polvos. Aplicación de los mismos

11. Prácticas de aplicación

12. Ejercicios de desarrollo de casos prácticos

13. Eliminación de residuos

14. Recogida de productos o subproductos del proceso de aplicación

15. Eliminación de envases vacíos

16. Limpieza, mantenimiento y revisiones de los equipos

17. Resumen

Ejercicios de repaso y autoevaluación

Capítulo 2 Buenas prácticas y prevención de riesgos relacionados con el control fitosanitario

1. Introducción

2. Riesgos derivados de la utilización de productos fitosanitarios para la salud

3. Medidas preventivas y protección del aplicador

4. Práctica de la protección fitosanitaria

5. Primeros auxilios

6. Riesgos derivados de la utilización de plaguicidas para el medio ambiente

7. Principios de trazabilidad

8. Buenas prácticas ambientales en la práctica fitosanitaria (manejo de residuos, envases vacíos, etc.)

9. Resumen

Ejercicios de repaso y autoevaluación

Capítulo 3 Normativa básica relacionada con el control de plagas, enfermedades, malas hierbas y fisiopatías

1. Introducción

2. Relación trabajo-salud

3. Resumen

Ejercicios de repaso y autoevaluación

Bibliografía

Capítulo 1

Maquinaria de aplicación de plaguicidas: tipos, conservación y regulación

1. Introducción

Los objetivos principales a conseguir con un tratamiento fitosanitario son dos. Por un lado, que el tratamiento sea eficaz, es decir, que solucione el problema que obligó a realizarlo, ya sea una plaga, una enfermedad o algún tipo de desequilibrio fisiológico o nutricional en la planta. Como segundo objetivo, y no menos importante, se debe intentar que dicho tratamiento resulte lo más eficiente posible, es decir, que se consiga realizar con el mejor aprovechamiento posible de los recursos a nuestro alcance.

Se trata de realizar el tratamiento intentando gastar lo mínimo necesario pero obteniendo el mejor resultado posible, para lo cual un reparto homogéneo por toda la superficie de aplicación es un factor determinante en el éxito del mismo.

 

Por tanto, para que la aplicación sea uniforme y la superficie vegetal quede lo más cubierta posible por el tratamiento, se deberá elegir el equipo adecuado a cada situación, teniendo en cuenta además, que dicho equipo se encuentre en las mejores condiciones de uso y regulado de forma adecuada.

2. Métodos de aplicación de productos fitosanitarios

Actualmente, existen numerosos métodos de aplicación de los productos fitosanitarios.


Definición

Productos fitosanitarios

Toda sustancia utilizada para combatir agentes nocivos para los vegetales, conservar productos vegetales, destruir las malas hierbas y regular o estimular el crecimiento vegetal.

La elección de uno u otro dependerá en gran medida de la forma en que estos se presentan, ya sean en estado sólido, gaseoso o líquido, siendo este último el tipo de presentación más generalizado, tanto por su comodidad de manipulación, como por su fácil dosificación y aplicación mediante pulverización.

Los principales métodos de aplicación de los productos fitosanitarios, y que veremos con detalle más adelante, son:

1 Pulverización.

2 Fumigación.

3 Espolvoreo.

4 Quimigación.

Independientemente del método utilizado, se deberán tener en cuenta aspectos tales como la dosis recomendada, la calidad y las características del producto, si el momento de aplicación es el correcto, intentar realizarlo en el período en el que el patógeno es más vulnerable, etc.


Importante

Se trata, en definitiva, de optimizar la utilización del producto para obtener el mejor resultado.

2.1. La pulverización

Este método consiste en aplicar a la planta el tratamiento en forma de pequeñas gotas repartidas uniformemente. Suele usarse para la aplicación de herbicidas, insecticidas, fungicidas, algunos fertilizantes y fitorreguladores.

Para un buen resultado, habrá que tener en cuenta determinados factores, como son:

1 El tipo de suelo (en el caso de los herbicidas) o cultivo a tratar.

2 Los agentes atmosféricos existentes en el momento de realizarse el tratamiento.

3 El producto o productos a aplicar y su cantidad.


Pulverización del tratamiento

2.2. La fumigación

En este caso, el producto se aplicaría en forma de gas, por parte de profesionales especializados a causa de su alta peligrosidad y complicado manejo.

Debido a la alta toxicidad de las materias activas empleadas, el que su formulación sea en la mayoría de los casos en forma de gas y su difícil manejo, la hacen una práctica muy poco utilizada en jardinería.


Sabía que...

La fumigación es una actividad que necesita de una acreditación específica para los operadores que la realicen.


Fumigación

2.3. El espolvoreo

Este método consiste en aplicar el producto en forma de polvo, sirviéndose de una corriente de aire, que lo transporta desde un contenedor hasta la planta.

El tamaño de partícula producido por estos sistemas va desde 1 hasta 175 micras (1 micra es la milésima parte de un milímetro).


Debido a factores como el viento, la aplicación puede complicarse, ya que se pueden acabar espolvoreando zonas no deseadas, originándose derivas y siendo difícil determinar la zona real afectada por dicho método de aplicación.

Otro impedimento de este sistema de aplicación es la poca fijación del fitosanitario sobre la planta, ya que una vez efectuado el tratamiento, al no adherirse por completo a la superficie vegetal, el polvo es susceptible de ser arrastrado con mayor facilidad por el viento, reduciéndose la eficacia de la actuación.


Ejemplo

El azufre puede utilizarse en espolvoreo como fungicida de superficie.

2.4. Quimigación

Consiste en distribuir el tratamiento a través del sistema de riego por goteo.

Este procedimiento se está implantando últimamente debido a sus muchas ventajas, sobre todo económicas, ya que apenas se necesita personal para su utilización y se aplican las cantidades estrictamente necesarias de producto, por lo que el ahorro es importante. Otra de las principales ventajas de este sistema es la reducción de los riesgos derivados de la aplicación de fitosanitarios, pues esta se realiza utilizando el agua del sistema de riego como vehículo de transporte, reduciendo en gran medida la exposición de los operarios al contacto con los plaguicidas.


Consejo

Antes de optar por este método, realice un análisis de aguas para comprobar la viabilidad del sistema.

Como principales inconvenientes, podemos destacar que está restringido a zonas con un adecuado sistema de riego por goteo, que la distribución uniforme a lo largo de toda la red de riego a veces puede ser complicada, que la calidad de dicha agua puede llegar a hacer inviable el sistema y que se necesita personal con mayor cualificación técnica para llevar a cabo este método de aplicación.

3. Desinsectación, desinfección y desratización de instalaciones

Dada la complejidad de estas actuaciones, así como las materias empleadas en su realización, las actividades DDD, como se las conoce, deben, por ley, ser realizadas por personal especialmente cualificado y acreditado a tal efecto, por lo que no son prácticas que se realicen de forma habitual por el personal encargado del mantenimiento de zonas verdes. Por este motivo, nos centraremos en este manual en cuestiones relacionadas con el control de plagas y enfermedades en el material vegetal y daremos solo unas recomendaciones de actuación en el caso de la desratización.

La elección de estos procedimientos se realiza en contadas ocasiones y dependerá del tamaño, el tipo y la naturaleza de los materiales y lugares que sea necesario desinfectar, desinsectar o desratizar. Debido a la elevada toxicidad de los desinfectantes, es imposible su utilización en sitios abiertos, por lo que su uso en zonas verdes se hace inviable.


Importante

Cuando se utilicen raticidas, se hará lejos de zonas de paso de personas o animales, quedando constancia de su ubicación en un plano de situación.

Los principales fumigantes utilizados hasta la fecha son: azufre, fosfuro de aluminio, metam sodio y metam potasio, pero solo son utilizados en espacios cerrados (invernaderos, cámaras de germinación, semilleros, etc.) y en condiciones de absoluto aislamiento.

En cuanto al control de roedores, las causas de su realización obedecen, por un lado, a criterios de salud pública, para evitar la transmisión de enfermedades a personas o animales. De otro lado, se trata de minimizar los posibles daños en las instalaciones auxiliares de las zonas verdes, principalmente roturas de cableado, destrucción de semillas y otros productos almacenados o daños en las conducciones de riego.

Dado que los rodenticidas y raticidas utilizados en estas operaciones son altamente venenosos (anticoagulantes o venenos tóxicos agudos), su manejo también deberá ser objeto de especial atención cuando hablemos de los diferentes procedimientos de actuación.

4. Equipos de aplicación: funcionamiento de los diferentes tipos

A continuación, se describirá el fundamento de los diferentes tipos de aplicación que se pueden realizar, atendiendo a la forma en que hacen llegar el producto a aplicar desde los depósitos de las diferentes máquinas hasta la zona de aplicación.

4.1. El pulverizador

Es la máquina más utilizada, su funcionamiento se basa en elevar la presión de un líquido y hacerlo salir a través de un orificio (boquilla), consiguiendo, por la diferencia de presión creada, la rotura de la vena líquida y su salida en forma de finísimas gotas.

Hay dos modos de realizar ese transporte de finas gotas desde la boquilla hasta la zona de aplicación.

Por un lado, se encuentran los sistemas en los que la gota llega hasta la planta impulsada por la presión de la máquina, son los conocidos como sistemas de chorro proyectado o hidráulicos, entre los que se pueden citar las barras de aplicación de herbicidas o las mochilas de aplicación.


Mochila de tratamientos

El otro gran grupo de pulverizadores es el de chorro transportado o hidroneumáticos, en los cuales la nube de gotas que sale de la boquilla es transportada por una corriente de aire generada por la propia máquina, y que es la que se encarga de llevarlas hasta la planta. Dentro de este grupo, los equipos más utilizados son los denominados atomizadores.


Atomizador


Importante

La eficacia del tratamiento viene determinada por un adecuado tamaño de gota, uniformidad en el reparto, alcance y penetración del producto.

Un sistema menos utilizado en jardinería para la aplicación de plaguicidas son los nebulizadores, que crean nieblas con tamaños de gota que van de las 10 a las 50 micras. Es un método empleado en locales cerrados como viveros e invernaderos.


Nebulización en invernadero

Por último, y dentro también de los sistemas de pulverización, se encuentran los sistemas centrífugos o de ultra bajo volumen (U.L.V.), cuyo sistema de funcionamiento consiste en crear pulverizaciones (70 micras aproximadamente) haciendo chocar gotas del líquido a aplicar contra un disco dentado que gira a gran velocidad (varios miles de revoluciones por minuto), produciéndose el estallido de dichas gotas y creándose una finísima lluvia de producto.


Nota

 

Con los sistemas U.L.V., el producto se puede aplicar en algunos casos sin diluirlo en agua o haciéndolo en muy pequeña cantidad.

4.2. El espolvoreador

Son equipos que reparten sustancias en forma pulverulenta, tienen como base de funcionamiento el transporte de dichas partículas suspendido en una corriente de aire, que transporta el producto desde el receptáculo de almacenamiento y agitación hasta la zona de tratamiento en cuestión.


Espolvoreador manual

La corriente de aire responsable del transporte de las partículas puede ser generada de forma mecánica o manual.

4.3. Los fumigadores

Los fumigadores reparten los productos en forma de gas. Se trata de aparatos que difunden de forma homogénea el gas o fumígeno a aplicar, previo aislamiento de la zona a tratar, para evitar la salida al exterior de los gases venenosos producidos.


Termo nebulizador

Debido a que los productos utilizados tienen la catalogación de tóxicos o muy tóxicos, para su manejo es necesaria la obtención del carné de fumigador, expedido por la administración competente, previa realización de un curso específico y la superación de una prueba objetiva de conocimientos.


Aplicación práctica

Supongamos que tenemos un problema de oídio en una rosaleda. Además, en nuestra zona existen vientos moderados a media mañana casi todos los días. ¿Qué tipo de aplicación se debería realizar?

SOLUCIÓN

En primer lugar, teniendo en cuenta que se trata de un hongo de superficie, elegiremos un fungicida, por ejemplo, azufre.

Además, hay que tener presente la existencia del viento, que puede retirar parte del producto aplicado, por lo que:

1 Se elegirá un producto en forma de polvo mojable que una vez aplicado se fije mejor al cultivo.

2 Se seleccionará como método de aplicación la pulverización, al tratarse de un producto diluido en agua.

3 Para finalizar, se combinará el azufre mojable con un adherente para que la persistencia de la aplicación sea mayor.

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