¿Por qué debemos saber sobre Seguridad e Higiene Laboral?

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Calidad de trabajo

En algunas circunstancias la calidad de trabajo realizada, el compromiso y la integridad personal, se ven mutadas cuando se forman lazos de compañeros inesperados, que si bien resultan ser parte importante para lograr un ambiente social de intercambios positivos, se ven deformados por malas prácticas, de socialización, ya que suelen aflorar envidias personales, enojos por diferencias de desarrollo laboral, por ser de mejor calidad, esto sumado a la falta de cultura general que pueda poseer el empleado o bien por falta de bases de formación propia, que no fueron detectadas debidamente en los exámenes de ingreso preocupacional o que fueron ocultadas sabiamente por el empleado, conforman un cuadro más que armónico para la indisciplina laboral.

Sírvase citar :

https://www.supercontable.com/informacion/laboral/Despido_disciplinario_por_indisciplina_o_desobediencia_.html#:~:text=La%20indisciplina%20supone%20por%20tanto,contrato%20de%20trabajo%20entra%C3%B1a%20para

(La indisciplina, por su parte, sería el incumplimiento del deber de diligencia y colaboración en el trabajo, es decir, sería desobediencia acompañada de insubordinación que se manifiesta en enfrentamientos con el empresario o en la alteración del funcionamiento normal de la actividad de la empresa. La indisciplina supone por tanto, una actitud de rebeldía abierta y enfrentada contra las órdenes recibidas del empresario en el ejercicio regular de sus funciones de dirección y organización del trabajo, acompañada de un incumplimiento, consciente y querido, de las obligaciones que el contrato de trabajo entraña para la persona del trabajador.)

Ahora bien, la tarea del prevencionista en esta parte, si vemos las descripciones mencionadas, nos da la pauta de pensar que resultarán titánicas, porque se deberá esforzar en amplia medida, primero que nada deberá saber identificar los perfiles de los empleados rápidamente, para, en un breve futuro prevenir, aislar e interrumpir cualquier situación de peligro que pudiera suscitarse en la faz laboral, detectar las malas intenciones, la falta de compromiso laboral y mediante la corrección poder llegar a recuperar al personal y de ser posible incorporarlo al sistema, como un elemento necesario, y si así no fuera posible, saber utilizar las herramientas legales pertinentes para que estas posibles situaciones de daño o perjuicio cesen y sean modificadas por la autoridad competente. Para con ello evitar definitivamente el incumplimiento de las obligaciones establecidas en la Ley 19587 y obviamente en su reglamentación. Ya que de estas se podrán suscitar las sanciones que prevé la Ley 18694, toda vez que tanto el empleador y el empleado en su ser demuestren lo contrario en la faz laboral.

Este desempeño laboral casi investigativo de parte del prevencionista le dará lugar, sin duda alguna, en un futuro no muy lejano de sus actividades profesionales a aprender a identificar las acciones maliciosas con antelación, podrá conocer factores que a simple vista resulten ajenos al trabajo, pero que por sus características y su forma de expresión, sabiéndolas detectar en su debido momento, demuestren que sí resultan atribuibles al trabajo.

Ahora bien, sin ninguna duda y sin temor a equivocarme, esta acción se enrostra en lo que tratará la aplicación de la presunción laboral en su estado más puro, la cual le indicará, en un sano juicio de aplicación e interpretación, cómo se genera la predisposición o la denominada labilidad, la cual determinará las acciones maliciosas, obviamente puestas en manifiesto.

Ánimos

Los malos estados de ánimo, incentivos maliciosos, rivalidad laboral no sanas, la proyección a puestos superiores falsos, el estrés laboral, el exceso de horas trabajadas no remuneradas, etc. A veces no son debidamente canalizadas y atendidas en su momento indicado, por ello el empleado ingresa en un estado de ánimo de tensión que afecta directamente a su persona, el no poder liberarse de esas presiones, al menos utilizando la simple acción de ponerla en conocimiento, para inmediatamente suspenderlas o cambiar sus resultados, suele suceder que es más factible que no lo haga por temor a perder el empleo y la remuneración o bien para paliar las responsabilidades que lo envuelven, y que son más fuertes que sus decisiones. O simplemente que no sea de su interés cambiar su estado, esto hace que el quiebre de su persona sea inminente, a esta circunstancia no la debemos relacionar con la falta de disciplina, sino que resulta un agente externo que asociado con la falta de intervención de la plana laboral, sindical o la autoridad responsable que resulte del caso, haga que el empleado no modifique su estado y no resulte ser la persona deseada.

La obtención laboral

Ahora bien, cuando el empleado logra la tan ansiada obtención de trabajo, en cualquiera de sus descripciones, cambio de puesto, logro de ascenso, cambio de rubro, etc., la importancia de que conozca, fehacientemente y sin ardid y engaños, los lineamientos y los alcances de sus tareas, como también la remuneración acorde a esa actividad, desde el inicio, además de las planificaciones a futuro de su responsabilidad en la firma, empresa o institución a la que representará con su accionar, este primer paso, el cual por su descripción resulta el ideal, de no concretarse comienza a ilustrar el mundo de la incertidumbre que rodeará al empleado por el tiempo que este tolere y por esto, nacen en prima facie los primeros atisbos reales de la figura del desgano, la intolerancia, y los malos modos de desempeño.

Si estos conceptos son claros desde el inicio de la actividad laboral pretendida por parte del empleador hacia el empleado, las cosas se verán desde otra óptica más clara.

El puesto de trabajo

Definido el puesto de trabajo, la remuneración y por supuesto los lineamientos, el empleado debe comenzar su propia historia laboral que, de hacerla como debe, lo catapultará al éxito hasta el momento de su retiro o jubilación, cómo sería esto, capacitándose para nutrirse de conocimiento, refrescando acciones de trabajo seguro, no cayendo en la famosa frase de exceso de confianza para evitar lesiones innecesarias denunciadas, negligencias o impericias acorde a su desempeño laboral, si la buena fe lo invade y toma opciones positivas, siempre y cuando las opciones que lo rodean en su entorno sean las ideales, esta historia laboral poseerá un final deseado.

He aquí un claro ejemplo en el que el prevencionista deberá moldear su conocimiento interrelacionándose con el empleado y conociendo en primera persona sus necesidades del entorno laboral, su entorno social, elementos que leídos armónicamente y en un criterio de juicio de valor y no de apariencias o beneficios personales, resultarán una herramienta indispensable, ya que al momento de la elaboración de las capacitaciones, para el personal, como así la del propio programa de capacitaciones anuales, podrá con certeza apuntar a las necesidades de los puestos de trabajo reales, elementos estos que le serán más que útiles para aportalos a las autoridades de la empresa al momento de actualizar o ajustar sus programas.

Asimismo es sensato y hasta criterioso escuchar al empleado al momento en que describe el escenario de trabajo y sus condiciones, ya que se está tomando conocimiento en primera fila de la realidad sucinta de cómo se desarrolla no solo la tarea, sino que también se toma conocimiento tácito de las irregularidades que puede poseer el puesto de trabajo y que quizás uno en la inspección in situ, por circunstancias ajenas a uno mismo, no las advierte o bien porque la naturaleza del momento no lo demuestra, un claro ejemplo serían los cambios esporádicos de temperatura ambiente, variaciones del funcionamiento de la máquinas o herramientas, displicencia de las materias primas o materiales de trabajo.

Dicho esto porque, aunque parezca irrisorio, dependiendo de la humedad, la temperatura y hasta de la velocidad de trabajo, la materia prima o los materiales de trabajo utilizados, pueden reaccionar de distinta manera, el hecho de poseer una tabla orientativa o lineamientos de trabajo no implica que las cosas se van a suscitar tal cual se describen, se debe tener presente que las circunstancias laborales, cualquiera sea su especie, pueden cambiar y normalmente resultan dos variables, una paulatinamente lenta y sin que la percibamos, y otra que por sus características resultaría ser la peor, es decir, en forma abrupta y seguramente de resultancia dañina dependiendo la tarea.

Es por eso por lo que los prevencionistas deben, como labor fundamental en este paso, hacer que el empleado y en no menor medida el empleador cambien el modismo de acostumbramiento a las cosas y si es posible erradicar la peor frase inventada en la época, el exceso de confianza en lo que se hace en la faz laboral repetidamente.

Vinculaciones

Podemos decir que algunos empleados resultarán desde el comienzo de sus actividades y desde sus incipientes vinculaciones contractuales con la firma a la que inicialmente representarán laboralmente, a tomar posturas totalmente inadecuadas ya que tratarán de sacar provecho propio y de tinte pecuniario del modo que les sea más adecuado posible, donde querrán obtener indemnizaciones desmesuradas e injustificadas, prestaciones dinerarias falsas con bases apócrifas, entre otros, pero basados en algunos casos en el anonimato de ser necesario, para su propia protección y lograr su existencia por el tiempo que resulte beneficioso, cuando en otras circunstancias más propicias optarán por el ejercicio de las falsas denuncias laborales, donde recurrirán a tratar de ventilar algún tipo de incapacidad lógicamente inexistente, contingencias de accidentes laborales súbitas e inesperadas sin bases y sustentos que malintencionadamente se esforzarán en hacer prosperar, iniciarán malestar social dentro del seno del trabajo con los compañeros, pares y hasta de los superiores, puede que resulten los menos, pero la falta de identificación temprana de estas personas generará un efecto dominó muchas veces difícil de frenar, en el resto de los empleados que nocivamente los afectará. Suelen ser efectos del tipo denominados camino de hormiga, que toman el tiempo en sus manos y poco a poco destruyen la organización laboral, es en este punto donde los encargados figura que hasta el momento no se habían discriminado, pueden ser una palanca importante, dependiendo de la buena fe y las sanas costumbres que estos demuestren, en la toma de decisiones que frenen esta situación o la modifiquen, pero en suma, dependerá de la política de trabajo de cada organización, ya que suele suceder a menudo que este tipo de accionar de empleados favorezca, aunque parezca ilógico, a la supervivencia de la organización, ya que el caos dirigido estratégicamente brinda frutos positivos para que el que lo gerencia, utilizando la frase trillada: la necesidad posee cara de hereje.

 
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