Congreso Educativo Ambiental-CEA

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LAURA E. HERNÁNDEZ

KARINA A. SARRO

CONGRESO EDUCATIVO AMBIENTAL - CEA

La huella cultural del cuidado ambiental post pandemia

LAURA HERNÁNDEZ - KARINA ALEJANDRA SARRO - WALTER DANIEL TRUSONI - JOSÉ DE GUARDIA DE PONTÉ - LAUTARO DI GREGORIO - ANDREA ZILBERSTEIN - MARÍA DE LOS ÁNGELES KARAMAN


Hernández, Laura E.

Congreso Educativo Ambiental-CEA. La huella cultural del cuidado ambiental post pandemia / Laura E. Hernández ; Karina A. Sarro. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2021.

ISBN

1. Educación Ambiental. I. Sarro, Karina A. II. Título.

CDD 577.07

EDITORIAL AUTORES DE ARGENTINA

www.autoresdeargentina.com

info@autoresdeargentina.com

Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723

Impreso en Argentina – Printed in Argentina

Este libro está dedicado a nuestros hijos porque consideramos que es una buena oportunidad para pararse a pensar en el presente y en el futuro. Con estas palabras pretendemos darles ánimos para que sigan hacia delante, para que observen y valoren todo lo que tienen alrededor y no paren de soñar.

Ojalá que este libro los ayude a no olvidarse de estos años, cuando todavía para nosotras son nuestros niños.

— Eliana Cariac, Daiana Picarrelli Perrotta, Sebastián Cariac y Ariel Cariac, Daniel E. Cariac, Hernán Picarelli Perrotta

Prólogo
Por Walter Daniel Trusoni

Observar la naturaleza implica para todo ser humano una responsabilidad, dado que nos valemos de ella instante a instante. Cada acción humana tiene un efecto, por imperceptible que parezca, a los sentidos del ser humano. Los primeros en habitar el planeta tenían una percepción intuitiva del efecto de cada acción diaria para subsistir, pues el alimento debía buscarse y no era fácil conservarlo en buen estado si las condiciones del lugar no acompañaban. La tecnología fue mejorando estas condiciones a tal punto que hoy un alimento comprado en un comercio tiene fecha de vencimiento para varios días, meses o años con la incorporación de conservantes. Este es solo un aspecto del grado de simplificación en la obtención y mantenimiento de alimentos y de la pérdida de esa intuición que nuestros antepasados utilizaron y desarrollaron para subsistir. El no intuir ni conocer los procesos de transformación de la naturaleza para lograr fabricar bienes de uso cotidiano nos encuentra desconectados y con escasa conciencia de los procesos por los que atraviesa el planeta que habitamos. No conocemos como habitantes del planeta el efecto del impacto ambiental que se genera desde la transformación de la materia prima de un producto hasta que lo adquirimos en el comercio. Esta situación nos ha convertido en personas que no vemos la degradación del ambiente. Observando desde los años 80 estas situaciones, miembros del CEA (Congreso Educativo Ambiental) hemos trabajado para generar relaciones entre la educación-medioambiente y tecnología aplicada. Hoy la tecnología ha llegado a tal evolución que la inteligencia artificial junto a la mecanización de dicha tecnología han logrado que la ética-robótica para el medioambiente sea una gran aliada como lo fue para los astronautas oportunamente la conquista del espacio. Pensamos que la educación en temas de medioambiente como la sostenibilidad tiene un rol clave para que personas de todas las edades y niveles educativos intercambien sus conocimientos en la materia para lo cual educación, medioambiente y robótica (como una aplicación de la tecnología) pueden y deben confluir en una suerte de taller virtual, mientras la pandemia así lo amerite, y presencial cuando sea posible, como lo hacíamos antes. Hoy el desafío es que los cascos polares no se recalienten generando inundaciones incontrolables en las costas del mundo o los incendios por altas temperaturas destruyan los pulmones del planeta. Cada acción cotidiana impacta en gran medida en el presente y en el futuro. Los protagonistas hoy somos todos quienes habitamos la Tierra y nuestras acciones impactan positiva o negativamente. Tuvimos la prueba desde el inicio de la pandemia con el regreso de animales a las ciudades o poblados. Tuvimos la prueba con los incendios catastróficos en diversos países e inundaciones muchas veces insospechadas en algunos territorios. Nuestro planeta pide que seamos conscientes de cada acto, cada pensamiento. Muchos objetivos como los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) son ya nuestra responsabilidad para cumplir y esto es lo que nos puede salvar de catástrofes. Solo es necesario pensar en la acción correcta y ponerla en práctica. Para esto quienes han aportado sus conocimientos en este libro quieren sentirse acompañados por quien lea y difunda este desafío en donde lo heroico es no fallarle a nuestro planeta (por ahora el único que habitamos masivamente). Este camino del ambiente da muchas satisfacciones y hay infinidad de personas a quienes agradecer en este preciso momento todo lo que hacen e hicieron por esta nave de la que somos pasajeros privilegiados llamada planeta Tierra. Es tiempo de cuidar la nave y a quienes viajan en ella. Pues manos a la obra, seamos protagonistas estudiando, actuando en conjunto y con conciencia.

Introducción
Por Laura Hernández y Karina Alejandra Sarro

“El quehacer educativo-ambiental tuvo la virtud —o la imprudencia— de convocar toda una serie de problemas antiguos, modernos y contemporáneos relacionados con el ser y el deber ser del acto educativo en una sociedad mundial aquejada por una profunda y persistente crisis”.

—Vidart, D., 1978, citado por Caride, 2006

Esta publicación es el resultado del 1.er Congreso Educativo Ambiental, CEA 2020, que estuvo dirigido a equipos directivos y docentes, profesionales de distintas áreas ambientales y sociales, grupo de alumnos, jóvenes estudiantes y todas aquellas personas que desearon participar de un espacio no solo de propagación de conocimientos y experiencias, sino en un espacio para analizar el Medio Ambiente como factor indispensable para el bienestar social, cultural y económico, con el fin de brindar marcos conceptuales y prácticas educativas que permitan promover y sostener responsablemente acciones de Educación Ambiental.

Participan de esta publicación profesionales con distintas trayectorias formativas y académicas que han aportado desde sus interrogantes y enfoques de investigación al estudio de la educación ambiental. Con diferentes ejes temáticos, relacionados entre sí y con propuestas motivadoras e innovadoras, es que se le dio fuerza e intencionalidad a este espacio, al CEA. Se desarrolló en cuatro ejes fundamentales, enfocados desde tres momentos: antes del COVID-19, durante el COVID-19 y luego de la pandemia con proyección a 2030.

EJE I: ¿Para qué educamos? ¿Cuál es el impacto en el desarrollo humano? Desde el enfoque de la neurociencia

 Replantearnos el concepto de educación para favorecer el análisis del contexto, la reflexión crítica y la acción responsable en torno a las problemáticas ambientales.

 La comprensión y el conocimiento de la realidad, junto a las capacidades para actuar en ellas, será uno de los fundamentos principales desde la neuroeducación.

 Colaborar en la construcción de los cimientos neurales como base principal para el aprendizaje consciente, creativo y emocional de todos los actores sociales.

 Brindar herramientas para el desarrollo de las capacidades o habilidades cognitivas y emocionales para imaginar escenarios alternativos, adaptarse a las distintas condiciones e información circulante, generando espacios para fomentar el trabajo colaborativo en la mejora de las condiciones ambientales.

EJE II: El aporte de la innovación tecnológica, La Robótica-IWELA, en el campo educativo desde investigación, intercambio, aplicación y evaluación

 Robótica educativa que aborda una transversalidad poderosa.

 Promover un espacio de intercambio, a través de IWELA, con todas las instituciones educativas para un crecimiento enriquecedor y de concientización ambiental.

 Generar prototipos desde robótica, en proyectos ambientales escolares.

 Dinamizar la comunicación entre estudiantes de los diversos niveles educativos, comunidades educativas en general como actuales trabajadores en la Argentina.

 Gestionar y promocionar el manejo de herramientas que favorezcan la evaluación de la situación actual, teniendo en cuenta su modificación a partir de la pandemia.

EJE III: Acciones para caminar hacia el ambiente y vida sustentable

 Planificación de ciudades o comunidades, resilientes y sostenibles.

 

 Promocionar el trabajo con un sentido predictivo y preventivo, para hacer frente a los problemas ambientales, sociales y económicos que deberán enfrentar las próximas generaciones.

 Garantizar el abordaje de problemas preexistentes; en proceso de incorporación,, con una mirada dirigida a un antes y a un después de la pandemia.

 Concientizar e informar sobre el cambio climático como uno de los mayores peligros de manejo inapropiado de la agricultura y la ganadería, que afectará gravemente a todos los países.

EJE IV: Recursos recuperables y aplicables, de nuestras costumbres autóctonas valorizando su influencia, con actualización correcta para aplicación genuina

 Fomentar la revalorización de costumbres y tradiciones autóctonas.

 Recuperar la forestación autóctona.

 Proteger la fauna regional.

 Valorar la importancia de los recursos naturales, a partir del entendimiento de que somos responsables de ellos y que son vitales para la supervivencia.

Por consiguiente, cada uno de estos ejes temáticos tuvo diferentes momentos; tales como la presentación de proyectos educativos de rama, por nivel y modalidad; con modificación inminente por la influencia del COVID-19, exposiciones de profesionales especialistas en el tema, el registro de acciones y conclusiones y el trabajo de investigación y recopilación.

En el recorrido realizado, durante 2020, se destacó que el concepto de Educación Ambiental sufrió importantes cambios, tanto a lo largo de la historia como actualmente, debido al ingreso del COVID-19 y en pensar en cómo nos preparamos para un futuro inmediato. Como todo cuerpo de conocimiento en proceso de construcción, la Educación ambiental se fue conformando en función de la evolución de los conceptos involucrados. Ha pasado de ser considerada desde un enfoque relativo a la conservación y a lo netamente ecológico, a caracterizarse por una visión integral de la interrelación sociedad-economía-naturaleza.

En este marco, se consideró de vital necesidad la concientización de las diferentes problemáticas, como también, el hecho de contemplar la dinámica permanente que en ellas se suscita. La pérdida de la biodiversidad, el agotamiento de los recursos no renovables, el aumento de la población, la contaminación del agua, aire o suelo; la desigualdad social, las energías alternativas, entre otras, son temáticas que se pueden abordar incentivando el cuestionamiento, el análisis, la crítica, a través de herramientas que permitan construir nuevos conocimientos.

Por lo tanto, es necesario llevar a cabo prácticas áulicas y sociales en general que ayuden a resolver situaciones del presente o a tomar decisiones en el futuro en forma democrática, colaborativa, cooperativa y solidaria, y es el objetivo por lograr mediante propuestas que comprometan tanto a cada una de las personas como a la sociedad en su conjunto.

Fundamentación
Por Laura Hernández y Karina Alejandra Sarro

En el marco global, atravesando una de las enfermedades epidémicas que más se han hecho sentir, extendiéndose a todos los sectores sin distinción de raza, color, estatus, etc., se llevó a cabo la iniciación del CEA 2020 con el propósito de acompañar, fortalecer y articular las prácticas que se están desarrollando no solo en las aulas, sino en la vida de todas las personas. Es una preocupación permanente y continua de construir de manera positiva actitudes y prácticas que favorezcan una relación armónica entre los componentes que conforman el ambiente a fin de contribuir a un cambio cultural, es decir, pasar de una cultura economicista a una cultura de pertenencia, de compromisos, de solidaridad.

La Educación Ambiental como campo de conocimiento transdisciplinar (Nicolescu, 1999) intenta superar las barreras de las disciplinas, ya que supone trabajar con un enfoque sistémico a partir de una mirada holística e integradora que permita considerar al ambiente en su globalidad y complejidad. Por ello, se hace necesario avanzar hacia propuestas de enseñanza que contemplen aspectos ecológicos, sociológicos, culturales, artísticos, tecnológicos, éticos, políticos, económicos, entre otros, para favorecer su comprensión.

En la Antigua Grecia Sócrates basó su método de enseñanza en el diálogo con sus alumnos como forma de adquirir conocimientos. Esta filosofía se llamó Mayéutica. Luego, en la década de los setenta, Timothy Gallwey se dio cuenta de que el peor enemigo de un deportista era su propia mente. Podemos ver entonces que desde hace décadas debe verse al ser humano desde una perspectiva holística, integrando todos los aspectos de la persona humana, de esta manera se puede llegar al éxito.

Hoy, se requieren personas que puedan intervenir como facilitadores del cambio para seguir creciendo en un contexto altamente complejo, con un mayor equilibrio entre la tarea y la relación entre sus partes, como también entre la teoría que se usa y la teoría que dicen aplicar.

Un punto importante para destacar es que no somos piezas de un rompecabezas aislado, vivimos en comunidad, cada vez más conectados por la tecnología, por lo que debemos preocuparnos y ocuparnos por todo lo que nos rodea, por los cambios que surgen en la naturaleza. Pensar que todo lo que nos rodea nos pertenece, cuidarlo, aprovecharlo de manera consciente y responsable es nuestro gran desafío.

Actualmente, no solo la educación está en urgencia, estamos atravesando un cambio cultural, económico, ecológico-ambiental, humano,, entre otros. Resulta fundamental abordar la contribución que hace la cultura que es el motor del desarrollo sostenible. Y si hablamos de cambio debemos replantearnos el concepto de paradigma “Los paradigmas son estructuras que poseemos en nuestra mente, nuestro modelo mental. Actúan como filtros que definen qué es correcto o incorrecto, según nuestro parecer. Es importante identificarlos, ya que, al momento de analizar y resolver un conflicto, estos paradigmas afectarán nuestra visión sobre él”.

Nuestra gran aliada es la educación, en ella encontramos todos los recursos necesarios para generar un cambio de paradigma, educar cada uno desde su lugar con pensamiento crítico y desarrollador de nuevas estructuras mentales para las sociedades actuales y futuras. Es el medio adecuado para desarrollar conciencia en la sociedad sobre la protección del ambiente y la supervivencia de la biodiversidad. Los niños y jóvenes serán entonces constructores de políticas activas en pos del ambiente, la construcción de nuevos escenarios en donde el protagonista es el ambiente.

Si el consenso alcanzado en las escuelas es amplio, y se ha generado un interés positivo hacia esta temática entre los alumnos, e incluso entre los padres, podemos plantearnos metas de mayor altura, que pasarían por intentar transformar el mismo espacio del centro educativo en un espacio ecológico.

Como también la puesta en marcha de actividades y llevarlas a la práctica las convierte en la herramienta necesaria para actuar en el contexto global actual, reafirmando la necesidad de que los vínculos entre los componentes del ambiente sean armónicos. Por lo tanto, considerar estrategias acordes a lo expresado para desarrollar en el aula y en la vida diaria es estimular una cultura de valoración y respeto del ambiente como asimismo incentivar la participación activa e integral de la ciudadanía en su conjunto.

Nos proponemos, por lo tanto, introducir un planteamiento que relacione e integre la Educación Ambiental desarrollada en ámbitos escolares con aquella otra que vienen desarrollando las organizaciones no gubernamentales, ayuntamientos, grupos ecologistas y comunidades autónomas, entre otras.

Creemos que requiere, como premisa previa, un estudio evolutivo que dé cuenta de las raíces de este accionar educativo y de su progresiva configuración como vía formativa de primer orden, atenta a un problema gravemente preocupante como es el deterioro de nuestro medioambiente. Digamos para concluir que, en palabras de un pensador latinoamericano, «la superación de una utopía solo se justifica si da lugar al nacimiento de otra aún más intrépida» (Benedetti).

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