El chico del sur

Text
0
Kritiken
Leseprobe
Als gelesen kennzeichnen
Wie Sie das Buch nach dem Kauf lesen
El chico del sur
Schriftart:Kleiner AaGrößer Aa

© Derechos de edición reservados.

Letrame Editorial.

www.Letrame.com

info@Letrame.com

© Jose María River

Diseño de edición: Letrame Editorial.

Maquetación: Juan Muñoz

Diseño de portada: Rubén García

Supervisión de corrección: Ana Castañeda

ISBN: 978-84-1114-819-1

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación, en Internet o de fotocopia, sin permiso previo del editor o del autor.

Letrame Editorial no tiene por qué estar de acuerdo con las opiniones del autor o con el texto de la publicación, recordando siempre que la obra que tiene en sus manos puede ser una novela de ficción o un ensayo en el que el autor haga valoraciones personales y subjetivas.

«Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47)».

NOTA DEL AUTOR

Querido lector, gracias en primer lugar por confiar en esta obra que tienes presente en este mismo instante rozando tus manos. Es un regalo el que me brindas al aventurarte en las sensaciones, emociones, experiencias y añoranzas que engloba este manuscrito. Son muchas las historias que aquí habitan y he de confesarte que todas tienen algo de realidad en sus páginas. El chico del sur es amor y desamor, desorden y orden, fracaso y éxito, realidad y utopía, neurosis y clarividencia, pero sobre todo es muerte, regeneración y en toda su esencia es vida.

El libro está dividido en tres partes. La principal la componen un conjunto de profundos relatos críticos con la sociedad actual y los medios que la guían. Crisis existenciales, el valor y la importancia de la naturaleza y la enseñanza ancestral que ésta transmite. La importancia del amor y la pérdida. La inocencia de la infancia y los sueños que con el paso del tiempo se convierten en lejanas utopías. En la segunda parte nos encontramos la sección de microrrelatos, donde nos lanzaremos de lleno en varias temáticas de diversa índole que nos harán sentir emociones de todo tipo. Pequeños textos con un sentido muy profundo. Y, para finalizar, la sección de poesía, donde cada lector interpretará con su visión y experiencia el cariño y amor ahí expuesto. Toda la obra sostiene un mágico nexo común que la une mediante unas evocaciones que deberás experimentar por ti mismo o por ti misma durante el avance de la lectura. Cada texto está situado donde debe estar. Por muy diferentes que parezcan las temáticas encontrarás palabras clave que se repiten en muchas de las historias aquí relatadas. Te recomiendo introducirte en este libro de lleno, libre, sin complejos, sin juzgar, recordando tu niñez, trayendo al presente todos esos sueños interiores que un día sin saber por qué se marchitaron en el lejano olvido.

Debo confesarte que este chico del sur es un niño, es adolescente, es tu padre o tu madre, tu abuela o abuelo, o incluso es el amor de tu vida. Es el paso del tiempo y lo que ello conlleva, son las metas frustradas y los éxitos cosechados o venideros. Es la muerte de alguien cercano o la resurrección de un alma dormida. Es el patio del colegio. Son los maestros que te marcaron. Es el ángel que todos llevamos adentro o los demonios que luchan constantemente en las entrañas más profundas de nuestro ser. El chico del sur es puro hedonismo, gozo, crítica, pasión desenfrenada, sexo, drogas, miedos y aventura. Es un viento de poniente que te despeina. Tu hogar. Es pura naturaleza. Es un torbellino de emociones en ascuas. Un alma desnuda ante la inmensidad del universo. El chico del sur bien podríamos ser tú o yo. ¿Quién sabe qué? ¡Qué más da! Es una biblioteca llena de fantasía y sueños. Es un trovador con un corazón de artista emocionado. Es sin lugar a dudas la vida misma.

La idea no es vivir para siempre, la

idea es crear algo que sí lo haga

.

Andy Warhol

RELATOS

Hay placer en los bosques sin hollar.

Hay éxtasis en las costas solitarias.

Hay sociedad, donde nadie se inmiscuye,

junto al hondo mar, y música en su rugir:

no amo menos al hombre, sino más a la naturaleza

Lord Byron

EL NEURÓTICO

¿Qué es el amor? Si no un estado de ausencia compartida. Esa cuestión revoloteaba día tras día en mi testa. Mientras tanto, un cigarrillo se consumía entre mis labios. ¿Sería esto amor? Más bien, placer. Respondí al aire que enjaulaba las cuatro paredes de mi habitación. Besé suavemente mi mano y en un acto de pura egolatría, volví a formularme la misma pregunta: ¿Es esto amor? Es percepción propia, respondí. Sentir una extremidad del cuerpo inherente es natural y, tal vez, un acto de amor; pero no de encrespamiento de la dermis ni de pasión foránea ni de adrenalina mística. Amar es distinto, al menos, desde mi propia visión. Apagué pensativo la colilla del pitillo consumido y transformado en ceniza sobre la superficie ovalada de un medio coco, y seguí en el afán de indagar sobre esta cuestión que me sumía en un constante conflicto interior; librando una férrea batalla entre mis demonios y ligeros estados de lucidez. Me levanté cuidadosamente de la butaca en la que permanecí inmóvil durante toda la conversación aparentemente íntima. Miré a través de la ventana que hay en el salón, la cual se mantenía abierta de par en par. Pude observar detenidamente la frenética forma de caminar de unos individuos que desde un séptimo piso a vista de pájaro, más bien, daban la sensación de pertenecer a un clan de hormigas estresadas y robotizadas por unos quehaceres diarios dirigidos por sus dispositivos móviles. Zombis sin rumbo ni miradas cómplices, sin ningún contacto físico ni humano, liderados por un medio invisible que conecta a toda una sociedad que en su ignorancia anega de sus utopías, ilusiones e ideales más profundos.

Tengo la impresión de haber amado, pero el sufrimiento que latió en esos delirios desenfrenados me induce a la confusión, a considerar la fugacidad del tiempo y los recuerdos. El conjunto de esas evocaciones se traduce en el sexo y sus aromas de camas húmedas y a veces vacías, en las sustancias viciosas y amaneceres de resaca.

Echo la vista atrás y recuerdo a Omar, Víctor o Diego y las sensaciones me inundan. Debo confesar que cuando abro el cajón del olvido aún puedo visualizar instantes, carcajadas, carantoñas, discusiones sin fundamento e incoherencias basadas en conclusiones y reconciliaciones fundidas en esperma. Posiblemente, confundí el amor con el me gustas o con el te quiero, cuando en realidad fue un insignificante te estimo. Me niego a creer que fue así con todos. Estos amargos fantasmas que me acompañan y no ven la luz, son mi sombra, mis soledades e incluso mis ocasos fúnebres que insisten en atormentar un alma fresca originada para amar pero con la necesidad de padecer todos los rincones de las entrañas del ser.

La ansiedad se apodera de mí. Fantaseo creyendo que no pertenezco a esta época. Sospecho que soy de otro tiempo pasado, de un universo paralelo donde las esencias son realidad, donde no se está apegado a las tecnologías perturbadoras y morbosas que tientan la carne y conducen al desastre. Internet, la droga más consumida y legalizada del siglo XXI. Un ente invisible que adopta distintos anticristos enmascarados: wifi, aplicaciones, redes sociales... las dependencias que consumen, adormecen y rompen el amor en la sociedad que dice ser la actual.

Quizás estés un poco confuso. Sí, es a ti. No mires a tu alrededor. No me atreví a clavar mis ojos en los tuyos hasta este momento. Sé que has seguido mi conversación atónito en todo instante y que te preguntarás ¿por qué tú?, ¿por qué a ti? Llevas una hora escuchándome, dudando de cuáles son mis intenciones hacia ti. Habrás pensado que no debiste beber esa agua que a simple vista parecía un líquido natural y corriente, pero no debes martirizarte, no tienes la culpa. Eres el fallo.

Meditando, llegué a la conclusión de que este ente invisible que conecta a todos en realidad es el imán más repelente que existe sobre la faz de la tierra. Y es que el amor no entiende de tecnología y velocidad, y sí de pasos firmes y lentitud. Seguramente, no compartas mis ideas, y estás en todo tu derecho, pero quiero que divagues, si aún funciona ese tesoro interior con el que todos damos el primer llanto al chocar la luz contra nuestra nueva existencia. Puede que sigas pensando que estoy chiflado para ser tan joven. Puedes pensar que por qué me complico la vida de esta manera cuando todo podría ser más fácil. Probablemente tengas razón, pero ya es demasiado tarde. No hay vuelta de hoja. Aunque te dejase escapar nada tendría sentido. Al menos en este momento. Por ese mismo motivo, hay que llegar hasta el final.

Quiero confesar que tienes una belleza singular y de la cual estoy disfrutando sin tocarte. Siempre he sentido debilidad por unas pupilas celestes. Casi como el color del mar cuando está en calma. Tu piel parece suave y su tono tostado libre de imperfecciones es un perfecto lienzo para divertirse. Gozas de un cuerpo proporcionado y bien trabajado, ya sea por la genética o por el esfuerzo y el sudor de la constancia. Tu cabello áureo me provoca, y el conjunto de tu ser hace que suspire sin remedio. Aunque no puedas hablarme, pero sí escuchar y ver, e incluso gemir, no te asustes. Te repito que no estoy loco. Todo esto es por los dos. ¿Acaso no aprecias mi disfrute?, no tienes culpa de nada, pero yo tampoco la tengo y me tocó volver con vosotros. No lo elegí, al igual que tú no has elegido estar atado en mi salón frente a un chico que roza tu edad, de tu misma sociedad y ciudad, conocido en un lugar aparentemente normal como es un chat. No quiero que lo pases mal. Te lo prometo. Debes relajarte y dejarte llevar. Así será más fácil. Cuando crea oportuno retiraré la mordaza que cubre tus carnosos labios y te ofreceré el don de expresarte con tu voz. Antes quiero que sepas que hoy manda tu confianza en mí.

 

Llevas casi dos horas sin injerir ningún líquido. Para tu tranquilidad te diré que un humano podría aguantar con vida entre tres y cinco días sin consumir ni una gota de agua. Aunque aquí entrarían en escena otros factores que tampoco perderé nuestro valioso tiempo en comentar. También podría jugar cruelmente contigo o de una forma placentera, depende de los fetiches de cada uno, y hacerte beber tu propia orina e incluso obligarte a comer tus heces; pero nunca han sido situaciones que me complazcan y por lo tanto no te haré pasar ese amargo o, tal vez, dulce trago. Simplemente no quiero que tengas el más mínimo pensamiento de que voy a ser un desalmado contigo. Al fin y al cabo, solo nos conocemos de unas cuantas conversaciones detrás de una pantalla, alguna foto, y dos horas de agonía incrédula por tu parte y liberación por la mía. Desde luego que siento en tus ojos el miedo y la incertidumbre. Puedo incluso olfatearlo como un perro. Estás tenso y el sudor representado en nerviosismo recorre toda tu piel. Escucho tus palpitaciones en el silencio de tu voz, pero no quiero que sufras. Necesito descubrir lo más puro y originario de ti. ¿Ahora comprendes lo que significa vivir día tras día como si estuviese atado de pies y manos, inmóvil, y mi grito fuese sordo y el interior una constante adrenalina de confusión y dolor?

Sie haben die kostenlose Leseprobe beendet. Möchten Sie mehr lesen?