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Unidos – Un nuevo pacto sobre el patrimonio para Europa

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Aus der Reihe: Big Ideas #15
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Unidos – Un nuevo pacto sobre el patrimonio para Europa
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Contenido

BIG IDEAS

UNIDOS

UN NUEVO PACTO SOBRE EL PATRIMONIO PARA EUROPA

PATRIMONIO CULTURAL: EL POSIBLE FUTURO DE EUROPA

TRANSFORMACIÓN IMPULSADA POR EL PATRIMONIO

SALVAR JUNTOS EL PATRIMONIO EN PELIGRO

PROGRAMA LOS 7 EN MAYOR PELIGRO

NOTAS

BIOGRAFÍA

Sobre el Banco Europeo de Inversiones

El Banco Europeo de Inversiones (BEI) es la mayor entidad prestamista multilateral del mundo. Es el único banco que tiene por accionistas a los estados miembros de la Unión Europea, y representa sus intereses. Además de financiar el crecimiento económico europeo, durante seis décadas el BEI ha respaldado a start-ups como Skype y ayudado a construir grandes proyectos como el Puente de Øresund, que une Suecia y Dinamarca. Con sede en Luxemburgo, el Grupo BEI incluye también el Fondo Europeo de Inversiones, especializado en la financiación de pequeñas y medianas empresas.

UNIDOS
UN NUEVO PACTO SOBRE ELPATRIMONIO PARA EUROPA
Hermann Parzinger


Descargo de responsabilidad: Las opiniones expresadas en esta publicación pertenecen a los autores y no reflejan necesariamente la posición del BEI.

BIG IDEAS

El patrimonio cultural de Europa es un vasto mosaico polifacético que muestra quiénes fuimos, quiénes somos y quiénes aspiramos a ser. Todos somos responsables de este enorme, valioso y frágil legado.

La pandemia del coronavirus ha puesto de manifiesto que acontecimientos imprevistos pueden cambiar de repente nuestra forma de vida. En el futuro, otras amenazas podrían plantearnos nuevos desafíos en los ámbitos de la seguridad, la salud y el medio ambiente, así como para nuestras estructuras sociales, nuestros valores y nuestra capacidad para competir en los mercados mundiales.

¿Cómo puede cumplir Europa su promesa si no reinventamos y rediseñamos juntos el fundamento mismo del proyecto europeo y encontramos soluciones innovadoras y audaces para un futuro mejor y más sostenible?

Necesitamos un «nuevo pacto sobre el patrimonio para Europa», una transformación que sea impulsada por la sociedad, la economía y el medio ambiente europeos.

Hermann Parzinger es arqueólogo, historiador y experto en patrimonio cultural. En 2018, fue nombrado presidente ejecutivo de Europa Nostra, una federación paneuropea para el patrimonio cultural que representa a organizaciones de la sociedad civil que tratan de salvaguardar el patrimonio cultural y natural de Europa. Desde 2013, Europa Nostra lleva a cabo una de sus principales actividades, el programa Los 7 en Mayor Peligro, en colaboración con el Instituto Banco Europeo de Inversiones.

Este es el decimoquinto ensayo de la serie Big Ideas creada por el Banco Europeo de Inversiones.

El BEI ha invitado a líderes del pensamiento y expertos internacionales a escribir sobre los temas más importantes de la actualidad. Estos ensayos son un recordatorio de que necesitamos nuevas ideas para proteger el medio ambiente, promover la igualdad y mejorar la vida de las personas en todo el mundo.


PALACIO DE VERSALLES, SALÓN DE ESPEJOS.

EL PATRIMONIO COMÚN DE EUROPA ES UN ESPEJO DE NUESTRA CULTURA E HISTORIA COMPARTIDAS.

UNIDOS

El pasado no acaba nunca.

Nuestra historia no es un libro cerrado.

Y lo pasado no está pasado. [1]

Nos guste o no, todos estamos intrínsecamente conectados con nuestro pasado. El patrimonio cultural de Europa es consecuencia directa de los actos, esfuerzos y decisiones de nuestros antepasados. Las generaciones pasadas y presentes, juntas, han construido una Gesamtkunstwerk, una obra de arte total compleja y con múltiples estratos que ahora tenemos la responsabilidad de salvaguardar y mejorar. Es hora de reconocer que este patrimonio común, este sentimiento de unidad, son el verdadero fundamento sobre el que se construye Europa.

El patrimonio cultural de Europa es un vasto mosaico polifacético, complejo e interrelacionado. No pertenece a un período de tiempo específico ni a una sola comunidad o país. Nos muestra cómo nuestras vidas están conectadas a una larga serie de generaciones que nos precedieron y que vendrán después de nosotros. Nuestro patrimonio cultural es un espejo que muestra quiénes fuimos, quiénes somos y quiénes aspiramos a ser, y nos ayuda a interpretar nuestros éxitos y fracasos pasados. Cuando profundizamos un poco más, descubrimos rápidamente que todo nuestro patrimonio es, en realidad, tan local como europeo, y a menudo está relacionado con otras culturas de todo el mundo.

La pandemia de COVID-19 que ha arrasado nuestro planeta como un tsunami es un claro recordatorio de que no vivimos aislados. Los virus no respetan fronteras, afiliaciones políticas ni nacionalidades. La pandemia nos ha mostrado lo frágiles que son nuestros cimientos sociales. También nos ha dejado claro a la mayoría de los europeos que somos mucho más que una mera colección de países. Como sabían muy bien los padres fundadores de la Unión Europea, nuestra Unión no es el comienzo de nuestra historia europea; es una consecuencia. Europa no es un invento político abstracto; es el resultado de las interconexiones pasadas y presentes de todos los que viven en el Viejo Continente.


SITIOS EMBLEMÁTICOS DEL PATRIMONIO COMO LA ACRÓPOLIS DE ATENAS SIMBOLIZAN LOS CIMIENTOS CULTURALES DEL CONJUNTO DEL PROYECTO EUROPEO.

Somos mucho más que un conjunto de acuerdos comerciales, una alianza militar o un consorcio de investigación. Europa no puede definirse únicamente a partir de decisiones sobre las normas de competencia, la protección de los consumidores, la privacidad o el derecho laboral, por vitales que sean todas ellas. La verdadera Europa está formada principalmente por nuestras relaciones, como individuos y como comunidades, más allá de prejuicios y fronteras, idiomas y épocas. Estas relaciones sentaron las bases de nuestra Europa tal y como la conocemos hoy. La pandemia de COVID-19, con todas sus graves consecuencias, también podría brindarnos la oportunidad de redescubrir, replantearnos y recobrar nuestros elementos y objetivos comunes.

El camino hacia una Europa segura, próspera, sostenible e integradora debe definirse a pesar de nuestras diferencias nacionales, locales y personales. Tenemos que centrarnos en lo que nos une, no en lo que nos divide, y lo que une las piezas de este complicado rompecabezas es nuestro patrimonio cultural. Si queremos que Europa sea un faro de esperanza y solidaridad en un mundo vulnerable, tenemos que redescubrir y reafirmar nuestros elementos comunes y el fundamento que compartimos: nuestro sentimiento de unidad.

“ ¿Cómo puede Europa cumplir su promesa si no reinventamos juntos el proyecto europeo?

La crisis de la COVID-19 ha dejado claro, como nunca había ocurrido hasta ahora, que pueden producirse acontecimientos inesperados que cambien radicalmente nuestra sociedad en tan solo un instante. El futuro sin duda nos revelará otras amenazas para nuestra seguridad, nuestra salud, nuestro clima y nuestro medio ambiente. Nuestro modo de vida, nuestra capacidad para competir en el mercado mundial, nuestras estructuras y nuestros valores sociales, incluido el Estado de derecho, se verán en apuros. ¿Cómo puede cumplir Europa su promesa si no reinventamos y rediseñamos juntos el fundamento mismo del proyecto europeo y encontramos soluciones innovadoras y audaces para un futuro mejor y más sostenible?