La clave de la concentración

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La clave de la concentración
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FERNANDO F. SACCONE

LA CLAVE

DE LA

CONCENTRACIÓN


Saccone, Fernando F.

La clave de la concentración / Fernando F. Saccone. - 3a ed mejorada. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Club House Publishers, 2020.

Archivo Digital: descarga

ISBN 978-987-47332-6-9

1. Rugby. 2. Liderazgo. 3. Psicología del Deporte. I. Título.

CDD 796.333

CLUB HOUSE Publishers

Un sello de Ediciones Deldragón

Emilio Mitre 71 – 7º B (1424 ) Buenos Aires

República Argentina

LA CLAVE DE LA CONCENTRACIÓN

© 2018 , Fernanco F. Saccone

Dirección editorial: Ricardo J. Sabanes

Diseño de interior: Laura Restelli

Diseño de cubierta: Rodrigo Broner

Derechos de edición en castellano reservados para todo el mundo:

© 2018, Ediciones Deldragón

Primera edición: septiembre 2018

clubhousepublishers@gmail.com

www.edicionesdeldragon.com.ar

ISBN: 978-987-1884-79-7

ISBN: 978-987-47332-6-9 (e-book)

Queda hecho el depósito que prevé la ley 11.723

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, puede ser reproducida, almacenada o trasmitida en manera alguna ni por ningún medio, ya sea eléctrico, químico, mecánico, óptico, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo del editor.

ÍNDICE

1  Agradecimientos

2  Prólogo

3  Introducción

4 I . EL EMBRUJOLos guerreros del embrujoEl Haka desafiadoContrarrestar el embrujoEl Haka y el amedrentamientoEl Haka y la desconcentraciónLa concentraciónEl Haka y la concentraciónEl Haka y lo ancestralEl Haka y la catarsisEl Haka y los objetivosEl Haka y el 'flow'Los efectos psicofísicos del Haka

5 II. LA CLAVELa V de la concentraciónDar vuelta la páginaLos entrenamientos pensados. La evaluación poscompetitiva (primer día de entrenamiento)Entrenamientos posterioresEvaluación precompetitiva (último día de entrenamiento)La importancia de las evaluaciones pre y poscompetitivasApelar a la creatividadEl protocolo prepartidoSíntesis y refuerzo de conceptosRutina precompetitiva individual y grupal y desarrollo del próximo encuentroRutina precompetitiva individualRutina precompetitiva grupalConcentración en el vestuarioConcentración en la entrada en calorArengaConservación de la concentraciónConcentración en el banco de suplentesEntretiempoEl Haka y la v de la concentraciónLa concentración deportiva

6 III. LA BÚSQUEDAEn busca de nuestra VLa V del trabajo en equipoAprender a trabajar en equipoLa culturaConocer al guerreroLa reconstrucción cultural: el legadoCamino a nuestra reconstrucción: El legado argentino

7 IV. LA BRÚJULALa orientaciónEl triángulo pienso-siento-actúoCabeza roja vs. cabeza azulUtilizar la flecha adecuadaLa rejilla de concentraciónConocer cómo conocemos¿Qué ocurre en nuestro cerebro cuando nos equivocamos?Mentalidad fijaMentalidad de crecimientoLa toma de decisiones

8 APÉNDICE. LA FORTALEZA MENTAL Y SU DESARROLLOLa toma de responsabilidadesLa grabaciónEl entrenador de la actualidad¿Ganar es ganar?Asociar a las familiasLa intervención del psicólogo deportivo en los clubes de rugbyPrograma psicodeportológico para clubesRequisitos para la implementación del programaObjetivos del programaA modo de conclusión

9  Referencias y consultas

Agradecimientos

A todos los hombres de rugby y a sus respectivos clubes, con los que tuve la oportunidad de relacionarme a lo largo de mi vida. Les agradezco ya que soy un convencido de que la presente obra fue escrita por todos.

A Nico, por ocupar su precioso tiempo en elaborar su aporte para esta obra.

A Ricardo Sabanes, quien me orientó con una sencilla sugerencia “escribí que la forma llega sola.”

Prólogo - Introducción
Prólogo

Nicolás Sánchez

Mi vida como deportista se compone de momentos que tomo como permanentes desafíos aunque formen parte de lo cotidiano: vida afectiva, entrenamientos, viajes, partidos, hablar con la prensa o participar en programas de radio o televisión. Pero prologar un libro no es algo habitual, lo considero un halago y por ello lo escribo muy motivado y con gran satisfacción, ya que implica un desafío diferente.

Tuvimos la oportunidad de estar junto a Fer en la UAR, donde, en los entrenamientos, desarrollamos trabajos muy útiles para mejorar nuestra capacidad de concentración y manejar nuestra ansiedad, con el objetivo de que pudiéramos aprender a mantener el foco de atención cada vez por más tiempo en medio de las cambiantes situaciones del juego.

Con posterioridad me entrevisté con él en varias ocasiones. Trabajamos algunos temas que –confieso– en el momento parecían no tener mayor sentido, hasta que con el correr de los días recordaba espontáneamente las entrevistas que habíamos tenido y me percataba de que comenzaba a tomar conciencia y a identificar algunas cuestiones que antes no registraba, lo que me abrió las puertas para modificarlas y progresar no solo en lo deportivo, sino también en lo personal. Las entrevistas me fueron de sumo provecho para poner en palabras las diferentes emociones que me ocasionaban algunas situaciones cotidianas, tanto dentro del deporte como fuera de el, y para darme cuenta de que todo ello estaba relacionado y, así, aprender resolverlas de manera integrada.

Creo que debe ser difícil comprender los beneficios del trabajo psicológico para aquel que no ha tenido la oportunidad de experimentarlo, o que no ha tenido acceso al mismo por diferentes motivos, razón por la cual me considero un privilegiado. Gracias a esto puedo aseverar que no se puede concebir al rugby actual, así como cualquier otro deporte de alto rendimiento y todo lo que lo rodea, sin trabajar debidamente el aspecto mental y, dentro de esto, la concentración.

Al igual que en su primer libro Rugby Mental, en esta nueva obra Fernando trata temas con los que nos enfrentamos a diario en el deporte; simplifica y hace comprensibles conceptos de la psicología que acostumbramos a leer o escuchar, utilizando enriquecedores ejemplos escritos en un lenguaje totalmente accesible. El lector podrá tomar conocimiento de cómo pueden trabajarse y desarrollarse las destrezas mentales para mejorar significativamente su rendimiento, y saber que definitivamente nuestro juego no puede darse más el lujo de prescindir de las herramientas de la psicología del deporte. El concepto “Clave de la concentración” al que Fernando hace alusión en este libro es significativamente novedoso. Me siento absolutamente identificado con el mismo y con lo que el desarrollo de esta habilidad hace posible para nosotros como jugadores, para nuestros entrenadores y para el mundo del rugby en general.

Estoy convencido de que todo aquel que forma parte de nuestro deporte podrá disfrutar de la experiencia de leer este libro esclarecedor, y de aprovechar los conocimientos en él expuestos para utilizarlos con éxito, ya sea desde el lugar que le toque ocupar dentro del rugby como fuera de él.

Van mis felicitaciones por este nuevo libro escrito con mucha pasión y dedicación, cuestiones que se reflejan en su contenido.

Introducción

Elegí introducirme en la temática de la concentración a través del haka, emblema del rugby neocelandés y mundial. El efecto fascinador que ocasiona este mágico y seductor ritual a veces no permite profundizar en los beneficios psicológicos que esta danza conlleva para este seleccionado. Por lo general, esta ceremonia se interpreta desde una perspectiva cultural en la que los hombres de negro representan simbólicamente a los antiguos guerreros que se encomendaban a sus dioses para afrontar una de tantas batallas. A lo sumo, desde esta perspectiva acotada, se reflexiona sobre el amedrentamiento paralizante que la práctica del haka ocasiona en jugadores y público. Ante esto, un análisis psicológico más amplio y minucioso del haka y sus derivaciones será revelador y sumamente enriquecedor, más allá de la cultura a la que pertenezcamos.

Uno de los innumerables beneficios psicológicos que derivan del haka es la concentración. El objetivo de este libro es profundizar en esta habilidad a la que habitualmente se recurre para explicar las performances deportivas. Habilidad mental por excelencia, ya que un estado deficitario de la misma torna imposible reflejar, en las situaciones de competencia, los otros aspectos que se trabajan en los entrenamientos, como los físicos, técnicos, tácticos estratégicos, e incluso el resto de los aspectos psicológicos

 

Dicho de otra manera, la carencia de una óptima concentración durante la competencia hará tirar por la borda lo trabajado en las prácticas, haciendo que todo el esfuerzo o parte de él sea en vano. Resulta paradójico que nos refiramos en forma insistente a la concentración como la principal responsable de las actuaciones mientras se continúa sin incorporarla a la planificación de los entrenamientos. Durante el desarrollo de esta obra y por medio de un análisis exhaustivo del haka como punto de partida, iremos recorriendo las claves de la concentración. Confío en que la lectura de este libro ocasionará en ustedes el mismo disfrute que experimenté durante su escritura.

I EL EMBRUJO

“El juego no arranca cuando suena el silbatazo, el juego arranca cuando hacemos el haka”.

Richie McCaw

Los guerreros del embrujo

El estadio desborda de personas. Una multitud ansiosa. Emoción a flor de piel. Público diverso. Gran parte de los aficionados aseguran asistir para ver jugar a su equipo a sabiendas de que en su interior esto es una excusa. Fenómeno deportivo único… público local y visitante unidos bajo una misma expectativa. Para muchos no juega su seleccionado nacional e incluso algunos ni siquiera entienden el rugby, no saben cómo se juega, cómo se anotan puntos, qué es lo que hacen todos empujándose allí… No importa si el partido será entretenido ni quién lo ganará. Tampoco el clima, ni el estado del campo de juego. Saben que al regresar a sus hogares estarán conformes. Tienen la certeza de que, pase lo que pase, el precio de la entrada habrá valido la pena. En realidad, nada importa demasiado a excepción del momento por llegar… Por los altavoces del estadio se anuncia el ingreso de los hombres de negro. Se aproxima el momento esperado… y hasta los himnos parecen carecer de sentido…

23 guerreros que se plantan en el campo sacando pecho…

22 guerreros predispuestos a ser guiados en el ritual por su líder…

Guerreros que se alistan en forma de V preparados para dar comienzo a la ceremonia…

Guerreros que se asientan sobre sus piernas cruzando sus brazos a la altura de sus mentones y hombros mientras miran a su rival fijamente a los ojos…

Guerreros que golpean sus antebrazos con sus palmas en manifestación de poderío…

Guerreros que se reclinan sobre el campo para golpear el terreno con sus puños…

Guerreros que golpean fuertemente sus pechos como si fuesen tambores…

Guerreros que elevan sus brazos al cielo una y otra vez…

Guerreros que palmean sus muslos y dan fuertes y constantes pisotones en el suelo…

Guerreros que exhiben sus manos con acentuadas manifestaciones de temblor…

Guerreros que manifiestan singulares gestos faciales de exacerbación y furia mediante sus ojos y lenguas…

Guerreros que ejecutan movimientos de extensión y contracción de sus músculos…

Guerreros que inhalan y exhalan aire en forma metódica y pronunciada…

Guerreros que interpretan su canto a través de un perfecto lenguaje corporal compuesto por percusión y movimientos rítmicos…

Guerreros que se refieren constantemente a sus ocasionales rivales con gestos y miradas desafiantes…

Guerreros que, luego de ejecutar al unísono la electrizante danza, buscan relajadamente sus lugares en el campo de juego para enfrentar a sus rivales…

Público atónito, hechizado, que repentinamente estalla en gritos y aplausos ensordecedores que quiebran el ejercicio de un silencio cuasi espiritual…


El Haka desafiado

Cualquier simpatizante que haya disfrutado del haka habrá podido observar lo que describe James Kerr en la introducción de su libro Legado:

Los equipos rivales enfrentan el haka de diferentes maneras. Algunos tratan de ignorarlo, otros avanzan hacia él, la mayoría se para hombro con hombro para enfrentarlo. Cualquiera sea la respuesta hacia afuera, por dentro los rivales saben que están frente a más que una selección de quince jugadores individuales. Están frente a una cultura, una identidad, un ethos [forma común de comportamiento que adopta un grupo de individuos que pertenecen a una misma sociedad] un sistema de creencias y una pasión y un propósito colectivo que superan todo lo que hayan enfrentado antes.

Son varios los equipos que a lo largo de la historia han optado por hacerle frente a este baile (sitio Feel the Rugby):

En 1989, en Lansdowne Road, la selección de Irlanda fue avanzando a medida que los hombres de negro hacían el haka, hasta literalmente invadir la zona en la que ellos estaban desarrollando el baile, ubicándose frente a ellos.

En el Mundial de 2003, el seleccionado de Tonga desarrolló su haka nativo, el Sipi Tau, al mismo tiempo que los All Blacks realizaban el Ka Mate.

En la Copa del Mundo de Rugby 2007, el seleccionado local se acercó abrazado plantándose de frente a centímetros de los jugadores de negro cuando se disponían a hacer el haka y los miraron cara a cara durante todo el ritual (algo muy similar a lo que ya había hecho Willie Anderson de Irlanda en 1989).

En 2008 la selección de Gales también desafió el haka en un test match realizado en el Estadio Millennium de Cardiff, quedándose plantados en el campo de juego, desafiando a los All Blacks después que realizaran el haka Ka Mate. La selección neozelandesa respondió al desafío haciendo lo mismo. Sin embargo, después de un minuto y medio, quienes primero se retiraron a ubicarse para el kick-off serían los All Blacks.

Incluso Los Pumas, en la presentación ante los hombres de negro el 30 de septiembre de 2017 en Vélez Sarsfield, optaron por enfrentar la ceremonia imitando la formación en V que suelen realizar los neozelandeses.

Contrarrestar el embrujo

Resulta altamente llamativo cómo los seleccionados rivales parecen perder su tiempo buscando contrarrestar los efectos de amedrentamiento que pareciera ocasionar el haka, como si se tratase de encontrar una pócima mágica o un antídoto para un embrujo, en lugar de preocuparse por comprender las implicancias del mismo y los beneficios psicológicos que este ritual-danza provoca en los hombres de negro, para aprender y procurar obtenerlos. Si bien es claro que el poderío del equipo, sumado a esta vistosa, espectacular e intimidatoria danza ejecutada al unísono ocasiona cierto encantamiento obnubilante que impide interpretarla en mayor profundidad, el efecto que ocasiona está en relación, al menos en parte, con el desconocimiento de todo lo que la misma acarrea, y con un reduccionismo que lleva a catalogarla como cultural sin profundizar demasiado en ella mediante un análisis más exhaustivo. Esto deriva en pretender contrarrestarla sin comprender lo que se está buscando contrarrestar. Parecería ser que esta danza nos enfrenta en un instante a un desconocimiento y una falta de comprensión tan evidentes que ocasionan un temor y una fascinación misteriosamente paralizantes. Coincido con otros autores en que el haka de los All Blacks es una clara estrategia que tiene como objetivo atemorizar al rival tal como lo hacían sus antecesores, pero desde ningún punto de vista lo considero la clave de la cuestión.

Nadie puede dudar de que cuando, antiguamente, primaba el pensamiento mágico, uno de los objetivos del haka era intimidar a otras tribus, sin embargo, nos encontramos en el siglo XXI… No pretendo con esto reducir su importancia catalogándolo de un mero espectáculo prepartido, sino que, muy por el contrario, considero que el haka constituye el ejemplo más cabal de la importancia que la preparación psicológica tiene en la optimización del rendimiento deportivo. Es por este motivo que propongo que a través de la psicología comprendamos los beneficios psicofísicos que provoca este ritual-danza en los hombres de negro, en lugar de situarnos pasivamente en nuestra zona de confort siendo tan solo objetos paralizados por su fascinación.

¿Es en esencia el haka amedrentamiento o el amedrentamiento es el efecto que el haka ocasiona en nosotros? Solemos asociar y confundir los efectos causados por algo con su esencia, cuando en realidad ambas cosas no son necesariamente lo mismo. ¿Es solo amedrentamiento del rival la ventaja psicológica que obtienen de esta danza? ¿O es mucho más que ello?

El Haka y el amedrentamiento

Según el diccionario de la RAE, amedrentar implica la acción de infundir miedo y temor en alguien a partir de diversas prácticas que se conocen a priori y que, por tanto, se sabe que causarán el efecto pretendido en el destinatario. El amedrentamiento (es decir, el acto y el resultado de amedrentar) implica ejercer una presión o depositar una carga simbólica en la persona que recibe la acción. De esta manera, se espera que el sujeto amedrentado actúe de acuerdo con las exigencias de quien se encarga de amedrentar. Encuentro un ejemplo claro de esta acción en el texto inicial del libro El principio de la presión, de Dave Alred (entrenador de kicks de Jonny Wilkinson entre otras estrellas), donde un oficinista junta las notas arrugadas que le sirvieron de apoyo formando un bollo de papel para arrojarlo desde su silla hacia el cesto que se encuentra en la otra punta de la oficina, y luego se felicita a sí mismo por haber encestado con un tiro perfecto (“todo el mundo es un campeón cuando nadie lo mira”, aclara Alred en su escrito). Un colega ingresa a la oficina sonriendo maliciosamente para apostarle una libra “a que no podría hacerlo de nuevo”. El oficinista acepta considerando que no hay mucho en juego y aprovechando que su confianza se encuentra en alza luego de su tiro perfecto… Pero cuando está a por apuntar al cesto, su colega le propone hacerlo más interesante y convoca a los demás compañeros del piso ofreciéndoles también apostar. Sus pares atestan la oficina y las apuestas suben haciendo que la libra inicial se transforme finalmente en un pozo de algo más de mil. El autor explica como el protagonista comienza a sentir las miradas clavadas en él; el bollo de papel entre sus manos ya húmedas y frías; un nudo en el estómago y la boca seca; el pecho, que se le vuelve tenso mientras el corazón se le desboca, mientras piensa en las mil libras y en los colegas que lo perforan con la mirada. Comienza a sentir que es el protagonista del penal del último minuto en la final de la Copa del Mundo y que su oportunidad de hacer historia en la oficina se desvanece a la vez que se pregunta cómo fue que hizo para lograrlo antes. El autor también describe la ansiedad, la aceleración del ritmo cardíaco, el sudor, la sensación de hombros y cuello endurecidos, el dolor de cabeza, el cosquilleo en el estómago y las náuseas como algunos de los síntomas físicos que podemos experimentar como resultado de la presión. Y los efectos mentales: como la confianza, la concentración, la memoria, el control de emociones, el sentido de perspectiva y la capacidad para mantenerse presente en el momento, entre otros, que se ven comprometidos impidiéndonos hacer cosas que podríamos manejar con facilidad en un entorno más relajado. Alred propone adoptar una definición sencilla de presión a sabiendas de que el problema no es la presión en sí, sino el impacto que ocasiona sobre nosotros: “es la interferencia en la capacidad de concentrarse en un proceso, consciente o inconscientemente, provocando un deterioro en la técnica y una merma en el nivel de rendimiento”.

Esto significa que la visión de reto/desafío o amenaza que obtengamos de diferentes situaciones es lo que determinará mayores o menores probabilidades de superar los obstáculos que se nos presenten. Una de las claves del trabajo con mis pacientes deportistas y con equipos, y que destaco con insistencia en mis conferencias, es que una patada a los palos es objetivamente la misma ante treinta mil espectadores que la que se ejecuta a solas en el entrenamiento, y que un line out objetivamente es el mismo cerca de mi ingoal o cerca del ingoal contrario, en cualquier momento del partido e inclusive en el último minuto y aunque de ellos dependa su resultado final. Lo único que los transforma en diferentes es la traducción mental que haga de cada escena cada uno de los protagonistas. Se trata, entonces, de traducir mentalmente las situaciones a conveniencia para ser beneficiados en vez de amedrentados por el escenario ocasional.