Juanjo, ángel de amor

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Juanjo, ángel de amor
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Juanjo

Ángel de amor

Margossian de Babicola, Cristina

Juanjo, ángel de amor / Cristina Margossian de Babicola. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Tercero en Discordia, 2021.

EPUB.

Archivo Digital: descarga

ISBN 978-987-8492-19-3

1. Autoayuda. 2. Relatos Personales. I. Título.

CDD 158.1

Web page: www.juanjo9.com

Facebook: Fundación Juan José Babicola

Email: juanjo@juanjo9.com

Celular: 54911 6192 7852

No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del editor.

ISBN 978-987-8492-19-3

Queda hecho el depósito que marca la Ley 11.723.

Impreso en Argentina.

Juanjo

Ángel de amor

Cristina Margossian de Babicola

No hemos nacido para despertar a los demás, hemos nacido para despertarnos a nosotros mismos, y recordarles a los demás que es posible.

Prólogo

Resulta muy difícil y a su vez placentero redactar el prólogo del séptimo libro de Juanjo.

En primer lugar, porque los anteriores de Lucy, Laura, Cristina y José anuncian con sobrada jerarquía, humildad y corrección sus contenidos. En segundo término, porque me obliga a unir experiencias humanas con realidades que —aún— la ciencia racional no puede admitir por razones atinentes a la lógica materialista que cultivamos, que no es buena ni mala: solo distinta.

Responde a un proceso evolutivo que recién estamos empezando, en este caso gracias a entidades de luz como Juanjo.

Él nos habla siempre de amor, en el sentido que le dan los seres evolucionados, verdaderos maestros de la existencia material en esta escuela terrenal.

Y nos enseña que la vida no es solo la física que se agota cuando abandonamos la materia. La vida es el todo, y el paso físico por este plano, solo una parte. Algunos animales, pero fundamentalmente casi la totalidad de los pájaros, cuando cambian de dimensión se llevan su cuerpo. Los humanos avanzados, como Juanjo, son ángeles que pueden comunicarse, aparecer y hasta corporizar su encarnación.

Si no fuese así, el planeta estaría regado por cadáveres de pajaritos, pero también si los cuerpos sutiles adheridos al hombre no existieran, ¿podría este funcionar biológicamente?

La historia está llena de manifestaciones de santos, vírgenes y seres de luz que millones de personas han visto y que adaptan su manera de manifestarse en función de los recuerdos cerebrales enmarcados en las culturas de cada región y de cada época.

En esta colección de siete libros documentales editados hasta ahora, el lector original va añadiendo saberes que le permiten intuir que esa “máquina perfecta”, que es el universo, tiene también un “engranaje perfecto”, que es la persona. Un mundo que se mueve por fuerzas intocables e invisibles, que podemos llamar indistintamente energía, fuerza o espíritu.

Los nuevos lectores tendrán la posibilidad de ingresar a una nueva realidad, como los chiquitos que concurren a la escuela para enfrentar con recursos su futuro inmediato, pero con la ventaja de que su corazón y su cerebro —en esta etapa crucial de la humanidad— actúan coordinadamente, lo que les permitirá empezar a cursar la carrera correspondiente a los tiempos que transitamos. Lo de la relación neurológica y cardíaca es solo un ejemplo. Básicamente, faltan cinco más… para empezar.

Esa ligación entre lo desconocido que “mueve al mundo” y los descubrimientos diarios que llamamos ciencia, en algunos años podrán explicar fenómenos tan complejos como los que relata la Biblia y otros milenarios textos sagrados de las distintas culturas. Los monoteístas sabrán, con fundamento científico, la naturaleza de los milagros, y los politeístas podrán desmenuzar las leyendas y convertirlas en evidencias.

Los humanos empezamos a cursar las nuevas materias y los responsables de la rectoría de la evolución están enviando sus docentes. Ellos pueden venir de los distintos planos: hermanos mayores, hermanos del cosmos y hermanos dimensionales.

Para el pensamiento doméstico, están los maestros del cielo y los maestros de la tierra. Los primeros son los planificadores que hacen el plan de estudios y, los otros, los docentes frente a los alumnos. En este caso, Juanjo y Cristina. Se trata de una nueva moneda, con dos caras que, fuera del tiempo, han marchado por el mismo camino, porque así se mueve la rueda de la vida.

En algún momento deberemos trasladar estas primeras lecciones a una más completa, que es la escuela superior.

Para llegar a ello, debemos dar el salto. Juanjo por ahora es el puente colgante, y las barandas son Cristina, José, Laura y todos aquellos convocados por la luz que se van sumando a este esfuerzo.

Lino Marcos Budiño

Dedicatoria

Dedico este séptimo tesoro que nace a los amores de mi vida, José, Laura, Sofía, Mora.

Lo dedico a Juanjo, ángel de amor, protagonista supremo de nuestro reciente despertar a la trascendencia de la vida.

Lo dedico a toda la familia, a los amigos, a los conocidos.

Lo dedico a Dios, nuestra sagrada fuente del amor, a todos los seres de luz que acompañan y ayudan en el camino que transitamos.

Lo dedico a todos y cada uno de los lectores.

Compartir este amor terrenal unido al universal hace que la paz sea parte de nosotros.

¡Gracias, gracias, gracias!

Recuerda, en la gran infinidad de la vida, todo es perfecto,

entero y completo… y también lo eres tú.

Louise Hay

Prefacio

Juanjo dejó su traje físico, le quedaba chico. Entonces eligió permanecer un ratito más en la Tierra para que ustedes, los seres que tuvieron la dicha de compartir su vida, pudieran despedirlo.

Sí, despedir al traje, al envase, al cuerpo que le había quedado chico, porque su alma de luz infinita necesitaba dejar la corporeidad. Por eso voló, voló y voló y, convertido en ángel, comprendió y trascendió la última limitación… la de ser alma. Y se fundió en la totalidad del uno.

Y es desde la totalidad que está con ustedes, guiándolos y acompañándolos en cada instante del juego de la vida.

Y permítanme contarles humildemente que somos muchos los que celebramos su fusión de luz y que, en instantes difíciles, tenemos su nombre en nuestros labios, para experimentar su dulce asistencia.

Querida familia, fueron y son benditos por este milagro de amor.

Ana Schamó

Cuando la mente está quieta, entonces la verdad tiene su

oportunidad de ser escuchada en la pureza del silencio.

Sri Aurobindo

Introducción

Cada aniversario de tu cumpleaños terrenal y celestial, comparto alguna fotografía tuya, mostrando siempre tu rostro feliz y alegre, como lo fue realmente en tu paso por la Tierra. Adjunto un texto, en el que vuelco el agradecimiento por tanto amor compartido. En la oportunidad de cumplirse quince años desde que estás en el cielo, escribí una pequeña nota en un cuaderno unas horas antes de la medianoche, que dice:

Juanjo, te ves hermoso observándonos con tu eterna alegría desde la luz. Gracias por compartir con nosotros por siempre tu amor. Quince años de separación física, pero tu espíritu libre y feliz nos acompaña. Nuestro eterno vínculo está colmado de amor, gozo, conocimiento. Bendiciones en tu cumpleaños celestial. Te amamos hasta el infinito.

En el momento preciso, publiqué la nota junto con una hermosa fotografía tuya, cuyo fondo era el lago de Como, trayendo así el recuerdo de ese último viaje que realizamos juntos con vos y papi. Posaste en la fotografía medio inclinado, como queriendo pasar algún secreto, con tu sonrisa a flor de labios, contagiando alegría.

Publiqué en Facebook con el deseo de compartir el gozo de sentirte en presencia. Aguardé un par de minutos para observar si se había publicado bien. Y allí pude disfrutar cómo la divina presencia de Dios interviene. En realidad, siempre está en “todo lo que es”, pero desde nuestra conciencia, percibirlo es el gran milagro.

Seguida a la publicación, apareció un video donde se observaba el movimiento de las nubes en un cielo azul y apareció un título que me conmocionó hasta las lágrimas: “Carta desde el Cielo”. Con José, continuamos leyendo emocionados por cada palabra que iba apareciendo escrita en imprenta. ¡Juanjo escribía en imprenta!

Una respuesta, un sublime mensaje de amor. El video había sido publicado por Miriam, una amiga de Patquía, La Rioja, sendero por donde nos llevaron nuestros hijos. Juanjo, desde el cielo, conectado con Laura desde la tierra. Transcribo el texto para que quede impreso aquí y en mi alma:

No estés triste pensando en mí, este es un lugar realmente maravilloso. Me encuentro feliz y totalmente en paz… No me duele nada… Te escribo para que quites la tristeza de tu corazón y la oscuridad de tus pensamientos… Hay miles de ángeles aquí y son extraordinarios… Me encanta verlos volar y ¿sabes? Jesús no se parece a ninguna de las fotos que pintan de Él. Aun así, tan pronto Lo vi, Lo reconocí enseguida. ¡Sabía que era Él!

Me llevó con Dios y Él habló conmigo como si yo fuese importante… Ahí fue cuando le dije que quería escribirte una carta para despedirme de ti y decirte cómo me siento ahora… Dios me dio papel y pluma para que te escribiera esta carta y un ángel hizo que te llegara… Es difícil explicar cómo me siento, pero lo que puedo decirte es que se siente bien estar aquí… El sol brilla increíblemente y las nubes reflejan su luz provocando rayos hermosos por todos lados…

 

Aquí hay mucha gente que hace mucho se me adelantó… Dios me dijo que te contestara una de las preguntas que le hiciste: “Que dónde estaba Él cuando yo más lo necesitaba”. Dios me dijo que estaba en el mismo lugar, conmigo, como siempre. Él nunca me ha dejado, ni antes, ni ahora y eso me regocija el alma.

¡Hoy puedo estar con Él por siempre y a cada instante! Cada vez que me necesites, solo debes cerrar los ojos y pensarme, estoy junto a ti… Te escucho… Háblame en el silencio de tu alma… Mira al cielo y ahí, en un lugarcito ¡estoy feliz!, con mi sonrisa, esa que tanto te gusta…

Pero no estés triste, por favor, ¡yo estoy muy bien! Tengo que devolverle la pluma a Dios, así que me voy despidiendo… Celebra que puedes verme en cada acto de amor… Soy solo eso, sencillamente amor… Que tus lágrimas no te impidan ver las estrellas y cerrar tu alma, no te dejes apagar… Por favor.

Cuando más te ríes, más brillo, cuando más sufres, te abrazo yo… Sé que me extrañas pero no pienses en cuando me fui, piensa en mí cuando estuve, en todo lo bello que pasamos… En todos esos sencillos momentos que nunca vamos a olvidar. Hoy te digo adiós y no me busques en todos lados, no es necesario porque yo estoy ahí en tu alma, cerquita de tu corazón, ¡velando y orando por ti siempre!

¡Yo nunca me iré de tu lado mientras me recuerdes!

Te amo desde el cielo.

Cuando la mente se calla,

una energía mágica libera alegría, amor, prosperidad y libertad en tu interior,

esto se llama paz y viene de Dios.

Facundo Cabral

Capítulo 1

Conexiones

Feliz por haber completado el sexto libro, Juanjo, milagro de amor, cumpliendo con la etapa de corrección, recibiendo y entregando emails a la editorial, sentía la plenitud que esta tarea me concedía.

Cada vez que llego a este punto mágico, que es la previa del nacimiento, me invade una energía especial, la energía del entusiasmo. Visualizo puertas invisibles que se abren y dejan entrar luz blanca y brillante a mi espíritu. Luz que contiene aroma celestial.

Y en ese éxtasis, aparece el aleteo de Juanjo desde un encuentro especial, originado desde su creativa travesura angelical.

¡Un día previo a la Navidad de 2017 soñé con Juanjo! En el sueño, estaba ansiosa y apurada por concurrir a un partido de fútbol que Juanjo debía jugar en la sociedad de fomento La Porteña-Nuevos Rumbos. Llegué corriendo al lugar gritando su nombre y Juanjo, contento, con una apariencia física de catorce años, más o menos, se asomaba desde un pequeño cuarto del lugar y decía: “¡Aquí estoy!”.

Me desperté radiante por haber compartido con él ese momento etéreo. En vida terrenal, Juanjo no conoció la Sociedad de Fomento, pero desde este sueño me hizo saber que ahora sí.

Vanesa y Walter. Travesura celestial

Un día del mes de enero, José recibió un mensaje de Walter. La voz de José se torna ronca, sus ojos brillan de una manera especial y, al hablar, su voz lo traiciona. Cuando todo esto sucede, me preparo para escuchar y disfrutar de una sorpresa celestial.

Relato de Walter

José, sin poder emitir sonido, me muestra el diálogo con Walter:

Walter: Estuve el 24 en la costa y mi nene más chico tuvo un inconveniente con su malla, después te cuento bien. La cuestión es que se nos acercó una chica para darnos ayuda. Ella estaba sufriendo por mi hijo, ya que lloraba mucho.

En fin, después de varios días, se ve que pidió en el balneario mi nombre y me contactó por Facebook.

Los mensajes intercambiados:

Vanesa: ¡Hola, vecino de carpa! Ja, ja, soy Vanesa, quien sufrió por tu hijo. ¡Espero que estén muy bien! Me puse en campaña de llamar a cada marca de ropa para que prohíban esos forros en las mallas. ¡Realmente es un horror!

Me atreví a preguntarles tu nombre en el balneario, ya que me quedó pendiente pasarte mis datos por las flores de Bach. Y cuando te busqué, ¡vi que tenés como amiga a Cristina Margossian! ¡Una madre para mí! ¡Crecí con ellos! ¡Amigos de toda la vida!

Te dejo mi página, mi celular, como me pediste y, si no es conmigo, te recomiendo con quien sea las flores de Bach. Son un viaje de ida y sanación para el alma de todos.

Walter: ¡Hola! Ja, ja, un gusto saludarte. Ante todo, ¡gracias! Qué lindo que conozcas a la familia Babicola. Juanjo fue amigo mío, jugábamos al fútbol juntos, en fin, la vida misma. Te dejo mi celular, mándame un WhatsApp y seguimos en contacto.

Vanesa: Perdón, entré a trabajar y no respondí más. ¡Qué increíble! ¡Esos días le había contado a mi esposo que soñé con Juanjo cuando era chiquito!

Será que habíamos veraneado juntos en Pinamar de chicos. ¡Qué mágico es todo! Le voy a contar a Cristina y a José; siempre que sueño con él, lo comparto con ellos… Seguimos en contacto.

¡Cariños!

Walter: ¿Se entendió algo, José? Conexiones.

Este milagro nace con un sueño y se une al sueño de Vanesa como envoltorio divino, mostrando una verdad desde la conexión de amor generada desde el incidente terrenal de un niño.

En esta situación podemos claramente ver, trascendiendo la acción terrenal, que solo sirve como intérprete o traductora de la emanación celestial que aprendemos a disfrutar entre líneas. ¡Bendición!

Estoy en Dios, fluyo a través de Él. Soy su mensajero. Estoy a tu lado siempre, acompaño en tu camino.

Juanjo en San Blas de los Sauces, 21 de abril de 2017.

Capítulo 2

Luz de amor

En medio del desarrollo del libro anterior, recibí un mensaje en Facebook de una joven, a quien aún no conozco personalmente, y hasta ese momento nunca nos habíamos cruzado en esta vida, relatándome lo que transcribí en el encabezado del capítulo 17 del mencionado libro. Y dice así:

Y serás luz

Te proyectarás en ella

Ya nada temerás

Porque Dios estará dentro tuyo

Tu corazón te guiará

Anda, camina, no te detengas.

Hace un año, buscando un libro para comprar en Lomas de Zamora, encontré el libro Juanjo, luz de amor y debo decir que me emocionó y me atrapó tanto todo lo ocurrido que lo leí en dos días. Yo suelo escribir poesías y unas semanas después le pedí a Juanjo que me iluminara a escribir algo hermoso y estos versos son los que me llevó a escribir.

Virginia Scatularo

Este mensaje llegó a lo profundo de mi ser, desde la emoción que sus mensajes me revelan.

Pasaron un par de años y en la víspera de la presentación del libro decidí ubicar a esta joven para comunicarle que, como le había prometido, su verso, con la explicación correspondiente y su firma, figurarían en un capítulo; y que mi intención era que ella estuviese presente en la presentación.

Luego de buscar en WhatsApp, en mensajes, la localicé en Facebook. Le envié un texto recordatorio de nuestro primer diálogo tiempo atrás.

Me respondió de inmediato con entusiasmo. A la noche siguiente, precisamente el 16 de marzo de 2018, cerca de la medianoche, escribió lo que textualmente transcribo, para que esta luz de ángeles nos ilumine a todos y vibremos en amor.

Mensaje de Juanjo

Virginia Scatularo:

Hola, Cristina, disculpá la hora, pero tenía que contarte que hoy les hablé a mis papás sobre el libro de Juanjo. Y les mostré las fotos. A los diez minutos de terminar de hablar sobre ello, empecé a escribir por media hora. Dice:

Las tinieblas se disiparán y el cielo emergerá. El mal desaparecerá con solo invocar a Dios.

Siento que Juanjo me pide que te lo mande ahora para que sepas que es él.

No te acongojes, dice el Señor, porque yo estoy aquí para salvarte.

Es algo muy fuerte lo que él me transmite. No tiene explicación, pero es maravilloso.

Pan de Dios.

Fuente de vida.

Sanarás todas las almas.

Aquellas que están heridas.

Él quiere decirte que te ama. No sé cómo explicarlo, pero creo que entenderás. Es como si me dijera: ‘Dile que la amo’. Nunca me había pasado nada igual. Es un verdadero ángel.

La herida es el lugar por donde la luz entra en ti.

Rumi.

Capítulo 3

Macachín

Unos días antes de la presentación de nuestro libro Juanjo, milagro de amor, decidimos con José pasar un fin de semana en Uruguay. Nuestro deseo era descansar luego de varias semanas de gran actividad laboral y festejar nuestros cuarenta y cuatro maravillosos años de casados.

Agradecer la bendición de compartir sobre todo el amor, que incluye el aprendizaje, la comprensión, la tolerancia, el sostén mutuo, las alegrías inmensas, los dolores vividos, como canales para descubrir la luz. ¡Cuánta vida compartida!

Y así, mientras llegábamos a Punta del Este, José me contó que había buscado en internet un restaurante especial para que fuéramos a cenar y brindar por la mágica fecha de aquel lejano 27 de abril que unió nuestras vidas, a la que luego se sumaron nuestros hijos, y construimos juntos un camino marcado por el amor.

Me pareció extraño que buscara un lugar para cenar, ya que hemos viajado tantos años a esa ciudad, que creí que conocíamos los pocos sitios que se encuentran abiertos en esa época del año, la llamada temporada baja. Sin embargo, por algún mágico motivo sucedió que, buscando entre los restaurantes, apareció uno que llamó su atención por el nombre: “Macachín”.

¡Macachín era también el nombre del equipo de fútbol donde Juanjo jugaba! Milagrosamente nombrado en el libro que presentaríamos en pocos días, en el capítulo tres, bajo el título de “Perfil de Juanjo, según él mismo”.

Decidimos ir a Macachín, lo que consideramos un regalo de Juanjo para nuestro aniversario. La noche se presentaba lluviosa. Llegamos al restaurante, un pequeño lugar que descubrimos por un cartel luminoso ubicado detrás de un patio, donde leímos “Macachín, comida uruguaya creativa”. ¡Las letras del nombre escritas en el formato mistral, como lo está Juanjo en todos sus libros!

Al ingresar, vimos que el patio estaba rodeado de cajones llenos de plantas y hierbas a modo de huerto. Se veían reverdecidas por el brillo de la humedad y gotas que la lluvia había depositado sobre ellas.

El cálido sitio, vacío de gente, contaba con pocas mesas. Fuimos recibidos por una joven, llamada Mariela, quien con gran cariño nos explicó en detalle sobre cómo estaba elaborado cada plato del día.

Detrás del salón pudimos observar al chef autodidacta, en medio de la cocina, creando sus manjares.

Contestando a una pregunta que hicimos, la joven nos explicó que el lugar se llamaba Macachín por el recuerdo que ellos tenían de su niñez, en la que disfrutaban en la plaza del pueblo de comer los frutos de la flor de Macachín, una bella flor silvestre.

Así vino a mi mente el recuerdo de una frase publicada en otro de los libros de Juanjo, perteneciente a William Blake y que cada vez que observo una flor silvestre viene a mi corazón, acariciándolo: “Para ver el mundo dentro de un grano de arena, y el cielo en una flor silvestre, sostén el infinito en la palma de tu mano y la eternidad en una hora”.

En el momento en que supe que Macachín era una flor silvestre, brotó el cielo en mí.

Pasamos una velada soñada. Brindamos con alegría y cenamos agradeciendo vivir ese mágico momento.

Noelia y Macachín

Un jueves a la noche del mes de junio, nos reunimos en la Sociedad de Fomento Nuevos Rumbos, con la idea de formar una pequeña comisión que se encargara de organizar el próximo paso para continuar con el sueño del gimnasio polideportivo que ya se venía gestando desde hacía un tiempo.

Como coordinadora del grupo, se ofreció una querida amiga, llamada Vanina, con el deseo de facilitar el fluir de la tarea. Dos integrantes de la Sociedad de Fomento, dos de la Fundación Juanjo y dos del Rotary Club de Hudson aunaríamos esfuerzos desde el corazón para encarar este nuevo desafío.

Al concluir la reunión, fueron llegando los integrantes del Rotary Club a su reunión semanal. Allí me crucé con Franco, un joven rotario, novio de Noelia, la amorosa joven que intervino en el capítulo 14 de Juanjo, milagro de amor. Le entregué un ejemplar de dicho libro para que se lo hiciera llegar a Noelia.

 

A la mañana siguiente, recibí un sentido mensaje de voz de Noelia, contándome su instante santo con Juanjo, mientras finalizaba el libro. La emoción al escucharla embargó de amor y gozo mi alma.

Me agradeció el libro y me dijo que lo había terminado de leer esa misma mañana. Comentó que le pasaban cosas maravillosas con Juanjo, particularmente mientras leía los libros y luego de leerlos.

Entre sus muy sentidas palabras me contó:

A las 10.44 de la mañana sentí que la puerta de la habitación, que estaba entreabierta, se movía, y vi una sombra… Me asusté. Sentí que era Juanjo, pero esta vez como que vi algo. Yo pienso que él sintió que me asustaba, se me dio por mirar la hora, e inmediatamente sumé 1+4+4=9= Juanjo, y en ese momento llegué a la parte del libro, en la página 74, en la que habla de las puertas y de los maestros… Voy a estar atenta a esas puertas con milagros que se van a abrir y van a poder derramar amor… Fue literal y explícito…

Y otra vez Macachín

Noelia desconocía la experiencia que tuvimos con José con el restaurante Macachín; sin embargo, en el diálogo vía WhatsApp escuché con renovada emoción sus palabras.

Me preguntó por qué el equipo de Juanjo se llamaba Macachín. Entonces me contó una anécdota que había vivido meses atrás, en la que Macachín era protagonista:

Hace dos años que no iba a visitar a mi familia y este año decidimos ir con Franco. Tanto de ida como de vuelta estuvimos buscando un pueblo donde parar a mitad de camino. Yo quería parar en General Pico, La Pampa, y cuando llamé a varios hoteles, no había lugar, ya que estábamos cerca de la Navidad. ¡Terminamos parando en Macachín, tanto de ida como de vuelta! Es un pueblo de La Pampa. Yo estaba muy insistente en conocer el pueblo porque el nombre me sonaba lindo, entonces, a la vuelta, Franco me cumplió el deseo y pudimos parar. Me puse a charlar con un señor y le dije que sentía que era un lugar muy lindo para vivir. Él me contó que era muy tranquilo, que los niños juegan y dejan sus bicicletas afuera y no pasa nada… Se lo conté a Franco y estuve todo el verano insistiéndole en que me quería ir a vivir a Macachín porque me resultaba lindo… y ahora leyendo en el libro siento esto de que todo está conectado, de que el amor une, y me quedé intrigada acerca de si tenía que ver con ese lugar de La Pampa.

Los mensajes que recibo de Juanjo son siempre hermosos, me restauran, me hacen bien y me dan fuerzas para seguir y ver el mundo con los ojos del amor. Gracias.

Saliendo del trabajo, luego de vivir estos momentos de tanto amor celestial con Noelia, una maravillosa jota diseñada por blancas nubes en el soleado cielo de esa mañana apareció dibujada. Tomé una fotografía y se la envié, ya que me había comentado también sobre la jota del cielo en la tapa del libro (ver fotografía al final del capítulo).

La respuesta de Noelia fue: “Es una hermosa bendición. ¡Qué lindo ver sus dibujos en el cielo! ¡Sin duda, el cielo es su lienzo!”.

La paz eterna es vivir con amor el presente.

Siddharta Gautama Buda


Macachín, el cielo es su lienzo

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