El libro púrpura de las mujeres extraordinarias

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El libro púrpura de las mujeres extraordinarias
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PRIMERA EDICIÓN: MARZO DE 2022

© Liliana Aguilera, 2022

© Cangrejo Editores, 2022

Transversal 93 núm. 63-76 Int. 16, Bogotá, D.C., Colombia

Telefax: (571) 276 6440 541 0592

cangrejoedit@cangrejoeditores.com

© Ediciones Gato Azul, 2022

Buenos Aires, Argentina

edicionesgatoazul@yahoo.com.ar

ISBN: 978-958-5532-46-5

DIRECCIÓN EDITORIAL:

Leyla Bibiana Cangrejo Aljure

PRODUCCIÓN EDITORIAL:

Víctor Hugo Cangrejo Aljure

PREPRENSA DIGITAL:

Cangrejo Editores Ltda.

CORRECCIÓN DE ESTILO:

Irene Selser

DIAGRAMACIÓN:

Irene Selser / Sandra Liliana González B.

DISEÑO Y CUBIERTA E INTERIOR:

Osmary Morales / Diego Alejandro Perea

Ninguna parte de este libro puede ser reproducida, ni almacenada en un sistema de recuperación, ni transmitida cualquier forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, de fotocopia, de grabación o de otro tipo, sin el permiso expreso por escrito de la casa editorial.

IMPRESO POR:

Multi-impresos S.A.S.

Diseño epub: Hipertexto – Netizen Digital Solutions

Para mi amada hija, con el deseo de que la vida te abrace como yo lo hago. No olvides que eres fuerte, valiosa, valiente, alegre, libre y que tu primer amor se llama Nayla Dakota.

Abre tus alas. Te ama.

Tu mamá

ÍNDICE

Introducción

Prólogo

Paso #1. Busco ayuda para comprender y regular mis emociones

Paso #2. Yo decido atenderme a mí misma

Paso #3. Yo no puedo cambiar a otra persona

Paso #4. Yo puedo decidir ser feliz, es mi responsabilidad

Paso #5. Yo no necesito de nadie para sentirme plena

Paso #6. Yo tomo mis propias decisiones

Paso #7. No estoy sola, cuento con redes de apoyo

Paso #8. Yo puedo independizarme emocional, mental y económicamente

Paso #9. Yo no soy culpable ni responsable de lo que le suceda a mi pareja

Paso #10. Mi presente y mi futuro dependen solamente de mí

Paso #11. Hay una Fuerza Superior que me guía

Paso #12. Yo soy más hábil de lo que creo

Paso #13. Amar no es sufrir

Paso #14. Las Mujeres Púrpura somos aliadas

Nota al pie

Agradecimientos

INTRODUCCIÓN

Lo que estás a punto de leer son los 14 pasos del Programa de Transformación de la Red Púrpura de Mujeres Extraordinarias, 14 pasos que te invitamos a llevar a la práctica de la mano de las Mujeres Púrpura; mujeres que como tú han despertado y decidieron vivir en un mundo en el que tú también puedes vivir, si así lo decides.

Según la ONU, una de cada tres mujeres ha padecido violencia de diferente tipo: psicológica, física, económica, patrimonial, sexual o mixta, principalmente en el ámbito familiar, siendo en ese entorno en el que se corre más peligro, por lo que pareciera ser aún más difícil salir de este. No obstante, debes saber que se trata de un espejismo. No te preocupes, te convencerás pronto de ello. Nosotras te ayudaremos.

Existen grupos de ayuda para alcohólicos y sus familiares, para drogadictos, neuróticos, comedores o jugadores compulsivos. Pero hoy en día no existe un grupo al cual las mujeres que la estén pasando mal en sus relaciones o en su entorno, puedan acudir si necesitan ayuda de forma permanente, ya sea que presenten cuadros de depresión, ansiedad, insomnio, lesiones físicas o mentales, el olvido de sí mismas… Un callejón aparentemente «sin salida» que resulta cada vez más complejo, atrapadas en una situación extrema, sin ser capaces de imaginar una vida diferente.

He escrito este libro con entusiasmo, guiada por la fe y la certeza de poder sumar a la solución del histórico problema social que vivimos. Deseo con todas mis fuerzas que las mujeres dejen de sufrir en sus diferentes etapas y contextos, que desde niñas comiencen a vivir de otra manera, seguras y con plenitud; fuertes, libres e independientes, inmersas en realidades distintas de las que nos fueron inculcadas en nombre supuestamente del amor; por encima y en contra, incluso, de nuestros propios deseos y necesidades.

Los 14 pasos nacen después de haber trabajado de cerca con un refugio para mujeres víctimas de violencia, experiencia que me motivó a crear una organización no gubernamental de nombre Ella Transforma, A.C., para prevenir precisamente la violencia desde la niñez y la adolescencia, además de la atención a las mujeres a través de los grupos de transformación. También, tengo el honor de dirigir una dependencia gubernamental para atender a mujeres víctimas de violencia y aprender junto con ellas a vivir el nuevo autoconcepto femenino, al que llamaremos «Mujeres Púrpura».

En ese refugio conocí casos de mujeres que me fueron abriendo el camino hacia la comprensión de una problemática que no solo cambió el rumbo de mi vida, sino que hizo que yo misma renunciara a muchas de mis creencias erróneas sobre la condición de la mujer.

Una de ellas fue «Nora», quien llegó a pedir auxilio al refugio por la violencia extrema que sufría en su casa y hoy es dueña de su propio negocio. Ahora ella y su hija viven tranquilas. «Nora» buscó ayuda y pudo cambiar el rumbo de su vida; es feliz y tiene una nueva mirada, ya no es la mirada de temor que tenía cuando la conocí, sino la de alguien que está viva, no solo sobreviviendo.

Otro caso que me conmovió mucho en aquel momento fue el de una mujer de 35 años, a quien llamaremos «Angélica». Ella tenía una bebé y llegó al refugio a pedir socorro, porque su pareja la golpeaba con solo abrir la puerta de la casa. Ya no podía más, pero por la misma situación de violencia e intimidación tenía miedo de denunciar. Empezó a tener ideas suicidas, como una forma de intentar escapar de esa situación. Me llamaba pidiéndome ayuda porque ya no podía más. No obstante, hoy la ves y su sonrisa es amplia, luego de un tratamiento a fondo con una psicoterapeuta. Se arregla y maquilla porque, dice, tiene ganas de verse y de sentirse bien, con un trabajo que le permite hacer frente a lo que ella y su bebé necesitan. No he perdido la comunicación con ella, y a menudo me escribe diciéndome lo agradecida que está por el respaldo recibido; es parte, además, de una red de apoyo. Pero la que hizo el trabajo principal fue ella al dar el primer paso: pedir ayuda.

«Vanessa», de 52 años, tuvo que dejar su localidad y refugiarse en otro estado del país, por el riesgo que implicaba su caso. Hoy rehízo su vida al lado de sus hijos, a pesar de que creyó que no saldría viva de ese lugar al que llamaba «hogar».

«Karina» tenía 28 años y su pareja la dejaba encerrada adentro de la casa, por lo que tuvo que escapar. Hoy imparte clases de música y camina por las calles con tranquilidad.

«Fabiola», de 22 años, creía que era una joven inútil porque su novio le decía que no servía para nada, la obligaba a vestirse según su capricho y ella empezó a sentirse deprimida cuando estaba a su lado. Hoy tiene otro compañero que la respeta y apoya, y luce feliz. Tomó decisiones.

Todas ellas y muchas mujeres más, ¿qué hicieron para salir de esas situaciones de maltrato? ¿Cómo lograron recuperar su vida?

No existe una fórmula mágica ni exacta para cada una, pero sí una serie de acciones que permiten a la mayoría de las mujeres transformarse desde el dolor y resurgir con una gran fuerza interior, como mujeres dispuestas a ser dueñas de su vida y su destino en armonía, paz, tranquilidad y felicidad.

 

En este libro plasmo esas acciones en pasos, los que a través de la experiencia y con el apoyo de profesionales han permitido generar cambios verdaderos en las mujeres, ya que están diseñados según un orden para ir avanzando de una decisión a otra.

A la vez, estos 14 pasos son una invitación para educar a Mujeres Púrpura, que se reconozcan como seres humanos independientes, libres, que abracen su paz interior, con un alto amor propio y sabedoras de su valía; capaces, además, de educar a nuestras niñas, niños y adolescentes en una nueva cultura de respeto pleno y con igualdad de derechos, oportunidades y obligaciones.

El color púrpura representa la reivindicación de los derechos de las mujeres, en primer lugar, el derecho a una vida plena; simboliza nuestra libertad. Pintar nuestro mundo de color púrpura significa tomar las riendas de nuestra vida, vivir conscientes de cada una de nuestras decisiones, las que tomamos o dejamos de tomar.

Lo primero que necesitas es decidirte a cambiar para así lograr transformar tu vida.

Liliana Aguilera

PRÓLOGO

Eli Martínez*

Ser mujer representa un camino de mucho sufrimiento por el alto índice de abuso económico, sexual, físico y psicológico en el que hemos vivido a lo largo de generaciones. Las creencias que hemos venido acarreando desde hace 8 000 años antes de la era cristiana, cuando comienza el sedentarismo y con ello la propiedad privada, llevan a convertir a la mujer en una «propiedad» del esposo, donde el hombre pareciera que puede hacer cualquier cosa con ella. Si bien cada día hay más información con relación al abuso, así como apoyos para su prevención y atención, este va en aumento tanto en cantidad como en tipologías. ¿Qué ocurre? En la mayoría de los casos son patrones heredados y no cuestionados. Las mamás muchas veces entrenan a las hijas para seguir los mismos pasos de servilismo, incondicionalidad y sumisión. Un árbol de peras, ¿qué da? Pues, peras…

Asimismo, aunque ya existe bastante literatura, procesos terapéuticos y grupos de Al Anon o Codependientes Anónimos que pueden ayudar, el trabajo que nos propone Liliana Aguilera en este libro me parece fundamental dada su experiencia en el tema, su profesionalismo, una comprensión profunda del problema y, sobre todo, una metodología práctica, fácil de entender y de aplicar, lo que sin duda permitirá obtener resultados. Coincido con ella en la importancia de establecer estos grupos de apoyo como los hay en otros países. Llama la atención que hasta el momento no existieran en México. Por eso estoy segura que será de muchísima utilidad la metodología aquí propuesta, incluso me atrevo a afirmar: salvará vidas, reorientará la de muchas otras hacia su desarrollo personal, y muchas niñas y niños evitarán ver y experimentar en carne propia este abuso y perpetuarlo.

Necesitamos regalar, compartir, promover y difundir este contenido a cuantas mujeres conozcamos hasta que logremos terminar con los atropellos en nuestro país y en el mundo.

En mi experiencia como psicoterapeuta he tenido la oportunidad de atender muchos casos de mujeres abusadas, yo misma lo fui… y créanme, me habría encantado que en su momento yo hubiera recibido este manual y ser parte de un grupo de Mujeres Púrpura. Solamente quien lo vive, lo entiende… El miedo, la culpa, el enojo, la vergüenza, la impotencia y la frustración que se experimentan muchas veces impide tomar decisiones que incluso nos pudieran salvar la vida.

Las mujeres no somos propiedad de nadie, necesitamos recuperar nuestra dignidad y valía, ser independientes económica y emocionalmente, aprender a reconocer los focos rojos de una relación abusiva, aprender a poner límites y a dejar de soñar con ese amor romántico tipo Hollywood del príncipe y la princesa, con su «Y fueron felices para siempre…» que tanto daño nos ha hecho. El amor representa otra cosa completamente distinta, es una decisión, pero de ninguna manera implica ningún tipo de maltrato.

Es tiempo de evolucionar, de dejar atrás la cultura del sufrimiento, atrevernos a vivir una vida plena, digna y libre. Sin embargo, esto requiere en primera instancia reconocer si estamos en una relación abusiva, aceptar que no se puede salir de ella por sí misma, que nuestra vida se ha vuelto ingobernable, buscar ayuda profesional, un grupo de Mujeres Púrpura, así como trabajo espiritual. Asumir la responsabilidad sobre nuestra participación en una relación de ese tipo. ¿Cuáles eran mis expectativas acerca de esta persona que me llevaron a elegirla? ¿Volverías a elegirla? ¿Qué estrategias de control y manipulación has usado para que cambie y actúe de acuerdo con tus expectativas? ¿Cuál es el costo que has pagado por ello? ¿Por qué a pesar de lo dolorosa que es esta situación decides permanecer allí? En fin, confrontarse muchas veces no es fácil, pero es la única forma de crecer y de convertirte en una mejor versión de ti, para los que los que te rodean y para ti misma. ¡Es el mejor regalo que te podrás dar!

Finalizo con una frase que le escuché a Mario Guerra: «No es el amo el que va a liberar al esclavo jamás, es el esclavo el que tiene que dejar ir a su amo…».


PASO #1
Busco ayuda para comprender y regular mis emociones

Identifico y hablo de lo que me sucede. Reconozco cómo me siento y qué necesito: cuidarme y atenderme

Reconozco que ya no puedo sola con la situación. ¿Qué haré para sentirme mejor? ¿Qué sí puedo hacer por mí? ¿Qué es lo que siento?

• Hoy sé que mi tristeza o enojo están ahí y, más allá de culparme o de culpar a alguien más, busco cómo sentirme mejor y asumir la responsabilidad de mi vida.

• Sé que el miedo, la angustia, la ansiedad, la ira, la tristeza, la culpa o cualquiera de esas emociones se encuentran dentro de mí y que hoy son las que me han traído hasta aquí para tener el coraje de buscar ayuda y salir adelante.

• Estoy decidida a encontrar la calma que se halla en mi interior. Comienzo a buscar conectar conmigo a través de mi respiración. Aprendo a estar en el presente, en él estoy a salvo. El pasado me sirve para enfrentar decisiones, y desde el aquí y el ahora construyo mi futuro.

• Aceptar que callo o guardo cosas es un paso importante. ¿Qué tanto he callado? ¿Lo he ocultado por el qué dirán? ¿Por vergüenza? ¿Por culpa? Al final, liberarme me hará sentir mejor; aquello que guardo y que me duele se queda en mi interior. El paso que daré es para liberar toda emoción que esté ahí lastimando mi ser. El decirlo no cambiará mi realidad, aunque sí mi ser. Y a partir de hoy me ocuparé de mí misma.

Tal vez en la infancia o en la adolescencia no se ocuparon de mí como yo hubiera querido o como necesitaba. Hoy decido ocuparme de mí misma y eso implica dejar de estar en el lugar de la víctima. Hoy asumo el sitio de la protagonista de mi vida.

Busco ayuda. ¡Sí, la requiero! Busco ayuda profesional para manejar mis emociones, una psicóloga, un psicólogo, un psiquiatra, la Red de Mujeres Púrpura o lo que decida, pero busco ayuda y me comprometo a ser constante. Busco ayuda gratuita en las instituciones públicas o sociales.

• Soy constante en el Grupo de Mujeres Púrpura, el trabajo en mi persona es prioritario.

• Hago consciencia de que todo es temporal, pasajero. Decido construir algo mejor para mí.

El buscar ayuda no me hace débil, al contrario, me fortalece saber que no estoy sola y que puedo decir lo que siento.

Es imprescindible en este primer paso renunciar al miedo, tomarlo en mis manos y enfrentarlo, no paralizarme. Avanzaré hacia un camino incandescente, con más luz para mí. Esto implicará dejar de caminar con algunas de las personas que han «acompañado» mi camino hasta ahora.

• Por último, en este paso de buscar ayuda, renuncio a lo que los demás piensen y opinen de mí, no busco la aprobación de los demás, solamente la mía.

Tal vez me he sentido vulnerable a causa de alguna relación y eso no me hace débil, me hace humana. Ahora sé que mi estado natural es la alegría y busco conectarme con ella, busco conectarme con mi tranquilidad, busco conectarme con mi paz integral.

• Convertirme en la observadora de mi vida me permitirá ver la película que estoy haciendo de mí, para de este modo poder redirigirla hacia donde yo quiero.

• Decido volverme más consciente. El estado de consciencia es aquel en el que estoy realmente atenta a lo que sucede en mi vida sin taparme los ojos, sin cubrir mis oídos y sin desgastarme de más en las situaciones conflictivas. Seré mi propia observadora.

Si observo de forma consciente, si reconozco claramente lo que siento, si lo hablo abiertamente, si busco ayuda, si tomo decisiones, mi vida cambiará para mi mayor y más alto bien.

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