Buch lesen: «Contemplación del cuerpo para sanar la mente»

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Portada

Introducción

Complicaciones serias a tu existencia

Exploras lo que es útil para comprobar que existes

Formas de caminar por esta vida

Trayendo desdichas corporales

Atendiendo al cuerpo, tu transporte por la vida

El entorno que te pierde de la realidad interior

Desatendiendo a tu propia vida

Dormir poco, señal de descuido al poder humano

La muerte de tu ser maravilloso

Sensaciones que se vuelven bondad

Implicando un bien a la vida

El aprendizaje desde el mundo que te rodea

El cuerpo físico y espiritual

Cuando otros vienen a decir qué hagas

El ánimo de vida

Lo que sucede con un duelo de muerte

Andando por el buen camino

Quedando atrapado en el aliento de vida

Comenzando de nuevo

Desequilibrio al descuido de tu vida

La utilidad de redescubrir un alma pura en tu interior

Cuidados del alma en una estructura física

a) Juega con tu estructura física

b) Encuentra los significados del alma

c) Lo escuálido del control de peso

d) La principal causa del desequilibrio hormonal

e) Desintoxica tu organismo

f) Inconformidad con tu físico

g) Finges ser feliz cuando gustas de llorar

h) Vuelves a consulta médica por el mismo padecimiento

i) Juega con tu zona de felicidad para sanar

Primera edición, 2020

D.R.© Yoli Vigil

ISBN 978-607-8676-29-3

Editorial Página Seis, S.A. de C.V.

Teotihuacan 345, Ciudad del Sol,

CP 45050, Zapopan, Jalisco

Tels. (33) 3657 3786 y 3657 5045

www.pagina6.com.mx • p6@pagina6.com.mx

Se editó para publicación digital en mayo de 2020

INTRODUCCIÓN

La vida es lo que vislumbras y no lo que en realidad estás viviendo a diario. Generas complicaciones serias a tu existencia trayendo entornos que dan terribles sacudidas a un sendero.

Cuidas que todo sea útil para tu día a día y también de quedar unido a un plan no muy real al continuo andar explorando lo que es sorprendente y te es práctico en un momento, pero no continúas en esa ternura de permanecer siempre en vigilia de tu porvenir.

Alumbras a esas formas de andar caminando por esta vida sintiendo aquello que te aqueja, pero que lo desatiendes a la vez que ignoras cuántos males te puede traer, a lo cual le puedes agregar lo incierto que es, que a veces dices: “lo puedo arreglar todo”.

En ocasiones complicas lo que pudo emplearse para bien en un cierto momento y no, luego te viene trayendo desdichas corporales que pudieron representar cualidades si lo hubieras tratado a tiempo, pero no lo hiciste y esto viene a ocasionar un gran riesgo en tu destino.

Andas enfermo y cuestionas a la vez: ¿Qué será lo que pasa con mi ser?,e que por lo que ves, a la vista de todo médico puede ser algo importante que atender, y a ti debe importarte mucho, ya que es tu transporte por esta vida tan plácida como desdichada, como la has querido hacer tú mismo.

Cuidas de todo hacer para convenir a tu interés por conseguir lo que deseas alcanzar o lograr, pero descuidas lo que resurge de tu ser verdadero que sostiene todo en el andar por el mismo camino; sin embargo, debes alertar a tu inquieto sendero, por lo que habrá de estar unido a ese interiorizar y no solo a ese entorno que te pierde de tu realidad interior que descuidas cuando te está avisando sobre el cuidado de un serio estado físico.

Puedes analizar que has sido capaz de desatender a lo que impone un total descuido de sí mismo, al dar más prioridad a lo que puede entusiasmar, pero que no ha sido un recurso propio para la circunstancia que estás viviendo en ese periodo interno, del que puedes rescatar la atención de tu ser, como persona y no como monigote de un poder, desatendiendo a tu propia vida.

Contemplas fortalezas que aún no tienes en común con tu cuerpo. Como ejemplo menciono uno, que en particular sigues con frecuencia, y es el de dormir muy poco; eso señala un descuido vulnerable a todo poder humano, trayendo así la total desordenada vida que se provoca al no tener un descanso placentero y reparador de circunstancias que se vinieron prolongando día tras día y sin descanso efectivo.

Estás consciente de la deserción de todo aquello que implica renuncia, dejas pendiente lo que puede hacerse en bien de todos, descuidando todo lo que puede aportar vida, y no a lo que en un momento de poder hacer lo que quieres, te estás procurando un alcance a la propia muerte de tu ser maravilloso. Puedes conseguir solo salud si cuidas lo más importante que es tu vida.

Cuando estás invitado a extender tu poder, al hacer que un vínculo de sensaciones con las tuyas se vuelvan bondad, entonces es cuando cuidas la vida que traes a veces muy desatendida en el entorno que te desenvuelves.

Estás en justas implicaciones de un bien que puede favorecer a muchos, no solo a ti, compartiendo esa alegría de vivir que extiendes al hablar, al dirigir tu camino por un bien en el otro como en ti.

Así es como podrías rescatar tu vida, asomando un porvenir a una extensa gama de quehaceres beneficiosos para tu cuerpo y para el alma, como el aprendizaje del mundo que te rodea, al hacer lo que conviene a un próspero sendero de virtudes que te acompañan si tiendes al cuidado de todo bien en ti como en los demás.

Compromete a tu bien conducir un vehículo especial que es tu interrogante asunto; es decir, el cuerpo físico y espiritual, que solo a ti te concierne esmerar en cuidados. Compromete a aquel que siente en el alma qué hacer para su bien.

Traes como siempre se ha dicho, en lo que cabe con hacer una protección de tus sentimientos hacia ti mismo, de este modo no hay más que te permitas vincular al que trae un bien y dejar, soltar y abandonar todo, siendo capaz de tener una mayor vida, hecha al antojo de ti mismo y no a lo que otros te vienen a decir que hagas.

Si contemplas que hay más recursos que atender en este solo evento de llegar a perder el ánimo de vida, entrarás en un posible descuido total de lo que andas por alcanzar, considerando la incapacidad de sujetar lo bien llegado a tu sendero.

Lo que estás sujeto a realizar si contemplas las pocas ganas de existencia en este plano, es probable si permaneces al cuidado de todo lo que implica dolor, sujetando todo aquello que sucede como duelo de muerte, de pérdida de seguridad, de estabilidad y de otros factores que te pudieron haber sostenido en un tiempo probable de bondades y que no fue así que continuó.

Por la razón que sea, tonificas tu alma al contener ese aliento de vida que se resguardo para un posible desequilibrio en el ámbito que se refiere. Puedes saber andar en las buenas temporadas que se han suscitado en tu recorrido en vida, pero cuando llega algún evento que te sacude, te trae penando y recordando solo asuntos de negación.

Aunque no es así que debes resolver, es por lo que no eres capaz de vislumbrar un nuevo panorama que trae también asuntos positivos en lo que puedes quedar atrapado para traer ese aliento de vida de nuevo y comenzar a vivir de una forma distinta y saludable a tu organismo, dando bienestar al compartir lo que puedes llegar a ser.

Protege los cuidados que necesitas a la hora de una tragedia, ya que no está en tus recursos evitar los descuidos en otros; en un momento dado ellos pueden darte esa forma de desequilibrio que traen al descuido de sus vidas. Haz lo que te concierne, de tal manera que puedas aportar solo lo tuyo en caso de ser necesario al transformar tus quehaceres considerando un bien propio y ajeno.

Complicaciones serias a tu existencia

A la par de que prometes siempre, descuidas lo prometido; así que no te comprometas a seguir ciertos lineamientos que en lo posterior se pueden convertir en un suplicio por conseguir el cumplimiento de esos escuetos asuntos, que en realidad pueden ser obsoletos a la verdad de ahora.

Prosperas en un sincero existir de una situación que, en lo que curse un destino, ya se ha vuelto inútil a tu porvenir. Cuando logras obtener algo que deseabas, lo tienes ya, pero no como un objeto sustancial en la materia que es de vida o muerte, si no lo obtienes en realidad, pero ahora es inútil encomendárselo a alguien que sí lo requiere, pues encomendado o no es tu destierro de algo que logras obtener con esfuerzos que a veces rebasaron tu vital existencia y haces daño a tu organismo forzándolo a conseguir lo que anhelas.

Quieres tener mucho en la vida, generando un progreso en el ahora con todo lo que adquieres, pero a veces es tan sencillo y sin saberlo te cargas de haceres que desgastan tu real existir, conviniendo a ese enojo de obtener a como dé lugar eso que quieres.

Estás comprometiendo a la propia vida, puesto que andas conteniendo tanto deshacer de lo que habías sido desde pequeño y que has olvidado poco a poco; sin embargo, sigues actuando así, como lo quieres para no convenir al otro que sí es tu ser propio, el que andabas siendo desde niño.

Lo que vienes haciendo con la vida propia es descuidando todo asunto que imponga un estado de quietud y de sincerarte con tu sendero, cuidando que sea lo que en realidad es tuyo, en el propio conocimiento de ti mismo.

Proteges lo que aún no es tuyo con todo lo que haces, para que sea posible la obtención de eso que procuras, hasta desear que esté a tu alcance como desear que te pertenezca ya, permitiendo un daño que te ha cobrado a cambio de obtener lo que sí crees que es real y vital para tu porvenir.

En realidad, lo que obtienes es solo material y solo alguien que tiene puro asunto material en su real existir puede estar en un riesgo vital al descuido de todo lo que ama ser, ya que a veces ese seguro recurso material que obtuviste se ha vuelto tú mismo y no es así que se logra un ser propio, sino una imitación de alguien que te procura.

Lo que eres en realidad es más sustancial, eres una materia interna en tu ser, quieres asomarte al exterior y no ves más que lo que no es tuyo; es decir, cuidas que el exterior refleje tu ser y en realidad se asoma un externo ser hacia ti mismo.

Es lo que puedes conseguir al no contemplar tu verdadera forma de intervenir en ti mismo, para redescubrir quién eres, y no así, consigues tener lo que anda demandando una sociedad que implora un estándar y no la individualidad de cada ser.

Formalizas tratos que a veces solo invitan al descuido de tu cuerpo cuando impones un riguroso estado de tensión al considerar un logro de las metas deseadas en proyectos realizables; logras además obtener consecuencias que interfieren en nuevos tratos, poniendo en riesgo la salud mental y física, impidiendo nuevos logros, cuando aún podías haber alcanzado más cuidando tu existir, al hacer todo con cautela y seriedad de tu cuerpo además, sin forzarle a batallas alcanzables con un precio muy alto al beneficio de algo, pero no de la salud propia.

Conviertes un descuido de ti mismo hasta en pesadillas, pues a veces te disipan un alma en pena que puede ser la que añora que le alerten al sacrilegio de andar penando, y no es así que se propone lo que haces con ternura desde que naciste.

Cuidas ese asunto de tener y tener hasta lo más interesante que puede ser, pero no alcanzas a percibir que, lo que andas trayendo así, es porque temes descuidar lo que tanto has querido, y que puede ser real, aunque ahora sea imaginario al descuido de dejar de ser un niño espontáneo y de seguir en lo que sí eres hasta hoy.

Es necesario procurar la sinceridad íntima al recurso de alcanzar la verdad de lo que eres y lograr obtener la realización de un sueño y muchos más al integrar quehaceres que sí surgen del interior de ti mismo, permitiéndote lo que eres en realidad para ser pleno y sincero con lo que obtienes de hacer lo que te gusta en total seriedad.

Lo que puedes hacer en estos andares es vivir en plena sinceridad, deseando y queriendo lo que sí hay en procurar una asistencia a tu íntimo asunto, que es la realidad del ser interior, que avisa en cada cual su bien en la vida para su servicio y para el servicio al prójimo.

Le tiendes una trampa a tu propio destino invitando más que a sacrilegios enormes de hacer un bien, pero no al porvenir común; es decir, del que recibe como del que da, ya que cuando se comparte la cualidad de estar en el que logra sus objetivos así, propicia un enorme descontento por el juicio de cuestionar la circunstancia vivida, para obtener eso que ya se convirtió en un sueño hecho realidad.

¿Será en verdad tu propio sueño? O lo que a veces equivocas y eliges o adoptas como sueño, siendo en realidad el sueño de otro en ti, con lo que haces felices a otros. A veces le haces un mal al que anda por conseguir lo que desea en realidad, y no le permites realizar de sueños, que él o ella sí lo quieren ver en un futuro, y sueles forzar a un convenio que no es más que para ser infieles a sí mismos y propones la infelicidad del que no se realiza en un verdadero sueño del alma pura que viene a ser desde su nacer.

Lo que cuidas casi siempre es no descuidar lo que sientes, por lo que andas trayendo siempre un cuidado del sentimiento que acordaste en ese recuerdo esperando que perdure y a la vez estás concluyendo que cuando se recarga un cuerpo de energías que se descuidan en sí, pero que suelen ser venenosas, y no te debes percatar de eso, porque así dejarías de sentir ese poder en el proteger tu ser persona y no es el íntimo el que te rescata, entonces estarías trayendo a la desdicha de tu alma la simple enfermedad que trae consigo más conflictos qué contener por hacer un bien al prójimo que no trae más que un confuso manejo en vidas que no son de él.

El que permite este tipo de experiencias se está alejando de su entorno íntimo que no alcanza a detectar que su enfermedad se debe al actual proceder en sí mismo y no en el otro que incluye en su sendero, al descuido de estar integrando lo que no se está sugiriendo desde el más interno recurso espiritual.

Exploras lo que es útil para comprobar que existes

La forma más actual de ser lo que gustas de ver en ti, es en cualidad de estar invirtiendo el tiempo en espacios que atraen en un prestigiado y elocuente impedimento de lo que significa ser en lo interno fiel a tu destino, pero lo cuidas como si fuera el mayor tesoro y lo inviertes a veces sin darte cuenta.

Quiero decir que, lo que sitúas como referencia vincula un estado perdido de lo que sí hubieras sido en este tiempo, en el cuerpo que compone el tener estimulando a un porvenir que no es más que un engaño propio de tu existir, para integrar lo que sí es tuyo, por el entender qué haces.

Emites un juicio sobre si andas o no por el real destino que conviene para ti, y no para el que está a tu lado en un cuidado de lo que no es suyo sino lo que a otros les atañe seguir y, aun así, se impulsa queriendo ver realizados los sueños de otros en sí mismo.

La cuestión es que cuando estás en el papel de otros, te conviertes en actor de un sincero progresar, pero no al intento del que sería tu plan de vida, llevando a la práctica el plan que otros comprometen en ti mismo, para complicar el cuidado de un ser sincero de cualidades propias, al cumplir las que otros aportan a la vida común en un plan familiar.

Fijas la atención en lo que puede ser tu destino, pero descuidas lo que sí te concierne y potencias esfuerzos por lograrlo cuando estás esmerando en lo que no es tuyo, por lo que atiendes lo que sí es un preocupante estado de infeliz estancia, que te lleva a logros inmersos en lo que asoma una forma inadecuada de asistir a lo único que debes estar propiciando para bien personal.

Por tanto, desatiendes lo que te incumbe y tiendes a atormentar tu intención de impedir el descuido de lo que ni es tuyo. Puede ser que hayas dicho: “No, no quiero eso para mí”, transformando todo el porvenir en un logro que puede hacer un feliz encuentro con otros, pero un infeliz e inútil esfuerzo en ti mismo.

Conviertes tus logros en un real fomento del cuidado de los que te aconsejan qué hacer, pero no fomentas eso que puedes realizar como tuyo, en un contener lo que sí invitas a tu destino, al implicarle lo que sí realizas con gusto y sin tanto esfuerzo.

Te vuelves un pleno y sincero ser al estar inmerso en asuntos de un propio convenir con la realidad, al importar mucho el logro de objetivos propios y no ajenos, deseando quedar satisfecho en ti y no en el posible intento de complacer a los demás.

Esto aportará más a tu vida un futuro real, de benevolencia y cordialidad; siendo así contemplarás un estado de salud tanto físico como mental de cuidado y amor en ti como en los demás.

Portas lo que ha unido a todos los que quieren ser intento de cualquier circunstancia, que apenas en almas puras están cuidándose estos instintos y luego culminas haciendo lo que a otros les parece benévolo en cuidado, intención que puedes agradecer y no cumplir.

Hay intenciones ajenas y propias que se refieren a todos, menos a ti, como esos haceres que imponen los adultos y que luego vienen a culminar en el poder dañar tu ternura de hacer algo tan genuino, tan auténtico, en el afán de concederte un milagro al ver realizado un sueño real y útil en la vida de todos. Ese es el intento que pierdes a veces a pronta edad, desatendiendo lo que fuera útil a la vida social y al descubrimiento de ti mismo.

Comprende que cuidar de otros en su feliz estar con tu entonación, puede cambiar y transformar tu destino a tal grado que puedes perderte de ti y llegar a un riesgo imposible de resguardar.

Ten en cuenta que por medio de esas desentonaciones que puedes realizar en tu ser, cambias también ese poder curativo que añade a un total desequilibrio con la salud física, y que además trae consigo un manejo desordenado de situaciones emotivas.

Las emociones y sentimientos que traen consigo resguardado un poder negativo, te van perdiendo del rumbo de lo que es un sano cuerpo, trayendo posibilidades de dar cualquier motivo a la enfermedad.

Cuidarte así de elocuente, con lo que haces, te rescata de una posible tragedia al desempeñar papeles distintos a lo que augura tu verdadero ser, imponente de cualidades. Por el puro intento de ser tú, cambias el hecho de ser infiel, y acostumbras al estilo propio y no al ajeno para vivir feliz; eso cambiará la total información genética de tu parte para regenerar y dar salud a la vida misma.

Contemplas a veces que caminar unido a esas personas que te traen un buen gusto de vivir en ellos, conlleva a una enfermedad que tiene qué ver con el otro. Todo tiene qué ver con un solo estado que es el de mantenerte unido a ellos por descuidos en ti y quedar diciendo que por ellos estás en circunstancias deplorables.

Pero ahora te das cuenta de que estás unido para más que cuidar de continuar en ese poder, de creer que debes seguir uniendo y manipulando a un antojo que no concierne más que a un entorno de engaños en otros como en ti mismo, si sigues creyendo que el otro es el responsable de lo que se dice en tu ser.

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