Umfang 90 seiten
Ventura te dé Dios, hijo
Über das Buch
Ventura te dé Dios, hijo. Tirso de Molina
Fragmento de la obra
Jornada primera
(Sale Otón, de estudiante, con el Arte de Antonio de Nebrija en la mano.)
Otón: ¿Qué os hice yo, estrellas pías,
que tanto me perseguís?
¿Qué confusión infundís
en estas potencias mías?
En un año que ha que intento,
por dar a mis padres gusto,
estudiar, y el Arte ajusto
a mi torpe entendimiento;
por más que, a costa del sueño,
niego a la cama el tributo
y decorando sin fruto
soy más incapaz que un leño,
la primer conjugación
aún no he podido aprender,
ni el primer tiempo saber,
tarea de mi lición.
¿Por qué consientes, Apolo,
si las ciencias te dan nombre,
gastar tanto tiempo a un hombre
sin saber un tiempo solo?
Pues no bastan desengaños,
ni el hallar por experiencia
que el principio de la ciencia
apetece tiernos años,
más que mi madura edad,
para que a mi padre ablande
y que estudie no me mande
con tanta incapacidad,
cielos, más memoria os pido,
porque soy siquiera amante,
que el amor y él estudiante
se infaman con el olvido.
Amo a Rosela divina;
pensar en ella es mi gloria,
y si es para mi memoria
su imagen anacardina,
séalo, estudios, también,
para que en mí os autoricen,
que nunca se contradicen
saber bien y querer bien.
Ya es hora de dar lición;
presto el preceptor vendrá;
mas, ¿qué le aprovechará
si en mí sus preceptos son
lo que en el yunque el martillo?
Ahora bien, decorar quiero
aqueste tiempo primero.
¡Oh, quién pudiera infundillo
todo sin salir de aquí!
¡Ánimo, ingenio de plomo!
Purga parece que tomo.
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