Buch lesen: «Iglesia combativa»
Iglesia combativa: Dios aún no ha terminado
© 2020 por Thom S. Rainer
Publicado por Editorial Patmos,
Miami, FL 33166
Todos los derechos reservados.
Publicado originalmente en inglés por B&H Publishing Group, Nashville, Tennessee, con el título Scrappy Church: God’s Not Done Yet.
© 2018 por Thom S. Rainer.
A menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas se toman de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso.
Diseño de portada e interior por Adrián Romano
ISBN: 978-1-64691-026-7
eISBN: 978-1-64691-095-3
Categoría: Vida cristiana / Iglesia
Impreso en Brasil | Printed in Brazil
CONTENIDO
Agradecimientos
1Porqué debe tener esperanza por su iglesia
2Prepararse para ser una iglesia combativa
3La avalancha hacia afuera de las iglesias combativas
4Las iglesias combativas son iglesias acogedoras
5Las iglesias combativas cierran la puerta trasera
6La próxima iglesia combativa
Apéndice: Encuesta del visitante secreto
A
Ahkeem Abdul Morella
Tu amistad se escapa a toda definición
Y siempre a
Nelly Jo
Mi esposa
Mi chica de playa
AGRADECIMIENTOS
GRACIAS. NO PUEDO DECIR MÁS. GRACIAS. POR CERCA DE TREINTA libros, ustedes lectores han estado conmigo. Han hecho comparsa conmigo. Se han comprometido. Me han bendecido. No tengo con qué agradecerles. Y oro a Dios para que continúe usando mis libros para Su gloria en Su iglesia.
El gran reto de una sección de agradecimientos es dar crédito donde debe ser. Y para estar seguro, soy parte de un gran equipo de familia, amigos, y colaboradores. Ellos merecen todo mi agradecimiento y mucho más que yo les pueda dar.
Gracias, al equipo de B&H. Ustedes son los mejores. Son los mejores editores cristianos. Soy honrado de servir con ustedes. Gracias a todo el equipo de B&H; mis palabras de agradecimiento específicamente para Jennifer Lyell y su liderazgo. Jennifer y yo hemos trabajado juntos en dos organizaciones. Lo cuento con gozo. Gracias también a Devin Maddox, mi editor cum laude.
Probablemente me has escuchado mencionar al Team Rainer. Muchos habrán conocido de ellos por los podcasts y el blog en ThomRainer.com. Recuerden sus nombres: Jordan, Amy Thompson, Jonathan Howe, Jana Biesecker, Julie Masson, y Bryan Underwood. Estoy más que bendecido por servir al lado de estos hombres y mujeres.
Soy igualmente bendecido por ser parte del ministerio de LifeWay Christian Resources y sus cinco mil empleados. Específicamente, doy gracias por el liderazgo y amistad del equipo ejecutivo de líderes de LifeWay: Brad Waggoner, Selma Wilson, Earl Roberson, Connia Nelson, Tim Hill y Joe Walker. Ustedes son grandes líderes y además grandes amigos.
Me han dicho que nuestra comunidad, aquellos que se conectan por medio de mis blogs, podcasts, libros, y de Church Answers cada año es de alrededor de catorce millones de personas. Eso me deja boquiabierto, estoy muy agradecido con ustedes por todo. Me bendicen por conectar conmigo a través de mis libros, mi blog, ThomRainer.com, mis podcasts (Rainer on Leadership y Revitalize and Replant), y por medio de la suscripción a Church Answers. Ustedes vienen a aprender de mí, pero yo he aprendido mucho más de ustedes.
Amo a mi familia. Realmente los amo. Un seguidor en twitter me dijo recientemente que el amor a mi familia fue la cosa más obvia acerca de mí. Y considero esas palabras uno de los más grandes compromisos que jamás haya recibido.
Ustedes conocen el nombre y la belleza de Nellie Jo, mi esposa por cuarenta y un años. Y saben cuánto agradezco a Dios por mis tres hijos y sus esposas. Sam y Erin, Art y Sarah, y Jess y Rachel. Pero también saben cuán bendecido soy con los diez nietos Rainer que nos han dado a Nellie Jo y a mí: Canon, Maggie, Nathaniel, Will, Harper, Bren, Joshua, Collins, Joel y James.
Este libro es una mezcla de conversaciones, entrevistas, y comentarios provenientes de una combinación de líderes de iglesias. Los nombres han sido cambiados y algunos de los detalles son diferentes para proteger el anonimato donde esto fue necesario. Algunas de las historias son vivencias individuales; otras son una mezcla de historias. Pero todos aquellos que hablaron conmigo, compartieron conmigo, rieron conmigo, y, en ocasiones, lloraron conmigo, a todos: GRACIAS. Este libro es su historia. Y su historia tendrá un profundo impacto en muchos.
Tú eres parte de esta valiente revolución de iglesia. Es una poderosa historia que justamente empieza a desplegarse. Espera por ello. Míralo. Y sé parte de esto.
Ve las grandes cosas que Dios hará.
PORQUÉ DEBE TENER ESPERANZA POR SU IGLESIA
AMAZON.
El nombre evoca una gama de emociones.
Para algunos, el nombre significa una increíble selección de recursos, entregas sin par, sorprendente servicio al cliente, y una comodidad desconocida tan solo hace una década más o menos. Amazon representa lo que está bien en el mundo. Es la personificación del futuro y la esperanza para la sociedad. Si verdaderamente estamos viviendo en un mundo material, Amazon es el rey, la reina y el príncipe heredero de este mundo.
Para otros, el nombre evoca temor, desconfianza y un inquietante sentido de injusticia. Usted aborrece a Amazon, particularmente si cometió el fatal error de competir con la bestia. La criatura Devora las tiendas pequeñas. Altera industria tras industria. Tiene la injusta desventaja de montones de dinero en efectivo y el estatus de privilegiado por parte de incontables entidades gubernamentales.
Si usted se encuentra en la categoría anterior, grita de emoción cada vez que la caja con la sonrisa llega a su porche. Celebra un viaje al centro comercial y un inútil esfuerzo de compras menos. Expresa regocijo cuando su cargo por envío es de cero. Nada. Nothing. Después de todo, es arte de los elegidos; tiene Amazon Prime™.
Pero si está en la última categoría, tiembla de miedo con cada nuevo pronunciamiento de Amazon. Son los Langoliers de la era moderna, pero consumen negocios en vez de tiempo. Son implacables, insensibles y despiadados. Si usted es afortunado, le comprarán a usted al precio comercial de gran descuento. De cualquier manera, usted dejará de existir.
Admito mi propia esquizofrenia con Amazon. He sido un cliente de Amazon desde hace tanto tiempo, que en realidad recibí hace muchos años una nota de agradecimiento escrita a mano por ser tan buen cliente. Fui miembro Prime antes de que la membresía de Prime estuviera de moda. Y, como introvertido confeso, absolutamente me encanta comprar sin gente alrededor. Como consumidor, realmente me gusta Amazon.
Pero he estado del otro lado de Amazon. Han sido mi competencia. La compañía que he dirigido no es tan pequeña. Tenemos medio millón de dólares en ingresos anuales y 5,000 empleados. Pero somos mosquitos comparados al gigante. De hecho, yo seriamente dudo que Jeff Bezos conozca mi nombre o mi compañía. He dirigido mi organización para confrontar la cruda realidad del masivo Amazon. Conozco los desafíos. Conozco la angustia.
ESPERANZA EN EL MUNDO DE AMAZON
Todos conocemos al menos parte de la historia de Amazon. Jeff Bezos comenzó la compañía el 5 de julio de 1994. Un día después del Día de Independencia, comenzó la organización a la cual muchos de nosotros hemos prometido nuestra dependencia. En sus inicios, Amazon era una librería en línea. Al almacenar libros en un garaje, Bezos nos ahorraba un viaje a la librería local. En el pasado cuarto de siglo, Amazon ha entrado a tantas industrias y ofrecido tantos servicios, que ya perdimos la cuenta. Y en un sorprendente giro de los acontecimientos, Amazon se ha convertido en el mayor proveedor de servicios de computación en la nube en el mundo.
Pero Amazon comenzó como una librería en Internet. Comenzó en el garaje de Bezos. Así que, si cualquier industria debe tener miedo de Amazon, debería temer a los vendedores de libros al menudeo, ¿correcto? Por cierto, muchas de las grandes cadenas han sentido la furia del poder de Amazon. Trate de encontrar una librería Borders en su ciudad y lo comprenderá.
Pero algo sorprendente ha ocurrido a la sombra del aparentemente omnipotente Amazon: las librerías independientes no solo están sobreviviendo, muchas están prosperando.
Esta realidad se le ha escapado a la mayoría de los observadores. Supongo que la mayoría de nosotros asumimos que las tiendas independientes habían desaparecido hace mucho. No es así. Al contrario, es una industria en crecimiento. Docenas de artículos ahora están surgiendo respecto de este negocio resistente que resurge.
De modo que, ¿qué es lo que hacen los independientes?
No intenta competir directamente con Amazon. No ofrecen servicio Prime™. No venden chorrocientos libros. No ofrecen envío gratuito. Y no ofrecen una transmisión de videos sin fin para que los consuman usted y su familia.
Pero se conectan con sus comunidades. Tienen eventos divertidos que reflejan las esperanzas y los sueños de quienes viven cerca. Ofrecen servicios personales con gran intensidad, no servicios digitales de manera innata. Han seleccionado sus libros para que el consumidor final pueda comprender mejor lo que está disponible. Y han respondido con nuevas ideas locales en lugar de nuevos algoritmos dirigidos por datos.
Ya lo sé. Este libro se trata de iglesias, no de Amazon. Se trata de alcanzar nuestra comunidad, no de vender nuestros libros. Pero supongo que usted está comprendiendo la razón de esta temprana excursión. Creo que capta porqué estoy escribiendo acerca de las librerías independientes en un libro que trata de las iglesias.
La razón principal es proveer esperanza. Y un corolario cercano es demostrar cómo esa esperanza está realmente representada en las congregaciones locales tal como la suya.
LA ESPERANZA A NUESTRO ALREDEDOR
¿Cuántas veces he escuchado estas declaraciones?
“¡No podemos competir con la megaiglesia de nuestra ciudad!”. “Una nueva iglesia se abrió a dos calles de nosotros. ¡Ya tenemos muchas iglesias aparte de ellos!”
“La iglesia abrió otra de sus sedes cerca de nosotros. Lo que está haciendo es completamente falto de ética”.
“No podemos alcanzar a las familias jóvenes. Todos se van a la iglesia grande que tiene todas esas cosas para niños y estudiantes”.
“No tenemos el dinero ni la gente que otras iglesias tienen”.
Para contestar mi propia pregunta, he escuchado comentarios como esos cientos, si no es que miles de veces. Son declaraciones de desesperanza. Son afirmaciones de desesperación. Son declaraciones de derrota. Son afirmaciones de temor.
Y para ser justo, lo entiendo. No son declaraciones de delirio. Son declaraciones basadas en experiencias verdaderas y dolorosas de incontables miembros y líderes de iglesias. Estos líderes no quieren sentirse así. Desean escapar de la mediocridad de la misma sosa y monótona existencia de sus iglesias. Quieren ser la diferencia. Quieren que sus iglesias sean la diferencia.
Quieren saber si hay esperanza. La esperanza de Dios. Las posibilidades de Dios.
Y la respuesta es un inequívoco “¡sí!”.
No hago tan fuerte declaración sin bases. Primero y sobre todo, Dios no ha terminado con su iglesia. La ha puesto en su ubicación por una razón. ¿Realmente cree que él no desea que su iglesia sea una potente fuerza para él en su comunidad?
En segundo lugar, hago esa declaración basado en las historias de otras iglesias. He visto demasiadas de las tan llamadas iglesias sin esperanza convertirse en iglesias radicalmente cambiadas. He visto congregaciones desafiar todos los pronosticadores pesimistas. He visto iglesias escupir en la cara de los hechos objetivos que dicen que no se puede hacer.
Yo llamo a estas iglesias radicalmente cambiadas “iglesias combativas”.
LAS IGLESIAS COMBATIVAS Y EL EQUIPO DE FÚTBOL AMERICANO
Me gusta la palabra combativo. Me trae recuerdos de mi equipo de fútbol americano de la preparatoria. Sí, ya sé. Estoy viajando a la antigüedad. Pero los recuerdos de Johnny son vívidos incluso hoy. Johnny era nuestro mariscal de campo. Realmente obtuvo ese puesto por defecto. No teníamos a nadie que pudiera lanzar el balón a diez yardas del receptor designado excepto Johnny. Pero no teníamos mucha confianza en él cuando comenzamos a realizar las extenuantes prácticas de dos días en el sofocante calor del verano.
Johnny nunca había jugado como mariscal de campo. Ganamos dos de diez juegos el año anterior. Los comentarios locales eran apuestas (sí, realmente tenían una ronda de apuestas) a que no ganaríamos el juego. Después de todo, habíamos sido un equipo terrible el año anterior sin un mariscal de campo probado. ¿Por qué no daría alguien oportunidad este año?
Pero Johnny era combativo. Trabajaba incansablemente. Se memorizó el libro de jugadas para el mariscal de campo. Era el libro de jugadas más difícil del equipo. Corría mucho. Se ejercitaba bastante. Estaba determinado a no ser derrotado por falta de esfuerzo. Al resto de nosotros en el equipo nos inspiraba Johnny. Nos volvimos jugadores combativos como él. Tuvimos un liniero ofensivo que pesaba 160 libras, pero era increíble en sus habilidades de bloqueo. Iba contra chicos que pesaban 70 libras más que él, y les llamaba la atención.
Uno de nuestros apoyadores pesando también 160 libras, era una máquina de taclear. No había nada que lo amedrentara.
¿Qué ha de mí? Ya sé que se muere por preguntar. Yo era el corredor del equipo, lo que significa que yo ere responsable del 90 por ciento de las jugadas que involucraban correr. Ya puede dejar de reírse disimuladamente. Es cierto. El año anterior me habían movido de apoyador a corredor porque yo intercepté un pase y corrí para hacer una anotación. El entrenador pensó que si yo podía correr tan rápido, debería ser un corredor.
De modo que fui de un completo principiante a finalizar como el cuarto corredor en el estado y a formar parte de la mención honorífica del equipo estatal. Incluso tuve oferta de un par de becas de pequeñas universidades. Nos convertimos en un equipo combativo porque teníamos un líder combativo.
Los otros equipos eran más grandes.
Los otros equipos eran más rápidos.
Los otros equipos eran más atléticos.
Pero vencimos a la mayoría de ellos. Llegamos a los cuartos de final en los playoffs.
Éramos combativos. Johnny nos mostró cómo serlo.
Indudablemente, ya sea que usted sea de la generación de la postguerra, de la Generación X o un millennial, ha visto el legendario filme Rudy. Basado en una historia verdadera, Rudy Ruettiger fue un chico disléxico, que pesaba menos de lo apropiado, quien pertenecía a una familia de fanáticos del fútbol americano de Notre Dame. En la casa de los Ruettiger no había mayor lealtad que a los Fighting Irish. Después de la graduación de la preparatoria, debido a sus bajas calificaciones —seguramente debido en gran parte a su dislexia— la solicitud de ingreso a la Universidad de Notre Dame fue negada.
Pero inclusive si hubiera sido aceptado, ¿cuáles eran las probabilidades de que un chico de 5’6” y 160 libras (1.68 m y 73 kg) de Joliet, Illinois, fuera a jugar fútbol para los poderosos Irish? Todo estaba en su contra. Rudy no se rindió. Ignoró las convenciones. Asistió al cercano centro de estudios superiores Holy Cross y fue aceptado en Notre Dame dos años después. No sólo eso, y usted ya sabe lo que sucede en la historia, la combatividad de Rudy fuera del campo se trasladó al campo, así como Rudy con el uniforme de sus sueños de la infancia, a prueba.
De modo que, sin duda usted se pregunta cómo se ve una iglesia combativa. Echemos un vistazo.
IGLESIA COMBATIVA: EL PODER DE DIOS EN ACCIÓN
Combativa.
Enérgica.
Tenaz.
Determinada.
Obstinada.
Persistente.
Ya se dio una idea.
Estas iglesias tienen líderes y miembros que se rehúsan a rendirse. Al contrario, tienen gente en la congregación que realmente cree que los mejores días de la iglesia están en el futuro cercano. Seguro, tienen sus frustraciones. Pero ven el poder de Dios obrando cada semana en su iglesia. Están emocionados tanto por el presente como por el futuro. No ven las limitaciones; ven las posibilidades de Dios.
Kent es un pastor en el norte del estado de Nueva York. Siete años atrás fue advertido por muchas personas que no considerar ir a la iglesia. Pero decidió escuchar a Dios en vez de a los detractores. ¿Ve? Ken habló con varios de los miembros mientras consideraba su llamado a pastorear la iglesia. Sus palabras son memorables, si no es que poderosas.
“La iglesia iba en picada”, comenzó. “En sus supuestos días de gloria, la asistencia casi alcanzaba. 300 personas. Cuando comencé a hablar con la iglesia, era de cerca de 100”.
Luego Kent comenzó a hablar con algunos de los líderes. Quedó sorprendido. Totalmente sorprendido.
Beth había estado en la iglesia por más de cuarenta años. “Comenzó a compartir las oportunidades de conectarse con la comunidad. Ella conocía a todos, y tenía un plan para cómo la iglesia podía ministrarles”, dijo Ken. “Su visión era poderosa y persuasiva”.
Tuvo otra increíble conversación con Milt. Él había estado en la iglesia por menos de tres años, pero Milt estaba muy emocionado con las posibilidades. “Milt realmente entendía a vecindario que rodeaba a la iglesia”, nos dijo Ken. “Podía no ser un experto en demografía, pero tenía un sentido intuitivo acerca del área más cercana. Yo podía ver a Dios obrando en sus ideas”.
“Ok, Kent”, preguntamos, “¿había algunos pesimistas en el montón? Después de todo, la iglesia había disminuido casi el 70 por ciento. ¿Todas las conversaciones fueron tan prometedoras?”
Kent soltó una risita. “Por supuesto que no. Había mucha gente derrotada en la iglesia. Había algunos que me dijeron abiertamente que probablemente la iglesia no sobreviviría. Sí, los optimistas eran la minoría, ¡pero eran una minoría alimentada por el poder de Dios!” Una minoría alimentada por el poder de Dios. Tiene que encantarle eso.
Supongo que usted puede esperar escuchar acerca del cambio radical de esta iglesia. Bueno... no exactamente. Escuche a Ken contar la historia:
“Los primeros tres años fueron muy duros”, dijo francamente. “Tengo muchas heridas emocionales de esos primeros días. Pero Dios no iba a dejar morir la visión que teníamos. Para el cuarto año comenzamos a ver una verdadera transformación. Ahora en mi octavo año, somos realmente una fuerza del reino en nuestra comunidad. Somos casi tan grandes como la iglesia en sus mejores días, aproximadamente con una asistencia de trescientos. Pero nuestro cambio radical es más que números. Es mucho más que números”.
Podríamos detenernos en la historia de Ken el resto de este libro, pero tenemos un propósito mayor. Queremos que escuche de cientos de iglesias combativas. Queremos que vea lo que Dios está haciendo en lugares en los que la mayoría se han rendido. Queremos que escuche la historia colectiva en lugar de una pieza aislada de esperanza aquí y allá.
Antes de que avancemos, miremos el “antes y después” de las iglesias combativas. Veamos seis de las increíbles transiciones que han hecho, transiciones que desafían la sabiduría convencional que decía que no se podían hacer.