Embriones

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Salvador Fausto Valdés

EMBRIONES


1ª edición en formato electrónico: agosto 2020

© Salvador Fausto Valdés

Diseño de la cubierta: ImatChus

Terra Ignota Ediciones

c/ Bac de Roda, 63, Local 2

08005 - Barcelona

931.73.22.29 - 638.07.85.00

www.terraignotaediciones.com

ISBN: 978-84-122357-8-4

IBIC: DCF 2ADS




La historia, ideas y opiniones vertidas en este libro son propiedad y responsabilidad exclusiva de su autor.




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Salvador Fausto Valdés





EMBRIONES

GOTITAS DE LIMÓN PARA ALIÑAR LOS VERSOS

ALLÍ

EMBRIONES

AQUÍ

MIROIRS

ENSAYO

SE AZUZA

PERDIDO ESTÁ EL DESTINO

ELEGÍA EN SONETO

SALVADOR FERRADAS GARCÍA

ERRANTE SER

HABITO

DÉJAME RESUCITARTE

PLANEA LA SOMBRA

FUE UN PRESAGIO ENCONTRADO

DEL COLOR DE LA NOCHE

MAS ALLÁ DE LAS ESENCIAS

TIEMBLA

TODO POR VER

LOCO POR VIVIR

ALLÍ EN COPACABANA

A FUEGO LENTO

ECOS DE LA AURORA

MEMORANDUM

GOTITAS DE LIMÓN

PARA ALIÑAR LOS VERSOS




“Me llamo Fausto Valdés. Canto boleros”. Así se presentó, levantando ligeramente el ala del sombrero, con maneras antiguas y elegantes. Enseguida me resultó agradable. Lo que en ese momento no me dijo es que no era un intérprete, sino en sí mismo música y palabra. Eso es algo que descubrí más tarde, al tiempo que averiguaba que también se llama Salvador y que sus dos nombres son como las caras cambiantes de una moneda puesta a girar que acaban fundiéndose en una figura redonda, sencilla en apariencia pero en verdad compleja, centrífuga, imparable.

En aquellos días yo construía un nido de oropéndolas y él llegó atraído por la música para ofrecer más música. ¡Y qué gran éxito el concierto que hizo con su banda en mi pequeña sala cultural de Guadalajara! Hace años de aquello y muchos todavía lo recuerdan. Salvador Fausto Valdés, cantante de boleros, se convirtió en amigo y así, en la cercanía de la distancia que estos tiempos permiten gracias a los prodigios de la tecnología, fui encontrándome con sus otras facetas, sobre todo la de la escritura.

Imagino que quienes le conocen en su círculo íntimo de familia y amigos sabrán desde hace tiempo de sus versos inéditos, reunidos en varios volúmenes a la espera de ver la luz. Los primeros textos que yo pude leerle alcanzaron mi retina desde el muro virtual de una pantalla. Luego tuve en mis manos sus poemas materializados y “Versonificados” en forma de libro y así pude disfrutarlos con más pausa, en su debido tempo, notando en sus estrofas el latido de la música que indiscutiblemente contenían.

Hoy me encuentro escribiendo el prólogo del segundo de sus libros editados, “Embriones”, una vicisitud que siempre me resulta complicada, porque a la poesía no le gustan los prólogos, no se deja embridar y, según tengo comprobado, cuanto más se enraíza en el instinto, mayor es el rechazo que experimenta a los concienzudos análisis filológicos de forma y contenido. La poesía, como las ostras, se saborea mejor cruda o, como mucho, con unas gotitas de limón. ¿Cómo ser, pues, el aliño apropiado para un menú de versos de este tipo?

Quizá lo mejor sea decir sencillamente que quien tenga en sus manos este libro se encontrará leyendo el alma de un humano preocupado por la propia existencia (“Tan solo somos sombras / de lo que nos rodea”), la cual contempla con un asombro plástico, en algunos momentos cercano al surrealismo (“de una sustancia amarillenta y dulce / que se derrite y desparrama / sobre el diafragma gris / de nuestra embrionaria naturaleza”). No le faltan al libro sus buenas dosis de crítica social (“Estamos hartos ya de tanto embuste, / de tanta falsedad, de tanto lema”), de decepción (“pues el hombre también falló ante el hombre”) y de autobiografía (“A Ferradas García quiero decirle: / que fue siempre referencia su persona”), pero sobre todo de pasión con trazas, por supuesto, de bolero.

Disfruten de este plato que ofrece la textura de la vida, aliñado tan solo con estas breves gotas de limón que espero no estropeen sus aromas.

Pero háganlo despacio, por favor, con el vino adecuado y escuchando la música apropiada. El menú lo merece.

Gracia Iglesias

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