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Mal que sí dura cien años
Mal que sí dura cien años. Jorge Bejarano y la higienización de Colombia durante el siglo XX
Resumen
Este libro presenta la trayectoria profesional y burocrática del médico vallecaucano Jorge Bejarano Martínez (1888-1966), primer ministro de Higiene en 1947. Con el fin de sustentar el carácter histórico de Bejarano en la política y el papel que desempeñó en el proceso de higienización de Colombia durante la primera mitad del siglo XX, se profundiza en los rasgos políticos de este intelectual a partir del análisis de su pensamiento y de su participación en la vida pública durante más de treinta años.
Tras consultar múltiples archivos y prensa nacional y regional, se reconstruyó una vida marcada por el esfuerzo y, por qué no, la buena suerte. La participación de Bejarano en la política nacional se fue dando gracias a una situación anecdótica, a diversos nexos académicos y sociales y a la voluntad por ascender al interior del Partido Liberal. También ayudó la existencia de un ideario común entre la clase dirigente nacional de aquella época: la higienización del país. La coyuntura surgida en 2020 con la pandemia permitió rescatar la vigencia de las luchas y de varios de los viejos enemigos de Jorge Bejarano, quien combatió los factores que hacían del pueblo colombiano, según cientos de sus contemporáneos, una “raza degenerada”.
Palabras clave: intelectuales, política, higienización, medicina, academia.
An evil that lasts a hundred years. Jorge Bejarano and the sanitization of Colombia during the twentieth century
Abstract
This book presents the professional and bureaucratic trajectory of Jorge Bejarano Martínez (1888-1966), Colombia’s first Minister of Hygiene in 1947. To support the historical character of Bejarano in politics and the role he played in the process of sanitization of Colombia during the first half of the twentieth century, it examines in detail the political features of the intellectual based on an analysis of his thinking and his participation in public life for more than thirty years.
A thorough study of multiple archives and national and regional press lead to the reconstruction of a life marked by striving and, why not, good luck. Bejarano’s participation in national politics came about thanks to an anecdotal situation, different academic and social connections, and his will to rise within the Liberal Party. The existence of a common ideology among the national ruling class of that time also helped: the sanitization of the country. The situation that arose in 2020 with the pandemic made it possible to rescue the validity of the struggles and several old enemies of Jorge Bejarano, who fought against factors that made Colombian people, according to hundreds of his contemporaries, a “degenerate race.”
Keywords: intellectuals, politics, sanitization, medicine, academy.
Citación sugerida/Suggested citation
Ospina Ortiz, Rodrigo. Mal que sí dura cien años. Jorge Bejarano y la higienización de Colombia durante el siglo XX. Bogotá, D. C.: Editorial Universidad del Rosario, 2022. https://doi.org/10.12804/urosario9789587848472
Mal que sí dura cien años
Jorge Bejarano y la higienizaciónde Colombia duranteel siglo XX
Rodrigo Ospina Ortiz
Participación de César Augusto Ayala Diago en
“La degenerada raza y el dispositivo de la conferencia”
Ospina Ortiz, Rodrigo
Mal que sí dura cien años. Jorge Bejarano y la higienización de Colombia durante el siglo XX / Rodrigo Ospina Ortiz; participación de César Augusto Ayala Diago. Bogotá: Editorial Universidad del Rosario, 2022.
Incluye referencias bibliográficas.
1. Bejarano, Jorge – 1888-1966 – Crítica e interpretación – Biografía. 2. Salud pública – Historia – Colombia. 3. Medicina – Aspectos políticos – Historia – Colombia. I. Ospina Ortiz, Rodrigo. II. Ayala Diago, César Augusto. III. Universidad del Rosario. IV. Título.
614.09861 | SCDD 20 |
Catalogación en la fuente – Universidad del Rosario. CRAI | |
DJGR | Noviembre 29 de 2021 |
Hecho el depósito legal que marca el Decreto 460 de 1995
© Editorial Universidad del Rosario
© Universidad del Rosario
© Rodrigo Ospina Ortiz
© César Ayala por el texto "La degenerada raza y el dispositivo de la conferencia"
Editorial Universidad del Rosario
Carrera 7 No. 12B-41, of. 501
Tel: 6012970200 Ext. 3113
Primera edición: Bogotá, D. C., 2022
ISBN: 978-958-784-845-8 (impreso)
ISBN: 978-958-784-846-5 (ePub)
ISBN: 978-958-784-847-2 (pdf)
https://doi.org/10.12804/urosario9789587848472
Corrección de estilo: Gustavo Patiño Díaz
Diseño de portada: César Yepes y Luz Arango
Diagramación: William Yesid Naizaque Ospina
Conversión ePub: Lápiz Blanco S.A.S.
Hecho en Colombia
Made in Colombia
Los conceptos y opiniones de esta obra son de exclusiva responsabilidad de su autor y no comprometen a la Universidad ni sus políticas institucionales.
El contenido de este libro fue sometido al proceso de evaluación de pares para garantizar los altos estándares académicos. Para conocer las políticas completas visitar: editorial.urosario.edu.co
Todos los derechos reservados. Esta obra no puede ser reproducida sin el permiso previo por escrito de la Editorial Universidad del Rosario.
Autor
Rodrigo Ospina Ortiz
Magíster en historia e historiador de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá. Participó como autor en la obra colectiva La independencia de Colombia: miradas transdisciplinares (Universidad Antonio Nariño) y ha colaborado en el Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura. Ha trabajado en reconocidas editoriales como creador y editor de contenidos para educación primaria, básica y media, campo en el que se desempeña en la actualidad.
Contenido
Introducción
¿Por qué Jorge Bejarano?
Conceptualizar a Jorge Bejarano
La degenerada raza y el dispositivo de la conferencia
César Augusto Ayala Diago
Introducción
1. Las conferencias y la depuración de la futura clase política
2. El Centro Universitario de Propaganda Cultural (CUPC)
3. La juventud no decae
4. Luis López y Lucas Caballero ante el grito de Jiménez
5. La revancha de Miguel Jiménez López
6. Las repercusiones y los resultados parciales
Capítulo 1. Jorge Bejarano durante el régimen conservador
1.1. Orígenes y formación académica
1.1.1. Formación escolar: bajo el manto de la religión y el humanismo
1.1.2. Formación profesional: la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional
1.2. Una temprana carrera profesional y política
1.2.1. La generación del Centenario: el discurso de la conciliación
1.2.2. Las redes intelectuales y la producción académica de Jorge Bejarano
1.2.3. La política local y regional en los años veinte: el Concejo y la Cámara de Representantes
Capítulo 2. La consolidación pública de Jorge Bejarano en el régimen liberal
2.1. La reconquista del poder: el discurso político de Jorge Bejarano a comienzos de los años treinta
2.1.1. El discurso político de Jorge Bejarano
2.1.2. Bejarano en la Cámara de Representantes
2.1.3. De vuelta al Concejo
2.1.4. La pausa de Bejarano
2.2. Bejarano entre 1938 y 1946
2.2.1. La intimidad en la política: el asunto de la Embajada de Italia
2.2.2. El Concejo de 1939: ¿contentillo político para un intelectual?
2.2.3. Comentarios médicos: la higiene al servicio de la prensa
2.2.4. Panamericanismo y antihispanismo en Bejarano
2.2.5. Jorge Bejarano y el regreso de Alfonso López
2.3. Bejarano en el ocaso del régimen liberal
2.3.1. Algunos aspectos del pensamiento higiénico-social de Jorge Bejarano
2.3.2. El gaitanismo de Jorge Bejarano
2.3.3. Epílogo triste de un gobierno atormentado: la Dirección Nacional de Salubridad
Capítulo 3. Crítica y oposición: los gobiernos conservadores
3.1. El dilema de la técnica o la política
3.1.1. El Ministerio de Higiene
3.1.2. Nuevo ministerio, nuevo conflicto político
3.2. Las vicisitudes políticas de la higiene nacional
3.2.1. La lucha contra el alcohol
3.2.2. El final de un sueño
3.3. El país en la encrucijada de La Violencia
3.3.1. La medicina y la higiene no son ajenas a la política
3.3.2. Un nuevo frente de batalla: la toxicomanía
3.4. Bejarano en el gobierno de las Fuerzas Armadas
3.4.1. La Oficina de Rehabilitación y Socorro
3.4.2. El alcohol como bandera política
3.4.3. Comentarios médicos, no tan médicos
3.4.4. Los médicos y la política. La traición del intelectual
Capítulo 4. Hechos políticos y sociales del Frente Nacional
4.1. Los dividendos de la crítica: la Asamblea de Cundinamarca y el Concejo de Bogotá
4.2. Al final del camino: ideología de Jorge Bejarano en los años sesenta
Conclusiones
Anexos
Bibliografía
Introducción
Como en la epidemia de 1918, la Cruz Roja acude ahora a las barriadas con médicos, enfermeras, abrigos, alimentos y medicinas. Ni en rancho, inquilinato o casa sus habitantes han escapado a la epidemia. Como en 1918, observan hoy las enfermeras la misma miseria, promiscuidad de sexos, edades y animales, los mismos desaseo y desabrigo, la misma falta de menaje de comedor y de cocina, de muebles como camas, asientos o bancos, etc. Lugares encontraron donde en un solo cuarto estaban padres y niños acostados en el suelo sin colchón ni una cobija.1
Estas palabras, que parecen tomadas de algún medio durante la pandemia de 2020, las escribió el médico Jorge Bejarano hace más de sesenta años. En aquel entonces la gripe provocaba nuevamente una crisis en varios países y traía a la mente recuerdos nefastos de cadáveres esperando tendidos en las calles para ser llevados a recibir cristiana sepultura. Llama la atención de ese momento la miseria de las clases populares, vulnerables, abandonadas, cuya suerte dependía, como ahora, de la caridad de los buenos samaritanos, incluido el Estado. Y es que según las estadísticas la miseria, llamada hoy de manera técnica y rimbombante “pobreza monetaria extrema”, afecta a casi tres millones y medio de personas quienes ni siquiera consiguen el ingreso suficiente para alimentarse de manera digna y nutritiva2.
Como si no fuera suficiente cruz la pobreza, la enfermedad se ensaña siempre con los necesitados. Ellos son los que con mayor frecuencia aportan a los números crecientes de contagios de covid-19 y a los de las muertes que provoca, incluso en los países ricos3. Su padecimiento se acrecienta con las medidas que el gobierno toma para atacar y reducir la expansión de la enfermedad: aislamiento y distanciamiento social, limitación de actividades, etc., medidas que condicionan y restringen su oportunidad de subsistir, además de afectar la economía en general. Ante tal panorama, y con el fin de atacar la recesión y su impacto en la pobreza4, diferentes sectores de la sociedad insistieron en reabrir la economía y volver a la normalidad, (¡como si pudiera existir una normalidad en medio de una pandemia!), incluso contra las voces autorizadas de aquellos que luchan en la primera línea del frente de batalla: los médicos.
Sus diagnósticos, opiniones y veredictos recuperaron la importancia de hace muchas décadas, cuando ayudaron a la clase política, de la cual formaban parte, a realizar la tarea de sanear un pueblo que requería insertarse en la senda del progreso social y del desarrollo económico, enseñándole, por ejemplo, la importancia de usar zapatos, alimentarse bien o de lavarse de manera correcta las manos, usando agua y jabón. La sociedad, en buena mayoría, siguió sus recomendaciones al pie de la letra; la verdad del médico, del experto, del especialista, volvió a ser casi irrefutable no obstante la presión de aquellos que consideraban tales recomendaciones, exageradas o innecesarias.
Aunque la economía de mercado convirtió al tradicional médico de familia —al que la persona escogía y se convertía en su protector a lo largo de los años— en un asalariado más; aunque ya el médico no forme parte de la intelectualidad más allá de la academia ni participe en la política como otrora lo hiciera; y aunque su quehacer no se considere más una labor mesiánica y heroica en favor del desarrollo humano y social, la vigencia de sus luchas y de sus viejos enemigos permite reencontrar a Jorge Bejarano, primer ministro de Higiene, quien combatió los factores que hacían del pueblo colombiano, según cientos de sus contemporáneos, una “raza degenerada”.
En esta biografía política del médico vallecaucano Jorge Bejarano Martínez se destacan sus orígenes, formación académica y trayectoria profesional y burocrática. Se profundiza en los rasgos políticos del intelectual a partir del análisis de su pensamiento, el cual se refleja en sus columnas de opinión y sus escritos más importantes5. Esto, con el fin de sustentar el carácter histórico de Bejarano en la política, es decir, su reconocimiento como intelectual orgánico del liberalismo.
Durante la primera mitad del siglo XX se incorporó al lenguaje cotidiano de las élites, sectores intelectuales, académicos e incluso obreros, el interés por mejorar las condiciones de vida de la población por medio de la higiene. Las campañas contra el alcoholismo, la promoción de la vivienda higiénica, la sanidad rural, la educación materna e infantil y otros asuntos relacionados, estaban condicionados por una ideología específica de los grupos dirigentes y por un contexto político y económico particular. Este interés por la higiene estaba vinculado a proyectos de control social, de progreso racial y de incorporación de los trabajadores y movimientos obreros a la dinámica del sistema capitalista a escala mundial6.
Por su parte, el cuerpo médico formado en el ámbito universitario tenía una concepción específica sobre su profesión, de su pertenencia a la clase política y su vinculación con los estamentos gubernamentales que se puede explicar a partir de tres aspectos7. En primer lugar, la profesión médica era concebida como un apostolado, una misión de carácter casi religioso en la que el médico tenía como objetivo salvar al pueblo de los males producidos por la ignorancia y la falta de higiene. La medicina era una de las más altas magistraturas intelectuales de su época y le concedía al médico una alta dosis de prestigio social y, por ende, de poder político. La palabra del médico era la palabra de Dios y no admitía contradictores fuera del círculo de los pares profesionales. En segundo lugar, la pertenencia de los médicos a los diferentes grupos políticos obedecía a la relación que creaban las clases políticas, incluyendo a sus intelectuales, con la gente del común: una relación vertical y paternalista que se expresaba además en la exclusión social desde el punto de vista político, donde el pueblo representaba simplemente un caudal electoral al que se debían ofrecer condiciones de sostenimiento tales para sustentar dicha exclusión, así como su control y aprovechamiento. En tercer lugar, la vinculación del médico a los estamentos del gobierno tiene que ver con la configuración histórica de la sociedad, que heredó de la Colonia la burocratización de las profesiones liberales. Ante la ausencia de un campo de acción social y profesional de mayor envergadura, debido a la precariedad económica, el Estado se convirtió en el principal proveedor de cargos y opciones laborales para los profesionales.
¿Por qué Jorge Bejarano?
Hasta finales del siglo XX, la historia política nacional se había centrado en estudios sobre las constituciones, las ideas políticas, las diferentes administraciones, el Estado y sus instituciones, las élites políticas, entre otros8. Salvo contadas excepciones, se dejó de lado el estudio de las estructuras inferiores de la política (partidos minoritarios, mandos medios, grupos de electores, etc.), de los mecanismos de ascenso político, de las relaciones clientelares en los contextos locales de la política, y de las elecciones a escala local9. Luego, a comienzos del siglo XXI, se presentó una reflexión acerca de la forma y los temas que podrían renovar el estudio de la historia política colombiana en la que se resaltó la importancia del estudio de los intelectuales10. El estudio de la intelectualidad colombiana, en los niveles intermedios y bajos de la estructura política, se hace necesario para entender las estrategias de control social que se difunden por medio de discursos ideológicos de modernización, desarrollo y progreso11. En este sentido, estudiar a Jorge Bejarano es interesante para analizar las formas como se asume y expresa el discurso del higienismo como herramienta de legitimación del poder, de confrontación política dentro de las élites o como estrategia en contextos electorales12. Además, al adentrarse en la intimidad de las relaciones entre los políticos, las situaciones personales que influyen en sus decisiones, los conflictos que se aprecian en su privacidad, etc., se puede establecer la fuerza del vínculo entre la ideología y la práctica política.
El interés por la vida y obra de Jorge Bejarano parte de los cursos sobre intelectuales e historia política dictados en 2002 por el profesor César Ayala en la Universidad Nacional de Colombia. De estos cursos surgió una investigación preliminar en la que se caracterizó a Jorge Bejarano como un intelectual, a partir de diferentes estudios —tanto nacionales como extranjeros— sobre este concepto. También ayudó la contextualización histórica de su carrera política y el análisis de sus intereses, logros y perspectivas en el campo profesional de la higiene. Se intentó una tipificación particular y novedosa en la que se definió a Bejarano como un técnico humanista, es decir, un intelectual poseedor y difusor de un saber específico, pero condicionado por una formación intelectual característica de los primeros años del régimen conservador13.
¿Por qué los médicos participan en política? Esta fue la pregunta que guio un trabajo posterior sobre Bejarano14 en el que se demostró que el cuerpo médico mantuvo siempre una relación con la política nacional para proteger una condición social especial, elitista, adquirida por medio del estudio universitario, del ejercicio profesional en el campo privado y público, de la vinculación a agrupaciones científicas y clubes sociales. Por su parte, la visión modernizadora de la sociedad fue uno de los rasgos principales que unió a las élites económicas y políticas con los pocos profesionales que surgían del sistema educativo. En dicha visión se entrelazaban elementos de un conocimiento científico experimental aplicado al sistema social —es decir, la sociedad percibida como un organismo biológico susceptible de modificaciones— con un profundo sentimiento religioso que permeaba a todas las estructuras sociales, económicas e institucionales del país. Si la pregunta inicial fue el porqué de esta participación, luego se profundizó en el cómo se dio dicha participación en la política. El trabajo realizado en esa última investigación y sus resultados son los que se presentan en este libro.
El caso de Jorge Bejarano muestra que en los intelectuales también existe una inclinación a la política de manera consciente y voluntaria. La cooptación de un intelectual a la clase política no se da por una simple cuestión de mérito. Requiere encontrar nexos y filiaciones sociales con sus miembros; requiere la participación directa en sus asuntos, la adaptación a sus costumbres y prácticas y una disciplina que exprese cohesión frente a los adversarios políticos. Los diferentes cargos públicos que Jorge Bejarano ejerció no solo expresan el deseo del intelectual de aplicar su visión técnica en favor de la sociedad. También representan una de las vías por las que el intelectual se integra a la élite y desarrolla un proyecto de vida político, en este caso, el proyecto de un militante disciplinado y un intelectual orgánico del Partido Liberal.
Las huellas de Bejarano se hallan en un trabajo de Humberto Cáceres y Zoilo Cuéllar Manrique, ambos vinculados a la Academia Nacional de Medicina, en el que se recopilan pequeñas biografías de los miembros de la Academia desde su fundación en 1873 hasta 199615. Aquí se presenta un breve recuento de las obras de cada personaje, las instituciones a las que estuvo vinculado, las fechas más importantes de su vida, entre otros aspectos. Por su parte, Gerardo Molina, en Las ideas liberales en Colombia, identifica a Bejarano como un intelectual liberal de la generación del Centenario y expone varios rasgos característicos de estos personajes: un marcado sentimiento nacionalista, la pasión por las libertades públicas y la repulsión por el sectarismo, entre otros16. El trabajo de Oliverio Perry, Quién es quién en Colombia, es a grandes rasgos un directorio biográfico de los personajes más destacados de su época, en el que se relacionan, entre otros datos, la filiación partidista de Bejarano, los cargos que desempeñó y algunos datos de su origen17. Las obras relacionadas ayudaron a la ubicación cronológica y a la identificación de algunos referentes políticos y sociales que influyeron en la estructuración ideológica de Bejarano.
En 1987 se publicaron los trabajos de Herbert Braun, Mataron a Gaitán18, y el de Daniel Pécaut, Orden y violencia19. La huella de Jorge Bejarano en la obra de Braun es ínfima; solo se referencia su nombramiento como ministro de Higiene en el gabinete formado días después del asesinato del caudillo en 1948, y con un tono despectivo, como referencia para comentar la prohibición de la chicha. Sin embargo, el estudio de Braun es una muy buena fuente para el análisis de los rasgos de los intelectuales de la generación a la que perteneció Bejarano, a los que denominó convivialistas. De esta generación formaron parte Eduardo Santos, Alfonso López Pumarejo, Laureano Gómez y Mariano Ospina Pérez, entre otros.
Por su parte, Pécaut analiza el proceso de conformación de la burguesía cafetera en las élites nacionales, así como el desarrollo de la política de la Revolución en Marcha en la que se da una tentativa de modernizar vía institucionalización política de lo social mediante la incorporación de la noción colectiva de ciudadanía popular20. También se estudia la coyuntura histórica del desmonte de los mecanismos de intervención del Estado y la aparición del gaitanismo, el cual es identificado como una clase de populismo. Jorge Bejarano solo se menciona por su participación en el movimiento gaitanista cuando fue nombrado miembro de la Dirección, en el momento de mayor poder e influencia del caudillo liberal. Como se mostrará más adelante, dicho acercamiento pudo haber sido similar al de varias personalidades del partido, es decir, seducidas por su popularidad, o impulsado por la existencia de unos nexos intelectuales específicos y coyunturales relacionados con el pensamiento higienista de Gaitán.
La huella de Bejarano es muy notoria en la historia de la ciencia. El trabajo de Christopher Abel, Ensayos de historia de la salud en Colombia, analiza el proceso de desarrollo de los servicios de salud en Colombia, ubicándolo dentro de su marco político, socioeconómico y demográfico21. Jorge Bejarano aparece aquí como un publicista en la época del debate sobre la degeneración de la raza y como el primer colombiano eminente interesado en atacar algunos avances en lo relacionado con los alimentos procesados. Abel lo muestra en sentido positivo, como un científico modernista que luchaba contra las concepciones tradicionalistas de la sociedad en el campo médico, siendo este uno de los trabajos que resalta la contraposición del pensamiento de Bejarano con el de Miguel Jiménez López en lo referente al tema de la degeneración de la raza22.
Diana Obregón, Emilio Quevedo, Néstor Miranda Canal, Mario Hernández, Carlos Noguera y otros investigadores han realizado estudios sociológicos e históricos de gran amplitud que no ponen mayor énfasis en personajes particulares, salvo por referencias a hechos históricos, como algunos de sus planteamientos, los debates en que se vieron involucrados o su participación y/o vinculación a estamentos académicos o instituciones gubernamentales. Estos trabajos son importantes en la medida en que presentan información sobre la filiación política de los médicos, su influencia y sus expectativas gremiales. También, porque dichos trabajos buscan vincular por medio de la reconstrucción histórica de las instituciones de salud los procesos sociales, políticos y económicos inherentes al desarrollo del país, alejándose de la tradicional historia de las instituciones o las biografías apologéticas de grandes personalidades23. Las referencias sobre Jorge Bejarano, utilizadas como fuente primaria para el desarrollo de los planteamientos de los investigadores, ubican temporal y espacialmente al médico en algunos periodos y contextualizan el ambiente ideológico y político en el que se desenvolvió e influyó.
Óscar Iván Calvo y Marta Saade, en La ciudad en cuarentena24, incorporan en este trabajo de historia cultural la relación entre las concepciones científicas imperantes y la estructura política e intelectual de Colombia durante la primera mitad del siglo XX. Calvo y Saade realizan una aproximación histórica de la prohibición de la chicha en 1948 desde sus antecedentes legales a finales del siglo XIX. Se analiza la influencia de actores como científicos, políticos, sectores obreros, que impulsaban estas medidas y que estaban entrelazados con una visión modernizante de las élites. En algunas de las numerosas referencias sobre Bejarano (uno de los principales protagonistas del evento estudiado) se caracteriza su comportamiento como temperante o moderador. Este rasgo se acerca a la noción presentada por Gerardo Molina respecto de la generación de los centenaristas y al carácter de los convivialistas definido por Herbert Braun. Tres caminos que conducen a una misma dirección: la personalidad de Jorge Bejarano.
Por su parte, Zandra Pedraza elaboró un perfil biográfico de Bejarano en el que lo caracteriza como un intelectual y describe parte de sus principales intereses en el campo de la higiene (infancia, maternidad, mejoramiento de la raza, alimentación, entre otros). Mediante el análisis de varios de sus libros, artículos y algunos referentes teóricos, Pedraza define a Bejarano como biopolítico (siguiendo a Christopher Abel) cuya labor especializada lo aleja de la distinción como intelectual orgánico o de ideólogo25. Este último aspecto, contrario a lo planteado desde la primera investigación sobre Bejarano en 2005, se sustenta a partir de la identificación del intelectual letrado de Aguirre y McEvoy, para quienes dicho intelectual construye y ejerce el poder en actividades administrativas a través de la letra26. Según Pedraza, Bejarano no concuerda con esta caracterización y, además, afirma que:
Aunque hace parte de los intelectuales latinoamericanos que se especializaron para trascender el uso de la gramática y la retórica, no se identifica plenamente como alguien que realizó su actividad al haberse incorporado a determinados partidos políticos ni a la relación escritura-poder. De hecho, los trabajos escritos del médico no son propiamente exposiciones de su pensamiento, a la manera de las obras ensayísticas de muchos de sus contemporáneos. A diferencia de la mayoría de ellos, se concentró en su labor médica sin incursionar en los terrenos de la ensayística o de la literatura […]. En cambio, se encargó de hacer una tarea como publicista que se traduce en muchos artículos periodísticos y en el carácter de popularización de todos sus escritos.27
Tal caracterización de Bejarano parte del desconocimiento de los elementos que configuran al intelectual orgánico definido por Antonio Gramsci, como su origen de clase y su función dentro del grupo social dominante, esta es, darle homogeneidad y sustentar ideológicamente su poder político por medio de un conocimiento específico28. Finalmente, Pedraza termina su análisis con unas líneas que contradicen sus propias apreciaciones:
Con todo, Jorge Bejarano es un intelectual porque hizo su carrera en pos y en ejercicio del poder, y con la conciencia de formar parte de una colectividad de hombres semejantes a él y de que sus ideas se tradujeran en un programa político determinado.29
¿No son estos los rasgos de un intelectual orgánico?
Finalmente, estudios recientes mantienen la tendencia de tomar la información de Jorge Bejarano como fuente primaria para argumentar acerca de temas específicos relacionados con su vida y obra: el debate sobre la degeneración de la raza de 1920, la lucha contra el alcoholismo, la educación física, la alimentación y la niñez, entre otros30. Muchos de dichos trabajos son tesis elaboradas por estudiantes universitarios en campos de la historia cultural y la historia de la ciencia, pero no se configuran como aportes específicos para la historiografía de la historia política.