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Soluciones globales, Asociaciones internacionales
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SOLUCIONES GLOBALES, COOPERACIÓN INTERNACIONAL

BANCO EUROPEO DE INVERSIONES INFORME 2021 SOBRE EL DESARROLLO



Sobre el Banco Europeo de Inversiones

El Banco Europeo de Inversiones (BEI) es la mayor entidad prestamista multilateral del mundo. Es el único banco que tiene por accionistas a los estados miembros de la Unión Europea, y representa sus intereses. Además de financiar el crecimiento económico europeo, durante seis décadas el BEI ha respaldado a start-ups como Skype y ayudado a construir grandes proyectos como el Puente de Øresund, que une Suecia y Dinamarca. Con sede en Luxemburgo, el Grupo BEI incluye también el Fondo Europeo de Inversiones, especializado en la financiación de pequeñas y medianas empresas.

ÍNDICE

PRÓLOGO DEL PRESIDENTE

DATOS DE PROYECTOS EN TODO EL MUNDO

SOLUCIONES Y PROYECTOS DE COOPERACIÓN

LA PANDEMIA Y LA FINANCIACIÓN DEL DESAROLLO: QUÉ SIGNIFICA LA COVID-19 PARA EL DESARROLLO

COVAX: SOLIDARIDAD Y VACUNAS

COVID-19 Y LOS HOSPITALES DE MARRUECOS AYUDA RÁPIDA

EDUCACIÓN Y DESARROLLO CONTRA EL IMPACTO DE LA COVID-19 EN MARRUECOS Y TÚNEZ

CAMBIO CLIMÁTICO Y FINANCIACIÓN DEL DESARROLLO: CÓMO CALCULAR EL RIESGO CLIMÁTICO PARA UN PAÍS EN DESARROLLO

CAMBIO CLIMÁTICO Y GÉNERO: CÓMO LUCHAR CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO DESDE LA IGUALDAD

LA PLATAFORMA DE FINANCIACIÓN CLIMÁTICA DE LUXEMBURGO: GESTIONAR RIESGOS EN INVERSIÓN CLIMÁTICA

CACAO Y BOSQUES SOSTENIBLES EN COSTA DE MARFIL: REHABILITACIÓN FORESTAL PARA EL CHOCOLATE

INGENIERÍA HIDRÁULICA EN ÁFRICA ORIENTAL: FLUIDOS CREATIVOS

AGUA Y TRANSFERENCIA TECNOLÓGICA: COMPARTIR

CONTAMINACIÓN POR PLÁSTICOS Y OCÉANOS: PROTEGER LAS VÍAS NAVEGABLES

SOLUCIONES HIDRÁULICAS EN NÍGER: EL AGUA POTABLE APAGA LA VIOLENCIA

TRANSPORTE SOSTENIBLE Y GÉNERO: TODOS A BORDO

INVERSIÓN Y GÉNERO: EL CRÉDITO DONDE HACE FALTA

PAÍSES FRÁGILES Y AFECTADOS POR CONFLICTOS: TRABAJAR CON SENSIBILIDAD

PARTICIPACIÓN DE LOS INDÍGENAS EN HONDURAS: CÓMO ESCUCHAR

URBANISMO EN ÁFRICA: PROSPERIDAD PARA LA CIUDAD

DIGITALIZACIÓN: A MAYOR RIESGO, MAYOR RECOMPENSA

CAPITAL RIESGO: CAPITAL PARA MODELOS EMPRESARIALES INNOVADORES

MICROFINANCIACIÓN EN ÁFRICA: UNA GRAN DIFERENCIA PARA LOS PEQUEÑOS AGRICULTORES

PEQUEÑAS EMPRESAS DE GEORGIA: UNA GARANTÍA PARA LAS FRESAS

AGRICULTURA MOLDAVA: CULTIVANDO EL ÉXITO

EL IMPACTO EN DETALLE

NUESTRO ENFOQUE EN EL ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS Y EL IMPACTO

RESULTADOS PREVISTOS DE LOS NUEVOS PROYECTOS

LA CONTRIBUCIÓN DEL BEI A LOS NUEVOS PROYECTOS

EJERCICIO DE LA HUELLA DE CARBONO

MODELIZACIÓN DEL IMPACTO MACROECONÓMICO

RESULTADOS DE PROYECTOS FINALIZADOS

ESTUDIOS DETALLADOS DE IMPACTO

VOLÚMENES DE PRÉSTAMOS

COLOFÓN DE LOS VICEPRESIDENTES RESPONSABLES DE DESARROLLO

PRÓLOGO DEL PRESIDENTE

La crisis climática, el desplazamiento masivo de personas y la dimensión internacional de la pandemia de COVID-19 nos recuerdan que no podemos enfrentarnos a estos retos en solitario: las soluciones deben ser mundiales. El Banco Europeo de Inversiones ocupa un lugar central en los esfuerzos de la UE para convertir las iniciativas políticas europeas en soluciones reales de desarrollo sobre el terreno. Este informe presenta una panorámica de nuestros proyectos e iniciativas vitales en todas las regiones del mundo que son prioritarias para la Unión Europea, datos y perspectivas sobre su impacto y, a través de una serie de ensayos de expertos, ideas para mejorar nuestra contribución a una arquitectura europea del desarrollo.

Como brazo financiero de la Unión Europea, y como el único banco de fomento que pertenece total y exclusivamente a los Estados miembros de la UE, ofrecemos a la Unión Europea autonomía estratégica para actuar con rapidez y a gran escala.

Es algo patente en nuestro compromiso masivo e inmediato con la respuesta de la Unión Europea a la COVID-19, encabezada por la Comisión Europea a través del Equipo Europa. Ahora que disponemos de vacunas seguras y eficaces contra la COVID-19 (y nuestra inversión respaldó las primeras que se aprobaron) es esencial que las economías de renta baja no se queden atrás. Nuestro apoyo de 600 millones de euros al proyecto COVAX, en colaboración con la Comisión Europea, es el mayor que hemos destinado a la salud pública.

Al priorizar la recuperación verde a partir de la COVID-19, nunca perdemos de vista el reto a largo plazo del cambio climático, ya sea en nuestras inversiones o en el desarrollo de nuevos instrumentos. Cuando inventamos los bonos verdes hace más de diez años, sabíamos que esta notable innovación solo era un punto de partida. Hemos seguido trabajando para garantizar la transparencia y la responsabilidad de las inversiones verdes en todo el mundo, al tiempo que desarrollábamos un mercado totalmente nuevo para los bonos de concienciación sobre la sostenibilidad.

Tenemos una larga historia como piedra angular de la arquitectura de la financiación del desarrollo en Europa, con operaciones en más de 140 países. En África, hemos alcanzado niveles récord de préstamos en 2020, con 5 000 millones de euros de financiación, la mitad de ellos con el sector privado. Más del 70 % de nuestra inversión en el África subsahariana se destinó a los países menos desarrollados y a los Estados frágiles.

Los artículos de expertos que aparecen en este informe nos recuerdan que estamos ajustando constantemente nuestro enfoque para adaptarnos y responder a la evolución de las prioridades políticas de la UE y para lograr mayor impacto, eficiencia y eficacia. Teniendo todo esto en cuenta, estamos especializando todavía más los servicios que prestamos fuera de la Unión Europea. Queremos poner a nuestros especialistas financieros e ingenieros a disposición de las delegaciones de la UE para seguir reforzando el valor añadido de la Unión Europea sobre el terreno, aumentar la visibilidad de la UE y, en definitiva, tener un mayor impacto en el desarrollo. Esta reorganización tiene como objetivo maximizar el impacto y la visibilidad de la UE mediante un socio especializado en financiación del desarrollo, con los conocimientos técnicos necesarios para mantener y hacer realidad las prioridades de la UE y de los países socios, que son, entre otras, el clima, la salud, las migraciones, el género y la digitalización.


Como brazo financiero de la Unión Europea, y como el único banco de fomento que pertenece total y exclusivamente a los Estados miembros de la UE, damos a la Unión Europea autonomía estratégica para actuar con rapidez y a gran escala.

El Banco Europeo de Inversiones tiende puentes de inversión entre las políticas de la UE y los proyectos sobre el terreno. Con nuestro trabajo en casi todos los países africanos, en los Balcanes occidentales en su camino hacia la entrada en la UE, en los países vecinos del sur y del este de la UE y en todo el mundo, utilizamos nuestra inigualable experiencia sectorial para ayudar a poner en pie inversiones que reduzcan la pobreza, la enfermedad y el deterioro del medio ambiente.

 

Nuestros planes responden a la creciente demanda de una cooperación más fuerte entre Europa y el mundo. Nos comprometemos a mejorar vidas, todos juntos.

Werner Hoyer

DATOS DE PROYECTOS EN TODO EL MUNDO

TOTAL DE PRÉSTAMOS FUERA DE LA UE

9 300 MILLONES DE EUROS


El Banco Europeo de Inversiones no apoya, acepta ni juzga la condición jurídica de ningún territorio, ni las fronteras, colores, denominaciones u otra información mostrada en cualquier mapa de la presente sección. Una operación en la que participan tres intermediarios en Camerún, Chad y la República del Congo y se contabiliza una vez en cada país.


Kosovo* : esta denominación se entiende sin perjuicio de las posiciones sobre el estatuto de Kosovo expresadas por los Estados miembros y está en consonancia con la Resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas 1244/ (1999) y con la Opinión de la Corte Internacional de Justicia, de 22 de julio de 2010, sobre la declaración de independencia de Kosovo.

Palestina** : esta denominación no debe interpretarse como el reconocimiento de un Estado de Palestina y se utiliza sin perjuicio de las posiciones individuales de los Estados miembros sobre esta cuestión.

El Banco Europeo de Inversiones no apoya, acepta ni juzga la condición jurídica de ningún territorio, ni las fronteras, colores, denominaciones u otra información mostrada en el presente mapa.


El Banco Europeo de Inversiones no apoya, acepta ni juzga la condición jurídica de ningún territorio, ni las fronteras, colores, denominaciones u otra información mostrada en cualquier mapa de la presente sección.


SOLUCIONES Y PROYECTOS DE COOPERACIÓN
¿QUÉ SIGNIFICA LA COVID-19 PARA EL DESARROLLO?

Desde las pérdidas en la educación hasta el impacto en las empresas, los puestos de trabajo y el flujo de financiación para el desarrollo, las cicatrices económicas de la pandemia tardarán en sanar. En tiempos de COVID-19, el apoyo de la Unión Europea a la financiación del desarrollo es más importante que nunca.

Tessa Bending, Colin Bermingham y Emily Sinnott

El mundo no estaba haciendo lo suficiente por el desarrollo sostenible, incluso antes de la pandemia. Se estima que el déficit de financiación actual para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible es de 2 500 billones de dólares[1]. A pesar de todo, el crecimiento de las economías en desarrollo y emergentes ya estaba reduciendo de forma constante el número de personas en situación de pobreza extrema. La recesión causada por la COVID-19 ha invertido ese proceso, empujando a unos 120 millones de personas a la pobreza extrema[2].

Si juzgamos por el número de pruebas de COVID-19 con resultado positivo, muchos países en desarrollo, especialmente en África, parecen haber resistido a la pandemia, pero no debemos bajar la guardia. Si comparamos las tasas de mortalidad desde comienzos de 2020 con las de años anteriores, observamos un exceso de 130 000 muertes solo en Sudáfrica. En Egipto, un país donde las tasas de infección parecen comparativamente bajas, encontramos 75 000 muertes más de lo habitual[3]. La acción global para poner fin a la propagación de esta enfermedad en todo el mundo es un imperativo moral.

Incluso en lugares donde las tasas de infección han sido menores, debemos recordar que no todos los países tienen la misma capacidad de respuesta para amortiguar los impactos sociales y económicos. La pandemia ha sacado a la luz la necesidad de invertir en sistemas de salud pública e infraestructuras digitales, así como la vulnerabilidad que suponen la falta de margen fiscal y la escasa diversificación económica. Los grupos vulnerables, como los que tienen un empleo precario e informal, los migrantes económicos y las mujeres, son los más expuestos a las consecuencias económicas, lo que agrava las desigualdades.

Y lo que los economistas llaman «cicatrices» podría ser incluso peor que las consecuencias económicas inmediatas de la pandemia: el daño podría fragilizar las perspectivas de desarrollo durante años o décadas.

1 500 millones de niños sin escolarizar

El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, ha calificado el impacto de la COVID-19 en la educación de los niños de «catástrofe generacional»[4]. En el pico inicial de la pandemia, en 2020, unos 1 500 millones de niños quedaron sin escolarizar a causa del cierre de las escuelas[5]. El niño ha perdido en promedio alrededor de la mitad de su tiempo de contacto anual habitual con profesores. La UNESCO calcula que el número de niños que no alcanzan un nivel de competencia lectora adecuado para su edad podría aumentar desde 100 millones a 581 millones[6].

Y lo que los economistas llaman “cicatrices” podría ser incluso peor que las consecuencias económicas inmediatas de la pandemia: el daño podría fragilizar las perspectivas de desarrollo durante años o décadas.

El impacto de esta pérdida de aprendizaje estará presente durante décadas. No solo pueden pasar años hasta que los niños recuperen lo que han perdido, sino que el aprendizaje perdido podría tener implicaciones a largo plazo para el potencial de renta y de desarrollo económico. Es probable que las desigualdades se agraven. Uno de los factores es que los niños más pobres tienen menores probabilidades de acceder a Internet y contar con enseñanza a distancia, incluso si está disponible. Otro factor es que el aumento de la pobreza provocado por la pandemia hará que más niños de familias con renta muy baja abandonen la escuela. Las niñas suelen ser más propensas al abandono escolar, por lo que el impacto negativo en la educación de las niñas puede ser incluso mayor que el de los niños. Quizá la vuelta a la escuela no llegue a tiempo.

Empresas con problemas

La gran mayoría de los puestos de trabajo en los países en desarrollo se encuentra en el sector privado, desde los puestos de venta en mercados informales y las pequeñas explotaciones agrícolas a las grandes empresas. Es sobre todo en el sector privado donde deben crearse más puestos de trabajo, y de mejor calidad, para ayudar a erradicar la pobreza. Las empresas necesitan invertir, expandirse y aumentar la productividad, pero la pandemia lo hace más difícil. El sector privado podría tardar años en recuperarse.

Debemos moderar las esperanzas de un rápido repunte de la actividad empresarial a la vista de lo que la pandemia está provocando en la situación financiera de muchas empresas, sobre todo las más pequeñas, que tienen un acceso más precario a la financiación. En colaboración con el Banco Mundial y con el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, el Banco Europeo de Inversiones realizó en 2020 una encuesta a empresas de los países del Sur y del Este de Europa y de los Balcanes Occidentales. Los resultados revelan algunas de las tensiones que pesan sobre las empresas.

En primer lugar, es importante señalar que la situación de partida de muchas empresas ya era difícil. En algunos países solo una quinta parte de las empresas invertían realmente cada año. Esto se debe, en parte, a las restricciones crediticias. Más de la mitad de las empresas de los países vecinos del Este y del Sur, así como el 38 % de las empresas de los Balcanes Occidentales, sufrían restricciones de crédito. La mayoría de ellas se desanimaban a la hora de solicitar los préstamos que necesitaban.

Un módulo especial de la encuesta relativo al impacto de la pandemia indica que muchas de las empresas de estas regiones se han visto obligadas a cerrar temporalmente y que aproximadamente las tres cuartas partes sufren falta de liquidez o de tesorería disponible. El 19 % afirma que ya se ha retrasado en el pago de los préstamos. Las pequeñas y medianas empresas (pymes) parecen estar pagando el precio de su uso limitado de las tecnologías digitales. Comparadas con las grandes empresas, solo la mitad fueron capaces de implantar el trabajo a distancia y muchas menos lograron trasladar a la red parte de su actividad. Algunas empresas no sobrevivirán a la pandemia y muchas de las que lo hagan tendrán que reconstruir sus finanzas antes de poder volver a realizar las inversiones a largo plazo necesarias para crear puestos de trabajo dignos.

En otras regiones, la situación puede ser incluso peor. Un módulo COVID-19 de la encuesta en siete países africanos muestra que alrededor del 90 % de las empresas ha visto disminuir sus ventas y su tesorería. El 24 % tiene retrasos en los préstamos. En una región en la que el 38 % de las empresas afirma que el acceso a la financiación es una limitación importante, solo el 17 % de las mismas recurrió a préstamos bancarios para hacer frente a la falta de liquidez.

Una vez más, la baja penetración de las tecnologías digitales ha aumentado la vulnerabilidad: solo el 18 % de las empresas ha aumentado su actividad en línea y solo el 17 % ha podido implantar el trabajo a distancia. Apenas un 7 % recibió o esperaba recibir ayudas gubernamentales, lo que ayuda a explicar por qué el 9 % estaba en situación de insolvencia o había quebrado.

Flujos financieros en peligro

Las empresas con problemas financieros podrían ser una mala noticia para los bancos. Aunque hasta ahora han demostrado su resiliencia, los bancos a menudo se resienten de las crisis económicas, ya que las deudas incobrables se acumulan en sus cuentas, incluso cuando el resto de la economía se empieza a recuperar. Existe un gran riesgo de que el aumento de la morosidad limite cada vez más la capacidad de los bancos para conceder préstamos a empresas sanas. Los resultados preliminares de una encuesta realizada por el departamento económico del BEI a comienzos de 2021 entre los bancos africanos, revela los efectos que la pandemia ha tenido sobre ellos hasta ahora. Los efectos son la disminución de la calidad de los activos (por ejemplo, aumento de préstamos de dudoso cobro) y la reducción de la demanda de préstamos, algo que también se refleja en la encuesta realizada a las empresas.

En última instancia, la gravedad del impacto económico de la pandemia dependerá en gran medida de que los gobiernos sean capaces de aplicar políticas que amortigüen el impacto y apoyen la recuperación, para que las empresas sigan a flote y se mantenga la población activa. Además de la ayuda a las empresas, el gasto continuado en servicios públicos, sistemas de protección social e infraestructuras es vital para apoyar la recuperación y evitar que las consecuencias negativas de la pandemia se sigan multiplicando. Esto requiere financiación. Además de un déficit anual de 2,5 billones de dólares para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la OCDE considera que el déficit de gasto en la recuperación de la COVID-19 para los países en desarrollo es del orden de un billón de dólares al año.

Sin embargo, la mayoría de los países emergentes y en desarrollo tienen poca capacidad para aplicar el tipo de medidas de emergencia que han aplicado las economías desarrolladas. En cambio, va aumentando la preocupación por la sostenibilidad de la deuda soberana, especialmente en el caso de los países que ya tenían altos niveles de deuda antes de la pandemia. En la actualidad, 36 de los 70 países de bajo nivel de renta evaluados corren un alto riesgo de sufrir problemas de endeudamiento o ya están experimentando dificultades en el servicio de la deuda[7]. La perspectiva de un aumento de la inflación y de los tipos de interés en los Estados Unidos podría socavar la tolerancia al riesgo y ejercer mayor presión sobre el acceso a financiación externa de las economías emergentes y en desarrollo. La financiación externa privada de los países en desarrollo ya se ha desplomado en unos 700 000 millones de dólares en 2020, y se estima que la reducción de las remesas es de un 20 %, la de la inversión extranjera directa de un 35 % y la del aumento neto de la cartera de inversión (dinero invertido en activos financieros como bonos del Estado) de un 80 %[8].

 

Detener la propagación

La primera prioridad, por supuesto, es detener la propagación de la COVID-19 y poner fin a la emergencia médica mundial, lo que requiere la cooperación y la solidaridad de todos. El Banco Europeo de Inversiones se ha unido a la Comisión Europea para financiar el Compromiso Anticipado de Mercado (Advanced Market Commitment, AMC) de COVAX, con el fin de que esta institución pueda garantizar y acelerar el despliegue de mil millones de dosis de vacunas para la población de 92 países de renta baja y media. Otros elementos de la respuesta del BEI a la pandemia incluyen el apoyo a los suministros de equipos médicos urgentes y de instalaciones de tratamiento de la COVID-19, al tiempo que se aumenta la capacidad de fabricación local africana de ingredientes farmacéuticos.

Detener la propagación de la COVID-19 es también aumentar nuestro apoyo a las microempresas y pequeñas empresas para ayudarlas a hacer frente a los efectos de la pandemia, limitando las posibilidades de que la crisis sanitaria se convierta también en una crisis económica.

Detener la propagación de la COVID-19 es también aumentar nuestro apoyo a las microempresas y pequeñas empresas para ayudarlas a hacer frente a los efectos de la pandemia, limitando las posibilidades de que la crisis sanitaria se convierta también en una crisis económica. En 2020, aumentamos nuestros préstamos de apoyo a las microempresas y pymes de fuera de la UE en un 83 %, alcanzando los 4 200 millones de euros. Al mismo tiempo, es importante que la presión ejercida por la pandemia sobre las finanzas públicas no suponga una disminución de la inversión en infraestructuras. Nuestro apoyo continuo a la inversión en infraestructuras sociales y económicas ayuda a proteger contra el efecto dominó de esta pandemia.

Ecológico, inclusivo, resiliente

Cuando termine la pandemia, ¿podremos volver a la normalidad? La verdad es que la COVID-19 no ha hecho más que agravar el ya lento ritmo de avance hacia la eliminación de la pobreza y la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en todo el mundo, objetivos que parece que estamos a punto de dar por perdidos. Cuando examinamos los retos a los que el mundo hará frente en las próximas décadas, el tipo de financiación para el desarrollo que proporciona el BEI es con claridad más importante que nunca.

Las economías emergentes y en desarrollo necesitan volver a crecer para acelerar la eliminación de la pobreza y el aumento del nivel de vida, pero, por el bien de todos, ese crecimiento tiene que ser verde. Debemos garantizar que estos países tengan acceso a la financiación y a la asistencia técnica que necesitan para que las nuevas tecnologías ecológicas sean viables y atractivas como base de un nuevo modelo de desarrollo sostenible.

Este crecimiento verde también debe ser inclusivo, al ampliar el acceso a servicios básicos como la energía limpia, el agua y la movilidad, así como la educación y la sanidad para garantizar la igualdad de oportunidades. Garantizar que las empresas y microempresas tengan acceso a la financiación que necesitan es esencial para hacer frente a las enormes necesidades de puestos de trabajo dignos. La ayuda al desarrollo debe promover unas normas estrictas en cuestiones como la igualdad de género, los derechos humanos y los derechos laborales, así como la transparencia necesaria para hacer frente a la corrupción.

También debe ser resiliente. Es una lección que podemos aprender de la pandemia. En las próximas décadas aumentarán los riesgos derivados del cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos, así como los riesgos derivados de los conflictos y la posibilidad de futuras pandemias. Lograr la resiliencia de los sistemas energéticos, alimentarios, educativos, sanitarios y empresariales requiere inversiones urgentes para garantizar ante todo la resiliencia de las infraestructuras. Para ello, habrá que invertir en ampliar el acceso a la asistencia sanitaria de calidad y a los servicios digitales. Habrá que buscar una diversificación económica, mitigando la vulnerabilidad derivada de la elevada deuda y de la fragilidad de los sistemas financieros.

Tessa Bending, Colin Bermingham y Emily Sinnott son economistas del Banco Europeo de Inversiones.