Cafeína

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Me contó que por las noches llora hasta quedarse dormida. Me confesó que en el pecho siente un gran vacío y en su corazón una grieta crece con el pasar de los días.

Es desgarrador escucharla y no poder hacer nada, porque yo solo existo dentro de ella.

Si tan solo pudiera escapar de esta mente para estar a su lado y darle ese abrazo que necesita.

Si tuviera la autoridad para calmar ese dolor acumulado en sus huesos.

Si tuviera como tarea liberar esa sonrisa que lleva tanto tiempo en cautiverio.

Si al menos una persona pudiera estar un segundo dentro de su cabeza entendería de qué hablo.

Yo la vi incontables veces aguantar las lágrimas aun estando quebrada en mil pedazos y siempre debí quedarme sentada entre sus recuerdos a esperar que se canse de llorar y duerma algunas horas; que sea capaz de dormir.

Necesito que duerma aunque en sueños deba verla igual de triste… pero ahí, puedo rodearla entre mis brazos y sobrellevar junto a ella esa maldita angustia.

Siempre será el lado de la moneda que quiero que salga.

* * * * *

Estás ahí, siempre agazapado entre las sombras.

Estás ahí, con falsas amistades.

Estás ahí, llenándote de momentos vacíos.

Estás ahí, con esos amores baratos.

Estás ahí, nunca conmigo.

* * * * *

Cuando aprendas que las personas no son descartables, vuelve. Estaré en el cesto de basura esperando.

Despertar en la misma cama, en la misma habitación.

Sentir su respiración agitada en mis oídos y verlo a mi lado durmiendo con tanta paz.

Recordar las miradas que cruzamos en la oscuridad, mientras su rostro con una sonrisa se iluminaba por las tenues luces de la calle que se filtraban por la ventana.

Saber que las horas siguieron su curso y nosotros logramos detener el tiempo entre los labios.

Es así de sencillo estar juntos.

¡Cuando no se necesita más es cuando estamos de suerte!

* * * * *

La soledad la amenaza con regresar, las noches parecen eternas, los pensamientos se vuelven insoportables.

Toma su almohada y la abraza en busca de consuelo.

Quiere que su mente deje de gritarle. Quiere que aquel vacío desaparezca. Quiere calma.

Volver a tener noticias de usted.

Saber que está bien. Escucharlo reír por las mañanas mientras toma su café con dos cucharadas de azúcar. Imaginarlo haciendo caras frente al espejo mientras se moja el cabello antes de peinarse. Ver cómo le guiña el ojo después de besarle la mejilla a esa dama que ahora lo acompaña.

¡Qué alegría saber que volvió a ser usted!

¡Qué pena que no sea conmigo!

* * * * *

Tu mente sigue siendo una bomba.

Los pensamientos siguen encendiendo la mecha.

Tu cabeza está a punto de estallar.

Soy agua.

Un lago en completa calma, un río alborotado por las fuertes corrientes, un mar en el que se asoma amenazante la probabilidad de un tsunami.

Soy fuego.

Un fuego tibio y sereno que da calor a quienes lo rodean, una fogata que cuece aquello que se acerca distraído, un incendio incontrolable que destruye todo lo que se atraviesa en su camino.

Soy aire.

Una brisa suave que acaricia los rostros de quienes caminan por el parque durante las tardes de primavera, una ráfaga que juguetea con los cabellos de las niñas que corren por la plaza, un ciclón que envuelve y marea las ideas de quienes lo miran con atención.

Soy tierra.

Polvo que se comprime bajo los pies de aquellos que caminan descalzos, un sendero perdido en zonas boscosas, un alud que provoca miedo mientras avanza.

No te conozco aún y ya te he besado de mil maneras.

* * * * *

Estoy jodida.

Mi estabilidad emocional pende de un hilo.

Estoy completamente jodida.

* * * * *

A fin de cuentas, te topas con esa nueva realidad y ya no te asusta ni te enoja, sino que la entiendes y la aceptas.

Esos son los días en los que realmente puedes avanzar.

No dije que me hablaras. ¿Qué yo hablé primera? No, apenas soy un invento. Solo tú me ves y me hablas. Estoy en tu mente para que no estés sola pero no, no puedo salirme así como así.

¿Cómo? No, no es posible. No puedes venir aquí. Háblame y escucharé. Sí, lo haré siempre. No me ahogues, por favor. Si te cansas de escucharte, imagina como me aburro yo.

Ya sé que tú me has creado pero ciertas noches mientras lloras como niña pequeña, yo estoy descansado y tengo que levantarme, ponerme la bata, las pantuflas e ir a escuchar como goteas. Lo cual no me parece justo, merezco dormir por lo menos el mismo número de horas que tú.

Ya lo he dicho. No me iré. Descansa. Me quedaré despierta hasta que te hayas dormido. Buenas noches.

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