Ética y desarrollo profesional
Über das Buch
Decir que la ética está de actualidad, o incluso de moda, es ya un tópico por lo mucho que se ha repetido. Pero no deja de ser cierto que hace unos treinta años se produjo una revitalización del interés por las cuestiones éticas, que aún perdura. En la época en la que estudiaba filosofía no ocurría así. Por entonces la ética era una rama poco relevante de la filosofía; por varios motivos. En primer lugar, por las corrientes de tradición o inspiración marxista que todavía coleaban. Para estos planteamientos, la ética no dejaba de ser un invento de las clases en el poder para que los débiles se comportasen bien; en el mejor de los casos se reducía a un consuelo para los bienintencionados que querían cambiar las cosas, pero no conseguían nada. Estos discursos postulaban por su parte una solución de los problemas sociales contundente, política, revolucionaria. La ética no servía para lograr ese cambio. No servía ahora y no serviría después. En efecto, cuando el cambio se produjera por otros medios, tampoco sería necesaria la ética al existir ya un nuevo orden social justo. En cualquier caso, por tanto, la ética resultaba poco relevante.