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Ríos que cantan, árboles que lloran

Ríos que cantan, árboles que lloran. Imágenes de la selva en la narrativa hispanoamericana

Resumen

Los textos literarios se presentan como una ventana para explorar la dimensión ambiental de la condición humana; por ello, orientado a explorar varios temas clave del canon de las narrativas de la selva, este libro estudia sus imágenes y representaciones en novelas y cuentos hispanoamericanos del lapso 1905-2015, cuya acción se sitúa en la Amazonía —entorno selvático latinoamericano por excelencia—, pero también en la cuenca del Paraná, los bosques húmedos de América Central y otros entornos relevantes. Si bien la metodología privilegió las herramientas del ecocriticismo, la ecología política y la ética ambiental, se apoya igualmente en desarrollos recientes de la filosofía ecológica, la biogeografía de la selva tropical, la historia ambiental y la antropología cultural. Así, mediante este acercamiento pluridisciplinar, Ríos que cantan, árboles que lloran abre un escenario de diálogo fecundo entre la crítica literaria y otras áreas de las ciencias naturales, sociales y humanas, para proveer ideas y puntos de vista que contribuyen a la construcción de una relación distinta, simbiótica y no simplemente extractiva, entre las sociedades humanas y los ecosistemas naturales.

Palabras clave: narrativas hispanoamericanas de la selva, ecología política, ética ambiental, selva amazónica, bosques tropicales húmedos, historia ambiental de la Amazonía, antropología amazónica.

Rivers that sing, trees that cry. Images of the jungle in Spanish-American narratives

Abstract

Literary texts are a window to explore the environmental dimension of the human condition. For this reason, seeking to explore key themes in the canon of jungle narratives, this book studies the images and representations of the jungle in Latin American novels and stories from 1905-2015, where the action takes place in the Amazon—Latin American jungle environment par excellence—, as well as in the Paraná basin, the humid forests of Central America, and other relevant environments. While the preferred methodology consists of tools provided by ecocriticism, political ecology, and environmental ethics, the research also draws on recent developments in ecological philosophy, rainforest biogeography, environmental history, and cultural anthropology. Thus, using this multidisciplinary approach, Rivers that sing, trees that cry opens a fruitful dialogue between literary criticism and other areas of natural, social, and human sciences, by providing ideas and points of view that contribute to the construction of a different, symbiotic—and not simply extractive—relationship between human societies and natural ecosystems.

Keywords: Hispano-American narratives of the jungle, political ecology, environmental ethics, Amazon rainforest, humid tropical forests, environmental history of the Amazon, Amazonian anthropology.


Citación sugerida/Suggested citationOrdóñez Díaz, Leonardo. (2021), Ríos que cantan, árboles que lloran. Imágenes de la selva en la narrativa hispanoamericana. Bogotá, Editorial Universidad del Rosario.https://doi.org/10.12804/urosario9789587846508

Ríos que cantan, árboles que lloran

Imágenes de la selva en la narrativa hispanoamericana

Leonardo Ordóñez Díaz

Ordóñez Díaz, Leonardo

Ríos que cantan, árboles que lloran. Imágenes de la selva en la narrativa hispanoamericana / Leonardo Ordóñez Díaz. – Bogotá: Editorial Universidad del Rosario, Ediciones Uniandes, 2021.

xiv, 556 páginas.

Incluye referencias bibliográficas.

1. Naturaleza en la literatura. 2. Problemas sociales en la literatura. 3. Protección del medio ambiente. 4. Recursos naturales. 5. Ecología humana. 6. Colonización de tierras I. Ordóñez Díaz, Leonardo. II. Universidad del Rosario. III. Universidad de los Andes. IV. Título.

808.8036 SCDD 20

Catalogación en la fuente – Universidad del Rosario. CRAI

DJGR Marzo 12 de 2021

DJGR

Marzo 12 de 2021

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Primera edición: Bogotá, D. C., 2021

ISBN: 978-958-784-648-5 (impreso)

ISBN: 978-958-784-649-2 (ePub)

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https://doi.org/10.12804/urosario9789587846508

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Contenido

Autor

Lista de fotografías

Obertura. La narrativa de la selva y la dimensión ecológica de la existencia humana

1. La problemática ambiental en los estudios literarios

2. Una perspectiva plural de la narrativa de la selva

Capítulo 1. Los ejes articuladores de la narrativa de la selva

1.1. Los imaginarios coloniales de la selva

1.2. El impacto ecológico y humano de la colonización

Capítulo 2. Novelas históricas sobre los primeros viajes de los españoles al Amazonas

2.1. A la conquista del río: los viajes de Francisco de Orellana

2.2. En busca de El Dorado: la expedición de Pedro de Ursúa

Capítulo 3. Crítica de la empresa conquistadora y de sus mitos movilizadores en dos novelas de William Ospina

3.1. Las amazonas: los europeos extraviados en la selva de los mitos

3.2. De El país de la canela a La serpiente sin ojos

3.3. Tragedia y silenciamiento del otro en la conquista de América

Capítulo 4. Más allá del «infierno verde» y del «paraíso virgen»: explotación y violencia neocolonial en las narrativas de la época cauchera

4.1. El tinglado del imaginario colonial

4.2. La vorágine de José Eustasio Rivera: las formas de la violencia en las caucherías

4.3. De la selva soñada y la selva temida a la selva frágil

Capítulo 5. Humor, parodia y reciclaje crítico del imaginario colonial de la selva

5.1. Horacio Quiroga y Augusto Monterroso: humor negro y sátira social

5.2. La selva como ámbito barroco: Los pasos perdidos de Alejo Carpentier

5.3. Alcance y límites de lo «real maravilloso» y del «realismo mágico»

Capítulo 6. Entre «bárbaros» y «civilizados»: contradicciones y ambivalencias ideológicas en las novelas selváticas de Mario Vargas Llosa

6.1. De La casa verde a Pantaleón y las visitadoras

6.2. El hablador o la simulación de la autenticidad cultural

6.3. Genocidios coloniales y humanitarismo en El sueño del celta

Capítulo 7. Imágenes de los animales, las plantas, los bosques y los ríos

7.1. Animales y humanos en los relatos de Horacio Quiroga y Ciro Alegría

7.2. Tribulaciones del bosque frágil en Llanura, soledad y viento de Manuel González Martínez y El príncipe de los caimanes de Santiago Roncagliolo

Capítulo 8. A la sombra de la mirada imperial: conocimiento y percepción local del mundo selvático

8.1. La rehabilitación del saber local: brujos y curanderos vegetalistas en Las tres mitades de Ino Moxo de César Calvo

8.2. El guía mestizo en Un viejo que leía novelas de amor de Luis Sepúlveda

Capítulo 9. Desigualdades de género y problemas ambientales

9.1. Ecofeminismo y desilusión en La loca de Gandoca de Anacristina Rossi

9.2. Contaminación e inequidad en Waslala de Gioconda Belli

Epílogo. El sentido ecológico de las narrativas de la selva

Anexo 1. Corpus de las narrativas hispanoamericanas de la selva, 1905-2015

Anexo 2. Registro fotográfico

Bibliografía

Lista de fotografías

Fotografía 1. Dos pobladores no humanos de la selva

Fotografía 2. Vista sobre el río Amazonas poco antes de la puesta de sol

Fotografía 3. Estanque con nenúfares

Fotografía 4. Encuentro de un ciempiés y un sapo en la penumbra

Fotografía 5. Troncos, nudos, cortezas, ramas

Fotografía 6. Bogando en el caño solitario

Fotografía 7. Hitoma Safiama, «cacique» huitoto

Fotografía 8. Familia de monitos

Fotografía 9. Representaciones populares de los espíritus animales

Fotografía 10. Preparación de la hoja de coca para la elaboración del mambe

Fotografía 11. Serpiente agazapada entre las hojas

Fotografía 12. La ambigua seducción del exotismo

Fotografía 13. La entrada de la maloka

Fotografía 14. Un vistazo a la modernización periférica

Fotografía 15. En el silencio verde de las aguas tranquilas

Autor

Leonardo Ordóñez Díaz

Filósofo y magíster en Filosofía de la Universidad del Rosario (Colombia). Doctor en Literatura de la Universidad de Montreal (Canadá). Ganador del Premio Nacional de Filosofía en 1999 y del Premio Nacional en Ciencias Sociales y Humanas de la Fundación Alejandro Ángel Escobar, en 2020. Becario del Social Sciences and Humanities Research Council de Canadá en las sesiones 2013-2015 y de la Faculté des études supérieures et postdoctorales de la Universidad de Montreal en las sesiones 2014-2016. Autor del libro Poesía y modernidad (2002) y de numerosos ensayos y artículos. Sus áreas de trabajo docente e investigativo son la hermenéutica literaria, la filosofía de la educación, la antropología cultural, la ecología política, la ética aplicada, la literatura latinoamericana, las teorías de la traducción y los estudios sociales de ciencia y tecnología.

Dedico este trabajo a Sandra Judith, mi esposa, cuyo respaldo constante me dio energía y coraje para persistir en el esfuerzo. Lo dedico igualmente a los dioses y a las fuerzas cósmicas que me sostuvieron y me guiaron a lo largo de un camino tan difícil de recorrer sin perder el rumbo.

Sea esta la oportunidad para agradecer al Conseil de recherches en sciences humaines (crsh) de Canadá, a la Faculté des études supérieures et postdoctorales (fesp) de la Universidad de Montreal y a la Escuela de Ciencias Humanas de la Universidad del Rosario de Bogotá, gracias a cuyo apoyo financiero las sucesivas etapas de la presente investigación arribaron a buen puerto.

Obertura

La narrativa de la selva y la dimensión ecológica de la existencia humana

La colonización intensiva de la selva tropical amazónica es uno de los aconte­cimientos capitales del último siglo. Si bien la selva viene sufriendo desde hace casi quinientos años el acoso de conquistadores, misioneros, aventureros y exploradores de toda laya que han encabezado el socavamiento de su riqueza cultural y biológica, el avance de la civilización occidental en la región solo alcanza un despliegue exponencial en las últimas décadas. Innumerables reportajes, estudios e investigaciones atestiguan la magnitud del proceso: inexorablemente, la selva que muchos creían indomable retrocede año a año, acosada sin tregua por la modernidad progresista, diezmada por el avance de los machetes, las hachas, las motosierras, los buldóceres. Debido al tamaño desaforado de la cuenca amazónica, a la variedad geomorfológica de los territorios que la integran y a los azares de la historia regional, en realidad no puede hablarse de un único proceso de colonización, sino de numerosos procesos que avanzan con modalidades distintas y a ritmos diversos. No es raro entonces que ciertas zonas de la selva permanezcan casi intactas, mientras otras han sido totalmente arrasadas o presentan distintos grados de fragmentación o degradación. En cualquier caso, no es exagerado afirmar que el impacto de la colonización sobre los ecosistemas selváticos amazónicos desde la época de las caucherías hasta la actualidad constituye un desenvolvimiento histórico de dimensiones continentales y de resonancia mundial.

Por desgracia, la contaminación de los ríos y las fuentes de agua, las pavorosas tasas de deforestación, la desaparición masiva de comunidades nativas, la extinción acelerada de especies animales y vegetales son realidades a las cuales la opinión pública de las grandes ciudades se ha acostumbrado. Tanto en los países industrializados como en los del trópico, la sustitución inmoderada de la cubierta vegetal selvática por monocultivos, haciendas ganaderas, zonas mineras y franjas urbanas en los márgenes de los ríos es de conocimiento público, y las modalidades más nocivas de explotación (por ejemplo, las quemas masivas de bosques para la habilitación de pasturas, el envenenamiento de los ríos con el mercurio utilizado en la extracción de oro, el tráfico de especies animales exóticas, la tala en procura de maderas finas, la sustitución de bosques nativos por cultivos ilícitos) suscitan la indignación de buena parte de la ciudadanía. La difusión mediática relativa a estos temas es tan amplia que, mientras las cifras estadísticas y las imágenes satelitales documentan con regularidad el retroceso de la selva tropical, numerosas empresas trasnacionales refuerzan sus estrategias publicitarias invirtiendo en campañas de reforestación o de protección de especies animales en peligro. Hoy en día es parte de la vida corriente encontrar en los medios masivos los llamados de los grupos ambientalistas para salvar la selva de los trastornos causados por los planes de desarrollo, la urbanización, la colonización vertiginosa. La Amazonía disfruta así de una visibilidad paradójica: todos tienen noticia de ella y muchos saben que está en peligro, pero, aparte de sus pobladores, pocos la han visto y casi nadie sabe realmente lo que allí está en juego.

Diversos factores contribuyen a esta situación. La parcelación disciplinar del saber es uno de ellos: nuestro conocimiento de la selva y de sus pobladores humanos y no humanos está hecho de retazos mal cosidos entre sí, con trozos procedentes de las ciencias humanas (la etnografía, la lingüística, la demografía, la historia) y de las ciencias naturales (la geología, la zoología, la botánica, la climatología), dos áreas de trabajo entre las cuales la comunicación es precaria, pese a la relevancia que la comunidad académica le otorga al trabajo interdisciplinario. Otro factor viene dado por la multitud de discursos e imaginarios acumulados sobre la Amazonía durante siglos de historia colonial; el palimpsesto resultante determina a tal punto nuestra percepción de la selva que resulta difícil sustraerse a los clichés que la describen como un paraíso virgen, un infierno verde, un depósito de recursos, un núcleo de barbarie, un tesoro de biodiversidad, y así por el estilo. Este factor está vinculado a su vez con un tercero de peso incalculable: la persistente invisibilización de las comunidades autóctonas, heredada por los habitantes mestizos que forman el grueso de la población amazónica en la actualidad. El rechazo a escuchar las voces de los indígenas o las de los campesinos y colonos pobres que han ocupado su lugar, así como la estigmatización de sus prácticas y sus creencias, es la otra cara de los discursos estereotipados que tornan tan difícil la tarea de arrojar una mirada fresca y perceptiva sobre la realidad de la región.

Esta encrucijada de segmentación disciplinar, formaciones discursivas sedimentadas y encubrimientos de estirpe colonial constituye el marco amplio en el que se inscribe la presente investigación; ella es también el eje articulador de los temas que recorren el trabajo de principio a fin: las narrativas de la selva y la crisis ambiental contemporánea. Por una parte, guiado por la idea de que la colonización actualmente en curso en la Amazonía y en otras zonas selváticas del continente hunde sus raíces en imaginarios y representaciones de la selva fuertemente anclados en la tradición occidental, me interesa revitalizar el estudio de la forma como nuestra cultura percibe y se representa la selva. Para tal fin, he concentrado mi atención en el rico corpus que prefiero denominar «narrativas de la selva» (y no «novelas de la selva», pues incluye también numerosos cuentos y crónicas), conformado por textos escritos desde inicios del siglo xx hasta hoy, cuyo común denominador consiste en relatar travesías, peripecias o historias ambientadas en regiones selváticas de América Latina, sobre todo en la cuenca amazónica. Por otra parte, me doy cuenta de que la devastación de la selva no está asociada solo a los imaginarios, sino también a las modalidades agresivas de explotación y extracción de recursos, las cuales no son el resultado de dinámicas puramente endógenas, sino que, por el contrario, responden a factores impulsados por la mundialización y la circulación global de capitales, materias primas, mercancías, saberes. Desde esta óptica, la situación de las selvas tropicales en general, y de la Amazonía en particular, es apenas un capítulo de un problema más vasto: la crisis ecológica global. Mi trabajo parte del supuesto según el cual la comprensión de los nexos entre los imaginarios culturales y la degradación de las zonas selváticas de América Latina tiene un interés cuyo alcance desborda los límites de la historia regional, pues arroja luces valiosas a propósito de la crisis ambiental que atraviesa hoy la civilización. Vistas a la luz de dicha crisis, las narrativas hispanoamericanas de la selva dejan de ser un capítulo secundario o marginal de la historia cultural de América Latina y pasan a un primer plano desde el cual nos invitan a reconsiderar las profundas contradicciones que definen nuestras relaciones con la naturaleza en el seno de la globalización.

1. La problemática ambiental en los estudios literarios

Mi interés por estos temas se nutrió al principio de una constatación paradójica. Si bien las selvas tropicales de América Latina son consideradas sinónimos de riqueza natural y diversidad biológica, pocas regiones del mundo han sufrido un ritmo de deforestación tan elevado durante las últimas décadas. Se perciben en esta paradoja ecos persistentes de la noción de Sarmiento en Facundo, según la cual la naturaleza y sus pobladores, al ser núcleos de barbarie, deben ser desbrozados y remodelados culturalmente para abrir paso al avance de la civilización. Dicha concepción progresista y modernizadora, auténtico eje de la retórica cultural en la América hispana desde los tiempos de la Independencia (Alonso 1998), ha ejercido una fuerte influencia en la historia de la Amazonía durante el último siglo. Las narrativas de la selva no han sido ajenas a tal influjo y, al tiempo que describen la riqueza ambiental de las regiones en las que se sitúan sus historias, es usual encontrar en ellas elementos que reflejan la visión de la selva como frontera opuesta al avance del impulso civilizador. Sin embargo, ese rasgo de las narrativas de la selva corresponde apenas a una de sus facetas, y no precisamente la más rica en consecuencias.

En efecto, la lectura tradicional según la cual La vorágine de José Eustasio Rivera o Canaima de Rómulo Gallegos serían novelas primitivistas que dramatizan la lucha del ser humano con una naturaleza aplastante y desaforada resulta empobrecedora y adolece de un reduccionismo semejante al que afecta a la propia selva, vista apenas como hábitat exuberante o como trampa mortal. Pero, así como la realidad selvática es compleja y versátil, las narrativas de la selva son mucho más que meros documentos de color local y estampa regional. En ellas se encuentra, de hecho, una reflexión acerca de los vínculos entre los humanos y la naturaleza que, por su continuidad y rigor, no tiene parangón en otras formas de producción simbólica en América Latina. Uno de los propósitos centrales de mi trabajo es mostrar cómo, leídas desde una perspectiva interdisciplinaria y con una actitud más sensible a sus facetas políticas y ecológicas, las narrativas de la selva ganan de pronto una actualidad asombrosa: la selva deja de ser pura naturaleza situada al margen de la civilización y torna a ser escenario de procesos sociohistóricos de largo alcance, los crímenes de la época de las caucherías dejan de ser un capítulo a medias olvidado de la historia de nuestros países y se transforman en una imagen poderosa de los daños ambientales y humanos ocasionados por el colonialismo, la omnipresencia de la vegetación y la fauna selváticas en los relatos deja de ser un mero decorado y pasa a ofrecer un jugoso material para pensar en la problemática de la biodiversidad y en otras cuestiones ambientales, las luchas de los personajes con las potencias de la naturaleza dejan de ser solo un factor determinante de la vida tropical o de la identidad latinoamericana y pasan a ser una meditación cuidadosa en torno a lo que podemos denominar la «dimensión ecológica» de la existencia humana.

El interés por las cuestiones ecológicas dentro del ámbito de los estudios literarios surge en un momento histórico en el que los humanos ya no podemos seguir dando por sentado que el mundo natural en el cual se apoyan nuestras realizaciones socioculturales y tecnocientíficas garantiza las condiciones de subsistencia y el suministro de los recursos que ellas requieren bajo las actuales formas de producción. Autores contemporáneos de diversas áreas lo han advertido: la relación entre las sociedades humanas y los entornos ambientales es la cuestión más imperiosa de nuestro tiempo. A medida que la crisis ecológica se extiende, la pregunta por el futuro de la civilización industrial se vuelve urgente y los llamados a una revisión radical del estilo de vida vigente se hacen oír con más fuerza. El problema resulta especialmente apremiante en América Latina, donde las riquezas naturales coexisten con una urbanización, una modernización y una desigualdad crecientes, lo que dificulta aún más los esfuerzos por preservar el equilibrio de los ecosistemas de la región y su formidable pero frágil biodiversidad. Sin duda una situación tan compleja solo podrá afrontarse mediante la participación de disciplinas y enfoques diversos.

En este escenario, una cuestión que surge es la relativa a la índole de la contribución que los estudios literarios harían con respecto a los problemas ambientales. ¿De qué modo el examen de las narrativas de la selva puede ayudar a enfrentar la crisis que atraviesan las selvas tropicales? ¿En qué forma este tipo de indagación podría tener algún impacto en una encrucijada civilizatoria cuyos desafíos perentorios parecen exigir respuestas mucho más directas y pragmáticas?

Para evitar equívocos, conviene subrayar de entrada que, a la altura de los tiempos que vivimos, fenómenos como el cambio climático o la colonización de la selva son inevitables, y que ninguna investigación, sea de corte humanista o científico, puede pretender detenerlos para acceder de pronto a un nuevo tipo de sociedad o para retornar a algún tiempo pasado más o menos idílico. De lo que se trata es de suscitar un cambio cultural que, de forma paulatina, genere formas de interacción respetuosas con el entorno ambiental, que no sigan sacrificando los ecosistemas en aras del desarrollo, sino que actúen en simbiosis con ellos y reduzcan las huellas de la actividad humana al mínimo posible. Los esfuerzos por proteger la riqueza que aún subsiste, abonando las posibilidades de bienestar para las comunidades futuras, están en marcha hace tiempo en muchos lugares del mundo y prometen intensificarse en las próximas décadas, puesto que el logro de sus metas implica una revisión profunda de las formas de producción, distribución y consumo del capitalismo industrial, así como cambios en las instituciones económicas, políticas y sociales. Mi trabajo, por ende, no surge del vacío, sino que se inscribe en la línea de un activismo ambiental para el cual las cuestiones de «visión, valor, cultura e imaginación» son tan relevantes para enfrentar la crisis ambiental como la investigación científica, el desarrollo tecnológico y la regulación gubernamental (Buell 2005: 5). A tono con ello, me interesa estudiar las narrativas de la selva, no solo como obras literarias con ambiciones estéticas, sino también como textos que exploran problemas claves de nuestro horizonte actual de preocupaciones.

Mi tema de investigación se sitúa así en el cruce de caminos de la problemática ambiental, la reflexión ético-política y la crítica literaria. La riqueza de ideas, imágenes, personajes y perspectivas que coexisten en la narrativa hispanoamericana de la selva indica por sí misma la necesidad de dejar atrás la tendencia a leer estas obras en el microcontexto de la historia de la literatura latinoamericana, de situarlas en un marco interdisciplinario renovado y de interpretarlas a la luz de la situación mundial contemporánea. La vitalidad de la narrativa hispanoamericana de la selva está atestiguada por un siglo de producción literaria continua y nutrida desde inicios del siglo xx hasta hoy, en un corpus que incluye varias obras canónicas y otras candidatas a serlo. Su vigencia actual está avalada por novelas de escritores conocidos —Luis Sepúlveda, Mario Vargas Llosa, Anacristina Rossi, William Ospina, Gioconda Belli, Santiago Roncagliolo— y por los textos críticos que estudian el origen, la evolución y el alcance histórico de la narrativa de la selva, sea que se trate de artículos o libros centrados en esa tarea (DeVries 2010, Wylie 2009, Rueda 2003, Renaud 2002, González Echevarría 2002, Marcone 2000) o de libros que le dedican al tema uno o varios capítulos (Rogers 2019 y 2012, Barbas-Rhoden 2011, Pizarro 2011, French 2005, Sá 2004, Rodríguez 2004).

Este renovado interés se explica no solo por los méritos literarios de la narrativa de la selva, sino también por el valor estratégico de la Amazonía y de otras zonas selváticas del continente en el contexto de la actual problemática ambiental. No en vano la Amazonía sigue siendo una especie de frontera o de límite con respecto al avance de la modernidad occidental. Aunque las incursiones iniciales de los europeos en la cuenca fueron realizadas por expedicionarios españoles y portugueses hace casi cinco siglos, seguidas por los viajes de exploración científica de naturalistas como La Condamine, Humboldt, Spruce y Wallace en los siglos xviii-xix, el territorio amazónico conservó su condición de región aparte, inasimilada y distante, sobre la cual colonos y viajeros proyectaban sus anhelos de riqueza y sus sueños escapistas, pero también sus temores frente a las fuerzas supuestamente irracionales de una naturaleza todavía no domesticada. Si bien eventos como el desangre demográfico que las enfermedades traídas por los europeos desataron entre las poblaciones indígenas amazónicas, así como el nefasto boom cauchero de 1890-1912, atestiguan el carácter traumático de las empresas de incorporación de estos territorios a los circuitos de la economía capitalista, la Amazonía y sus pobladores permanecen hasta bien entrado el siglo xx como una especie de núcleo ubicado al margen de la historia mundial. Incluso en el terreno de la antropología, la etnografía amazónica se desarrolla tardíamente, cuando ya los grandes debates teóricos fundadores de la disciplina han quedado atrás ­(Taylor 1994). Solo a partir de los años setenta, empujada por los buldóceres y alimentada por las queimadas estacionales, la colonización de la selva adquiere las enormes proporciones que la han convertido en foco de atención de la opinión pública alrededor del mundo y en preocupación importante dentro de la agenda política de muchos países.

Sin embargo, ya desde inicios del siglo xx la narrativa de la selva venía proyectándose como una fuente importante de conciencia cultural en América Latina acerca de la existencia de la selva y sus pobladores nativos. A través de su prosa, los narradores dieron testimonio del choque de los colonos europeos y mestizos con los indígenas y detallaron las primeras formas de explotación mediante las cuales los primeros aprovecharon (pero también devastaron) los recursos selváticos. Las obras de esta época incluyen la selva tropical como parte del panorama geográfico de conformación de los países de la región, y al mismo tiempo denuncian los excesos e injusticias que prosperan en el ambiente de impunidad y aislamiento favorecido por la selva, un entorno al que tradicionalmente los gobiernos centrales le habían dado la espalda. De este modo, en las primeras décadas del siglo pasado, varios cuentos de Horacio Quiroga y dos novelas justamente célebres —La vorágine de José Eustasio Rivera y Canaima de Rómulo Gallegos— inauguran el canon de la narrativa de la selva. En estas obras, la selva no es un mero telón de fondo y adquiere el rango de auténtica protagonista de los acontecimientos, partícipe por derecho propio en el curso de las acciones gracias a su impulso genésico, a su hermetismo amenazador, a su inmensidad misteriosa difícil de descifrar, pero, sobre todo, a la ambigüedad de las relaciones que se tejen entre el entorno selvático y las prácticas de los caucheros y los colonos mestizos. La impresión sobrecogedora que produce de entrada el entorno selvático palidece al cabo ante la conmoción desatada en la selva por las ambiciones y las luchas de los humanos. Poco tiempo después, la narrativa de la selva gana un nuevo impulso durante la eclosión creativa vivida en América Latina durante los años cincuenta y prolongada en las décadas siguientes —baste pensar en la novela Los pasos perdidos y el cuento “Los advertidos” de Alejo Carpentier, y en las novelas La casa verde y Pantaleón y las visitadoras de Mario Vargas Llosa—, obras en las que las imágenes de la selva aparecen filtradas por un alto grado de reflexividad histórico-crítica, por la confrontación consciente con imaginarios heredados de la época colonial y por un sofisticado repertorio de recursos narrativos.