Buch lesen: «El sonido del silencio»
Primera edición en MINIMALIA, agosto de 2009.
Director de la colección: Alejandro Zenker
Coordinación técnica: Laura Rojo
Cuidado editorial: Elizabeth González
Coordinadora de producción: Beatriz Hernández
Formación digital: Itzbe Rodríguez Ciurana
Viñeta de portada:
Esta obra se publica con el apoyo del Instituto de Traducción de Literatura Coreana (KLTI).
© 2008, Solar, Servicios Editoriales, S.A. de C.V. Calle 2 número 21, San Pedro de los Pinos. 03800 México, D.F. Teléfonos +52 (55) 55 15 16 57
solar@solareditores.com
www.solareditores.com
ISBN 978-607-7640-91-2
Índice
Vista desde la ventana
La mariposa de Zhuangzi
Oscuridad
Todas las cosas tienen ojos y oídos
La voz de la mar me llama
Traduciendo poesía coreana
Partir
La canción de la guitarra
Recuerdo de una rosa
Un día
Deseo surrealista
Tarde lluviosa
Flor
Arregla todas las cosas
Silencio (1)
Fantasía del espejo
Mi mente esta tarde
Mundo de fantasía
Poesía (1)
Manifiesto del poeta
Para Ezra Pound & T.S. Eliot
En una noche nevada
Nevada
Junto al río
Silencio (2)
En una remota aldea coreana
A los amigos que se van
Un día de invierno en el mar
Paisaje de un gato
En la galería del arte
Música
Paisaje distante
Paisaje
Cuando nos encontremos de nuevo
Canto visionario
Lo que dijo la araña
Viaje de meditación
Karma
Poema
La cámara en el parque
Sobre la fotografía
Diario surrealista
En una cena
Pájaros
Pétalos vespertinos
Para un poema
Cometa
Mirando una fotografía
En el escenario
Camino
Poesía (2)
Boceto de manos
Extraño amor
Estructuras
El mar
A Marc Chagall
Dos poetas en el lago
¿Habrá tiempo en este día invernal?
Rostro
Lo que el monje Wonhyo le dijo a un poeta
Vista desde la ventana
Mañana
Un millar de palomas vuelan hacia la iglesia de la ribera
y se esfuman entre sus paredes.
Los botes del río avanzan hacia mi estancia
inundándola con agua y luces submarinas.
Tarde
En el desierto parque público
un viejo se entierra en el periódico del domingo.
Vientos descarriados acarician casualmente
Los rayos de sol que se cuelan en las ramas.
Y las palomas se detienen sobre el piso con ternura
picoteando los sonidos plateados
de las campanas de la iglesia vecina.
Noche
Las luces del parque público
vacilan como señales punzantes.
He visto los aviones desafiando desesperadamente el tiempo,
cazando sombras que devoran rápido
cientos y cientos de millas y de pueblos.
Pero el tiempo aquí con devoción hace una pausa
bajo los árboles deshojados.
Cuando apago la luz
vanas imágenes caen entre las ramas desnudas
como pétalos de flores imaginarias:
una mujer que saca agua de un pozo
del que emanan resplandores dorados;
miles de ojos de peces que fulguran en la sombra;
y alas umbrosas que aletean en la oscuridad.
La mariposa de Zhuangzi
Mientras escribo poesía en mitad de la noche
la mariposa de Zhuangzi se posa en el muro.
Con mirada insinuante me observa.
¿Desde cuándo?
La mariposa que sólo pude ver en sueños
mece sus suaves alas en mi horizonte.
¿De qué profundidades viene
con perlas de rocío que caen de sus alas?
Está empapada del sombreado verde de los montes.
Para afinar mi visión poética, quizás,
la mariposa me hace señas.
La mariposa de Zhuangzi que huele a bosque fresco
y revela un instante las barbas enjutas de Zhuangzi.
Oscuridad
Cuando respiramos en la oscuridad
algunas cosas abren sus delgados ojos.
Algunas cosas abren sus delgados ojos
en sitios como nuestros hígados, corazones, cerebros.
A medida que algunas cosas abren sus ojos a la luz brillante,
algunas cosas abren sus ojos lenta, precavidamente,
cuando la oscuridad penetra.
Algunas cosas abrigan los más secretos sentires sobre la oscuridad.
Aun cuando no hay luz
algunas cosas abren sus delgados ojos,
reteniendo la respiración y soportando la penumbra.
Algunas cosas abren sus ojos lenta, cautelosamente,
para apaciguar nuestra ansiedad.
Algunas cosas rápidamente despejarán la sangre
que hayamos vomitado de súbito en nuestro espacio-tiempo.
Algunas cosas rápidamente nos sostendrán
si de repente caemos en un abismo sin límites.
No hay duda: existen tales cosas
así escapen a nuestros dedos.
Todas las cosas tienen ojos y oídos
Todas las cosas tienen ojos.
Cosas como velas, espejos y faroles
todas abren sus ojos a un infinito azul.
Como el poeta de este mundo captura sus miradas más allá de este mundo
como el poeta de ese mundo captura sus miradas más allá de ese mundo.
Todas las cosas mantienen abiertos sus ojos
en busca de las cosas sin forma,
en busca de las cosas sin voz,
en busca de las presencias ciegas dentro de nosotros mismos.
Todas las cosas tienen oídos.
Cosas como el clavo oxidado, la peinilla y el cepillo viejos
todas escuchan con todos sus oídos, reteniendo su respiro.
Como la gente de este mundo escucha las cosas de ese mundo,
como la gente de ese mundo escucha las cosas de este mundo.
Todas las cosas dirigen sus oídos a las cosas silenciosas.
Escuchan las cosas poseídas dentro de sí por la ignorancia.
Escuchan con todos los oídos, a pesar de los oídos.
Los oídos de todas las cosas están abiertos
como están abiertos los de aquellos de alma y mente tortuosas.
Todos los oídos de todas las cosas están abiertos
a los silencios sin forma ni figura
que se agitan detrás de los clamorosos sonidos.
Los oídos de todas las cosas están abiertos
a los silencios sin forma ni figura
que se agitan en los más hondos lugares
dentro de nosotros mismos.
Todas las cosas mantienen tus ojos abiertos, mantienen abiertos tus oídos.
Penetra las cosas poseídas por la ignorancia que esquiva nuestros ojos.
Ondea tus manos hacia el espacio-tiempo sin-ojos sin-oídos
que hemos esperado desde la más remota edad
que llega ahora ondeando sus manos.
¡Oh, cosas!, todas las cosas con ojos abiertos y abiertos oídos
daos la mano,
daos la mano apuntando a nuestro acorralado tiempo-espacio
que se encuentra en un plato vacío,
apuntando a nuestro sentido más profundo
que se encuentra en un plato vacío.
Ábrase de par en par nuestra ignorancia, ceguedad cautiva, muerte y final.
La voz de la mar me llama
La voz del mar que me llama
es una llama que danza en el viento marino.
Una llama pálida azulada por el mar
una llama que no regresa nunca
no importa que tan fuerte la llamemos
Una llama indecible
como una novia con los ojos fijos en el lecho nupcial
La voz del mar que me llama
es una llama sin ojos ni oídos.
Es una llama que arde afuera
y languidece adentro.
Traduciendo poesía coreana
En la era Choyong1
la luna navegando en la corriente purificó sus sortilegios.
Bajo sus encantamientos
los trinos de los pájaros y las canciones del hombre
fueron liberados del tiempo y del espacio
como un torrente de agua en el atardecer.
Sus voces aún alcanzan nuestra más íntima metáfora
para conducirnos a un imaginario más allá de lo humano.
Su abandonada tristeza hace que nuestra poesía parezca una flor
que resplandece en su llama.
En alguna parte del centro o de la periferia de su lengua
hay una metáfora que nuestras palabras no alcanzan.
Por muchos, el corazón se duele de una visión pura y ardiente
que se apartó por irrelevante o por irreverente.
O las locas fantasías que no sobrevivieron la brasa del horno.
Que se nos deje revivir el pájaro de Shilla2 como aparece en los ojos de Wonhyo3
o la vista del mundo en los ojos del poeta
cuya mirada se fijó más allá del tiempo y el espacio.
Palabras esparcidas todavía retienen la extraña luz
que cayó cuando el hombre estuvo por una vez cerca de Dios.
Los vestigios aún guardan las gotas de sangre
que aves migratorias dejaron caer desde su vuelo
sobre los campos de avena
o la sombra de un pájaro solitario muerto contra un muro.
Dejemos que la melodía ilumine las palabras que no alcanzan nuestras manos
y dejémoslas caer a nuestra comprensión
en éxtasis que deslumbre nuestra psiquis.
Dejemos que el melódico silencio libere nuestras imágenes internas, sofocantes,
en un panorama cósmico que vibre en el centro.
Dejemos que nuestras palabras se parezcan a una flor
que resplandece con su sinsentido.
1 Personaje de la mitología coreana. Hijo del dios del mar convertido en hombre, ayudó con sus poderes sobrenaturales a un antiguo rey.
2 Antiguo reino coreano que dominó entre los siglos I y X d.C.
3 Famoso monje y maestro budista del reino de Shilla.
Partir
Nada más fácil que partir.
Nada más íntimo.
Cada cosa que viene, de hecho está partiendo.
El hombre que se nos aproxima agitando las manos y sonriendo
está abandonando algo en su centro.
Su mano que gesticula cae a sus mismas profundidades
como pesada sombra.
El principio que abre luminosamente nuestra vía acuática
está muy lejos de nuestro principio.
La canción de la guitarra
La guitarra canta de un lejano río
donde el tímido sauce se queja con el viento.
Mientras se elevan las hojas de hierba en el aire
se despierta de su sueño para entonar su canto.
Sueña saetas de oro, plata y cobre
que vuelan de sus cuerdas a los cielos.
Cuando voces delirantes se escapan del pecho oscuro de las aves.
su éxtasis toca un instante las cuerdas eternas del corazón.
Cultiva como su música
algo que recuerda el dolor y la ansiedad
que persisten en el espacio y en el tiempo
donde sólo sobrevive la luz de las estrellas.
Al final, la canción de la guitarra se levanta lenta hacia los cielos
y abandona al crepúsculo el dolor de los hombres.
Recuerdo de una rosa
El día que los pétalos de rosa
se esparcieron en el pequeño lago
oculto adentro en las montañas,
el lago se agitó
como el corazón de una paloma,
y el cielo también se estremeció.
Un día
La agitación del tiempo
distorsiona
su cara
medio hincada fuera de la realidad.
La balanza del tiempo
centellea
en mis ojos somnolientos,
en mis ojos andariegos.
Deseo surrealista
Dejadme cultivar un jardín de voces,
un coro de sueños soñados y mi lengua tribal.
Liberad este estoicismo de silencio
para verterlo en la cacofonía del canto,
deletreando un glorioso sinsentido.
Dejadme cuidar una alameda de canciones de cigarras
esparcidas en un lecho de fulgores estelares.
Tarde lluviosa
En esta tarde lluviosa
las rosas del ventanal
ensombrecen mi descanso.
El respiro de mi adorado perrito
llena la habitación.
Cuando todos los sonidos abandonan el cuarto
el silencio domina sin rivala verdadera forma te liberará
de tierra, agua, fuego y viento.
Tierra, agua, fuego y viento serán tuyos al final.
Tu mente es parte de la mente cósmica.
Tu mente es una llama encendida en la llama cósmica.
Una vez después de que reconociste la tierra de Shilla,
a través del anillo de oro puesto por la reina Sondok
en el pecho del difunto Chi-kyu.1
La gente de Shilla contempló
desde el observatorio de Chumsungdae2
los cielos en llamas
y el nirvana y el samsara transmigrando.
Los pájaros que mis ojos contemplan
son los mismos pájaros que observas día a día
dando vueltas sobre el pueblo, o cruzando el río.
Sólo mis pájaros profieren conjuros penetrantes
y no dejan sombras en tu tierra.
Nirvana es samsara, samsara es nirvana.
Luz y sombra no son divisibles.
Dolor y placer son manifiestos en tu tiempo-espacio
y se manifiestan en el mío.
Presencia y ausencia no son divisibles.
Ellas encienden sus llamas una de otra.
Tu eres un bailarín de cuerda floja.
Enlazas un momento a otro momento precario
con deslumbrante agilidad.
Pero si realmente puedes escoger
podría fundir tu momento
con tu eternidad y la mía.
4
Cuando retrocedí de mi apego a las cosas
la Verdad estaba allí en la pavorosa luz
mirándome a la cara con asombro,
haciéndome sentir escalofríos.
Tu vida es un rizo de agua en el océano.
Pero es parte integral de los mares
de donde viene y adonde regresa.
Es la mejor imagen que puedo ofrecerte.
La verdadera imaginación determinará el curso de tu viaje.
Existe una fatal equivocación de tu parte.
La continuidad no está en la naturaleza de las cosas.
No es más que tu perseverancia,
la creencia que deseas.
Cultiva tu amor y tu humildad
con todo tu corazón.
Aprende a amar tu propio karma
y el de tu prójimo.
Con tus ojos de soledad
enarbola las llamas de tu existencia.
En tu pueblo natal
cultiva la oscuridad con todo el corazón y el alma.
Sólo a través de la extinción puede discernirse la muerte.
Presencia y ausencia van de la mano.
Hónralas al mismo tiempo.
Abandona los deseos de logro.
No hay logros
pues no hay nada para ser logrado.
Toma tu taza, ofrece tu taza
con la mayor devoción.
Puede ser tu última taza en esta vida.
Tu único propósito aquí es cumplir tu karma.
Lo esencial es despertar tu mente.
Concéntrate en el aquí y en el ahora.
En tu instante brilla la eternidad.
En tu instante brilla la eternidad.
La luna vierte su luz en el arroyo.
Vierte el arroyo su luz en la luna.
Encierras la Verdad en tu mano
¡pero no puedes verla!
1 La reina Sondok gobernó entre 632 y 645, época durante la cual entró el Son (Zen) a Corea. Según la leyenda, la guardia de la reina, cuando ésta se dirigía a la pagoda de Punhwang-sa en Kyongju, apartó bruscamente al mendigo Chi-kyu. Este reaccionó gritando que amaba a su reina y que si lograra verla una vez más moriría tranquilo. Cuando terminó la ceremonia, la reina a su regreso vio a Chi-kyu plácidamente dormido a la sombra de la pagoda. Sintió piedad de él, se detuvo y puso su anillo de oro en el pecho del mendigo. Éste despertó con gran euforia y en tal frenesí, que su cuerpo ardió hasta consumirse mientras su espíritu entraba al nirvana.
2 Observatorio astronómico situado en Kyongju, construido en el año 647.
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