Buch lesen: «Razón de las sinrazones»
Primera edición en MINIMALIA, agosto de 2008
Director de la colección: Alejandro Zenker
Coordinación técnica: Laura Rojo
Cuidado editorial: Elizabeth González
Coordinadora de producción: Beatriz Hernández
Formación digital: Itzbe Rodríguez Ciurana
Viñeta de portada: Mauricio Morán
Esta obra se publica con el apoyo del Instituto de Traducción de Literatura Coreana (klti).
© 2008, Solar, Servicios Editoriales, S.A. de C.V. Calle 2 número 21, San Pedro de los Pinos. 03800 México, D.F. Teléfonos y fax (conmutador): +52 (55) 5515-1657
solar@solareditores.com
www.solareditores.com
ISBN: 978-607-7640-21-9
Índice
Introducción
Paisaje
Las cosas que se mueren
Otro poema de la tarde otoñal
Mariposa
Nube y rosa
Adolescencia
Chalet
Dicen que no sabe
Crepúsculo
Todas las noches
Lágrima
Cielo
El día que te ibas
Ausencia
Poema para el anochecer otoñal
Los ojos del insecto
Viento
Mirada
Flor
Prólogo de un poemario para la flor
Nuez
Luna llena
Una nevada tardía
La primavera ha venido…
Flores de almendro
Medusa
Nieblas de primavera
Papel pardo
Pasada la época de calor estival
Mediodía color granada
Cielo del sur
Sandía
Tu cabellera
En patines
Cielo del oeste
Como la lluvia en la calle
Se pone el sol
La muerte de Zapata
La mano
Las hierbas estivales
El maíz de México
La silla
Otra vez la silla
Ajonjolí
Liber
Por una rendija pequeña
Primavera temprana
Cuando abrí los ojos en la madrugada
Poesía y hombre
Mao Tse-tung
Miré abajo
El eucalipto lejano
Danza
A vista de pájaro
En el libro
Escalera
Alondra
Paisaje con banco
Varietés para la silla
Varietés para la escalera
En el vuelo de Iberia
En la sala de espera del aeropuerto de Madrid
Blue
En las afueras de Toledo
He visto en Toledo
Mamita, hermanita
Una chica pública de Madrid
Andalucía
Gran catedral de Toledo
Hombros de Colón
El pájaro que no vuela
Lectura del tebeo
Estatua de Cervantes
Anteojos de Unamuno
Canción
Demonio
Yo, un día, de repente
Cara
Otro mar
Paseo
Viejo matrimonio
Bondad
Advertencia
Febrero
Aunque es de noche
Mi poema
Retrato
Poética
Dos perros
Introducción
Kim Chunsu es uno de los poetas más notables de la poesía co-reana contemporánea, semejante a Octavio Paz tanto por su gran calidad poética de estirpe vanguardista, como por su liderazgo espiritual entre los poetas coreanos actuales. Recientemente un crítico coreano dijo que Kim es hijo natural del posmodernismo, refiriéndose a que su poética no sigue ninguna tendencia vigente. Sin embargo, el mismo poeta tampoco está de acuerdo con el modo derridiano de leer la realidad:
La teoría derridiana de la deconstrucción parece estar de moda entre nosotros. Sin embargo, no es más que eso: una moda. Hace tiempo me llamó la atención dicha teoría, pero con los años voy perdiendo el interés, porque creo que aun si Derrida tiene parte de razón, ignora que el hombre necesita del sistema, de una y otra forma. Personalmente creo que el hombre ama más la superación de las deconstrucciones.
Se advierte que Kim Chunsu quería estar siempre a la vanguardia renovadora de la poesía coreana. El poeta participó en la tendencia simbolista en sus primeros tiempos, para rebelarse en seguida contra su poética anterior, acusándola de “inercia imaginativa”, préstamo de las tradiciones literarias anteriores. El poeta se dio cuenta de que el simbolismo tiende a reproducir las ideas nuevas basándose en analogías insólitas, mas siempre inspiradas por el imaginario de la tradición literaria coreana.
Él quiso descubrir las realidades íntimas de las cosas que nos circundan, como Platón trató de llegar al mundo de las “ideas” negando las realidades sensibles y espirituales. El mundo de las ideas se nos presenta siempre como algo borroso, inalcanzable, sin sentido. A partir de ahí empezó a definir su poética con el nombre de poesía sin sentido, término que recuerda la descripción de lo intrascendente de la greguería de Ramón Gómez de la Serna. En el escritor español predominan las metáforas de las realidades vistas y sentidas, casi siempre con intención humorística (de ahí su intrascendencia), mientras que en el poeta coreano abundan los meros apuntes y descripciones de la realidad observada, sin pasar, a primera vista, por el proceso de escrutinio de las analogías escondidas, operación muy necesaria para producir metáforas.
A Kim Chunsu le siguen gustando los símbolos: la flor, la rosa, la nieve, la nube, etc., sólo que estos símbolos se encuentran rodeados casi siempre de imágenes insólitas e incongruentes. En cierto modo, es un superrealista, no por su modo de escribir —automático—, sino por buscar para su poesía las imágenes a toda costa inconexas, como lo define Carlos Bousoño en su libro Superrealismo y simbolización. Pues bien, si el superrealista es, al fin y al cabo, un simbolista, Kim Chunsu no deja de ser poeta del simbolismo, pues declara que su poesía busca las analogías preconscientes. A propósito, veamos una de las primeras muestras de su poética:
Prólogo de un poemario para la flor
Soy ahora una bestia peligrosa.
Si te tocan mis manos,
te conviertes en tinieblas lejanas.
Floreces, te marchitas
sin nombre
en la punta de una rama trémula del ser.
[…]
Y mi llanto poco a poco se convierte
en brisa loca de alta noche
y sacude la torre
y hace de la piedra, oro.
—¡Oh, mi novia con su rostro cubierto por un velo!
Cada vez que el poeta intenta apresar la realidad, ésta se aleja más de sus manos. Vemos que hay un tú que “floreces, te marchitas/sin nombre/en la punta de una rama trémula del ser”, pero no puede expresarlo con “el nombre exacto de las cosas” juanramoniano. De ahí “mi llanto”, “brisa loca de alta noche”. Y este sacudimiento “hace de la piedra, oro”.
“Mi novia” es una criatura de la torre del silencio que no se deja ver ni oír. Sin embargo, no por eso deja de existir. “Mi novia” se encuentra más allá de mis manos y palabras. “Mi novia” es una aparición apenas perceptible, siempre “cubierta por un velo”. Y esta ausencia no es un mero obstáculo o negación para amar. Todo lo contrario: nos provoca más entusiamo y ansias de conocerla.
El poeta enamorado se dedica a describir punto por punto los detalles y las formas de los seres sin “rostro”, sin “nombre”, que nos rodean. Ésta es su poética:
Mi poema
Dicen que alguien ha dicho
que mi poema
es un accesorio de lujo.
Muy bien dicho.
Oscar Wilde dijo
que el accesorio
“no se desgasta por su significado cualquiera”.
[…]
Como el sol, como la luna en el cielo, mi poema
“no se desgasta
por el significado”:
sólo se cuida
para estar en forma