Mabinogion. Relatos galeses medievales

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 En esta actitud de Pwyll se subraya su lealtad y fidelidad y se construyen las bases de la amistad duradera entre Arawn y él.



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 La descripción de las escenas de combate tiende a incorporar fórmulas definidas que se repiten, como estudia Regine Reck en

The Aesthetics of Combat in Medieval Welsh Literature

, Rahden/Westfalen, Marie Leidorf, 2010. Otra característica especial es el uso del tiempo verbal presente para enfatizar la serie de acciones consecutivas y generar un efecto dramático. Suele aparecer también asociado a sorpresas o a la llegada de un personaje que introducirá una nueva aventura o cambiará el rumbo de los acontecimientos. Vale señalar que la épica románica utiliza procedimientos muy similares.



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 El homenaje es una práctica medieval por la cual un hombre (el vasallo) le juraba lealtad a su señor –lo que implicaba contribuir militarmente en tiempos de guerra, brindarle hospitalidad durante el circuito por su tierra y retribuirle en productos o dinero– a cambio de protección. Se creaba así una red de relaciones interpersonales entre señores y vasallos: un mismo hombre podía ser vasallo de un rey, por ejemplo, y, a su vez, señor de otros vasallos.



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 Es decir, literalmente, Pwyll «Jefe/Cabeza de Annwfn». Con esta explicación onomástica se cierra la primera parte del relato.



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Gorsedd

 significa «colina» o «túmulo». Es muy común, como se explica aquí, que ocurra algo sobrenatural en un

gorsedd

. Por ejemplo, en la

Tercera rama del mabinogi

, es desde este mismo lugar donde los personajes ven caer una niebla maravillosa.



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 El nombre Rhiannon deriva del de la diosa céltica Rigantona, «La gran reina» o «La divina reina». Es evidente que Rhiannon posee algunas cualidades mágicas y está asociada con caballos, por lo cual muchos críticos la identifican directamente con la diosa ecuestre Epona. En la

Segunda rama del mabinogi

 se hace referencia a los pájaros de Rhiannon, que cantan durante el banquete en Harlech, mientras que en el relato de Culhwch se les atribuye despertar a los muertos y hacer dormir a los vivos. Aquí aparece como la hija de Hyfaidd el Viejo y en el resto del cuento se comportará como una mujer de la aristocracia, con mucha personalidad y sagacidad, pero humana al fin, que atraviesa tribulaciones y plantea problemas de interés para la sociedad galesa medieval.



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 A partir de esta breve descripción vislumbramos la disposición espacial de la sala de un señor, tal y como se observa en las leyes. De acuerdo con éstas, el fuego del medio dividía el espacio en una sección superior y otra inferior. La parte superior era donde se sentaban los hombres de mayor estatus y estaba destinada al rey o señor y a los principales oficiales de la corte.



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 El nombre Gwawl hijo de Clud quizá signifique «Muro hijo de Clyde», lo cual aportaría un elemento cómico ya que se conoce como

gwawl

 a la muralla romana entre el Forth y el Clyde, en Escocia, que había mandado a construir el emperador Antonino.



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 La explicación del juego «tejón en la bolsa» es también un relato onomástico. El juego consistía en encerrar a un hombre dentro de un saco y después golpearlo y patearlo. Quizás esté asociado con otra práctica del norte de Europa en la que se engañaba a un tejón para que saliera de su guarida, se lo encerraba en una bolsa y luego se lo mataba a golpes. En este episodio, Pwyll, gracias a que Rhiannon orquesta esta solución, engaña a su oponente para triunfar sobre él.



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 Gwawl ha prestado juramento, es decir, se ha comprometido legalmente a no buscar venganza, para lo cual se requieren garantes (

meicheu

). De acuerdo con las leyes, los garantes son hombres cuya intervención es necesaria para convertir una transacción entre dos partes en un acuerdo, y se encargarán, frente a alguna violación del pacto, de asegurar su cumplimiento (

Law

, pp. 247-8). No obstante, en la

Tercera rama del mabinogi

 veremos que uno de los amigos de Gwawl rompe este juramento, lo que lleva a Manawydan a tomar precauciones especiales.



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 Las formalidades del casamiento incluyen estipular una fecha, organizar un banquete y consumar le relación. Las leyes galesas contemplaban, además, la separación de los esposos bajo determinadas circunstancias: por ejemplo, la mujer podía abandonar a su esposo si éste era leproso, tenía mal aliento o era impotente (

Law

, p. 46).



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 «Hermano de crianza» hace referencia al vínculo de crianza o padrinazgo, una costumbre de la aristocracia por la cual los hijos eran criados por parientes o amigos en vez de por su familia directa de sangre. Esto establecía lazos muy cercanos entre el joven y sus padres y hermanos de crianza, muchas veces más fuertes que los sanguíneos.



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 Vemos aquí un motivo característico del cuento tradicional, el de «la esposa calumniada»: Rhiannon es falsamente acusada de matar a su hijo.



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 El nombre de Teyrnon deriva del dios céltico Tigernonos, «El gran señor» o «El divino señor». Su epíteto, «Rugido de la Marea», ha sido interpretado en referencia al río Severn. Gwent Is Coed es uno de los dos

cantrefi

 de Gwent, al sureste de Gales; éste se ubicaba al sur de un bosque, en la zona baja del Canal de Bristol, de ahí su nombre

Is

 («bajo»)

Coed

 («bosque»).



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 La calenda de mayo era el primer día de ese mes, cuando comenzaba el verano céltico, una de las dos estaciones del año, junto con el invierno que comenzaba el primero de noviembre (cuando hoy se celebra Halloween). Estos eran días especiales en los que las fronteras entre el mundo de los vivos o «natural» y el de los muertos o «sobrenatural» se difuminaban, permitiendo que los espíritus interactuaran con las personas, dando lugar a acontecimientos maravillosos. Lo mismo pasa en «La aventura de Lludd y Llefelys» con la segunda peste y en «Culhwch y Olwen» durante la descripción del enfrentamiento entre Gwyn hijo de Nudd y Gwythyr hijo de Greidol, que ocurre todos los primeros de mayo.



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 El autor reconoce que el bautismo es una referencia inapropiada para el tipo de ceremonia precristiana por medio de la cual se le otorga nombre al niño, explicitando, de este modo, el contexto precristiano de estos relatos. Gwri Wallt Euryn significa Gwri «Cabello Dorado».



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 El nacimiento misterioso de Gwri, su crecimiento sobrenatural y sus habilidades son parte de los inicios de una carrera heroica similar a la de otros héroes. En algunos casos, como aquí, el nacimiento del héroe ocurre simultáneamente al de un animal, con el que desarrolla algún tipo de relación.



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 Otro relato onomástico relacionado, en este caso, con la alegría que siente Rhiannon al ser liberada de su

pryder

 («preocupación», «ansiedad») por su hijo. Pendaran Dyfed (quien aparece también en la

Segunda rama del mabinogi

) se convertirá en el padre de crianza de Pryderi.



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 Los tres

cantrefi

 de Ystrad Tywi eran: Cantref Mawr, Cantref Bychan y Cantref Eginog. Los cuatro de Ceredigion corresponden a la región actual de Cardigan.



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 Véase la Introducción para una discusión de esta fórmula de cierre.







Segunda rama del mabinogi





Bendigeidfran hijo de Llŷr era rey coronado de esta isla y había sido investido con la corona de Londres

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. Una tarde se encontraba en Harlech en Ardudwy, una de sus cortes

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. Estaba sentado en la piedra de Harlech, sobre el mar, junto a su hermano Manawydan hijo de Llŷr, dos hermanos más de parte de su madre, Nysien y Efnysien, y sus hombres, como correspondía alrededor de un rey. Sus dos medio hermanos eran hijos de Eurosswyd y de su propia madre Penarddun hija de Beli, hijo de Manogan

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. Uno de ellos era un buen muchacho, ya que podía concertar la paz entre dos huestes cuando éstas estuvieran más enfurecidas; ese era Nysien. El otro podía causar la guerra entre los dos hermanos cuando estos se quisiesen más.



Mientras estaban sentados allí vieron trece barcos que venían del sur de Irlanda, los cuales se dirigían hacia ellos velozmente y con facilidad; con el viento detrás, se acercaban a gran velocidad.



–Veo barcos allí –dijo el rey–, y vienen audazmente hacia la costa. Pídanles a los hombres de la corte que se pongan las armaduras y vayan a ver cuáles son sus intenciones.



Los hombres se armaron y bajaron hacia ellos. Luego de ver los barcos de cerca, no tenían duda de que nunca habían visto unos de decoración más hermosa, con bellos y finos estandartes de exquisita seda brocada.



Entonces, hete aquí que uno de los barcos se adelantó a los otros y pudieron ver un escudo levantarse por sobre la cubierta del barco, con su punta hacia arriba en señal de paz. Los hombres se acercaron para entablar conversación. Los otros sacaron los botes, se aproximaron a la costa y saludaron al rey, quien los escuchó desde donde estaba, en la piedra alta sobre sus cabezas.



–Dios les dé prosperidad –dijo–, bienvenidos sean. ¿Quién posee esos barcos y quién es su jefe?



–Señor –respondieron ellos–, aquí está Matholwch, rey de Irlanda, y a él le pertenecen los barcos.



–¿Qué desea? –preguntó el rey–. ¿Quiere bajar a tierra?



–No, señor –contestaron ellos–, a menos que su solicitud sea recibida. Tiene una propuesta para ti.



–¿Qué clase de propuesta tiene? –preguntó el rey.



–Desea aliarse contigo, señor –respondieron ellos–. Vino a pedir a Branwen hija de Llŷr y, si te parece bien, desea unir la Isla de los Poderosos con Irlanda para que juntas sean más fuertes

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.

 



–Bien –respondió Bendigeidfran–, que baje a tierra y nosotros tomaremos consejo al respecto.



Esta respuesta llegó a oídos de Matholwch:



–Así lo haré con gusto –dijo. Luego bajó a tierra y se le dio la bienvenida; hubo un gran tumulto en la corte esa noche, entre su comitiva y la hueste local.



Lo primero que hicieron a la mañana siguiente fue tomar consejo. Lo que se decidió en el consejo fue entregar a Branwen a Matholwch. Ella era una de las Tres Doncellas Principales de esta isla, la muchacha más hermosa del mundo

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 . Fijaron una fecha en Aberffraw para que Matholwch se acostara con ella y hacia allí partieron

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. Las huestes se pusieron en camino, las de Matholwch en los barcos y las de Bendigeidfran por tierra, hasta que llegaron a Aberffraw. Allí comenzó el banquete y se sentaron. Así es como lo hicieron: a un lado el rey de la Isla de los Poderosos junto a Manawydan hijo de Llŷr y al otro lado Branwen hija de Llŷr junto a Matholwch. No estaban en una casa sino en una carpa, ya que Bendigeidfran nunca había cabido en una casa.



Comenzó la celebración y siguieron entreteniéndose y conversando. Cuando vieron que era mejor irse a dormir que seguir entreteniéndose, se fueron a acostar. Esa noche Matholwch durmió con Branwen. A la mañana siguiente se levantaron todos los de la hueste de la corte. Los oficiales empezaron a discutir el alojamiento de los caballos y los sirvientes, y los alojaron en cada región hasta el mar. En eso, un día, hete aquí que Efnysien, el hombre peleador del que hablamos antes, encontró el albergue de los caballos de Matholwch y preguntó de quién eran los caballos.



–Son los caballos de Matholwch, rey de Irlanda –le respondieron.



–¿Qué hacen aquí? –preguntó Efnysien.



–Aquí está el rey de Irlanda y ha dormido con Branwen, tu hermana, y estos son sus caballos.



–¿Es eso, entonces, lo que hicieron con tan buena mujer, mi propia hermana, entregarla sin mi permiso? No podían insultarme más –replicó él.



Se dirigió hacia los caballos y les cortó los labios hasta los dientes y las orejas hasta la cabeza y las cerdas hasta la cola, y donde pudo sujetar los párpados, los cortó hasta el hueso. Así mutiló a los caballos, de modo que ya no tenían ningún uso posible.



La noticia llegó a Matholwch: le fueron relatadas la mutilación y corrupción de sus caballos, con lo cual ya no tenían ningún valor.



–Sí, señor –dijo uno–, has sido insultado y esto ha sido a propósito.



–Dios sabe, estoy asombrado de que me hayan entregado a tan buena mujer, de tan alto rango y tan querida por sus parientes, si me querían insultar.



–Señor –dijo otro–, ya lo verás si así fue. No tienes nada que hacer aquí excepto regresar a tus barcos –por lo tanto, Matholwch marchó hacia los barcos.



La noticia llegó a Bendigeidfran: Matholwch había abandonado la isla sin preguntar y sin permiso. Se despacharon mensajeros para preguntarle por qué había ocurrido eso. Los mensajeros eran Iddig hijo de Anarog y Hyfaidd Hir. Estos hombres lo alcanzaron y le preguntaron cuál era su intención y por qué razón emprendía la marcha.



–Dios sabe –respondió él–. Si lo hubiera sabido, no habría venido. He sido completamente insultado. Nunca nadie se ha embarcado en una empresa tan desafortunada como ésta. Algo extraño me ha sucedido.



–¿Qué? –le preguntaron.



–Haber recibido a Branwen hija de Llŷr, una de las Tres Doncellas Principales de esta isla, hija de un rey de la Isla de los Poderosos, haber dormido con ella y luego ser insultado. Me sorprendió que el insulto no se hubiera cometido antes de darme a una mujer tan buena.



–Dios sabe, señor, que ese insulto no fue hecho con el consentimiento de quien gobierna esta corte, ni con el de nadie de su consejo –contestaron ellos–. Aunque sea una desgracia para ti, este deshonor y engaño es peor para Bendigeidfran.



–Sí –replicó él–, lo creo. Pero, sin embargo, no puede hacer desaparecer el insulto por eso.



Los hombres regresaron con esa respuesta a donde estaba Bendigeidfran y le contaron lo que había dicho Matholwch.



–Bueno –dijo él–, sería un desastre que se fuera enojado, no podemos permitírselo.



–Sí, señor –respondieron ellos–, envíe mensajeros de nuevo tras él.



–Lo haré –dijo–. Levántense Manawydan hijo de Llŷr, Efeyd Hir e Unig Glew Yscwydd y vayan tras él. Díganle que recibirá un caballo sano por cada uno mutilado y, además, recibirá como compensación de su honor una vara de plata tan gruesa como su meñique y tan alta como él mismo, y un plato de oro tan ancho como su rostro

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. Y díganle qué clase de hombre ocasionó esto y que fue hecho en contra de mi voluntad; que un hermano de parte de mi madre lo hizo y no es fácil para mí matarlo o acabarlo. Traigan a Matholwch a verme y yo concertaré la paz bajo las condiciones que él desee.



Los mensajeros partieron tras Matholwch, le transmitieron esas palabras con amabilidad y él los escuchó.



–Hombres –dijo él–, tomaremos consejo.



Fue al consejo y esto es lo que consideraron: si rechazaban la propuesta era más probable que recibieran más humillación que compensación. Entonces Matholwch decidió aceptarla y fueron a la corte en paz. Prepararon las carpas y tiendas disponiéndolas como salas y fueron a comer. Y así como se habían sentado al inicio del banquete, se sentaron ahora.



Matholwch y Bendigeidfran comenzaron a dialogar. Pero he aquí que la conversación de Matholwch le pareció tediosa y triste a Bendigeidfran, ya que antes siempre había sido alegre. Pensó que el rey estaba muy apesadumbrado por la pequeñez de la compensación que había recibido por el insulto.



–Señor –dijo Bendigeidfran–, no estás tan conversador hoy como la otra noche. Si tu compensación te parece demasiado pequeña, podrás agregar lo que desees y mañana te entregaré tus caballos.



–Señor –respondió Matholwch–, Dios te lo pague.



–Además mejoraré tu compensación –dijo Bendigeidfran–. Te daré un caldero, cuya peculiaridad es que si hoy arrojas adentro a un hombre que se haya muerto, para mañana estará tan bien como siempre, excepto que no tendrá voz

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.



Matholwch le agradeció el presente y estaba muy contento a causa del caldero. Al día siguiente le fueron entregados los caballos, mientras hubo caballos domesticados. De allí fue llevado a otra comarca y le fueron entregados potrillos hasta que la cuenta fue pagada por completo

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; por ese motivo, la comarca se llamó Talebolyon de ahí en más

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.



La segunda noche se sentaros juntos.



–Señor –dijo Matholwch–, ¿dónde conseguiste el caldero que me diste?



–Lo conseguí a través de un hombre que había estado en tu país –contestó–. Hasta donde sé, allí lo obtuvo.



–¿Quién era ese? –preguntó.



–Llasar Llaes Gyfnewid –respondió Bendigeidfran–. Vino aquí desde Irlanda con su esposa, Cymidei Cymeinfoll, y huyeron de la casa de hierro en Irlanda cuando se volvió incandescente alrededor de ellos. Me sorprende que no sepas nada sobre eso.



–Sí sé, señor –dijo–, y todo cuanto sé te lo contaré. Estaba cazando un día en Irlanda, en la cima de la colina sobre el lago que se llama Llyn y Pair, cuando vi a un hombre grande de cabello rubio rojizo venir del lago con un caldero sobre la espalda

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. Era un hombre descomunal, bestial, con una maldad bruta. Su mujer iba detrás; aunque él era gigante, dos veces más grande era ella. Se dirigieron hacia mí y me saludaron. «Bueno –dije yo–, ¿cómo van sus cosas?». «Así están las cosas con nosotros, señor –respondió–. Esta mujer, al final de un mes y una quincena, concebirá y el niño que nazca de ese embarazo será un guerrero totalmente armado al final de un mes y una quincena». Los llevé conmigo y los mantuve. Un año estuvieron conmigo. Durante ese año no recibí quejas sobre ellos pero, a partir de ese momento, fueron envidiados. Antes del final del cuarto mes, ellos mismos causaban el odio de la gente y no eran bienvenidos en el país, cometiendo insultos, hostigando y atormentando a hombres nobles y damas

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. A partir de ese momento mi país se volvió contra mí, me reclamó que me deshiciera de ellos y me dio a elegir: o mi país o ellos. Encomendé al consejo de mi país qué hacer con ellos. No se irían por su propia voluntad y tampoco era necesario que se marcharan a regañadientes debido a su habilidad para luchar. Entonces, en este dilema, se decidió construir una habitación totalmente de hierro. Una vez terminada la habitación, se convocó allí a los herreros de Irlanda y a todos aquellos que poseían pinzas y martillos. Se colocó madera hasta el techo de la estancia y se les preparó un abundante servicio de comida y bebida a la mujer, al hombre y a sus hijos. Cuando se supo que estaban borrachos, comenzaron a prender fuego a la madera de la habitación y a avivar el fuego con los fuelles que habían colocado alrededor de la casa –un hombre cada dos fuelles–. Lo avivaron hasta que salieron llamas incandescentes por encima de la casa. Entonces la familia se reunió en consejo en el centro de la habitación y el hombre esperó hasta que la pared de hierro se volvió blanca. Debido al gran calor cargó contra la pared con su hombro y se escapó a través de ella con su esposa detrás. Nadie escapó de allí, salvo el hombre y su mujer. Luego –le dijo Matholwch a Bendigeidfran–, me parece que acudió a ti

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.



–Dios sabe que sí –respondió aquél–. Hacia aquí vino y me dio el caldero.



–¿De qué forma los recibiste, señor?



–Los repartí por todos los rincones de mi tierra. Son muchos y prosperan en todos lados y fortifican así los sitios donde están, con los mejores hombres y armas del mundo.



Siguieron conversando, cantando y entreteniéndose todo cuanto quisieron esa noche. Así pasaron el tiempo divirtiéndose en el banquete. Cuando vieron que era mejor irse a dormir que seguir sentados, se fueron a acostar. Al final Matholwch partió junto con Branwen rumbo a Irlanda. Zarparon de Abermenai en trece barcos y llegaron a Irlanda

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.



Allí fueron recibidos con gran alegría. Ningún noble o dama de Irlanda que visitara a Branwen se iba sin recibir un broche, un anillo o una joya real valiosa, y era extraordinario ver esos objetos yéndose de la corte. Durante ese año ganó renombre y prosperó en honor y amigos. Mientras tanto, ella quedó embarazada y, cuando llegó el momento, dio a luz a un niño. Le dieron el nombre de Gwern hijo de Matholwch. El niño fue entregado para su crianza al mejor lugar para hombres de Irlanda

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.



Ahora bien, en el segundo año surgió un alboroto en Irlanda a propósito del insulto que había recibido Matholwch en Gales y de la desgracia que había sido cometida a causa de sus caballos. Entonces sus hermanos de crianza, junto con sus parientes, le reprocharon este asunto abiertamente. De repente hubo tal tumulto en Irlanda que Matholwch no tuvo paz hasta que vengó el insulto. Así es como lo hicieron: se llevaron a Branwen de la habitación de su marido, la obligaron a cocinar en la corte e hicieron que el cocinero, después de haber cortado la carne, fuera hacia ella y le propinara una bofetada en la oreja todos los días

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. Y así se concretó su castigo.



–Bueno, señor –le dijeron los hombres a Matholwch–, establece ahora una prohibición sobre los barcos, naves y esquifes para que nadie vaya a Gales. Y si alguien llegara aquí desde Gales, encarcélalo y no lo dejes regresar, por miedo a que se sepa lo que ha ocurrido –y se pusieron de acuerdo en eso.



Así pasaron no menos de tres años. Mientras tanto, Branwen crio un pequeño estornino en el borde de la artesa, le enseñó a hablar y le contó la clase de hombre que era su hermano. Y llevó consigo una carta sobre sus tormentos y desgracias sufridas, la ató a la base de las alas del pájaro y lo envió a Gales. El pájaro llegó a esta isla y encontró a Bendigeidfran en Caer Saint en Arfon, donde estaba un día en una de sus asambleas

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. Descendió sobre su hombro y erizó sus plumas, con lo cual la carta fue descubierta y Bendigeidfran se percató de que el pájaro había sido domesticado. Tomó la carta y la miró. Cuando la carta fue leída, se apenó mucho al escuchar acerca del sufrimiento de Branwen y comenzó a enviar desde ese lugar mensajeros para convocar a todos los hombres de la isla. Respondieron al llamado reclutas de ciento cincuenta y cuatro regiones y el mismo Bendigeidfran denunció ante ellos el tormento que sufría su hermana. Entonces tomaron consejo y decidieron partir a Irlanda dejando en Gales a siete de los príncipes de la isla, con Caradog hijo de Brân a la cabeza, junto con siete caballeros. En Edeirnion fueron dejados estos hombres y a causa de ello la zona fue llamada Saith Marchog

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. Los siete hombres eran: Caradog hijo de Brân, Hyfaidd Hir, Unig Glew Ysgwydd, Iddig hijo de Anarog Walltgrwn, Ffodor hijo de Erfyll, Wlch Minasgwrn, Llashar hijo de Llayssar Llaesgyngwyd y Pendaran Dyfed, entonces un muchacho joven

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. Estos siete fueron designados senescales para cuidar la isla, con Caradog hijo de Brân a la cabeza

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.

 



Bendigeidfran y la hueste de la que habíamos hablado se embarcaron rumbo a Irlanda. Como no era profundo el mar en ese lugar, Bendigeidfran lo vadeó. No había más que dos ríos, Lli y Archan solían llamarse, pero luego el mar se expandió y cubrió los reinos

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. Bendigeidfran entonces caminó con todos los instrumentos de cuerda en la espalda y marchó hacia la costa de Irlanda.



Los porquerizos de Matholwch estaban un día en la costa del mar, ocupados con sus cerdos, y a causa de lo que vieron sobre el mar se dirigieron a Matholwch:



–Salve, señor –le dijeron.



–Dios les dé prosperidad –respondió el–. ¿Tienen novedades?



–Sí, señor –replicaron–. Tenemos una noticia maravillosa: hemos visto un bosque sobre el mar, allí donde nunca habíamos visto ni un solo árbol

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.



–¡Qué cosa extraña! –contestó Matholwch–. ¿Vieron algo más aparte de eso?



–Sí, señor –dijeron–. Vimos una montaña gigante al lado del bosque, moviéndose. Y una cresta muy elevada sobre la montaña y un lago a cada lado de la cresta. Y el bosque, la montaña y absolutamente todo lo demás estaba en movimiento.



–Bueno –respondió el otro–, no hay nadie aquí que pueda saber algo sobre eso, a menos que Branwen sepa. Pregúntenle a ella.



Los mensajeros se dirigieron a Brawen y le preguntaron:



–Señora, ¿qué piensas que es eso?



–Aunque no soy una señora –respondió ella–, sé que es eso. Los hombres de la Isla de los Poderosos están cruzando el mar tras haber escuchado mi sufrimiento y tormento.



–¿Qué es el bosque que se ha visto sobre el mar? –preguntaron.



–Mástiles de barcos.



–¡Oh! ¿Y qué es la montaña que se ve al lado de los barcos?



–Mi hermano Bendigeidfran, vadeando el mar. No existe barco que pueda contenerlo.



–¿Qué es la cresta elevada y el lago a cada lado?



–Él mirando furioso hacia esta isla. Sus dos ojos a cada lado de la nariz son los dos lagos a cada lado de la cresta.



Entonces todos los hombres de Irlanda y de las regiones costeras que podían pelear fueron convocados y se reunieron en consejo.



–Señor –dijeron los nobles a Matholwch–, no hay ninguna otra posibilidad más que replegarse a través del Llinon (un río que había en Irlanda) y dejarlo entre ellos y nosotros destruyendo el puente que hay en el medio. Hay piedras imantadas en el fondo del río y, por lo tanto, no podrán cruzarlo ni barcos ni naves.



De este modo se replegaron a través del río y destruyeron el puente. Bendigeidfran llegó a tierra junto con su flota y se encaminó hacia la ribera del río.



–Señor –dijeron sus nobles–, tú conoces la característica de este río: nadie puede cruzarlo y tampoco hay puente sobre él. ¿Qué aconsejas hacer respecto del puente?



–Nada, excepto que aquel que es líder sea puente. Yo seré el puente.



Esta fue la primera vez que se pronunció ese dicho, que se sigue utilizando como proverbio.



Entonces, después de haberse acostado sobre el río, fueron colocadas vallas sobre él y sus huestes cruzaron al otro lado. E inmediatamente después de haberse levantado, hete aquí que los mensajeros de Matholwch se aproximaron y lo saludaron. Le hablaron de parte de Matholwch, su pariente, y le transmitieron que éste no deseaba nada más que el bien para Bendigeidfran. A continuación dijeron:



–Matholwch, además, entregará el reinado de Irlanda a Gwern, su hijo, tu propio sobrino, hijo de tu hermana, y lo investirá en tu presencia para compensar la injusticia y el insulto cometidos a Branwen. Haz los preparativos para Matholwch donde desees, aquí o en la Isla de los Poderosos.



–Bueno –respondió por su parte Bendigeidfran–. Si yo mismo no puedo recibir el reinado, quizá tome consejo respecto de su mensaje. En relación con lo que me dices, hasta no recibir alguna alternativa, no te daré una respuesta.



–Muy bien, te traeremos la mejor respuesta que consigamos. Espera nuestro mensaje.



–Esperaré –contestó– si vuelven pronto.



Los mensajeros se fueron y volvieron a Matholwch.



–Señor –dijeron–, prepara una respuesta mejor para Bendigeidfran. No aceptó la respuesta que teníamos para él.



–Hombres, ¿cuál es su consejo?



–Señor, no hay más que uno: Bendigeidfran no cabe dentro de una casa. Por lo tanto, construye una conforme a su dignidad, de modo que haya espacio para que él y los hombres de la Isla de los Poderosos estén de un lado de la casa, y tú y tu hueste del otro. Coloca el reinado a disposición de él y ríndele homenaje. Y por el honor de haberle construido una casa, pues nunca tuvo una en la que pudiera entrar, se reconciliará contigo.



Los mensajeros volvieron a Bendigeidfran con ese mensaje y éste, por su parte, se reunió en consejo. Lo que decidieron fue aceptar la propuesta gracias a las sugerencias de Branwen, pues ella temía que asolaran el país.



Confirmaron la paz y la casa fue construida grande y amplia. Pero los irlandeses habían tramado una estratagema: habían colocado un gancho a cada lado de cada una de las cien columnas que había en la casa y habían colgado un costal de cuero en cada gancho con un hombre armado en el interior. Mas Efnysien se había adelantado a la hueste de la Isla de los Poderosos y echó una mirada feroz y despiadada por toda la casa, y así descubrió los costales de cuero que había en los pilares.



–¿Qué hay en este costal? –preguntó a uno de los irlandeses.



–Harina, amigo –respondió.



Efnysien palpó el costal hasta que encontró la cabeza del hombre y se la apretó hasta sentir que sus dedos se hundían a través del hueso en el cerebro. Se alejó de éste y puso su mano sobre otro y preguntó «¿Qué hay acá?». «Harina», contestó el irlandés. Le fue haciendo la misma treta a cada uno, hasta que no quedó más que un hombre vivo de los doscientos. Y fue hacia él y le preguntó «¿Qué hay acá?». «Harina, amigo», dijo el irlandés. Efnysien palpó el costal hasta que encontró la cabeza del hombre y, así como había apretado la cabeza de los otros, oprimió esa; podía sentir la armadura sobre ella. No lo dejó hasta matarlo y luego cantó un

englyn

87

:



Hay en estos costales un tipo de harina diferente



Campeones, soldados, atacantes en combate



Contra guerreros listos para ir al frente



En ese momento, las huestes entraron en la casa. Por un lado, los hombres de la isla de Irlanda y, por el otro, los de la Isla de los Poderosos. Tan pronto se sentaron, hubo acuerdo entre ellos y el niño fue investido con el reinado.



Luego de finalizar la alianza, Bendigeidfran llamó al niño hacia él. De Bendigeidfran el niño se dirigió hacia Manawydan. Todos los que lo veían sentían afecto por él. Después de Manawydan lo llamó Nysien hijo de Eurosswyd; el niño fue hacia él amigablemente. Entonces Efnysien dijo:



–¿Por qué mi sobrino, el hijo de mi hermana, no se acerca a mí? Aunque no fuera rey de Irlanda, de buen grado sería su amigo.



–Ve con gusto –le dijo Bendigeidfran. Y el niño así lo hizo.



«Confieso ante Dios», se dijo Efnysien, «que un crimen inconcebible de parte de un pariente es el que yo cometeré ahora». Se levanta, agarra al niño por los pies e, inmediatamente y sin que nadie pueda alcanzarlo, lo arroja de cabeza en las llamas. Cuando Branwen ve a su hijo quemado en el fuego intenta dar un salto hacia las llamas desde el lugar en el que está sentada, entre sus dos hermanos, pero Bendigeidfran la agarra con una mano mientras con la otra sostiene su escudo. Entonces todos en la casa se preci

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