Género y eneagrama

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Género y eneagrama
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De Bernardis, Silvana Ruth

Género y Eneagrama : las nueve miradas de género / Silvana Ruth De Bernardis. - 1a ed.- Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2020.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: online

ISBN 978-987-87-0644-3

1. Autoayuda. I. Título.

CDD 158.1

Editorial Autores de Argentina

www.autoresdeargentina.com

Mail: info@autoresdeargentina.com

Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723

Impreso en Argentina – Printed in Argentina

A mis abuelos, el recuerdo de sus sonrisas al mirarme me sigue llenando de amor aun en sus ausencias.

A mis abuelas por ser mujeres que defendieron su felicidad y lucharon por ella.

A mi padre, que me inculcó que ningún sueño es demasiado grande y que la voluntad y el esfuerzo deben acompañarlo para encontrar la medida justa. Su fortaleza guía la mía.

A mi madre, que me puso de muy pequeña en el camino del arte, del mundo creativo, corriendo todos los parámetros de realidad y de normalidad, todas las deconstrucciones son posibles cuando uno corre las fronteras.

Este libro es parte de todo el tiempo que le retacie al trabajo y a mi pareja Carlos, mi amor, al que le agradezco en especial, con quien construimos una pareja bastante deconstruida. Periodo en el que transitamos nuestras individualidades, amor, diferencias, compañerismo y pasiones.

A mis amigos con los que compartí el lenguaje y con los que, afirmando las diferencias, me hicieron sentir que mi palabra era necesaria, que mi contribución tenía sentido.

A Cristina y a Veronica indispensables para que yo pueda escribir, de quienes aprendo todos los días, su lugar de trabajo es nuestro hogar.

Y a mis grandes maestros de vida, mis hijos Santiago y Julian, que son las personas que más me llevan a la arena de nuevo para volver a crearme una y otra vez, que no me permiten estancarme, que me llevan a repensarme, a preguntarme y me devuelven permanentemente al latido fuerte de la vida, cuando quiero acomodarme burguesamente en las ideas y empezar a desandar en lugar de avanzar.

En este camino también agradezco a mis sobrinos, a quienes vivo un poco como hijos por extensión.

A los terapeutas que me acompañaron guiando mi crecimiento personal y espiritual, especialmente a Ricardo, con quien conocí el Eneagrama.

Y por último a esos jóvenes que carecen de categoría vincular, de denominador, no son familia ni son amigos, son esas personas jóvenes hijos de mis amigos, amigos de mis hijos, parejas, con quienes tenemos vínculos estrechos, largas charlas, discusiones, y amplían mi mundo, enriquecen mis ideas, hacen volar mi imaginación. Especialmente a Germán, con quien comparto este proyecto, quien me alentó y ayudó desde el inicio, quien junto a Brian Lopes de Eulogy.Hilorama realizó el arte de tapa.

A Camila, alojada en mi corazon, con quienes debatimos frecuente y amorosamente, a Bubba, Gonzalo, Agostina, Malena, Juanma, Fede, Alma, Mailu, Sofi, Bella y todos los que alguna vez pasaron por el quincho de Carlos, o compartimos unos mates en la ciudad.

La felicidad es como una mariposa que se nos posa en el hombro cuando nos hallamos inmersos en una actividad, un vínculo, un momento de intenso y profundo sentido y trascendencia. Es inútil pretender capturarla (podríamos fracasar o dañarla). Simplemente se trata de contemplarla, agradecer su presencia, disfrutarla y continuar en aquello que nos tenía comprometidos. Así como vino la mariposa se irá y así como se fue, seguramente regresará en otro momento como este. Su presencia dependerá, en todos los casos, de nuestras elecciones existenciales. Dependerá de nuestra actitud ante las sucesivas preguntas que la vida nos hace a través de las circunstancias con que nos topamos, de cómo vivamos nuestros valores y nuestros afectos, y de cómo afrontemos las circunstancias dolorosas. De todo aquello, quedará un sedimento de paz interior, de plenitud vital, que podemos llamar felicidad.

Sergio Sinay

Agradecida de la mariposa que se posó en mi 6, para enseñarme que me quedan 8 lugares nuevos para volar.

Se trata en el orden teórico de creer un poco menos y de conocer un poco más. En el orden práctico político y ético, se trata de esperar un poco menos y de actuar un poco más. Por último en el orden afectivo o espiritual, se trata de esperar un poco menos y de Amar un poco más.

André Comte-Sponville

INTRODUCCIÓN

¿Es necesario actualizar nuestras ideas?

Para todos nosotros, el término “actualización” es de uso corriente, ya que toda la tecnología que es parte de nuestra vida cotidiana requiere de permanentes y corrientes actualizaciones para poder funcionar. Elegimos en qué momento del día queremos que se efectúen, pero de ninguna manera nos sentimos libres de decidir si son necesarias o no. Damos por sentado que para hacer uso de la tecnología es imprescindible la actualización de la misma.

Podemos ver en YouTube la importancia de las actualizaciones y la necesidad de realizarlas para que ese sistema operativo corrija errores y siga siendo una herramienta útil. Sin embargo, no somos tan flexibles ni tenemos disponibilidad interna ni externa en la revisión de muchos paradigmas que atraviesan nuestra vida cotidiana, nuestros vínculos, nuestras políticas, nuestros derechos, nuestros medios de comunicación, nuestra labor profesional ni nuestros compromisos con el bienestar propio y de los otros.

Nosotros no somos ni máquinas ni productos, pero necesitamos permanentes actualizaciones, ya que vamos evolucionando como especie (seres biológicos) y vamos transformándonos como seres sociales.

Somos seres vivos biológicos, inteligentes y sociales, con la capacidad única de poder pensarnos a nosotros mismos y de crear tecnología que necesita actualización. Tenemos la capacidad de crear herramientas para crear herramientas.

A la pregunta de si es necesario actualizarnos, yo respondo que es necesario siempre preguntarnos para poder optar si nuestras respuestas son las mismas que venían siendo o se modifican.

La actualización no necesariamente trae cambios, pero sí ubica nuestras respuestas en consciencia y en la realidad actual.

Las personas son como las ventanas con vidrieras: a la luz del sol brillan y relucen, pero en la oscuridad solo son bellas si algo en su interior las ilumina”.

Elisabeth Kübler-Ross

¿Qué es el eneagrama?

El eneagrama es una figura geométrica que dio a conocer Gurdjieff como representación simbólica de determinadas leyes universales y que atribuyó a cierta tradición esotérica. Luego, Oscar Ichazo, un chamán boliviano, fundador de la Escuela de Arica, presentó el eneagrama de la personalidad ante la Asociación de Psicólogos de Chile. Allí Claudio Naranjo lo conoció y luego desarrolló la psicología de los eneatipos, que durante mucho tiempo se transmitió en talleres vivenciales y de forma oral, de los cuales fueron surgiendo diferentes autores que hacen que hoy tengamos una vasta y variada bibliografía. Más tarde, Don Richard Riso descubrió los niveles de desarrollo que permiten profundizar rasgos y motivaciones de cada personalidad, abriendo la posibilidad de trabajar con el grado de identificación que tenemos con nuestra personalidad y cómo esta identificación limita nuestra libertad.

Una de las percepciones más transformadoras que nos ofrece el eneagrama es la comprensión de que uno no es su personalidad. Cuando dejamos de identificarnos con nuestra personalidad y ya no la defendemos, surge nuestra naturaleza esencial y nos transforma.

Todas las personas tenemos un conjunto original e irrepetible de características relacionadas con las nueve tipologías, ninguna tipología es superior ni inferior. Ninguno de nosotros tenemos todas las características descriptivas del eneatipo con el que nos identificamos, pertenecemos a esa tipología dado que la dinámica de fondo de nuestra personalidad está vinculada a varias características del mismo.

Las personas con muchas características 8-9-1 se caracterizan por la acción o la falta de la misma. Son personas instintivas.

Las personas con muchas características 2-3-4 se caracterizan por el sentimiento o la falta del mismo. Son personas emocionales.

Las personas con muchas características 5-6-7 nos caracterizamos por ser pensantes o por dejar de lado nuestro pensamiento, somos personas mentales.

Cada uno escuchamos como una vocecita que nos alienta a defender esas características que nos afirman en nuestra visión del mundo.

También esa estructura nos brinda un mecanismo de defensa para evitar aquello que nos resulta difícil.

 

“El mundo que la mayoría de nosotros habitamos, interior y exterior es en gran medida producto de nuestro pasado”.

George Gurdjieff

“El eneagrama es el jeroglífico fundamental de un lenguaje universal que tiene tantos significados distintos como niveles de hombres existen [...]. El eneagrama es un diagrama de movimiento continuo, o sea una máquina de movimiento perpetuo [...] el eneagrama lleva a la conciencia aspectos de nosotros mismos y de los demás que las defensas de nuestra personalidad trabajan constantemente por ocultar”.

Sandra Maitri

CAPÍTULO 1

El eneagrama en primera persona

Me enamoré del eneagrama ni bien lo conocí, llegó a mi vida y la transformó.

Es una herramienta poderosa; la historia y los orígenes le dan una fuerza indescriptible. Es un símbolo fuerte, impactante; con solo mirarlo nos invita a movernos, girarnos, contornearnos para descubrirlo, para hacernos parte, para descifrarlo.

Esta es una invitación a que nos movamos juntos, a que aprovechemos su propio dinamismo para no dejarlo rígido en una realidad tan dinámica como la actual.

El eneagrama y su interpretación contempla las vísceras, la mente y el corazón.

Cuando lo conocí, ya había pasado por diferentes procesos terapéuticos que me enriquecieron muchísimo; sin embargo, el eneagrama me empoderó, me hizo ver mi complejidad y me brindó herramientas concretas no solo en relación con mis vínculos, sino, más importante aún, conmigo misma. Los que tenemos mucho 6 solemos sufrir bastante angustia, experimentar muchas dudas acerca de nuestro valor como seres humanos, como si tuviéramos que permanentemente validarnos para merecer la vida.

El eneagrama me contuvo en toda mi dimensión, se hizo parte de mi vida y de mis vínculos. Me ayudó a ponerme en movimiento con mi cuerpo, a comprender más profundamente algunas de mis sensaciones; por ejemplo, descubrí que esa sensación tan particular y única que siento al bailar tiene relación con acallar mi mente inquieta; que la calma que conquisto en la caminata se debe a mi personalidad ansiosa; que al sumar herramientas para manejar mejor mi ansiedad logro, por momentos, habitar el presente.

Conocer esa gran influencia del 6 en mi personalidad me posibilitó ver mi miedo. A pesar de diferentes terapias, no había descubierto su verdadera dimensión en mí ni la manera en que atravesaba todas mis decisiones. Además, me ayudó no solo a manejar mi reactividad exagerada, sino que también la pude comprender y aprendí a observar, a ralentizar mi acción, y a actuar menos con esa fuerza arrolladora que me viene por momentos.

El eneagrama atraviesa mi vida y lo que me va sucediendo. Me guía y por sobre todo mantiene viva en mí la llama de la curiosidad hacia los otros. Renueva permanentemente mi interés por descubrir las motivaciones de quienes me rodean y de descubrir seres maravillosos, únicos.

Al acompañar a otros en su autoconocimiento, voy ampliando mi mirada y voy iluminando mis sombras, conociéndome más.

Muchos, al conocer el eneagrama, sentimos que no hay manera de volcar totalmente en un libro, ni en palabras o videos, su grandeza. Gracias a eso hoy tenemos tanto material disponible que nos permite seguir abarcándolo desde diferentes miradas, conocimientos y experiencias.

Siento mucha “hambre” de eneagrama. Necesito leer, mirar YouTube, ir a un congreso, tomar clases. Revisar mis creencias, las técnicas terapéuticas, completarlas, complementarlas e investigarlas. Comparar autores, observar a otros, volver a mí, invitar a pensar, pensarnos juntos. Reflexionar, crecer y volver a caer en mis propias trampas, para volver a salir.

Como una gran espiral, paso muchas veces por los mismos lugares tratando de hacerlo de una manera diferente. Y, en una de esas vueltas y recorridos, nació una necesidad de decir, de hacer un alto, una llamada, una necesidad de poner luz a un tema ausente en el eneagrama.

Así nació esta pregunta que yo quiero compartir con ustedes: ¿tiene relación el eneagrama con el género?

“Saber que por lo menos una vida respiró con más facilidad porque tú viviste, eso es haber tenido éxito”.

Ralph Waldo Emerson

¿Tiene relación el eneagrama con el género?

Muchas veces, a lo largo de mi vida, me he preguntado ante determinadas decisiones, sentimientos, situaciones familiares o laborales: ¿cómo las viviría y las atravesaría si en lugar de ser una mujer fuese un hombre? Si en vez de haber nacido con vagina y haber jugado con muñecas o haber vestido faldas, hubiese nacido con pene, hubiese jugado con autos y hubiese usado mucho pantalón y muchas zapatillas deportivas, calzado cómodo para correr y sentir que el mundo me pertenecía. Si en lugar de que mi mamá me peinara tanto rato y me regalaran escobas y licuadoras para jugar, mi papá me hubiese enseñado a tomar riesgos bajo su mirada, a usar herramientas o a jugar con autos de marcas importantes.

Es una pregunta que nació conmigo, ya que, cuando asomé a la vida desde el cuerpo poderoso de mi mamá, todos se sorprendieron y desilusionaron porque esperaban un varón (en esa época no podíamos ver la genitalidad del feto). Y toda la ropita era “celeste”, símbolo que aún hoy tiene persistencia de masculino, varonil.

Contradiciendo muchos mitos populares, temerosos de la determinación de los colores en nuestra sexualidad, no soy “ni lesbiana, ni machona, ni travesti”. Fui una bebé, de genitales femeninos, de orientación heterosexual vestida de celeste. Que nació y se convirtió en una mujer acompañada de la pregunta: ¿qué cambiaría si en esta situación fuera un hombre?

Y a lo largo de mis 51 años la respuesta es que mucho cambiaría.

Esta no es una pregunta solitaria, ni individual, ni siquiera regional o continental. Mi pregunta ha sido y es compartida por muchos otros seres a lo largo y ancho del planeta.

A viva voz o en silencio, esta es una pregunta humana, que se escucha con más fuerza en su parte femenina ya que, a lo largo de la historia, ha sido relegada, reducida y menospreciada.

Para una mujer con muchísimas características del eneatipo 6, como soy yo, esto es un gran alivio, no me he preguntado ni me pregunto sola.

Creo que el día que mi intelecto descubrió esto tuvo el mismo efecto en mi cuerpo que la respiración profunda de las técnicas corporales. Me alivió no sentirme tan sola y a la vez me comprometió a ir encendiendo llamitas de dudas a mi alrededor, ya que tengo la total certeza de que ese 6 va a vivir en mí. ¿Qué mejor que llevar esa duda a los lugares en que las certezas no nos están haciendo bien?

En palabras de la antropóloga argentina Rita Segato1: “Y esa es mi lectura de lo más humano de lo humano: examinar los chips que nos programan, y elegir cuál apagamos, a cuál le damos baja, qué mandato extirpamos de nuestra matrix”.

No, no me pregunto sola, muy por el contrario, es una de las problemáticas actuales y globales que atraviesa el ser humano.

La mirada genérica (de género) tiñe todos nuestros saberes, tanto científicos y académicos como populares y místicos. Por lo tanto, el eneagrama también queda teñido, y a veces destiñe.

A primera vista pareciera que el eneagrama no tiene ninguna necesidad de relacionarse con la problemática de género. Hasta podríamos evaluar de complicada e innecesaria esta relación.

Mi pretensión es hacer un recorrido juntos por pasajes de algunos de los materiales escritos, para que podamos luego volver a hacernos esta pregunta.

“Supongo que la percepción de lo amoroso, el deseo de escape de ti mismo y de fundirte con el otro es básicamente igual para todos. Solo que durante siglos a las mujeres no se les ha permitido otra ambición en la vida que la amorosa, lo cual ha contribuido a obsesionarse aún más con un sentimiento ya de por sí obsesivo”.

Rosa Montero

¿Qué es el género?

¡Acá se pone difícil!

Es muy compleja su definición, ya que es un concepto atravesado por los sistemas de poder y también del saber; depende de los acuerdos sociales del momento, que se van modificando al igual que su valor social.

En algún momento se consideró al género como la diferencia social o psicológica producto de la división de la biología macho-hembra.

Este concepto resultó ineficiente, dado que muchísimas investigaciones dan como resultado que la mayoría de las personas combinamos características masculinas y femeninas en una variedad de combinaciones.

La literatura y el arte en general dan cuenta de que siempre ha sido así.

En la actualidad, la variedad de modalidades en las conexiones y vínculos, las múltiples identidades sexuales y de género, las intervenciones quirúrgicas de adecuación del sexo al género, las rápidas disoluciones conyugales, las luchas por el matrimonio igualitario, la ley de identidad de género, las transformaciones en los posicionamientos respecto de las maternidades y paternidades, el avance de las tecnologías reproductivas, el preocupante aumento de la violencia de género, todas estas prácticas sociales han ido mucho más rápido que las teorías que siguen basándose en paradigmas binarios (hombre-mujer, masculino-femenino, esposo-esposa).

Esto hace que los sistemas de saber se vean obligados a revisarse, hasta y desde el mismo lenguaje, ya que los seres humanos solo podemos saber qué somos o qué deseamos explicándolo por medio de palabras. Y usar palabras implica siempre aceptar un determinado modo de saber, agrupando en un mismo archivo ciertas semejanzas que, en principio, no tendrían que ir necesariamente juntas.

Significa que, cuando nacemos biológicamente con vagina, no necesariamente nos gustan los colores pastel, somos tiernas, amamos la cocina, queremos tener hijos, nos encanta el trabajo doméstico y somos ordenadas, adoramos la moda y los zapatos. Ni quienes nacen con pene son fuertes, deportistas, competitivos, ambiciosos, les gustan las herramientas, los autos y los aviones, y saben ganar dinero.

Este es un ejemplo de la manera en que agrupamos biología-costumbre-cultura-saber. Y no es la única opción, podríamos hacerlo con muchísimas otras variantes. Esa manera de agrupar es la que muchos sistemas de poder presentan como “única”, repitiendo y perpetuando un paradigma instalado, y la que hoy nos convoca a reflexionar si queremos cada uno de nosotros continuar reproduciendo.

Las tensiones y las complicaciones de las relaciones de género se encuentran entre las más poderosas fuentes de inspiración cultural. Están presentes tanto en el lenguaje como en el vestir, el maquillaje, la fotografía, el arte y el paisaje urbano.

La antropóloga Margaret Mead publicó en los años treinta la obra Sexo y temperamento en las sociedades primitivas. Este libro es el estudio de tres tribus de Nueva Guinea, en donde los comportamientos de género eran completamente diferentes a los conocidos en Occidente. En la primera tribu, tanto los hombres como las mujeres se comportaban de una manera pasiva y prevalecía el afecto; en la segunda, todos eran agresivos por igual, y en la tercera los varones actuaban ajustándose a nuestro estereotipo femenino y las mujeres eran quienes tomaban las decisiones.

Si bien en los últimos tiempos esta problemática tomó fuerza e importancia y se volvió transversal, atravesando todo lo relacionado con lo humano, no es nueva; tanto el cine como la literatura, la pintura y la fotografía dan cuenta de esto a lo largo de la historia, muchas más veces desde la periferia y las minorías y con voces no tan poderosas como las actuales.

Ya en 1791, Olympe de Gouges, en la Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadanía, decía: “La mujer nace libre y debe permanecer igual al hombre en derechos [...] la ley debe ser la expresión de la voluntad general; todas las ciudadanas y ciudadanos deben contribuir, personalmente o por medio de sus representantes, a su formación”.

“Los poetas, antiguos y modernos, han tratado de describir nuestras pasiones sexuales; los expertos en leyes, de definirlas; y los sacerdotes, de controlarlas. En nuestras vidas privadas, el sexo puede aportar una gran compañía o una gran soledad completa. Puede abrir una ventana al cielo o una trampa al infierno. No es de extrañar que nuestro deseo sexual sea la más temida de nuestras emociones y, de ahí, la más reprimida”.

 

Potts y Short, 2001

Historias que nos enriquecen

Voy a citar algunas historias, tanto de actores sociales como de la cultura y el arte, que tienen en común haber sido protagonistas de un trato diferenciado por cuestiones de género, para que podamos dimensionar que es un tema en auge, pero no exclusivo de esta época. Los asuntos de género atraviesan la historia misma de la humanidad.

En el ámbito académico, religioso y artístico

Papisa Juana (año 800)

Una leyenda cuenta que una mujer habría ejercido el papado católico ocultando su verdadero sexo.

La pequeña Juana creció inmersa en un ambiente de religiosidad y erudición, y, con el apoyo de su madre y a escondidas de su padre, tuvo la oportunidad de poder estudiar, lo cual estaba vedado a las mujeres de la época. Juana pudo aprender griego, lo cual le permitía leer la Biblia, que por aquella época estaba traducida a muy pocos idiomas.

Puesto que solo la carrera eclesiástica permitía continuar unos estudios sólidos, Juana entró en la religión como monje copista, bajo el nombre masculino de Johannes Anglicus (Juan el Inglés). Actualmente Juana sería un “travesti” llamado Johannes.

En su nueva situación, pudo viajar con frecuencia de monasterio en monasterio y relacionarse con grandes personajes de la época. En primer lugar, visitó Constantinopla, en donde conoció a la anciana emperatriz Teodora. Pasó también por Atenas para obtener algunas precisiones sobre la medicina del rabino Isaac Israeli. De regreso en Germania, se trasladó al Regnum Francorum (reino de los francos), a la corte del rey Carlos el Calvo.

Se trasladó a Roma en 848. Allí obtuvo un puesto docente y fue bien recibida en los círculos eclesiásticos, en particular en la Curia. A causa de su reputación de erudito, fue presentado al papa León IV y enseguida se convirtió en su secretario para los asuntos internacionales. En julio de 855, tras la muerte del papa, Johannes se hizo elegir su sucesor con el nombre de Benedicto III o Juan VIII. Dos años después comenzó a sufrir contracciones de parto en medio de una procesión y dio a luz en público, lo que le costó su destitución.

En adelante, la Iglesia se vio obligada a proceder a una verificación ritual de la virilidad de los papas electos. Un eclesiástico estaba encargado de examinar manualmente los atributos sexuales del nuevo pontífice a través de una silla perforada. Acabada la inspección, si todo era correcto, debía exclamar: “Duos habet et bene pendentes (“Tiene dos y cuelgan bien”).

Esta historia no es aprobada por la Iglesia; de todos modos, su veracidad no es trascendente. Verdad o mito, de esto se hablaba, se comentaba, se discutía, que es lo que hoy nos convoca.

La mujer barbuda (año 1631)

En las artes plásticas, tenemos en el Museo del Prado un cuadro de José de Ribera, “El Españoleto”, llamado La mujer barbuda, pintado al óleo sobre lienzo.

Es una mujer calva con barba amamantando a un bebé junto a su marido; a un lado, sobre las losas, descansan un huso y una concha, símbolos del hermafroditismo.

Wikipedia nos dice al respecto de las mujeres barbudas:

Espectáculos y ficción

Una excepción notable fueron las famosas mujeres barbudas de los espectáculos de rarezas del siglo XIX y principios del siglo XX, cuya anomalía era celebrada, como Josephine Clofullia la mujer barbuda del museo de Barnum o la del circo Ringling Brothers Jane Barnell. Muchos circos y carnavales de fenómenos de la época presentaban falsas mujeres barbudas que en realidad eran mujeres con postizos faciales u hombres vestidos de mujer, práctica circense de la que se burla el actor y antiguo artista circense W. C. Fields en la película de 1939, No puedes engañar a un hombre sincero. En la serie de televisión American Horror Story aparece una mujer barbuda interpretada por Kathy Bates.

Obra La mujer barbuda (1631), de José de Ribera, “El Españoleto”.

Las mujeres barbudas muestran cuerpos diferentes a los convencionales, que sirven para escenificar la noción de “lo tercero”, que es como se refiere la literatura del Siglo de Oro a las realidades que no responden ni a hombre ni a mujer.

Durante años se creyó que el retrato de este tipo de personajes respondía a la curiosidad y a un interés meramente paramédico por parte de los pintores. Sin embargo, estas imágenes no están exentas de un juicio moral.

Se dividen las aguas al analizarlas: están quienes las interpretan como la necesidad artística de mostrar lo que hoy llamamos travestis y transexuales, y quienes sostienen que son manifestaciones de las rarezas biológicas médicas.

Tanto unas como otras nos cuestionan nuestra invisibilización, ya que en el mundo nacen un porcentaje importante de seres humanos biológicamente indefinidos; por ejemplo, con combinaciones de dos cromosomas x (mujer) y con gónadas hermafroditas (en parte ovarios y en partes testículos). Y se toman decisiones apresuradas por una necesidad social y moral de cumplir con un sistema social binario heterosexual, sin darle tiempo a ese ser humano para ver cómo se va desarrollando su identidad sexual, como si esta solo dependiera de su biología.

La ablación genital, que sufren casi todas las niñas nacidas cotidianamente en algunos países como Etiopía, Somalia, Yibuti, Sierra Leona, Sudán y Egipto, nos produce horror en Occidente.

También existe mutilación genital en el resto de los países cuando un bebé nace con ambos miembros o con un clítoris demasiado grande –clitoromegalia–; se opera prematuramente.

Vasily Pukirev (año 1862)

Vasily Pukirev fue profesor del Colegio de Pintura, Escultura y Arquitectura de Moscú, el mismo lugar donde había estudiado. Realiza una crítica social en su obra El matrimonio desigual, donde refleja la escena de una boda en la iglesia ortodoxa detallando la actitud de los personajes. La capilla ligeramente oscurecida del altar dispersa la luz procedente de la ventana, dando la impresión de desesperanza.

En el cuadro el pintor se aleja de los temas bíblicos o históricos que predominaban por aquel entonces y se dirige a un tema de actualidad, triste y dramático: el novio de avanzada edad, vestido con un traje caro, se casa con una jovencita. Los novios y el sacerdote ocupan el primer plano de la composición. En segundo plano están los invitados, quienes cruzan miradas a modo de desaprobación.

Esta obra forma parte de la colección de la Galería Tretiakov de Moscú.


Obra El matrimonio desigual (1862), de Vasily Pukirev.

Camille Claudel ( 1864-1943)

Desde su infancia Camille fue muy apasionada de la escultura, jugaba con el barro y esculpía a las personas que la rodeaban. Luego entró a la escuela de bellas artes y, con el fin de perfeccionar su técnica, ingresó en la Academia Colarossi. Ese mismo año se encontró por primera vez con Auguste Rodin, mientras el célebre escultor sustituía una clase de su amigo Alfred Boucher. Camille tenía diecinueve años, y Rodin, cuarenta y tres. Camille se convirtió en su asistente.

Además de ser una de las principales colaboradoras del escultor, fue también su compañera durante algunos años y se convirtió en su modelo y musa. Mientras sus obras alcanzaban cierto éxito y aparecían con frecuencia artículos sobre ella en las revistas de arte, Camille, en medio de una crisis emocional, se encerró en su taller y se alejó del mundo. Su familia la abandonó en una clínica siquiátrica. Gran parte de su obra se perdió. Muchos años después de su muerte, se encontraron obras tan maravillosas que hasta personas ciegas pidieron permiso para palpar las esculturas.

Así la historia hizo justicia con su obra y Camille dejó de ser la amante de Rodin, el gran escultor, para ser Camille, la gran escultora.

En el ámbito académico y de la política

María Rojas Tejada (1890)

Nació en Colombia y pudo acceder a una educación superior en EE. UU. Fue una de las primeras mujeres latinoamericanas en manifestar públicamente que las mujeres debíamos acceder a la educación y al voto. Al retornar a su país, terminados los estudios, con veinticuatro años, fundó un centro cultural femenino en Yarumal, Antioquia, el cual, debido a la falta de aceptación social, tuvo que mudarse a Medellín, donde terminó siendo un colegio femenino integral. Luego se trasladó a Manizales, pero la prensa pidió que no le dieran alojamiento ni trabajo porque promovía la “desmoralización” de la sociedad. Partió a Pereira, donde fundó una escuela laica y mixta.