Hacia el sentir común

Text
0
Kritiken
Leseprobe
Als gelesen kennzeichnen
Wie Sie das Buch nach dem Kauf lesen
Schriftart:Kleiner AaGrößer Aa

I

PERSPECTIVAS

Si no sabes de dónde vienes no sabrás a dónde vas



MATRIA-PATRIA

Matria es un término primordial utilizado ya en la antigüedad, que amplía el concepto de Patria relacionado con el predominio patriarcal. Los pueblos indígenas de América, como los mapuches, aymaras o quechuas se refieren a Pachamama como la Madre Tierra, comprendida como el Planeta, la Naturaleza y el equilibrio de todas sus formas de vida.

El sociólogo Edgar Morin emplea Matria al referirse a la Unión europea, mientras que la filósofa y psicoanalista Julia Kristeva, la considera como el lugar o espacio interior donde residir y ser uno/a mismo/a. Estas diversas cosmovisiones de Patria-Matria, resultan muy oportunas para recuperar la identidad planetaria, honrar lo femenino y lo masculino, y cuidar las fuentes básicas de nutrición.

POLÍTICA

La esclavitud era legal

El colonialismo era legal

El holocausto era legal

El apartheid era legal

El fascismo era (es aún) legal

La legalidad es una cuestión de poder, no de justicia.

Política son todos los procesos y tomas de decisiones focalizadas en la distribución de la voluntad expresada por una sociedad libre, compuesta por personas libres, dispuestas a resolver los problemas planteados en su convivencia colectiva.

El sistema democrático se basa en un estado elegido por mayoría, que ejerce un poder organizacional y cuyo objetivo es representar los ideales del pueblo a través de actividades destinadas al bien común.

Así es en la teoría, pero en la práctica pocas veces se realiza correctamente, ya que no es habitual que los oficiales dejen a un lado sus condicionantes o sus intereses particulares.

La gente sabia y visionaria es excluida de los actuales sistemas de gobierno y la política se convierte en un desfile de actores de un complejo show business donde prevalecen los intereses económicos por encima de los valores y derechos humanos.

Según el economista Arcadi Oliveres «los políticos son como los fusibles de una instalación eléctrica que son substituidos cuando hay una subida de tensión, sin embargo el sistema y sus poderes casi siempre permanecen intactos, conservan su impunidad, y difícilmente son modificados» Política no es cambiar de amo cada cierto periodo de tiempo, tal como ocurre en las políticas autoritaristas y antidemocráticas que restringen y coartan las empresas, agrupaciones y organizaciones, sujetándolas a las disposiciones de la legalidad impuesta por sus gobiernos. Desde hace siglos se intenta realizar lo que es la verdadera política y las formas en las que esta debe llevarse a cabo. Entre los documentos más importantes se encuentran los de Platón y Aristóteles.

Platón en su obra La República, manifiesta que la forma en la que debe gobernarse un pueblo es a través de la observación de la realidad y la puesta a prueba de cambios y mejoras idealistas contando con la intervención de las personas más formadas y sabias de esa sociedad.

Por su parte, Aristóteles, proponía un enfoque científico de la política, donde el análisis social se hiciera tomando en cuenta elementos psicológicos, culturales y sociales y estableciendo relaciones de causa y efecto. Además, manifestaba la necesidad de crear una clase media que atenuase la brecha existente entre los más ricos y los más pobres.

Sociólogos y filósofos contemporáneos como Edgar Morin, han intentado comprenderla de este modo, y han elaborado lúcidos tratados sobre el arte y la ciencia de la política, planteada con un carácter multidimensional con la premisa de la consciencia de los ciudadanos sobre el sentido de la vida de nuestra especie, el desarrollo de las sociedades, los sistemas económicos que utilizamos, la vida y la muerte de la humanidad e incluso la extinción del planeta que habitamos. Esta visión abordaría una política realmente comprometida con nuestro entorno social y ambiental:

Se trata de comprender la política como el arte de la mediación y la integración, sin la manipulación de autoritarismos ni de intereses partidistas. La finalidad de la política multifacética no totalitaria es llegar al bien común a través de métodos y procesos que no impliquen discriminación, vejación ni violencia.

Eduardo Galeano, periodista y escritor, contaba una acertada metáfora de la política actual.

Una vez el cocinero del gran Hotel convocó a las aves, pollos, gallinas, faisanes, patos, pavos... y les hizo una pregunta: En que salsa quieren ser cocinados?.. Una humilde gallina respondió: Oiga, ¡es que yo no quiero ser cocinada!... El cocinero respondió: ¡¡esto está fuera de la cuestión!!... Ustedes solo tienen derecho a elegir en que salsa quieren ser cocinados.

Política es el arte de cuidar un jardín aplicado al mundo entero. Todo político debiera ser jardinero, o quizás todo jardinero debiera ser político, pues no existe ningún programa político digno de consideración.

Rubem Alves, psicoanalista, educador, teólogo, poeta.


ECONOMÍA

El término economía de la raíz griega oikonomos, que significa “el que administra un hogar”. El diccionario define Economía como: «Ciencia que estudia los recursos, la creación de riqueza y la producción, distribución y consumo de bienes y servicios, para satisfacer las necesidades humanas», sin embargo, el actual modelo económico neoliberal ha perdido la proporción a escala humana y ha dejado de estar al servicio de la humanidad para poner la humanidad a su servicio. “Todas las grandes instituciones y organismos que gestionan la economía (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Organización Mundial del Comercio, la Comisión Europea...) se han convertido en entidades sobrehumanas y su finalidad no es servir a la humanidad sino a la lógica de mercado y a la ley del máximo beneficio privado en el menor tiempo posible. He aquí que un erróneo concepto de economía conduce a un erróneo concepto de sociedad”.

David Sempau, escritor y músico.

Las grandes corporaciones y entidades transnacionales manejan más poder y riqueza que los propios gobiernos.

Muestra de esta trama, es el explícito manifiesto escrito por Holly Sklar, bajo la dirección del magnate David Rockefeller, titulado: “La Comisión Trilateral y la planificación de la Élite para la administración Mundial”, donde abiertamente expresa que su red de organizaciones, bancos, entidades y acciones gubernamentales de todo el mundo, están sujetas a sus influencias financieras. Con total naturalidad declara que los dueños y gerentes de estas corporaciones globales entienden el mundo como una fábrica, como una granja o un parque recreativo que necesita de su custodia y supervisión. Para nuestra tranquilidad, añade que “No hay nada que temer, pues existen organizaciones formadas por banqueros, jefes de estado y empresarios que velan por la causa del orden mundial”, organizaciones, por supuesto, de las cuales él es cofundador, como el Grupo Bilderberg y el Concilio de Relaciones Exteriores, que junto a la Organización Mundial de Comercio y el Fondo Monetario Internacional, forman la estructura imperial altamente depredadora, colonizadora, neutra e intocable de la banca mundial que domina y condiciona el mundo.

Los compromisos establecidos en los grandes foros medioambientales y tampoco la encíclica del Papa Francisco, no sirven para que los gobiernos demuestren eficiente empeño y voluntad política para cumplir todo lo establecido en las convenciones sobre cambio climático y biodiversidad.

Las incipientes decisiones que actualmente se están tomando son irrelevantes para reconvertir la industrialización, atenuar el impacto ecológico e incrementar la justicia social. Las implacables políticas de desarrollo internacional marcadas por la intensificación de la globalización comercial y financiera siguen agravando el desequilibrio ambiental, y aunque se obvien los síntomas y se evite el alarmismo, el estado de nuestro planeta presenta una situación crítica y una gran fragilidad, sin embargo, los emperadores de la macroeconomía siguen avanzando más en dirección al cataclismo que hacia las alternativas de cambio saludable.

«Hasta que no empecéis a decidir entre lo que es necesario hacer, en vez de lo que es políticamente posible, no habrá esperanza. No podemos resolver una crisis sin tratarla como una crisis. Y si las soluciones dentro del sistema son imposibles de encontrar, deberíamos cambiar de sistema. Nuestra biosfera está siendo sacrificada mientras el sufrimiento de muchos paga el lujo de pocos».

Greta Thumberg, activista climática

Actualmente, la economía está endeudada a nivel planetario. En las economías del G-20 durante el año 2018, la deuda creció un equivalente al 235% de su PIB. Las cifras sin precedentes históricos promovidas por la globalización de la banca, el fácil acceso al crédito, y los bajos tipos de interés afectan desde los gigantes de EE.UU. y China hasta las pequeñas economías que se mantienen a flote, duplicando su deuda el valor de la actividad económica a escala mundial. Esto desestabiliza peligrosamente la actividad económica a nivel global hacia una guerra comercial y una crisis sin precedentes. La codicia productivista y las inercias de crecimiento ilimitado persisten en vendernos como “progreso” un modelo de sociedad que nos mantiene hipotecados de tiempo, salud y dinero, dentro de una sofisticada rueda de hámster.

 

En tal situación no es posible permanecer pasivos esperando que quienes mueven los hilos emprendan una transición hacia una economía equitativa y saludable. Lo peor para el desarrollo económico y para generar empleo, es lo que hacen las actuales políticas de desarrollo económico con el coste que supone atraer y

retener negocios globales. De este modo no se crean empleos ni tampoco prosperidad real. No es un tema de falta de bienes y recursos, es un problema de conciencia, de gestión y de administración.

Es preciso un cambio en las leyes del manejo del dinero. Cambiar las reglas para desmantelar el poder de las oligarquías disfrazadas de democracia. Actualmente las grandes empresas son las que tienen mayores ventajas: pagan menos impuestos y el libre comercio abarata sus productos aunque vengan del otro lado del mundo. Las corporaciones con más dinero controlan a los gobiernos y a los legisladores y esto solo podemos cambiarlo dejando de comprar a estas empresas y creando diversidad de producciones y negocios locales para así devolver el poder económico a nuestras comunidades y fortalecer la auténtica democracia. El capitalismo global está destruyendo al planeta. Urge fomentar impulsar un sistema productivo arraigado en la ecología, los derechos humanos y el bien común, como el motor de la nueva reactivación económica y cultural.


PIRÁMIDE DE MASLOW

Los principios básicos expresados en la pirámide de Maslow (Una teoría de la motivación humana,1943) nos recuerda que nuestro auténtico potencial creativo, el reconocimiento, la ética y el éxito son realizables y posibles cuando los niveles básicos de nutrición, descanso, hábitat, trabajo y recursos materiales están cubiertos y pueden ser satisfechos sin una inversión desmesurada de trabajo, tiempo, dinero y burocracias, tal como acontece para la mayoría e personas en la actualidad.

No es posible ascender a un nivel de autorrealización cuando las necesidades básicas y la supervivencia requieren sobresfuerzo o endeudamiento

PRIORIDADES:

1. FISIOLOGÍA: Nutrición, necesidades básicas, descanso, salud.

2. SEGURIDAD: Protección física hábitat, trabajo, recursos materiales.,

3. AFILIACIÓN: Pertenencia familiar y social, afecto, intimidad.

4. RECONOCIMIENTO: Muestras de confianza, respeto, oportunidades y éxito.

5. AUTORREALIZACIÓN: Apertura mental, ética, integridad, creatividad


MEGALOMANÍA

Valorando objetivamente el crecimiento del mundo “civilizado”, se llega a la conclusión que ni el éxito ni la opulencia justifican la magnitud de los residuos emocionales, psicológicos y materiales que se han producido durante su desarrollo. La mayoría de esplendores históricos y la exuberancia de la mundialización tienen su origen en campañas de conquista, dominio y de sumisión. La grandiosidad y gloria imperial son formas de depredación que nacen del autoritarismo y del substrato de importantes diferencias sociales. Sus estructuras van siempre ligadas a fuertes egocentrismos, a ambiciones exacerbadas y a jerarquías avasalladoras cuya principal motivación es la competición por el poder y afán de lucro, en un escenario de malsana codicia, donde nunca lo conseguido es suficiente. Las grandes corporaciones diseñan los proyectos y los gobiernos ajustan las pautas económicas y culturales que confinan a la ciudadanía mundial en mero combustible de sus planes. Al límite de esta fulgurante expansión productivista, quizás nos veamos obligados a retomar apresuradamente modelos de orden y austeridad de antiguas y casi exterminadas comunidades tribales, donde ciertamente hallaríamos nobles modelos de coherencia y sostenibilidad.

GUERRA

La guerra, con todas sus horribles consecuencias, sigue siendo el tema central de la historia y la economía contemporánea. El objetivo fundamental de la guerra es mantener y ampliar los engranajes del sistema productivo económico pues los imperios capitalistas no funcionan con modelos de justicia real, ni ideas pacifistas, ni tampoco consideran rentable la promoción de la salud global,

por lo que siempre mantienen activas nuevas estrategias de conquista, dominación y control para hacer girar los engranajes del sistema con la fabricación de armas destinadas al genocidio, a la destrucción y a los posteriores negocios de reconstrucción.

Los gastos militares han crecido vertiginosamente en los últimos 70 años. El gasto militar en el mundo en 2018, según el informe anual sobre presupuestos de defensa “Jane’s Defence Budgets”, publicado por la empresa IHS Markit, el conjunto de países con ejércitos dedicarán a los mismos 1,67 billones (millones de millones) de dólares, cerca de 1,38 billones de euros.

A todo ello hay que añadir el diseño de armas de control ideológico, que son las más efectivas para influir en la opinión pública, teniendo en cuenta que la ciudadanía sigue atrapada en una sutil red de condicionantes invisibles cuyo objetivo es seguir imponiendo el control económico mediante diversidad de proyectos estatales: la bioingeniería, las empresas agroquímicas, las multinacionales farmacéuticas, suman a las estrategias coercitivas compatibles y complementarias con las legislaciones que implementan a su vez otras tácticas represivas: la guerra psicológica, la dependencia energética, el invento de nuevos y absurdos impuestos, las sanciones económicas, las catástrofes provocadas, y todo cuanto represente un incremento del miedo y una merma de la clara percepción y de los medios autóctonos de subsistencia.

Todo está diseñado para generar la máxima vulnerabilidad y dependencia de los planes de los poderes dominantes.

El diseño de innovadoras atrocidades que se aplican en las guerras, no solo afecta a los directamente implicados, sino que genera daños colaterales a la humanidad entera.

Con la persistente vulneración de la Ética y los Derechos humanos, el mundo sigue amenazado por el monopolio de la violencia impune de las oligarquías, los cuerpos policiales, la energía nuclear y las armas de destrucción masiva. El nuevo orden global erradica la soberanía de los pueblos y crea un mundo homogéneo de esclavitud controlada.

MERCENARIOS Y POLICÍAS

En nombre del progreso, el honor, la patria y “la gracia de Dios”, se han cometido las mayores atrocidades contra la veracidad, la dignidad y los derechos humanos. Recordemos los crímenes históricos perpetrados por los reinos/estados al realizar sus conquistas, no mediante la persuasión o el diálogo, sino a través de la usurpación, la violencia y el asesinato. Finalmente, la conquista siempre se completa instaurando un relato manipulado a conveniencia de sus credos y leyes dominantes, y así ensalzar un infame sentido del honor en los vencedores estigmatizando, condenando y sometiendo a los vencidos. En tales circunstancias, las respuestas de los oprimidos actuando en legítima defensa de la justicia y de los derechos fundamentales, -sea de forma pacífica o violenta-, son decretados automática y despóticamente como rebelión, sedición y “terrorismo”, cuando los brotes de rebelión y violencia, son la natural reacción a la insostenibilidad del abuso, el escarnio, la injusticia de los perversos intereses de los poderes fácticos y de sus representantes políticos. Sin hacer apología de la venganza, es histórica y demostrablemente cuantificable, que la gran magnitud de agresiones, violaciones y asesinatos cometidos por las fuerzas de ocupación y los cuerpos policiales del Estado contra el pueblo y la población civil, son siempre una ínfima proporción de las victimas causadas por extremas réplicas de resistencia o antisistema.

¿Como es posible que en el siglo XXI existan cuerpos policiales que actúen de forma tan envenenada, indecente y deshonrosa?

Ya es tiempo que esta tipología de seres belicosos se den cuenta que No todo Vale por la Patria.

PATRIA ES MATRIA

Patria como padre proveedor y protector, y Matria en cuanto a la labor de madre amorosa y nutricia. Para nada nos identificamos con un padre tirano, violento y sanguinario, ni con una madre amenazante, depredadora y despiadada.

Es tiempo de desmantelar todos los estamentos y estructuras de intimidación y sumisión que atemorizan, agreden y esclavizan. Fin del monopolio de la violencia y del terrorismo de Estado.

Quien pierde la capacidad de pensar y razonar pierde su alma y se convierte en un autómata de corazón vacío, dispuesto a ejecutar cualquier acción abominable contra sus semejantes. Sin conciencia ni sentido crítico sobre los propios actos se banaliza la violencia y la maldad, hasta el punto de no discernir lo correcto de lo incorrecto, lo bueno de lo malo, lo bello de lo horrible. Esta es la actitud propia de tantos sicarios profesionales con uniforme o infiltrados. Esta es una psicopatía delictiva aunque esté sobreprotegida por leyes perversas y por mandados de perturbadas oligarquías carentes de amor y de sentido común.

Fin del juego de vencedores y vencidos. Todas y todos, como humanidad, hemos de ser ecuánimes ganadores, y beneficiarios/as de bienes, de recursos, y con todo el derecho a la autodeterminación; de lo contrario solo seguiremos alimentando la inconsciencia y el sufrimiento.

Recordemos que la capacidad más ética y elevada de la creación y la voluntad humana es el Amor y la Compasión. Fraternidad, Igualdad y Libertad, sinónimos de Amor, son la clave del diálogo, de la conciliación y la armonía. Que no se confundan ni falsifiquen estos nobles ideales bajo ningún concepto avasallador.

Despierta policía, cultívate, abre tu mente y tu corazón, prepárate para la Paz y no para la guerra contra el pueblo. No te dejes condicionar por directivas políticas que atenten contra los derechos humanos fundamentales. Deja de ejecutar órdenes injustas. Deja las armas hermano policía, suelta las corazas y ponte junto al pueblo y liberémonos de la corrupción y la tiranía.

TRABAJO

Cualquier actividad realizada forzosamente a cambio del derecho a vivir, es de por sí coercitiva. Todo el mundo merece ser dueño de su vida, sin embargo la competitividad y el servilismo al que nos decanta el estilo de vida consumista, genera un estado de alienación social directamente relacionado con la economía.

En condiciones más naturales y coherentes, cada persona podría responsabilizarse dignamente del sustento básico con el ejercicio de las cualidades personales que le aportaran entusiasmo, creatividad y sentido. No todas las personas pueden escoger su “oficio” vocacional; comúnmente la clase obrera pertenece a la categoría de “empleados” para el funcionamiento de los engranajes del sistema. A un nivel subyacente también vemos cómo el trabajo miserable afecta a millones de inmigrantes y de gente sin papeles, víctimas de modernos esclavistas. Los trabajadores sin papeles constituyen una mano de obra abundante, dócil y barata, una reserva inagotable que contribuye al chantaje de trabajadores, que

ante la amenaza del paro y ante la precaria situación económica, aceptan trabajar más, con salarios más reducidos y en peores condiciones.

El modelo de sociedad globalizada pretende mostrar una fachada brillante y un estatus integrador, pero la realidad manifiesta una sociedad vulnerable y socialmente segregada, con grandes separaciones físicas y psicológicas que dificultan la comunicación y la cohesión. La implantación de las nuevas tecnologías y la explotación de mano de obra barata de países en vías de desarrollo, han reventado los precios y las condiciones del mercado laboral de los países desarrollados. Quedan excluidos quienes no han podido superar la fuerte presión y la adaptación a estos cambios, o convertidos en obreros de poca calificación, en parados de larga duración, o en personas de edad avanzada con limitadas perspectivas de integración profesional. De este modo la mundialización económica genera un número cada vez mayor de personas “inadaptadas” que aumentan el sector de los excluidos, un creciente colectivo que vive en la extrañeza, el recelo, y en los umbrales de la pobreza y la violencia.

Mientras, los gobiernos títeres, siguen ondeando el estandarte de la ocupación y el empleo estable como cebo y panacea, para que sigan girando los mismos engranajes sin plantear una regeneración real de la economía ni considerar la posibilidad de que las personas puedan realizarse a través de labores honestas y creativas, sintiéndose realmente útiles y coherentes. Ante el malestar laboral, las jornadas maratonianas y los niveles de estrés de los trabajadores, algunas empresas ofrecen a sus empleados sesiones de mindfulness: una técnica de meditación que induce a la relajación y a la resignación “aceptando lo que viene, sin juzgarlo”, convenciendo de que esta actitud es una gran virtud.

 

Como el relato de Un mundo feliz de Aldous Huxley, la empresa utiliza la meditación (una herramienta provechosa cuando se aplica en el buen sentido), para conseguir que los trabajadores sean felices siendo explotados... El mindfulness se comercializa y aplica como un método para reducir el estrés, relegando el programa ético original destinado a fomentar la acción correcta, la compasión y la armonía social. La privatización del mindfulness no considera las causas del estrés y del malestar sino que, como muchas religiones, promueve la adaptación a las circunstancias adversas en vez de acceder a su transformación radical.

DEMOGRAFÍA

Actualmente la población mundial está cerca de los 8.000 millones, sin embargo, en algunos países como España, la natalidad de la población autóctona esta en descenso, y en aumento la prolífica e incontrolada fecundidad de los emigrantes árabes, orientales y africanos, lo que hace predecible la disgregación de la vieja Europa, y en el mejor de los casos el resurgimiento de una ciudadanía mestiza.

En el año 2050 la población mundial llegará a unos 9.000 millones de personas; según la Comisión de Población y Desarrollo de la ONU mucha de esta emergente población ocupará y habitará en las zonas menos pobladas y desarrolladas del planeta que aún ofrecen recursos naturales. La expansión de China y demás economías emergentes aceleran la demanda de combustibles fósiles, metales y minerales, reduciendo la disponibilidad de recursos e incrementando el impacto medioambiental. El rápido e incontrolable crecimiento de la población y el desarrollo económico y energético, sigue degradando los ecosistemas y provocando

migraciones que a su vez alterarán los recursos naturales de otros pueblos y países, y formaran complicados escenarios. En términos generales, el actual comportamiento humano es similar al desarrollo de las células cancerígenas en el cuerpo, al igual que la fisión y fusión nuclear se asemeja a la desintegración de los núcleos de la sociedad humana. Históricamente, la demografía y la economía se han regulado mediante las guerras, que cumplen la doble función de reducir la población y de reiniciar procesos de reconstrucción económica. En la actualidad, el refinamiento de la guerra se extiende más allá del belicismo y adopta formas altamente perversas y sutiles para desactivar objetivos ideológicos inadecuados para los planes gubernamentales.

Moderar consciente y voluntariamente la procreación durante cierto tiempo en todo el planeta, permitiría una regeneración ambiental, económica y cultural.

¿Será la especie humana capaz de regularse pacíficamente?

NACIONALISMOS

La nacionalidad es un poderoso sentimiento de pertenencia que nos agrupa y que en su momento nos involucra a animar o luchar por los valores que el país representa como extensión de nuestros propios valores. En su origen, las identidades procedían de realidades cercanas y tangibles, los clanes, las comunidades, las filosofías o las religiones. La idea de identificarse con millones de personas desconocidas y lejanas en base a fronteras, se debe al invento de la “Identidad Nacional”: un mito construido por el mundo moderno que está siendo reconsiderado por algunas mentes despiertas.

¿Vale la pena mantener esta clase de identidad nacional?... En primer lugar conviene conocer cuándo y cómo se formaron las naciones, ya que las naciones imperialistas nunca admitirán que son una invención instaurada con autoritarismo, invasión y genocidios. Así, los dominadores siempre proclaman e inculcan una inventada noción de legitimidad, que instaura la creencia de que “esto siempre fue así” y “siempre lo será”... A inicios del tercer milenio, la humanidad presenta un panorama absolutista y conflictivo que afecta en primer grado a las autonomías, a las minorías, a los emigrantes, a los refugiados, y a todos/as quienes no encajan en el modelo nacional preestablecido.

Caen muchos mitos y esta actualidad decadente, crítica y re-evolucionaria nos cuestiona el culto que profesamos a líderes, partidos y entidades, y deja al descubierto el neoliberalismo que estratégicamente nos vendieron disfrazado de “Democracia y Estado de Derecho”. En cualquier modo, estamos inmersos y experimentamos las consecuencias de lo que acontece a nuestro territorio y país, y como terrícolas, a todo lo que le sucede al planeta.

SOLEDAD

No soy pobre, soy sobrio, liviano de equipaje, vivo con lo justo para que las cosas no me roben libertad. Pobre es quien no tiene comunidad.

José Alberto “Pepe” Mujica, expresidente de Uruguay

¿Por qué a menudo nos sentimos tan distantes rodeados de tanta gente?... ¿Por qué la soledad acontece en las grandes ciudades en medio de la sobrepoblación y el bullicio?... La manipulación de la información y el conocimiento, acrecentada ahora por el consumismo, la tecnología y el entretenimiento mediático nos hace identificarnos con un montón de relatos y objetos, iconos de solvencia y del estar “en la cresta de la ola”.

Desafiantes eslóganes publicitarios como: “Sea el primero en conseguir lo último”, definen el delirio consumista donde lo efímero no satisface ni llena el vacío existencial de quienes están en el papel de trabajadores y contribuyentes, ni tampoco de quienes están del lado de las élites pudientes. Una mezcla de indolencia y anonimato impregna paulatinamente el carácter de la gente, y casi deja de importarnos lo que pasa a nuestro alrededor. En el día a día la gente que vemos en los mismos lugares y trayectos parecen máscaras inertes aisladas en sus pensamientos, en sus periódicos, en sus mascotas, o pendientes de las pantallas de sus celulares. Las relaciones virtuales desplazan gran parte del tiempo vivencial y la comunicación real.

Los desarraigos sociales del mundo globalizado son similares al ambiente de la antigua y decadente ciudad de Babilonia donde el caos y la confusión colapsaron la comunicación. El actual escenario global de nuestra civilización tan cercano a la legendaria torre de Babel, es el terreno propicio para las enfermedades neurodegenerativas, la depresión, la esquizofrenia, las demencias, el Alzheimer, y también para el ya tan habitual síndrome del “ostracismo indolente”, y el “silencio administrativo”, como otras de las emergentes patologías arraigadas en el individualismo, el hastío y la saturación.

Los síndromes comienzan con una impermeabilidad emocional y evolucionan inhibiendo la comunicación y la afectividad, reduciendo sinapsis neuronales. El creciente aumento de las enfermedades mentales y neurodegenerativas tiene su origen en el estrés y la incoherencia del estilo de vida. Muchas de estas afecciones no son directamente un problema clínico, sino un problema político y social. Justo es tratar los síntomas pero necesario reconocer y atender las causas. Una escena del film “La historia de Amélie Poulain” ilustra esta pandemia.

Amélie visita a su padre:

Amélie: ¡Hola, papá!

Papá: Hola, hija... ¿te van bien las cosas?

Amélie: Verás, papá, estoy sin trabajo, he abortado porque estaba tomando crack cuando estaba embarazada, he tenido dos infartos, pero aparte de esto, bien...

Papá: ... Me alegro, hija. (fin de la conversación)


SALUD

Los recursos salutíferos naturales del mundo civilizado han disminuido notablemente, y es evidente que una gran mayoría de la ciudadanía mundial no alcanza los satisfactorios niveles de salud física y mental. Gran parte de las patologías tienen sus raíces en las dificultades de adaptación al medio, y en las responsabilidades sobre las leyes de trabajo, el sistema educativo y la contaminación ambiental originada en los sistemas productivos. Ante tal desconcertante panorama exclamamos: “¡El mundo está loco!”, o “¡la sociedad está enferma!”… Efectivamente, como clama el dicho popular: “Hay más locos fuera que dentro de los manicomios”, y no únicamente los que figuran en los historiales clínicos, sino los que andan ejerciendo altos cargos ejecutivos, empresariales, políticos y policiales. Quienes por sintomatologías y/o condición social, son diagnosticados o etiquetados con patologías de mayor gravedad, son tratados y sedados a la espera de una posible adaptación a la realidad convencional, aunque en esta época del fast food, donde el tiempo es escaso, el recurso más generalizado son los psicofármacos. La medicación química mantiene a los enfermos fácilmente apaciguados y controlados, evitando así muchas reclamaciones y protestas, ya que una buena terapia psicofísica acostumbra a ser un proceso largo y costoso que no está al alcance de todo el mundo, ni mucho menos de la actual sanidad pública. Las instituciones de Salud pública encargadas de velar por las causas generadoras de salud o enfermedad, se dedican básicamente a atender y reprimir sintomatologías. Se han convertido en un engaño institucionalizado que no vela especialmente por la salud integral de la ciudadanía, sino por la salud de su economía.