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Un panorama sobre la legislación y políticas públicas culturales

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Dentro de los objetivos estratégicos se plantea la consolidación de la cultura de paz como principal compromiso, acompañado del fomento de la cultura, de la participación ciudadana, el diálogo interétnico, de género e intergeneracional. El estímulo de las capacidades creativas, espíritu innovador, el aporte de propuestas y soluciones; el impulso a la inclusión de jóvenes como emprendedores culturales, la promoción de las artes, los artistas y las instituciones artísticas. La protección, conservación y difusión del patrimonio cultural. Asimismo, la convocatoria de actores y organizaciones del sector cultura para la generación de una red que fortalezca al sector y su gestión. Ser constantes en las estrategias de apertura, diálogo e inclusión, el fortalecimiento del poder local, incentivar la producción cultural, fomento y apoyo de proyectos de investigación en el área.

El documento insiste en la proyección de la dimensión cultural como eje transversal, para la gobernabilidad, fortalecimiento y modernización de los aportes del Ministerio de Cultura y Deportes, además de la gestión y el cabildeo de la armonización de las políticas culturales a nivel centroamericano como elemento fundamental en el proceso de integración regional.

Dentro de las acciones priorizadas se mencionan la ciudadanización de los Acuerdos de Paz y las políticas culturales, fortalecer las Casas de la Cultura a nivel nacional y de las organizaciones culturales locales, la profesionalización de la gestión cultural, hacer del espacio público un lugar para crear cultura de diálogo, la formación de un sistema descentralizado de cabildos culturales, contribuir a la modernización de la Universidad Popular, cooperar con organizaciones de artistas, el cabildeo intergubernamental e interinstitucional, organización y fomento de la cooperación cultural a nivel nacional e internacional, el desarrollo del Sistema Nacional de Museos, Bibliotecas y Parques Nacionales, alianzas con gobiernos municipales, cogestión de la Feria Nacional del Desarrollo Humano Sostenible, la capitalidad cultural, gestión de alianzas estratégicas con otros sectores del Estado, creación de alianzas con el sector del turismo y turismo cultural, y atención a la población joven.

Luego de presentar sus principios, objetivos y acciones prioritarias, el Plan de Desarrollo Cultural a Largo Plazo hace una descripción de los antecedentes en que se fundamenta. Uno de los más importantes es la firma de los Acuerdos de Paz, donde si bien se reconoce este hito como un paso hacia la generación de la convivencia en democracia, sostiene que su implementación «no sería firme ni duradero si no se visualiza la cultura como una dimensión inseparable de los valores democráticos, de la equidad y del desarrollo individual, social y comunitario» (Ministerio de Cultura y Deportes, 2005, p. 42).

El texto es enfático en señalar que es fundamental el reconocimiento de la participación ciudadana de parte del Estado y de los gobiernos, lo cual debe concretarse mediante mecanismos constantes, dinámicos y flexibles que generen reflexión colectiva y consulta permanentes, y que las propuestas locales se expresen y concreten a través de canales adecuados. Otro aspecto fundamental es que las políticas culturales no deben estar sujetas a los cambios de período de gobierno, deben ser políticas de Estado que fomenten la participación y su apropiación por parte de la ciudadanía.

Se expresa literalmente que:

La dimensión cultural es la dimensión específica del cambio y de la voluntad de paz. Es la palestra de las nuevas condiciones, posibilidades y retos. Las políticas culturales no deben ser accesorias a los programas de gobierno, sino centros neurálgicos por donde transiten los flujos de participación pertinente, creativa y comprometida de todo guatemalteco. (Ministerio de Cultura y Deportes, 2005, p. 42)

Se sostiene que el logro de un desarrollo humano integral y sostenible es ante todo una meta cultural porque la cultura está inmersa en las formas de ver el mundo y las interrelaciones humanas en las diversas formas de convivencia. En el documento se identifican varias metas que comparten diversos sectores, instituciones públicas y organizaciones sociales, entre las que se encuentran el crecimiento con equidad, el enfoque de género, el reconocimiento de la multiculturalidad, la descentralización, la democratización de la participación social, la complementariedad entre inversión pública y privada. Todo ello lleva intrínseca la dimensión cultural. Se reconoce también que la economía también es parte de la cultura, ambas dimensiones se complementan entre sí y no puede haber un desarrollo sostenible a largo plazo sin que se tome en cuenta la incorporación de la diversidad cultural como riqueza en sus múltiples potencialidades.

Dentro de las Políticas Culturales y Deportivas Nacionales se establece la obligación del Estado de incorporar la dimensión en sus políticas, planes y acciones. El plan se basó en la formulación de estas políticas en el año 2000, que posteriormente fueron actualizadas en la propuesta que abarca el período 2015-2034. Las mismas tendrán un apartado específico más adelante en el presente texto.

Para la formulación del Plan de Desarrollo Cultural a Largo Plazo, se propusieron tres fases: la primera consiste en un diagnóstico institucional para determinar las problemáticas de funcionamiento interno existentes en el Ministerio de Cultura y Deportes. Dicho diagnóstico se ejecutó dentro del período ministerial 2000-2003. La segunda fase es denominada «el diseño de la utopía» y la tercera es la conformación de once comisiones integradas multiculturalmente por especialistas en los ámbitos jurídico, económico, político, social, institucional, territorial, educación comunicación, creativo, de recreación y de patrimonio.

El plan también se respalda en la agenda de la Unesco en Cultura y Desarrollo, que ha sido un proceso de largo aliento iniciado en los años 50 del siglo XX donde esta entidad estableció el mandato del avance mediante las relaciones educativas, científicas y culturales entre los pueblos para lograr los objetivos de paz y bienestar en la humanidad. Desde ese entonces la Unesco ha creado varios programas, modelos, visiones, conferencias sobre temas relacionados al sector de la cultura y sus políticas.

En 1982, en el marco de la Conferencia Mundial sobre Políticas Culturales (Mondiacult), realizada en México, se acordaron los principios que deben regir su creación. Estos principios son:


En cuanto a las normativas, leyes guatemaltecas y procesos realizados que respaldan el plan, se encuentran los siguientes:

a. Constitución Política de la República de Guatemala, específicamente en los siguientes aspectos:

• El reconocimiento del derecho de toda persona a la libre participación en la vida cultural y artística de su comunidad y a beneficiarse del progreso científico y tecnológico de la nación.

• El derecho individual y colectivo a la identidad cultural de acuerdo con los valores, lengua y costumbres de los pueblos.

• La asignación del Ministerio de Cultura y Deportes como entidad encargada de la protección y fomento de la cultura, el patrimonio cultural y natural; el fomento del arte y la expresión creadora.

• La descentralización del Estado, cuyo cumplimiento debe establecerse mediante regiones de desarrollo con contenido económico, social y cultural respetando la autonomía municipal.

b. Ley de los Consejos de Desarrollo Urbano y Rural, aprobada en 1987.

c. Ratificación del Convenio 169 de la OIT sobre los pueblos indígenas y tribales en 1989.

d. Alianza Centroamericana para el Desarrollo Sostenible, (1994). En este documento se establece el concepto de desarrollo sostenible como:

Un proceso de cambio progresivo en la calidad de vida del ser humano, que lo coloca como centro y sujeto primordial del desarrollo, por medio del crecimiento económico con equidad social, la transformación de los métodos de producción y de los patrones de consumo, sustentado en el equilibrio ecológico y el soporte vital de la región. Este proceso implica el respeto a la diversidad étnica y cultural regional, nacional y local, así como el fortalecimiento y la plena participación ciudadana en la convivencia pacífica y en armonía con la naturaleza, sin comprometer y garantizando la calidad de vida de las generaciones futuras. (Ministerio de Cultura y Deportes, 2005, p. 42)

e. Acuerdos de Paz Firme y Duradera (1996).

f. Aporte para la Descentralización Cultural (Adesca) (1996).

g. Seminario Taller sobre Políticas Culturales y Desarrollo Sostenible (1999).

h. El documento Fundamentos y Plan Estratégico para la Formulación de un Plan Nacional de Desarrollo Cultural Sostenible para el Decenio 2000-2009 (1999).

i. Primer Congreso Nacional sobre Lineamientos de Políticas Culturales (2000).

j. Establecimiento de la Comisión de Seguimiento al Congreso Nacional sobre Lineamientos de Políticas Culturales (2000).

k. Estrategia para la Formulación Participativa de un Plan Nacional de Desarrollo Cultural Sostenible (2001).

l. El primer documento del Plan Nacional de Desarrollo Cultural a Largo plazo (2005).

m. Acuerdo Marco de los Acuerdos de Paz, establecido en el 2006. En este acuerdo se establece la creación de la Unidad de Desarrollo Cultural del Ministerio de Cultura y Deportes, que dentro de sus metas contempla la institucionalización del Plan Nacional de Desarrollo Cultural cuya estructura se basa en tres programas: participación ciudadana, vinculación y diversidad cultural.

 

Otros fundamentos legales:

a. Ley del Organismo Ejecutivo sobre reformas referentes al Ministerio de Cultura y Deportes, Decreto 114-97. En este acuerdo se enfatiza la importancia de la descentralización, la promoción y difusión de la identidad cultural y valores cívicos de la nación.

b. Código Municipal, Decreto 12-2002. En esta normativa se establece que los municipios deben velar por la protección del patrimonio cultural y contar con diversas comisiones obligatorias, dentro de las que se encuentra una que contempla el tema de cultura y deportes. Dentro de sus competencias el municipio tiene la promoción y gestión de parques y lugares de recreación.

c. Ley General de Descentralización, Decreto 14-2002. En esta ley se contempla la priorización de áreas en las que debe llevarse a cabo la descentralización, siendo una de ellas la cultura, recreación y deporte.

d. Ley de los Consejos de Desarrollo Urbano y Rural, Decreto 11-2002. Entre sus principios se contempla el respeto de las culturas que conviven en Guatemala, el fomento de la interculturalidad, la promoción de procesos de democracia participativa. El objetivo principal se centra en la formulación de políticas de desarrollo comunitario y el presupuesto para su cumplimiento, tomando en cuenta el establecimiento de Consejos Asesores Indígenas.

e. Política Nacional de Descentralización (2005). En ella se establece la importancia de concretar la planificación democrática y de desarrollo junto a los pueblos y diversas culturas que habitan el país, promover la participación de los pueblos indígenas y la sociedad civil en la construcción de un mejor país, preservar, promover y difundir la diversidad cultural e identitaria, proteger y recuperar el patrimonio natural, y promover el desarrollo de la economía local.

Conceptualmente el Plan Nacional de Desarrollo Cultural a Largo Plazo construye su argumento desde las perspectivas que se han mencionado sobre cultura, desarrollo integral y sostenible, interculturalidad en equidad, descentralización y desconcentración, fortalecimiento del poder local, gobernabilidad y legitimidad, participación ciudadana.

Dentro de esta argumentación adquieren especial relevancia las ideas que apoyan la cohesión social, el fortalecimiento de la participación ciudadana y del tejido comunitario. Dentro de las mismas se encuentra la definición de inteligencia social como:

La habilidad para comprender, manejar y utilizar las relaciones humanas y grupales con la finalidad de resolver problemas y compartir propuestas para satisfacer necesidades colectivas y, sobre todo, para construir conocimiento compartido. Es la forma en que reacciona una sociedad ante los estímulos que ella misma genera y ante el medio con el que se relaciona. (Ministerio de Cultura y Deportes, 2005, p. 94)

El concepto anterior se refuerza con la importancia que se le da a la creación de redes con actores claves que impulsan el desarrollo cultural desde la práctica de la participación ciudadana, la reflexión colectiva y el establecimiento de objetivos y acciones comunes. Es aquí donde cobran especial relevancia los agentes y gestores culturales que deben tener las capacidades y formación necesaria para realizar convocatorias y concretar acciones mediante mecanismos adecuados, mantener las iniciativas y propiciar su evolución.

Estos procesos deberán reforzarse con el ejercicio de una ciudadanía crítica y participativa, entendiéndola como:

El goce de derechos y aceptación de responsabilidades con la sociedad, así mismo incluye los lazos de pertenencia y de cohesión social, en la que cada persona sea consciente y viva activamente su papel en el grupo o comunidad de la que forma parte. (Ministerio de Cultura y Deportes, 2005, p. 96)

Otro concepto de referencia es el de tejido social, definido como:

El entramado de relaciones cotidianas que implican, a su vez, relaciones de micro vínculos en un espacio local y social determinado (como el barrio, la comunidad, etc.) donde sus habitantes, como actores sociales, aportan procesos de participación, organización, ciudadanía, democracia, cultura, recreación y capital social, al relacionarse entre ellos para obtener algún fin determinado. Y desde allí interaccionan con su entorno y medio macro social. (Ministerio de Cultura y Deportes, 2005, p. 97)

Como elementos de la urdimbre del tejido social se consideran: a la persona a nivel individual y colectivo, las relaciones entre personas, la naturaleza, la cultura, el tejido social, la identidad, la inteligencia social, el capital cultural y la transformación democrática. Se considera que el trabajo en los tejidos sociales es fundamental en contextos como el guatemalteco con poblaciones desplazadas, experiencias de conflicto, riesgo y diversas amenazas. Otro punto fundamental es trascender la visión de victimización en las personas que han tenido estas vivencias, trascender las visiones asistencialistas para que los esfuerzos vayan encaminados desde la capacidad de agencia y la capacidad de la construcción de su propio desarrollo. Todo ello dentro de la vital importancia que ejerce la pertenencia, el sentido de mundo y de identidad que dan el territorio y la territorialidad.

Se da mucha importancia al papel del trabajo en gestión cultural. Se sostiene que la gestión, promoción y las acciones culturales deben contemplar fines más amplios que contribuyan al desarrollo humano. Para ello explican que es necesario definir el qué, quién, cómo, en dónde, cuándo y para qué se trabaja, mediante el seguimiento de políticas, estrategias, planes, proyectos, actividades y productos o servicios específicos.

Dentro de las funciones del agente cultural se menciona el análisis e interpretación de la realidad en búsqueda de proponer soluciones a las problemáticas identificadas, posibilitar y canalizar la participación ciudadana en el trabajo comunitario desde el nivel individual hacia la acción pública y social, recibir y formar corrientes de opinión sobre temas que atañen a la comunidad, estructurar demandas en los ámbitos social, cultural y educativo y trasladarlas junto a los actores sociales a las dependencias del Estado pertinentes. Por otra parte, constituir plataformas para fomentar la autoorganización de servicios, incidir en las políticas culturales, construir puentes de acercamiento entre diversos sectores, hacer sinergias entre el sector empresarial y la comunidad.

En síntesis, son personas con espíritu crítico, creativas, cuestionadoras, analíticas y con un fuerte compromiso comunitario. Son capaces de entablar puentes entre la cultura y otros sectores como la salud, economía, etc. Propician el uso de espacios que tradicionalmente no están destinados a la cultura para hacer actividades relacionadas a su sector.

A nivel metodológico, el plan propone el trabajo en 8 ámbitos de acción, con sus propios objetivos, identificación de actores clave a nivel institucional y de la sociedad civil que ejecutarán los planteamientos de ejes estratégicos y líneas de acción específicas en cada ámbito. Se definieron también escenarios de aplicación que deberán tener un seguimiento mediante acciones de «socialización, cabildeo, capacitación, inducción, evaluación, validación y complementación de la propuesta» (Ministerio de Cultura y Deportes, 2005, p. 108).

El documento define los ámbitos como «esferas, universos o espacios de acción social en los cuales puede dividirse el universo social y en los que pueden producirse cambios dirigidos al desarrollo cultural y al desarrollo humano integral del país» (Ministerio de Cultura y Deportes, 2005, p. 110).

Los ámbitos de acción establecidos son los siguientes:

1. Ámbito de lo Jurídico

2. Ámbito de la Ciudadanía

3. Ámbito del Estado

4. Ámbito del Pensamiento

5. Ámbito del Patrimonio

6. Ámbito del Tiempo Libre

7. Ámbito de la Comunicación

8. Ámbito de la Economía. (Ministerio de Cultura y Deportes, 2005, p. 110)

En el documento se hace énfasis en que los actores clave ejercen acciones de incidencia y tienen poder de decisión en sus contextos de trabajo, poseen conocimientos que aplican a nivel profesional en el ejercicio de cargos públicos y privados que se concretan en acciones de relevancia social con un impacto significativo.

Como ente ejecutor, el Ministerio de Cultura y Deportes es encargado de la ejecución de las Políticas Culturales y Deportivas y Recreativas (al momento de generarse este plan aún estaban en vigencia las Políticas Culturales y Deportivas Nacionales del año 2000). El ministerio también es responsable de la ejecución de las estrategias y líneas de acción de presente plan y de la generación de aportes para cada uno de los ámbitos establecidos.

Dentro de las líneas de acción debe contemplarse una vinculación con el Sistema de Gestión Institucional. Se especifica que debe existir una definición y armonización anual y multianual de los planes de trabajo de cada dirección en consonancia con el Plan de Desarrollo Nacional de Desarrollo Cultural a Largo Plazo. Asimismo, que la ejecución del programa de gestión cultural y el de desarrollo sostenible, garanticen la eficiencia en cuanto a la gestión de recursos humanos, técnicos y financieros en el marco de este plan.

Se definen acciones en los niveles interinstitucional, sociedad y nación e internacional. Dentro de las más relevantes a nivel interinstitucional se mencionan: la definición de variables, enlaces y articulaciones para que se adopten el enfoque de cultura y desarrollo en las políticas públicas; diseño e implementación de mecanismos para el diálogo sectorial que permita la articulación del tejido social; creación de espacios y redes entre entidades comprometidas con el desarrollo, enfocadas en la descentralización. La identificación a nivel local de capacidades instaladas para que las unidades de desarrollo cultural local generen interrelación entre las instancias gubernamentales y la sociedad civil.

A nivel de sociedad y nación, se pretende que la sociedad civil se apropie del presente plan, por lo que se requiere de procesos de difusión e institucionalización, coordinar mecanismos de participación ciudadana amplia, pertinente y efectiva. Para ello, el plan debe socializarse, garantizar mecanismos de financiamiento, generar acercamientos a nivel local, municipal, departamental y nacional.

A nivel internacional se da prioridad a la implementación de una estrategia de cooperación cultural centroamericana y que la dimensión cultural sea un eje fundamental en los procesos de integración, así como la promoción de la cultura regional a nivel mundial. Para ello, se plantean acciones de fortalecimiento de la relación entre las instancias del sector cultural, coordinar procesos de diálogo y consenso entre las autoridades nacionales de cultura en Centroamérica, participación y ejercicio de liderazgos con instancias internacionales, entre ellas la Organización de Estados Americanos (OEA), la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) y la Unesco.

En cuanto a los escenarios, se especifican 4: el intrainstitucional, el interinstitucional, el de la sociedad civil y el internacional. El primero tiene como función la coordinación del trabajo basado en dos grandes pilares: las Políticas Culturales, Deportivas y Recreativas y el presente plan. El segundo, la implementación de estrategias para la incorporación de la dimensión cultural en las políticas públicas y en los mecanismos de articulación con otros programas institucionales para el logro del desarrollo sostenible. El tercero, la implementación de este plan, socialización, institucionalización con visión a largo plazo, garantizar mecanismos de participación ciudadana efectiva y con pertinencia. El cuarto escenario tiene como función implementar estrategias para fortalecer la cooperación cultural centroamericana y que esta sea un elemento para el logro de su integración. Asimismo, la promoción de la cultura a nivel de cooperación internacional.

Para los ocho ámbitos mencionados, se establecieron los siguientes aspectos: su definición, identificación de actores institucionales, actores de la sociedad civil, una situación ideal, un objetivo ideal, objetivos generales, objetivos específicos, ejes estratégicos, líneas de acción y objetivos para el Ministerio de Cultura y Deportes. Para fines del presente texto, se citan las definiciones correspondientes a cada uno de ellos y aspectos relevantes que atañen a la labor de los colectivos artísticos.

Ámbito de lo Jurídico:

 

Es el ámbito en el cual se regulan jurídicamente las relaciones sociales. Está representado por el conjunto de instrumentos jurídicos y por las estructuras de aplicación de los mismos. Instrumentos tales como Constitución, leyes, reglamentos, acuerdos, convenios internacionales y derecho consuetudinario. (Ministerio de Cultura y Deportes, 2005, p. 117)

Dentro de la situación ideal se defiende que toda ley, reglamento y norma respete la realidad pluricultural del país y la aplicación tanto del derecho formal como del consuetudinario, aludiendo que este último es «parte de la riqueza cultural del país» (Ministerio de Cultura y Deportes, 2005, p. 117). Esto daría pie a retomar la discusión, puesto que el derecho consuetudinario es en sí mismo un sistema de justicia y restablecimiento del equilibrio colectivo. Si solo se toma como «riqueza cultural del país» sería importante preguntarse si se le está dando el mismo valor que al sistema formal como forma de implementación de justicia.

Dentro de los objetivos específicos de este ámbito se plantean:

Legalizar y reglamentar la participación de la población local en la puesta en valor social del patrimonio, en la toma de decisiones y en la organización de su uso. Garantizar la seguridad social de artistas y hacedores de cultura. Perfeccionar la ley de derechos de autor. Proponer leyes para la dignificación del artista, de los artesanos y hacedores de cultura. (Ministerio de Cultura y Deportes, 2005, p. 118)

En los ejes estratégicos se propone la apertura de espacios para la participación local y dentro de las líneas de acción, la inclusión de las instancias municipales para el ejercicio de la participación local en el fortalecimiento de los valores culturales. Asimismo, se plantea la creación de marcas de comercialización justa del país, la seguridad social, el respeto a los derechos de autor y la obra de artesanos, hacedores y portadores de las culturas tradicionales.

El ámbito de la Ciudadanía se define como: «El ámbito de las relaciones entre personas, grupos y comunidades para el ejercicio del poder y su auditoría» (Ministerio de Cultura y Deportes, 2005, p. 121). El enfoque de este ámbito se centra en la promoción de la plena participación ciudadana con respeto a la diversidad cultural y al logro de que las políticas culturales sean asumidas por los diversos pueblos y sectores. Se contemplan la contribución del diálogo permanente entre sociedad civil y el Estado, la valoración de las organizaciones tradicionales y espontáneas y el fortalecimiento de la democracia a través de espacios de reflexión y participación ciudadana. Se da importancia a los procesos de consulta incluyentes y participativos, al nivel municipal de organización y a la formación de la sociedad sobre derechos y obligaciones ciudadanas en el marco de la cultura democrática participativa.

Dentro de las líneas de acción se plantean la creación de redes de consulta permanentes para mantener el involucramiento de la población y el fortalecimiento de espacios culturales y organizaciones de desarrollo locales. En este sentido, es función del Ministerio de Cultura y Deportes, la realización de diálogo e intercambio con alcaldes, concejales de cultura y representantes de los espacios culturales locales, el fortalecimiento de comisiones de cultura, revitalización de los espacios culturales y los consejos de desarrollo.

Una función muy importante del Ministerio de Cultura y Deportes, a largo plazo en este ámbito, es la evaluación de la congruencia y solidez de las políticas culturales con relación a la participación ciudadana, tomando en cuenta temas de género, interculturalidad y legitimidad democrática.

El ámbito del Estado se define en el documento como: «El ámbito de las estructuras del Estado y de su organización territorial, de su grado de interrelación en la formulación e implementación de políticas públicas» (Ministerio de Cultura y Deportes, 2005, p. 125). Toma la descentralización como un aspecto importante, la sectorialización excesiva de las funciones del Estado, la incorporación de las metas de políticas culturales como eje estratégico en la agenda de Gobierno.

Dentro de sus líneas de acción, se describe una función muy importante que es la planificación, seguimiento y evaluación de la inclusión del tema cultural en todo plan, programa y acción de Gobierno a través de una instancia específica creada con esta tarea primordial en el Ministerio de Cultura y Deportes.

Por otra parte, y que cobra mayor importancia en la coyuntura actual es el «seguimiento con alta calidad técnica y profesional al Sistema Nacional de información Cultural» (Ministerio de Cultura y Deportes, 2005, p. 127). Esto adquiere especial relevancia dado que ante la emergencia del COVID-19 se evidenció que dicho sistema no ha tenido un seguimiento adecuado ni la actualización de bases de datos de artistas y colectivos culturales que hubiera sido de enorme utilidad para agilizar procesos de apoyo al sector al verse mermadas sus fuentes de trabajo. Tanto artistas como asociaciones hicieron el esfuerzo de recabar listados respaldados con declaraciones juradas para recabar tal información.

En este ámbito se contempla la implementación de la Dirección de Desarrollo Cultural y el Fomento de las Culturas del Ministerio de Cultura y Deportes, así como la creación de las unidades de Desarrollo Cultural Local para que cumplan la función de promover la descentralización de la información y comunicación cultural, el acceso local a la información y la creación de una red de articulación local, nacional e internacional. Este tema es de vital importancia poderlo retomar, ya que la coyuntura ha evidenciado una gran desarticulación de quienes se dedican al arte y la cultura a nivel nacional. Las instancias que han logrado mayor articulación son las asociaciones que aglutinan a gremios artísticos específicos, tales como las sociedades de gestión colectiva en el campo de la música: AEI, Musicartes, Aginpro y otras como la Asociación Guatemalteca del Audiovisual y la Cinematografía (Agacine), la Asociación de Artistas Teatrales de Guatemala (Arteatro) y Artistas Unidos.

El ámbito del Pensamiento es definido como «el ámbito de atención a la educación, investigación, creación y conocimiento. Incluye los espacios de producción y difusión y la estructura que los norma» (Ministerio de Cultura y Deportes, 2005, p. 129).

En este tema se hace énfasis a la importancia de la educación bilingüe intercultural, a la promoción del «pensamiento creativo, la expresión artística, la conciencia crítica, el espíritu investigativo, la curiosidad científica y los valores de solidaridad y respeto por la vida» (Ministerio de Cultura y Deportes, 2005, p. 129). Se menciona el importante papel de los agentes y gestores culturales, así como la necesidad de compromiso de artistas y creadores con el desarrollo cultural. Para lograr todo eso, se plantea la necesidad de implementar programas novedosos, contar con programas sostenidos de investigación, lograr financiamiento para la labor investigativa, fomentar las manifestaciones artísticas y culturales, y difundir una consciencia de la creatividad como elemento básico para la innovación y el desarrollo humano integral.

Dentro de los objetivos de este ámbito se plantean metas como el reconocimiento de la sabiduría de las comunidades con elementos que forman parte del pensamiento nacional, incluir en los programas educativos aspectos que refuercen el desarrollo de la interculturalidad, la solidaridad, creatividad y participación. Un punto fundamental es la creación de centros de formación artística en todas las regiones del país y la introducción en el sistema de educación formal e informal con proyectos novedosos de formación creativa y artística.