Al principio, no surgió nadie. Ninguna de las niñas se movió de sus asientos, aunque Sara se retorcía ansiosamente. Entonces una silueta llenó la puerta… pero no era su padre. Era una mujer — una mujer alta, impresionante, con el pelo rubio en cascada alrededor de sus hombros y, curiosamente, su brazo derecho en un cabestrillo blanco. Salió del avión y se dirigió rápidamente hacia el otro coche negro que la esperaba. Ella abrió la puerta trasera del lado del pasajero, pero justo antes de entrar en el vehículo, miró hacia su coche y mostró una cálida sonrisa. Maya no creía que la mujer pudiera ver más allá de los vidrios polarizados — ¿o sí?

Entonces ella entró, cerró la puerta y el otro coche negro partió casi inmediatamente. Maya estaba tan confundida por la hermosa mujer y su extraña sonrisa que ni siquiera se dio cuenta de que el otro pasajero del avión estaba desembarcando hasta que Sara la tocó repentinamente en el hombro y le señaló.

“¡Maya, mira!”, prácticamente gritó. Sara se volvió hacia el agente Watson. “¿Podemos…?”

“Por supuesto”. Watson sonrió. “¿Qué están esperando?”

Las chicas saltaron del coche, dejando las dos puertas traseras abiertas mientras corrían hacia él.

“¡Papi!” Sara saltó a sus brazos y él la atrapó, apretándola fuertemente y moviéndola de un lado a otro.

“Dios, es tan bueno volver a abrazarte”, dijo, con la voz apagada mientras enterraba su mejilla en el pelo de ella. Sostuvo a Sara durante varios segundos, y luego la dejó en el suelo y se volvió hacia Maya.

Su amplia sonrisa se desvaneció.

Ella había corrido hacia él, igual que su hermana, pero se detuvo unos pasos y simplemente le miró fijamente. Durante los últimos días, ella había pasado mucho tiempo imaginando cómo sería su reunión, particularmente por la noche mientras intentaba quedarse dormida. A veces soñaba con ello. Pero ella nunca había esperado esto.

Un lado de su cara estaba muy lastimado, el ojo aún púrpura e inflamado. Tenía una venda de mariposa en la frente y una más grande en el cuello. Estaba claramente cojeando sobre una rodilla y su mano izquierda estaba envuelta en una gruesa gasa, parecida a un guante.

Su expresión se suavizó. Sabía exactamente lo que ella estaba pensando. “Maya…”, empezó.

Es evidente que él había estado en peligro, lo que significa que ellas también habían estado en un auténtico peligro. La realidad, sus vendas, sus moretones y su cojera, la golpearon fuerte.

Intentó mantener las lágrimas a raya, pero no pudo. Todas sus emociones salieron a la superficie, todas a la vez — no sólo su alegría al ver a su padre con vida, sino su alarma al verlo en tal estado, el miedo que había aplastado para poder mantener a su hermana a salvo, el horror de ver la escena en el muelle. Todo eso se produjo como una presa desbordada, como si su cerebro hubiera decidido que finalmente era seguro ceder, y las lágrimas se derramaron generosamente.

Su padre la envolvió en un abrazo y la sostuvo. No dijo nada — no tenía que hacerlo. La sostuvo mientras ella sollozaba en su hombro.

“Oye”, dijo al fin. Su voz se quebró. “Ya estoy aquí”. La apretó de nuevo y le dijo: “Todo va a estar bien”.

Ella quería decirle que no estaba bien, que nunca estaría bien… pero justo en ese momento, en ese momento, se sintió como si casi lo estuviera.

Maya lloriqueó y dio un paso atrás para limpiarse los ojos. Se rió un poco de sí misma — siempre se había sentido avergonzada de llorar delante de alguien, incluso ante su padre.

“Tenemos mucho de qué hablar”, dijo ella.

“Sí”, estuvo de acuerdo. “Tenemos”.

Su padre le puso un brazo alrededor de ella y el otro alrededor de Sara, y los tres se dirigieron hacia el coche que los esperaba. Hacia algún lugar, hacia casa.

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OBJETIVO CERO

(La Serie de Espías de Kent Steele—Libro#2)

“Una de las mejores series de suspenso que he leído este año”.

-- Books and Movie Reviews (con respecto a Por Todos Los Medios Necesarios)

En esta continuación del libro #1 (AGENTE CERO) de la serie de espías de Kent Steele, OBJETIVO CERO (Libro #2) nos lleva a otro viaje salvaje y lleno de acción a través de Europa cuando el agente de élite de la CIA Kent Steele es convocado para detener un arma biológica antes de que destruya el mundo — todo mientras lidia con su propia pérdida de memoria.

La vida sólo regresa fugazmente a la normalidad para Kent antes de que se encuentre convocado por la CIA para cazar a unos terroristas y detener otra crisis internacional — esta, potencialmente, aún más devastadora que la anterior. Sin embargo, con un asesino persiguiéndolo, una conspiración en su interior, topos a su alrededor y con una amante en quien apenas puede confiar, Kent parece condenado al fracaso.

No obstante, su memoria está volviendo rápidamente y, con ella, destellos de los secretos de quién era, qué había descubierto — y por qué están tras él. Se da cuenta de que su propia identidad puede ser el secreto más peligroso de todos.

OBJETIVO CERO es una serie de suspenso y espionaje que te mantendrá pasando páginas tarde en la noche.

“Escritura de suspenso en su esplendor”.

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Jack Mars

Jack Mars es el autor bestseller de USA Today, autor de las series de suspenso de LUKE STONE, las cuales incluyen siete libros (y contando). También es el autor de la nueva serie de precuelas LA FORJA DE LUKE STONE y de la serie de suspenso del espía KENT STEELE.

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LUKE STONE THRILLER SERIES

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