La cafeína del liderazgo en un mundo "light"

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El pensamiento estratégico y la planificación estratégica no son lo mismo ya que el primero se refiere a un proceso mental característico de ciertos individuos, y el segundo a un proceso estructurado aplicable a organizaciones con el fin de mejorar en forma metódica y controlada su desempeño futuro.

La planificación estratégica tiene dos connotaciones diferenciadas, pero al mismo tiempo entrelazadas: realizar un «mapa» de las probables decisiones futuras de una organización (ya sea una empresa privada, una ONG, una Institución pública…) o diseñar una ruta de acción personal para el futuro, en la que suele incluirse un plan de vida, un plan de formación, un plan de carrera, un plan de crecimiento personal, etc. En ambos casos nos enfrentamos a la incertidumbre de qué pasará en el futuro y cómo actuaremos de manera conveniente para cumplir nuestros propósitos fundamentales. Al final la dimensión personal y la de la organización se entretejen de tal modo que el rumbo que elegimos para nuestras organizaciones influye en las personas y viceversa.

«Es injusto que una generación sea comprometida por la precedente. Hay que encontrar un modo de preservar a las venideras de la avaricia o inhabilidad de las presentes».

Napoleón

Aplicando lo anteriormente expuesto al mundo empresarial, nos referiremos al diseño del plan de acción dentro de la organización para el logro de sus metas y objetivos, como resultado de una visión o sueño de un líder que se materializa, día a día, en una misión concreta y previamente definida.

La planificación estratégica es pues un proceso de evaluación sistemática de la naturaleza de un negocio, definiendo los objetivos a largo plazo, identificando metas y objetivos cuantitativos, desarrollando tácticas para alcanzarlos y localizando los recursos que necesitaremos emplear para llevar a cabo dichas tácticas. La planificación estratégica también observa con detenimiento las posibles alternativas de los itinerarios de acción para el futuro y, al escoger unas determinadas, abandona otras posibilidades, aquellas se convierten en la base para la toma de decisiones en el presente.

«Procuremos más ser padres de nuestro porvenir que hijos de nuestro pasado».

Miguel de Unamuno

En toda organización se toman decisiones por acción u omisión y las mismas pueden ser planificadas o no. La importancia de planificar radica en la necesidad de organizar de manera coherente lo que se quiere lograr.

Toda planificación estratégica es una poderosa herramienta de diagnóstico, análisis, reflexión y toma de resoluciones colectivas en torno al quehacer actual y al camino que debe recorrer la organización, tanto para adecuarse a los cambios y a las demandas que le impone el entorno, como para lograr el máximo de eficiencia y calidad en sus prestaciones, sacando con ello una ventaja substancial a la competencia.

Planificar ayuda a «ver el futuro» a través de la racionalidad; es un medio, no un fin en sí mismo. El plan es un conjunto coherente de acciones, de intervenciones en las causas relevantes y priorizadas del problema, siendo su objetivo principal el de cambiar el estado o la situación actual. Estas acciones, para ser eficaces, deben procurar tener impacto en las causas principales de aquello que produce la dificultad a través de su encadenamiento lógico.

«Lo futuro ha de ser la razón de ser de tu hoy».

Friedrich Nietzsche

Una manera de examinar el trabajo del líder21 consiste en agrupar las actividades que realiza en categorías básicas o funciones interdependientes, lo cual nos permitirá describirlas y analizarlas. En la práctica, el líder realiza cada una de estas tareas simultáneamente:

 Ser emprendedor

 Analizar y gestionar los recursos humanos, materiales y temporales

 Planificar y programar los objetivos

 Aplicar las técnicas específicas del management

 Organizar

 Ejecutar

 Controlar

Ser emprendedor

La palabra emprendedor deriva de la voz francesa «entrepreneur», que aparece al comienzo del siglo XVI para designar a los hombres relacionados con las expediciones militares. A principios del siglo XVIII, los franceses extendieron el significado del término a los constructores de puentes, a los creadores de rutas y caminos y a los arquitectos. Se aplicaba al individuo encargado de utilizar los factores de producción, el trabajo de los siervos, los materiales y los recursos del señor feudal o del rey y asumir el riesgo para la construcción de edificios o armamentos. En un sentido económico fue definida por primera vez por el escritor Richard Antillón en 1755 como el proceso de enfrentarse a la incertidumbre. Pero no fue hasta principios del siglo XX cuando se reconoció el rol de emprendedor y de riesgo económicamente hablando. Joseph Schumpeter, economista alemán emigrado a EE.UU., al aceptar una cátedra en la Universidad de Harvard, habló del emprendedor como centro del sistema económico: «el beneficio proviene del cambio, y el cambio es producido por el empresario innovador», siendo la innovación la razón de ser del entrepreneur22 que se convierte en líder, teniendo la capacidad de transformación y cambio, lo que significa llevar a término cuatro tareas esenciales:

1 Principios

2 Valores

3 Visión

4 Misión

Principios

El líder debe tener una clara conciencia de sus convicciones más profundas para poder definir los principios de la organización sobre los cuales se han de asentar las actividades y las conductas de las personas, así como las relaciones con clientes, proveedores, compañeros, usuarios... Evidentemente, para ser emprendedor se requiere una gran fuerza de voluntad, una energía interna que te movilice más allá del marco de referencia que conoces y en el que se mueves.

Los principios, éticamente hablando, son normas de conducta que la persona ha tomado como referencia por las cuales rige sus actos, encauza su acción y toma decisiones.

Cualquier actividad humana se rige por principios; incluso cuando son varias personas las que interactúan es necesario que se pongan de acuerdo en los principios que van a aceptar en común. Por ejemplo, si vamos a jugar al ajedrez, aceptaremos los que son propios a este juego (disposición del tablero, cuadro blanco a la derecha del mismo, situación de las fichas, número de casillas y alternancia, movimientos, etc.) Así sabremos a qué atenernos si jugamos.

La Convención de Ginebra marca los principios que habitualmente aceptan los bandos en guerra para humanizar esta en la medida de lo posible.

También existen principios que las empresas establecen para regular las relaciones con los stakeholders o partes interesadas con las que se relacionan: aceptar o no regalos de sus proveedores a partir de cierto importe, igualdad de oportunidades a sus empleados sin distinción de raza, impedir la discriminación salarial por motivos de sexo…

Valores

Son el conjunto de pautas que el individuo o la organización establece para las personas en las relaciones sociales. Los valores permiten ponderar tanto la importancia ética como estética de las cosas, por lo que constituyen una cualidad que hace que las cosas puedan ser estimadas en sentido positivo o negativo. Sus características son:

 La objetividad: son independientes del sujeto

 La polaridad: todo valor tiene su contravalor

 El grado: se experimentan o viven en diversa intensidad o escala dependiendo del individuo

 La jerarquía: unos valores son superiores y otros son inferiores de forma subjetiva para cada persona cuando los ponemos en relación

En el caso del ajedrez podríamos decir que alguno de sus valores podrían ser: no hacer trampas en el juego, aceptar la derrota con dignidad, ganar sin pedantería…

El proceder de las personas que dirigen una organización siempre e inexcusablemente está vinculado a sus valores personales, y esto se materializa en el comportamiento y la toma de decisiones de cada día, cada minuto y en cada una de sus actuaciones. De ahí la importancia de conseguir que el equipo sea homogéneo en sus convicciones básicas (huyendo de la clonación mental, del pensamiento único y del monocultivo intelectual), así como dedicar el tiempo necesario para realizar una adecuada selección. De lo que se desprende la importancia real que, cada vez con mayor fuerza, va adquiriendo el departamento de Recursos Humanos o de personal.

«Si lo que se comprometió a hacer se centra en principios, usted logrará de forma gradual basarse en principios. Cumpla la promesa que se hizo a sí mismo e incrementará su integridad. Una de las mejores formas para fortalecer nuestra voluntad independiente radica en hacer y cumplir promesas. Cada vez que esto sucede, realizamos depósitos en nuestra cuenta de integridad personal. Es una metáfora que describe el grado de confianza que tenemos en nosotros mismos, en nuestra capacidad para hacer lo que decimos23».

Sí, la «dirección por objetivos» continua plenamente vigente pese a sus detractores, como se lleva demostrando durante décadas. Pero junto a ella, más recientemente, camina paralela la «dirección con valores».

La parte filosófica de la planificación es crucial. Con ella definimos una actitud, una forma y un estilo de vida, nuestros principios y valores, aquello de lo que estamos profundamente convencidos, así como de los límites que jamás traspasaremos, condicionando y canalizando así nuestro modo de actuar.

Es por tanto esencial que los valores que se elijan y se persigan en la vida personal se correspondan con la realidad del hombre, es decir, sean y se sientan como verdaderos, pues solo así pueden conducir a las personas a un desarrollo pleno de sus capacidades naturales en todos los ámbitos y circunstancias.

 

Como ejemplo de lo expuesto podemos leer el discurso de Albert Einstein en Berlín en el otoño de 1932 a la Liga Germana de Derechos Humanos, titulado Mi Credo, descargándonos el contenido de este bidi:


Todos tenemos principios y valores sobre los que asentamos nuestra conducta y actuación, aunque tal vez no los tengamos redactados, pero escribirlos es un buen ejercicio personal de meditación, reflexión y autoanálisis que nos ayudará a conocernos a nosotros mismos.

Visión

El líder determina la visión de la organización, su proyección temporal. Lo que deseamos llegar a ser en un futuro inmediato más o menos lejano pero alcanzable, pues ser capaz de fijar una visión no es lo mismo que ser un visionario. Toda empresa comienza con un sueño; el líder es capaz de avistar más allá del horizonte de tiempo inmediato e imaginar las atractivas oportunidades que le esperan a él y a sus seguidores al llegar a destino. Debe albergar el deseo de hacer «algo» para que «algo» ocurra, de cambiar la forma en que son las cosas, de crear aquello que nunca se haya creado antes o que sea suficientemente retador.

En el ejemplo de la partida de ajedrez podría ser ganar haciendo jaque mate al contrario o ser el vencedor del campeonato mundial.

Sentado en un banco de un parque de diversiones, Walt Disney observaba a sus hijas, Diane y Sharon, jugar. En ese instante se percató de las condiciones del lugar: era asqueroso, antihigiénico, el ruido ensordecedor, las atracciones muy semejantes entre sí, y por si eso fuera poco, el servicio de los empleados resultaba pésimo. También notó que, mientras los niños se divertían, sus padres no tenían nada más que hacer; paseaban por el parque, mirando y vigilando a sus hijos. Disney recordó los centenares de cartas que recibía de personas que le expresaban el deseo de visitar su estudio y conocer de cerca el mundo de sus personajes animados favoritos. Reflexionó, y convencido de que su estudio tenía pocas cosas divertidas que ofrecer, se dio cuenta de que era necesario pensar en algo más complejo. Esto desencadenó en él una nueva visión: construir un parque de diversiones distinto a cualquier otro de la época; uno que fuera limpio e higiénico y que además contara con atracciones en las que tanto padres como hijos pasaran momentos inolvidables de diversión. Esta fue la primigenia idea de Walt Disney que se iría transformando y perfeccionando durante algunos años más hasta al complejo Disneylandia actual, en todas las versiones que hoy conocemos.

«Lo que este país realmente necesita es un lugar donde las familias puedan ir con sus hijos a divertirse. Mi idea es construir un parque de diversiones tan limpio como ningún otro en todos los tiempos, y en donde cada persona sea tratada como si fuera un ciudadano de primera clase, es decir, como verdaderos invitados de honor».

Walt Disney

Pero no fue ahí donde terminó la visión de Walt Disney, pues siguió pensando, generando cada uno de los detalles del nuevo parque en su mente. Viajó por todo el territorio americano con el fin de visitar a los creadores e inventores más populares de la época, como Thomas Alva Edison o los hermanos Wright.

Las compañías que han generado más riqueza en los últimos años han sido las que han inventado nuevas formas y maneras de hacer las cosas, desarrollar con más rapidez las tareas y mejorar los procesos. Muchas no existían hace quince años; otras han tenido que transformar radicalmente su actividad para no quedar obsoletas. Su éxito no se basó exclusivamente en ser más eficientes que sus competidores, sino en ofrecer una solución diferente para las necesidades de un mercado cambiante. Fueron capaces de crear un nuevo modelo de negocio que cambió incluso la forma de competir en su sector. Supieron beneficiarse del nuevo campo de batalla que abrieron al rediseñar las reglas del juego.

En los años 80, Bill Gates tenía una visión clara y simple que supo transmitir a su equipo: «conseguir que haya un ordenador personal, que nosotros hayamos fabricado, en la mayoría de las mesas de trabajo».

La visión de Coca Cola fue «poner una Coca Cola al alcance de todo el mundo, en todo el mundo».

Simples, claras, precisas, concretas, ambiciosas y motivadoras. En ambos casos se crea una imagen que apunta en la dirección en la que la compañía quiere ir. Si seguimos pensando que la mayoría de los beneficios de nuestra empresa dentro de cinco años provendrán de los mercados en los que hoy nos encontramos compitiendo, y de los productos y servicios que hoy tenemos desarrollados… es probable que nos encontremos entre los perdedores de un mañana muy cercano.

En la sociedad actual, en la que la globalización y la interdependencia mundial crean un nuevo contexto para el trabajo, es evidente que el progreso hacia una mejor calidad de vida se sustenta en la suma de esfuerzos conjuntos debidamente coordinados. La responsabilidad por conseguir un mundo mejor nos obliga a asumir los desafíos y a aprovechar las oportunidades que hoy se nos ofrecen. De ahí la importancia de hacer fructificar los recursos de que disponemos de la forma más inteligente posible, organizando y planificando.

La mejor forma de conquistar ese futuro consiste en hacer previsiones correctas y concretas.

«Apártese de sus sueños. Obsérvelos. Escriba sobre ellos. Luche con ellos hasta que se convenza de que se basan en principios que brindan resultados. Luego recurra a su imaginación creativa para investigar nuevas aplicaciones, nuevas formas de hacer las cosas que cuenten con el poder basado en principios para hacer realidad esos sueños… La visión constituye la mejor manifestación creativa y la principal motivación de la actitud humana. Equivale a la aptitud para ver más allá de nuestra realidad del momento, y crear, inventar lo que todavía no existe, convertirnos en lo que aún no somos. Nos confiere la capacidad para vivir conforme a nuestra imaginación y no a nuestra memoria… Más que cualquier otro factor, la visión incide en nuestra elección y en la forma como empleamos nuestro tiempo24».

Es responsabilidad del líder comunicar la visión regularmente y crear situaciones que la ilustren. Los grandes sueños no pueden convertirse en realidad solo con brío, ilusión y entusiasmo. Sin trabajo duro y persistencia es imposible crear un nuevo futuro. Una declaración de visión inspira, pero debe concretarse en:

 Un plazo temporal de aproximadamente tres años. Hasta hace muy poco las visiones se planteaban a diez, quince o veinte años vista, pero el cambio frenético que experimentamos nos obliga a realizar planes a corto y medio plazo, siendo el futuro cada vez menos predecible, y los elementos cambiantes que influyen en nuestro entorno son excesivos como para que podamos tenerlos todos en cuenta y controlarlos sin errores o con las menos desviaciones posibles.

 Lo que somos capaces de hacer para lograrlo. La dedicación del tiempo de que se disponible realmente, conocimientos fiables que tenemos y podemos aportar sin dilación, recursos humanos y materiales con los que contamos con certeza... voluntad, esfuerzo y trabajo que estamos dispuestos a emplear, es decir, nuestro grado de cansancio y sacrificio al que somos capaces de llegar y asumir.

«A menudo, quienes vacilan en hacer planes es porque

dudan también en su capacidad de cumplirlos».

Michael Levine

En este sentido, la visión también sirve para evitar en el equipo el sentimiento de derrota y que se ceda la iniciativa a los acontecimientos; por eso su enunciado ha de ser fácil de recordar y con el que uno pueda comprometerse. Y, por supuesto, alineada con los valores y la cultura propios de la empresa.

 El horizonte hacia el cual nos encaminamos. El límite medible que nos hemos impuesto a partir del cual podemos considerar logrado nuestro sueño. La cima que deseamos ardientemente coronar con éxito.

«Un hombre no pasará de trapero si solo tiene visión de trapero».

O.S. Marden

Cada uno de nosotros somos o podemos ser nuestro propio límite. La visión clara del futuro impulsa con fuerza hacia adelante. Todo ello comunicado con pasión mediante un lenguaje vivo y un estilo expresivo.

Misión

Lo que hace grandes a los hombres es su habilidad para decidir lo que es importante y entonces concentrar su atención en ello. En nuestra partida de ajedrez nos habíamos planteado conseguir el jaque mate en veintitrés movimientos, y realizarlo con una torre y un alfil. Así pues, toda nuestra tarea estará enfocada a preservar estas figuras, sacrificando las demás si fuese necesario y estar enfocados constantemente en el jaque mate: establecer la misión de la organización, la razón de su existencia y que la diferencie de las demás por el modo concreto en que se manifiesta.

«Solo triunfa en el mundo quien se levanta y busca las circunstancias, y las crea si no las encuentra».

Bernard Shaw

Es el trabajo cotidiano que debemos realizar para estar enfocados continuamente hacia la visión y alcanzarla. Detalla qué tipo de programas e iniciativas impulsará la empresa para aproximarse a la visión que ha definido.

La frase que utilizó Ford para definir su misión es breve, pero deja muy claro el modo con el que quiere llegar a alcanzar su sueño: «La calidad es el trabajo nº 1». Sin embargo, la mayoría de las declaraciones de misión están más detalladas, a menudo describiendo lo que se hará por quién, para quién, para qué y por qué.

En consecuencia, la misión no puede ser una mera declaración que se cuelga enmarcada de la pared, sino que debe llevarse a la práctica con acciones concretas a lo largo de un espacio de tiempo determinado, y sobre todo, jalonada de objetivos factibles pero con un cierto grado de utopía, que causen alegría, emoción y aumenten la motivación cuando los vayamos alcanzando. La misión describe la razón de ser de nuestra empresa, identifica a los clientes y las principales necesidades que la organización les está cubriendo. Los diferentes departamentos dentro de la empresa también pueden apoyarse en sus propias misiones particulares, pero todas ellas alineadas con la misión de la compañía. Cuando las personas sabemos por qué estamos haciendo lo que hacemos y de qué forma apoyamos con ello a la organización como un todo completo, nos motivamos y somos capaces de actuar independientemente y al mismo tiempo colaborar con otros para cumplir la misión, dándonos la definición específica de lo que la empresa es, de lo que la empresa hace (a qué se dedica), y de a quién sirve con su funcionamiento. La declaración de misión proporciona una guía inmediata de acción. Sus características son:

 Siempre está definida en función del servicio que se presta (incluso si la tarea principal de la empresa es la fabricación de productos), nunca en base a parámetros de buenas intenciones o con la pretensión de ofrecer una beatífica imagen de cara a la galería pero sin interiorizarla realmente

 Que sea capaz de explicar la actividad actual, lo que en esos momentos se está haciendo, la tarea que se desempeña actualmente, la aplicación real de nuestros esfuerzos, la actividad empresarial central y fundamental. También puede describirse teniendo en cuenta el tipo de clientes a los que se pretende atender

 Siempre está abriendo puertas al futuro, sin encorsetarse en frases hechas, que estén de moda o que sean bien parecidas, que puedan limitar en un momento dado su empuje y progreso eficaz a través del tiempo. Es la huella que dejamos atrás al mismo tiempo que damos un nuevo paso hacia delante

«Mi futuro comienza cuando me levanto cada mañana... Cada día busco algo creativo para hacer con mi vida».

Miles Davis

 Debe ser motivadora para conseguir adeptos y seguidores entusiastas de la visión cargada de ilusión y esperanza para que las personas deseen formar parte activa de ese proyecto. La mitad está hecha cuando tiene un buen principio, y aunque ningún principio es fácil, todo proyecto comienza con un papel en blanco.«Dirigir los propios sentimientos de modo que se expresen apropiadamente y eficazmente capacitando a las personas para trabajar conjuntamente hacia un objetivo común25».

 

 Debe estar expresada de forma:Simple: sin pretender hacer poesía barata ni especulaciones escatológicas. Exenta de adornos innecesarios. Sencilla y sin artificio ni composición exagerada, con un cierto grado de ingenuidad y candor. Que pueda ser entendida con facilidad y asumida sin excesiva dificultadClara: sujeto, verbo y predicado. Que exprese la realidad de lo que pretende decir. Que por medio de los sentidos se perciben las sensaciones y las ideas por medio de la inteligencia. Que no ofrezca duda alguna y sea precisa, sin ambigüedades ni confusión, nítida y libre de impurezas que puedan enturbiarlaDirecta: va al grano sin rodeos, derecha y en línea recta, sin detenerse en los puntos intermedios que son accesorios. Que su objetivo sea el centro de la diana a la que apuntamos y nos lleve a una idea inequívoca del objetivo que pretendemos lograrAltamente creíble: verosímil, y sobre todo, verdadera, que sea digna de ser creída, jamás apoyada en mentiras y falsedades. Por eso debe incluir aspiraciones que sean realistas

«El verdadero progreso de un hombre es la búsqueda

de su unidad interna; depende de su capacidad para abstenerse de falsear la realidad de acuerdo con sus deseos».

Goethe

 Debe esforzarse en ser original. Nunca puede ser una mala copia de otra ya ideada, evitando a toda costa la clonación o la fotocopia de otras misiones que ya existen o existieron, teniendo exquisito cuidado de no caer en el ridículo al convertirla en absurda y patética, con fuerza y con fondo, pero también con la forma adecuada, tan original que el resultado final sea admirable.

Las Siete Maravillas del Mundo pueden ser un buen ejemplo de todo lo expuesto. Citadas por primera vez en el siglo II a. C. por Antípatro de Sidón26 en un poema donde se alaban estas construcciones, puedes leer sobre ellas descargándote el contenido de este bidi:


Propongamos un pequeño ejercicio: defina el lector, según sus conocimientos, la visión y la misión de quienes hicieron posible cada una de la Siete Maravillas. Si es posible contraste sus resultados con los de otras personas e inicien un debate de opiniones.

¿Por qué unas empresas triunfan y otras se pasan la vida quejándose de su mala suerte?, ¿existen las casualidades y las coincidencias?, ¿el éxito es solo para las que tienen dinero suficiente?, ¿quiénes son las que vencen?… ¡Son las que planifican de forma coherente!, ¡las que saben definir su visión!, ¡las que se comprometen de forma activa con su misión!, ¡las que dedican tiempo suficiente a realizar un análisis adecuado!, ¡las que atraen a los mejores colaboradores!

Analizar y gestionar los recursos humanos, materiales y temporales27

El análisis DAFO (en inglés SWOT: Strengths, Weaknesses, Opportunities, Threats), en líneas muy generales es una metodología de estudio de la situación competitiva de una empresa dentro de su mercado y de las características internas de la misma a efectos de determinar sus debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades.

Esta herramienta fue creada a principios de la década de los setenta y produjo una revolución en el campo de la estrategia empresarial. El objetivo final del análisis DAFO es poder determinar las ventajas competitivas que tiene la empresa y la estrategia genérica a emplear por la misma que más le convenga en función de sus características propias y de las del mercado en el que se mueve.


Las debilidades y las fortalezas son factores internos en la empresa; las amenazas y las oportunidades se presentan en el entorno de la misma. Si quieres leer más sobre esta herramienta, puedes hacerlo descargándote el contenido de este bidi:


Planificar y programar los objetivos

En esencia, planificar significa decidir de antemano qué se debe hacer, planear unas acciones sensatas para el futuro.

«Lo que vas a ser o aquello en lo que vas a convertirte depende del carácter de tus resoluciones».

Walter Matthews

Para ello se exige un cierto grado de energía y entusiasmo, sin lo cual mejor sería no empezar. El propósito de planificar es producir una integración suficiente de trabajo directo, apoyo y management para concretar los objetivos organizacionales deseados. Consiste en establecer todo un proceso de previsión, partiendo de un conocimiento en profundidad de la situación en la que nos desenvolvemos y de los recursos disponibles, fijando metas parciales y concretas, priorizándolas y encuadrándolas en un marco temporal de inicio y finalización. Sin planificación, prevalecerán las actividades desconectadas, y lo primero que espera un subordinado de un superior es una adecuada programación que convierta todo lo previsible en previsto. La planificación es una función del management que permite a las organizaciones decidir a dónde deberían estar dirigiéndose y obliga a una utilización correcta de medios para llegar a dicho lugar.

«Planificar es traer el futuro al presente para poder hacer algo al respecto».

Alain Lalein

Cuando el líder reflexiona acerca del futuro de manera sistemática y planifica, reduce ampliamente las posibilidades de ser sorprendido sin la preparación adecuada. La incertidumbre no puede ser eliminada, pero puede ser reducida a través de la planificación. La planificación sustituye la actividad casual por el esfuerzo integrado, el flujo desigual de trabajo por uno controlado, y las opiniones no premeditadas por decisiones reflexionadas. Esto permite que las personas que vayan a aportar su esfuerzo al proyecto se encuentren con los menos imprevistos potenciales. Para conseguirlo el líder debe implantar con todo el detalle posibles objetivos, estrategias y programas de acción:

Objetivos

«La precisión en el objetivo es el punto de partida para cualquier triunfo».

Clement Stone

Son los blancos en los que queremos hacer diana. Cotas que debemos ir alcanzando paulatinamente y que nos llevarán a lograr nuestra misión. Administrar una empresa, o la propia vida, sin objetivos predeterminados es tan frustrante y sin sentido como navegar en navío sin destino. Los objetivos de una empresa representan en realidad los propósitos de los individuos que en ella ejercen el liderazgo; son necesidades por satisfacer.

Los objetivos surgen de la esencia misma de la declaración de la misión. Serán diferentes para cada empresa y renovados una vez que hayan sido alcanzados, así como analizados, para poner las medidas de corrección necesarias en caso contrario. Todo objetivo identifica la finalidad hacia la cual deben dirigirse los recursos y esfuerzos para dar cumplimiento a la misión. Son la expresión cualitativa de un propósito en un periodo determinado. El objetivo debe responder a la pregunta «qué» y «para qué», siendo posible su logro a través de las acciones adecuadas.

No están reducidos exclusivamente al ámbito de la empresa: las personas generalmente tenemos varios objetivos al mismo tiempo en función de los distintos campos en los que nos movemos: familiares, laborales, ocio, deporte, formación, cultura, espirituales…

La congruencia de objetivos nos permite combinarlos convenientemente para lograr compaginarlos y así armonizar todas las facetas que son de nuestro interés, evitando que se generen conflictos entre ellos que distorsionen nuestra gestión del tiempo, o incluso lleguen a crear discrepancias de intereses personales. En cualquiera y en cada una de esas áreas, es conveniente que nos preguntemos:

 ¿Son lógicos?

 ¿Me motivan?

 ¿Es un objetivo compatible con el resto de objetivos?

 ¿Encajan para formar una estrategia unificada?

 ¿Impulsan mi desarrollo personal y profesional?...

Una empresa cuya misión haya sido definida como «proveer de techo, cama y alimento al cliente viajero necesita marcar unos objetivos, unas cosas concretas a hacer, completamente diferentes a los de una empresa cuya misión sea «transportar gas natural de forma segura, por medio de un gaseoducto económicamente rentable». En definitiva, los objetivos son metas que nos marcamos en nuestra ruta y queremos alcanzar. Deben estar caracterizados por: