El islam y la cultura occidental

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Finalmente, los países europeos más vulnerables ante este fenómeno han sido Italia, España y Grecia, ya que, según lo establecido en Dublín iii, deberían asumir la responsabilidad de acoger a los migrantes que pisan primero tierra en su territorio; claramente estos, por ser países fronterizos, reciben un mayor número de migrantes en comparación con los otros países europeos. Sin embargo, como ya se mencionó antes, debido a esta disyuntiva, los demás países europeos se comprometieron a crear una división justa en cuanto a la integración de estas personas en los países europeos según la capacidad de cada país. No obstante, no se ha cumplido con esto hasta la fecha. La crisis económica en España y Grecia ha generado situaciones degradables en las condiciones de vida de los refugiados, y el mal empleo de la división justa en el número de migrantes ha generado alianzas con los países fronterizos para retener la llegada de migrantes al continente europeo. Italia ha reforzado sus negociaciones con Sudán, Gambia y Libia; España con Marruecos, y Grecia se ha beneficiado de la alianza con Turquía para cerrar la frontera hacia Europa.29

Las dificultades de la integración de los migrantes en la Unión Europea

A pesar de las controversias para acoger a los migrantes que llegan en bus­ca de ayuda a la Unión Europea, y de las discordias enfrentadas en el Tratado de Dublín, se tienen diversos planes establecidos para llevar a cabo la integración de las personas que han logrado recibir el estatuto de refugiado dentro de la Unión Europea. A partir de 2015 se comenzaron a crear políticas de integración más definidas, como una tarea que corresponde a cada gobierno nacional, pero donde la ue puede desempeñar un papel de apoyo. El Parlamento Europeo pretende desempeñar un papel cada vez más activo; ha desarrollado programas de alojamiento, alfabetización, cursos de idioma, diálogo intercultural y formación profesional. Actualmente se busca ejercer políticas para agilizar el proceso de integración de los migrantes, tanto en el mercado laboral como en la sociedad.30

Para el proceso de análisis de las solicitudes de asilo, cada país tiene un sistema diferente. En Alemania, por ejemplo, el bamf (Bundesamt für Migration und Flüchtlinge) examina el contenido de las solicitudes: el solicitante debe hacer creíble la amenaza de una persecución inminente. Al decidir sobre la solicitud de asilo, el bamf aplica el derecho de residencia alemán, las normas de la Convención de Ginebra sobre Refugiados y la legislación de la ue. Luego, los solicitantes de asilo tienen que esperar una respuesta. Los ciudadanos de países como Afganistán, Pakistán, Eritrea y Somalia deben esperar entre 14 y 17 meses para obtener una respuesta. Los provenientes de Siria y el norte de Irak, entre 3 y 4 meses debido al peligro que enfrentan en estos países. Los solicitantes de asilo se distribuyen a través de un sistema en línea, para lograr que la integración en cada región sea posible. Además de que no todos los estados federales están suficientemente preparados para acoger el mismo número de migrantes.31

Una de las controversias más importantes para la integración de los migrantes en Europa es la prohibición del trabajo. El Bundestag redactó una ley en diciembre de 2014: “Mejoramiento de la situación de los solicitantes de asilo y los extranjeros tolerados”. La ley fue aprobada en 2015, con el objetivo de asegurar una distribución justa de los costos sociales entre los países. La ley introduce un soporte de residencia de los solicitantes de asilo y personas toleradas cuyo sustento no está asegurado.

Esta ley ha sido muy criticada por la prohibición del trabajo que implica. Desde que se aprobó, a los solicitantes de asilo no se les permite trabajar durante nueve meses. Incluso los solicitantes calificados se ven obligados a actuar como inactivos. Este es un verdadero problema para los mismos solicitantes, a quienes la inactividad les produce serios problemas de depresión, porque quisieran sentirse útiles en el país de acogida. También es un problema para la propia economía del país y para la situación sociológica, pues los ciudadanos europeos se crean una falsa impresión de los solicitantes de asilo, ya que piensan que son ellos quienes no quieren trabajar. La mayor parte de la población no sabe que a los solicitantes de asilo no se les permite trabajar debido a esta ley. La situación es diferente para cada grupo de edad. El grupo más afectado es el de las personas que han completado su formación profesional en su país de origen, porque sus estudios a menudo no son reconocidos en la Unión Europea, ya que el sistema educativo es diferente. También el idioma suele ser un obstáculo.

La situación con los niños es distinta. En general, la escolaridad obligatoria también se aplica a los niños y adolescentes refugiados, pero sus oportunidades educativas varían según el país de acogida. La educación es obligatoria, no obstante, debido a que el proceso de integración es tardado, se pierde hasta un año para que los niños puedan comenzar con las clases. Además, hay que tomar en cuenta que, debido al idioma, su integración en la escuela es tardada. Por el incremento en el número de refugiados, no hay suficientes plazas escolares, pero el gobierno debe garantizar que los niños se integren lo más pronto posible en las clases regulares.32

El problema con los refugiados no termina cuando obtuvieron un permiso de residencia o después de haber construido su vida en Europa. La reacción de los europeos ante el aumento en el número de inmigrantes es un aspecto importante. Por un lado, hay bastantes organizaciones que apoyan y ayudan a los refugiados para que puedan integrarse adecuadamente a la cultura y a la vida del país. Pero también hay otras que no están a favor. Dado que la cuestión política y económica en Europa ha cambiado notoriamente con estos movimientos de refugiados, se ha incrementado la simpatía a los partidos de ultraderecha y se han creado organizaciones que se oponen a la creciente aceptación de migrantes en el continente, con el argumento de que el choque cultural y las diferentes costumbres crean un problema muy grande.

Una organización importante de mencionar es pegida (Europeos Patrióticos contra la Islamización de Occidente), que dicen fue formada por “el pueblo”. Sus miembros se encuentran insatisfechos con la política y tienen prejuicios contra los inmigrantes y refugiados, en particular contra la fe musulmana. En diciembre de 2014, pegida describió la inclusión en Alemania de “refugiados de guerra” y “perseguidos política o religiosamente” como injustos, porque pondrían en peligro el nivel de vida económico de los alemanes. La organización extremista de derecha afirmó que los solicitantes de asilo en Alemania no eran verdaderos refugiados este año, por lo que según una encuesta, el 44 por ciento de la población alemana rechazaría a los solicitantes de asilo.33 Esta organización de extrema derecha juega un papel importante en las decisiones políticas de Alemania, lo que, por supuesto, representa un problema serio para la integración de los refugiados.

Por otro lado, Hamed Abdel-Samad, quien nació en Egipto y es hijo de un imán musulmán, realizó sus estudios universitarios en Alemania en ciencias políticas y fue criticado y amenazado de muerte por el análisis que realiza al islam y por la manera en que explica las dificultades de integración que los practicantes de esta religión enfrentan en Europa. Uno de los puntos más importantes que menciona es el religioso. Para los europeos, la religión cada vez tiene menos importancia; sin embargo, para los migrantes, el islam es imprescindible y provoca un choque cultural y religioso dentro del continente al tener ambas posturas. Esto conlleva, por un lado, a una pérdida de identidad de los migrantes que buscan integrarse en el nuevo continente, y por el otro, a un rechazo continuo de los alemanes hacia los migrantes.34

Para la primera generación de migrantes, lo principal era aumentar sus ingresos económicos; para la segunda generación, lo más importante aumentar su nivel de estudios y obtener un mejor puesto laboral; pero para la tercera generación de migrantes, el tema de la identidad se vuelve lo más significativo. Entre más rechazo se genera por parte de los europeos hacia los migrantes, estos suelen aferrarse más a su religión, pues de esta manera logran sentirse parte de algo. Los padres de los niños nacidos en el nuevo país quieren que estos se adapten al mismo y que logren ser exitosos, pero, a la vez, se niegan a que se pierda su cultura y sus tradiciones que suelen ser diferentes a las europeas.35

El rechazo a aceptar migrantes

A pesar de los tratados y acuerdos, en la Unión Europea no logra ponerse en práctica una política común. Países como Grecia, Italia y España, que por su posición geográfica son los que más inmigrantes reciben, sufren una crisis económica interna, por lo que reclaman no estar en condiciones de poder recibir más migrantes en sus territorios. La situación para los refugiados en estos países ha sido también criticada por Dublín iii, pues las condiciones para estas personas en los campos de refugiados son muy malas. Cuestiones de esta índole dirigen a la creación de una nueva política migratoria, donde uno de los puntos más importantes a llevar a cabo será que los inmigrantes no deban permanecer en el primer país europeo en el que pisan territorio, sino que deberán ser repartidos de una manera equitativa según las necesidades y la capacidad política y económica de cada país.

La mayoría de los migrantes que llegan a Italia provienen de África, pues a través de la ruta Libia tienen mayor facilidad para entrar al continente. No obstante, la poca regulación obtenida en cuanto a las rutas migratorias ha generado un aumento en redes criminales para cruzar a los migrantes. Los diversos acuerdos generados con Libia para reducir la entrada de migrantes a territorio italiano no han dado resultados. La situación para los migrantes es muy dura debido a que en su camino son maltratados, violados y torturados. Por otro lado, Italia acusa a la Unión Europea de no apoyar lo suficiente para regular la situación en el país, e incluso en 2017 presentó una amenaza de prohibir la circulación en aguas italianas a las embarcaciones que no fueran de su país. Esto con el fin de que las embarcaciones con migrantes no lograrán arribar.36

 

El poco apoyo que ha recibido el continente por parte de la Unión Europea y el poco control que tiene sobre la situación, ha generado un descontento en Organizaciones no Gubernamentales y en otras Instituciones Europeas debido a las consecuencias de estos actos. El gobierno italiano pide que la contribución de la Unión Europea no se limite a los rescates, sino que haya una implicación mucho mayor, tanto económica como logística para los recién llegados, pues según datos de la acnur, de los 85,000 migrantes que arribaron por el Mediterráneo durante el primer sexenio de 2017, 78,000 lo hicieron por Italia. Sin embargo, este número sigue creciendo y los campos de refugiados en Italia no tienen ya la capacidad para acoger a tantas personas.37

España recibe un número muy alto de inmigrantes debido a su frontera directa con Marruecos, pero también es uno de los países europeos que menos migrantes asila en su territorio. La mayoría entra por Melilla pero suelen ser rechazados. España emplea “devoluciones en caliente”; es decir, los migrantes eran directamente devueltos a su territorio o enviados a algún otro país fuera de la Unión Europea. Actualmente se critica que este tipo de devoluciones fueron vistas por el Consejo Europeo como una vulneración del Convenio Europeo de Derechos Humanos y por la Convención sobre el estatuto de los refugiados de 1951. No obstante, cada vez más países europeos aplican este modelo.38

Se habla de una violación de los derechos humanos en Melilla, pero también se ve como una manera de deslindarse de las tareas que la ue no quiere asumir. Para reducir el número de inmigrantes se han realizado importantes tratados con Turquía y con Marruecos, donde a cambio de una gran cantidad de dinero ofrecida por el gobierno europeo, ambos países se comprometen a acoger a la mayoría de los migrantes, incluidos aquellos que ya habían obtenido su estatuto de refugiados dentro de Europa.39 Finalmente, no se trata solo de que España no esté dispuesta a recibir un gran número de inmigrantes, sino de que el número de migrantes que ha acogido es mucho menor al establecido en Dublín iii, es decir, España afirma abiertamente que no está dispuesta a recibir migrantes y que cada país debería tener la capacidad de elegir sobre este tema con autonomía.

A partir del Tratado de Retención para Migrantes de 2016 con Turquía, el número de migrantes que llega a Grecia se ha reducido de manera drástica. No obstante, distintas organizaciones internacionales como Human Right Watch (hrw), o Amnistía Internacional, critican principalmente la cuestión de los derechos humanos de las personas en Turquía. Miles de personas esperan durante meses en las islas griegas a ser trasladados o recibir un estatuto de refugiados en el país, pero las situaciones en las residencias de migrantes son terribles y no se cuenta con los recursos primarios para darles una atención digna a todos ellos. Por su parte, Turquía declara una guerra diplomática a la ue y con descontinuar el acuerdo, mientras que con los europeos aumenta el populismo islamofóbico y la fobia migratoria.40

La situación plantea muchos retos en todos los niveles que tanto los gobiernos de la Unión Europea como sus ciudadanos deben enfrentar. Los flujos migratorios crecientes hacia países desarrollados, ya sea por causas de violencia o pobreza, no son un fenómeno que se vaya a detener. Zygmunt Bauman hablaba de estos excedentes de población que las economías capitalistas de los países desarrollados no pueden absorber como de Vidas desperdiciadas.41 Se trata de una situación global que enfrenta el mundo y que encontramos ahora, igual de problemática, con los millones de migrantes centroamericanos que intentan cruzar hacia los Estados Unidos. Las soluciones que la Unión Europea proponga a estas situaciones serán ejemplo, seguramente, de las directrices que los gobiernos de otras latitudes tomarán en cuenta para resolver sus propios conflictos.

6 Ramírez, Felipe. Informe “La primavera árabe y la guerra en Siria: expertos debatieron sobre los orígenes del conflicto”. Prensa U-Chile. Santiago de Chile, 2016.

7 Reimann, Anna. “Wohin die Fluchtlinge wollen und wer sie nimmt”. Spiegel on line, 2015.

8 Wolfgang Grenz, Julian Lehmann, Stefan Kessler. Die Grenzen gehen, die Grenzen kommen, pp. 120-125.

9 Abdel-Samad, Hamed. Integration. Droemer, Múnich 2018, pp. 210-213.

10 Theile, Charlotte. “Wie sich Rechtspopulisten die Schweiz als Vorbild nehmen”, Süddeutsche Zeitung, 11/07/2016.

11 Dimitriadi, Angeliki.” Europa ante los refugiados”. Afkar ideas. Invierno 2015-2016.

12 Scholz, Kay-Alexander. “Dublin iv: Kritik am neuen europäischen Asylrecht”. Deutsche Welle, 11/06/2017.

13 Ibid.

14 Ibid.

15 Dimitriadi, op. cit.

16 Human Rights Watch. European Union: Events of 2016.

17 Ibid.

18 Ibid.

19 Comisión Europea. “Glosario 2.0 sobre migración y asilo”. Enero 2012.

20 Ibid.

21 Carretero, Ignacio. “Así son las cuatro rutas de la inmigración a Europa”. Periódico El Español, 24-10-2015.

22 Ibid.

23 Ibid.

24 Valentín, Lucía. ¿Cuántos migrantes ha acogido cada país de la ue? Euronews, 26-09-2017.

25 Martínez, Michael. Crisis de refugiados: ¿qué países los reciben y cuáles no? cnn, 09/09/2015. http://cnnespanol.cnn.com/2015/09/09/crisis-de-refugiados-que-paises-los-reciben-y-cuales-no/#0

26 acnur “Siria: se duplica el número de refugiados que huyen hacia Jordania”. http://acnur.es/noticias/notas-de-prensa/972-siria-se-duplica-el-numero-de-refugiados-que-huyen-hacia-jordania.

27 Sánchez, Escarlata. El Tribunal de Justicia de la ue rechaza los recursos de Hungría y Eslovaquia contra las cuotas de refugiados. Euronews. 06/09/2017. http://es.euronews.com/2017/09/06/el-tribunal-de-justicia-de-la-ue-rechaza-los-recursos-de-hungria-y-eslovaquia

28 Watch, Human Rights. Informe mundial. 03/10/2016. https://www.hrw.org/es/world-report/country-chapters/298826

29 Ibid.

30 Parlamento Europeo. Integración de los refugiados en Europa. 14/07/2017. http://www.europarl.europa.eu/news/es/headlines/society/20170629sto78628/integracion-de-los-refugiados-en-europa

31 Kessler, op. cit., pp. 125-128.

32 Janke, Carsten. Wann können Flüchtlingskinder zur Schule gehen? https://mediendienst-integration.de/artikel/bildungspolitik-zur-umsetzung-der-schulpflicht-fuer-fluechtlinge.html. 2016.

33 Lehmann, Julian, op. cit., pp. 80-84.

34 Abdel-Samad, op. cit., pp. 187 y ss.

35 Ibid.

36 Verdú, Daniel. La crisis migratoria se agrava y desborda a Italia. El País, 11/05/2017.

37 Ibid.

38 Dolz, Patricia Ortega. Más de diez mil sirios han entrado a España por Melilla. El País, 30/04/2016.

39 Ibid.

40, Carbajosa, Ana. Las llegadas de refugiados a Grecia se desploman al año del pacto con Turquía. El País, 20/03/2017.

41 Bauman, Zygmunt. Vidas desperdiciadas. La modernidad y sus parias. Paidós. México 2015.

Capítulo 2.

Musulmanes y cristianos en la cultura occidental

La integración de los musulmanes en países de cultura occidental es el problema más relevante de los años recientes, producto de los enormes flujos migratorios que se analiza en el capítulo anterior. Este capítulo trata de aportar elementos que nos permitan comprender los conflictos de la integración de los nuevos migrantes; dónde encontrar el origen de sus causas, si se trata de problemas religiosos, o qué perspectivas tienen los musulmanes que llegan a países occidentales huyendo de la pobreza y la guerra. Para analizar este complejo fenómeno, revisamos las aportaciones de los siguientes autores: Yakub Kadri Karaosmanoğlu, Samuel Huntington, Tzvetan Todorov, Svetlana Aleksiévich, Yakub Kadri, Amin Maalouf, Abdelwahab Meddeb, Edward W. Said, Hamed Abdel-Samad, Adonis y Marek Halter, en torno a las visiones de ambas culturas con respecto al nacionalismo, la identidad cultural, la integración, la globalización, etcétera.

Los musulmanes y el nacionalismo

Durante la Edad Media, la gran amenaza para el mundo cristiano era el islam. Los ejércitos de las Cruzadas estaban compuestos por caballeros de distintos países de Europa del norte. Antes de ser conquistados por los árabes, el Imperio bizantino, Líbano, Siria, Egipto, y todas las demás regiones del norte de África y España habían sido territorios cristianizados. Cuando se debilitaron los árabes, los turcos comenzaron a dominar gran parte del mundo musulmán y conquistaron Constantinopla en 1453; posteriormente avanzaron a Grecia y al resto de los Balcanes, llegando casi hasta las puertas de Viena. Españoles, portugueses, griegos y otros pueblos balcánicos lograron recuperar su identidad cultural cristiana, pero no en Siria y Egipto, donde los cristianos hoy día forman una minoría. Líbano es una excepción porque en este pequeño estado casi la mitad de la población es cristiana; de manera que los musulmanes no lograron imponerse. En Irak, otro país árabe, sobreviven todavía algunas minorías. Las pocas iglesias cristianas en las antiguas colonias francesas de Marruecos, Argelia y Túnez son obra de los colonizadores que no lograron convertir a la población musulmana.

En Marruecos, la Casa Real afirma descender de la familia del profeta, pero no ejerce un régimen religioso estricto. Hay restricciones para el consumo de alcohol, pero no se prohíbe completamente su producción y consumo. En Arabia Saudita, donde nació el islam, la situación es diferente. La única religión permitida es el islam, y se aplican con rigor las reglas de la sharia, igual que en los Emiratos Árabes.

Todos estos países árabes tienen fuertes lazos culturales que los unen, pero también marcadas diferencias políticas que los separan. Los une una de las grandes lenguas clásicas de la humanidad, la sagrada lengua del Corán. Son herederos de la gran cultura árabe que hasta el siglo xii era superior a la cristiana occidental. Sin embargo, esta gran cultura, durante los últimos ocho siglos se estancó y entró en decadencia. La lengua árabe clásica se sigue estudiando para leer el Corán, pero en la actualidad se divide en diversos dialectos modernos que dificultan la comunicación entre los habitantes de los diferentes países. La mayoría de los árabes son sunnitas; en Irán son chiitas y en Siria el gobierno está en manos de alauitas, una minoría religiosa cercana a los chiitas. La guerra civil en este país se explica en gran parte porque los sunnitas quisieron conquistar el poder. Los cristianos (católicos y ortodoxos), también minoría, apoyan al gobierno porque les permite ejercer libremente su religión.

 

La democracia es prácticamente inexistente en los países árabes, y la tan anhelada “Primavera árabe” fue un fracaso. Arabia Saudita, los Emiratos y Marruecos siguen siendo gobernados por monarquías; en Líbano y Túnez hay estructuras democráticas frágiles, igual que en Irak, pero predominan los rasgos dictatoriales en monarquías y repúblicas. Para los reyes sauditas, la democracia occidental es incompatible con el islam, mientras la monarquía marroquí organiza elecciones democráticas sin darles demasiada autonomía a los políticos elegidos. La dictadura militar de Egipto es laica, pero no enemiga del islam. E n otros países como Irán, cuyos presidentes son chiitas, los gobernantes se identifican con la religión, en tanto que en Líbano alternan presidentes cristianos y musulmanes.

La religión, la raza y la lengua dan unidad a los países árabes; aunque hay que tomar en cuenta a las minorías étnicas como los bereberes y kurdos. Los primeros tienen fuerte presencia en el Magreb, utilizan su lengua en la vida familiar, y en las mezquitas y la calle, el árabe; la enseñanza en las escuelas se realiza en árabe y francés. Los kurdos son un pueblo sin estado propio y viven mayoritariamente en las zonas fronterizas de Siria, Irak, Turquía e Irán. Son musulmanes que se identifican mucho más con su etnia que con su religión. Para un occidental es difícil diferenciar un texto de lengua kurda de otro en árabe, porque en ambos se utiliza la escritura árabe. Los kurdos consiguieron cierta autonomía en el norte de Irak porque el poder central es débil; es diferente en el sur de Turquía, donde su lucha de independencia encuentra una fuerte resistencia por parte del gobierno. En Siria, los kurdos son los enemigos más feroces del Estado Islámico.

Los nacionalismos turco y kurdo son muy marcados porque en ambos casos la mayoría de sus líderes políticos dan más importancia a la cultura laica que a la religión. El nacionalismo árabe surgió en países con gobiernos laicos como Egipto e Irak. El presidente más conocido de Egipto durante la segunda mitad del siglo xx fue Gama Abdel Nasser, quien propagó el socialismo y la unidad de los pueblos árabes, el panarabismo. Durante algunos años Egipto y Siria formaron un solo país con el nombre de República Árabe Unida. Pero hoy los ideales políticos de Nasser ya no son aceptados. La actual dictadura militar trata de reprimir el movimiento religioso de los Hermanos Musulmanes que ya habían conquistado el poder por la vía electoral.

Cuando termina la colonización francesa de Argelia, y el general De Gaulle da la independencia, tomó el poder un gobierno nacionalista que se involucró en una guerra implacable contra islamistas fanáticos y que a duras penas ganó; de manera que, política y económicamente, el país quedó exhausto. Un caso similar es el de Líbano, donde, a pesar de ser oficialmente un estado laico, los líderes cristianos, musulmanes y drusos42 ejercen el poder. La identidad principal de los libaneses es la religiosa; se reconocen en primer lugar como chiitas, maronitas,43 drusos, etc. En este país de constantes guerras religiosas queda muy poco espacio para sentimientos nacionales.

Muy diferente es la situación en Turquía que, al igual que Irán, no es árabe. Durante la Edad Media un pueblo del interior de Asia se convirtió al islam y comenzó a dominar a los árabes cuya cultura asimiló. Sin embargo, los turcos conservaron su lengua y aprendieron el árabe solo para leer el Corán. El Imperio turco fue extenso y poderoso hasta principios del siglo xx, pero ya entraba en decadencia. Como consecuencia de los desastres de la Primera Guerra Mundial, un grupo de jóvenes oficiales nacionalistas destituyó al sultán y creó, en lugar de un imperio cosmopolita que albergaba a muchos pueblos, un estado nacionalista laico. Kemal Attatürk se convirtió en el primer presidente turco y modernizador de su país. Los niños ya no aprendieron en las escuelas públicas la letra árabe sino la latina. El nuevo nacionalismo turco oprimió cada vez más a las minorías étnicas como griegos, armenios y kurdos. Al principio solo una élite compartía las visiones de Attatürk sobre la nación turca, pero poco a poco el nuevo Estado se ha ido consolidando.

Como tal, el concepto de nación no existe en el islam. En eso no pensó la nueva élite política e intelectual de Turquía. Yakub Kadri, en su novela El extraño (1932),44 nos habla de sus experiencias con campesinos turcos en un pueblo de Anatolia, a donde se había retirado. Ellos le decían que no eran turcos y que estaban orgullosos de ser buenos musulmanes. La patria celestial era más importante que la de este mundo. Es obvio que se necesita tiempo para crear una conciencia nacional. Para los franceses y alemanes de esa época, la patria era más importante que la religión; sin embargo, para los turcos era algo nuevo y difícil de comprender. En la actualidad nadie niega que la herencia ideología de Attatürk marcó a la Turquía moderna; no obstante, las fuerzas religiosas con el gobierno de islamistas moderados están recuperando una parte de su influencia perdida. Turquía deja de ser un estado laico, pero a la vez se abre cada vez más a la modernidad y se acerca a la Unión Europea. En este momento es difícil decir si la religión es más importante que el nacionalismo; lo que finalmente cuenta es el poder, y este puede basarse en la religión, en la nación, o en ambos.

En la antigua Persia, hoy Irán, país vecino de Turquía, desde la revolución de 1979, cuando se derroca el régimen del sha, la religión se convierte en un factor primordial. Ni los iranís ni los turcos son árabes; tampoco sunitas, como la mayoría de los musulmanes, sino chiitas. Eso enfrenta al gobierno clerical de Teherán con algunos países sunnitas, entre ellos la monarquía de Arabia Saudita. El nacionalismo, en este caso, no tiene importancia. Eso lo notamos en el conflicto sirio, donde tropas iraníes y soldados chiitas de Líbano apoyan al gobierno alauita de Bachar al Asad; mientras los sauditas ayudan a sus opositores sunitas. En Irak, donde hay importantes santuarios chiitas, el 60% de la población pertenece a esta corriente. Con la guerra de Irak, el presidente Bush quitó el poder al dictador laico Sadam Hussein e hizo posible que los chiitas tomaran el poder. Y aunque de nuevo participa el clero en la política, para los imanes el nacionalismo no es atractivo. Solo usan al Estado y sus instituciones como bases de su poder.

El islam está tan dividido como el cristianismo. Los conflictos actuales en Medio Oriente recuerdan las guerras religiosas en la Europa de los siglos xvi y xvii. Lo que complica más la situación es el Estado judío de Israel fundado en 1947, un enemigo para los musulmanes. Allí el conflicto no es solo religioso, sino además étnico. Se enfrentan judíos israelíes y musulmanes árabes. De nacionalismo se habla poco en este contexto; nadie se interesa por la nacionalidad de los suicidas que cometen atentados en Israel o Europa; son simplemente terroristas musulmanes o árabes. A veces tienen pasaporte de un país occidental con el cual no se identifican. Para ellos, la religión es más importante que la nación. Se enfrentan formas de vida tradicional del Oriente con la modernidad de Occidente.

Aunque hemos concentrado nuestra atención en los países árabes, Turquía e Irán para el Occidente también tienen importancia Paquistán y Afganistán. El primero formaba parte de India, pero se separó para crear un estado musulmán en 1947, cuando India dejó de ser colonia británica. La razón por la cual se funda Pakistán es religiosa. En India existe una minoría musulmana, conocida por la fatua que amenaza de muerte al escritor indio-británico Salman Rushdie.

El país con mayor número de musulmanes es Indonesia. El islam se extiende por todo el sur de Asia y llega hasta el sur de Filipinas; pero los países que más contacto tienen con el mundo occidental son los árabes, Turquía e Irán.

También el islam se asienta en África negra, como en Mali o Somalia. Se trata de países afectados por el radicalismo islamista que no se interesa por los Estados nacionales, sino por crear comunidades basadas en la rígida moral de la sharia, que no puede funcionar en nuestra sociedad moderna. En muchos países africanos conviven musulmanes y cristianos; en el sur de Nigeria o Costa de Marfil viven mayoritariamente cristianos, en tanto que en el norte, musulmanes. En estos casos, el peligro de enfrentamientos religiosos está latente. Nigeria sufre por el terrorismo de los Boko Haram, islamistas famosos por el secuestro de niñas en las escuelas. En Mali intervinieron tropas francesas para destruir al Estado Islámico atrincherados en el norte. La extrema pobreza de África es causa de grandes flujos de migrantes que tratan de cruzar el Mediterráneo desde Libia hacia Europa, en busca de sobrevivencia. Es obvio que la inmigración musulmana a Occidente se explica por razones económicas, por lo cual nos preguntamos si es realmente válido hablar de un choque entre Oriente y Occidente por razones religiosas.